ARTÍCULO INVITADO
La erupción del volcán Peteroa (35º15'S, 70º18'o) del 4 de septiembre de 2010
Miguel J. Haller1 y Corina Risso2
1 Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Centro Nacional Patagónico- CONICET, Puerto Madryn.
Email: haller@cenpat.edu.ar
2 Universidad de Buenos Aires-Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Departamento de Ciencias Geológicas, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
RESUMEN
El volcán Peteroa, ubicado en la Zona Volcánica Sur en la cordillera de los Andes, a la latitud de 35º15'S, tuvo una erupción de aproximadamente 48 días de duración, con inicio el 4 de septiembre de 2010. Después de un período de aumento de la actividad fumarólica, la erupción comenzó con una columna eruptiva fuerte, de cerca de 1.800 m de altura, para continuar posteriormente con una columna débil de 200 metros. El material particulado emitido contiene vidrio y cristaloclastos subordinados. La tefra caída se acumuló principalmente en las inmediaciones del volcán, mientras que en sectores más alejados formó solamente una tenue capa. Por el escaso volumen de la tefra eyectada y la limitada dispersión de la misma, sumado al hecho que el sector contiguo al volcán estaba deshabitado por el carácter temporal de los asentamientos en ese lugar, la erupción de 2010 no tuvo mayor incidencia sobre los habitantes.
Palabras clave: Volcán activo; Erupción sub-pliniana; Tefra; Columna eruptiva; Pluma volcánica.
ABSTRACT
The eruption of the Peteroa volcano (35º15'S, 70º18'O) on 4th September, 2010. The Peteroa volcano, located in the Southern Volcanic Zone of the Andes at 35º15'S latitude, erupted for about 48 days, beginning
on September 4th, 2010. After a period of increased fumarole activity, the eruption began with a strong eruption column
of ca. 1,800 m in height, to continue later with a weak column of 200 meters. Particulate emitted material contains
mainly glass shards and glass fragments with subordinate crystaloclasts. The tephra fallout was mainly accumulated in the vicinity
of the volcano, while in more remote areas formed only a thin layer. Due to the low volume of ejected tephra and limited
volcanic ash spread, and the fact that the vicinity o the volcano was uninhabited, the eruption of 2010 did not have
much effect on people.
Keywords: Active volcano; Sup-plinian eruption; Tephra; Eruptive column; Volcanic plume.
INTRODUCCIÓN
El 4 de septiembre de 2010 se produjo
una erupción en el volcán Peteroa, la primera
de este volcán en el siglo XXI y que
habría finalizado alrededor del 18 de Octubre.
El Peteroa es un volcán poligenético
holoceno que forma parte del Complejo
Volcánico Planchón-Peteroa (CVPP),
el cual tiene una historia volcánica que se
inicia en el Pleistoceno. De acuerdo al registro
del Global Volcanism Program (2010)
hubo ocho erupciones durante el siglo
XX, con índice de explosividad volcánica
(VEI) ≤ 2.
El Complejo Volcánico Planchón-Peteroa
se ubica en la cordillera de los Andes
a los 35º15'S y 70º35'O en la Cordillera
Principal (Fig. 1a). El complejo incluye
tres cumbres principales: el volcán Planchón
(4.034 m s.n.m.) al norte, el volcán
Peteroa (4.125 m s.n.m.) en el centro y el
cerro El Peñón al sur. La toponimia del
sector es imprecisa debido a antiguas designaciones
con los nombres de volcán
Azufre, volcán Peteroa y volcán Planchón
respectivamente para elevaciones que no
constituyen aparatos eruptivos propiamente
dichos, sino que corresponden a remanentes
de erosión de antiguas estructuras
volcánicas, actualmente extinguidas. Por
ello, en este trabajo los autores se remiten
a la toponimia utilizada en la carta topográfica
Río Tordillo a escala 1:100.000 del
Instituto Geográfico Militar, confeccionada
en 1947.
Figura 1: a) Mapa de ubicación del volcán Peteroa y localidades cercanas; b) ubicación del volcán
Peteroa en el contexto de las Zonas Volcánicas de la cordillera de los Andes.
