INTRODUCCIÓN
El juego es una actividad constitutiva del ser humano que le permite desarrollar su universo simbólico y su motricidad, expresaremociones, canalizar miedos yexplorar fantasías.1 Tiene muchamayor expresión en la infancia ycontribuye al desarrollo del niño. Losjuegos estuvieron presentes en todaslas culturas desde la era paleolítica enadelante y han servido, incluso, paraconstruir manifestaciones culturalescomplejas, como el derecho, la moraly las reglas de convivencia.2
Fue Piaget quien consideró el juego como una actividad valiosa eimportante, debido a que servía comouna forma de descarga de tensiones y de expresión de sentimientos, comola ira, la ansiedad o la frustración, ypermitía que los niños regularan susemociones y se comunicaran mediantediferentes conductas, pensamientosy necesidades. El juego le permite alniño aprender, conocer los roles de la sociedad, desarrollar capacidades, comprender y asimilar cualquieraprendizaje. Por esto, el juego seconvierte, además, en una "actividadgratificante, divertida y educativapara el niño".3
Vigotsky define el juego como "una actividad cambiante y, sobre todo, impulsora del desarrollo mental delniño". Es a través del juego con otrosniños que amplía su capacidad decomprender la realidad de su entornosocial, ya que extiende continuamentela llamada zona de desarrollo próximo.4 Freud y otros autores explican lasformas en las que el juego contribuyea elaborar situaciones traumáticas yes, además, un recurso terapéuticopara la recuperación clínica en losniños hospitalizados.5,8 Finalmente, hay instituciones relacionadas con lainfancia que sostienen que "el juegoes la actividad más importante en lavida del niño".9
Los juegos tradicionales jugados en el siglo pasado se han ido modificandocon el progreso del urbanismo y eldesarrollo de la tecnología. Estoscambios han producido nuevasactividades lúdicas, formas deentretenimiento y establecimiento de vínculos.10,11
Uno de estos juegos tradicionales es la payana. Se trata de un juego grupalen el que se desarrollan habilidades, tales como coordinación visual y motora, cálculo, respeto de normas y pautas de interacción social, entre otras. Los materiales del juego son cincopiezas (piedras uniformes, bolitas, trozos dehueso, carozos de durazno, porotos, granos demaíz, etc.). Las reglas de la payana se muestranen el Anexo 1 (véase en formato electrónico). Ennuestro continente, fue jugado por los niños en el Imperio inca y su nombre deriva de la vozquichua pállay ('recolectar, recoger del suelo'), también llamado kapichua. El juego fue practicadopor niños tobas y wichis con carozos o semillas, lo que contribuía no solo a desarrollar destrezasmanuales, sino también a aprender a contar. Enla Argentina, se lo denomina payana, payanca, chinapa, tinenti, dinenti, denenti o tenenti. Además, es practicado en diferentes partes del mundo conlos nombres de melakef (Marruecos), hameshavamin (Israel), handy-dandy (Inglaterra), osselets (Francia), las chinas o cantillos (España), matatena (México), t iquichuela (Paraguay), juego de las pepitas (Bolivia), pasote (Puerto Rico), etc.
A pesar de ser un juego milenario, la presunción de que los niños, actualmente, lo juegan en menormedida que sus padres llevó a estudiar la vigenciatransgeneracional de este juego tradicional y el de otros. No se han encontrado estudios quecomparen cuáles juegos de destreza realizanhoy los niños en relación con los que jugaron suspadres ni cómo interactúan con ellos.
Es indudable que los pediatras cumplirán mejor la función asistencial si se expande elconocimiento sobre los juegos que realizan losniños en el país y las formas en que los padres sevinculan con ellos.
En este escrito, se propone evaluar la prevalencia de los juegos de destreza en generaly el juego de la payana en particular en un grupode niños sanos y sus padres.
POBLACIÓN Y MÉTODOS
Se llevó a cabo un estudio transversal en una muestra de familias de niños de 5 a 12 añosque concurrieron a la consulta programadade pediatría de un hospital universitario decomunidad durante la primavera de 2018. Seinvitó a participar a las familias con un muestreopor conveniencia y se obtuvo el consentimientooral del familiar acompañante y el asentimientodel niño. Se utilizó como criterio de inclusiónser un niño sano. No se incluyeron niños consíndromes genéticos, trastornos del desarrollo y/oenfermedades clínicas crónicas que requiriesenseguimiento por algún especialista pediátrico.
Se diseñó un cuestionario elaborado por dos pediatras para ser completado por el familiary otro para ser llenado con las respuestas delniño, en forma independiente del de los padres. El primero contempló las siguientes variables:edad y nivel educativo alcanzado, edad y sexodel niño, si había jugado a la payana en suinfancia, edad hasta la que había jugado, si habíaenseñado a jugar a su hijo, juegos de destrezapreferidos por el familiar a la edad del hijo (mancha, fútbol, otro deporte de equipo, ronda, poliladrón, soga, escondida y elástico), horasde pantalla al día (televisión + computadora +teléfono celular + Play Station u otro dispositivoelectrónico), frecuencia con que compartía juegosde destreza con su hijo. El cuestionario al niñoincluyó preguntas sobre si jugaba a la payana, juegos de destreza preferidos y cuáles juegos compartía con sus padres (Anexo 2, véase enformato electrónico).
