COMENTARIO DE LIBRO
Dermatología pediátrica y de la adolescencia
Dr. Héctor G. Crespi
Dra. Fabiana C. Fligler
Los temas dermatológicos y su correcto diagnóstico
no suelen ser tarea fácil para los pediatras.
Las clases y mostraciones en distintos eventos
suelen convocar a multitud de ávidos concurrentes
que ven pasar definiciones, clasificaciones e
imágenes, muchas de las cuales han visto reiteradamente,
sobre situaciones clínicas de la cotidianeidad.
Y siempre parecen novedosas. Incluso en
los congresos pediátricos, los espacios asignados a
la especialidad tienen asegurada la asistencia.
Dada la multiplicidad de diagnósticos y las
variaciones propias de cada una de las entidades
clínicas, el pediatra las aborda con un significativo
margen de inseguridad; y muchas veces, confía en
su memoria visual. Por otro lado, la industria
farmacéutica presiona con una variada gama de
productos cuyas diferentes asociaciones de drogas
transmiten la sensación mágica de que todo se
soluciona con cierta facilidad.
Los autores del libro Dermatología Pediátrica y de
la Adolescencia cuenta con la ventaja de una larga
trayectoria de trabajo junto a los pediatras. Es más,
con uno de ellos hemos compartido innumerables
situaciones clínicas en el ámbito hospitalario. Concretamente,
saben de nuestras carencias y han
logrado transmitir lo que necesitamos.
Llama la atención la prolijidad de la presentación,
con capítulos no demasiado extensos, un
buen ordenamiento esquemático, fácil de hallar y
leer, y con interesantes y breves aportes fisiopatológicos
y clínicos. Los aspectos terapéuticos se abordan
con más detalle en aquellas afecciones
donde la intervención del pediatra es viable. El
estilo es sencillo y atractivo.
Resaltan, por su vigencia, el capítulo relacionado
con Sida y Sífilis, la adecuada descripción de
Nevos-Dermatoscopía y el dedicado a Acné, entre
otros, como recursos sumamente útiles para la
práctica cotidiana.
Como era de esperar, cada capítulo está avalado
por una adecuada bibliografía.
La aridez de algunos temas ha llevado a los
autores a emplear un tono coloquial muy adecuado,
lo que, sumado a una interesante presentación,
facilita la lectura.
Un tema a reconsiderar es el cuadernillo iconográfico
que acompaña al libro, prolijamente presentado.
Con la intención de ofrecer una amplia
gama de casos, hecho logrado, se sacrifica el tamaño
y, por ende la calidad de las fotos, algunas de
las cuales no logran el objetivo buscado. Seguramente,
este detalle podrá ser mejorado en futuras ediciones.
Dr. Abel Monk