ARTÍCULOS ORIGINALES
Tabaquismo en adolescentes escolarizados de la ciudad de Olavarría, Buenos Aires. Prevalencia y factores asociados
Dr. Raúl Pitarque*, Lic. Andrés Bolzán**, Dras. María Esther Gatella***, Fernanda Moranga***, Silvana Bugasen*** y Luisa Echaide***
* Secretaría de Salud
Pública, Municipalidad
de Olavarría.
** Área de Epidemiología.
*** Área de Promoción
de la Salud.
Correspondencia: Lic. Andrés Bolzán. abolzan@telpin.com.ar
Conflicto de intereses: Ninguno para declarar.
RESUMEN
Introducción. Los efectos adversos del tabaquismo
son conocidos, pero millones de personas continúan
fumando. En efecto, el tabaquismo y la exposición
al humo del tabaco -fenómeno conocido
como exposición pasiva al humo de tabaco- constituyen
uno de los mayores eventos prevenibles en
salud pública. El primer contacto con el tabaco se
inicia durante los primeros años de la adolescencia.
El objetivo del trabajo fue determinar la prevalencia
de fumadores en adolescentes de la ciudad de
Olavarría e identificar factores de riesgo asociados
con el hecho de convertirse en fumador.
Población, material y métodos. Se incluyeron setecientos
sesenta y tres estudiantes mediante una
encuesta anónima autoadministrada. Las variables
incluyeron: edad, sexo, contacto con el cigarrillo,
hábito de fumar de padres y amigos, creencias
acerca del tabaquismo, información recibida en la
escuela, influencia de los medios de comunicación.
Se calcularon la prevalencia de vida (PV) y del
último mes (PUM).
Resultados. La prevalencia de vida fue de 0,27 y la
del último mes de 0,10. A medida que la edad
asciende, el tabaquismo aumenta. La presión de
amigos fumadores (OR= 10,1 IC 95% 5,1-19,0) y el
humo pasivo en el hogar (OR= 2,1 IC 95% 1,1-5,3)
constituyeron dos factores significativos para el inicio
del tabaquismo.
Conclusión. El estudio muestra la influencia que
ejercen el tener padres fumadores y la presión del
medio social sobre el inicio del hábito de fumar en
los adolescentes.
Palabras clave: Tabaquismo, Prevalencia en adolescentes, Factores de riesgo.
SUMMARY
Introduction. The adverse effects of smoking on
health are well known, but, despite this, millions of
people continue smoking. In truth, smoking and
exposure to tobacco smoke -a phenomenon known
as passive or second-hand smoking- constitute one
of the greatest preventable causes of morbidity and
mortality. Experimentation with tobacco begins
during the first few years of adolescence. The objective
of this study was to determine the prevalence
of smoking among adolescents from Olavarría city
-between 11 and 15 years of age- and also to investigate
the risk factors which make them smokers.
Population, material and methods. Seven hundred
and sixty three youths were studied. A structured
questionnaire was filled out by the students themselves
in anonymity. Variables included: age, sex,
smoking initiation, smoking habits among friends,
parents and siblings, description of occasions when
smoking occurs, beliefs about cigarettes, educational
achievement, the level of information received
at school on health and tobacco and use of
communication media. Life prevalence and life
prevalence during last month were calculated.
Results. Life prevalence was 0.27 and life prevalence
during last month was 0.10. The greater the age the
higher the prevalence. Peer pressure (OR= 10.1 CI
95% 5.1-19.0) and the existence of smokers within
the family circle (father, mother, sibling) (OR= 2.1
CI 95% 1.1-5.3) were statistically significant factors.
Conclusion. The study contributes to the epidemiologic
knowledge of tobacco in pediatrics.
Key words: Tobacco, Youth prevalence, Risk factors.
