RESEÑAS
CAMPAGNO, Marcelo / GALLEGO, Julián /
GARCÍA MAC GAW, Carlos G. (comps.)
Política y religión en el Mediterráneo antiguo.
Egipto, Grecia, Roma
Miño y Dávila Editores, Buenos Aires, Argentina, 2009, 268 págs.
ISBN 078-84-92613-26-7
por Analía Nieto González
Política y Religión en el Mediterráneo
Antiguo. Egipto, Grecia,
Roma es una compilación que
incluye los trabajos realizados por
destacados especialistas sobre el Antiguo
Egipto y el mundo grecorromano.
Evoca en su totalidad el desarrollo del
I Coloquio Internacional del PEFSCEA
(Programa de Estudios sobre las
Formas de la Sociedad y las Configuraciones
Estatales de la Antigüedad)
que se llevó a cabo los días 6 y 7 de
septiembre de 2007, en el auditorio
del Convento Grande de San Ramón
Nonato de la ciudad de Buenos Aires.
El volumen está estructurado en
tres grandes partes escritas por miembros
participantes del mencionado
Coloquio. Entre ellos se encuentran
los compiladores de la obra y algunos
colaboradores externos. Cada una de
las partes se divide en capítulos que
contienen los trabajos. Si bien las
diferentes secciones abordan diversas
temáticas, todas se encuentran integradas
en función del eje articulador de
la obra: la política y la religión en el
Mediterráneo antiguo. Esto se pone de
manifiesto en la Introducción, donde
se deja claro que las discusiones teóricas
en el marco del encuentro no solo
se circunscribieron exclusivamente a
los problemas históricos inherentes a
la Antigüedad sino que también permitieron
ampliar la escala de reflexión,
tanto teórica como metodológica, sobre
las "relaciones históricas entre política
y religión" que también figuran en los
debates contemporáneos. Podríamos
afirmar que, dada la diversidad de
enfoques que implica el análisis de los
diferentes aspectos tratados, el texto
permite identificar una heterogénea
gama de métodos utilizados con el fin
de ampliar las miradas y aproximaciones
teórico-metodológicas provenientes
de distintas áreas.
La primera parte corresponde a
temas referidos al Antiguo Egipto. Es
la más extensa del volumen y allí nos
encontramos con los trabajos de Antonio
Loprieno, Marcelo Campagno,
Josep Cervelló Autuori, John Baines
y Alicia Daneri Rodrigo, todos ellos
coincidentes en la imposibilidad de
diferenciar la política de la religión en el ámbito que los ocupa. Sin embargo,
a los fines prácticos y con suma claridad,
cada uno de los autores intenta
establecer una explicación de fácil
asequibilidad.
En el primer capítulo, titulado "Lengua,
política y religión en el Antiguo
Egipto", se presenta en texto la conferencia
inaugural del Coloquio, a cargo de
Loprieno, que refiere particularmente
a las políticas lingüísticas de la época
que no se deslindan de lo religioso, lo
social ni lo cultural. Realiza también un
repaso de las diferentes etapas por las
que pasó la escritura (de la logográfica
a la alfabética) y pone en cuestión la
universalidad del proceso al decir que "no hay razones para creer que, […],
debería haber una especie de camino
universal de la humanidad que llevara
de la logografía al alfabeto" (21). Para
demostrar esto, se muestra al final del
capítulo una serie de fotografías donde
queda plasmado este proceso.
El capítulo siguiente, "Horus, Seth
y la realeza. Cuestiones de política y
religión en el Antiguo Egipto" escrito
por Campagno, plantea que en él
no existía un lugar exclusivo para el homo politicus ni para el homo religiosus en estado puro. Sin embargo, el
autor demuestra la existencia de "una
interfase entre política y religión que
implica que las dinámicas políticas se
expresan a partir de unos recursos de
pensamiento procedentes del ámbito
religioso que ofrecen modelos arquetípicos
y dan espacio para diversas oscilaciones
miméticas" (50). Esto también
puede observarse en las distintas figuras
que acompañan al texto.
El tercer trabajo de la primera parte,
titulado "El Rey Ritualista. Reflexiones
sobre la iconografía del festival de Sed
egipcio desde el Predinástico tardío
hasta Fines del Reino Antiguo" y escrito
por Cervelló Autuori, intenta demostrar-a través de fuentes textuales e iconográficas- qué papel le correspondía
al faraón en la época en cuestión. Plantea
que este no ejercía solamente una
función política sino que cumplía básicamente
una actividad ritualista que
obviamente guarda estrecha relación
con la anterior. Prueba de esto son las
figuras mostradas en el capítulo y en
el texto, ya que analiza "el ceremonial
faraónico más representado" (61).
