¿Cuándo preguntar "¿por qué?"?1
Observaciones sobre la dinámica de las preguntas
y respuestas en una investigación científica
Eleonora Cresto
Resumen
En este trabajo argumento a favor de la idea de que una explicación científica es una respuesta a una pregunta, aunque no necesariamente a una pregunta-por-qué. Esto no quiere decir que las preguntas-por-qué no sean elementos fundamentales de toda investigación científica: su importancia radica en que son capaces de organizar y sistematizar un conjunto dado de creencias. Para justificar esta afirmación, comienzo por identificar tres estadios básicos en los cuales pueden surgir preguntas-por-qué, y luego procedo a caracterizar su estructura. Muestro finalmente cómo usar este análisis para elucidar la noción de poder de unificación de hipótesis rivales. Entiendo que esta última noción, a su vez, constituye uno de los criterios que debemos considerar a la hora de evaluar cuál de dichas hipótesis rivales es la mejor explicación disponible, comparativamente hablando.
PALABRAS CLAVE: Preguntas por qué; Explicación científica; Inferencia a la Mejor Explicación; Unificación; Epistemología pragmatista
Abstract
In this paper I take scientific explanations to be answers to questions, though not necessarily to why-questions. This, however, is not meant to imply that why-questions are not fundamental in their own peculiar way. As I understand it, why-questions are crucial elements in any research process because they are able to organize and systematize an agent's belief set. In order to justify my claim I start by identifying three basic stages in which whyquestions can arise, and then I proceed to characterize their structure. I also show how to use this analysis to elucidate the notion of comparative unification power of rival hypotheses. The notion of comparative unification power, in turn, can be thought of as one of the criteria that we should take into account at the time of assessing which of such rival hypotheses is the best explanation available, comparatively speaking.
KEY WORDS: Why-questions; Scientific explanation; Inference to the best explanation; Unification; Pragmatist epistemology
1. Introducción
Tiempo atrás, en un artículo bien conocido, Wesley Salmon se preguntaba
por qué deberíamos preguntar "por qué".2 La razón -nos decía Salmon-
es que las respuestas a preguntas-por-qué generan un tipo de comprensión que
no se obtiene a partir de una mera descripción de hechos. Si eludiéramos sistemáticamente
el planteo de preguntas de tipo "por qué", algo esencial estaríamos
dejando afuera, ya que uno de los objetivos centrales de la ciencia es,
justamente, darnos ese tipo de comprensión. Salmon pensaba, además, que las
respuestas a preguntas-por-qué generan el tipo adecuado de comprensión porque
son capaces de revelar la estructura causal del mundo.
Al menos parte de la respuesta de Salmon pertenece hoy en día al sentido
común filosófico. Es difícil no estar de acuerdo con Salmon en que la
búsqueda del tipo correcto de comprensión es un objetivo fundamental de la
ciencia, y en que las preguntas-por-qué son igualmente fundamentales. Otros
aspectos de su propuesta son un poco más problemáticos. Se ha discutido largamente,
por ejemplo, si el vínculo entre explicación y causalidad es tal como
Salmon lo pensó. Se ha discutido un poco menos, en cambio, el vínculo entre
preguntas-por-qué y explicación.3 En este trabajo argumentaré, precisamente,
que la relación entre preguntas-por-qué y explicación es bastante menos lineal
de lo que Salmon y otros pensaron.
Más precisamente, creo que, si bien es cierto que las preguntas-por-qué
son importantes, está lejos de ser obvio en qué consiste exactamente su importancia.
Según entiendo, no son especialmente relevantes como el motor de una
investigación -es decir, no es cierto que toda investigación deba comenzar con
una pregunta-por-qué- y tampoco creo que toda búsqueda de explicaciones
involucre, de manera explícita o implícita, alguna pregunta-por-qué.
¿Por qué preguntar "por qué", pues? Tal vez encontremos una respuesta
satisfactoria a esta pregunta si intentamos contestar primero otra, íntimamente
relacionada: ¿cuándo preguntamos "por qué", en el curso de un proceso
de investigación? Argumentaré que, cuando prestamos la atención debida a
esta última cuestión, observamos que la importancia de las preguntas-porqué
radica en su capacidad para organizar y sistematizar un conjunto dado
de creencias, y así, indirectamente, en su capacidad para mostrar cuándo una
explicación dada es mejor que otras, comparativamente hablando.
En lo que sigue presupondré que un proceso de investigación científica
tiene generalmente como meta la búsqueda de la mejor explicación disponible
para cierto conjunto dado de problemas iniciales. Lo llamaré, pues, de
ahora en más, "proceso de inferencia a la mejor explicación", o, para abreviar,
"proceso de IME".4 En la sección 2, me ocuparé de identificar la estructura
general de la dinámica de preguntas y respuestas (de cualquier tipo) en un
proceso de IME, y luego, en las secciones 3 a 5, me concentraré específicamente
en el caso de las preguntas y respuestas-por-qué. En particular, sugeriré
que podemos identificar tres momentos, muy diferentes entre sí, en los que
pueden surgir preguntas-por-qué. A partir de este análisis espero clarificar la
naturaleza de la relación entre las respuestas a preguntas por qué y el concepto
de explicación científica.
