NOTAS
Rey Sol
La alta dependencia de los combustibles fósiles con
impacto negativo sobre el ambiente lleva a pensar
en la integración de las energías renovables, como
la solar, para disponer de alternativas que mejoren
la sostenibilidad de los sistemas ambientales,
productivos y sociales.
Por Clarisa Cámpora
Actualmente, en la Argentina las
energías renovables no llegaron a
desarrollar su potencial. Según el
especialista en energías renovables
del Instituto Nacional de Tecnología
Industrial (INTI), Sebastián Valente,
integrarlas posee importantes beneficios,
algunos de ellos son “la posibilidad
de diversificar la matriz, la generación
distribuida y el desarrollo local,
el aumento del empleo, la posibilidad
de agregar valor con mayor autonomía
nacional, y el impulso a las pymes y la
industria nacional”.
El director del Instituto de Investigación
y Desarrollo Tecnológico para la
Pequeña Agricultura Familiar (IPAF)
región pampeana, Marcos Hall, asegura
que en la Argentina aún falta mucho
por hacer y por concientizar pero
reconoce que se va por buen camino.
“Nadie puede negar el cambio climático
que provocan los gases de efecto
invernadero, además, no sabemos si
los combustibles fósiles se agotarán
ni cuándo pero lo que sí sabemos es
que escasearán con el consiguiente
aumento de precio y quienes se verán
más afectados serán los sectores más
vulnerables de la sociedad, entre los
que se encuentra la Agricultura Familiar”,
afirma.
En ese contexto, el Estado Nacional
puso en marcha distintos proyectos y
programas para generar el desarrollo
de fuentes de energía alternativas
en todo el país.
Un ejemplo de ello es el Proyecto de
Energías Renovables en Mercados
Rurales (PERMER) que lleva adelante
la Secretaría de Energía de la Nación.
Su objetivo principal es el abastecimiento
de electricidad a personas que
viven en hogares rurales, y a servicios
públicos de todo tipo (escuelas, salas
de emergencia médica, destacamentos
policiales, entre otros), que se
encuentran fuera del alcance de los
centros de distribución de energía (ver
gráfico: “PERMER en números”).Si bien la ejecución de los préstamos
asociados al financiamiento del
PERMER en su primera etapa terminó
en diciembre de 2012, el proyecto ya
finalizó la presentación ante los organismos
de crédito para el inicio de
su segunda etapa (PERMER II), en el
corto plazo.
El sol, benefactor de la producción
El principal dios de los Incas fue el
Inti, el Sol. Como creador, era adorado
y reverenciado, y se acudía a
él en busca de favores y ayuda para
resolver los problemas y aliviar las necesidades.
Los incas adoraban a Inti
porque creían que el Sol, mediante su
energía, alimentaba a sus tierras.
La energía solar es la fuente de energía
más abundante que está disponible
en nuestro planeta. Para poder
cuantificarlo, de una manera muy general,
podría decirse que cada 15 minutos
llega a la superficie de la Tierra
la cantidad de luz solar suficiente para
cubrir las necesidades energéticas
de todo el mundo durante un año
entero. El aprovechamiento del poder
del Sol ha demostrado ser un método
fiable para producir energía y, en la
actualidad, estados y países invierten
para desarrollar la tecnología.
En materia tecnológico-productiva,
Instituciones públicas detectan oportunidades
para integrar al sistema
agropecuario el uso de energías renovables,
como la solar, con la finalidad
de facilitar el acceso a tecnologías
más sustentables además de bajar
costos en la producción.
En el INTA San Pedro, la especialista
en manejo integrado de enfermedades
en cultivos intensivos, Mariel
Mitidieri, recomienda la utilización de la biosolarización que consiste en
la combinación de la solarización y la
biofumigación.
Por un lado, la primera utiliza la energía solar para pasteurizar el
suelo con la finalidad de disminuir la
población de patógenos y malezas sin
utilizar plaguicidas de síntesis química.
Consta de tratamientos repetidos
con altas temperaturas y humedad
en el suelo que activan y eliminan los
microorganismos patógenos, nematodos
y semillas de malezas. Además,
se logra un saneamiento de toda la
estructura del invernadero, en caso
de aplicarse la técnica en invernáculo,
aunque también se puede aplicar
en parcelas al aire libre (ver recuadro: “Solarización”).
Por el otro lado, la biofumigación es
el uso como fumigantes de los compuestos
tóxicos que elimina la materia
orgánica en descomposición. Estos compuestos son muy variados:
gases como el dióxido de carbono,
amoníaco; sustancias azufradas y
glucosinolatos que se encuentran
presentes en las células de ciertas
plantas. La investigadora asegura que
“las experiencias indican que lo más
efectivo es combinar ambas técnicas, el
aporte de materia orgánica (4-5 kg/m2)
contrarresta la pérdida por mineralización
que producen las altas temperaturas
que, por otra parte, aceleran el
proceso de biofumigación”. Además,
sostuvo que puede aplicarse a todas
las producciones, pero es en los cultivos
hortícolas y florícolas donde tiene
mayor aplicación.
