RESEÑAS
ENGBERG, Jakob / UFFE HOLMSGAARD, Eriksen /
ANDRES KLOSTERGAARD PETERSEN, Anders (eds.)
Contextualising Early Christian Martyrdom
Peter Lang, Berna, 2011, 275 págs.
ISBN 978-3-631-59513-8
por David M. Rodríguez Chaves
Los tres editores del volumen
Contextualising Early Christian
Martyrdom, J. Engberg, U.
Holmsgaard Eriksen y A. Klostergaard
Petersen, son investigadores del
Centro para el Estudio de la Antigüedad
y el Cristianismo de la Facultad de
Teología de la Universidad de Aarhus.
Jakob Engberg es profesor asociado
de Historia de la Iglesia y coordinador
de la Maestría Las Raíces Religiosas
de Europa. Uff e Holmsgaard Eriksen
es becario de Doctorado y se ocupa de
los elementos dramáticos en los himnos
de Melodos Romanos. Anders
Petersen Klostergaard, por su parte,
es Profesor Asociado y Director del
Departamento de Estudios de la Religión
y Estudios Árabes e Islámicos.
Este volumen que aquí reseñamos,
y que es el número 8 de la serie "Early
Christianity in the Context of Antiquity", se compone de una colección
de ensayos en los que se examina el
martirio cristiano desde distintas perspectivas,
en un abanico de análisis que
ubican el fenómeno en diferentes contextos
históricos, culturales y sociales.
Primeramente, el texto analiza las
tradiciones anteriores a la literatura e
ideología del martirio cristiano propiamente
dicha y estudia la transformación
de dicha ideología en la era
post-constantiniana. En un arco cronológico,
los temas contextualizados
en la filosofía del martirio que se discuten
son: la arena y los valores representados
por el combate de gladiadores
y las ejecuciones; la reacción de los 'otros' frente al hecho del martirio cristiano
y su ideología; el modo en que
los cristianos diferencian el suicidio
del martirio; la relación entre la literatura
apologética cristiana y la literatura
sobre el mártir y las concepciones de
género y sexualidad en la producción
martirológica judía y cristiana en su
entorno grecorromano.
Al inicio, dos de los editores,
Anders Petersen Klostergaard y Jakob
Engberg, se ocupan de aclarar que,
si bien el título del capítulo reza "La
contextualización del martirio cristiano
temprano" (7-13), el acento no
está puesto en los elementos centrales
de la ideología del martirio o en el
análisis de los textos sobre el martirio
que se conservaron, sino más bien en
tratar de contextualizar el tema en una
circunstancia histórica y cultural más
amplia. Así, se analizan las tradiciones
que precedieron a la literatura del martirio
del cristianismo y luego el foco de
interés se centra en responder la pregunta
de por qué, después de la época
posterior a Constantino, esta literatura
siguió teniendo relevancia.
Niels Willert, en su ensayo "Martirologio
en los relatos de la pasión
de los evangelios sinópticos" (15-43),
analiza el trasfondo en el que surgió la
temprana literatura cristiana del martirio
y para ello vuelve a los evangelios.
El autor se preocupa por considerar
hasta qué punto las narraciones sobre
la pasión fueron influidas por las tradiciones
grecorromanas de la muerte
voluntaria y los recuentos judíos de
martirio. En su examen concluye que,
si bien algunos motivos del martirio
aparecen en los evangelios sinópticos,
no los ve como comprobación de
martirio. Algunos autores señalan una
influencia de las tradiciones de exitus
illustrium virorum en el evangelio de
Lucas, pero Willert opina que el texto
lucano no se diferencia de los otros
evangelios sinópticos.
Stefan Kräuter profundiza en su
texto (45-74) en el martirio de Esteban,
el primer mártir de la Iglesia. Su
preocupación se centra en comprobar
si, como lo marca la tradición, Esteban
es efectivamente el primer mártir
cristiano y si la narración de ese caso
se enmarca en lo que generalmente
se considera una historia de martirio.