2. Un marco general para comprender la estructura de preguntas y respuestas en una investigación
¿Cómo se pone en marcha la maquinaria de una inferencia a la mejor
explicación, o IME? Es habitual sugerir que el agente comienza por identificar
un problema, o problemas, los que generan cierta ruta de investigación.
Para precisar esta idea, diré aquí que una investigación comienza cuando un
agente A identifica un conjunto QA,t de preguntas que busca responder en t. Un
agente puede sentirse compelido a construir QA,t como reacción ante cierta
nueva información que acaba de adquirir (por ejemplo, una observación sorprendente),
o como reacción ante información antigua que por alguna razón se
le presenta ahora como problemática. Diré que las creencias plenas del agente
(entre las que se incluye la información específica que promueve la construcción
de QA,t) están representadas por el conjunto KA,t, o conjunto de enunciados
que A acepta en t.
Adviértase que la información problemática de que dispone el agente
puede causar perplejidad en el sentido de llevarlo a preguntarse por qué algo
es el caso, pero también puede llevarlo a preguntarse cómo sucede lo que
sucede, o qué es lo que hace que ocurra, entre otras posibilidades. En otras
palabras, los elementos de QA,t no necesitan ser preguntas-por-qué. Por otra
parte, entiendo que al tratar de responder cualquiera de estos tipos de preguntas,
el agente busca obtener diferentes tipos de explicaciones.5 Ahora bien, es
claro que las respuestas a preguntas-por-qué pueden representarse mediante
argumentos de una manera en que no lo pueden hacer otros tipos de preguntas:
decir que "x ocurre porque y es el caso" invita a pensar en términos de
argumentos de manera mucho más obvia que si decimos, por ejemplo, "x ocurre
de este modo", "x ocurre en circunstancias y", o, tal vez, "x está compuesto
por y", por citar sólo unos pocos patrones de respuestas posibles a preguntas
de formatos variados. De todo esto se sigue que no concibo a las explicaciones
básicamente como argumentos de cierto tipo -pese a lo cual, como se verá,
creo que el concepto de explicación como argumento surge necesariamente en
cierto momento en el curso de una IME; la tarea de este trabajo es tratar de
determinar cuándo. Pero antes de ello, tratemos de identificar qué elementos
contiene QA,t exactamente.
Obsérvese, en primer lugar, que las preguntas de un agente típicamente
tienen presuposiciones. En la tradición del análisis semántico de preguntas y
respuestas, el término "presuposición" refiere a aquellas proposiciones que un
agente debe dar por sentado, por una cuestión de racionalidad, si la pregunta
ha de tener sentido para él.6 (En lo que sigue hablaré de proposiciones o enunciados
de manera indistinta). Así, por ejemplo, preguntas como "¿por qué Φ?,"
o "cómo es posible Φ?," presuponen que Φ ocurre. Una pregunta como "¿qué
causa ?," presupone que
ocurre (o que puede ocurrir, según el caso) y que
hay algo que lo causa, y así. Diré que una pregunta q tiene sentido para A en t
si todas las presuposiciones de q de las que A es consciente en t pertenecen al
conjunto de creencias plenas de A, o KA,t. Si ello no es así, la pregunta está mal
formulada, en lo que respecta a A. Ahora bien, si la pregunta tiene sentido,
pueden presentarse dos situaciones bien diferentes: A puede pensar que algún
miembro de KA,t cuenta como respuesta a q, o que ningún miembro de KA,t puede responderla. En el primer caso, diremos que la pregunta está cerrada en
t para A. Además, diré que una pregunta q es legítima para A en t si: (i) q está
bien formulada para A en t; y (ii) q no está cerrada para A en t.
Supongamos que q es legítima para A en t. En este caso A podría sentir
la necesidad de buscar una respuesta para q, pero esto no es necesario (A podría
no estar preparado para dedicar tiempo y esfuerzo a la empresa, por el
motivo que fuere). En otras palabras, en un tiempo dado un agente A podría
interesarse en responder sólo un pequeño subconjunto de sus preguntas legítimas
-tal vez ninguna. Finalmente, aún suponiendo que A quiera encontrar una
respuesta a q en t, no es obvio que vaya a ser capaz de sugerir respuestas
posibles adecuadas. En otras palabras, A podría sólo ser capaz de proponer
respuestas posibles para un subconjunto aún más pequeño de su conjunto de
preguntas legítimas en t.
¿Qué hay en QA,t, pues? QA,t contiene todas las preguntas legítimas que
A quiere responder en t, y que generan respuestas posibles adecuadas (i.e.,
hipótesis) en lo que respecta a A. Estipularé además que QA,t no puede ser
vacía: si no existen preguntas que satisfagan estas restricciones, diremos simplemente
que el proceso de IME no se puso en marcha.