La situación de los Andes en el ambiente tectónico del margen occidental de Sudamérica está indicada en la figura 1b, donde se observa la subducción de la placa de Nazca bajo el continente sudamericano en la denominada Zona Volcánica Sur, la cual se extiende a lo largo de 1.450 km entre los 33º y 46º S. El sector andino de Sudamérica comprende segmentos diferentes de acuerdo a la geometría de la zona de Wadatti-Benioff, incluyendo segmentos con subducción horizontal en los cuales la actividad volcánica está ausente y segmentos con subducción normal y volcanismo de arco (Ramos y Aleman 2000). La Zona Volcánica Sur tiene una intensa actividad volcánica, ya que comprende 31 volcanes con actividad eruptiva histórica y un registro de alrededor de 283 erupciones desde comienzos del siglo XIX. La región que nos interesa es la Zona Volcánica Sur transicional que se caracteriza por grandes estratovolcanes formados sobre bloques ascendidos de basamento prevolcánico, separados por cuencas extensionales de inter-arco ricas en conos basálticos monogenéticos y flujos de lava en una asociación compleja entre volcanismo de arco subalcalino y volcanismo alcalino de retro-arco (Stern 2004). Sobre la cumbre del Complejo Volcánico Planchón-Peteroa se desarrollan varios glaciares (Fig. 2a), cuya superficie ha sido estimada en 19 km2 (Trombotto et al. 2005). En la Argentina, el Complejo Volcánico Planchón-Peteroa se localiza en la provincia de Mendoza, departamento Malargüe, a aproximadamente 94 km al oeste de la ciudad de Malargüe (Fig. 1a). En territorio chileno está ubicado en la región del Maule (Región VII), a unos 65 km en línea recta al ESE de la ciudad de Curicó. La comarca adyacente al volcán es inaccesible mediante vehículo de mayo a diciembre debido a las intensas nevadas y los procesos de remoción en masa que cortan los caminos.
Figura 2: a) Vista desde el Sur de los glaciares que cubren el Complejo Volcánico Planchón Peteroa; b) vista desde el NE de los cráteres de explosión
del Peteroa (marzo de 2009); c) vista desde el NE del cráter de explosión antiguo, en el borde SE se observa una potente acumulación de tefra;
d) Oleada Piroclástica Valenzuela con estructuras de corte y relleno; f) marzo de 2010, aumento de la actividad fumarólica en los cráteres de explosión;
compárese con la figura 2b; g) columna fuerte de tipo sub-pliniano de la erupción del 4 de septiembre de 2010. Caída de tefra en el sector
proximal y dispersión de la fracción fina hacia el norte por acción del viento. Vista desde el centro de deportes invernales Las Leñas. Foto gentileza
de V. Rojas y T. Perreen.
En este trabajo se expone la geología del volcán Peteroa y se brindan las características principales de la erupción iniciada el 4 de septiembre de 2010 sobre la base de observaciones de campo y de sobrevuelos, imágenes satelitarias, documentos fotográficos brindados por informantes y descripciones de gabinete.
MARCO GEOLÓGICO REGIONAL
Las unidades más antiguas que afloran en
la comarca y que conforman el basamento
del volcanismo cuaternario, están expuestas
en el sector oriental del complejo
volcánico y próximo al río Los Ciegos.
Pertenecen a las psefitas y psamitas de la
Formación Puesto Araya de la cuenca
neuquina, de edad sinemuriana-toarciana.
Por encima se encuentran las Formaciones
Auquilco - representada por potentes
depósitos de yeso de edad oxfordiana superior-kimmeridgiana media (Gulisano y
Damborenea 1993) - y Tordillo, formada
por psamitas y ruditas de edad kimmeridginana
- tithoniana basal (Nullo et al. 2005).
En el extremo sur-oriental, sobre la margen
sur del río Valenzuela, hay un pequeño
afloramiento asignado por Nullo et al.
(2005) a las Formaciones Pircala y Coihueco
de edad maastrichtiana-paleocena, integrado
por psamitas y pelitas.
Las unidades sedimentarias mencionadas
están cubiertas e intruidas por volcanitas
de la Formación Huincán, de edad miocena.
Dos muestras recolectadas entre el
codo del río Valenzuela y su desembocadura
en el río Grande, arrojaron respectivamente
edades radimétricas realizadas
por el método K-Ar sobre roca total, de
6 ± 0,5 y 22 ± 2,0 Ma (Linares y González
2001). La Formación Huincán se encuentra
cubierta por ignimbritas y tobas
asignadas por Nullo et al. (2005) a la Formación
Loma Seca, una unidad volcanogénica
asociada al centro volcánico del cerro
Campanario, situado al sur del Peteroa.
GEOLOGÍA DEL VOLCÁN PETEROA
Sobre las unidades geológicas anteriormente
descriptas se disponen los depósitos
del Complejo Volcánico Planchón Peteroa.
