PARASITOLOGÍA
Protozoos intestinales en un asentamiento precario: manifestaciones clínicas y ambiente
Intestinal protozoa in a marginal settlement: clinical manifestations and environment
María Inés Gamboa1, Graciela Teresa Navone2, Leonora Kozubsky3, María Elena Costas3, Marta Cardozo4, Paula Magistrello4
1. Dr. en Cs. Naturales Orientac Ecología
2. Dr. en Cs. Naturales Orientac. Zoología
3. Licenciada en Cs. Bioquímicas
4. Bioquímica
1. Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores
(CEPAVE, CCT, La Plata-CONICET, calle
2 Nº 584, La Plata (1900), Argentina.
TE: 054-221-4233471.
inesgamboa@cepave.edu.ar
2. Cátedra de Parasitología, Facultad de Ciencias
Exactas, UNLP.
Resumen
Los objetivos de este trabajo fueron conocer la distribución de Blastocystis hominis y Giardia lamblia en un asentamiento del Partido de La Plata (Buenos Aires), evaluar si su infección tiene manifestaciones clínicas y si su asociación con especies comensales es indicadora de la influencia de factores ambientales. Se tomaron 194 muestras fecales en 78 familias, que se analizaron mediante las técnicas de Ritchie, Carles Barthelemy y Willis. Se completaron encuestas con datos ambientales, sociales y del entorno de las viviendas. Se buscaron parásitos intestinales en muestras de agua. El 69,1% de los analizados (85,8% de las familias) estuvo parasitado con protozoos. En el 87% de los hogares positivos, hubo casos de poliparasitismo. Las especies más frecuentes fueron Blastocystis hominis y Giardia lamblia, que no se hallaron asociadas entre sí, ni con los síntomas digestivos estudiados. Blastocystis hominis se asoció con Endolimax nana (p<0,01), Entamoeba coli (p<0,01) y Enteromonas hominis (p<0,05). Ambas especies patógenas fueron más frecuentes entre las familias numerosas que viven en condiciones de hacinamiento (p≤0,05). Giardia lamblia se asoció con la promiscuidad (p<0,05) y la convivencia con caninos (p<0,01). La presencia de quistes de amebas comensales en el agua de las viviendas analizadas demuestra que ésta puede ser un factor de riesgo de infección parasitaria si no es debidamente purificada. Son necesarios mayores controles sanitarios que procuren una disposición segura de las excretas humanas y animales.
Palabras clave: Protozoos; Ambiente; Asentamiento precario
Summary
The aims of this study were to know the distribution of Blastocystis hominis and Giardia lamblia in a suburban settlement of La Plata district, Buenos Aires province, to evaluate if infections have clinical manifestations, and to determine if the association with commensal species is influenced by environmental factors. A hundred and ninety-four faecal samples of 78 families were examined using Ritchie, Carles Barthelemy and Willis techniques, and also water samples were analyzed for intestinal protozoans. Environmental and social questionnaires were fulfilled. Of the analyzed persons, 69.1% (85.8% of the families) were infected with protozoans. Eighty-seven per cent of the positive families were poli-parasitized. Blastocystis hominis and Giardia lamblia were the most frequent species and they were not associated with each other, neither with the digestive symptoms. Blastocystis hominis was associated with Endolimax nana (p<0.01), with Entamoeba coli (p<0.01) and with Enteromonas hominis (p<0.05). Giardia lamblia was associated with promiscuity (p<0.05) and the coexistence of dogs (p<0.01). The presence of cysts of commensal amoebas in the water analyzed demonstrates it could be a risk factor of parasitic infection. More strict sanitary controls are needed to avoid the faecal contamination of the environment.
Key words: Protozoa; Environment; Marginal settlement
Introducción
Las enfermedades parasitarias constituyen tanto un
problema médico, como social y económico en el
mundo y principalmente en los países en desarrollo
y/o subdesarrollados. Estas infecciones son comunes
entre las comunidades más pobres y son más frecuentes
en niños de edad escolar. Producen serios problemas
de salud que tienen consecuencias en el desarrollo
físico y en el aprendizaje (1).