Veamos algunas ilustraciones de estas convenciones terminológicas.
Consideremos la pregunta q1: "¿de qué están hechos los genes?" q1 no tiene
sentido, por ejemplo, para los miembros de la llamada "Escuela Biométrica",
durante los primeros años del siglo veinte, puesto que rechazan una obvia
presuposición de la pregunta -a saber, que los genes existen. En cambio, esta
misma pregunta resulta perfectamente significativa para la mayoría de los científicos
en los años treinta. En particular, es perfectamente significativa para
Alfred Mirsky, un famoso bioquímico interesado en el estudio de las proteínas:
no sólo Mirsky confía en la existencia de los genes, sino que acepta la
idea de que se trata de objetos materiales de algún tipo, aunque ignora de qué
tipo. q1 es pues legítima, en lo que respecta a Mirsky. Sin embargo, en la década
del treinta Mirsky no está activamente involucrado en buscar una respuesta
para q1 -está demasiado ocupado con otras líneas de investigación. La pregunta
aún es significativa para él en los años setenta, pero a esta altura la considera
cerrada, de modo que ha dejado de ser legítima. Para aquel entonces ya ha
aceptado que los genes son fragmentos de ADN, que es hoy en día la respuesta
convencional.7 Consideremos, finalmente, la pregunta q2: "¿Cómo se
autorreplican los genes?" Esta pregunta resulta ciertamente significativa, por
ejemplo, para Theodore Avery en los años cuarenta, y disponemos de evidencia
para afirmar que está ansioso por encontrar una respuesta.8 Pero no tiene la
menor idea de cómo hacerlo: es sencillamente incapaz de sugerir posibles explicaciones
para construir un conjunto apropiado de hipótesis. Así, si bien q2
constituye una pregunta legítima que desea responder, no puede funcionar
como punto de partida de un proceso de IME. En resumen, en estos ejemplos
ni q1 ni q2 están en el conjunto de preguntas Q de ninguno de los agentes
propuestos, respectivamente (para los tiempos sugeridos), aunque por muy
diferentes razones.9
Como puede verse, QA,t se define en parte por referencia a un conjunto
de respuestas o explicaciones, al que llamaré conjunto EA,t. Supondré que EA,t constituye un conjunto mutuamente exclusivo y exhaustivo de hipótesis explicativas
rivales, compatibles con -pero no implicadas por- KA,t, capaces de
responder todas las preguntas de QA,t simultáneamente, y que han sobrevivido
a diversos procesos de contrastación empírica. No exigiré restricciones adicionales,
formales o sustantivas, que tengan que cumplir las hipótesis de EA,t para ser explicativas para un agente. Podría objetarse que no puede desarrollarse
ningún modelo interesante de IME a menos que previamente se ofrezca
una teoría de la explicación. No creo que esto sea así. Entiendo que la propiedad
de ser explicativa está directamente relacionada con la habilidad que una
hipótesis tiene para mejorar la comprensión global del agente, o, en otros términos,
con su habilidad para promover una imagen del mundo psicológicamente
satisfactoria. Y, en este sentido, la tarea de decidir qué enunciados califican
como explicativos, y por ende como miembros potenciales de EA,t, depende
de cada agente particular. Por ejemplo, un agente A podría sostener que
ninguna hipótesis es verdaderamente explicativa a menos que describa un
mecanismo causal. Pero, por cierto, no pediré que todo agente entienda a EA,t de esta manera particular. Lo que cuenta como una respuesta a una pregunta
dada, para un agente determinado, no está sujeto a escrutinio racional. Por el
contrario, creo que sí es deseable, y posible, desarrollar herramientas para
proveer instrucciones objetivas que lleven a identificar, en una etapa posterior,
el elemento más valioso de EA,t.
En otras palabras, podemos rechazar la necesidad de desarrollar restricciones
objetivas acerca de qué cuenta como una explicación para un agente
dado, y aún así buscar desarrollar restricciones objetivas acerca de qué cuenta
como mejor explicación (en términos relativos), desde el punto de vista del
agente. Así, de acuerdo con la presente perspectiva, la mayor preocupación de
una teoría de la explicación debe ser precisamente la de decir qué hipótesis
explica mejor que otras (relativa a un conjunto EA,t dado), y no la de ofrecer
elucidaciones acerca de qué significa (para un agente y un tiempo dados) decir
que H explica e.
La perspectiva sobre la explicación que acabo de delinear se inspira, en
un sentido amplio, en una epistemología peirceana, puesto que se ocupa de
discutir cómo justificar los cambios en un estado epistémico dado, en lugar de
obsesionarse con qué constituye, o no constituye, un punto de partida adecuado.