El primer estudio integrado de este
centro efusivo fue realizado por Tormey et al. (1989). Estos autores determinaron
que el complejo comprende tres estructuras
volcánicas relativamente sobreimpuestas,
que desde el punto de vista cronológico
corresponden a los volcanes Azufre,
Planchón y Peteroa. Sobre la base de
las unidades volcánicas, su relación con
los depósitos glaciarios y las geoformas
correspondientes, Haller et al. (1994) postularon
la existencia de tres épocas eruptivas
(EE), denominadas respectivamente
El Azufre, El Planchón y Peteroa. Con
posterioridad, Naranjo et al. (1999) propusieron
un esquema volcano-estratigráfico
que incluye una estructura antigua, el
volcán Azufre, ubicado al sur del Complejo
Volcánico Planchón Peteroa y una
estructura más joven, el volcán Planchón,
desarrollada al norte. A su vez este último
se desarrolló en etapas, denominadas
respectivamente Planchón 1, Planchón 2
y Peteroa.
El arreglo espacio-temporal de los volcanes
que conforman el complejo volcánico,
con una disposición linear de rumbo
norte y edades progresivamente más jóvenes
hacia el norte, indican la migración
de la actividad volcánica hacia el norte,
en una extensión de aproximadamente 7
km. En el tramo septentrional de ese sistema
está ubicado el Peteroa, donde seproduce el volcanismo holoceno y se encuentran
los cráteres de explosión activos
(Fig. 2b).
Las lavas de la época eruptiva El Azufre
son de edad pleistocena e incluyen andesitas
basálticas y dacitas. La época eruptiva
El Planchón desarrolló una estructura
semi-cónica, afectada intensamente por
la erosión glaciar, con una superfice expuesta
de 35-40 km2. En su cima, un cráter
aportillado hacia el SO forma un anfiteatro
de unos 3 km de diámetro, generado
por una colapso parcial del edificio
volcánico, que dio origen a una avalancha
de detritos que se encauzó por los valles
de los ríos Claro y Teno hasta unos 90 km
de distancia del volcán, llegando hasta el
Valle Central de Chile. Sus lavas corresponden
a basaltos y andesitas basálticas y
según Haller et al. (1994), corresponden
al Pleistoceno superior. Se dispone de tres
edades radimétricas obtenidas mediante
el método K/Ar sobre roca total para rocas
de las épocas eruptivas El Azufre y
Planchón, que arrojaron 1,20 ± 0,03; 0,73 ± 0,02 y 0,69 ± 0,20 respectivamente (Naranjo et al. 1999).
Con posterioridad al colapso se desarrolló una estructura cónica anidada en el interior
de la depresión topográfica generada.
Presenta un cráter parcialmente erosionado
de 2 km de diámetro, que está cubierto
por los productos de la época eruptiva
Peteroa, de edad holocena. El volcán
Peteroa corresponde a una estructura edificada
sobre el sector sur-este de la caldera
del Planchón. Constituye el volcán actualmente
activo del Complejo Volcánico
Planchón Peteroa y desde donde se han
emitido los productos más recientes.
Haller et al. (1994) diferenciaron ocho unidades
correspondientes temporalmente a
la época eruptiva Peteroa. Tres de ellas
son glacigénicas y están intercaladas entre
las restantes, que son de origen volcanogénico.
Posteriormente, Naranjo et al.
(1999) reinterpretaron las unidades de este
evento eruptivo. En este párrafo introductorio
a la estratigrafía del volcán Peteroa
se utilizan las denominaciones informales
utilizadas en los trabajos previamente
citados. El cuadro 1 muestra los
nombres de las unidades y su distribución
areal está representada en la figura.
La unidad holocena más antigua es el
Drift Paso Laguna, el que está distribuido
en el sector de la confluencia del arroyo
El Peñón con el arroyo de Los Ciegos.
Los depósitos se extienden entre las cotas
de 2.470 y 2.500 metros. Asimismo,
en las proximidades del Paso Vergara, asoman
depósitos semejantes, a una cota
2.100 metros. Por otra parte, en el faldeo
sur del arroyo de los Baños, a la longitud
del río Valenzuela, se extienden depósitos
de till con una superficie suavemente
inclinada hacia el este. Por su ubicación
topográfica, en los laterales del valle, estos
depósitos son interpretados como morenas
laterales. Este till es considerado representante
del acontecimiento glaciario
identificable más antiguo de la comarca,
pero sin dudas holoceno, por haberse depositado
en una topografía ya labrada
por las glaciaciones principales.
CUADRO 1: Cuadro estratigráfico del Holoceno de la comarca del volcán Peteroa.
La Oleada Piroclástica Valenzuela está cons-tituida por depósitos particulados
volcánicos, entre los que Naranjo y Haller
(2002) diferenciaron depósitos de caída
y oleadas piroclásticas. Los depósitos
de caída asoman en el flanco sur del río
Valenzuela, están constituidos por lapilli
de escorias y líticos juveniles de color gris
oscuro que presentan estratificación gradada
en la base y normal en la sección superior.