INTRODUCCIÓN
Los efectos adversos del tabaquismo
sobre la salud son muy conocidos; sin
embargo, millones de personas continúan
exponiéndose al humo del tabaco.1,2 La
gran morbimortalidad asociada al consumo
de tabaco sigue siendo uno de los
desafíos de la salud pública.3,4
En el orden poblacional, los efectos del
tabaquismo emergen claramente unos
treinta años después de iniciado el consumo,
5 pero el momento de la primera experiencia
se verifica durante los años iniciales
de la adolescencia.6-8 La prevención del
inicio del hábito de fumar se considera
dentro del grupo de problemas pediátricos,
9 razón por la cual el papel del pediatra
es relevante.
La mortalidad atribuible al hábito de
fumar en nuestro país ronda el 16%,10 lo
que en cifras absolutas son 39.000 muertes
prevenibles al año, aún mayores en
menores de 65 años y en varones. Al
problema del propio consumo se agrega
la exposición pasiva al humo de tabaco,
fenómeno conocido como fumador pasivo. En Argentina, la exposición al humo de tabaco
es alta, según datos del estudio sobre tabaco en la
juventud (Global Youth Tobacco Survey [GYTS]).11
Existen niveles altos de nicotina en hospitales,
edificios públicos, restaurantes, aeropuertos y escuelas
secundarias.12
El consumo de tabaco en los padres se ha asociado
con hijos fumadores, así como con enfermedades
pulmonares e infecciosas secundarias a la exposición
pasiva al humo del cigarrillo.13 Entre los efectos
que el tabaco produce sobre los jóvenes, se cuentan
disminución franca del rendimiento físico,14 así como
mayor incidencia de enfermedades respiratorias.15
En Argentina, los estudios muestran prevalencias
en adolescentes que se encuentran según la edad,
entre el 14% y 30%.6,7,11 No obstante, es menos frecuente
contar con datos de riesgo en las edades
pediátricas. Puesto que ambos datos se complementan
como base de apoyo para futuras intervenciones,
su conocimiento se torna imprescindible para
las políticas de salud pública locales.
Los objetivos del presente trabajo fueron identificar:
a) la prevalencia de tabaquismo en adolescentes
escolarizados, de entre 11 y 14 años de edad,
de la ciudad de Olavarría; b) la experimentación
con el tabaco y la persistencia ulterior como fumadores
actuales y c) conocer factores asociados al
consumo de tabaco.
POBLACIÓN, MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño: estudio transversal, de casos y controles.
Población: Se seleccionaron escuelas en las que se
desarrollaron actividades del Plan de Promoción de
la Salud, considerando a todos los niños presentes el
día del relevamiento. Se encuestaron 763 adolescentes
de 10-14 años de edad, cursantes del tercer ciclo
de la Educación General Básica (7˚ - 9˚ años) de diez
escuelas de la ciudad de Olavarría, durante el mes
de junio de 2005.
Método: Encuesta estructurada autoadministrada,
de treinta y siete preguntas, según el formato de
la OMS.16 Esta encuesta está sectorizada en secciones
destinadas a valorar: a) prevalencia, b) conocimientos
y actitudes, c) exposición pasiva al humo
del tabaco, d) deseos de abandono, e) entrenamiento
recibido. Se definió como fumador al sujeto que
había fumado al menos un (1) cigarrillo durante los
últimos treinta días (prevalencia del último mes o
PUM), en tanto la prevalencia de vida (PV) quedó
definida como el total de jóvenes que habían probado
el cigarrillo.
Análisis estadístico: Las variables continuas fueron
testeadas mediante la prueba de t de Student y
las categóricas mediante la prueba X2 de Mantel
Haenszel. Se calcularon los OR brutos y su intervalo
de confianza del 95%. Los que resultaron estadísticamente
significativos (p 0,05) se introdujeron en
un modelo de regresión logística por etapas
(stepwise). Se emplearon los programas estadísticos
epi info 2000 y SPSS 7.5.
