ARTÍCULO ORIGINAL
Compromiso renal en pacientes HIV+
María Marta Pernasetti1, Carlos Chiurchiu1, Jorge de la Fuente1, Javier de Arteaga1, Walter Douthat1, Cecilia Bardosy2, Abel Zarate2, Pablo U. Massari1
1Servicio de Nefrología y Carrera de Posgrado, Universidad Católica de Córdoba;
2Servicio de Infectología, Hospital Privado-Centro Médico de Córdoba
Dirección postal: Dr. Carlos Chiurchiu, Servicio de Nefrología, Hospital Privado Centro Médico de Córdoba, Naciones Unidas 346, 5016 Córdoba, Argentina Fax: (54 351) 4688273 e-mail: cchiurchiu@hospitalprivadosa.com.ar
Resumen
Varias complicaciones nefrológicas pueden ocurrir durante la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (HIV) especialmente en estadios avanzados de la enfermedad o relacionadas
con otras infecciones o drogas. Poco conocida es la prevalencia de alteraciones renales subclínicas de pacientes
HIV+ surgidas como complicación o relacionadas a la infección y/o tratamiento. Realizamos un corte transversal
de pacientes asintomáticos HIV+ referidos en forma consecutiva al consultorio de nefrología para la detección
de alteraciones nefrológicas. Se estudiaron 52 pacientes adultos mediante exámenes de sangre y orina,
ultrasonido y biopsia renal. Edad media 39.9 ± 10.6 años, 88% varones, tiempo de diagnóstico de la infección:
53.2 ± 41.2 (2-127) meses. El 71% tenían síndrome de inmunodeficiencia adquirida (HIV-sida) y el 77%
recibían con antirretrovirales. La carga viral al momento del estudio fue 7043 ± 3322 copias y el recuento de
CD4+ 484 ± 39 cel/mm3. El 30.7% presentó alteraciones del sedimento urinario: albuminuria: 16.6%, hematuria
microscópica: 11.5%, hipercalciuria: 10.8% y cristaluria 6%. La media del filtrado glomerular fue 102.2 ± 22.9
ml/min (rango: 34-149). El 41% presentó anormalidades que corresponderían a enfermedad renal crónica (estadios
1 a 3). Los pacientes con alteraciones tenían mayor edad, con duración más prolongada de la infección.
Las anomalías renales no se asociaron con mayor prevalencia de HIV-sida. Dos pacientes fueron biopsiados,
con hallazgos de nefritis túbulo-intersticial crónica con cristales y glomerulonefritis por IgA. No hubo hallazgos de
nefropatía por HIV. El amplio espectro y la alta prevalencia de anormalidades nefrológicas subclínicas encontradas
sugieren que los pacientes asintomáticos HIV+ deberían realizar evaluaciones nefrológicas de rutina.
Palabras clave: HIV; Insuficiencia renal; Nefropatía asociada al HIV; Hematuria; Proteinuria
Abstract
Renal abnormalities in HIV infected patients. Several renal complications may occur during HIV
infection, especially in advanced stages related to HIV, to other infectious agents and/or drugs.
Little is known about the prevalence of renal diseases that may occur as a complication of or related to HIV
infection in asymptomatic patients. This is a single center cross-sectional study of asymptomatic HIV+ patients
referred to a nefrology care service at an Argentine hospital to look for the presence of renal abnormalities. Fifty
two consecutive patients were studied between April and November 2008. Patients underwent plasma and urine
analysis, ultrasound, and kidney biopsy as needed. Mean age was 39.9 ± 10.6 years, 88% were male, time from
HIV diagnosis 53.2 ± 41.2 months (2-127); 71% had HIV-disease and 77% were on antiretroviral therapy. Mean
plasma HIV-RNA copies number was 7.043 ± 3.322 and CD4+ cell count: 484 ± 39. Pathologic findings in urine
analysis were present in 30.7% of patients: albuminuria 16.6%, microscopic hematuria 11.5%, hypercalciuria 10.8%
and crystalluria 6%. Mean glomerular filtration rate was 102.2 ± 22.95 ml/min (34-149) and 41% of patients could
be classified in stages 1 to 3 of chronic kidney disease. Renal abnormalities prevaled in older patients without
relationship with presence of HIV-disease. Two patients were biopsied and the findings included: tubulointerstitial
nephritis with presence of crystal deposition in one and IgA nephropathy in the other. No HIV-associated nephropathy
was detected. The broad spectrum and the high prevalence of lesions found in this series suggest that
asymptomatic HIV-infected patients should routinely undergo renal evaluation.
