ARTÍCULO ORIGINAL
Asociación entre los patrones alimentarios durante el primer año de vida y alergia alimentaria en lactantes
Association of dietary patterns and food allergy in infants during the first year of life
Dra. Karla Amada Bascuñán Gamboaa, Dr. Sergio Gerardo Weisstaub Nutab, Dr. Rodrigo Andrés Chamorro Melob, Dra. María Antonieta Guzmánc y Dra. Magdalena Araya Quezadab
a. Escuela de Nutrición
y Dietética, Facultad
de Medicina,
Universidad de Chile.
b. Instituto de
Nutrición y
Tecnología de los
Alimentos (INTA),
Universidad de Chile.
c. Sección de
Inmunología,
VIH y Alergias,
Departamento de
Medicina, Hospital
Clínico, Universidad
de Chile.
Santiago, Chile.
Correspondencia: Dra. Magdalena Araya: maraya@inta.uchile.cl
Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.
Recibido: 14-11-2011
Aceptado: 27-4-2012
http://dx.doi.org/10.5546/aap.2012.375
RESUMEN
Introducción. Existe controversia acerca del efecto del patrón alimentario durante el primer año
de vida y el desarrollo de alergia alimentaria. El
objetivo de este estudio fue evaluar la asociación
entre antecedentes familiares de alergia, manifestaciones alérgicas y patrones alimentarios del
primer año de vida en lactantes con alergia alimentaria y sin ella.
Población y métodos. Se realizó un estudio descriptivo transversal en menores de 2 años (n= 99),
distribuidos en dos grupos: alérgico (n= 50) y
grupo control (n= 49), pareados por nivel socioeconómico, edad y género. Se definió alergia
alimentaria según criterios clínicos internacionalmente aceptados, pruebas cutáneas y de parche,
y respuesta a la dieta. Se recolectó información
dietaria, clínica y de historia de alergia en los
padres. Se calculó tamaño muestral para regresión logística (Freeman) y se utilizaron pruebas
de Student, X2 y Mann-Withney. El estudio y el
consentimiento fueron aprobados por el Comité de Ética del INTA y de la Universidad de Chile.
Resultados. El grupo alérgico mostró una prevalencia significativamente mayor (p <0,0001) de
historia familiar de alergia (84%) que el grupo
control (16%). La diarrea fue la sintomatología
más frecuentemente comunicada por las madres de los niños alérgicos durante el primer
año de vida. La lactancia artificial se introdujo
más tempranamente en el grupo alérgico que
en el grupo control [3 contra 6 meses (p <0,03)];
no hallamos diferencias con respecto a la edad
de inicio de la alimentación complementaria.
Al realizar la regresión logística, solo la historia
familiar de alergia se asoció con un mayor riesgo de presentar alergia alimentaria (OR: 48,2;
IC= 14,2-164; p <0,001).
Conclusiones. La introducción precoz de formula láctea podría favorecer la presencia de alergia
alimentaria en lactantes que presentan frecuentemente antecedentes familiares de alergia.
Palabras clave: Alergia alimentaria; Lactancia materna; Alimentación complementaria; Historia familiar; Lactantes.
SUMMARY
Introduction. There is controversy about the effect of dietary patterns during the first year of life
and the occurrence of food allergy. The objective
of this study was to evaluate the association between family history of allergy, allergic manifestations and dietary patterns during the first year
of life in infants with and without food allergy.
Population and methods. We performed a descriptive cross-sectional study in children under
2 years of age (n= 99), sorted in two groups: allergic group (n= 50) and control group (n= 49),
matched by socioeconomic status, age and gender. Food allergy was defned by internationally
approved clinical criteria, prick and patch tests,
and response to diet. Information on diet, clinical
data and history of allergy in the parents were collected. The sample size was estimated for logistic
regression (Freeman), and Student X2 and Mann-Withney tests were used. The study and consent
forms were approved by the Ethics Committee
of the Institute of Nutrition and Food Technology (Instituto de Nutrición y Tecnología de los
Alimentos, INTA) and the Universidad de Chile.