10 Más precisamente, esta perspectiva busca decirnos cómo debería cambiar
un estado epistémico dado a través del ejercicio de identificar mejores
explicaciones a partir de elementos explicativos previos. En este trabajo no
daré mayores detalles acerca de los posibles mecanismos de elección de elementos
de EA,t.11 Me limitaré a señalar un aspecto de dicho mecanismo de
selección que es directamente relevante para el tema que nos ocupa. A saber,
entiendo que, a la hora de elegir entre un conjunto de hipótesis rivales, deben
tenerse en cuenta, entre otras cosas, las diferentes virtudes epistémicas de cada
una de dichas hipótesis -propiedades tales como la simplicidad, la fertilidad,
la precisión, o el poder de unificación de una hipótesis. Como veremos, esta
última virtud -el poder de unificación- está estrechamente relacionada con la
posibilidad de que una hipótesis dada responda diversas preguntas-por-qué.
De este modo, indirectamente, veremos que el concepto de mejor explicación
-o mejor elemento de un conjunto pre-seleccionado de respuestas explicativas
posibles- se relaciona, como quería la tradición, con el concepto de preguntas-
por-qué.
3. ¿Cuándo preguntar "por qué"?
Existen por lo menos tres circunstancias muy diferentes en las que puede aparecer una pregunta-por-qué en el marco de un proceso de IME -y, corres-pondientemente, tres circunstancias muy diferentes en las que la perspectiva tradicional de explicaciones como argumentos, o como parte de argumentos, puede tener pretensiones de validez. Pueden surgir preguntas por-qué:
(i) Al comienzo de una investigación - es decir, entre los elementos de QA,t.
(ii) En el momento de tratar de establecer relaciones entre hipótesis de EA,t (que no son necesariamente respuestas a preguntas-porqué) y otras proposiciones de KA,t, en un sentido a determinar. Y, finalmente,
(iii) En el momento de considerar la conveniencia de aceptar (es decir, de incorporar a KA,t) alguna de las hipótesis de EA,t.
El contexto (i) a esta altura no reviste mayores problemas. Como ya señalé en
la sección anterior, no todas las preguntas de QA,t tienen que ser preguntas-porqué.
Pero, desde luego, las preguntas-por-qué no están excluidas de QA,t. En
principio, cualquier pregunta-por-qué que sea legítima para el agente, que el
agente tenga interés en responder, y para la cual el agente sea capaz de proponer
respuestas posibles, es admisible como miembro de QA,t.
El contexto (ii) es por cierto bastante más interesante. Independientemente
de qué preguntas particulares contenga QA,t, podemos reflexionar si existe
algún tipo de relación entre las hipótesis explicativas de EA,t (que son, recordemos,
respuestas posibles a las preguntas de QA,t) y otros enunciados de KA,t.
Por ejemplo, supongamos que QA,t es el conjunto de preguntas que podemos
atribuir a Theodore Avery a mediados de los años cuarenta;12 QA,t sin dudas
contiene la pregunta "¿de qué sustancia están hechos los genes?", y EA,t contiene,
entre otras cosas, la hipótesis H1: "Los genes están hechos de ADN."13
Es claro que H1 no fue pensada originalmente como una respuesta posible a
una pregunta-por-qué. Sin embargo, Avery bien puede preguntarse luego si es
posible usar a H1 para explicar por qué se ha observado la evidencia que de
hecho se ha observado (por ejemplo, por qué el llamado "principio transformador"
que utiliza en sus experimentos con neumococos se depolimeriza ante
la presencia de enzimas destructoras de ADN.) En otras palabras, Avery bien
puede plantearse si H1 puede ser usada para responder una o varias preguntaspor-
qué que involucren diferentes elementos de KA,t.
Notemos que, en la medida en que H1 es capaz de responder preguntaspor-
qué, podemos armar razonamientos (no necesariamente deductivos) en
los cuales H1 aparezca como premisa, o por lo menos como una de las premisas,
y aquello que se quiere explicar-por-qué (el "tópico" de la pregunta) aparezca
como conclusión. Así, por ejemplo, a partir de H1: "los genes están hechos de
ADN", junto con "el fenómeno de transformación bacteriana observado en el
contexto de los experimentos con neumococos equivale a una modificación
genética", y "las enzimas destructoras de ADN depolimerizan muestras de
ADN", puede concluirse "esta muestra, que contiene un principio de transformación
de neumococos, se depolimeriza ante la presencia de DNAsa".
En este ejemplo, H1 se propone originalmente para explicar de qué están
hechos los genes. Sin embargo, en la medida en que H1 es capaz de responder
numerosas preguntas-por-qué adicionales a aquellas que iniciaron la investigación
-preguntas que tienen por tópico enunciados ya aceptados en KA,t- podemos ver que H1 es capaz de establecer diversas relaciones
inferenciales con miembros de KA,t. Y, en este sentido, puede decirse que H1 es
capaz de organizar al conjunto KA,t de cierta manera -más o menos eficiente,
según el caso. Ciertamente, una manera posible de organizar un conjunto de
enunciados es estableciendo argumentos entre sus miembros, que, luego, podríamos
fijarnos si responden a unos pocos patrones argumentales. Esto último
nos sugiere una posible estrategia para evaluar el poder de unificación (o
de sistematización) de una hipótesis, siguiendo algunas ideas de Kitcher (1981,
1989).14 Me ocuparé de esta estrategia en la última sección.
