NEURORRADIOLOGÍA - ARTÍCULO ORIGINAL
Aportes de la espectroscopía por resonancia magnética en las lesiones cerebrales
Alberto Surur1, José Facundo Cabral1, Alberto Marangoni1, Silvio Marchegiani1, Claudio Palacios2, Enrique Herreras3, Julio Suárez3
1 Servicio de Radiología.
2 Servicio de Neurología del Sanatorio Allende.
3 Servicio de Neurocirugía. Sanatorio Allende.
Av. Hipólito Irigoyen 384. Córdoba - República Argentina.
Correspondencia: Dr. Alberto Surur: asurur@hotmail.com
Recibido: agosto 2009; aceptado: junio 2010
Received: august 2009; accepted: june 2010
©SAR-FAARDIT 2010
Resumen
Introducción: La Espectroscopía por Resonancia
Magnética (ERM) es una técnica no invasiva que permite
un análisis del metabolismo de las lesiones o del
tejido normal, aumentando la especificidad del método.
De esta manera, a la información morfológica aportada
por las imágenes de resonancia magnética (RM)
se le suma la información bioquímica que brinda la
ERM. Si bien el "gold standard" para establecer el
diagnóstico definitivo de una lesión cerebral sigue
siendo la biopsia, la ERM es un método no invasivo y
libre de complicaciones que posibilita determinar el
tipo de lesión y evitar biopsias innecesarias en procesos
no tumorales. El objetivo del presente trabajo es
comprobar si la ERM monovóxel protón de hidrógeno
(H+) de tiempo de eco (TE) largo es capaz de discriminar
la naturaleza tumoral o no de las lesiones cerebrales
y clasificarlas en grados de malignidad.
Material y método: Se trata de un estudio prospectivo
en el que se incluyó a pacientes de ambos sexos y de
distintas edades a los que se les realizó un estudio
estándar de RM completado con ERM monovoxel.
Resultados: Se analizaron 47 lesiones y se caracterizaron
adecuadamente 43 (92,9%), con una sensibilidad
(S) del 96,8% (IC 89-100), una especificidad (E) del
89,6% (IC 76-100), un valor predictivo positivo (VPP)
del 91,1% (IC 80-100) y un valor predictivo negativo
(VPN) del 96,3% (IC 87-100). Muchas son las variables
que influyen en la adquisición de un espectro factible
de ser analizado, pudiendo surgir de éstas diferencias
inter-observador. Sin embargo, se obtuvieron resultados
similares a los de otras publicaciones.
Conclusión: La ERM sumada a la RM demostró ser un
método confiable para determinar la naturaleza tumoral
o no de una lesión cerebral, con valores estadísticos
aceptables.
Palabras Clave: Resonancia magnética; Espectroscopia; Monovóxel; Tumores cerebrales.
Abstract
The contribution of the Magnetic Resonance Spectroscopy in the brain lesions Introduction
The Magnetic Resonance Spectroscopy
(MRS) is a non-invasive technique which allows study of
the metabolism of lesions or of normal tissue, increasing the
method's specificity. In this way, the biochemical information
provided by MRS is added to the morphologic information
provided by the Magnetic Resonance Imaging (MRI).
Even though the gold standards to determine the definite
diagnosis of a brain lesion is still the biopsy, the MRS is a
non-invasive method, free of complications which would help determine the type of lesion and avoid unnecessarybiopsies in non-tumor processes. The objective of this work is to determine if the monovoxel MRS hydrogen proton
(H+) long Eco Time (TE) is capable to differentiating or not
the nature of the tumor from the brain lesions and classify
them into levels of malignity.
Material and Method: This is a retrospective study in
which female and male patients of any ages were selected. A
standard study of MRI was performed in them and it was
completed with monovoxel ERM.
Results: 47 lesions were analyzed and 43 (92.9%) were adequately
characterized, with a sensibility (S) of 96.8% (IC
89-100), specificity (E) of 89.6% (IC 76-100), positive predictive
value (PPV) of 91.1% (IC 80-100) and a negative
predictive value (NPV) of 96.3% (IC 87-100). There are
many variables that can influence the acquisition of a spectrum
capable of being analyzed and from them, inter-observer
differences can emerge. However, our results were similar
to those in other publications.
