Utilización de medicina alternativa o complementaria en una población pediátrica de un hospital de comunidad
Use of alternative or complementary medicine by the pediatric population of a community hospital
Dr. Alfredo Eymanna, Dra. María M. Bellomoa, Dra. Cristina Catsicarisa y Dr. Carlos Wahrena
a. Servicio de Clínica Pediátrica del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Conflicto de intereses:
Nada que declarar.
Correspondencia:
Dr. Alfredo Eymann
alfredo.eymann@hiba.
org.ar
Recibido: 8-10-08
Aceptado: 14-4-09
RESUMEN
Introducción. La consulta pediátrica en el ámbito
de las medicinas alternativas o complementarias
es una práctica cada vez más frecuente.
Objetivos. Conocer la prevalencia de uso, los
motivos para consultar, los beneficios percibidos
y la comunicación al pediatra de cabecera,
de familias que consultan en medicina alternativa
o complementaria.
Métodos. Estudio de corte transversal. Se incluyeron
todos los niños sanos de 4 a 17 años que
concurrieron a la Central de Emergencias Pediátricas
acompañados por un adulto responsable.
La muestra se tomó en forma consecutiva y por
conveniencia.
Resultados. Se invitó a participar del estudio 280
acompañantes de niños y completaron la encuesta
246. Todos los pacientes tenían sus necesidades
básicas satisfechas y un seguro de salud. La
media de edad de los niños fue de 9,2 y la de los
acompañantes, de 39,6 años.
El 84,5% conocía alguna medicina alternativa o
complementaria y el 13% había consultado en
esas prácticas en alguna oportunidad. La homeopatía
fue la más conocida (76%) y la más
consultada (8,8%).
El 96,7% de los niños que utilizaron una medicina
alternativa o complementaria continuaron
con el pediatra de cabecera, pero el 42% de los
acompañantes no se lo comunicó.
Entre los que consultaron a medicinas alternativas,
el 42% manifestó que le brindaron
mayor tiempo en la consulta, habían mejorado
los síntomas por los que consultaron en el
78,5% y habían dado respuesta al problema de
salud en el 87%.
Conclusión. El 84,5% de los encuestados conocía
alguna medicina alternativa o complementaria
y el 13% de los niños había acudido a ella en alguna
oportunidad. La homeopatía fue la más
conocida y la más consultada.
Casi el total de los niños que consultaron por
medicina alternativa o complementaria continuaron
el seguimiento clínico con el pediatra
de cabecera, pero el 42% de los acompañantes
no se lo comunicó.
Palabras clave: Medicina alternativa o complementaria; Niños; Relación médico-paciente.
SUMMARY
Introduction. Consultation to complementary
and alternative medicines (CAM) in the pediatric
population is becoming more frequent.
Objectives. To assess the prevalence of the consultations,
the communication with their doctors
and the characteristics of patients and families
who consult CAM.
Methods. A transversal study was done. All
healthy children age 4 to 17 who attended with
a responsible adult to the emergency unit were
included. The sample was taken in a consecutive
non randomized way.
Results. Two hundred and eighty carers of the
children were invited to participate in the study
and 246 completed the survey. All of the patients
had their basic needs satisfied and a health insurance.
The medium age of the children was 9.2
and the one of the carers 39.6 years.
In 72% of the visits the carer was the mother and
in 24% the father.
Some CAM was known by 84.5% and 13% had
consulted in some opportunity. Homeopathy
was the most known (76%) and consulted (8.8%).
96.7% of the children that used a CAM continued
their clinical follow-up with their pediatrician
but 42% of the carers did not tell this to
the pediatrician. The carers of the patients who
consulted CAM said that more time was given
in the visit (42%), the symptoms for which their
consulted got better (78.5%) and they found an
answer to their child's health problem (87%).
Conclusions. From surveyed people, 84.5%
knew about CAM and 13% of the children had
consulted at some moment. Homeopathy was
the most known (76%) and the most consulted
(8.8%). Almost all of the children that consulted
a CAM continued their clinical follow-up with
their pediatrician but 42% didn't tell them about
their consultation.
Key words: Complementary and alternative medicine; Children; Doctor-patient relationship.
INTRODUCCIÓN
La medicina alternativa o complementaria
se puede definir como
el conjunto de sistemas, prácticas o
productos médicos y de atención de
la salud no considerados parte de la
medicina convencional que, en nuestro
país, es la medicina alopática occidental.1,2 En la República Argentina, el sistema de
enseñanza y práctica de la medicina está basado
predominantemente en este modelo, es decir que
las medicinas alternativas o complementarias no
tienen un papel determinante dentro del sistema
nacional de salud.