En este contexto, el estudio de las parasitosis intestinales
ha adquirido un valor significativo y el insuficiente
saneamiento ambiental adquiere relevancia
junto al difícil acceso a los centros de salud y a la falta
de recursos para adquirir alimentos (2).
El efecto de estas condiciones, sumado a los factores
climáticos, las características del terreno y la vegetación
determinan la distribución, abundancia y persistencia
de ciertas parasitosis en el medio ambiente (3) (4).
De este modo, los componentes físicos, biológicos y
sociales de los ecosistemas son potencialmente capaces
de producir perjuicios en la salud, según sea el manejo
que se realice de los mismos. Un ejemplo de ello,
lo constituyen los protozoos intestinales, con sus formas
de resistencia y dispersión (quistes) (5). Estas infecciones
son endémicas en los países en desarrollo y
constituyen un indicador de las condiciones sanitarias
y ecológicas del entorno de sus hospedadores (3). Se
vinculan principalmente con las prácticas de defecación
y la contaminación del suelo, del agua y los hábitos
de higiene y el hacinamiento, los cuales están estrechamente
ligados a los sectores más carenciados (3)(5-7).
Blastocystis hominis y Giardia lamblia/G.intestialis son consideradas
las protozoosis más frecuentes en la población
mundial (8) (9). Ambas especies se observan tanto en
personas sintomáticas como asintomáticas (10) (11).
Las infecciones por estos protozoos intestinales no
parecen restringirse a condiciones climáticas, grupos
socioeconómicos ni áreas geográficas. Probablemente
tampoco se relacionan al sexo pero pueden estar influenciadas
por la edad, el estado inmunológico y factores
relacionados con la higiene de los hospedadores.
La diseminación de estos parásitos puede darse tanto
en forma endémica (contagio interpersonal, ingestión
de alimentos contaminados, falta de saneamiento ambiental),
como en forma epidémica (ingestión de agua
contaminada). Además, una gran variedad de animales
domésticos y silvestres (perro, gato, castor, carpincho,
mulita, mono, etc.), son reservorios de quistes de
protozoos infectantes para el hombre, lo que los trasforma
en parásitos zoonóticos (12).
La ciudad de La Plata es la capital del primer estado
provincial, Buenos Aires. En el casco urbano la cobertura
de cloacas y agua potable alcanza el 100%
mientras que en la zona periurbana, donde se localiza
el 61,6% de la población, cubre sólo entre el 55% y
35%, llegando a ser nula en los asentamientos precarios.
Estas poblaciones utilizan como método de eliminación
de excretas letrinas domiciliarias o defecan a
cielo abierto (13).
El objetivo de este trabajo fue conocer la distribución
de Blastocystis hominis y Giardia lamblia en un asentamiento
del Partido de La Plata, Buenos Aires y evaluar
si la infección estuvo asociada a manifestaciones
clínicas y a las condiciones socioambientales.
Materiales y Métodos
El barrio "El Paligüe" está ubicado 3 km al sur del
casco urbano de la ciudad de La Plata, situada a 34º 55' latitud sur, 57º 56' latitud oeste. Es un asentamiento
caracterizado por viviendas precarias, construidas
en terrenos fiscales y con limitado acceso a servicios
públicos.
Se analizaron entre 1 y 7 personas por cada familia,
aumentando el número de analizados según crecía el
núcleo familiar.
El registro de estos datos se efectuó a través de prospecciones
barriales y visitas domiciliarias, con entrevistas
a los jefes de hogar durante las cuales se completó una encuesta. Dicha encuesta permitió relevar algunas variables ambientales, sociales, así como también características
del entorno de las viviendas, considerando
a todos como factores socioambientales (14). De este
modo se registraron los materiales de construcción
de las viviendas (paredes, techo y piso), servicios (agua
de consumo, eliminación de los residuos, disposición
de las excretas), grado de hacinamiento y promiscuidad
(hacinamiento fue definido cuando más de tres
personas compartían una habitación y promiscuidad
cuando más de una persona ocupaban una cama simple).