Conclusion: The MRS together with the MRI proved to be
a reliable method to determine whether a brain lesion is a
tumor or not, with acceptable statistic values.
Key Words: Magnetic Resonance Imaging; Spectroscopy; Monovoxel; Brain Tumors.
Introducción
El avance de la resonancia magnética (RM) en los últimos años ha posibilitado la realización de diagnósticos
eficientes en gran número de patologías, entre ellas
las neoplasias cerebrales (NC), con una exactitud que va
¡
del 30 al 90%, según el tipo de tumor (1, 2). Sin embargo,
debido a la alta sensibilidad pero baja especificidad de
este método, hay lesiones que plantean diagnósticos
diferenciales con las NC, como es el caso de las displasias corticales, los abscesos, las encefalitis, los infartos en
período subagudo y algunas formas pseudo tumorales
de esclerosis múltiple (EM). Es ya desde hace algún
tiempo que se ha incorporado a la espectroscopía por
resonancia magnética (ERM) como método auxiliar de
diagnóstico en forma complementaria a la RM a fin de
aumentar la especificidad de este método.
La ERM es una técnica que básicamente realiza un
análisis no invasivo del metabolismo del tejido a estudiar,
determinando las concentraciones relativas de
sus metabolitos y las interacciones producidas entre
ellos. De esta manera, a la información morfológica
que aporta la RM se suma la información bioquímica
que brinda la ERM.
Si bien el "gold standard" para establecer el diagnóstico
definitivo de una lesión cerebral sigue siendo
la biopsia, la ERM ayudaría en determinados casos a
evitar biopsias innecesarias (en procesos no tumorales
o en tumores no accesibles) y, en otros, a dirigir la
biopsia a la zona de mayor anaplasia.
El objetivo del presente trabajo es determinar si la
ERM monovóxel protón de hidrógeno (H+) de TE
largo es capaz de discriminar la naturaleza tumoral o
no de las lesiones cerebrales. Para esto se calculará la
sensibilidad (S), la especificidad (E), el valor predictivo
positivo (VPP) y el valor predictivo negativo
(VPN) de las lesiones estudiadas mediante ERM con
su correlación anatomopatológica. Como objetivos
secundarios se plantea la posibilidad de describir la
existencia de patrones espectrales característicos para
cada grupo de lesiones y en base a ellos realizar su clasificación.
Materiales y métodos
Para determinar la utilidad de la ERM en el diagnóstico
de las lesiones cerebrales, se realizó un estudio
prospectivo en el que se estudiaron pacientes de
ambos sexos y de diferentes edades portadores de
lesiones cerebrales. Se incluyó, además, a sujetos con
cirugía previa de patología tumoral conocida en los
que se deseaba investigar recidiva o respuesta al tratamiento
y un grupo control normal. El período de tiempo
que abarcó el estudio se extendió desde marzo de
2007 a septiembre de 2008 inclusive.
Para poder realizar las comparaciones, los pacientes
fueron sometidos a un estudio estándar de RM en
el que se practicaron secuencias ponderadas en T1,
Spin Eco (SE) en planos sagital y axial (TR/TE/Nex- 540/15/2), con ponderación en T2, TSE en planos axial
y coronal (4470/110/2), y Fluid Attenuation Inversion
Recovery (FLAIR) en plano axial (11000/2800/140).
Se completó con ERM monovóxel (H+) con
secuencias PRESS (Point Resolved SpectroscopicSequence) utilizando un vóxel de 20 x 20 x 20 cm3, en
un resonador Phillips Intera
Fueron analizados los picos de los metabolitos, NAcetil
Aspartato (NAA) a 2.0 ppm, Colina (Cho) a 3.2
ppm, Creatina (Cre) a 3.0 ppm, Lípidos (Líp) entre 0,9
y 1,3 ppm, Lactato (Lac) a 1.3 ppm y las relaciones
entre sí.
Para el análisis de los espectros se tuvo en cuenta
el pico máximo de cada metabolito en estudio y en
base a ello se calcularon las relaciones entre sí, tomando
la Cre como referencia.
