EDITORIAL
La OMS y su iniciativa "Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente"
The WHO and its "World Alliance for Patient Safety" iniciative
Múltiples estrategias se están implementando
en los últimos años para la prevención de
errores en medicina y mejorar la seguridad en el
cuidado de los pacientes. Las iniciativas pueden
ser establecidas por instituciones gubernamentales,
fundaciones creadas para ese fin, sociedades
científicas y por los propios hospitales o centros
médicos. En 1999, el gobierno de EE.UU. dio los
pasos iniciales en la implementación de medidas
destinadas a aumentar la seguridad de los pacientes,
en respuesta a varios estudios publicados
que demostraban la alarmante frecuencia de
errores que se cometían en su cuidado y las graves
consecuencias que ocasionaban. Es así que
impulsó la creación del programa "Errar es humano" (To err is human, según su denominación
en inglés) que despertó una muy importante motivación
para que, en otros países, se establecieran
estrategias similares con la participación de
instituciones públicas y privadas. En los primeros
años de este siglo estamos observando notables
progresos en la seguridad de los pacientes, aunque
aún falta mucho por hacer y el camino a recorrer
no es nada fácil. La mayor dificultad en la
prevención de errores en medicina reside en que
para obtener resultados alentadores se requiere
fundamentalmente, y antes que todo, un profundo
cambio de cultura en el abordaje del error. Del
clásico modelo, de ocultamiento y punición para
quienes lo cometían, debemos pasar a otro diametralmente
opuesto donde se reconozca que en
cada acción en el cuidado de un paciente estamos
expuestos a cometer algún error no intencional; y
por lo tanto debemos detectar los errores, aprender
de ellos (en vez de ocultarlos) y colocar la
seguridad de los pacientes como una de las prioridades
en la atención médica.
Asimismo, es de hacer notar que en los errores
comunes en medicina usualmente hay una
conjunción de circunstancias que confluyen para
que el error se cometa. En este proceso participan
los aspectos que facilitan que el individuo
se equivoque (factor humano) y las deficiencias
en los sistemas. Por naturaleza, el hombre comete
y seguirá cometiendo errores, por lo tanto la implementación
de sistemas más seguros que puedan
impedir que el error ocurra o que llegue al
paciente, es un elemento indispensable en todas
las acciones a tomar y debe ser tenido en cuenta
en la organización del cuidado de la salud en todos
sus niveles.
Acorde con este planteo, la OMS creó en octubre
de 2004 una iniciativa especial denominada
Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente
(World Alliance for Patient Safety en su denominación
en inglés) con el deseo de establecer las políticas
necesarias para mejorar la seguridad de los
pacientes. La Alianza definió los programas a realizar
y los encaró como desafíos globales a desarrollar
en todo el mundo.
En octubre de 2005, un año después de creada
la iniciativa, se lanzó en la sede de la OMS en
Ginebra el primer desafío, que estuvo destinado a
promover una campaña mundial para disminuir
las infecciones nosocomiales bajo el lema "Una
atención limpia es una atención más segura".
Se desarrollaron estrategias centradas en especial
sobre la higiene de manos para prevenir la
propagación de infecciones asociadas a la atención
de pacientes hospitalizados, un gravísimo
problema que ocasiona terribles consecuencias
y que cada año afecta a millones de personas en
el mundo entero. Lamentablemente, el cumplimiento
de una correcta higiene de manos es sumamente
bajo y resulta la causa principal de la
diseminación de los gérmenes patógenos entre
los pacientes hospitalizados.
Según datos de la misma OMS en 2007, se calcula
que si médicos y enfermeras se lavaran las
manos regularmente durante su jornada de trabajo,
se evitarían cada día en todo el mundo 1,4
millones de casos de infecciones adquiridas en
hospitales y otros centros sanitarios. Incluso en
los países desarrollados, entre el 5 y el 10% de los
pacientes hospitalizados se infectan durante su estadía,
mientras que en algunos países no desarrollados
las cifras ascienden hasta un 25%.
Aún no contamos con datos sobre los resultados
de esta campaña, en la cual se esperaba una
reducción no menor a 30% en la tasa de infecciones
nosocomiales.
El segundo tema que encaró la OMS dentro
de la Alianza fue el de la seguridad en los pacientes
que se someten a una intervención quirúrgica.
Bajo el lema: "Cirugía segura salva vidas" (Safe
surgery save lives, según su denominación en inglés), se implementó un programa mundial para disminuir los errores en cirugía y en 2008 se difundieron las guías para poder alcanzar esa meta (WHO guidelines for safe surgery). Los errores en cirugía son frecuentes, aun cuando se ignora su verdadera prevalencia, y afectan a millones de personas. Se calcula que no menos de 234 millones de cirugías mayores se realizan anualmente en el mundo, por lo cual las posibilidades que ocurran descuidos que ocasionen errores son muy altas. Las principales estrategias difundidas por OMS están centradas en reducir errores en el quirófano y entre ellas se destaca la implementación de un listado de seguridad quirúrgica (surgical safety checklist, según su denominación en inglés) que ya ha demostrado su efectividad en un estudio realizado en varios países y publicado en la revista New England Journal of Medicine en enero de este año.
Otra actividad de la Alianza fue estimular las investigaciones que permitieran mejorar la seguridad de los pacientes al reducir los errores en medicina, basándose en los cerca de 10 millones de enfermos que mueren o sufren lesiones, como consecuencia de "prácticas médicas inseguras", cada año. Con ese motivo a fines de 2007 emitió un documento y en el acto de presentación el Dr. Liam Donaldson, director de la Alianza Mundial, dijo entre otras cosas un concepto muy aleccionador: "Las investigaciones para mejorar la seguridad de los pacientes ofrecen a todos los países miembros de la OMS un recurso innovador para ayudar a sus hospitales a evitar los errores médicos y asegurar la reducción del sufrimiento de los pacientes en lugar de contribuir a su aumento".
Es sumamente loable la iniciativa de la Alianza Mundial, pero para que tenga éxito resulta indispensable que sea acompañada por el esfuerzo de todos los profesionales que participan en el cuidado de la salud. Es necesario ser consciente del gravísimo problema que ocasionan los errores en la atención de los pacientes, contribuir a generar un cambio de cultura y motivar que las instituciones médicas desarrollen sistemas más seguros para la prevención de errores.
Dr. José M. Ceriani Cernadas
Editor