Key words: AIDS; Renal failure; HIV-associated nephropathy (HIVAN); Hematuria; Proteinuria
Cerca de 33 millones de personas en el mundo están
infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana
(HIV), de los cuales 1.6 millones viven en Latinoamérica1.
Según datos actualizados en Argentina se estima que
cerca de 67.000 personas son HIV (+) (1982-2007)2. El
curso y pronóstico de los pacientes infectados ha cambiado
drásticamente luego de la introducción de los
antirretrovirales, con mejoría sustancial en la supervivencia
y calidad de vida3. Esto ha permitido el desarrollo de
una gran variedad de síndromes nefrológicos en el curso
crónico de la infección y enfermedad por el HIV (HIV-sida)
4. Entre los primeramente descriptos se encuentra
el ocasionado directamente por el HIV, llamado nefropatía asociada al HIV (HIVAN)4-5 cuyo diagnóstico se realiza
mediante biopsia renal, en la que se observa colapso
glomerular focal y segmentario, esclerosis hipertrófica de
los podocitos en las áreas de colapso, infiltrado linfocitario
y fibrosis intersticial. HIVAN se manifiesta clínicamente
por proteinuria grave y rápida progresión a la insuficiencia
renal crónica (IRC), afectando en Sud Africa más a la
raza negra (riesgo 18 veces mayor)4.
Entre los factores de riesgo reconocidos para desarrollar
enfermedad renal en población HIV+ se citan a la
hipertensión arterial (HTA), diabetes, coinfección por el
virus de la hepatitis C y B (HVC, HVB), uso de nefrotóxicos
(antibióticos y antirretrovirales), consumo de cocaína, carga
viral elevada y bajos recuentos de linfocitos CD4+6-7.
La insuficiencia renal aguda es una complicación frecuentemente
notificada; puede ser secundaria a sepsis,
hipotensión o nefrotoxicidad8. La nefritis tubulo-intersticial
(NTI) relacionada con el uso de nefrotóxicos también es
común en estos pacientes, siendo generalmente producida
por indinavir, antibióticos, antiinflamatorios y allopurinol,
entre otros9. La nefropatía por cristales es otra
de las entidades descriptas, asociada principalmente al
uso de indinavir, atazonavir, ciprofloxacina y aciclovir.
Estas drogas pueden precipitar a nivel del lúmen tubular
no pudiendo ser solubilizadas en la orina debido a
depleción de volumen, disminución del filtrado glomerular
(FG) y alteraciones del pH urinario6, 8.
En pacientes seropositivos bajo tratamiento antiviral,
también es posible encontrar disfunción tubular proximal
(síndrome de Fanconi) producida principalmente por las
drogas inhibidoras de la transcriptasa reversa; su fisiopatogenia
no es totalmente conocida pero se especula sobre
un mecanismo sinérgico entre la toxicidad directa de
estas drogas y la replicación viral6, 8.
También el espectro de enfermedades glomerulares
que pueden afectar a los pacientes HIV+ es amplio y de
mayor prevalencia que en la población general. La
glomerulonefritis membrano-proliferativa mediada por
inmunocomplejos, la glomeruloesclerosis focal y segmentaria
no colapsante y la glomenulonefritis por IgA son las
más frecuentemente notificadas10, 11.
