ARTÍCULO ORIGINAL
Variabilidad de la actividad física en niños chilenos de 4 a 10 años: estudio por acelerometría
Variability of physical activity in 4 to 10-year-old children: a study by accelerometry
Dr. Claude Godarda, Lic. Melissa Románb, Lic. María del Pilar Rodríguezb, Mg. Bárbara Leytona, Dra. Gabriela Salazara
a. Instituto de Nutrición
y Tecnología
de Alimentos.
Universidad de Chile.
Santiago, Chile.
b. Escuela de Nutrición
y Dietética.
Universidad Santo
Tomás.
Viña del Mar, Chile.
Correspondencia: Dr. Claude Godard: cgodard@inta.cl
Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.
Recibido: 2-2-2012
Aceptado: 16-5-2012
http://dx.doi.org/10.5546/aap.2012.388
RESUMEN
Introducción. Frente a los populares cuestionarios, la acelerometría entrega una información
más confiable de la actividad física. Así, el objetivo ha sido documentar la variabilidad de la
actividad física de niños chilenos en relación con
edad, sexo, estado nutricional y días de la semana, y determinar cuántos de ellos cumplen con
la recomendación de tener actividad física moderada y vigorosa por más de una hora diaria.
Población y métodos. Ciento nueve (109) escolares de 4-10 años de edad (67 niños, 42 niñas)
llevaron un acelerómetro durante 2, 3 o 4 días
consecutivos. Treinta eran obesos (IMC >P95 por
edad y sexo). En cada sujeto, los niveles de actividad física fueron expresados en cuentas por
minuto (cpm) y promedios (DE) de cpm/hora.
La actividad física moderada y vigorosa se definió por la suma diaria de cpm >900.
Resultados. La actividad física diurna tuvo un
promedio de 21 697 (662) cmp/hora con variabilidad considerable de un niño a otro, y de un
momento a otro del día en un mismo niño. Las
cpm/hora individuales estaban significativamente asociadas con actividad física moderada
y vigorosa (R= 0,954). Se encontraron diferencias
entre niñas y niños (p <0,01) y entre obesos y no
obesos (p <0,01). No hubo diferencia entre < 6
años y > 9 años (p= 0,12). Entre semana y fin de
semana hubo una leve diferencia. Cincuenta y
seis de 67 (83,6%) niños y 24 de 42 (57,1%) niñas
cumplieron con la recomendación de realizar actividad física moderada y vigorosa por más de
60 minutos diarios.
Conclusión. Existe déficit de actividad física en
escolares chilenos menores de 10 años, particularmente en niñas y en obesos.
Palabras clave: Niños escolares; Actividad física; Acelerometría; Obesidad.
SUMMARY
Introduction. When compared to popular questionnaires, accelerometry provides more reliable
information regarding physical activity. Thus, the
objective has been to document the variability of
physical activity in Chilean children in relation
to age, gender, nutritional status and days of the
week, and to determine how many of them meet
the recommendation for moderate to vigorous
physical activity for more than an hour a day.
Population and methods. One hundred and nine
(109) school children aged 4-10 (67 boys, 42 girls)
wore an accelerometer for 2, 3 or 4 consecutive
days. Of them, 30 were obese (BMI >95th percentile by age and gender). In each subject, levels of physical activity were expressed in counts
per minute (cpm) and means (SD) of cpm/hour.
Moderate to vigorous physical activity was defined by the daily sum of cpm >900.
Results. Daytime physical activity had a mean of
21,697 (662) cpm/hour with considerable variation from one child to another, and from one time
of the day to another in the same child. Individual
cpm/hour was significantly associated to moderate to vigorous physical activity (R = 0.954).
Differences were found between girls and boys
(p < 0.01) and between obese and non-obese children (p < 0.01). There were no differences between
children <6 years and >9 years (p = 0.12). There
was a slight difference between weekdays and
weekends. Fifty-six (56) of 67 boys (83.6%) and
24 of 42 girls (57.1%) met the recommendation
for moderate to vigorous physical activity for
more than 60 minutes a day.
Conclusion. There is a physical activity defcit
in Chilean school children under 10 years, particularly in girls and obese kids.