Consideremos finalmente el contexto (iii). A diferencia de (i) y (ii), (iii)
es esencialmente metalingüístico. Independientemente de qué tipo de preguntas
haya en QA,t, siempre podemos inquirir: ¿por qué vale la pena aceptar, digamos, H1 y no H2? En el marco de una IME, una respuesta adecuada a este tipo
de pregunta de segundo orden debe poner de manifiesto que H1 explica mejor
que H2, en algún sentido que nuestra teoría favorita de IME debería encargarse
de determinar. Si esto es correcto, una IME puede considerarse un tipo de
respuesta a una pregunta por-qué (más precisamente, a una pregunta-por-qué
que demanda razones, antes que causas)15 sin que esto signifique que la "mejor
explicación" que se infiere sea ella misma una respuesta a una preguntapor-
qué. Antes bien, una IME puede decirse que es un tipo de respuesta a una
pregunta-por-qué debido a que la evaluación de cierto enunciado como una
"mejor explicación" es la explicación de por qué lo inferimos.
Como ya he anticipado, entiendo que la evaluación de qué cuenta como
una mejor explicación no puede dejar de tomar en consideración el grado en el
cual las hipótesis rivales relevantes exhiben diversas virtudes epistémicas, entre
las que se cuenta su poder de unificación, o la capacidad de las hipótesis dadas
para aumentar la cohesión de KA,t. Y para ello evaluaremos el grado en el cual
una respuesta dada a una pregunta de QA,t (que no necesita ser una pregunta
por-qué) puede, a su vez, responder nuevas preguntas-por-qué que permitan
establecer relaciones entre miembros de KA,t.
En la sección siguiente propondré un aparato formal que pueda usarse
para recoger estas sugerencias. Comenzaré por definir el concepto de una "respuesta-
por-qué", o, en una terminología tal vez más apropiada, una "explicación-
por-qué" -lo que abreviaré como explicación-P. Luego veremos cómo
definir de manera rigurosa una pregunta-por-qué a partir del concepto de una
explicación-P. Con todos estos elementos, en la sección 5 estaremos en condiciones
de analizar con mayor precisión en qué consiste el poder de unificación
de una hipótesis.
4. La estructura de las preguntas y las respuestas por-qué
Definiré explicación-P (para un agente A, en un tiempo dado t) como una secuencia ordenada <p1&…&pn,<e,X>>, tal que:
(i) p1&…&pn (para ≥1) es un enunciado significativo para A, así como cada conyunto pi de p1&…&pn.
(ii) e ∈ KA,t.
(iii) X = {x1,…xk} es un conjunto de enunciados significativos para A, tal que todas las negaciones de miembros de X están en KA,t.
(iv) El agente considera a p1,…, pn como premisas de un argumento (no necesariamente deductivo) cuya conclusión es e&~x1&…&~xk.
(v) El agente considera que p1&…&pn explican e.
Este análisis (y las definiciones que siguen más abajo) está obviamente inspirado
en el que ofrecen van Fraassen (1980) y Kitcher (1989), aunque, como
podrá observarse, la presente propuesta difiere de la de ambos autores en varios
aspectos cruciales.16
Siguiendo una terminología usual, diré que e es el tópico de la pregunta
(en palabras de Peirce, el "hecho sorprendente" que el agente busca explicar),
mientras que X es una "clase de contraste" para e: en el momento de pedir
información sobre e podemos tener diferentes clases de contraste en mente -
¿preguntamos por qué e en lugar de x1 o y1? ¿O tal vez por qué e en lugar de x2 o
y2? La clase de contraste especifica el respecto bajo el cual buscamos explicar a e.
Resulta claro que las explicaciones-P codifican un tipo particular de
argumento, construido sobre la base de cierta comprensión pre-teórica de explicación
(recogida en la cláusula (v); volveré sobre este punto en un momento).
Luego, sea PA,t el conjunto de todas las explicaciones-P
<p1&…&pn,<e,X>> tales que:
(i') p1&…&pn (para n≥1) es un enunciado de KA,t, así como cada conyunto pi de p1&…&pn.
(vi) Si <p1&…&pn,<e,X>> y <q1&…&qn,<e,Y>> están ambos en PA,t, entonces o bien X≠Y, o bien p1&…&pn es lógicamente equivalente a q1&…&qn, dado KA,t.
PA,t es entonces el conjunto de las explicaciones-P que el agente A acepta en t,
relativo a KA,t. PA,t está formalmente restringida por el postulado (vi), que especifica
una condición de coherencia. Puede haber maneras genuinamente diferentes
de explicar e en PA,t, siempre y cuando e pertenezca a diferentes clases
de constraste en cada caso -esto es, siempre y cuando diferentes explicaciones
se enfoquen en distintos aspectos de e. En otras palabras, (vi) exige que los
agentes no acepten más que una explicación del mismo evento, en el mismo
sentido, en el mismo respecto, al mismo tiempo.