Los hallazgos obtenidos tanto en RM como en la
ERM monovóxel fueron analizados por dos radiólogos
con experiencia que desconocían los resultados de
la anatomía patológica (AP). Estos datos fueron cotejados
con los resultados anatomopatológicos de las
lesiones obtenidos mediante biopsia estereotáxica o
cirugía. No se realizó biopsia a las lesiones con sospecha
clínica e imagenológica de benignidad, las que se
controlaron en forma evolutiva, ni al grupo control.
El análisis estadístico de los diferentes espectros se
realizó mediante el programa Epidat 3.1® para determinar
el grado de exactitud del diagnóstico obtenido
y la capacidad del método para discriminar entre
lesiones de naturaleza tumoral y no tumoral mediante
las variables S, E, VPP, VPN.
Dependiendo de los resultados de AP, los casos se
clasificaron en cinco grupos: lesiones no tumorales
(LNT); tumores de bajo grado (TBG), grupo en el que
se incluyó a las lesiones clasificadas por AP como
grado I o II; tumores anaplásicos (TA), grado III de la
clasificación anatomopatológica de los tumores cerebrales;
por último, glioblastoma multiforme o metástasis
(GBM-MTS). El quinto grupo correspondió al
grupo control normal. El grupo de LNT se dividió en
tres subgrupos por la gran variedad de lesiones heterogéneas
que comprende, y por ello de difícil comparación,
quedando conformado de la siguiente manera:
lesiones con gliosis, lesiones quísticas o necróticas y
lesiones desmielinizantes o inflamatorias.
En cuanto a los grupos, se calcularon las medias de
los valores de cada metabolito con sus desviaciones
estándares en base a su relación (razón) con la Cre y los
resultados se reunieron en tablas que luego se graficaron.
Resultados
Se recolectó un total de 67 pacientes (36 mujeres y
31 hombres), pero solo se analizaron los espectros
resultantes de 57 pacientes (de ellos, 47 presentaban
lesiones y 10 pertenecían al grupo control normal), 33
mujeres (57,9%) y 24 hombres (42,1%), con edades
comprendidas entre 12 y 81 años (media de 35 años).
Diez pacientes (3 mujeres y 7 hombres) fueron excluidos,
uno por ser portador de un tumor cerebral y no
contar con los resultados anatomopatológicos para efectuar la comparación y los 9 restantes porque se
obtuvieron espectros con demasiado artefacto y de
mala calidad que no permitían su correcto análisis.
Se caracterizaron adecuadamente 43 de 47 lesiones
cerebrales (92,9%), con tres hallazgos falsos positivos
y un falso negativo, lo que arrojó los siguientes valores
estadísticos: S del 96,8% (IC 89-100); E del 89,6%
(IC 76-100); VPP del 91,1% (IC 80-100) y un VPN del
96,3% (IC 87-100) (Gráfico 1).
Gráfico 1. Valores estadísticos.
El grupo de LNT quedó conformado por un total de 18 pacientes: 8 en el subgrupo de lesiones con gliosis, 4 en el de lesiones quísticas-necróticas y 6 en el de lesiones desmielinizantes-inflamatorias (en su mayoría no se les realizó biopsia, solo control evolutivo, ya que su apariencia y su evolución eran benignas y no presentaban modificaciones, a excepción de una lesión necrosada y una leucoencefalopatía multifocal progresiva (LEMP), que fueron hallazgos falso positivos). En el grupo de TBG se incluyó a 15 pacientes (ganglioglioma (n=1); TNED (n=1); hamartoma (falsopositivo) (n=1); astrocitomas grado I (OMS) (n=2); astrocitomas grado II (n=5); oligodendrogliomas (n=4) y oligoastrocitoma (n=1)). El grupo TA estaba integrado por 6 pacientes (astrocitomas anaplásicos (n=3) y oligodendroglioma anaplásico (n=3)). Al grupo GBM-MTS lo formaban 8 pacientes (GBM (n=5) y MTS (n=3), de melanoma (falso negativo), pulmón y mama) y al grupo control normal 10 pacientes (ver Tablas y Gráficos 2 al 8).
Tabla 1: Grupo normal (valores correspondientes a la razón de la Cre con los diferentes metabolitos, media y desvío
estándar).
Tabla 2: Lesiones no tumorales desmielinizantes/inflamatorias (valores correspondientes a la razón de la Cre con los
diferentes metabolitos, media y desvío estándar).