Las complicaciones nefrológicas citadas pueden ocurrir
en cualquier momento evolutivo de la infección-enfermedad12,
lo que plantea la importancia de su detección en
población asintomática. Al presente no se dispone de información
epidemiológica en la Argentina sobre la presencia
de enfermedades nefrológicas en pacientes HIV+.
El objetivo del presente trabajo fue estudiar la prevalencia
y el tipo de anomalías renales subclínicas presentes
en pacientes HIV+.
Materiales y métodos
Se realizó un "corte transversal" de pacientes HIV+ sin manifestaciones
clínicas de enfermedad renal, que fueron referidos
en forma consecutiva al consultorio de nefrología clínica
en el período comprendido entre abril y diciembre de 2008.
Todos los pacientes estudiados se encontraban bajo seguimiento
continuado por el Servicio de Infectología del Hospital
Privado-Centro Médico de Córdoba, centro hospitalario de
alta complejidad.
El estudio consistió en una primera fase donde se evaluaron
todos los pacientes referidos mediante examen clínico,
ecografía nefro-urológica y determinaciones de función
renal en sangre y orina. En todos los pacientes se estudió la
presencia de albuminuria e hipercalciuria mediante la medición
del índice albumina/creatinina y calcio/creatinina en
muestra aislada de orina. En los pacientes con macroalbuminuria
se cuantificó la proteinuria mediante el índice urinario
proteínas/creatinina. Se evaluó la presencia de anormalidades
del sedimento urinario tales como hematuria y
cristaluria y se consideraron como marcadores de daño renal
a la presencia de albuminuria y/o proteinuria, hematuria
y reducción del filtrado glomerular (FG) estimado con ecuación
MDRD abreviada (estudio de modificación de la dieta en
enfermedad renal)13.
La segunda fase incluyó sólo aquellos pacientes con anomalías
renales relevantes -presencia de insuficiencia renal
estadio 3 y proteinuria significativa- encontradas en la primera
etapa. En ellos se efectuó biopsia renal destinada a caracterizar
el tipo de anomalía renal.
El presente estudio fue aprobado por el Comité de revisión
institucional y todos los pacientes participantes prestaron
consentimiento informado.
Los resultados obtenidos están expresados como porcentajes
y medias ± desvíos estándar (DS) y error standard (ES).
Las comparaciones entre grupos fueron realizadas mediante
test-t para variables continuas y test exacto de Fisher para
variables categóricas. Los valores de p < 0.05 fueron considerados
significativos.
Resultados
El primer análisis de los datos fue realizado en diciembre de 2008, habiendo sido estudiados consecutivamente hasta esa fecha 52 pacientes (43%) de un total de 120 pacientes HIV+ bajo seguimiento continuado en nuestro hospital (Fig. 1). Los resultados obtenidos en esos pacientes son los presentados en la presente serie.
Fig. 1.- Pacientes HIV+ asistidos en el Hospital Privado-Centro Médico de Córdoba
La edad media de la población estudiada fue de 39.9 ± 10.6 años, predominando los varones (88%), todos de etnia hispano-latina (Tabla 1). Los pacientes incluidos en la serie poseían cobertura de salud privada y acceso ilimitado a la medicación antirretroviral.
TABLA 1.- Datos demográficos y clínicos de la población
estudiada
HTA: hipertensión arterial, TA >140/90 o bajo tratamiento
antihipertensivo; # Serología (+) para Virus Hepatitis B y C
La información relacionada con la infección por el HIV y su tratamiento se presenta en la Tabla 2.
TABLA 2.- Estado de la infección por el HIV al momento
del estudio
# Media ± ES
* Media ± DS
Se detectaron anormalidades urinarias en más del 30% de la población estudiada y varios pacientes presentaron más de una alteración al momento del estudio (Figs. 1 y 2). No se hallaron alteraciones en el análisis de orina que pudieran sugerir compromiso tubular en ningún caso. La media del FG estimado con ecuación MDRD fue 102.2 ± 22.95 ml/min (rango: 34-149). El 41% de los pacientes estudiados presentaron al momento de la evaluación anormalidades que corresponderían a estadios 1-3 de enfermedad renal crónica (Fig. 3).