RESULTADOS
La Tabla 1 muestra la población estudiada por edad y sexo, la Tabla 2 presenta la prevalencia de tabaquismo según el curso y sexo de los jóvenes; por su parte, la Tabla 3 indica la PV y la persistencia ulterior como fumador y la Tabla 4 la PUM. Finalmente, la Tabla 5 indica la distribución porcentual de aspectos psicosociales valorados por la encuesta y la Tabla 6 resume los factores de riesgo bruto y ajustado al conjunto de las variables incluidas en el modelo. El 100% de las encuestas entregadas fueron contestadas por los alumnos, dado que el criterio seguido fue entrega-recepción en el mismo día. El 53,0% de los encuestados fueron mujeres con un promedio de edad de 12,9 ± 0,92 años y el 47,0% varones de 13,0 ± 0,93 años de edad. La PV fue del 27,0 por ciento, en tanto la PUM del 10,4%. Hubo mayor PUM en los varones (54,4%) respecto de las mujeres (45,6%), diferencia no estadísticamente significativa (X2 = 1,9 p: 0,08). Esta diferencia fue mayor al considerar la PV (61,5% varones, 38,5% mujeres (X2 = 23,0 p<0,001). La exposición directa al tabaco aumentó con la edad, desde el 3,0% a los 11 años, al 32,6% a los 14 años (X2= 25,0 p<0,001). La PV mostró que la mayoría experimentó con el tabaco entre los 10 y los 13 años, y fue igual para ambos sexos. Los varones comenzaron antes que las niñas, pero con diferencias respecto de la edad en el total no estadísticamente significativas (X2= 7,08 p= 0,31). El 40% de los jóvenes que probaron el cigarrillo (PV) continúan actualmente como fumadores (PUM). No hubo diferencias estadísticamente significativas entre la edad al primer contacto con el tabaco y la persistencia como fumador ulterior. En quienes continuaron siendo fumadores, el lapso transcurrido entre la primera experimenta ción con el tabaco y el momento de la encuesta fue de un año o menos, en el 33,0%; de dos años, en el 46,5% y de tres o más años, en el 20,0%.
TABLA 1. Población estudiada según sexo y edad. Adolescentes del tercer ciclo EGB. Ciudad de Olavarría, Buenos Aires, 2005
TABLA 2. Prevalencia de vida (PV) de tabaquismo según edad y sexo. Adolescentes del tercer ciclo EGB. Ciudad de Olavarría, Buenos Aires, 2005. N (% dentro de cada sexo)
Tabla 3: Prevalencia de vida, edad de primer contacto y persistencia ulterior como fumador
TABLA 4. Prevalencia de tabaquismo en el último mes según edad y sexo
TABLA 5. Distribución porcentual de algunas variables psicosociales valoradas por la encuesta
TABLA 6. Factores de riesgo para el hábito de fumar en jóvenes del tercer ciclo EGB de la Ciudad de Olavarría, 2005 Buenos Aires (Prevalencia de tabaquismo último mes= 10,0%)
Conocimientos y actitudes: En tanto sólo el 7% de
los jóvenes cree que el fumar los hace más atractivos
al sexo opuesto, el 7,3% de los no fumadores mantuvieron
esta opinión frente a 3,8% de los fumadores.
Más fumadores (38,0%) que no fumadores (33,0%)
creen que el hábito hace adelgazar y tal creencia se
invierte respecto de engordar (10,0% fumadores y
16,0% no fumadores). Un 91,2% de los no fumadores
cree que el tabaquismo daña la salud, frente al 66,2%
de los fumadores; pero, si consideramos conjuntamente
la respuesta "sí, hace daño" y "probablemente
hace daño", los porcentajes son prácticamente los
mismos en ambos grupos de jóvenes (96,0%).
Exposición al humo ambiental: En 13,4% de los
hogares de los jóvenes, ambos padres fuman, cifra
que asciende al 19% en los hogares de los jóvenes
fumadores. En los hogares de los jóvenes no fumadores,
el 47,2% de los padres son no fumadores, en
tanto que en los hogares de los jóvenes fumadores
el 29,1% de los padres son no fumadores. Las
madres fuman en el 13,3% de los hogares y los
padres en el 18,1%. En los hogares de los adolescentes
fumadores las cifras fueron 15,2% y 21,5%,
respectivamente, frente al 13,0 y 17,7% en los no
fumadores. La condición de fumador pasivo, los
siete días de la semana, fuera del hogar, llegó al
42,9% en los fumadores y al 10,6% en los no fumadores.