La composición corresponde a
andesitas. Las oleadas piroclásticas depositaron
cenizas finamente laminadas en el
flanco oriental del Peteroa y en el valle
del río Valenzuela, hasta una distancia de
25 km del volcán. La estratificación se caracteriza
por estructuras unidireccionales,
estratificación entrecruzada, gradación
granulométrica y dunas trepadoras.
Asimismo se observan truncaciones de
bajo ángulo y superficies de reactivación.
Los constituyentes juveniles muestran cubiertas
finas de vidrio palagonítico y niveles
piroclásticos muy finos con vesículas
de paredes oxidadas. Estas características
sugieren que estos depósitos se formaron
como consecuencia de un flujo
muy turbulento y una participación muy
importante de agua. La Piroclastita Valenzuela
aflora en niveles topográficos más
bajos que el Drift Paso Laguna y está cubierta
por el Drift Teno.
Muestras de sedimentos orgánicos intercalados
permitieron a Naranjo et al. (1999)
obtener edades 14C de 7.010 ± 70 AP y
7.000 ± 60 AP.
En el valle del arroyo El Peñón, a una cota
de 2.480 m, se reconoce el arco morénico
del Drift Teno (Haller et al. 1994)
con sus morenas laterales asociadas y basales
bien conservadas. Están formadas
por bloques, algunos estriados, gravas, arenas
y material más fino, sin estructuras
sedimentarias evidentes. Su altura alcanza
15 m y apoya sobre una superficie labrada
sobre la Oleada Piroclástica Valenzuela.
En su bien documentado estudio de las glaciaciones holocenas del valle Valenzuela,
Espizua (2005) asigna esta morena
a un avance de la Primera Neoglaciación,
que ocurrió hace aproximadamente
4.400 años AP.
El Flujo Piroclástico Los Ciegos es un depósito
no consolidado, matriz soportado
de escorias. Sus asomos se extienden a modo
de manto delgado sobre el faldeo oriental
del sector norte del Complejo Volcánico
Planchón Peteroa. Se trata de un depósito
mal seleccionado, donde se distinguen
bombas escoríaceas de hasta 0,30 m
de diámetro inmersos en una matriz de
tamaño lapilli a ceniza. Las bombas se concentran en la superficie del depósito,
lo cual puede deberse a un proceso de gradación
durante el transporte o a la deflación
de las partículas de menor tamaño.
Las bombas tienen una composición traquiandesítica.
Esta unidad se apoya sobre
la Oleada Piroclástica Valenzuela e infrayace
al Depósito de Pómez Los Baños.
En el faldeo oriental del cerro El Planchón,
al norte del arroyo El Peñón y entre
las cotas de 3.100 y 3.400 m se extiende
un potente depósito de pumicitas, cuyo
espesor alcanza los 30 metros, denominada
Depósitos de Pómez Los Baños
(CE 2, Fig. 3). Se encuentran otros asomos
en la base del valle del río de Los
Ciegos y en calicatas, por debajo de la
planicie de pumicitas removilizadas que
se extiende al este de los Baños del Azufre.
Los bancos situados a mayor altura
presentan cohesión, mientras que aquéllos
ubicados en los bajos están constituidos
por masas de piroclastos sueltos. Los
lapilli de pómez están levemente redondeados,
tienen forma generalmente prolada,
con un diámetro mayor de hasta
0,12 m y color blanco a gris nacarado. Se
observa una diferenciación en el tamaño
de los lapilli con la distancia al volcán. Por
la mayor potencia de los banco de pómez
en las inmediaciones del cráter Los Baños,
se presume que se originaron en ese
cráter. Algunos lapilli muestran clara evidencia
de mezcla de magmas, con bandeado
de dos colores. La composición de
los pómez es andesítico-basáltica a traquidacítica.
Como señalaran Naranjo et al.
(1999), estas rocas constituyen las rocas
más evolucionadas desde el punto de vista
geoquímico del complejo volcánico.
Dos muestras de suelo orgánico recolectadas
inmediatamente por debajo del Depósito
de Pómez Los Baños, brindaron
edades 14C de 1.400 ± 80 y 1.050 ± 90 AP
(Naranjo et al. 1999).
Figura 3: Distribución de las unidades volcánicas en el volcán Peteroa.
La colada de lava y el cono de escorias
(CP, Fig. 3) se desarrollaron sobre la planicie
desarrollada al rellenarse parcialmente
con piroclastos la depresión originada
por el colapso parcial del Planchón.
Ambos rasgos volcánicos están relativamente
bien conservados. El cono de escorias
tiene una base subcircular de 150
m de diámetro, una altura irregular que
alcanza 60 m y un cráter de 75 m de diámetro.
Tiene una forma típica de cono
truncado y está aportillado hacia el norte.