Fig. 2.- Anomalías urinarias encontradas en la población estudiada
Fig. 3.- Estadios de enfermedad renal crónica correspondientes a la población HIV+ estudiada
El estudio ecográfico mostró litiasis renal sin uropatía
obstructiva en cuatro pacientes. Un paciente presentó hallazgos ecográficos compatibles con nefropatía crónica
y en el resto de los pacientes la ecografìa nefrourológica
resultó normal.
El hallazgo de cristaluria estuvo presente en dos pacientes,
uno de ellos con antecedentes de litiasis y ambos
tratados con zidovudina, lamivudina y efavirenz
Al comparar las características de los pacientes según
la presencia de anomalías renales, los afectados
tenían mayor edad (37.5 ± 9.0 vs. 45.4 ± 12.0 años p < 0.01), presentaban una tendencia a poseer mayor carga
viral, y mayor duración de la infección (p: n.s.). La presencia
de HIV-sida respecto a los seropositivos sin enfermedad
no se asoció con mayor prevalencia de anormalidades
nefrológicas (Tabla 3).
TABLA 3.- Comparación entre pacientes HIV + según la presencia de anormalidades
renales
PAS / PAD: presión arterial sistólica/diastólica
IMC: índice de masa corporal
En dos pacientes se realizó biopsia renal debido a los hallazgos encontrados en la primera fase. El primero de ellos (paciente N° 1) fue un varón de 42 años con 11 años de infección por el HIV, antecedentes de drogadicción endovenosa, serología (-) para VHB y VHC con regular adherencia al tratamiento antirretroviral. Al momento de la biopsia el FG fue 46 ml/min y la proteinuria 2.2 g/día. El tratamiento antirretroviral incluía atazanavir, ritonavir, lamivudina, stavudina. La biopsia renal mostró nefritis túbulo-intersticial con depósito de cristales (Figs. 4a y 4b). El segundo paciente (paciente Nº 2) varón de 32 años, con 6 años del diagnóstico de HIV, antecedentes de hemofilia y múltiples transfusiones, en tratamiento con indinavir, lamivudina, stavudina, tenía serología + para VHB y VHC. El FG era 34.3 ml/min con hematuria microscópica y proteinuria de 0.48 g/día. La biopsia evidenció nefropatía mesangial con depósitos de IgA (Figs. 5a y 5b). En ninguno de los casos se encontraron hallazgos compatibles con HIVAN.
Figs. 4 A y B.- Biopsia renal Paciente N° 1
Figs. 5 A y B.- Biopsia renal del paciente N° 2
Discusión
La prevalencia en la Argentina de complicaciones renales
en pacientes HIV+ es desconocida. El presente estudio
muestra por primera vez en nuestro medio la presencia
de anomalías renales y el espectro de las mismas.
Esta información clínico-epidemiológica refleja una elevada
prevalencia de alteraciones renales subclínicas en pacientes ambulatorios, no seleccionados y en su mayoría
bajo tratamiento antirretroviral. Los hallazgos no se
relacionaron con la presencia de HIV-sida u otros
parámetros vinculados con una peor evolución de la enfermedad.
Un dato relevante de nuestra serie se refiere al elevado
porcentaje de pacientes de edad media con presunta
enfermedad renal crónica. Al tratarse de datos no controlados,
esta información requiere ser confirmada en
series más numerosas y comparadas con población general
de similar edad y sexo.
En pacientes predominantemente de raza negra y con
enfermedad avanzada, una serie reciente informó afección
renal en el 75% de la población, y un tercio correspondió a
enfermedad renal crónica9. Al igual que en nuestra experiencia,
los pacientes más añosos presentaron más frecuentemente
compromiso renal, sin hallarse tampoco una fuerte
asociación con el número de linfocitos CD4+, la carga
viral o la presencia de coinfección por HVC o HVB14.