Entre las variables socioeconómicas, se incluyeron
el nivel de educación y la actividad laboral de los
padres. También se tuvo en cuenta la presencia de síntomas
posibles de enteroparasitosis (dolor abdominal,
prurito anal y nasal, diarrea, constipación, falta de apetito,
vómitos, bruxismo). Se tomaron muestras seriadas
(5 días) de materia fecal (194 muestras pertenecientes
a 78 familias). Las muestras se colectaron en
frascos de boca ancha con formol al 10%. Para el análisis
coproparasitológico se utilizaron dos técnicas de
sedimentación (Ritchie y Carles Barthelemy) y una de
flotación (Willis) para cada muestra (15).
Asimismo, se tomaron 5 muestras de agua de las viviendas
para la búsqueda de formas parasitarias. Para
su procesamiento se aplicó la técnica recomendada
por la American Public Health Association (16).
Previo a la realización del estudio, se obtuvo el consentimiento
escrito de los padres. El protocolo de investigación
se ajustó a lo establecido por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948, las
normas éticas instituidas por el Código de Nüremberg
de 1947 y la Declaración de Helsinki de 1964 y sus sucesivas
enmiendas, atendiéndose especialmente a lo
normado por la Ley Nacional Nº 25.326 de protección
de datos personales.
Para determinar la relación entre pares de parásitos
se empleó el test de Ji al cuadrado (χ2) con intervalos
de confianza del 95% (IC=95%). Los datos fueron procesados
mediante el programa Epi info 6 (CDC, Epidemiology
Program Office, Division of Public Health
Surveillance and Informatics). Los mismos se analizaron
de manera individual y agrupados por familia.
Resultados
La Tabla I muestra los resultados socioambientales, donde puede observarse que el asentamiento no cuenta con suficientes condiciones de higiene y saneamiento. El 77,5% de las familias son nucleares, el 22,5% restante está compuesto por madres solteras, separadas o viudas. El promedio de personas por vivienda es de 5,7 y el de hijos por familia 3,2. El 58% de los padres no tiene trabajo, y el 32% de ellos no completó los estudios primarios. Sobre el total de las personas relevadas (194), 58,8% viven en condiciones de hacinamiento y promiscuidad. Además, 22,7% de ellos no cuenta con servicio de recolección de residuos, el 23,1% no dispone de agua corriente dentro de la vivienda y el 38,6% defeca a cielo abierto o en letrina.
Tabla I. Factores socioambientales identificados en 78 familias
del asentamiento "El Paligüe", Partido de La Plata.
Del total de las 194 muestras analizadas, el rango etáreo estuvo comprendido entre 0 y 63 años, con una media de edad de 8.01± 0,7 años (error estándar) (DE=9,8) (59,8% mujeres y 40,2% varones). El 85,8% (67) de las familias analizadas fueron positivas para protozoos parásitos y/o comensales (Tabla II). En el 87% de los hogares positivos, hubo casos de poliparasitismo, con un máximo de siete especies en coinfección. El 13% restante estuvo monoparasitado. La especie más prevalente fue Blastocystis hominis, seguida por Giardia lamblia. Las diferentes especies de protozoos mantuvieron valores de prevalencia semejantes entre niños y adultos convivientes (Tabla II), a excepción de Entamoeba coli, que fue más prevalente entre los adultos (χ2 correcc. M. Haenszel=4,89 p<0,05).
Tabla II. Prevalencia de protozoos intestinales identificados en el asentamiento "El Paligüe", Partido de La Plata.
La Tabla III muestra las prevalencias de B. hominis y G. lamblia de manera conjunta y por separado. No se hallaron diferencias significativas en la distribución de estas dos especies con el sexo de los hospedadores, ya que, tanto al presentarse juntas como separadas, las prevalencias fueron muy semejantes para ambos sexos.
Tabla III. Distribución por sexos de Blastocystis hominis y Giardia lamblia
en el asentamiento "El Paligüe", Partido de La Plata (n=194).