Tabla 3: Lesiones no tumorales necróticas/quísticas
(valores correspondientes a la razón de la Cre con los
diferentes metabolitos, media y desvío estándar).
Tabla 4: Lesiones no tumorales con gliosis (valores correspondientes a la razón de la Cre con los diferentes
metabolitos, media y desvío estándar).
Tabla 5: Lesiones de bajo grado de malignidad (I-II) (valores correspondientes a la razón de la Cre con los diferentes
metabolitos, media y desvío estándar).
Tabla 6: Lesiones anaplásicas (III) (valores correspondientes a la razón de la Cre con los diferentes metabolitos,
media y desvío estándar).
Tabla 7: Lesiones de alto grado (GBM-MTS) (valores correspondientes a la razón de la Cre con los diferentes
metabolitos, media y desvío estándar).
Gráfico 2. Medias de los valores obtenidos para las lesiones no tumorales
(Desm./Infl.). Aumento de la concentración relativa de Cho y leve
descenso del NAA.
Gráfico 3. Medias de los valores obtenidos para las lesiones no tumorales
(necróticas/quísticas). Se observa en el gráfico un descenso de la
mayoría de los picos y aumento de Lac.
Gráfico 4. Medias de los valores obtenidos para las lesiones no tumorales
(con gliosis).
Gráfico 5. Medias de los valores obtenidos para las lesiones de bajo
grado de malignidad (I-II). Se observa suba de Cho y caída del NAA.
Gráfico 6. Medias de los valores obtenidos para las lesiones anaplásicas
(III). Franco incremento de Cho, descenso del NAA y presencia de Lac.
Gráfico 7. Medias de los valores obtenidos para las lesiones de alto grado
(GBM-MTS). Marcada elevación de Lac y Cho.
Gráfico 8. Relación Cho/NAA en los diferentes grupos.
En los casos de gliosis se objetivó un leve incremento
de la Cho, un descenso del NAA, observándose
en un caso un leve ascenso del Lac.
En las lesiones con necrosis o quísticas se cuantificó una marcada disminución de todos los picos con
un crecimiento significativo de Líp y Lac (Fig. 1).
Fig. 1. Grupo normal: relación normal entre
los picos de Cho, Cre y NAA.
En el grupo de las lesiones desmielinizantes o inflamatorias se visualizó, en la mayoría de los casos, un aumento leve del pico de la Cho, manteniéndose normal o levemente disminuido el pico del NAA y en aproximadamente la mitad de los casos se encontró un leve incremento de Líp y Lac (Fig. 2).
Fig. 2. Lesión inflamatoria temporal derecha:
aumento del pico de Cho y leve disminución
del pico NAA.
En el grupo de TBG, se encontró que la mayoría de las lesiones cursaban con una elevación de la Cho y una baja del NAA, en relación con neoproliferación e injuria celular, respectivamente, sin identificarse picos de Líp o Lac de manera significativa (Fig.3).
Fig. 3. Tumor de bajo grado: aumento franco
del pico Cho y descenso significativo del pico
NAA.
En cambio, en los TAse notó un ascenso significativo de Cho, un descenso también significativo de NAA y elevación de picos en la zona del espectro correspondiente a Líp y Lac (Fig.4); por último, en el grupo de GBM-MTS, no siempre se encontró incremento significativo de la Cho, probablemente debido a un mayor componente de necrosis, aunque sí se evidenció una marcada caída del NAA y un aumento significativo de los picos en la zona de Líp y Lac (Fig.5 a-b).
Fig. 4. Tumor anaplásico: similar hallazgo que
en la Fig. 3, pero con aparición de picos de Lac.
Fig. 5. a) Glioblastoma multiforme; b) metástasis.
En a) y b) se observa elevación de Cho,
descenso de NAA y franco aumento de los
picos correspondientes a Lip y Lac.
Discusión
La obtención de un espectro que posteriormente
será objeto de análisis se ve influido por numerosos factores,
a saber: las características físicas y químicas de
cada metabolito y de los compuestos en el que se
encuentran; la selección del área a estudiar (quísticas,
sólidas, homogéneas, heterogéneas) y la homogeneización
de la misma (homogeneización del campo y la
muestra, supresión de la señal del agua); la elección del
tipo de técnica a emplear (monovóxel o multivóxel) y
de la secuencia a utilizar (PRESS, DRESS, SPARS,
STEAM), y la elección del tiempo de eco (corto o largo).