Key words: School children; Physical activity; Accelerometry; Obesity.
¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?
Bertrand russell
INTRODUCCIÓN
El grado de actividad física es extremadamente variable de un niño
a otro; es función de factores genéticos, de la edad, del sexo, de las condiciones climáticas, de las acciones depromoción existentes, además de la situación social, cultural y económica de
la familia, entre otros. En el contexto
del aumento global del sedentarismo-característico de nuestra época- los
niños son menos activos que en décadas pasadas en condiciones de vida
normal. Esto reviste importancia pues
la obesidad infantil se ha convertido
en un problema mayor de salud en
los niños chilenos y porque la inactividad física es un factor determinante
del sobrepeso.1,2
En los últimos años, esencialmente
en EE.UU. y Europa, se han multiplicado los estudios que analizan la actividad física de los niños, ya sea por:
a) calorimetría indirecta o medición
de agua doblemente marcada (considerados como patrón de referencia,
pero poco apropiados para estudios en
terreno, es decir, estudios epidemiológicos); b) por cuestionarios y recordatorios; y, sobre todo, por c) sensores de
movimiento, específicamente, los acelerómetros.3 Todas las publicaciones
coinciden en que los varones son más
activos que las mujeres y los obesos
menos activos que los no obesos.
En Chile, los datos se han obtenido esencialmente mediante cuestionarios.4-6 En 2006, un cuestionario
sencillo de actividad física habitual
asociado con un puntaje de 0 a 10
fue validado en niños de 8 a 13 años,
mostrando buena concordancia con la
acelerometría.7 En otro trabajo, de Vásquez y cols.,8 se comunicó la actividad
física acelerométrica de niños obesos
de 3 a 5 años.
La acelerometría, un método objetivo, no reactivo y relativamente fácil de
usar, permite cuantificar el movimiento en cualquier momento y detecta diferentes niveles
de actividad física, desde la sedentaria hasta la vigorosa. Frente a la amplia cantidad de publicaciones de actividad física en niños con acelerómetros
a nivel internacional, y a la recomendación de que
los niños deberían dedicar un mínimo de una hora al día en actividades moderadas y vigorosas,9-11 nos parece adecuado seguir midiendo la actividad
física de niños chilenos con esta técnica práctica y
bien tolerada por los escolares. Un proyecto piloto
del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (INTA) de Chile sobre prevención de obesidad
en escolares12 nos dio la oportunidad de estudiar
la actividad física por acelerometría de niños de 4
a 10 años, con el objetivo de documentar su variabilidad y el cumplimiento de recomendaciones en
esta materia.
POBLACIÓN Y MÉTODOS
Los sujetos del presente estudio fueron elegidos por conveniencia debido a limitaciones materiales, como una submuestra tomada de los 586
alumnos de 4 a 10 años que participaban en un
proyecto piloto del INTA. Este último, publicado
por Kain y cols.12 y titulado "Prevención de obesidad en preescolares y escolares de escuelas municipales de una comuna de Santiago de Chile:
proyecto piloto 2006", consistía en la implementación de una intervención educativa a largo plazo a nivel de alumnos y profesores.
El presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética del INTA y se desarrolló entre abril
y julio de 2006. El protocolo fue explicado a los
padres, quienes firmaron un consentimiento informado.
Antropometría: Peso y talla fueron medidos con
balanza SECA de precisión 0,1 kg y 0,1 cm para evaluar el índice de masa corporal (IMC). La
obesidad fue calificada en caso de IMC =P95 por
sexo y edad, de acuerdo con el referente CDCNCHS 2002.
Protocolo: El día jueves en la mañana, al entrar
a la jornada escolar y junto con la antropometría,
se colocaron los acelerómetros Actiwatch AW64
fijados con un cinturón semielástico sobre la cadera derecha. Los cinturones fueron retirados el
lunes siguiente al retorno a clases.