Hubo asociación estadística significativa para la coexistencia
de varios pares de especies: B. hominis - E. coli (χ2 correcc. M. Haenszel=11,2 p<0,01); B. hominis - E.
nana (χ2 correcc. M. Haenszel=25,63 p<0,01); B. hominis - E. hominis (χ2 correcc. M. Haenszel= 4,49 p<0,05) y
E. coli - E. nana (χ2 correcc. M. Haenszel=12,65 p<0,01).
Blastocystis hominis y G. lamblia no se hallaron
estadísticamente asociadas, ni con los síntomas digestivos
estudiados.
Respecto de las características socioambientales, la Tabla
IV muestra que las familias numerosas, con más de
tres hijos se asociaron a la presencia de B. hominis (χ2 M.
Haenszel=3,6 p=0,05) y G. lamblia (χ2 correcc. Yates=5,43
p=0,01), siendo este último parásito más frecuente en las
familias cuyos integrantes compartían camas (χ2 correcc.
M. Haenszel= 4,63 p<0,05). La convivencia con caninos
también se observó en asociación con la presencia de G.
lamblia (χ2 correcc. Yates= 6,97 p<0,01).
Tabla IV. Asociación de Blastocystis hominis y Giardia lamblia con factores socioambientales
y síntomas clínicos en el asentamiento "El Paligüe", Partido de La Plata (n=194).
En el 66% de las muestras de agua filtradas se detectaron quistes de Entamoeba coli y en el 20% Iodamoeba butschlii.
Discusión y Conclusiones
El asentamiento "El Paligüe" mostró condiciones
higiénicas deficientes, tanto en las viviendas como en
las prácticas sanitarias de los residentes. Esas características,
junto con un elevado grado de hacinamiento
contribuyen al mantenimiento de los ciclos parasitarios,
especialmente los de transmisión oro-fecal. Así,
las prevalencias de B.hominis y G.lamblia estuvieron vinculadas
con las condiciones de higiene de las familias
y en consecuencia con las socioeconómicas. Giardia
lamblia no se asoció a síntomas digestivos ni a la presencia
de otras especies parásitas ni comensales. Este
parásito se vio en asociación con factores socioambientales
(e.g. hacinamiento, promiscuidad) y con la convivencia
con caninos. Estos resultados son coincidentes
con trabajos previos en la zona (3) (17) y en otrasáreas (7) (11). Los quistes de G. lamblia sobreviven durante
años en el agua/suelo a bajas temperaturas y humedad,
resistiendo hasta 50 ºC. Se ha comprobado que
estos quistes pueden resistir la clorinación del agua y
atraviesan los filtros de las plantas de tratamiento (18).
Por otro lado, existen controversias referidas al potencial
zoonótico de las especies de Giardia spp. en los
animales domésticos. Los distintos modelos experimentales
ensayados sugieren que los pequeños animales no
son fundamentales en la transmisión de la infección al
hombre. De cualquier manera, hasta que las discrepancias
sean aclaradas, es prudente la consideración de su
potencial zoonótico (18). Además, el impacto de las infecciones
crónicas por G. lamblia está demostrado que
es mayor en poblaciones malnutridas, convirtiéndose
en un serio problema de salud pública (7) (18).
Blastocystis hominis fue el parásito más prevalente en
este barrio, en concordancia con otros trabajos (3) (17) (19). Se halló asociado con las especies E. nana,
E. coli y E. hominis, que si bien no son patógenas, son
indicadoras de contaminación fecal del medio. Estas
tres especies cohabitan en el lumen colónico y sus
quistes son eliminados con la materia fecal, contaminando
el ambiente (20). Blastocystis hominis fue más
frecuente entre las familias numerosas que viven en
condiciones de hacinamiento.
La falta de asociación de ambas especies a la presencia
de síntomas digestivos confirma la posibilidad
de infección parasitaria sin enfermedad parasitaria. La
presencia de B. hominis como causa de enfermedades
en humanos es controversial. Los síntomas (diarrea
aguda, náuseas, vómitos, fiebre, cefalea, dolor abdominal,
cansancio, pérdida de peso, etc.) pueden desarrollarse
y desaparecer en 2 a 10 días, aunque en algunos
casos persisten hasta por 10 años (21).