De la correcta elección o aplicación de todos estos parámetros
sumados a una adecuada colaboración del
paciente depende la obtención de un espectro factible
de ser analizado, de lo que pueden surgir las diferencias
observadas por los distintos investigadores.
En material y métodos ya se mencionaron los diferentes
parámetros utilizados en la obtención del
espectro. Sin embargo, vale señalar que se analizaron
principalmente los espectros obtenidos en TE largo
debido a que:
• el espectro obtenido es más sencillo de analizar,
cuantificar e interpretar, lo que hace que la técnica
pueda ser más reproducible en la práctica diaria;
• a tiempos de eco muy largos, el pico resultante a
1,3 ppm se compone principalmente de lactatos, ya
que los lípidos tienen un tiempo de eco corto por lo
que quedarían saturados. Algunos autores sugieren,
además, que la presencia de lípidos en tiempos de eco
largo tiene un fuerte valor predictivo de malignidad,
más que el observado en tiempos de eco corto (3).
• sabemos que al no realizarse espectroscopía en
tiempo de eco corto se pierde valiosa información,
como los valores de mio-inositol (MI); sin embargo, es
preciso mencionar que el uso de ambos tiempos de
eco duplica el tiempo de exploración, lo que puede
ocasionar artefactos por movimientos, y que el objetivo
principal de este trabajo es determinar si la lesión
es o no tumoral y correlacionar los hallazgos de tiempo
de eco largo con la anatomía patológica.
Con respecto a la elección de la técnica monovóxel, se realizó teniendo en cuenta diversos factores. Si bien
la técnica multivóxel permite la valoración de las
características metabólicas de múltiples vóxeles a la
vez, presenta también algunos inconvenientes: cuanto
mayor es el área a estudiar, también son mayores las
dificultades técnicas para obtener un registro de calidad,
tanto en la relación señal-ruido como en la homogeneidad
del campo magnético y en la definición de
los picos; en segundo lugar, el tiempo de adquisición
es sensiblemente mayor y el procesamiento de los
datos es más extenso. Otra limitación es que el método
de localización que utilizan las secuencias multivóxel
es menos preciso que el de las secuencias de vóxel único, produciéndose una pérdida y contaminación
de la señal desde vóxeles vecinos (4).
Así, en el caso de lesiones cuya región a estudiar es
focal u homogénea, consideramos más conveniente
realizar estudios con secuencias monovóxel por su
mayor calidad y rapidez en la obtención y posterior
análisis del espectro. Por el contrario, cuando es preciso valorar diferentes regiones a un mismo tiempo o elárea a estudiar no está claramente definida o es muy
extensa o heterogénea, son convenientes las secuencias
multivóxel para la caracterización y extensión
tumoral de la lesión (5).
Dado que se toma como referencia a la anatomía
patológica para el diagnóstico de los tumores cerebrales
y que los resultados de las ERM se correlacionarán
con aquella, cualquier dificultad en establecer una
adecuada correspondencia entre ambos métodos
influirá negativamente en los resultados de la ERM. A
este respecto, hay varios puntos a tener en cuenta:
a) los tumores cerebrales pueden ser muy heterogéneos
y contener diferentes tipos de tejido: células tumorales
viables, áreas de necrosis, áreas quísticas, tejido
normal, tejido infiltrado. Cada compartimento aporta
una información distinta, que terminará condicionando
el diagnóstico según el posicionamiento del vóxel;
b) células de diferente grado tumoral pueden convivir
en un mismo tumor; por lo tanto, un vóxel de
determinado tamaño arrojará el espectro promedio de
ese volumen, mientras que el diagnóstico de la AP
considerará el mayor grado tumoral detectado en la
muestra;
c) el diagnóstico histopatológico de una pequeña
muestra de tumor obtenida por biopsia estereotáxica
puede no ser representativa de toda la lesión; en este
caso, no se trata de una limitación de la ERM, sino de la técnica empleada para realizar la biopsia y de la AP,
que condicionará de manera negativa el diagnóstico
efectuado por ERM, el que resultará diferente al de la
AP y, por lo tanto, considerado como incorrecto.
d) por último, otra limitación de la AP son las discrepancias
que pueden existir en el diagnóstico realizado
por diferentes anátomo-patólogos con respecto a
una misma muestra, lo que condicionará el resultado
obtenido por la ERM.