La colada de lava tiene una extensión de
600 m y en su frente alcanza un espesor
de 20 metros. Está constituida por andesitas
basálticas y andesitas de textura porfírica,
con fenocristales de plagioclasa y
ortopiroxeno inmersos en una pasta formada
por microcristales y vidrio. De
acuerdo a Naranjo et al. (1999) se puede
relacionar esta efusión lávica con la erupción
de 1837 del Peteroa.
En algunos sectores del valle del arroyo
El Peñón y a lo largo del valle del río Los
Ciegos, es posible observar delgados depósitos
relativamente friables de una cinerita
blanca, denominados Depósitos de
Caída del Paso Vergara por Naranjo et al.
(1999), en los que abundan fragmentos
juveniles andesítico-basálticos con cristaloclastos
de plagioclasa y partículas de vidrio
translúcido. Las cineritas apoyan sobre
una superficie vegetada labrada sobre
la Oleada Piroclástica Valenzuela. Estas
cineritas ya fueron reconocidas en los
trabajos de campo previos a 1991. Por su
friabilidad, estos depósitos son fácilmente
erosionables, por lo que se postula que
su edad estaría comprendida entre la Colada
de Lava de la erupción de 1837 y la
ceniza de 1991. No se dispone de otros
elementos para acotar estratigráficamente
a esta unidad.
Del 9 al 17 de febrero de 1991 se inició la última gran erupción del volcán Peteroa
del siglo XX. Se trató de una erupción
eminentemente freatomagmática cuya
columna eruptiva promedió los 400-700
m de altura y tuvo un VEI=1. Durante
esta erupción se formaron dos cráteres de
explosión de entre 100-200 m de diámetro.
La Ceniza 1991 corresponde a material
piroclástico muy fino, con fragmentos
de pómez, fragmentos líticos y menor
proporción de cristaloclastos de plagioclasa.
La composición química corresponde
a una dacita. La dispersión de la
ceniza en territorio argentino cubrió una
zona de 80 km de largo por 30 km de ancho.
Durante la última visita al volcán (febrero
de 2011) solamente quedaban escasos
montículos de ceniza retransportada,
al abrigo de la escasa vegetación de la comarca.
En el catálogo del Global Volcanism
Program (2010) se registra una erupción
del volcán Peteroa entre el 18 y 21
de noviembre de 1998. Esta erupción, de
naturaleza freatomagmática, provocó caída
de cenizas (Naranjo y Haller 2002).
Debe mencionarse que el Peteroa carece
de un programa de vigilancia volcánica
permanente y continua. Si bien después
de la erupción de 1991 se instaló un sismógrafo
en las cercanías del volcán, el
mismo fue retirado años más tarde. Actualmente
se desarrolla un estudio de Emisión
Acústica (Ruzzante et al. 2009) cuyos
datos se recolectan periódicamente y
muestreos esporádicos y experimentales
de gases (Castillo et al. 2010).
LAS ERUPCIONES HISTÓRICAS Y EL PERÍODO DE REPOSO
Durante el período posterior a la llegada de los europeos, se registraron veinte erupciones del volcán Peteroa, las que han sido resumidas en el cuadro 2, modificado del catálogo del Global Volcanism Program (2010).
CUADRO 2: Erupciones históricas del
volcán Peteroa según el Global Volcanism
Program (2010) con el agregado de la erupción
de 2010.
Cabe consignar que la erupción de 1762
ha sido atribuida a algún otro de los varios
volcanes activos de la región (Sruoga
2008). Ello sería efectivamente posible,
por ser la erupción de 1762 de un índice
de eruptividad volcánica (VEI) mayor, cuyo
valor no se condice con las restantes
registradas en este centro eruptivo.
A los efectos de calcular el período de reposo
del volcán Peteroa se ha asumido
que tanto la erupción de 1751 y las erupciones
consideradas dudosas en el catálogo
ocurrieron realmente y a estas últimas
se les asignó arbitrariamente un VEI=1.
Complementariamente, se adoptó la convención
de Klein (1982) de considerar los
tiempos de reposo como la ocurrencia
entre dos acontecimientos volcánicos sucesivos,
con independencia de la duración
de cada evento eruptivo. Asimismo,
corresponde señalar que la calidad de los
datos del catálogo no es la misma, varias
erupciones consignan sólo el año y carecen
del día de inicio y de finalización de
la erupción. Es por ello que siguiendo a
Bebbington y Lai (1996), en aquellos casos
en los que se informa solamente el
año de la erupción, se le asigna por convención
la fecha del 30 de junio de ese
año; si solamente se consigna el mes del
año, se asigna la erupción al día 15 del
mes respectivo. La figura 4 ilustra la frecuencia
acumulada de erupciones vs. los
años de ocurrencia.