Los resultados dependen del grado
de infestación del cultivo, pero la
técnica del INTA asegura que en un
invernadero con alta presencia de nematodos
y patógenos del suelo los aumentos
del rendimiento, en un cultivo
de tomate por ejemplo, pueden superar
el 40 por ciento.
Otras alternativas para la desinfección
de sustratos en producciones intensivas
es el empleo de colectores
solares. Esta tecnología fue desarrollada
por el Instituto de investigación
agropecuaria de Brasil (EMBRAPA,
por sus siglas en portugués) y traída
a la Argentina a través del proyecto
Tierra Sana-Sustitución del Bromuro
de metilo.
El Bromuro daña la capa de ozono
y es peligroso para el humano y el
medioambiente. “El colector solar es
otra forma de controlar malezas, insectos
y microorganismos entre los
cuales se encuentran patógenos causantes
de enfermedades, y de esta
manera, se evita la utilización del bromuro
de metilo, principal fumigante
químico”, expresa la especialista en
cultivos intensivos, perteneciente a
la coordinación nacional del proyecto
Tierra Sana, Analía Puerta.
El ´colector´ consiste en una caja de
madera descubierta en su parte superior
y dentro ella seis tubos metálicos.
Esta cubierta con polietileno transparente,
así ingresa el sol y aumenta la
temperatura. Tiene una capacidad de
120 litros por día y es necesaria una
exposición a un día entero de sol (ver
recuadro: “Descripción del equipo”)
“La reducción en malezas y hongos
perjudiciales en cultivos ornamentales
fue de un 90 por ciento en días despejados
de invierno, primavera y verano.
En el caso de la disminución de
hongos, la reducción que se obtuvo
osciló entre el 70 y el 100 por ciento”,
asegura Puerta.
Las investigaciones indican que el
empleo de ese colector solar resulta
eficiente en verano, primavera y parte
del invierno. En otoño, el resultado varió
según la exposición al sol.
Otra actividad que integra en su técnica
a la alternativa solar, a través de
colectores solares, es el secado de
productos agrícolas por medio de calentadores
de aire. Estos levantan la
temperatura hasta valores en el orden
de los 50 °C para luego pasarlo por el
producto a secar, arrastrando la humedad
del mismo. El objetivo es reemplazar
total o parcialmente el suministro de
energía convencional, gas, leña o electricidad,
por un generador de energía
solar constituido por un banco de colectores
solares calentadores de aire.
Según el director del Instituto de
Investigaciones en Energía No Convencional
(INENCO), Miguel Ángel
Condorí, “en el caso de lugares aislados de la red de provisión de energía
convencional, estos sistemas pueden
significar la incorporación de tecnología
apropiada que permita el acceso a
mercados hasta entonces inaccesibles
y facilitar su desarrollo económico”.
Para su funcionamiento es necesario
un razonable nivel de radiación solar
y suficiente espacio para la colocación
del banco de colectores solares que,
por ejemplo, puede ser del orden de
los 300 m2 para una cámara de secado
de 6 toneladas de capacidad de carga.
“En principio, se plantea un funcionamiento
en forma hibrida, es decir, se
sigue utilizando energía convencional incorporando energía renovable, en
forma inteligente, para producir ahorro
energético. En lugares con alto nivel
de radiación solar y baja humedad relativa
ambiente, como las de las provincias
del noroeste argentino, se pueden
utilizar opciones solo con energía
solar con un buen funcionamiento”,
afirma Condorí.
Con este sistema, se pueden conseguir
tasas de secado similares a los secadores
convencionales y tasas de recupero
de la inversión del equipo solar
del orden de los dos años considerando
solo el ahorro de energía. Aunque,
“el impacto social en la comunidad, la
conformación de cooperativas de pequeños
productores, la posibilidad de
incrementar los ingresos por mayor valor
agregado y las posibilidades de desarrollo
de estas comunidades rurales
con las actividades complementarias
son los resultados más importantes”,
concluye el especialista del INENCO.