Estas limitaciones justifican en parte las discrepancias
existentes entre diferentes estudios al intentarse
una clasificación o gradación de las lesiones tumorales.
Sin embargo, la ERM ha demostrado ser útil en la
distinción entre parénquima cerebral normal o lesiones
no tumorales y los tumores cerebrales. Las principales
características descritas en estos son: marcado
descenso del NAA, leve baja de la Cre, marcado
aumento de la Cho y presencia de Lac y de Líp en
diferentes proporciones en algunos casos (6 - 11).
Numerosos trabajos publicados han descrito una
correlación directa entre el aumento de la Cho y el grado tumoral en los tumores gliales. Aún cuando
esto no haya podido ser constatado en todos los estudios,
es un hecho constante el incremento de los niveles
de la Cho en los astrocitomas anaplásicos (AA) en
relación con los de bajo grado; sin embargo, algunos
autores han encontrado niveles de Cho menores en los
GBM que en los AA (como en nuestra serie). Esto
puede ser debido a que los AA presentan una cantidad
menor de necrosis en su composición con más
áreas de tejido proliferativo (viable), a diferencia de
los GBM, en los que predominan las áreas necróticas o
el promedio del volumen de las áreas necróticas es
mayor que el del tejido viable, por lo que el posicionamiento
del vóxel en estos casos es crucial para obtener
realmente el verdadero metabolismo de la lesión. Este
punto explicaría también las diferencias observadas
entre los distintos trabajos según el tamaño del vóxel,
la estrategia de posicionamiento y las secuencias
empleados, así como con los estudios realizados "in
vitro", donde sólo se considera tejido viable (12).
Otro metabolito utilizado por muchos autores
para la gradación de tumores es el Lac, siendo su presencia
indicadora de alto grado tumoral, ya que se
supone que el incremento de la actividad metabólica
tumoral desplazaría el metabolismo celular hacia la
vía anaerobia provocando acumulación de este metabolito.
Los Líp se han relacionado con áreas de necrosis,
por lo que se encontrarían presentes en los tumores
de alto grado (GBM, MTS), en las necrosis no
tumorales y en las patologías infecciosas (13).
Los hallazgos descritos por diferentes autores en
otras lesiones cerebrales frecuentes, como las metástasis,
incluyen reducción del NAA y de la Cre con elevación
de la Cho, similar a lo observado en los astrocitomas.
También, como los tumores gliales de alto grado, las metástasis pueden
contener Líp y Lac. Se han desarrollado numerosos
métodos de estudio y se han propuesto distintos
signos para diferenciar estas lesiones de los tumores
primarios, sin que hasta la fecha ninguna de las diferencias
detectadas resulte significativa (14).
En la presente serie hubo tres falsos positivos: uno
se trató de una LEMP en un paciente sin antecedentes
de VIH en el momento del examen, lo que fue confirmado
posteriormente. El espectro obtenido fue de
buena calidad y mostró un aumento no muy marcado
del pico de Cho, con una baja de los picos de NAA y
Cre y presencia de dos picos pequeños en la zona de
los Líp y Lac. Dado el leve efecto de masa que presentaba,
el análisis de las imágenes planteó un diagnóstico diferencial entre una lesión neoproliferativa y una
desmielinizante con aspecto pseudo tumoral. En la
revisión de la literatura se encontró que en esta entidad
existe moderada astrogliosis con astrocitos de
aspecto atípico, símil neoplásicos, con núcleos grandes.
En el caso en que la muestra biopsiada incluya los
bordes, no existen problemas para su diagnóstico; sin
embargo, ante una biopsia con atipía celular -como
ocurre en la LEMP-, el patólogo puede interpretarla
como un glioma oligodendroglial o astrocitario,
dejando en evidencia las dificultades que presenta su
caracterización también en anatomía patológica (15).