Results. The allergic group showed a significantly
higher prevalence (p <0.0001) of family history of
allergy (84%) than the control group (16%). Diarrhea was the symptom most frequently reported
by the mothers of allergic infants during the frst
year of life. Bottle feeding was introduced earlier
in the allergic group than in the control group (3
versus 6 months [p < 0.03]); no differences regarding the start age for supplementary feeding was
found. When performing logistic regression, only
the family history of allergy was associated with
a higher risk of food allergy (OR: 48.2; CI= 14.2-164; p < 0.001).
Conclusions. The early introduction of milk formula could promote the occurrence of food allergy in infants frequently presenting family
history of allergy.
Key words: Food allergy; Breastfeeding; Supplementary feeding; Family history; Infants.
En Japón los únicos ciudadanos que no están obligados
a inclinarse en reverencia frente al emperador son los educadores.
La razón es que los japoneses sostienen que sin educadores no podría haber emperadores
INTRODUCCIÓN
La alergia alimentaria se entiende
como una falla del fenómeno de tolerancia oral en individuos predispuestos genéticamente, reacción que puede
ser mediada por anticuerpos (IgE, IgG,
IgA o IgM) o por células, con una amplia variedad de manifestaciones clínicas.1,2
La predisposición genética es
un factor de riesgo importante, habiéndose descrito cifras de hasta el
70% de alergia en la descendencia de
padres alérgicos.3 La base genética no
puede ser modificada,4 pero existen
factores ambientales que modulan la
aparición de la alergia alimentaria;5 en este contexto, el rol de la dieta durante el primer año de vida podría ser
determinante.6
Las alergias alimentarias son
más frecuentes en lactantes, presumiblemente por la inmadurez de
mecanismos inmunológicos y no inmunológicos que previenen el ingreso de antígenos a través de la barrera
gastrointestinal.7,8 Leche, huevo y maní son los alérgenos alimentarios más
comunes en la temprana infancia y en
la niñez. La alergia al maní, aunque
menos común que la alergia al huevo
o a la leche, más a menudo se asocia
con reacciones alérgicas graves, incluida la anafilaxia.9
Estudios recientes indican que
la prevalencia de alergia alimentaria ha aumentado en EE.UU. y Europa.10,11 Actualmente, este cuadro afecta
aproximadamente al 2% de la población general y a cerca del 4-8% de los
niños estadounidenses.12 De acuerdo
con un metaanálisis realizado predominantemente en países europeos, la prevalencia
estimada para alergia alimentaria mediada por
IgE oscila en 0-3% para la leche, 0-1,7% para el
huevo y 0,2-1,6% para el maní.13
Recientemente, la Academia Estadounidense
de Pediatría14 y la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición,15 publicaron sus nuevas guías sobre nutrición y
prevención de alergia en lactantes y niños. Además de recomendar la lactancia materna exclusiva
hasta los 6 meses, se propone que la alimentación
complementaria no debería ser introducida antes
de las 17 semanas y que todos los lactantes deberían comenzar la alimentación sólida no más allá de la semana 26.15 No se recomienda evitar o retardar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos, como pescado y huevo. Además,
no se recomienda una dieta de eliminación durante el embarazo y la lactancia.16
Las prácticas alimentarias representan un factor de riesgo potencialmente modificable para la
prevención de la alergia.17 Factores relacionados
con la dieta materna e infantil, como transferencia
placentaria, leche materna, fórmulas infantiles y
alimentación complementaria, representan la vía
usual a través de la cual los lactantes entrarían en
contacto con antígenos. La posibilidad de evitar la
incorporación de alérgenos alimentarios a través
de la manipulación de la dieta durante el embarazo
o en la infancia temprana sigue siendo polémica.16
El objetivo de este estudio fue evaluar la asociación entre los patrones alimentarios durante el
primer año de vida, la historia familiar de alergia y el riesgo de desarrollar alergia alimentaria
en una muestra de lactantes chilenos menores de
dos años.