El estudio fue aprobado por el Comité de Evaluación de Protocolos de Investigación de la Institución (número 3930).
Las variables categóricas se expresaron en números absolutos y frecuencias, y las continuas, en medias y desvío estándar. Se realizó el análisisestadístico con las pruebas de chi2 y chi2 detendencia. Se consideró significativo un valor dep menor de 0,05 y se utilizó el programa Stata 14.
RESULTADOS
Fueron invitadas a participar 109 familias y ninguna rechazó su participación. Se realizaron109 encuestas, que respondieron 87 madres,22 padres y los 109 niños. Todas las familias teníanuna cobertura de salud (obra social o prepaga) y la mayoría había completado un nivel de estudiosterciario o universitario. La Tabla 1 describe lascaracterísticas de los padres y los niños.
El 91,7 % de los padres refirió haber jugado alguna vez a la payana y solo el 4,6 % de sus hijoslo jugaba (p < 0,00001). Los padres habían jugadopor última vez, en promedio, a los 16 ± 11,3 añosy el 22 % de ellos refirió que le había enseñado ajugar a sus hijos.
La Tabla 2 describe las tendencias transgeneracionales entre los juegos de destrezaque realizaban los niños y sus padres a la edad desus hijos. Las niñas jugaban, preferentemente, a lamancha, escondida, poliladrón y soga, y los niños, a la escondida, fútbol, mancha y poliladrón. Las madres habían jugado, en su mayoría, a lamancha, escondida y elástico, y los padres, alfútbol, escondida y mancha. Se observó que lasniñas jugaban menos que sus madres al elásticoy más al fútbol, y los niños jugaban menos a laronda que sus padres. La mancha, escondida, poliladrón y soga mantuvieron su vigencia entrepadres e hijos.
El 28,4 % de los padres no solía jugar ningún juego de destreza con sus hijos. Este porcentajefue mayor entre las madres respecto a los padres, el 32,2 % vs. el 13,7 % (p = 0,003) (Tabla 3).
Los juegos que los niños prefirieron jugar con sus padres se agruparon en las siguientescategorías: destreza con pelota en el 52 % (fútbol, tenis y básquet, etc.), destreza sin pelota en el 39 % (mancha, escondidas, andar en bicicleta, etc.), juegos de mesa en el 57 % (rompecabezas, ajedrez, cartas, etc.), electrónica en el 10 %(principalmente, Play Station), juegos de contactoen el 16 % (lucha, cuarto oscuro, cosquillas) y juego simbólico en el 6 % (muñecos).
DISCUSIÓN
En el presente estudio, se ha hecho una descripción de las preferencias de los juegosde destreza entre los niños de edad escolar, lastendencias de los juegos que se mantuvierono modificaron de una generación a la otra y laproporción de padres en relación con las madresque juegan juegos de destreza con sus hijos.
Los resultados muestran una marcada reducción transgeneracional del juego de lapayana. Los niños jugaron a la payana con muchamenor frecuencia que sus padres. El 91,7 % delos padres jugaron a la payana y solo el 4,6 % desus hijos lo juega; en menor proporción, sucedeuna situación similar con el juego del elásticoy la ronda. Es llamativo observar que, soloen el transcurso de una generación, haya casidesaparecido el juego de la payana luego de habersido jugado durante, al menos, 2000 años.
Es interesante que juegos como la mancha, escondida, soga y poliladrón se mantuvieronintergeneracionalmente. Otros, en cambio, comola payana, están en franco descenso en las nuevasgeneraciones. No se sabe por qué estos juegosmilenarios son abandonados en la generaciónactual.
En nuestro estudio, los juegos que los niños prefirieron jugar con sus padres fueron, enmayor medida, los motores (destreza con pelota, sin pelota y de contacto); luego, juegos de mesa, electrónicos y simbólicos. Un estudio realizadoen la Ciudad de Buenos Aires, que compara losjuegos de los niños de 7 a 12 años y que realizaronsus padres, coincide en que los niños y suspadres jugaron, sobre todo, a juegos motores (el47,5 % vs. el 58,2 %, respectivamente), aunquese muestra una diferencia intergeneracional en los juegos electrónicos (el 30,2 % vs. el 0,57 %, respectivamente) y juego simbólico (el 7,6 % vs.el 25,6 %, respectivamente) en sus preferencias.12
La mayor participación de las niñas en el fútbol puede, tal vez, ser explicada por las nuevasperspectivas de género en nuestra cultura, quetienden a disminuir la nítida diferencia sexualpreexistente en los juegos infantiles, así comoen otras áreas de la vida cotidiana (el vestido, las costumbres, la inserción laboral, etc.).13,14 El incipiente desarrollo del fútbol femeninoen nuestro país es una muestra más de estatendencia.