Sin embargo, la consulta a las medicinas alternativas
o complementarias en la población pediátrica
es una práctica cada vez más frecuente. Se ha
descrito su uso en niños con enfermedades crónicas,
como artritis reumatoidea juvenil, asma, cáncer,
fibrosis quística y trastornos neurológicos, en
una prevalencia que alcanza hasta el 89% de estos
niños al ser interrogados en clínicas específicas.3-7 En estudios de niños sin ningún cuadro crónico, la
prevalencia de uso tuvo una variación del 2-58%.8-15
Si bien en la Argentina no existen registros
sobre la prevalencia de consulta a las medicinas
alternativas o complementarias en niños, un estudio
realizado en nuestro país en 2003 mostró que alrededor del 55% de los pacientes adultos
encuestados había utilizado medicina alternativa
o complementaria en algún momento.16
Los pediatras no suelen estar familiarizados
con las medicinas alternativas o complementarias
dado que tales prácticas no están incluidas en la
currícula de las facultades de Medicina; en forma
reciente, algunas universidades de EE.UU. y de
la Argentina están comenzando a considerarla en
sus programas17 y la Academia Estadounidense
de Pediatría incluyó en su sitio una Sección Provisional
sobre Medicina Complementaria, Holística
e Integrativa.18 La actitud del médico en relación a
la pesquisa de uso de medicina alternativa o complementaria
por parte de sus pacientes depende
de múltiples factores, entre otros, su propia experiencia
personal.19 Si el médico no investiga acerca
de su empleo, el paciente puede no comunicarlo
por no percibir el ambiente propicio para hacerlo.
El resultado de esta falta de comunicación médico-
paciente puede propiciar situaciones clínicas
de riesgo ya que, para la mayor parte de la población,
las medicinas alternativas o complementarias
son métodos naturales carentes de efectos adversos
o sin interacciones negativas cuando se emplean
solas o conjuntamente con medicamentos
convencionales.8
Las medicinas tradicionales o indígenas se refieren
a prácticas que son frecuentes en América
como herencia de los pueblos aborígenes. Son de
fácil acceso y están arraigadas en la cultura de la
comunidad, principalmente en las poblaciones
rurales y suburbanas, por lo que no se las indagó en este estudio.20
OBJETIVOS
Conocer la prevalencia de uso, los motivos para
consultar, los beneficios percibidos y la comunicación
al pediatra de cabecera de familias que
consultan en prácticas de medicina alternativa o
complementaria.
MÉTODOS
Se realizó un estudio de corte transversal. Se
incluyeron todos los niños de 4 a 17 años que concurrieron
acompañados por un adulto responsable
a la Central de Emergencias Pediátricas del
Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA), durante
el transcurso de las dos primeras semanas
de octubre de 2006, de lunes a viernes, en los horarios
de 9-12 h y de 14-18 h. La muestra se tomó en forma consecutiva y por conveniencia, previo
consentimiento oral de los adultos acompañantes
de los pacientes.
Se excluyó a los pacientes con enfermedad
aguda que requerían atención de urgencia y los
portadores de enfermedades crónicas.
Se confeccionó una encuesta de 15 preguntas
diseñada por un grupo de pediatras para ser contestada
en la sala de espera y se realizó una validación
de comprensión y ajuste con un grupo de
20 pacientes. No se midió la estructura ni la validez
interna de la encuesta (Anexo 1).
Se definió como medicina alternativa o complementaria
a las siguientes prácticas: homeopatía,
acupuntura, reiki, digitopuntura, reflexología,
medicina naturista, quiropraxia, fitoterapia, medicina
china, osteopatía, medicina ayurveda y medicina
antroposófica.
Se incluyeron las siguientes variables: sexo y
edad del paciente, edad y tipo de acompañante
(madre, padre u otro), su nivel de instrucción finalizado
(primaria, secundaria o terciaria/universitaria)
y la comunicación al pediatra de cabecera de su
consulta a medicina alternativa o complementaria.
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética
de Protocolos de Investigación del Hospital Italiano
de Buenos Aires.
Se calculó el tamaño muestral para demostrar
una prevalencia comunicada de 11% con un intervalo
de confianza de 95% y un error del 4%. El
tamaño muestral se estimó en 233 pacientes.
Las variables categóricas se analizaron con la
prueba de ji al cuadrado y las continuas, con la
prueba t de Student. Se consideró significativo un
valor de p menor a 0,05. Se utilizó el programa estadístico
Stata 8.0.
RESULTADOS
Fueron invitados a participar del estudio 280
acompañantes de niños y completaron la encuesta
246. Se observó que 22 niños presentaron alguna
enfermedad crónica; en 8, su enfermedad aguda
no permitió la toma de la encuesta, en 3 los acompañantes
manifestaron que no tenían tiempo y 1
no aceptó colaborar.