Figura 4: Frecuencia acumulada de erupciones vs. año de ocurrencia. Se diferencian tres regímenes
de erupción con tasas de erupción distintas, separados por períodos de latencia más prolongados.
La pendiente de las líneas punteadas representa la tasa de erupción (λj) de cada régimen.
La pendiente de la línea sólida indica la tasa de erupción de toda la serie (λglobal ═ 0,0555).
En el gráfico se distinguen tres regímenes de erupción con tasas de erupción diferentes, separados por períodos de latencia más prolongados. La pendiente de las líneas punteadas representa la tasa de erupción (lj) de cada régimen. La pendiente de la línea sólida indica la tasa de erupción de toda la serie (lglobal = 0,0555). De esta manera, el período de reposo para el intervalo 1660 - 1762 es de 34 años; el período de reposo para el lapso 1835-1889 es de 7,7 años, mientras que para el período 1937-2010, el período de reposo es de 9,1 años. El período de reposo para toda la serie, incluyendo los períodos de latencia prolongados, es de 18 años.
LA ERUPCIÓN DE 2010
Durante los trabajos de campo de marzo
de 2009 se observó un aumento de la actividad
fumarólica en los cráteres de explosión
ubicados en la cima, con respecto
a los años anteriores y un aumento de
la temperatura en la superficie cercana a
ella (D. Trombotto, com. pers.). El sobrevuelo
realizado en marzo de 2010 permitió observar un importante aumento en
el número de fumarolas y en el volumen
de gases emitidos (Fig. 2e). Se observó asimismo un nuevo campo de fumarolas
en el borde del glaciar situado en las cercanías
de uno de los cráteres de explosión
con emisión de vapor importante (L.
Lara, com. epist.).
Debe señalarse que la región permanece
deshabitada e inaccesible entre abril y diciembre,
por lo que las primeras señales
de una erupción volcánica fueron obtenidas
por los radares de la Fuerza Aérea Argentina,
que el 4 de septiembre de 2010
detectaron una pluma de color gris oscura
a una altura de 12.500 a 17.000 pies y
rumbo noreste, cuyas coordenadas coincidían
con las del Peteroa. La fotografía
(Fig. 2f) obtenida desde el centro deportivo
invernal de Las Leñas, permitió observar
una columna eruptiva fuerte de
tipo sub-pliniano, cuya altura fue estimada
en 1.500-2.000 m sobre el piso del cráter.
La medición de la sombra de la columna
en las imágenes Landsat TM (Fig.
5a) del día 4 de septiembre permitió precisar
la altura en 1.780 metros. A partir
del 5 de septiembre, se observó una columna
débil (Fig. 5b), cuya altura no superaba
200 m y que se desplazaba por acción
de los vientos hacia el sudeste. Esa
situación se mantuvo en los días subsiguientes
(Fig. 5c). El vuelo realizado por
el SERNAGEOMIN de Chile el 7 de septiembre
permitió determinar que el Peteroa
mantenía una actividad eruptiva con
explosiones débiles, posiblemente de origen
freatomagmático (SERNAGEOMIN
2010). La erupción consistía en pulsos
discretos de gases y cenizas finas con una
frecuencia de entre 40 y 60 segundos, formando
una columna eruptiva débil de
color gris de aproximadamente 200 m sobre
el nivel de los cráteres. Observaciones
realizadas en el valle del río Grande,
situado al SE del volcán, constataron el 8
de septiembre la existencia de ceniza en
el aire y muy escasa caída efectiva de tefra,
con espesores del orden o menores a
0,001 metros.
Figura 5: a) Imagen
Landsat TM del 4 de
septiembre de 2010. La
medición de la longitud
de la sombra de la columna
eruptiva permitió precisar la altura de la
misma en 1.780 metros
(imagen gentileza CONAE
y Dr. H. del
Valle); b) columna
eruptiva débil del 5 de
septiembre de 2010 de
200 m de altura sobre el
cráter, vista desde el
este; c) imagen ALI de
la plataforma EO-1, del
21 de septiembre de
2010. La pluma eruptiva
del volcán Peteroa es
dirigida hacia el SE por
los vientos predominantes
en altura; por debajo
de la pluma, la tefra cubre
la nieve, oscureciéndola
(imagen: NASA);
d) la imagen MODIS de
la plataforma TERRA
del 25 de septiembre
permitió determinar la
máxima extensión visible
alcanzada por la
pluma, que llegó hasta
la localidad de Puelén
en la provincia de La
Pampa.
El vuelo del día 10 de septiembre permitió observar una intensa actividad fumarólica
distribuida en los cuatro cráteres de explosión, pero escasa o nula emisión de
tefra. Abundante tefra cubría la nieve en
un radio aproximado de 10 km alrededor
de los cráteres.