En cuanto a la prohibición de fumar, resulta
llamativa la frecuencia de fumadores que respaldan
esta norma (61,8%).
Deseos de abandono: El 17,9% de los fumadores
cree que seguirá fumando durante el próximo año
y el 41,0% lo considera como probable; la suma de
ambas respuestas mostró que el 58,9% probablemente
persistirá como fumador. El 46,1% manifestó
que deseaba dejar el cigarrillo; de ellos, el 36,4%
buscó ayuda de un familiar, el 24,2% en los amigos,
un 15,2% de un profesional y el resto (24,2%) no
recibió ayuda o no la buscó. El 70,0% de los fumadores
que intentaron dejar de fumar el último año
quiere, efectivamente, dejar el tabaco.
Entrenamiento recibido: El 68,8% de los fumadores
y el 79,1% de los no fumadores coincidieron en
que o no habían hablado sobre los efectos del
tabaquismo en la escuela o fueron pocas las veces
que lo hicieron. La contribución de los mensajes
sobre el tabaco y sus efectos fue importante para el
44,0% de los fumadores y para el 30,3% de los no
fumadores.
Factores de riesgo: La presencia de padres fumadores
en el hogar y tener amigos que fuman fueron
los dos mayores factores de riesgo para el inicio
temprano del hábito de fumar.
DISCUSIÓN
La globalización también se expresa en la extensión
de conductas que favorecen estilos de vida
donde el tabaco y el alcohol emergen como elementos
deseables y deseados. Varias teorías sociales
intentan explicar la adquisición del hábito de fumar.
La conocida teoría del aprendizaje social de
Bandurra,18 en particular, afirma que el comportamiento
depende en gran medida de las expectativas
sobre las cuales se concibe el esquema deseado.
Según esta línea de pensamiento, los adolescentes
que presentan una tendencia aumentada a ser fumadores
serían aquellos que se observan a sí mismos tal
como quisieran ser a partir de ese esquema.19
Un 33,5% de la población en Argentina, unas
ocho millones de personas, son fumadores activos,
alrededor de 500 adolescentes comienzan a fumar
diariamente.20 Según la Secretaría de Programación
para la Prevención de la Drogadicción y la
Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), el
11,0% de los adolescentes de 12-15 años han fumado
en algún momento y no existen diferencias
entre varones y mujeres.21 La edad media de inicio
en Argentina es a los 13,0 años. La prevalencia de
inicio del hábito de fumar varía de acuerdo a las
encuestas entre los 11 y los 14 años de edad, según
las poblaciones. El estudio GYTS en la ciudad de
Buenos Aires mostró prevalencias para el año 2000
del orden del 30%, pero con grupos de edad extendidos
hasta los 19 años.11 La PUM en el estudio del
Municipio de La Costa, con un universo de jóvenes
del mismo rango etario que el presente, demostró
una PUM de 15%.6 La encuesta del PRONAP de la
Sociedad Argentina de Pediatría, del año 2001,21
halló que, sobre 5.350 adolescentes de 13-19 años
de la ciudad de Buenos Aires, la prevalencia de
tabaquismo oscilaba según la edad, y fue del 2%
entre los 12-13 años, en tanto que en Olavarría, en
la misma edad, fue del 4,2%. En la ciudad de
Corrientes, para el mismo año de la encuesta del
PRONAP, sobre 314 varones de 11-16 años, se
observó un 13,9% de fumadores.15 Datos de otros
países, como Chile, muestran prevalencias cercanas
al 15%.23 En todas las poblaciones estudiadas se
observa el fenómeno de aumento significativo del
tabaquismo a medida que se incorporan jóvenes de
mayor edad, lo que también ocurre en Olavarría.
