EDITORIAL
Pediatras, televisión y salud
Los pediatras estamos preocupados
por la situación en que se encuentran los
medios audiovisuales en relación con la
infancia.
Estamos preocupados y confundidos
frente a la variedad de ofertas de las diversas
pantallas; a la velocidad de los
contenidos y a la inmediatez de las respuestas
de nuestros pacientes. El estado y
las instituciones privadas han dado respuestas
aisladas, fragmentadas con diferentes
niveles de producción y de compromiso
con esta realidad.
Advertimos la importancia de la observación,
seguimiento y estudio de los
contenidos de los medios de comunicación,
tratando de entender sus reglas y
características para participar activamente
dentro de los medios en forma ética,
atractiva, dinámica, y con contenidos adecuados
a la época y a la problemática de
nuestros niños y no con la prepotencia del
marketing.
Como dice Michael Morgan en el prólogo
de "El impacto social de la imagen","la televisión une en una cultura común
muchos grupos y segmentos que nunca
antes han participado de costumbres, diálogos,
valores y prácticas extensamente
compartidos. Nunca antes en la historia
humana ha habido tantas personas compartiendo
tanto en común pero no teniendo
al mismo tiempo casi nada que
ver con su producción".
Es necesario convertir en objeto de estudio
los medios de comunicación. Somos
consumidores pero somos analfabetos en
su análisis. Debemos alfabetizarnos nosotros
y es necesario que alfabeticemos a
nuestros niños y jóvenes en la lectura crítica
de la televisión, la radio, los diarios, etc.
La mayor parte de la información que reciben
nuestros niños proviene de los medios.
Los padres, la escuela y la familia
deben proveer el espacio y la mediación
para transformar la cruda información en
conocimiento, en experiencia y reflexión.
Propongo reivindicar a la televisión
como institución cultural en lugar de colocarnos
en la posición apocalíptica que la
considera una caja boba, responsable de
todos los males.
La televisión como igualador de información
y de oportunidades.
¿Por qué debemos participar activamente
en el análisis de los medios?
• Porque indigna que se vendan productos
prometiendo crecimiento, cuando
la familia podría lograrlo con menos
costo económico y con menor riesgo
en su salud.
• Porque las campañas de vacunación
fuera del calendario oficial se organizan
según la necesidad de vender y no
según la necesidad de la población.
• Porque para los niños de sectores populares
la televisión cumple una gran
función social, los divierte, les enseña
prácticas cotidianas y los ayuda en sus
tareas escolares.
• Porque la discapacidad es tratada en
los medios a través de imágenes que
promueven sentimientos de lástima,
beneficencia, o la colocan en un lugar
de atracción circense, en lugar de transmitir
que son ciudadanos con todos los
derechos.
• Porque en televisión se venden desvergonzadamente
antiácidos, jugo de poroto,
antiinflamatorios, antihemorroidales
y otras panaceas.
• Porque una publicidad ambigua sobre
Altzheimer provocó un aumento desmedido
de la consulta de viejitos sanos
que creían estar enfermos.
• Porque existe una relación directa entre
mejor rendimiento escolar y mayor
cantidad de horas de televisión en niños
de clase media-baja y baja.
• Porque las campañas sobre donación
de órganos, prevención de las adicciones,
prevención del cólera, del dengue
y contra el consumo de tabaco y alcohol
son erráticas, aparecen y desaparecen
de los medios y no se evalúan sus efectos
en la población, ni su utilidad social.
• Porque hay programas, noticieros y publicidades
que deberían darse fuera del
horario de protección al menor.
• Porque mostrar médicos auténticos, accesibles
y humanos en el programa E-24
horas aumentó las consultas y la confianza
en el hospital público.
• Porque la salud es hoy un "commodity" y
ha entrado claramente en la lógica del
mercado.
Este año desarrollamos con éxito dos encuentros
con especialistas en el área: productores
de televisión, sociólogos y semiólogos
de medios de comunicación, directores de
cine y TV, periodistas, docentes universitarios,
donde juntos compartimos y discutimos
cuál es la televisión posible para niños
dentro de los límites impuestos por la competencia,
el rating, el buen gusto, el horario
de protección al menor, etc. y qué lugar ocupan
los video juegos, los cybercafés en el
imaginario colectivo de niños y adultos.
Oportunamente desarrollamos un trabajo1publicado en Archivos Argentinos de
Pediatría que apuntaba a ofrecer un modelo
para padres y pediatras en relación con el
modo en el que los adultos miran la televisión
junto a los niños. En dicho artículo analizamos
el dibujo animado más popular en ese momento
llamado "Pokémon" y remarcamos la
mediación como la posibilidad de promover y
acompañar el aprendizaje de los niños y de
estimular en ellos la tarea de apropiarse del
mundo y de sí mismos. La mediación de los
adultos permite construir pistas para desarrollar
una actitud crítica y activa frente a los
medios de comunicación. El interés, la escucha,
la participación, el acompañamiento y la
orientación por parte de los adultos son fundamentales
a la hora de mediar.
La televisión sigue siendo el medio de
comunicación por excelencia y por eso es
nuestro interés desarrollar dentro de la SAP
un grupo de Estudio, Investigación y Acción
en el área de medios de comunicación e
infancia, compuesto por pediatras que aporten
saberes de su propia formación e información
en estos temas con organizaciones
sociales y profesionales especializados en
otras áreas.
De esta forma, ansiamos que en el futuro
la Sociedad Argentina de Pediatría se transforme
en un referente a consultar en temáticas
que tanto nos preocupan como la publicidad,
la violencia, la ficción, los noticieros,
los contenidos dentro del horario de protección
al menor y la inducción al consumo de
alimentos y objetos.
Con nuestra participación en los medios
y a través de documentales, telenovelas,
publicidad ética, etc. podremos incidir
sobre las reformas en la sociedad y en el
estado modificando leyes y promoviendo
su cumplimiento.
Dr. Enrique Silinger
1. Silinger E, et al. ¿Qué ven nuestros niños en la televisión? Arch.argent.pediatr 2001; 99: 426.