POBLACIÓN Y MÉTODOS
La muestra estudiada provino de lactantes derivados a la sección de Inmunología, VIH y Alergias del Departamento de Medicina, del Hospital
Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH), que
conformaron el grupo alérgico. La muestra de lactantes controles fue obtenida a partir de Centros
de Salud y Guarderías de Santiago, los cuales fueron pareados por edad (intervalo de 15 días), sexo
y nivel socioeconómico. Ambos grupos no fueron
diferentes en términos de su etnia, pues se trabajó en la comuna de Santiago y no se incluyó a lactante alguno con padres de origen mapuche (principal grupo étnico nacional).
Criterios de inclusión: lactantes de 6-24 meses
de edad con peso de nacimiento mayor a 2500 g.
Criterios de exclusión: presencia de patologías como enfermedades genéticas, autoinmunitarias
y metabólicas.
Criterios de eliminación: presencia de patología
durante el período de estudio o bien que los padres rechazaran participar después del ingreso al
protocolo.
Recolección de la información: Se realizó una
entrevista semiestructurada, donde se aplicó un
formulario ad-hoc a la madre. Se registraron los
antecedentes clínicos, las pruebas cutáneas realizadas y la información que permitía confirmar el
diagnóstico mediante la desaparición de los síntomas después de la dieta de eliminación.
Nivel socioeconómico (NSE): se tipificó a través
de la clasificación propuesta por Esomar Chile. Este método, originario de Europa
ha sido
validado previamente en Chile; se basa en dos
variables:18 el nivel de educación y la categoría
ocupacional del principal sostenedor del hogar.
Ambas variables se combinan en una "Matriz de
clasificación socio-económica", que determina el
NSE familiar de acuerdo con las combinaciones
entre ambas variables.
Como variable dependiente se usaron las manifestaciones alérgicas (ver más adelante).
Las variables independientes fueron: i) historia familiar [historia familiar de alergia, presencia
o ausencia de historia de alergia en el padre y/o
madre y/o hermanos(as)]; ii) patrón alimentario
(descrito según duración de lactancia materna y
edad de inicio de alimentación complementaria,
categorizadas en lactancia materna =4 m y alimentación complementaria =6 m; lactancia materna =4 m y alimentación complementaria <6 m;
lactancia materna <4 m y alimentación complementaria =6 m; lactancia materna <4 m y alimentación complementaria <6 m); iii) interacción de
las variables.
Estado nutricional: tomando como base la norma técnica ministerial de evaluación del estado
nutricional en menores de 6 años (instrumento
que tiene como referente los estándares de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud
[OMS] 2007) se evaluó el estado nutricional a partir del indicador peso para la talla, mediante peso
para la edad y talla para la edad.19
Definiciones operacionales
Diagnóstico de alergia en los niños: se basó en:
i) las manifestaciones alérgicas descritas por el
médico de atención primaria de salud que envió la interconsulta al Servicio de Inmunología, desde donde se recogieron los casos; ii) el resultado
positivo de las pruebas cutáneas y las pruebas del parche a ciertos alimentos; y, iii) la mejoría
de los síntomas luego de eliminado el alérgeno.
El diagnóstico clínico de alergia requirió el
cumplimiento de los tres criterios arriba descritos y fue realizado en los lactantes que conforman el grupo alérgico. Los lactantes del grupo
control se reclutaron en centros de salud primaria y salas cunas y jardines infantiles de la misma área geográfica (Región Metropolitana); en
los controles la información se obtuvo de la ficha
del niño, del carnet de controles de salud y mediante la encuesta aplicada durante la entrevista
semiestructurada.
