COMENTARIOS
Escherichia coli O157 H7: presencia en alimentos no cárnicos
Dra. Etelvina A. Rubeglio* y Lic. Silvia Tesone**
* Laboratorio de Análisis Biológicos.
**Laboratorio Biocult.
Correspondencia: rubeglioe@fibertel.com.ar
A raíz de la aparición en Estados Unidos de un
nuevo brote de E. coli enterohemorrágico detectado
esta vez en la producción de espinacas1 y que
afectó a más de veinte estados y a países importadores,
como Méjico, Canadá y Tailandia, la intención
de este comentario es llamar la atención sobre
la importancia del hallazgo de este microorganismo
en el medio ambiente.
Escherichia coli serotipo O157:H7 es un microorganismo
patógeno relacionado con infecciones
graves en el hombre y producidas por contaminación
del agua y los alimentos.2
La patogenicidad se asocia principalmente a la
producción de citotoxinas llamadas verotoxinas
(SLT-1 y SLT-2).3
Este microorganismo es la causa principal de
colitis hemorrágica, aunque otros serotipos de E.
coli y Shigella spp pueden producir citotoxinas
semejantes y desencadenar la misma patología.
Con predominancia en niños menores de 5 años,
la infección puede ocasionar el síndrome urémico
hemolítico (SHU).4 Hasta el presente, E. coli
O157:H7 es el serotipo más frecuentemente aislado
en brotes epidémicos.5 La Argentina tiene la
mayor incidencia en el mundo: actualmente, alrededor
de 13,9 casos por cada 100.000 niños
menores de 5 años, sin calcular el subregistro de
la enfermedad.
Estas cifras y la variedad de cepas productoras
de verotoxinas destacan la importancia del coprocultivo
como prueba rápida de detección de
verotoxina en materia fecal y de la necesidad de
incorporarla a la rutina de estudio, para todos los
casos sospechosos de infección con una bacteria
que la produzca.
Se han descripto brotes asociados a la ingestión
de carne picada poco cocida, lácteos y jugos
de frutas sin pasteurizar, como también verduras.
Asimismo, son numerosos los brotes de enfermedad
transmitidos por consumo de agua contaminada
en ámbitos recreacionales (lagos, piletas
de natación, etc).6 También se han descripto casos
de contaminación por E. coli O157 debidos a contaminación
cruzada por manipuladores, equipamiento
y utensilios.
Estudios en muestras de ganado vacuno revelan
un alto grado de colonización, pero ha sido
aislado también recientemente en otros animales
salvajes y domésticos. La transmisión persona a
persona también se ha documentado y se demostró
portación asintomática que varió entre 1-36 días,
con una media de 9 días en niños y 7,5 en adultos.
La dosis infectiva de este microorganismo es muy
baja: alrededor de 10 células bacterianas.
Algunos trabajos determinan que 2 bacterias
en 25 g de alimento son suficientes para causar
infección, sin que la bacteria se haya multiplicado
en el alimento sino, simplemente, sobrevivido.
Para el aislamiento en alimentos no existen
hasta el momento normas oficiales reproducibles,
sensibles y sencillas, y están en desarrollo varios
métodos moleculares. Se han descripto variantes
fenotípicas que pueden tener un alto impacto en
los porcentajes obtenidos según los métodos de
diagnóstico.
Los informes de prevalencia en producción
primaria, hasta el momento, son difícilmente comparables
por causa de los diferentes métodos de
muestreo y de laboratorio utilizados.
Los informes sobre casos de brotes asociados a
vegetales en otros países no publican datos sobre
la prevalencia del microorganismo en esos alimentos,
hierbas o especias, pero se describen brotes
de SUH por ellos.
Teniendo en cuenta estas consideraciones iniciamos
hace un año, con un grupo de ingenieros
agrónomos y bromatólogos, un relevamiento sobre
la presencia de E. coli O157 en alimentos de
consumo humano no cárnicos, como también de
las cepas no E. coli O157.
Se trató de un estudio piloto para poder definir
la varianza y, con ella, el tamaño de la muestra
para cada subgrupo de productos que será objeto
de una investigación posterior. El aislamiento y la
identificación de E coli O157 en alimentos de origen
no cárnico, tanto crudos como procesados,
presenta altos grados de dificultad.
La mayoría de los trabajos descriptos en la
bibliografía especializada se basan en estudios
sobre brotes de SUH con aislamientos en muestras
clínicas y, en la mayoría de casos, no se logró
aislar el microorganismo del alimento.