Acelerometría: El Actiwatch AW64 mide 27 x 25
x 9 mm y pesa 16,3 g. Este dispositivo miniaturizado consiste en un traductor piezoeléctrico y un
microprocesador que transforma las aceleraciones
multidireccionales en señales cuantitativas, que
son registradas en la memoria. Los resultados se
expresan en cuentas por minuto (cpm). Para considerar un registro de actividad en vigilia como
válido se requirió un mínimo de 7,5 h. Siguiendo
la recomendación internacional,13 los períodos de
cpm igual a cero durante más de 20 minutos fueron excluidos, pues podría el escolar haberse retirado el cinturón. Para el total de los días y para
cada día separadamente, la suma de cpm se dividió por el número de horas registradas; se obtuvo así un valor promedio de "cpm/hora". Una
reducción similar de datos ha sido empleada por
Page y cols.14 y por Pate y cols.15 para uniformizar valores acelerométricos muy disimiles en días
y horas/día.
En cada sujeto se calculó también el tiempo
empleado en diferentes niveles de intensidad de
la actividad física. La cantidad de minutos diarios
con cpm >900 se calificó como actividad física moderada y vigorosa según la clasificación de Puyau
y cols.,16 y se determinó, por tanto, el número de
sujetos que tenían actividad física moderada y vigorosa por 60 minutos o más al día.
Para la actividad física nocturna, se seleccionaron todos los registros que mostraban actividad
(cpm >25), durante más de 60 minutos a partir
de las 21 h.
Estadística: Los datos fueron procesados mediante Stata 11. Se consideró significativo un
p <0,05. Se realizó la prueba de Shapiro-Wilk para verificar la normalidad de los datos, y las diferencias fueron determinadas por la prueba de la t
(Student) y ANOVA utilizando la prueba post hoc de Scheffe. Para asociación de datos cuantitativos
se usó la correlación de Pearson y para datos cualitativos se empleó la prueba de X2.
RESULTADOS
Ciento veintiocho niños y niñas de 4 a 10 años
ingresaron al estudio. Diecinueve fueron excluidos
por tener registros diarios incompletos (menos de
7,5 h), fallas técnicas del Actiwatch o abandono
después de un día. Los 109 casos restantes se analizaron, 38 con cuatro días de registro (de jueves a
domingo) y 26 casos con tres días (de jueves a sábado). Cuarenta y cinco casos tuvieron solo dos días
válidos de acelerometría (días variados); sin embargo, se aceptó su incorporación al análisis porque el promedio de horas diarias registradas y de
cpm/hora no fue significativamente diferente de
los casos con tres o cuatro días de registro.
Los resultados de estos 109 casos se presentan en las Tablas 1, 2 y 3 y la Figura 1. Se encontró que las cpm/hora individuales tuvieron una estrecha asociación con actividad física moderada
y vigorosa/día: R= 0,954 (Pearson).
Tabla 1. Valores acelerométricos de actividad física de los 109 participantes (promedio, DE)
Tabla 2. Valores acelerométricos de actividad física: variación según la edad (promedio, DE)
Tabla 3. Valores acelerométricos de actividad física según el estado nutricional (promedio, DE)
Figura 1. Comparación de las cpm/hora de días de semana
(jueves y viernes) con días de fin de semana (sábado y
domingo) en 15 niñas y 23 niños (promedios de dos días)
En la Tabla 1 se muestra la cantidad de valores promedio de cpm/hora, actividad física moderada y vigorosa (minutos/día) y cantidad de
sujetos con =60 minutos/día de actividad física
moderada y vigorosa, con diferencia significativa entre niños y niñas. Las actividades físicas individuales en vigilia exhibieron una variabilidad
considerable de un sujeto a otro: la diferencia entre el mayor y el menor valor obtenidos fue de
42 017 cpm/hora.
Como lo describe la Tabla 2, la edad no tuvo
influencia sobre la actividad física, pero se detectó una leve tendencia a la baja entre las categorías
extremas "<6 años" y ">9 años".
En la Tabla 3, la actividad física se clasifica según
el estado nutricional, con diferencia significativa de
cpm/hora y actividad física moderada y vigorosa
(minutos/día) entre el estado nutricional normal y
los obesos. Los 30 niños obesos fueron menos activos que los 63 de estado nutricional normal.