Las observaciones aéreas del 7 de octubre
permitieron apreciar un ligero aumento
en la proporción de cenizas emitidas
con respecto a los reconocimientos
anteriores, las que formaron una pluma
débil cuya altura no superaba los 200 metros
(Fig. 6a). La erupción se producía a
través de una sucesión de explosiones débiles,
probablemente de origen freatomagmático.
Los vientos predominantes
del noroeste desplazaron el cuerpo principal
de la pluma hacia el sudeste, con un
techo estimado en 3.500 metros. Las turbulencias
atmosféricas locales redistribuyeron
parcialmente la ceniza en suspensión
en forma estratificada hacia otras direcciones,
principalmente siguiendo los
cauces de los valles. El sector más denso
de la pluma ocupó el valle del río Grande,
mientras que se observaron porciones menos
densas en dirección del valle Hermoso
y el valle Noble.
De acuerdo a las imágenes MODIS, las
emisiones se interrumpieron entre los días
14 y 18 de octubre de 2010, entrando el
volcán en un corto período de latencia.
Durante el trabajo de campo de febrero
de 2011, se escucharon explosiones y se
observaron emisiones de nubes discretas de color negro, color que se atribuye a la
presencia de ceniza. El 12 de abril de
2011 el volcán Peteroa volvió a emitir
una columna eruptiva débil de color gris
oscuro, de 500 m de altura. La ceniza había
cubierto la nieve de las montañas.
Distribución y características de la tefra
eyectada
Se utilizaron las imágenes MODIS de la
plataforma TERRA para seguir diariamente
la evolución de la pluma volcánica.
La figura 6b muestra el alcance de la pluma
en distintos intervalos. El día 25 de
septiembre la pluma volcánica alcanzó su
mayor extensión detectable (420 km), llegando
en altura hasta la localidad de Puelén,
en la provincia de La Pampa (Fig.
6d). Por su escasa dispersión, la pluma no
constituyó un inconveniente para la aeronavegación.
Sus efectos sobre las personas
y animales se limitaron a los pobladores
del valle superior del río Grande.
Figura 6: a) La columna eruptiva (~200 m de altura) del día 7 de octubre. La erupción se produce a través de explosiones débiles, probablemente
de origen freatomagmáticos; b) distribución de la pluma del volcán Peteroa en distintos intervalos entre el 6 de septiembre y el 1º de octubre de
2010. c-d) Microfotografías de la tefra caída; c) triza vítrea de la variedad límpida; d) triza vítrea de la variedad pumícea; e) triza vítrea con inclusiones
de minerales aciculares; f) cristaloclasto de anfíbol; g) cristaloclasto de clinopiroxeno; h) cristaloclasto de ortopiroxeno (hipersteno) con un reborde
de vidrio. i-l) Imágenes SEM de la tefra: i) clasto pumíceo; j) clasto vítreo denso; k) cristaloclasto de plagioclasa subhedral con macla polisintética;
l) clasto vítreo delgado con típica fractura concoidea.
En las proximidades del volcán y el sector
inmediatamente situado a sotavento,
hasta una distancia de aproximadamente
seis kilómetros, los espesores de la tefra
caída fueron relativamente importantes.
Las inmediaciones del volcán son habitadasúnicamente durante la temporada de
verano, por lo que la tefra no afectó a
personas ni al ganado. En sectores más
alejados al Peteroa, como el Valle Noble
y la localidad de Las Loicas, el espesor de
la tefra caída no alcanzó a 0,001 metros.
El examen microscópico de la tefra recolectada
en el valle del río Grande reveló partículas de tamaño promedio de 0,1
mm (triza), alcanzando las de mayores dimensiones
0,25 mm (triza) y los más pequeños
0,025mm (pulvícula). En general
los fragmentos que componen la ceniza
son angulosos y entre ellos se distinguen
en mayor proporción cristaloclastos, luego
clastos pumíceos, trizas y fragmentos
de vidrio, y hay un porcentaje de 10 % de
alteritas o grumos de arcillas. El vidrio es
de color pardo claro y se encuentra en
forma de trizas límpidas (Fig. 6c), trizas
pumíceas (Fig. 6d) y como fragmentos
con gran cantidad de inclusiones cristalinas (Fig. 6e). Los cristaloclastos más abundantes
son los de plagioclasa, acompañados
en escasa proporción por anfíbol (Fig.
6f), piroxeno y opacos. En las muestras
recolectadas en los Baños del Azufre, situadas
al pie del volcán, las partículas tienen
tamaño promedio de 0,06 mm, sin
embargo los tamaños gradan desde aproximadamente
0,64 mm hasta el de pulvícula.