Manifestaciones alérgicas: los síntomas que motivaron la consulta inicial al médico hicieron queéste hiciera un diagnóstico presuntivo de alergia
y derivara al paciente al especialista. Los síntomas
se definieron operacionalmente: 1) piel: prurito
recurrente, atopia, exantema o ronchas, eczema,
urticaria; 2) respiratorio: sibilancias, signos obstructivos de más de 24 h que responden a broncodilatadores, rinitis alérgica; 3) digestivos: vómitos;
diarreas; sangrado rectal; reflujo esofágico moderado-grave o constipación sin causa demostrada; dolor cólico que hace que el niño llore más de
una hora por día, dos o tres veces por semana; 4)
Otros: que el niño duerma menos de 6 h al día (se
ha descrito mayor insomnio y fragmentación del
sueño en lactantes alérgicos).20
Historia familiar: se consideró positiva cuando al menos un padre/madre y/o hermano tenía antecedentes de asma: cuando el diagnóstico
de asma alérgica fue efectuado en un servicio
hospitalario y/o el familiar utilizaba broncodilatadores.
. Rinoconjuntivitis: historia de uno o más de los
siguientes síntomas: estornudos en salvas,
obstrucción y prurito nasales y secreción mucosa transparente, acompañados de enrojecimiento ocular, prurito y lagrimeo, con edema
palpebral.
. Eczema atópico: diagnóstico hecho por un médico, que incluyera dermatitis pruriginosa
crónica o con recaídas crónicas; o si posee un
historial de eczema con la típica aparición y
localización (diagnóstico realizado por los especialistas tratantes).
. Alergia alimentaria: historia de prurito en la piel
y/o urticaria y/o inflamación de los labios y/o
dolor en los labios y lengua edematosa y/o
vómitos y/o diarrea después de ingerir cierto
tipo de alimentos, cumpliendo con tener una
contraprueba positiva (reacción frente a la ingestión del antígeno alimentario).
Desde el punto de vista de la alimentación las
definiciones operacionales fueron:
Patrón alimentario: la secuencia y tiempos de
introducción de alimentos al lactante, incluyendo
la presencia, duración de lactancia materna o artificial, y la fecha de inclusión de la alimentación
complementaria y sus componentes.
Lactancia materna exclusiva: administración de
leche materna como único alimento para cubrir
las necesidades nutricionales, sin requerir otros
alimentos o agregados.21
Alimentación complementaria: administración de
cualquier alimento distinto a la leche.21
Consideraciones éticas. Previo a la entrevista, la
madre y/o padre recibieron información detallada acerca del estudio y aquellos que accedieron a
participar firmaron el consentimiento informado.
El estudio y el consentimiento informado fueron
evaluados y aprobados en marzo del año 2007 por
el Comité de Ética para la investigación en seres
humanos del INTA y del HCUCH.
Tamaño muestral y análisis estadístico. El tamaño
muestral se calculó según el criterio de Freeman
y cols.,22 que propone diez eventos de interés por
variable analizada; considerando las variables historia familiar de alergia, patrón alimentario, su interacción y manifestación alérgica, se calculó una
muestra de 50 niños en cada grupo. Los datos fueron validados y se evaluó su normalidad mediante la prueba de Shapiro-Wilk. Se utilizó la prueba
t de Student, ji al cuadrado y Mann-Withney para evaluar diferencias entre los grupos según su
normalidad y el tipo de variable. Posteriormente,
para evaluar el riesgo de alergia se utilizó un modelo de regresión logística que incluyó 3 variables
independientes: historia familiar (2 categorías),
patrón alimentario (4 categorías) e interacción,
siendo la variable dependiente la manifestación
alérgica (grupo alérgico/control). Se utilizó un
grado de significación con un valor p <0,05 y el
análisis de los datos se realizó mediante el programa SPSS® v.15.0.
RESULTADOS
Se incluyeron en este estudio un total de 100 niños, 50 casos y 50 controles consecutivos, recolectados entre mayo 2007 y febrero 2008. La muestra final analizada quedó formada por 99 lactantes, 50 alérgicos y 49 controles sanos; se debió eliminar del estudio a un lactante del grupo control cuya madre decidió retirarse del estudio. Las características de los lactantes aparecen en la Tabla 1.