El arte suele representar aspectos de las sociedades en cada época, desde las pinturasrupestres hasta los actuales grafitis en los centrosurbanos. La Figura 1 muestra la pintura Juegosinfantiles, de Pieter Brueghel, el Viejo, pintadaen 1560, en la que se puede observar una granvariedad de juegos infantiles, tales como lasescondidas, el aro, el rango o trepar a un árbol, y, en el ángulo inferior derecho, a dos niños jugandoen el suelo con unas piedras, que bien podríatratarse de la payana.
El cambio de los juegos en los niños a través del tiempo es innegable y es expresiónde los cambios culturales. Tan es así que elfenómeno lúdico es una de las maneras por las cuales se puede observar como ha idoevolucionando la humanidad y la niñez.10 Según Maestro, la transmisión de juegos tradicionalesse da en dos dimensiones: en forma vertical,(transgeneracional) en el núcleo familiar y, enforma horizontal, en el barrio y la escuela pormedio de la socialización.15 Aquellos juegosque persisten suelen ser los que permiten algúndesarrollo educativo o el mantenimiento dehabilidades motrices o sociales, lo que confirmala idea de que el juego es uno de los principalesy eficaces educadores. Por medio del juego y el juguete, el niño aprende los valores de sus antepasados, los sostiene y los transmite a lasnuevas generaciones, desde múltiples formas yespacios.11
No se puede dejar de comentar en este artículo que los juegos en internet captan enforma creciente la atención de los niños. Ennuestro estudio, los niños utilizan alguna pantallaelectrónica en un promedio de 3,3 h al día encomparación con un estudio realizado en laprovincia de Córdoba, que registra un promediode 76 minutos diarios para la televisión y de31 minutos para otras pantallas.16 El impacto deestos juegos en el desarrollo infantil es todavíatema de controversia. No obstante, la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda restringir eluso de la televisión a una o dos horas diarias.17
En las poblaciones urbanas, el tiempo libre de juego es más restringido, debido a que se disponede menos espacios seguros de esparcimiento, auna oferta amplia de actividades extracurricularesy a que las ciudades se construyen priorizandosu desarrollo y a sus trabajadores más que alos niños. Las ciudades no se deberían diseñarsin tener en cuenta las necesidades y deseosde los niños. Este concepto ha sido expuestoen repetidas reflexiones por Francisco Tonuccia través de sus escritos y dibujos, tal como serepresenta en la Figura 2.18
El espacio público (calles, parques, plazas) ha comenzado a reducirse debido al aglomeramientourbano de la ciudad y sus cambios en lainfraestructura edilicia. Esta disminución de losespacios de juego fue también descrita por elestudio de Stefani, en el que el uso de la vereday la calle como espacio lúdico de los niñosdisminuyó del 25,5 % al 6 % en relación con suspadres.12 Asimismo, un estudio que analiza cuáles el espacio preferido por los niños para jugarrefiere que el 100 % prefiere realizar actividadesal aire libre y en espacios semiabiertos amplios oabiertos.19
Además, la Convención sobre los Derechos del Niño, en el artículo 31, refleja el derechodel niño al "descanso y al esparcimiento, aljuego y a las actividades recreativas propiasde su edad y a participar libremente en la vidacultual y en las artes", así como su derechoa "participar libremente y en condiciones deigualdad en la vida cultural, artística, recreativay de esparcimiento".20
Nuestro estudio muestra que muchos padres refieren que no suelen realizar juegosde destreza con sus hijos, preferentemente, lasmadres. Estos resultados, basados en preguntasa los padres, habría que completarlos con lavivencia subjetiva de los niños sobre ese hábitoparental. Se podría decir, sobre la base de untrabajo en 3573 niños menores de 6 años, queel juego de los padres con los hijos es unaactividad conjunta extremadamente variable, cuya frecuencia puede variar entre un 10 % yun 70 % en las familias en un corte transversalde la vida del niño.21
Posiblemente, los estilos actuales de trabajo con jornadas extendidas podrían interferir en eltiempo disponible para el juego. De esta forma, se va perdiendo la capacidad de ver el mundodesde el punto de vista de los niños, lo que podríamodificar la comunicación y relación con ellos.22
Además, persisten los estereotipos de género, ya que las madres juegan a menos juegos dedestreza que los padres. Otros estudiosya han descrito que la actitud de género vaconfigurándose con la edad y el sexo entre losniños, inicialmente, desde las familias. 23
Este estudio presentó algunas limitaciones, ya que se realizó en una muestra de un tamañolimitado, sobre familias urbanas con coberturade salud y con un elevado nivel educativo, por loque los resultados encontrados no debieran serextrapolados a otros grupos sociales ni regionesdel país.
Finalmente, es necesario disponer de mayor información para que los pediatras puedancomprender mejor el significado de estos cambiosen la actividad lúdica infantil y su impacto en eldesarrollo.
CONCLUSIÓN
Los juegos de la mancha, poliladrón, escondidas y soga han persistido a través dedos generaciones; en cambio, otros, como lapayana, el elástico y la ronda, han disminuidosignificativamente. Las niñas juegan al fútbol enmayor medida que sus madres y ambos padressuelen jugar pocos juegos de destreza con sushijos.