Otro dato de interés resulta ser la ausencia de HIVAN
en nuestros pacientes, que podría obedecer a varios factores,
entre ellos la ausencia de raza negra, el buen estado
clínico de la población -todos bajo control infectológico
y asintomáticos- y factores genéticos desconocidos que
se encuentran citados en la literatura15.
Las anomalías urinarias subclínicas tales como la
microalbuminuria, hematuria microscópica y cristaluria
que hemos encontrado, resaltan la necesidad de su búsqueda
sistemática ya que pueden corresponder a manifestaciones
tempranas del amplio espectro de enfermedades
renales comúnmente asociadas al HIV16. No es
conocido al presente si estos hallazgos podrían predisponer
en esta población a desarrollar insuficiencia renal
crónica tal como sucede en diabéticos, hipertensos y
pacientes con glomerulonefritis17.
El 11.5% de nuestros pacientes presentaban HTA, que
correspondería a una prevalencia similar a la población
general de igual edad. A diferencia de otras series en
donde la HTA maligna ha sido notificada en mas del 30%
de pacientes HIV+ con compromiso renal glomerular11,
en nuestra población el control de la HTA fue en general
aceptable. Dos pacientes en cada grupo (con y sin anormalidades
nefrológicas) estaban usando inhibidores de
la enzima de conversión, lo que no permite obtener conclusiones
sobre la influencia que dicho tratamiento podría
tener sobre los resultados.
Nuestra serie presenta limitaciones, entre ellas la falta
de un grupo control lo que no permite aseverar una
relación causal entre la infección por el HIV y los hallazgos
encontrados. No obstante ello, el tratarse de una
población relativamente joven con una elevada prevalencia
de alteraciones, sugiere un rol de la infección por
el HIV o de su tratamiento en la aparición de las alteraciones
nefrológicas. Nuestra serie sólo incluyó una parte
del total de pacientes HIV+ en seguimiento crónico, por
ello no podemos excluir completamente un sesgo de selección
en los sujetos enviados para evaluación, a pesar
de haber sido referidos según un orden aleatorio de visitas
y estudiados en forma consecutiva. Es por ello que
una generalización de los resultados al resto de la población
HIV+ podrá ser realizada sólo cuando se disponga
de estudios controlados.
La confirmación sólo en algunos pacientes de los hallazgos -normales y anormales- no permite excluir definitivamente
resultados falsos positivos y negativos, como
tampoco afirmar la exacta prevalencia de enfermedad
renal crónica en esta población. Finalmente, los criterios
para decidir las biopsias renales fueron basados exclusivamente
en la gravedad de los datos clínicos y de laboratorio,
no pudiéndose por ello descartar una subestimación
de las anormalidades estructurales renales en el
resto de pacientes con alteraciones sutiles de la función
renal o del sedimento urinario15, 18.
No obstante las citadas limitaciones, los hallazgos patológicos
encontrados tendrían múltiples implicancias clínicas
que deben ser resaltadas. La decisión de iniciar o
modificar el tratamiento antirretroviral19 y de introducir precozmente
un tratamiento renoprotector estaría influida por
estos hallazgos lo que podría modificar el curso de la enfermedad
y prevenir o retardar la progresión de la enfermedad
renal. El monitoreo temprano de la función renal
permitiría además evitar complicaciones como la nefrotoxicidad
por drogas y la injuria renal aguda multicausal
frecuentemente reportada en estos pacientes.
Concluimos que la alta prevalencia y el amplio espectro
de alteraciones renales encontradas sugieren que los
pacientes asintomáticos HIV+ deberían someterse a evaluaciones
nefrológicas de rutina. Los hallazgos de la presente
serie requieren ser confirmados en estudios controlados
para que dichas conclusiones puedan ser generalizadas
a toda la población HIV+.
Agradecimientos: La Dra. M.M. Pernasetti recibió una beca de la Fundación Nefrológica de Córdoba.
Conflictos de interés: Los autores declaran no poseer conflictos de interés relacionados con esta publicación.
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Recibido 23-3-09
Aceptado: 28-1-10