En nuestro estudio, con el objetivo de detectar la
bacteria en alimentos no cárnicos y aguas se utilizaron
varios métodos en paralelo: medios de cultivo
tradicionales y cromogénicos y métodos de diagnóstico
presuntivo por enzimoinmunoanálisis.
En cuanto a las cepas aisladas, se probaron
contra sueros para E. coli O157 y contra otros
sueros polivalentes de E. coli que también pueden
producir verotoxinas y el SUH.
La elección de los lugares de muestras fueron
en Capital y Gran Buenos Aires: Mercado de
abasto, venta ambulante, huertas, supermercados
pequeños, autoservicios y mercados al aire
libre. Se trató de optimizar la representatividad
de las muestras (más de una unidad) y se eligieron
productos de venta al peso, o vendidos a
granel, o de mayoristas, no envasados previamente
y verduras que pueda suponerse no hayan
sufrido lavado alguno.
Se difinieron los grupos de la siguiente manera:
1) Aguas de consumo/riego y jugos.
2) Verduras y frutas.
3) Lácteos.
Se investigó:
a) Presencia de coliformes totales.
b) Presencia de E. coli no O157 y se informaron
como E. coli no O157/50 g (EC1 o EC2).
c) Presencia de E. coli O157 y se informaron como E. coli O157 /50 g.
Los resultados obtenidos fueron:
Frutas y verduras: 68 muestras
Positivas para E. coli O157: 4 (5,88%) y los
aislamientos fueron en una cebolla de verdeo y
tres muestras de verduras cortadas y preparadas
en bandejas para su venta.
Lácteos: 53 muestras
Positivos para E. coli O157: 2 (3,77%). Se aisló
en una mozarella y una ricota.
Ambas muestras fueron productos no envasados
y de venta al peso.
Alimentos preparados: 45 muestras
Positivos para E. coli O157 positivas: 1 (2,22%).
Se aisló en una pasta rellena con verdura.
Agua y jugos: 40 muestras
Positivas para E. coli O157: (0,00%). Aunque en
casi un 50% de ellas se detectó contaminación con
coliformes, o sea contaminación fecal.
En ninguna muestra se aislaron otros serotipos
de E. coli buscados.
En este estudio piloto de 206 muestras la presencia
confirmada de E. coli O157 fue de 3,4%.
El fin de esta comunicación es enfatizar la
presencia del microorganismo en la naturaleza,
donde sobrevive aun en condiciones no óptimas
para su desarrollo. Prueba de ello son los episodios
de brote (alimentos o agua) cada vez más
frecuentes.
Se requieren medidas higiénicas cada vez más
minuciosas en los procesos de producción, conservación,
transporte y manufactura de alimentos,
tanto a nivel industrial como doméstico y,
especialmente, un estricto control del agua que
utilizamos para consumo, riego o recreación.
Por último, destacamos la necesidad de diseñar
campañas de información y educativas para
alertar a la población sobre el adecuado uso de los
procedimientos a seguir, tanto en la elección del
alimento como en la forma de su manipulación y
cocción. Además, esas campañas deberían
concientizar a los productores y los manipuladores
de alimentos sobre los peligros que acarrea
desconocer las normas establecidas.
1. Committee for Disease Control and Prevention (CDC). Ongoing multistate outbreak of Escherichia coli serotype O157: H 7 infections associated with consumption of fresh spinach. United Status. MMWR 2006; 55:1045.
2. Kenn JE, Wittum TE, Dunn JR, Bono JL, Durso LM. Shigatoxigenic Escherichia coli O157 in agricultural fair livestock United Status. Emerg Infect Dis 2006; 12:780-785.
3. Karmali MA, Petric M, Lim C, et al. The association between idiopathic hemolitic uremic syndrome and infection by verotoxin-producing Escherichia coli. J Infect Dis 1986; 151:775-782.
4. Gianantonio CA, Vitacco M, Mendilaharzu F, et al. The hemo-litic uremic syndrome. Nephrom 1973; 1:174-192.
5. Rivas M, et al. Characterization and Epidemiologic Subtyping of Shiga toxin Producing Escherichia coli Strain Isolated from Hemolytic Uremia Syndrome and Diarrea Cases in Argentina. Foodborne Pathog Dis 2006; 1(3):88-96.
6. Olsen SJ, Millar G, Breuer T, et al. Waterborne Outbreak of Escherichia coli O157:H7 infections and Hemolitic Uremic Syndrome: implications for rural water system. CDC 2002; 8:100-112.