Kräuter analiza si las tradiciones grecorromanas
de la muerte noble son
un posible marco de referencia para
las crónicas que Lucas hace sobre las
muertes de Jesús y Esteban. El autor
del capítulo encuentra que hay más
relación entre los textos de martirio cristiano del último periodo y la tradición
judía previa que con Hechos 6-8
y la subsecuente literatura del martirio.
Kräuter delinea así los elementos en
común entre la historia de Esteban y
los textos martirológicos posteriores.
Por su parte, Jesper Carlsen nos
introduce en un área totalmente diferente,
la de las luchas de gladiadores
(75-91). Tomando como base algunos
pasajes de autores romanos, explora
el valor simbólico de los juegos y los
contextos prácticos y psicológicos
que padecían los mártires cristianos
cuando eran llevados a la arena. También
explora las carreras de algunos
gladiadores profesionales. Desde su
perspectiva, en lugar de ver las luchas
de gladiadores como una cuestión de
vida o muerte, las interpreta como un
juego en clave de victoria y derrota, de
ahí que las conclusiones del capítulo
apunten a marcar que los autores de
esos textos, fundados en una ideología
ya existente, trataron de presentar a los
mártires no ya como derrotados sino
como triunfantes y victoriosos.
En su artículo sobre las perspectivas
paganas en el enjuiciamiento y la
ejecución de los cristianos (93-117),
Jakob Engberg analiza la reacción de
los griegos y romanos no cristianos
hacia el martirio. El autor del capítulo
señala las diferencias en las respuestas
al martirio cristiano de los grecorromanos
de acuerdo con el rol ocupado por
el 'pagano' en cuestión. Para aquellos
que fueron testigos o tomaron parte en
los hechos que conducían al martirio,
los eventos alrededor del martirio eran
vistos como parte de una persecución.
Para los que tomaban parte de una
manera u otra en el juicio, eran considerados
como un proceso judicial.
Para los que asistían a las secuencias
finales del martirio, probablemente
consistían en una ejecución. Engberg
se pregunte hasta qué punto los 'otros' encontraban en el martirio algo fuera
de lo común y, a partir de su análisis
de fuentes griegas y romanas, sostiene
que la ideología cristiana del martirio
y el martirio cristiano en sí mismo
contribuyeron de forma significativa
a la peculiar naturaleza y a la forma de
las persecuciones contra los cristianos
y a los motivos de sus perseguidores.
Concluye que el martirio favoreció la
fama y el crecimiento de la cristiandad
temprana.
Jesper Hyldahl se ocupa de los
gnósticos y su visión divergente sobre
el martirio (119-138). Esta rama del
cristianismo de los primeros tiempos
desarrolló una visión del martirio en
marcada oposición con la sostenida
por la corriente principal del cristianismo,
que veía a los mártires como
voluntarios que ofrendaban su vida
en señal de lealtad a Dios. Si bien la
idea del martirio por conocimiento no
era exclusiva de los grupos gnósticos,
Hyldahl examina el modo en que algunos
cristianos reconocían toda clase
de negación como legítima y condenaban
la muerte por martirio, ya que
era para ellos como una blasfemia y
una negación de Cristo. En la visión de
estos cristianos, el verdadero martirio
consistía en el conocimiento de Dios y
en un comportamiento sumiso.
En cuanto al suicidio, Nils Arne
Pedersen se ocupa del origen de su
prohibición por parte del cristianismo
(139-203). En los últimos años
ha habido un consenso entre los estudiosos
que establece que el martirio
debe encuadrarse dentro de la 'muerte
voluntaria'. Pedersen desafía esta visión
y argumenta que dicha postura, que
deconstruye la noción del suicidio con
el argumento de que los judíos y cristianos
de la Antigüedad no distinguían
entre los suicidios y los martirios, tiene
serias fallas. En su exhaustivo análisis
de todas las fuentes relevantes, Pedersen
sostiene que 'muerte voluntaria' no
es una categoría de análisis adecuada
y que en los textos pre-augustinianos
se diferenciaba entre suicidio y martirio.
