En memoria de Gerda Rhades
En estos momentos de enorme tristeza por el fallecimiento
de Gerda, deseo expresar lo que
ella significó para Archivos Argentinos de Pediatría.
Más allá de haber sido una
excelente persona, con una capacidad y honestidad realmente sobresalientes, tuvo un papel
trascendente en la historia de
nuestra revista que es necesario destacar.
En 1984 como miembro de
la Comisión Directiva fui designado Secretario de Publicaciones y Biblioteca, cargo que
mantuve hasta 1990. En esos
años Gerda, que dirigía la Biblioteca, espontáneamente comenzó a colaborar
conmigo y se transformó en poco tiempo en mi
mano derecha, una verdadera "editora asociada",
en la conducción de Archivos ya que solo nosotros
dos estábamos a cargo de la revista. Fueron años
muy fructíferos por los cambios que se gestaron
en la estructura de Archivos, entre varios otros se
instauró la revisión por pares, se crearon nuevas
secciones y se hizo la primera presentación a la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. para el
ingreso al Medline, que marcó el inicio de un camino que concluyó exitosamente en 2008.
Sin embargo, los últimos años de esa década
fueron sumamente difíciles por las vicisitudes
económicas que atravesaba nuestro país que influyeron en las posibilidades de la Sociedad de
Pediatría para mantener la periodicidad y continuidad de la revista. La presencia de Gerda fue esencial para
superar esas dificultades y permanentemente colaboró conmigo en la búsqueda de diferentes
estrategias.
Asimismo, como ya señalé,
debemos tener en cuenta que
en aquella época Gerda estaba
a cargo de la Biblioteca, donde también realizó un trabajo
brillante y contribuyó notablemente para que pudiéramos
efectuar los cambios, tanto edilicios como estructurales, que
en esos momentos eran indispensables para brindar un servicio adecuado.
Años más tarde, nuestro recordado y querido
maestro Alfredo Larguía "la llevó" a lo que por
entonces se denominaba Tribunal de Evaluación
Pediátrica. Sin duda que el Dr. Larguía, que creó y dirigió el Tribunal durante casi 40 años, sabía
muy bien lo que significaba contar con Gerda ya
que también allí su desempeño fue formidable,
con la dedicación y el mismo ahínco y responsabilidad que tuvo en todas las tareas que emprendió. Así continuó hasta el día antes de su muerte.
En lo personal, mi gran afecto por Gerda, mi
admiración como persona y el enorme agradecimiento por todo lo que significó para mí y para la
Sociedad, estarán por siempre presentes.
José M. Ceriani Cernadas