También será útil contar con la siguiente definición. Sea PE,A,t el conjunto
de explicaciones-P correspondientes al conjunto de hipótesis EA,t. Diremos
que una explicación-P <p1&…&pn,<e,X>> está en PE,A,t si y sólo si:
(i'') p1&…&pn (para n≥1) es un enunciado significativo para A, y hay exactamente un conyunto pi de p1&…&pn que pertenece a EA,t; el resto de los conyuntos pj son enunciados de KA,t.
Así, PE,A,t es el conjunto de explicaciones-P que codifica los argumentos construidos
sobre la base de explicaciones que se hallan en el conjunto de respuestas
posibles EA,t.
Con estos elementos podemos definir la noción de pregunta-por-qué
(o, para abreviar, "pregunta-P"), de la siguiente manera. Diremos que una pregunta-
P para un agente A en t es un triple ordenado <e, X, ℜ>, tal que:
(1) E ∈ KA,t.
(2) X = {x1,…xk} es un conjunto de enunciados significativos para A, tal que las negaciones de todos los elementos de X están en KA,t.
(3)es el conjunto de todas las explicaciones-P <p1&…&pn <e, X>> que A es capaz de construir en t.
( podría ser vacío, en caso de que el agente sea incapaz de proponer alguna
respuesta posible a la pregunta en cuestión).
Además, una pregunta-P asociada a E, para A en t, es una pregunta-P
<e, X,
> para A en t tal que:
(3')
= PE,A,t.
Obsérvese que las explicaciones-P del conjunto PE,A,t pueden pensarse como
argumentos que tratan sobre algunas de las preguntas legítimas de A en t: a
saber, aquellas preguntas-P asociadas al conjunto EA,t. Más precisamente, el
conjunto PE,A,t comprende las muchas maneras en que los elementos de EA,t
pueden dar respuesta a varias preguntas-P. Las explicaciones-P del conjunto
PA,t por otro lado, ya no responden a preguntas legítimas de A en t: como tales
explicaciones ya han sido aceptadas, las preguntas que las podrían haber originado
ya están cerradas.
Por la cláusula (v), es claro que el concepto general de una explicación-
P, así como el de una explicación-P aceptada (en el conjunto PA,t), o el de
una explicación-P asociada a EA,t, ya presuponen cierta comprensión pre-teórica
de explicación. No cualquier secuencia ordenada posible que satisfaga los
requisitos (i) a (iv) (o, alternativamente, los requisitos (i´), (ii), (iii), (iv) y (vi),
o los requisitos (i'')-(iv)) será explicativa, para un agente y un tiempo dados.
Nuevamente, es el agente el que debe decidir cuáles secuencias codifican explicaciones
y cuáles no. No pediré que se cumplan restricciones adicionales
objetivas acerca de cuáles secuencias se permiten como explicaciones-P en
general, o como miembros de PA,t, o de PE,A,t. En particular, la relación entre p1&…&pn y e, y entre p1&…&pn y la negación de los miembros de X puede,
pero no necesita, ser una relación deductiva. Sin embargo, en consonancia con
las observaciones vertidas en la sección 2, sí pienso que habrá algo que decir acerca de cómo debe modificarse el conjunto PA,t. Veamos esto con más detalles
en la sección siguiente.
5. Preguntas-P y el concepto de poder de unificación
Sea H un elemento de EA,t. Si el agente A expandiera su conjunto de
creencias plenas KA,t con la hipótesis H, en el contexto de una IME, todas las
secuencias <p1&… H&…&pn <ei, Xj>> de PE,A,t deberían agregarse a PA,t. Por
(vi), esto podría resultar en que explicaciones-P sean borradas del conjunto
PE,A,t -en caso que el agente haya sostenido previamente maneras alternativas
de explicar ei con respecto a la misma clase de contraste Xj. Incidentalmente,
nótese que una contracción de PE,A,t, en la manera que acabo de sugerir, no
necesariamente llevará a una contracción de KA,t, a menos que supongamos
que KA,t también contiene enunciados de segundo orden que describen relaciones
de explicación-P entre varios enunciados de primer orden (en otras palabras,
a menos que exijamos que los enunciados que describen los elementos
de PE,A,t pertenezcan ellos mismos a KA,t), lo cual no tiene por qué ocurrir.
Ahora bien, es claro que cada una de las hipótesis rivales H1,…Hn de
EA,t, si llegaran a ser agregadas a KA,t, nos llevarían a diferentes modificaciones
de PA,t. Propongo entonces que comparemos los diferentes conjuntos de explicaciones-
P que resultarían en cada caso, para determinar cuál de ellos constituye
la mejor sistematización de los elementos de KA,t. Para esto, siguiendo a
Kitcher (1989), podríamos tratar de identificar un conjunto PA,t de patrones de
argumentación instanciados en PA,t -donde, nuevamente, la carga de determinar
qué patrones instancian los argumentos en PA,t la tiene el agente.
