Caveat lector
Notas para advertir, entretener y relacionar lo nuevo y lo viejo, sin un análisis detallado ni opinión formada. Comentarios a revmed@intramed.net o Basilio A. Kotsias, kotsias@retina.ar
Un método para atrapar al Plasmodium falciparum en los eritrocitos
Se ha descubierto una enzima proteína kinasa dependiente de calcio que permite al Plasmodium
falciparum escapar de los glóbulos rojos permitiendo la proliferación parasitaria y el desarrollo de la
enfermedad. La enzima, que está ausente en los seres humanos, sería un blanco potencial para nuevas
drogas antipalúdicas ya que su bloqueo deja atrapados a los parásitos dentro de los eritrocitos.
Dvorin JD, Martyn DC, Patel SD, et al. A plant-like kinase in Plasmodium falciparum regulates parasite egress
from erythrocytes. Science 2010; 328:910-2.
¿Por qué es mejor la leche materna que los sustitutos?
Analizando la expresión de diversos genes en las células intestinales de infantes se ha demostrado
que aquellos alimentados con leche materna expresan genes de la defensa inmunológica y no en los
alimentados con leches no maternas. Entre ellos el responsable de la respuesta celular a la deprivación
de oxígeno, factor clave en el desarrollo de la enterocolitis necrotizante, una de las causas más frecuentes
de mortalidad en la unidades de cuidados intensivos con una mortalidad del 26% en los infantes
prematuros que la padecen. Estos datos podrían servir para el desarrollo de mejores leches sustitutas.
Chapkin RS, Zhao C, Ivanov I, et al. Noninvasive stool-based detection of infant gastrointestinal development
using gene expression profiles from exfoliated epithelial cells. Am J Physiol Gastrointest Liver Physiol 2010; 298:
G582-9.
Utilidad de los probióticos
El consumo de los probióticos ha aumentado en forma extraordinaria y sus múltiples beneficios postulados
deben ser evaluados. Uno de ellos es el postulado efecto benéfico en la constipación, sobre el
que un reciente metaanálisis concluye que no está demostrado. Por otro lado, su eficacia en la prevención
de las infecciones intestinales provocadas por los antibióticos ha sido validada.
Chmielewska A, Szajewska H. Systematic review of randomised controlled trials: probiotics for functional
constipation. World J Gastroenterol 2010; 16: 69-75. Yan F, Polk DB. Probiotics: progress toward novel therapies for
intestinal diseases. Curr Opin Gastroenterol 2010; 26: 95-101.
La mortalidad infantil
Cada año mueren 9 millones de niños en todo el mundo, aunque esta cifra se reduce año a año. Dos
tercios de esas muertes son causadas por enfermedades infecciosas prevenibles como la neumonía la
diarrea y la malaria. Esta es la conclusión de un estudio multicéntrico publicado por investigadores de
193 países en asociación con UNICEF y la OMS y publicado en Lancet.
Black RE, Cousens S, Johnson HL, et al. Global, regional, and national causes of child mortality in 2008: a
systematic analysis. Lancet 2010 (versión online previa a la impresión).
¿Cuándo se debe realizar la traqueostomía?
Un estudio realizado en Italia comparó la utilidad de traqueostomía temprana respecto a la tardía. Se
evaluó la neumonía asociada a la ventilación mecánica en pacientes sin signos de infección que requerían
ventilación mecánica prolongada, concluyendo que, en la incidencia de neumonías asociadas a la
ventilación no hay diferencias entre la traqueostomía temprana (6-8 días) y la tardía (13-15 días), ni
diferencias en la sobrevida a las 4 semanas. Debido a los efectos adversos de la traqueostomía, ésta no
debería efectuarse antes de los 13-15 días.
Terragni PP, Antonelli M, Fumagalli R, et al. Early vs late tracheotomy for prevention of pneumonia in mechanically
ventilated adult ICU patients: a randomized controlled trial. JAMA 2010; 303:1483-9.
Hay que combatir la malaria, no el cambio climático
Mediante la utilización de diversos modelos y datos estadísticos un grupo de investigadores de Gran
Bretaña concluyó que el aumento en la temperatura global de la Tierra observado en los últimos 100
años no incrementó la propagación de la malaria. La reducción en la distribución global y zonas endémicas
de la enfermedad es debida a las medidas preventivas y terapeúticas utilizadas.
Gething PW, Smith DL, Patil AP, Tatem AJ, Snow RW, Hay SI. Climate change and the global malaria recession.
Nature 2010; 465: 342-5.
FIEBRE AMARILLA EN BUENOS AIRES
La Organización Mundial de la Salud estima que la fiebre amarilla causa 200 000 casos de enfermedad
y unas 30 000 muertes cada año en poblaciones no vacunadas. La enfermedad puede permanecer
desconocida en humanos por extensos períodos y presentarse en un modo epidémico debido a que
permanece viva en la población de monos y transmitida por mosquitos que viven en las selvas lluviosas
de Africa y Sudamérica y su propagación facilitada con el talado de las mismas. La última epidemia que
sufrió Buenos Aires y la peor por sus consecuencias, fue a comienzos de 1871 durante la presidencia de
Domingo F. Sarmiento: murieron unas 14 000 personas, un 8% de los porteños, flagelando por casi 5
meses la zona sur de la ciudad en particular, en la que llegaron a haber 500 entierros diarios. Los
soldados que regresaban del frente de la Guerrra de la Triple Alianza la trajeron a Buenos Aires y en la
ciudad, el mosquito Aedes aegypti, su vector, encontró las mejores condiciones para propagarse por las
pésimas condiciones sanitarias de la ciudad: aguas estancadas, hacinamiento de la gente pobre, nativos
e inmigrantes europeos, la contaminación del Riachuelo por los saladeros y el relleno de terrenos
bajos con residuos. Recién en 1881 el médico cubano Carlos Finlay propuso la hipótesis que la enfermedad
se debía, no a las "miasmas" sino a la picadura de un mosquito, hipótesis verificada en 1901 por
Walter Reed. Desde hace décadas existe una vacuna atenuada muy eficaz. Un reciente trabajo (Pastorino
et al., 2010) describe la interacción entre el virus y las células infectadas y los cambios metabólicos que
ocurren en ella. En el organismo atacado las respuestas inmunes siguen a la infección de macrófagos y
células dendríticas con liberación de mediadores que modifican la función vascular y alteran la coagulación
sanguínea. En la plaza Ameghino del barrio Parque de los Patricios de Buenos Aires, frente al
Hospital Muñiz hay un monumento de una samaritana que recuerda la epidemia del verano de 1871. Lo
completan relieves con escenas de la lucha contra el flagelo y placas recordatorias en cada uno de sus
lados que listan los nombres de los caídos en la lucha contra la enfermedad. Aunque no se encuentra
la placa con el nombre del escultor ni la fecha, un sitio oficial (http://acceder.gov.ar/es/1205238) indica
que fue la obra del artista Juan Ferrari (¿1874-1916?). Aunque descuidado, es un digno tributo que rinde
la ciudad, ubicado justo en el desaparecido Cementerio del Sur, que acogió en su terreno a las víctimas
de la epidemia, entre ellos una docena de médicos y dos practicantes.
de Vergara E. Fiebre amarilla en Buenos Aires. Todo es Historia 2009; 501: 52-64. Pastorino B, Nougaiede A,
Wurtz N, Gould E, Lamballerie X de. Role of host cell factors in flavivirus infection: Implications for pathogenesis and
development of antiviral drugs. Antiviral Res 2010 (versión on line).