Otro caso fue el de una paciente con antecedente
de un tumor de bajo grado al que se le implantó una
semilla de braquiterapia y en la que se deseaba evaluar
la respuesta al tratamiento. En el control efectuado
se obtuvo el espectro de un tejido bastante heterogéneo,
difícil de mesurar y algo artefactado, lo que
pudo haber influido en la interpretación final; de
todas maneras, presentó picos bajos de Cre, NAA, con aumento relativo de la Cho sobre los otros picos y un
importante ascenso de los picos de Líp y Lac, lo que
podía hacer pensar en una naturaleza tumoral enmascarada
en un contexto inflamatorio/necrótico. La
biopsia estereotáxica demostró necrosis y tejido inflamatorio
reactivo y un control realizado cinco meses
más tarde evidenció la desaparición casi total de la
lesión, confirmándose de esta manera su naturaleza
inflamatoria reactiva.
El último fue una lesión que fue interpretada como
tumoral y que se trataba en realidad de un hamartoma,
objetivándose un incremento en el pico de la Cho,
un leve descenso de los picos del NAA y de la Cre y
algunos picos pequeños de Líp y Lac. Los hamartomas
corresponden a áreas de tejido displásico indiferenciado
que tanto en las RM como en la ERM pueden
tener un comportamiento similar a los TBG.
El falso negativo registrado en nuestro trabajo
correspondió a una metástasis de melanoma en topografía
meníngea, donde el escaso volumen y la localización
de la lesión, en proximidad del hueso (dural),
complicaron el desempeño de la ERM. El posicionamiento
del vóxel se contaminó con señales provenientes
del hueso y del parénquima cerebral normal, arrojando un espectro artefactado en una oportunidad y
luego similar a una lesión benigna, a pesar de que los
antecedentes del paciente y las características radiológicas
de la lesión hacían sospechar una metástasis.
Ante estas dificultades, que se plantearon en diversos
trabajos con las lesiones de muy pequeño tamaño, los
diferentes autores proponen como solución disminuir
el tamaño del vóxel y ajustar su posicionamiento para
evitar la contaminación de tejido no correspondiente a
la lesión, lo que en la práctica diaria no es sencillo de
obtener. En nuestro trabajo, por un tema de protocolo,
se mantuvo en todos los casos el tamaño del vóxel, lo
que pudo ser la causa del falso negativo (3, 6, 16, 17).
Respecto de los espectros eliminados del trabajo,
ellos correspondían, en su mayoría, a espectros artefactados
ya sea por movimientos del paciente o por
encontrarse material ferromagnético posquirúrgico
próximo a la zona de exploración, lo que hacía muy
inhomogénea el área a explorar, o por mala calibración
del equipo durante la adquisición, tal vez debido
a inhomogeneidad de la zona a explorar. Esto generalmente
ocurrió en regiones cerebrales próximas a la
base del cráneo, correspondiendo todas ellas a limitaciones
del método.
En resumen, en nuestro trabajo, al igual que en la
mayoría de la bibliografía revisada, se obtuvo una
adecuada caracterización de las lesiones tumorales y
no tumorales con valores estadísticos muy aceptables
y que hacen del método una excelente alternativa pre
quirúrgica. Si bien el objetivo de este trabajo no fue
realizar una clasificación de las lesiones tumorales
cerebrales con RM y ERM, como lo han hecho muchas
publicaciones, creemos -como la mayoría de los autores-
que la distribución de los metabolitos dentro de
cada grupo presenta un comportamiento similar, con
algunas excepciones; por lo tanto, los gráficos obtenidos
se correlacionan muy bien con los observados en
la literatura mundial. Únicamente obtuvimos valores
más bajos de Lac en el grupo de TA, con aumentos no
tan marcados en comparación con otros autores,
pudiendo deberse esto al TR/TE empleado.
Conclusión
La ERM monovóxel sumada a la RM demostró ser un método confiable para determinar la naturaleza tumoral o no tumoral de una lesión cerebral, con valores estadísticos muy aceptables. Si bien existen algunas excepciones, es posible clasificar a la mayoría de las lesiones cerebrales en diferentes grupos de acuerdo con el tipo de comportamiento espectral para una mejor categorización de las lesiones y con la posibilidad de diferenciar lesiones benignas de lesiones malignas y, entre estas últimas, las de bajo y alto grado.
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