Algunos autores consideran que el hallazgo de más
de cinco B. hominis por campo, acompañados por signos
clínicos de enfermedad intestinal y en ausencia de
otros agentes etiológicos, implicarían una acción patógena
de este parásito (22). En la actualidad, se conoce
que la eliminación de este parásito en materia fecal es
irregular y discontinua, por lo cual el número de formas
por campo no puede relacionarse con la sintomatología
(21). Además, la asociación de síntomas clínicos con la
presencia de B. hominis no constituye una prueba de patogenicidad
suficiente, ya que este parásito no ha sido
observado invadiendo la mucosa intestinal. Sin embargo,
la ausencia de otro parásito sugiere a B. hominis como
agente etiológico de diarrea (23). Por otra parte, el
alto pleomorfismo de este parásito, con sus formas vacuolar,
granular, multivacuolar, quística y ameboidal
pueden conducir a subestimar su prevalencia en observadores
no experimentados (21). Por esta razón, algunos
autores recomiendan el cultivo de heces y ELISA
para mejorar la sensibilidad en el diagnóstico (24) (25).
Los resultados indican que si bien la distribución de B.
hominis tiende a ser aleatoria, está asociado con especies
comensales (e.g. E. coli, E. nana, E. hominis) indicadoras
de deficientes condiciones sanitarias, pero no se pudo
determinar su efecto en la salud humana, por no observarse
asociación con síntomas.
La presencia de quistes de amebas no patógenas en
el agua de las viviendas analizadas demuestra que el
agua de bebida, si no es debidamente purificada, constituye
un factor de riesgo de infección parasitaria,
principalmente por la transmisión de quistes de protozoos que son altamente resistentes en el agua y atraviesan
los filtros de purificación (26).
El rol del saneamiento ambiental en la transmisión
de las protozoo'sis constituye una de las problemáticas
más frecuentes en salud pública. Son necesarios mayores
controles sanitarios que procuren una disposición
segura de las excretas humanas y animales. En este
sentido, el emprendimiento de acciones multidisciplinarias
que involucren a la medicina, la biología, la bioquímica
y la veterinaria es fundamental en la búsqueda
de soluciones.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación fue realizada con apoyo de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia (CIC) de Buenos Aires, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Los autores agradecen al personal de la fundación del Padre Cajade por el apoyo recibido en la tarea de campo.
1. Nematian J, Nematian E, Gholamrezanezhadb A, Asgarib A. Prevalence of intestinal parasitic infections and their relation with socio-economic factors and hygienic habits in Tehran primary school students. Acta Trop 2004; 92 (3): 179-86.
2. Ortiz D, Afonso C, Hagel I, Rodriguez O, Ortiz C, Palenque M, et al. Influencia de las infecciones helmínticas y el estado nutricional en la respuesta inmunitaria de niños venezolanos. Rev Panam Salud Pública 2000; 8 (3): 156-63.
3. Gamboa MI, Basualdo JA, Córdoba MA, Pezzani BC, Minvielle MC, Lahitte HB. Distribution of intestinal parasitoses in relation to environmental and sociocultural parameters in La Plata, Argentina. J Helminthol 2003; 77: 15-20.
4. Navone GT, Gamboa MI, Kozubsky L, Costas ME, Cardozo MI, Sisliauskas MM, et al. Estudio comparativo de recuperación de formas parasitarias por diferentes métodos de enriquecimiento coproparasitológico. Parasitol Latinoam 2005; 60: 170-3.
5. Thompson RCA. The future impact of societal and cultural factors on parasitic diseases. Some emerging issues. Int J Parasitol 2001; 31: 949-59.
6. Gamboa MI, Basualdo Farjat JA, Kozubsky L, Costas ME, Cueto Rúa E, Lahitte HB. Prevalence of intestinal parasitosis within three population groups in La Plata, Buenos Aires, Argentina. Eur J Epidemiol 1998; 14 (1): 55-61.