Medir el recurso de la energía solar
Con la finalidad de desarrollar una red interconectada de estaciones de medición de radiación solar de referencia nacional, se propone el Sistema Argentino de Evaluación de Energía Solar (ENARSOL). El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, forma parte de las acciones que propone el consorcio público-privado integrado por el INTA, la Universidad de Lujan e YPF. Se centra en el diseño e implementación de un sistema argentino de evaluación de la radiación solar, con estaciones en todo el ámbito nacional interconectadas que transmiten datos en tiempo real y con un sistema de apoyo logístico por laboratorios especializados que brindarán “Los emprendimientos basados en incentivos gubernamentales para diversificar la matriz de generación eléctrica en Argentina, plasmados en la ley 26.190/06, deben recurrir a información histórica o utilizar información parcial sobre valores de radiación, arriesgándose a proyectar la inversión con datos cuya validez puede no ser la adecuada o confiar en modelos de estimación que se han validado o ajustado con pocas estaciones en el país y muchas veces con ninguna”, señala el coordinador del proyecto ENARSOL, de la Agencia de Extensión Rural Concepción del Uruguay del INTA, Oscar Pozzolo. Los nodos próximos a instalar estarán en Estaciones Experimentales del INTA en Barrow (Buenos Aires), Anguil (La Pampa), Concepción del Uruguay (Entre Ríos), Manfredi (Córdoba) y Alto Valle (Río Negro). Estos puntos formaran la red nacional que, sumadas a las estaciones ya existentes que operan GERSolar e INTA, evaluará una de las fuentes de energía renovables de mayor adopción (ver gráfico Cobertura de las primeras 5 Estaciones de la red ENARSOL).
Desde hace cuatro años se cuenta con la medición de la radiación solar en base horaria, esto presupone una ventaja a la hora de evaluar modelos de estimación de la radiación solar en base a imágenes satelitales. Esa red cuenta en la actualidad con 10 estaciones situadas en la zona de la Pampa húmeda Argentina. “Extender esa red es el próximo paso a implementar”, asegura Pozzolo. Esas redes permitirían evaluar con seguridad las posibilidades económicas de generación de energía eléctrica por centrales fotovoltaicas o solares térmicas, condición indispensable para encarar cualquier proyecto de inversión en este campo. Además, la información de la radiación solar es de importancia agronómica, por lo tanto, cubrir en la primera etapa la zona de mayor producción agrícola-ganadera del país resulta altamente acertado.
A futuro
Distintos informes, como el del Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola
(IFAD, por sus siglas en inglés),
sostienen que la comunidad científicotecnológica
tiene la oportunidad de
facilitar la incorporación de fuentes
renovables, como la solar, en el abastecimiento
de energía a poblaciones
rurales con la finalidad de favorecer el
agregado de valor y la generación de
nuevos productos, tecnologías, y un
efecto multiplicador en las economías
regionales.
Según Valente, “una política activa
y el desarrollo de un profundo conocimiento
sobre la oferta internacional de
bienes y servicios, caracterizar la cadena
de valor de cada una de las diferentes
tecnologías para así poder identificar
los eslabones más débiles en los
que se puede incorporar más valor con
autonomía nacional, y sobre todo aquellos
eslabones que son críticos para el
desarrollo tecnológico vigente y que
aseguren oportunidades de integración
de I+D nacional”, son los próximos desafíos
que se deben afrontar.
Solarización
Para captar la energía solar es necesario, luego de preparar el suelo
para el trasplante, colocar el sistema de riego y tapar herméticamente
con un plástico. De esta manera, por acción de la radiación solar,
aumenta la temperatura del suelo repitiendo el proceso todos los
días. El suelo debe estar húmedo, para que el vapor de agua que
se genera profundice el efecto deseado, ya que la humedad activa
los propágulos de patógenos que luego mueren por el efecto de las
altas temperaturas.
Para que se den las temperaturas óptimas requeridas (50-60 °C)
durante mayor cantidad de días es recomendable en la región pampeana
aplicar la técnica en enero, mes en el que existe mayor probabilidad
de alta radiación y temperatura. Pero la especialista en
manejo integrado de enfermedades en cultivos intensivos del INTA
San Pedro, Mariel Mitidieri asegura que “en la provincia de Buenos
Aires, hemos demostrado que se puede realizar también desde
mediados de noviembre y año por medio”. En el NEA y NOA la solarización
se aplica sin mayores problemas en enero, ya que en esa
época los productores no usan el invernadero por las temperaturas
extremas que se generan en estos.
Descripción del equipo
• Caja de madera: 1 m largo, 1,5 m de frente y 30 cm de profundidad (madera de buena calidad barnizada o pintarla con aceite, aumenta
durabilidad)
• Interior caja: chapa metálica pintada de negro, un aislante térmico (telgopor, lana de vidrio, membrana)
• 6 Tubos metálicos: - capacidad: 20 litros/tubo
(120 litros de sustrato desinfectado/día de radiación plena)
• Cubierta superior de polietileno: - transparente
- grueso (30 y 150 micrones)
- fijado en los laterales
Más información
Sebastián Valente – valente@inti.gob.ar
Mariel Mitidieri – mitidieri.mariel@inta.gob.ar
Analía Puerta – puerta.analia@inta.gob.ar
Oscar Pozzolo – pozzolo.oscarruben@inta.gob.ar
Miguel Ángel Condorí - miguel.angel.condori@gmail.com
PERMER - permer@mecon.gov.ar