En la Figura 1 se compara la actividad física
(cpm/hora) de los días jueves y viernes con la de
los días sábado y domingo, en los 38 niños que
registraron cuatro días seguidos. Se observa que
existe una gran variabilidad individual, con muchos niños y niñas que bajaron su actividad física
el fin de semana, mientras otros la subieron. En
promedio, la actividad física bajó levemente, pero significativamente (p <0,001), el fin de semana:
cpm/hora= 16 210 (8694) contra 22 249 (7743) durante la semana. Sin embargo, hubo cierta correlación entre semana y fin de semana, tanto en el
grupo total (R= 0,64) como en los niños (R= 0,66),
pero mucho menos en niñas (R= 0,26).
Durante uno a cuatro días, 88 alumnos (53 niños, 35 niñas) fueron a acostarse después de las
22 h; 52 de ellos lo hicieron después de las 23 h, 23
de los cuales lo hicieron después de medianoche.
Entre todos ellos, se sumó un total de 184 h "nocturnas", para las cuales la actividad física fue de 17 072 (12 071) cpm/hora. Los días viernes y sábados fueron un poco más activos, pero la diferencia
con los días jueves y domingo no fue significativa.
DISCUSIÓN
En este estudio (uno de los primeros en nuestro subcontinente) se mostró que la actividad física de escolares menores de 10 años tiene una
importante variabilidad de un sujeto a otro. La
información obtenida, objetiva y no reactiva, ha
permitido determinar adecuadamente si los niños
estudiados cumplían la recomendación de realizar actividad física moderada y vigorosa por más
de una hora diaria. Además, al contrario de los
cuestionarios, la acelerometría entregó información sobre actividad física durante prácticamente
la totalidad del tiempo de vigilia.
Los resultados del presente estudio deben ser
interpretados con prudencia, dado el tamaño relativamente pequeño de la muestra. Durante los últimos años se han publicado trabajos de actividad física por acelerometría con mucho más sujetos, hasta más de mil niños, como en el estudio
de Nyberg y cols.17 Sin embargo, otros trabajos relevantes comunican un número de casos similar
al nuestro.14,18,19
Por otra parte, hemos analizado registros diarios de actividad física de solo dos a cuatro días,
habiendo establecido tres días como pauta inicial;
sin embargo, los valores de cpm/hora en registros de dos días no fueron significativamente diferentes de los recolectados en mayor número de días.
Según Trost y cols., un mínimo de siete días sería
necesario para estimar adecuadamente la actividad física habitual de niños, pero, en menores de
10 años, cuatro días podrían ser suficientes.13 Futuros estudios de actividad física en nuestro país
serán posibles con empleo de sensores de movimiento por 7 días o más, y con una precaución
relativa en la selección de sujetos y familias, sin
dejar de tener en cuenta las dificultades en familias de escasos recursos.
De la muestra inicial de 128 participantes, 19
fueron excluidos, lo que representa un 14,8%, valor similar al de un trabajo nuestro anterior, que
fue de 17,2%.7 Con períodos de acelerometría prolongados, estas cifras pueden ser considerablemente superiores, como en la publicación de Van
Coevering y cols., en EE.UU.20 donde se ha comunicado una deserción de hasta el 55% con, incluso,
una pérdida notable de sensores.
Como era de esperar, nuestros resultados
muestran que los niños son más activos que las niñas y los escolares obesos son menos activos que
los no obesos, lo cual confirma los numerosos datos de la bibliografía mundial. No se observó que
la actividad física decline entre los 5 y los 10 años,
como ha sido comunicado recientemente en niños
y niñas suecas, tanto durante días de escuela como en fin de semana.17 La diferencia entre niños
chilenos y niños suecos de las mismas edades (de
confirmarse por trabajos futuros) podría explicarse por diferentes hábitos y tradiciones educativas
y culturales: en Chile se realizan más juegos libres fuera de casa, menos actividades programadas, tal vez incluso una menor cantidad de horas
de clase. Janssens11 ha delineado cómo, entre la
edad preescolar (desde los 2 años) y la adolescencia (hasta 16-18 años), lo esencial de la actividad
física pasa progresivamente de una actividad libre, espontánea, basada en juegos y conquista de
habilidades motoras, a una actividad dirigida,
programada con deportes y estudios. La transición parece ser más tardía en niños chilenos que
en niños suecos. Por otra parte, los niveles globales de actividad física podrían elevarse entre los
3 y 8 años, como sugiere otro informe del mismo
país escandinavo,21 aunque parezca contradictorio con lo anterior.