7. Navone GT, Gamboa MI, Oyhenart E, Orden B. Parasitosis intestinales en poblaciones Mbya-Guaraní de la Provincia de Misiones. Aspectos epidemiológicos y nutricionales. Cad Saúde Pública 2006; 22: 109-18.
8. Savioli L, Bundy DAP, Tomkins A. Intestinal parasitic infections: a soluble public health problem. Trans R Soc Trop Med Hyg 1992; 86: 353-4.
9. WHO/PHO. Informal consultation on intestinal protozoal infections. Mexico DF: OPS (WHO/CDI/IPI/92.2); 1992.
10. Barahona L, Maguiña C, Náquira C, Terashima A, Tello R. Sintomatología y factores epidemiológicos asociados al parasitismo por Blastocystis hominis. Parasitol Latinoam 2002; 57: 96-102.
11. Texeira JC, Heller L, Barreto ML. Giardia duodenalis infection: Risk factors for children living in sub-standard settlements in Brazil. Cad Saúde Publica 2007; 23: 1489-93.
12. Slifko TR, Smith HV, Rose JB. Emerging parasite zoonoses associated with water and food. Int J Parasitol 2000; 30: 1379-93.
13. Encuesta permanente de hogares (EPH). Instituto Nacional de Estadística y Censos. Secretaría de Política Económica. Ministerio de Economía y Producción. República Argentina, 2203. Disponible en: www.indec.mecon.gov.ar/principal. Fecha de acceso: 12 de diciembre de 2008.
14. Alvarez ML, Wurgaft F, Salazar ME. Mediciones de nivel socioeconómico bajo urbano en familias con lactante desnutrido. Arch Latinoam Nutr 1982; 32: 650-62.
15. Becerril Flores, MA Romero Cabello R. Parasitología Médica. De las moléculas a la enfermedad, México: Mc Graw- Hill Interamericana; 2004.
16. Clesceri LS, Greenberg AE, Eaton AD. Standard methods for the examination of water and wastewater. 20th ed. Washington DC: American Public Health Association; 1999.
17. Minvielle M, Pezzani B, Córdoba M. Epidemiological survey of Giardia spp. and Blastocystis hominis in an Argentinian rural community. Korean J Parasitol 2004; 42 (3): 121-7.
18. Thompson RCA. Giardiasis as a re-emerging infectious disease and its zoonotic potential. Int J Parasitol 2000; 30: 1259-67.
19. Borda C, Rea M, Rosa J, Maidana C. Intestinal parasitism in San Cayetano, Corrientes, Argentina. Bull Pan Am Health Organ 1996; 30: 227-33.
20. Ashford RW, Atkinson EA. Epidemiology of Blastocystis hominis infection in Papua New Guinea: age-prevalence and associations with other parasites. Ann Trop Med Parasitol 1992; 86 (2):129-36.
21. Stenzel DJ, Boreham PFL. Blastocystis hominis revisited. Clin Microbiol Rev 1996; 9: 563-84.
22. Feldman RE. Un nuevo parásito intestinal: Blastocystis hominis. Reubicación taxonómica y comprobación de su acción patógena. Acta Bioquím Clin Latinoam 1987; 21: 357-61.
23. Atías A. Parasitología Medica. Chile: Mediterráneo; 1998.
24. Leelayoova S. Taamasai P. In-vitro cultivation: a sensitive method for detecting Blastocystis hominis. Ann Trop Med Parasitol 2002; 96 (8): 803-7.
25. Mahmoud MS, Saleh WA. Secretory and humoral antibody responses to Blastocystis hominis in symptomatic and asymptomatic human infections. J Egypt Soc Parasitol 2003; 33 (1):13-30.
26. Basualdo J, Pezzani B, De Luca MM, Córdoba A, Apezteguía M. Screening of the municipal water system of La Plata, Argentina, for human intestinal parasites. Int J Hyg Environ Health 2000; 203: 177-82.
Aceptado para su publicación el 20 de febrero de 2009