Según su apreciación, ambos
jamás fueron identificados como una
misma cosa y pide que se reconozca
la diferencia entre la noción moderna
del suicidio y lo que los antiguos cristianos
reconocían como tal. El error al
no diferenciar entre las dos nociones
es la causa de que se considere que la
prohibición del suicidio se originó con
Agustín.
Judith Lieu en su ensayo se concentra
en examinar hasta qué punto se
relacionan la apologética y los hechos
de los mártires (205-223). Desde un
punto de vista superficial, ambos corpora de literatura parecen divergir en
todo aspecto. Pero, según Lieu, si se
hace una inspección más minuciosa
se encuentra que existe una relación
mucho más compleja entre ambos
géneros. Lieu muestra cómo las apologías
tienen una función literaria en los
relatos del martirio, como así también
los recuentos del martirio tienen su
lugar en las apologías. La autora enfatiza
el papel de la literatura del martirio
en la formación de la identidad cristiana
y, finalmente, demuestra que un
examen de los textos sobre el martirio
provee de un mejor acercamiento crítico
a la literatura apologética.
Por su parte, Anders Petersen
Klostergaard centra su atención en
la concepción de género (gender) en
los textos cristianos sobre el martirio
(225-256). A partir del estudio de tres
textos de mitad del siglo III, demuestra
que comparten características de
género básicas con sus predecesores
judíos. Más que ocuparse de una categorización
fisiológica de hombres y
mujeres en los textos, Petersen Klostergaard
se centra en el cambio de roles
en una suerte de continuo de géneros.
Así, observa que los personajes masculinos
pueden perder su hombría y descender
en la escala hacia la femineidad
y, de manera inversa, los personajes
femeninos pueden subir en la escala
al ser transformados en figuras viriles.
El articulista demuestra que los textos
sobre el martirio adscriben a la noción
de un solo sexo, ya que las mujeres eran
concebidas como hombres imperfectos
o deformados, quienes en la medida
en que fueran capaces de actuar de
manera noble podían trascender los
límites de su género.
Finalmente, Dayna S. Kalleres se
ocupa de una era en la que el martirio
no existía ya como fenómeno cotidiano
del mundo social, pero que persistía
como ideología y como poderosa arma retórica que podía ser empleada para
una gran variedad de propósitos. En
su ensayo (257-275) muestra cómo
las tradiciones del martirio en las
postrimerías del siglo IV podían ser
usadas como una filosofía de 'empoderamiento'
para promover la cristiandad
imperial. Tomando como base los
discursos I y VIII de Juan Crisóstomo Adversus Iudaios, en los que hace varias
referencias al martirio y a las tumbas
de los mártires en la Antioquia de su
época, Kalleres documenta el modo en
que la memoria del martirio podía ser
activada como una herramienta eficaz
en la creación de la identidad cristiana.
Sostiene que el culto de los mártires
inspiró una ideología, una retórica y
una práctica que unió a los cristianos
contemporáneos a su entendimiento
colectivo de la historia. Crisóstomo
también fue capaz de usar la ideología
de los mártires como una contratradición
que podía ser activada para
criticar lo que él entendía que eran las
deficiencias de la cristiandad de su
tiempo.
Luego de una evaluación general
de este texto dedicado a los contextos
socioculturales del martirio en el primer
cristianismo, es posible afirmar
que el volumen no solo constituye un
considerable aporte al estudio histórico-literario del martirio cristiano
temprano, sino que además amplía el
horizonte de investigación sobre los
géneros literarios de la Antigüedad y
su influencia en la construcción ideológica
del cristianismo. En efecto, la
especial atención conferida a las interacciones
entre religión y cultura, así
como a las influencias de la religión
y el culto en la configuración social,
política y discursiva desde el siglo II
de nuestra era hasta el siglo V, en el
área del Imperio romano y sus zonas
vecinas, torna al volumen Contextualising
Early Christian Martyrdom en
una síntesis ineludible para profundizar
en las circunstancias y condiciones
generales que enmarcan la práctica del
martirio en la Antigüedad tardía y sus
manifestaciones discursivas.