Todos los pacientes tenían sus necesidades básicas
satisfechas y un seguro de salud.
La media de edad de los niños fue de 9,2 años
y la de los acompañantes, 39,6 años.
En el 72% de las consultas los acompañantes
fueron las madres y en el 24%, los padres. Habían
finalizado sus estudios secundarios el 84% de los
acompañantes y los terciarios o universitarios el
46,7% (Tabla 1).
Tabla 1. Características de los pacientes que consultan en prácticas de medicina alternativa o complementaria
El 84,5% conocía alguna medicina alternativa o
complementaria y el 13% las habían consultado en
alguna oportunidad. Las medicinas alternativas fueron: homeopatía 76% y 8,8%, acupuntura 62%
y 2,4%, reiki 40,6% y 2,4% y otras 36,1% y 5,2%
respectivamente.
El 96,7% de los niños que utilizaron una medicina
alternativa o complementaria continuaron
el seguimiento clínico con el pediatra de cabecera,
pero el 42% de los acompañantes no se lo comunicó.
Los acompañantes de los pacientes que habían
consultado medicina alternativa o complementaria
refirieron que les habían brindado más
tiempo en la consulta en el 42%, habían mejorado
los síntomas por los que consultaron en el 78,5%
y habían dado respuesta al problema de salud de
su hijo en el 87% (Tabla 2).
Tabla 2. Motivos para consultar y beneficios percibidos de las medicinas alternativas y complementarias
El consultar en una práctica de medicina alternativa o complementaria no estuvo asociado a la edad o al sexo del paciente, como tampoco a la edad o al nivel de instrucción de los acompañantes.
DISCUSIÓN
Según nuestros resultados, la prevalencia del
uso de medicina alternativa o complementaria
en niños es de 13%. Este dato es similar al encontrado
por Spigelblatt, en 1994 para población canadiense
(11%)11 y menor al 54% recientemente
descrito por Jean en la población de EE.UU.8 A
diferencia de este trabajo, en nuestro estudio se
excluyeron los pacientes con enfermedades crónicas,
por considerar que este dato conduciría a
un sesgo en la muestra poblacional, debido a que
el HIBA es un centro de derivación de patologías
crónicas de otras provincias.
La bibliografía señala que 1 de cada 3 mujeres
estadounidenses consultaron medicinas alternativas
o complementarias en alguna oportunidad
y que éstas son principalmente de mediana edad,
instruidas, urbanas y con seguro de salud.21 Este
grupo poblacional es similar a los acompañantes
de las familias encuestadas en nuestro estudio.
En nuestra muestra no hallamos que el uso de
medicina alternativa o complementaria estuviera
asociado a la edad y sexo de los pacientes ni tampoco
a la edad y nivel de instrucción del acompañante.
En una actualización reciente se señala que
no existen diferencias significativas de género ni
clase social entre los niños que usan medicinas alternativas
o complementarisa y es controvertida
la asociación en relación a la edad de los niños y
nivel educativo de los padres.22
La medicina alternativa o complementaria más
consultada y conocida, según nuestro trabajo, fue
la homeopatía, tal como se ha descrito en otros
estudios.12-14 Esto podría explicarse por su larga
tradición en el país; en cambio, en la población
estadounidense, la medicina alternativa o complementaria
más consultada fue la quiropraxia.11
Es interesante observar que la homeopatía, como
el resto de las medicinas alternativas o complementarias,
es percibida por la gente como
natural, inocua y carente de efectos adversos. Esto
se sostiene, en alguna medida, por la escasa regulación
y legislación en todo occidente, así como
también por la falta de controles de farmacovigilancia.