En cuarto lugar aparece el trabajo
que bajo el título "Presentando y discutiendo
deidades en el Reino Nuevo y el
Tercer Período Intermedio en Egipto"
escribe Baines y traduce Augusto
Gayubas. Aquí, se retoman y complementan
temas que han aparecido en
otros trabajos del autor. Según Baines,
Egipto fue un pueblo "politeísta"
aunque numerosos especialistas se
esfuercen por demostrar lo contrario
y planteen que "contribuyó a la emergencia
del monoteísmo israelita" (104).
Se encargará a lo largo del capítulo de
demostrar y dejar en claro que esta
postura presenta varias fallas que fundamenta
en forma clara y precisa.
Finalizando la primera parte, el
capítulo titulado "Realeza, rito y tradición
en el Antiguo Egipto" escrito por
Daneri Rodrigo es muy breve, conciso
y se acompaña de fotografías tomadas
por la autora. Esta se refiere en el texto
a distintos depósitos de fundación y considera que "el ritual de fundación
de los templos, […], al actualizar el
vínculo con la esfera de lo divino y el
orden de lo creado, cumplía la función
de legitimar al rey constructor y
de asegurar la prosperidad durante su
reinado" (163).
La segunda parte del libro profundiza
sobre la Grecia Antigua y los
supuestos implícitos existentes en la
consideración de los temas que refieren
a este espacio. Compuesta por seis
capítulos donde prevalece el análisis
exhaustivo de los temas, nos encontramos
con los trabajos de Domingo
Plácido, Miriam Valdés Guía, Ana
Iriarte, Elsa Rodríguez Cidre, Julián
Gallego y Pierre Bonecherre, los que a
continuación reseñaremos de acuerdo
a este orden. Si bien la extensión de
estos escritos es mucho más breve que
los anteriores, ello no les resta claridad
a los temas tratados.
"Los espacios religiosos de los orígenes
de las comunidades arcaicas" son para Plácido representativos de la
relación que existe entre la política y
la religión en el mundo arcaico, "entre
la ciudad y la ecúmene, en posiciones
dinámicas entre pasado y presente" (186). El autor basa su hipótesis en el
hecho de que la creación de la polis es
de fundamental importancia para la
organización estatal y cultural. A su
vez, plantea que su formación se ejerce
en forma paralela a la adaptación de la
religiosidad a las nuevas circunstancias
emergentes, "desde la Edad Oscura a
las nuevas estructuras" (171).También,
al igual que otros autores, acompaña
su texto con figuras que clarifican sus
dichos.
En "Decreto del Pritaneo y política
délfica: exégesis religiosa en la democracia
de Pericles" de Valdés Guía se
intenta hacer un repaso a la política
implementada en el siglo V a. C. En
este capítulo, que aparenta ser extenso,
nos encontramos con un breve desarrollo
del tema por parte de la autora.
Sin embargo, cobran suma importancia
las notas a pie que realiza, cuya
relevancia hacen que el trabajo cobre
mayor valor.
En "Leyes sacras en el escenario
político de la Antígona" Iriarte, al hacer
referencia a sucesos cronológicamente
cercanos, nos muestra con una visión
de género cómo en el pasado reciente
suelen utilizarse estrategias griegas
como puede ser poner a una mujer
cerca del poder. Esto le permite percatarse "de que cuando en las sociedades
tradicionales las mujeres son
convocadas al espacio político, es del
todo probable que lo sean en nombre
de ese conservadurismo que propicia,
paradójicamente, el distanciamiento
de las mujeres del auténtico poder ejecutivo" (237).
El capítulo "Degollaciones inapropiadas:
el sacrificio impío en las tragedias
troyanas de Eurípides" de
Rodríguez Cidre permite recordar los
rasgos identificables para la otredad
en la Antigüedad griega, condensados
en la mujer cautiva. Analiza entonces
tres tragedias (Andrómaca, Hécuba y
Troyanas) que le resultan pertinentes
y desarrolla su trabajo en torno a este
tema. También encuentra un rasgo sobresaliente en ellas: la impiedad, que
aparece con características diferentes
en cada una de las obras analizadas.
En "El envés de un agotamiento político.
Epifanías de Dionisio en el teatro
ateniense de fines del siglo V", Gallego,
basándose en la participación de la
figura y personalidad del dios griego,
analiza su relación con las tragedias y
las comedias junto a lo político. Considera
que es a partir de las Ranas donde
comienza a perfilarse el agotamiento de
la tragedia y del teatro en sí mismo tal
como se lo venía conociendo hasta el
momento, coincidentemente "con el de
la soberanía popular y es, por ende, un
envés, si cabe la expresión, de la extenuación
de esta política" (270).
Finalizando la segunda parte, se
presenta a "Los oráculos griegos y la
gran política. Un contra-ejemplo. El
oráculo de Dodona y la "Guerra de las
lágrimas" en Eutresis 368/7 a. C.". El
capítulo escrito por Bonnechere pone
en tela de juicio la consideración de la
mántica como elemento útil para la crítica
histórica. Según el autor, contrariamente
es fascinante "verificar cómo una
misma sociedad puede creer una cosa y
actuar de una forma diferente: no consultar
el oráculo, pero estar persuadida,
algunos meses o años más tarde, de que
el oráculo se ha consultado" (285). Esto último es lo que se dedica a comprobar
a lo largo de todo el trabajo.