Ocasionalmente se observan fragmentos
de vidrio de hasta 2 mm. El vidrio
es muy abundante y de color negro, lo
que hace que la ceniza tenga coloración
parda grisácea oscura. Al microscopio, el
vidrio se ve de color pardo, en fragmentos
de hábito irregular con inclusiones de
pequeños minerales. Hay escasas trizas y
fragmentos pumíceos. En la fracción cristaloclástica
predominan las plagioclasas,
límpidas y con formas angulosas; luego
clinopiroxenos incoloros, también de forma
angulosa y hábito anhedral (Fig. 6g), y
en menor proporción, ortopiroxeno (hipersteno),
en ocasiones con un reborde
de vidrio (Fig. 6h). Hay abundantes opacos
de hábito anhedral y otros fragmentos
alterados a óxidos y/o arcillas.
Las imágenes de microscopio de barrido
electrónico (SEM) (Microscopio Electrónico
de Barrido, SUPRA 40 Zeiss) y EDS
(Energy Dispersive Spectroscope) se obtuvieron
en el Centro de Microscopías Avanzadas
de la FCEyN-UBA. Previamente las
muestras se tamizaron con un tamiz Tyler
de 38 micrones para separar la fracción
limo de la más fina y en húmedo se sometieron
a lavado ultrasónico. Las imágenes
permitieron apreciar la morfología de
la ceniza volcánica emitida. Se reconocen
clastos vítreos y cristaloclastos. Entre las
variedades vítreas hay clastos pumíceos (Fig. 6i); otros densos y con fracturas planas
escalonadas (Fig. 6j) y una tercera variedad,
con clastos delgados y con típica
fractura concoidea (Fig. 6k). Entre los cristaloclastos,
se observan plagioclasas subhedrales (Fig. 6l).
Contenido en F y As
Se dispone de resultados de análisis de la
ceniza emitida por el volcán Peteroa por
flúor y arsénico realizados en la División
Servicios Analíticos de la Comisión Nacional
de Energía Atómica mediante cromatografía
iónica y espectrometría de
plasma inductivo de argón, que arrojaron
resultados para F- 21 ± 2 μg/g y para As
0,015 ± 0,002 pbm. Estos valores no son
significativos para la salud de personas o
animales.
Sería recomendable poder evaluar el
efecto de la ceniza sobre las pasturas. En
el caso de la erupción de 2008 del volcán
Chaitén, Martin et al. (2009) comprobaron
que la caída de tefra produce cambios
composicionales importantes en los
cuerpos de agua efímeros y el coirón (Festuca
pallescens), principal alimento del ganado
lanar y caprino.
CONCLUSIÓN
El Peteroa es un volcán poligenético que
registra 20 erupciones históricas, con un
período de reposo de 9,1 años. La primera
erupción del siglo XXI tuvo una duración
de 48 días. La erupción tuvo carácter
freatomagmático, con emisión de abundante
vapor y relativamente escaso material
particulado. El primer día de la erupción,
la altura de la columna eruptiva alcanzó 1.800 metros sobre el cráter. En
los días siguientes, la altura de la pluma se
mantuvo en el orden de 200 metros. La
ceniza emitida contiene material juvenil,
principalmente vidrio volcánico. Debido
a la baja energía de la erupción del año
2010, la misma no tuvo mayor efecto sobre
la población del departamento Malargüe
en el sur de Mendoza.
El volcán Peteroa carece hasta la fecha de
monitoreo permanente. Sin embargo, la
frecuencia eruptiva amerita que se instrumente
un programa de vigilancia volcánica
mediante la utilización de métodos geofísicos,
geodésicos, geoquímicos y geológicos,
apoyados por tecnologías de electrónica,
comunicaciones e informática.
AGRADECIMIENTOS
Los sobrevuelos han sido posibles gracias al apoyo del International Center for Earth Sciences (ICES)-Regional Malargüe, la municipalidad de Malargüe y el PICT-2007 01769 de la ANPCYT. La Dra. G.I. Massaferro amablemente describió las tefras al microscopio y tomó las microfotografías. El centro de microscopías avanzadas de la FCEyN-UBA facilitó la obtención de imágenes con el microscopio de barrido electrónico. El Dr. Darío Trombotto y la Esp. Amalia Ramires compartieron algunos de los sobrevuelos y participaron de interesantes discusiones. El Dr. Víctor A. Ramos ayudó con sus comentarios a mejorar el manuscrito. Las atinadas revisiones de la Dra. Patricia Sruoga, el Dr. Pablo Caffe y el Dr. Pablo Pazos contribuyeron considerablemente a la comprensión del trabajo.
TRABAJOS CITADOS EN EL TEXTO
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Recibido: 15 de marzo, 2011.
Aceptado: 10 de junio, 2011.