Tabla1. Características generales de la muestra
La diarrea fue la sintomatología más frecuentemente comunicada por las madres de los niños alérgicos durante el primer año de vida (Figura 1). La frecuencia de síndrome bronquial obstructivo no difirió entre ambos grupos.
Figura 1. Características clínicas referentes a sintomatología alérgica según grupo
En el grupo alérgico, el antecedente de historia familiar de alergia fue significativamente más
frecuente (84% contra 16% en controles, p <0,001)
y el indicador Talla/Edad actual fue significativamente menor (71 ± 7,2 contra 74,3 ± 7 cm) en comparación con el grupo control (p <0,03).
No hallamos diferencias entre los patrones alimentarios de ambos grupos. Casi la totalidad de
los niños (96%) recibió lactancia materna y la mediana (intervalo interquartil) de duración de la lactancia materna exclusiva fue de 4 (2-6) y 5 (2,5-6)
meses en el grupo alérgico y control, respectivamente, sin diferencias significativas. Similarmente, la mediana (intervalo interquartil) de edad de
inicio de la alimentación complementaria fue de 6
(5-6) meses en ambos grupos. Por el contrario, la
introducción de la lactancia artificial ocurrió más
tempranamente en el grupo alérgico: 3 (1,4-16) contra 6 (2,75-12) meses, respectivamente, p <0,03) al
igual que la inclusión de alimentos distintos a la leche antes de los 6 meses de edad, siendo más temprana en el grupo alérgico (p <0,02). Finalmente,
no hubo diferencias en el tiempo de inclusión de
cereales, pescados/mariscos, semillas (maní, nueces o almendras), carnes (rojas o blancas) o legumbres durante el primer año de vida.
El análisis de regresión logística univariada reveló que la historia familiar de alergia (OR: 48,29,
[IC: 14,22- 164,04], p <0,001) -y no el patrón alimentario- determinó el mayor riesgo para presentar manifestaciones alérgicas. Al categorizar la
variable duración de lactancia materna exclusiva
(=4 meses o>4 meses) y la alimentación complementaria (<6 meses o =6 meses) no hallamos diferencias significativas entre los grupos.
DISCUSIÓN
El presente estudio muestra que la presencia
de manifestaciones alérgicas en menores de dos
años se asocia principalmente a la historia familiar de alergia y a la incorporación precoz de formulas lácteas. La frecuencia de alergia en lactantes
con antecedentes familiares de alergia en nuestra
muestra (84%) es mayor a lo comunicado para la
heredabilidad de la condición atópica, ya que algunos informes indican que un 66% de los recién
nacidos con antecedentes de atopia desarrollan la
enfermedad alérgica.23,24
Nuestros resultados muestran que los lactantes con alergia alimentaria introdujeron más
tempranamente la lactancia artificial en su alimentación, sin diferencias en la edad de introducción o duración de la lactancia materna. Lo
primero concuerda con estudios que han demostrado que la introducción temprana de leche de vaca se asocia con mayor sensibilización a su proteína;25 se postula que el incorporar tempranamente una fórmula láctea artificial en este grupo
de alto riesgo favorecería la aparición de los síntomas en los lactantes.26 Por otra parte, los efectos
beneficiosos de la lactancia materna han sido históricamente descritos en niños con predisposición
genética a alergia.27
A pesar de ello, el rol protector de la lactancia materna ha sido recientemente
cuestionado;28
diversos estudios han comunicado
asociación entre duración de la lactancia materna con mayor riesgo de desarrollar asma, atopia y dermatitis atópica.29 Sin embargo, en una revisión crítica del tema, Muraro y cols.30 concluyen
que la lactancia materna exclusiva por lo menos por 4 meses en lactantes de alto riesgo de desarrollar enfermedad atópica, se asocia con una menor
incidencia acumulativa de desarrollar alergia a la
proteína de leche de vaca a los 18 meses de edad.