Por último, la tercera parte del libro
comparte con las anteriores la división
en cinco capítulos. Los trabajos corresponden
a Pedro López Barja de Quiroga,
Carlos G. García Mac Gaw, Pablo
Cavallero, Héctor Francisco y Eleonora
Dell'Elicine. En este caso, se ocupan de
la temática inserta en el mundo romano,
también con trabajos de carácter breve
aunque con prosa clara y precisa en la
definición de los conceptos.
El primer capítulo de esta tercera
parte, "El gobernador provincial, de
Cicerón a Plinio el Joven", a cargo de
Barja de Quiroga, se encarga de cuestionar
aquella visión "minimalista" del papel desempeñado por Roma
en las diferentes regiones conquistadas.
Según él la "romanización" tuvo
características diferentes de acuerdo a
la zona en la que se produjo teniendo
en cuenta el tiempo y las personas. Sin
embargo, existe un elemento de suma
importancia para el proceso que "fue el
tribunal del gobernador en la sede del conuentus" (302) porque allí se producía
el encuentro entre los enviado de
Roma y las elites de cada localidad.
En "La Conferencia de Cartago
del 411: política y justicia secular en
la resolución del conflicto donatista" García Mac Gaw analizará "los posibles
condicionamientos políticos que
llevaron a las autoridades romanas a
resolver definitivamente el cisma que
durante un siglo dividió al cristianismo
africano" (305). Esto lo hace a partir del
estudio exhaustivo de la Conferencia
que se menciona en el título del trabajo.
Brinda explicaciones y da fundamento
a los distintos argumentos utilizados
aportando claridad al tema.
En el tercer trabajo, titulado"Estrategias de conversión religiosa
en Simeón el loco de Leoncio de Nápolis",
Cavallero toma una de las obras
hagiográficas más relevantes en la historia de Roma. Con la prosa clara que
lo caracteriza el autor incursiona en La vida de Simeón el loco para analizar
sus estrategias de conversión. Con
un seguimiento detallado de la obra y
fundamentando sus dichos con citas
textuales muy oportunas considera que
"la vida de Simeón resulta altamente
moderna en tanto destaca la posibilidad
del logro de la santidad en el
mundo, sin anacoresis" (337).
A través de "¿Cómo ha sido que la
fiel ciudad de Sión se ha convertido en
prostituta? Apuntes sobre la tipología
imperial en la historiografía anticalcedoniana" Francisco intenta establecer
una relación entre la caída de la dominación
romana en la primera mitad del
siglo VII y los desacuerdo teológicos
que la enfrentaron en siglos anteriores.
En torno a esta tensión, que analiza
profundamente en su trabajo, concluye
que "el lenguaje de la disidencia se construyó sobre un criterio alternativo pero
no esencialmente opuesto, que utilizaba
el discurso ascético como la estrategia
para construir un principio de legitimidad
de una elite en competencia por el
monopolio de lo sagrado" (351).
Concluyendo la parte y el volumen,
aparece el capítulo "El sacerdote, el rey
y el recuento del pasado. Las tensiones
en la Historia Wambae de Julián de
Toledo" escrito por Dell'Elicine. Aquí
se plantea la discusión que existe en la
datación de la obra de Julián Toledo
sobre la cual aún hay desacuerdos. Sin
embargo, se sabe que la obra remite a
un suceso histórico (la campaña militar
llevada a cabo por Wamba) y se analiza
el presente del autor para intervenir
sobre el futuro que estaría acompañado
por la pena y el castigo en caso de
no seguirse las leyes de Dios. Al haber
sido escrita solo para una determinada
elite letrada (clérigos y laicos) es "un
texto cifrado, un arsenal de enunciado
enigmáticos que elogian al tiempo que
exhortan, advierten y emplazan a la
Corona a golpes de palabra sagrada"
(356).
El libro Política y religión en el Mediterráneo
antiguo. Egipto, Grecia, Roma,
resultante de la compilación de todos
los trabajos reseñados, es un aporte
desde diversas aproximaciones teóricas
y metodológicas, y un excelente anclaje
de fuentes a la historia de la política y
la religión en el Mediterráneo antiguo.
De acuerdo a las características de la
obra y los variados temas que aborda,
sin dejar de lado el eje vertebrador
de la propuesta, consideramos como
mérito importante la relevancia que
se le asignan a las fuentes oficiales y a
trabajos previos realizados por otros
investigadores, fielmente citados ya sea
de manera textual o en la bibliografía
presentada en cada trabajo. Finalmente,
creemos que si bien la obra se
dirige fundamentalmente a aquellos
interesados en el Mundo Antiguo, no
deja de lado a los neófitos en el tema
al brindar los datos necesarios para
no dejar ningún acercamiento al texto
librado al azar.