21,22 En una revisión aleatorizada de estudios
clínicos sobre homeopatía se destaca la falta
de evidencia en la recomendación de medicina
alternativa o complementaria para dolencias en
pediatría.23 Este tipo de estudios son ampliamente
criticados por quienes apoyan las medicinas alternativas
o complementarias, pues sostienen que no
se puede evaluar la satisfacción o percepción de
bienestar que brindan las medicinas alternativas
o complementarias por tratarse de algo subjetivo
y personalizado y, por lo tanto, no cuantificable
con los métodos utilizados por la medicina basada
en la evidencia.24-26
En nuestro estudio, los motivos por los cuales
los pacientes acuden a las medicinas alternativas
o complementarias fueron diversos; entre ellos,
se destacan: las creencias, las recomendaciones,
el fracaso del tratamiento convencional, etc. Otros
trabajos han mostrado como motivaciones para
la consulta: percepción de efectividad y seguridad,
congruencia filosófica, énfasis en el enfoque
holístico, contacto con lo natural, rol activo del
paciente, buena relación médico-paciente, suficiente
tiempo en la consulta, etc.22,25 Como motivaciones
negativas para no consultar en el ámbito
de la medicina convencional se describe: falta de
eficacia para ciertas enfermedades, efectos adversos
graves, fallas en la relación médico-paciente,
consultas breves, listas de espera, poco contacto
humano, etc.27
Se ha descrito una asociación significativa entre
la falta de satisfacción con el tratamiento convencional
y la utilización de medicina alternativa
o complementaria;8 esto podría verse influenciado
por el alto número de pacientes con enfermedades
crónicas en las cuales, muchas veces, los tratamientos
tienen una eficacia limitada. El hecho de
no poder encontrar en nuestro estudio una causa
predominante por la cual los pacientes consultan
en prácticas de medicina alternativa o complementaria
habla de la diversidad de motivaciones
existentes.19 Un estudio las ordenó según la frecuencia en: recomendación de conocidos, consideración
de tratamientos más efectivos, temor a
los efectos adversos de los medicamentos, insatisfacción
con la medicina convencional, necesidad
de atención más personalizada y acuerdo con los
valores y creencias culturales de la medicina alternativa
o complementaria.22
El 96,7% de los niños que utilizaron una medicina
alternativa o complementaria continuaron
el seguimiento clínico con el pediatra de cabecera;
esto podría estar en relación con el prestigio de la
pediatría en nuestra comunidad.
El 42% de los acompañantes no le comunicó al
pediatra de cabecera que había consultado una
medicina alternativa o complementaria. Estos y
otros resultados coinciden en que la no comunicación
con sus médicos oscila en 50-87%.12-15 Sin embargo,
la bibliografía refiere que el 76% de los
pediatras cree que, en el caso de utilizar alguna
medicina alternativa o complementaria, sus pacientes
se lo contarían.8
Al analizar la percepción de resultados encontramos
que las prácticas de medicina alternativa o
complementaria les dedican más tiempo de consulta
en un 41%. En el HIBA, la consulta pediátrica
tiene una duración de unos 20-30 minutos; aun
así, las consultas a medicina alternativa o complementaria
se perciben como más prolongadas.
No se encontraron diferencias significativas
entre ambos enfoques en cuanto a la percepción
de ser más escuchados ni ser más intensivos, como
se han descrito en otros estudios.22
Finalmente, debería ser una prioridad para los
médicos limitar el uso indiscriminado de terapias
ineficaces, costosas o riesgosas, ya sean basadas
en medicina alternativa o complementaria o en la
medicina convencional. Esto es sumamente relevante
en el caso de los pacientes pediátricos, cuya
especial fisiología y etapa del desarrollo los torna
particularmente vulnerables.26
Otra limitación es la falta de interés de la industria
farmacéutica por financiar este tipo de
estudios pues, en general, deja el costo en manos de organismos estatales, muchas veces con otras
prioridades. También, el diseño de los estudios
se dificulta aún más por la utilización simultánea
de varios tipos de medicina alternativa o complementaria
y de medicina convencional.
Múltiples estudios de n= 1 y la exclusión en
los de pacientes con alta respuesta a placebo son
algunas de las posibilidades para profundizar el
conocimiento sobre las medicina alternativa o
complementaria.27
Este estudio tiene algunas limitaciones: sus resultados
se obtuvieron a partir de encuestas que
registran datos alejados en el tiempo, con los consiguientes
sesgos de recuerdo y condicionamiento
de las respuestas. La población que consulta
en nuestro hospital sólo es representativa de niños
argentinos urbanos cuyas necesidades básicas
están satisfechas.
Los pediatras deberíamos conocer e interrogar
a los padres de nuestros pacientes sobre sus creencias
en relación a la salud y eventual utilización
de alguna medicina alternativa o complementaria.
La comunicación médico-paciente sin prejuicios
y un mayor conocimiento de los pediatras
acerca de las medicina alternativa o complementaria
permitirá un mejor cuidado de la salud de
los niños que atendemos.
CONCLUSIÓN
El 84,5% de los encuestados conocía alguna
medicina alternativa o complementaria y el
13% de los niños había acudido a ella en alguna
oportunidad. La homeopatía fue la más conocida
(76%) y la más consultada (8,8%).
El 96,7% de los niños que consultaron en prácticas
de medicina alternativa o complementaria
continuaron el seguimiento clínico con el pediatra
de cabecera, pero el 42% de los acompañantes
no se lo comunicó.
El consultar en prácticas de medicina alternativa
o complementaria no estuvo asociado a la edad
ni el sexo del niño, como tampoco a la edad o al nivel
de instrucción alcanzado por el acompañante.
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