Intuitivamente, a veces dichos patrones serán tan sólo generalizaciones de
explicaciones-P particulares que ya pertenecen a PA,t. A título de ilustración,
supongamos que cierto agente M (Mirsky, por ejemplo) tiene la creencia antecedente
de que las proteínas cumplen un papel relevante en diversos procesos
biológicos cruciales, y supongamos que piensa que esta hipótesis explica por
qué muchos resultados empíricos son como son. Supongamos también que M
está en duda acerca de si las proteínas también intervienen de manera esencial
en la codificación de la herencia. En caso de que M aceptara esta última idea,
nuevos argumentos explicativos se agregarían a PM,t (donde t refiere a algún
momento de la década del cuarenta). Más aún, muchos de los argumentos
explicativos de PM,t se convertirían ahora en instancias de un patrón más general
que contiene como premisa esquemática la afirmación de que las proteínas
desempeñan un papel fundamental, digamos, en todos los procesos biológicos
de tipo .
Sobre la base de estos conceptos, y siguiendo nuevamente sugerencias
de Kitcher (1989), podemos elucidar la idea de sistematización o unificación
como una función del número de patrones en PA,t (cuantos menos mejor), y del
tamaño de PA,t (cuantos más elementos mejor). Luego podemos trasladar esta
evaluación a las hipótesis de EA,t. Diremos pues que H es máximamente virtuosa
en cuanto a su poder de unificación (para un agente A, en t, y con respecto
a otros miembros de EA,t), si y sólo si H nos lleva a un conjunto PA,t que alcanza
el mejor compromiso entre el número de explicaciones-P y el número de patrones
instanciados por tales explicaciones-P.17
Volviendo al ejemplo de Mirsky, podríamos sospechar que la hipótesis
de que los genes son proteínas (HPROT) promueve una mayor cohesión en su
conjunto de creencias previas (en la década del cuarenta) que la hipótesis rival
propuesta por Avery, según la cual los genes están hechos de ADN (HADN).
Mirsky puede luego disponer de la información de que HPROT tiene mayor poder
de unificación para así evaluar los méritos globales de cada una de las
hipótesis rivales relevantes.18
6. Conclusión
En este trabajo propuse un esquema para analizar las preguntas y respuestas- por-qué, y busqué motivar la idea tradicional de que las preguntaspor- qué constituyen elementos especialmente importantes de todo proceso de investigación científica. Mi diagnóstico es que las preguntas-por-qué desempeñan un papel crucial a la hora de sistematizar conjuntos de creencias. En este sentido, brindan algunas de las herramientas necesarias para poder evaluar la satisfacción general que puede traer la aceptación de una hipótesis, y, de esta manera, las preguntas-por-qué contribuyen a nuestra comprensión de qué hace que una explicación sea, comparativamente hablando, mejor que otras disponibles.
1 Una versión anterior de este trabajo fue presentada en el VII Coloquio Bariloche de Filosofía (Bariloche, septiembre de 2006), sobre algunas ideas de mi tesis de doctorado. Agradezco especialmente a Isaac Levi, Philip Kitcher y Achille Varzi por sus comentarios y sugerencias, así como a los asistentes a dicho coloquio.
2 Cf. Salmon (1978).
3 Pero véase la siguiente nota de este trabajo.
4 Para algunas discusiones recientes sobre IME véanse Day y Kinkaid (1994), Hon y Rakover (2001), Psillos (2003), Lipton (2004), y Cresto (2006). Para la posible relación entre IME y el concepto de abducción véase la introducción de Flachs y Kakas (2000).
5 Para un artículo favorable a la idea de que las explicaciones no tienen por qué surgir a partir de preguntas-por-qué, véase por ejemplo Kitcher e Immerwahr (inédito). En un sentido diferente, Achinstein también sostiene que las explicaciones no necesitan restringirse a preguntas-por-qué (1985, p. 334) - por el contrario, las explicaciones son concebidas como pares ordenados de proposiciones y actos de explicación, donde la proposición es una respuesta adecuada a lo que llama una "pregunta de contenido" (content-question). Véase también Achinstein (1985).