La PV surge como un dato relevante. Argentina
ocupa el segundo lugar en Latinoamérica, luego de
Chile, con una PV que ocupa más de la mitad de su
población.11 Mientras que la PV fue del 9,0% a los 11
años, ésta aumenta al 40% a los 14 años de edad. De
acuerdo al presente trabajo, donde la adquisición
del hábito de fumar se inicia en los primeros años
de la adolescencia, los programas de prevención
del tabaquismo y promoción de la salud deberían
desarrollarse en el 7˚ y 8˚ grados. Más relevante aún
es considerar el rol creciente que juega el entorno.
Existen evidencias más que sustanciales sobre los
efectos que ejerce la pertenencia al grupo por medio
de la imitación. Los dos mayores factores de
riesgo para el inicio del hábito de fumar fueron el
tener padres fumadores y amigos que fuman (Tabla
6). Las cifras de ese factor de exposición y el tabaquismo
resultante varían según los estudios. Para
la ciudad de Buenos Aires, el estudio del PRONAP
informó que el 23% de los fumadores afirmó estar
influenciado por los amigos que fumaban, en cambio
el GYST Argentina mostró prevalencias mucho
más bajas, del 8% al 11%, mientras que en el municipio
de La Costa, el 44% de los amigos de los
fumadores fumaban. Para el estudio de Corrientes,
el 17% se vio influido por sus amigos.17 El otro gran
efecto es la inhalación pasiva de humo ambiental,
que en nuestros hallazgos mostró ser un importante
factor asociado; decididamente, el hecho de que
los padres fumen, facilita que los adolescentes adquieran
el hábito y juega como conducta permisiva.
En nuestra población, en la mitad de los hogares
había padres fumadores, pero otros estudios informan
entre el 40% y el 70% de padres fumadores.
6,11,21 Resulta llamativo que la gran mayoría
respalde la prohibición del tabaco en lugares públicos,
sean fumadores o no; no obstante, la frecuencia
de no prohibir resulta mayor entre los fumadores.
Otras investigaciones confirman este dato; es decir,
que se relaciona de alguna manera con la creencia
de que fumar pasivamente también es perjudicial
para todos, como sugieren los hallazgos del programa
GYTS. Esto es reforzado por el hecho de que
más del 80% afirmó que efectivamente produce
daño a la salud.
La creencia sobre el aspecto físico que produce
el tabaquismo ya ha sido señalada por otros autores
y los resultados del presente estudio son semejantes
al estudio GYTS en la Ciudad de Buenos
Aires, lo que supone que esta creencia está ampliamente
extendida. En nuestro estudio, creer que el
otro sexo es más atrayente si fuma fue más frecuente
entre los no fumadores (7,6%) que entre los
fumadores (3,3%). Un 4%-5% de los fumadores del
GYTS Argentina fumaron antes de los 10 años de
edad. Los datos de Olavarría son tres (3) puntos
superiores y no hay grandes diferencias en cuanto
a la edad. El estudio presentado pretende ser un
aporte a los datos epidemiológicos existentes sobre
pediatría y tabaquismo.
CONCLUSIONES
1. La Prevalencia de Vida entre los jóvenes escolares
fue del 27%, en tanto la Prevalencia de
tabaquismo durante el último mes alcanzó la
cifra del 10,4%; ambas crecen a medida que
aumenta la edad de los adolescentes.
2. El 40% de los que probaron el cigarrillo continuaron
como fumadores. El 44% de los fumadores
actuales desea abandonar el tabaco.
3. La exposición pasiva al humo del cigarrillo, los
siete días de la semana, alcanzó un 43% en los
fumadores y un 11% en los no fumadores, lo que
expresa una diferencia cualitativa en el entorno
de jóvenes fumadores y no fumadores.
4. Alrededor del 70% de los jóvenes declararon
que en la escuela no se habla sobre cómo repercute
el tabaquismo en su salud; sin embargo, un
porcentaje similar cree que fumar les producirá
daño.
5. Los factores de riesgo asociados a la posibilidad
de ser fumador mostraron un gran componente
del entorno afectivo, es decir, amigos y convivientes
fumadores.
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