La sintomatología gastrointestinal y de piel
resultó ser la causa más frecuente que llevó a sospechar un trastorno alérgico. Entre las primeras
destacan la diarrea, cólico, reflujo gastroesofágico, constipación y deposiciones con sangre, todas
manifestaciones frecuentes en el grupo de edad
evaluado. Los resultados coinciden con lo comunicado por Sicherer,31 quien revisó el espectro de
las manifestaciones clínicas gastrointestinales
alérgicas en lactantes y niños concluyendo que estos síntomas estarían asociados a fenómenos alérgico en las edades tempranas de la vida.31
Se podría postular que los síntomas antes descritos son lo "esperado" debido a que son síntomas
frecuentes en el primer año de vida, habitualmente explicados por las limitaciones fisiológicas existentes en esas edades; pero conviene recordar que
estos pacientes fueron referidos al centro de especialidad debido a la falta de respuesta al tratamiento de esos síntomas, efectuado en el nivel de salud
primaria, y ese es justamente uno de los criterios
internacionalmente consensuados en la actualidad
para sospechar que las manifestaciones puedan ser
alérgicas. Por otro lado, la piel es uno de los órganos blanco que más a menudo está involucrado
en reacciones de hipersensibilidad, con un amplio
espectro de síntomas, como dermatitis, urticaria y
angioedema, todas presentes comúnmente en reacciones de alergia alimentaria.32 En nuestra muestra,
la dermatitis atópica fue mayormente comunicada
entre lactantes alérgicos y fue francamente infrecuente en los controles, lo que coincide con lo publicado en la bibliografía.
En conjunto, los resultados sugieren que ante
síntomas como los descritos, en un niño con historia familiar de alergia, resulta apropiado realizar
un diagnóstico presuntivo de alergia y referirlo
al especialista. Dada la alta frecuencia de los síntomas aludidos, la identificación del antecedente
familiar representaría una herramienta útil para
decidir la referencia o mantención del paciente en
el consultorio local.
Nuestros resultados muestran, además, que
los niños alérgicos presentan diferencias significativas en relación a la talla actual contra el grupo control, datos que pueden ser explicados por el
diagnóstico tardío. Este hallazgo es relevante en la
vigilancia nutricional que efectúan los programas
materno-infantiles, siendo clara la conveniencia
de hacer su derivación y diagnóstico lo más precozmente posible, con tratamiento dietoterapéutico especializado.
Es importante tener en cuenta que los sujetos
controles se reclutaron de distintos centros de la
Región Metropolitana, por lo que no fue posible
controlar todas las variables ambientales que podrían influir en los resultados del estudio. Otra limitación tiene relación con el sesgo de memoria,
ya que fueron las madres quienes describieron el
orden cronológico de introducción de alimentos a
sus hijos y entregaron el antecedente de la historia
familiar. Por otro lado, la principal fortaleza fue
la posibilidad de contar con pacientes diagnosticados en un centro de referencia nacional para el
diagnóstico clínico de alergia.
CONCLUSIONES
Este estudio muestra que, en lactantes, la introducción precoz de fórmula láctea se asoció con la presencia de alergia alimentaria y que el factor de riesgo más importante en el desarrollo de ésta es el antecedente familiar de alergia de los padres. Es importante considerar estos resultados al momento de indicar la ingesta de fórmulas lácteas artificiales, especialmente en lactantes cuyos padres tienen antecedentes de alergia.
Agradecimientos
En forma especial, a los padres de los niños que participaron en el estudio, por el apoyo recibido durante el desarrollo de este trabajo. A las Sras. Adriana Haberle, enfermera; Verónica Martínez, paramédico y Pamela Valenzuela, secretaria de la sección de Inmunología, VIH y Alergias; a la Escuela de Nutrición y Dietética, y al Dr. Hugo Muñoz, todos pertenecientes a la Universidad de Chile.
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