6 De acuerdo con van Fraassen (1980), por ejemplo (y siguiendo la lógica de preguntas y respuestas de Belnap y Steel (1976)) cualquier proposición que esté implicada por todas las respuestas directas a una pregunta dada es una presuposición de dicha pregunta - donde una respuesta directa es una proposición que proporciona suficiente información para responder exactamente la pregunta, pero no más que lo estrictamente necesario para eso (1980, sección 4.2 del capítulo 5). Cf. también Achinstein (1983), sección 4 del capítulo 2. Luego, en el contexto de un análisis más específico de las preguntas-por-qué, van Fraassen se concentra en un tipo particular de presuposición, a saber, el tópico de la pregunta (1980, sección 4.3 del capítulo 5). En una perspectiva similar, Bromberger (1966) ya había argumentado que "entenderemos por la presuposición de una pregunta-por-qué aquella que uno diría que es el caso si, al ser interrogados por la pregunta interna de la pregunta-por-qué ( es decir, la pregunta que resulta de borrar el "por qué", y que se responde por "sí" o "no") de un modo afirmativo, uno respondería que sí, y al ser interrogados por la pregunta interna de un modo negativo, uno respondería que no" (pp. 86-87). Véase también su (1992).
7 Pero véase la nota 13 más abajo.
8 Avery es considerado por muchos autores como el fundador (o, al menos, uno de los fundadores) de la biología molecular, por su trabajo sobre el ADN de los neumococos, junto con MacLeod y McCarty, en (1944). En la década del cuarenta, Avery y Mirsky se vieron envueltos en una feroz controversia sobre la naturaleza de la relación entre genes y ADN.
9 Analizo estos ejemplos con detalle en Cresto (2008).
10 Según diversos autores contemporáneos, la epistemología peirceana se identifica con un modelo de investigación "creencia-duda", cuyos orígenes pueden rastrearse hasta Peirce (1878) ("The Fixation of Belief"). El modelo creencia-duda se opondría a un modelo epistemológico cartesiano, o modelo "duda-creencia". Según el modelo cartesiano, tradicional, debe ser posible identificar criterios para separar creencias entre aquellas que están justificadas y aquellas que no lo están. En cambio, el modelo peirceano mantendría que sólo deben jusstificarse los cambios de creencia. Véase Levi (1997), p. 4. Para una comparación entre los dos proyectos epistemológicos, véase la Introducción de Fuhrmann (1997), y Bilgrami (2004).
11 Me he ocupado extensamente de este problema en otros lugares. En particular, véase Cresto (2006), capítulo 3.
12 QA,t es, digamos, el conjunto de preguntas que motiva la investigación que culmina con el justificadamente famoso artículo de Avery, MacLeod y McCarty (1944).
13 Estrictamente hablando, podría argumentarse que la afirmación de que los genes son (o están hechos de) ADN constituye un error categorial. Éste sería el caso, por ejemplo, si creyéramos que "genes"refiere a entidades abstractas, lo cual era usual en la genética clásica de la primera mitad del siglo XX. Una discusión interesante de este punto se encuentra en Hotchkiss (1966). En cierto sentido, la idea de gen como entidad abstracta, no física, sobrevive en la biología contemporánea, en cuanto no hay maneras privilegiadas de contar segmentos de ADN. Véase Kitcher (1992) y Maienschein (1992). De cualquier manera, la expresión en cuestión (que los genes están hechos de ADN) puede considerarse como una simplificación relativamente inocua, y es por cierto ampliamente usada. Para un breve panorama de cómo evolucionó el concepto de gen a lo largo de la historia, veáse Carlson (1989), pp. 259 y ss. Un buen número de consideraciones filosóficas relativas a dicha evolución pueden encontrarse en Kitcher (1982), Burian (1985), y Beurton y otros (2000).
14 La posición de Kitcher sobre este tema puede rastrearse hasta su (1976), donde presenta por primera vez su crítica a Friedman (1974) -el precursor de la idea de explicación como unificación. Véase también Kitcher (1985). Para una discusión crítica sobre la naturaleza de la relación entre unificación y explicación, véase Morrison (2000).
15 Agradezco esta observación a Ezequiel Zerbudis.
16 Para un análisis alternativo véase Hintikka y Halonen (1995).
17 Aquí podrían agregarse varios refinamientos que sigan más de cerca la formulación original de Kitcher (1989), pero nada de esto modificaría la idea central. Por ejemplo, podríamos requerir que PA,t en realidad agrupe a un conjunto de Pis, tal que cada Pi sea un conjunto posible de patrones instanciados por PA,t. Luego, podríamos tratar de establecer cuál es el mejor Pi que resulta de cada una de las modificaciones posibles de PA,t. Sobre esta base, deberíamos decir que una hipótesis obtiene mayor poder de unificación si lleva a un conjunto PA,t que consigue el mejor compromiso entre el número de explicaciones-P en el conjunto, y el número de patrones instanciados por dichas explicaciones-P, tal como son capturados por el mejor Pi de PA,t. A la luz de esta propuesta, H1 tiene mayor poder de sistematización que H2 si el mejor Pi que resulta de la modificación de PA,t debida a H1 es mejor que el mejor Pi que resulta de la modificación de PA,t debida a H2.
18 Según entiendo, a la hora de juzgar los méritos globales de una hipótesis determinada, otras virtudes deberán entrar en consideración, así como una posible asignación de probabilidades subjetivas. Un estudio más detallado del mecanismo de elección de hipótesis nos llevaría demasiado lejos, más allá de los límites de este trabajo.
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