En la muestra estudiada, la actividad física es
globalmente poco diferente entre la semana (días
de escuela como jueves y viernes) y el fin de semana, pero con grandes variaciones individuales,
tanto en niñas como en niños. En menores de 10 años, hay estudios que han comunicado más actividad física el fin de semana,18,22 menos actividad17 o actividad física similar.19,23 Estas diferencias podrían estar relacionadas con las circunstancias
particulares en las cuales se hicieron los registros
(estación, hábitos familiares, etc.). La tendencia a
menor actividad física el fin de semana se generaliza realmente a partir de los 10-11 años.17,22
Por otra parte, en estos escolares, se evidenció una actividad física apreciable en horas de la noche, pasadas de las 22 h, aunque los datos no sean
concluyentes por desconocerse los detalles sobre
la ocupación en estas horas nocturnas. Lo que sí puede señalarse es que la pauta de vigilia de estos
escolares difiere de la de los niños europeos del
norte, cuyo horario para acostarse es más estricto
(alrededor de las 21 h).
Finalmente, la acelerometría ha permitido
determinar, con mayor exactitud que los cuestionarios, la cantidad de niños que dedican, en
promedio, más de 60 minutos al día en actividades moderadas y vigorosas.9-11 Un número apreciable de escolares alcanzó esta meta: 73,4% en
total, y hasta 83% en los varones, porcentajes que
son superiores a los de niños chilenos de más
edad, en los que fue de solo 62%.7 Sin embargo,
en comparación, un 93% de niños hispanoamericanos de Texas y 85% de niñas entre 4 y 8 años
tienen una actividad física moderada y vigorosa
mayor de 60 minutos diarios, en concordancia con
la recomendación anglosajona para niños y adolescentes de entre 6 y 18 años.24
Un estudio realizado en tres países europeos
(Dinamarca, Estonia y Portugal) concluyó que los
niños que realizan un promedio de 90 minutos
diarios en actividad física moderada y vigorosa
logran tener menor riesgo cardiovascular (medido por un conjunto de siete factores) y una mejor
salud.25 Sesenta minutos no sería suficiente según
estos autores. Sin embargo, el objetivo de 90 minutos puede parecer utópico y desalentador desde una perspectiva conductual, y la meta de 60
minutos parece ser más realista y alcanzable en
las actuales condiciones.11
Actualmente, existe menos confianza en los
cuestionarios para evaluar la actividad física de
niños y adolescentes, cualquiera que sea el modelo o instrumento. Varios metaanálisis de trabajos
sobre cuestionarios, particularmente los autoinformes e informes aproximados, se han publicado recientemente y ponen seriamente en duda su
fiabilidad.26-28 En nuestro país, se requieren nuevos estudios de la actividad física objetiva, en
niños y adolescentes de todas edades, con registros acelerométricos de mayor cantidad de días
(que creemos factibles), con un mayor número
de participantes, incluidas variables como nivel
socioeconómico, estación y clima, y tomando en
cuenta posibles modelos de intervención en curso.
Un estudio de este tipo, permitirá comparaciones
apropiadas con datos internacionales y recomendaciones para la niñez chilena.
CONCLUSIÓN
La actividad física individual de escolares chilenos menores de 10 años es extremadamente variable. Las niñas son menos activas que los niños y los obesos menos activos que los no obesos. Ochenta y tres de los alumnos (pero solo 57% de las niñas) cumplen con la recomendación de tener actividad física moderada e intensa -la más saludable- por más de una hora al día.
Agradecimientos
A los niños, sus padres y autoridades escolares por su valiosa colaboración, a la Tecnóloga Médica Alyerina Anziani y la Secretaria Jacqueline Marchant por su ayuda técnica y a la International Atomic Energy Agency (IAEA) por su apoyo logístico.
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