INTRODUCCIÓN
El aceite de oliva tiene excelentes propiedades nutricionales y su consumo está aumentando en todo el mundo. Tanto la producción como la industrialización olivícola generan grandes cantidades de residuos y subproductos que requieren una gestión adecuada para minimizar su impacto ambiental (Ince et al., 2016).
El alperujo es el principal residuo de la extracción de aceite de oliva, luego del centrifugado por el método de dos fases, generando alrededor de 850 kg de alperujo por cada tonelada de aceituna procesada (Gómez et al., 2013; Monetta, 2014). Es un producto semisólido de textura pastosa y fuerte olor (Serramiá Moreno, 2013; Nunes et al., 2019), formado por restos de pulpa, piel, carozo triturado y agua de los tejidos vegetales. Se caracteriza por tener un contenido graso del 3 al 9%, una humedad entre el 55 y 75%, niveles considerables de materia orgánica, potasio y micronutrientes, bajo contenido de nitrógeno, elevada relación C/N y elevado contenido de lignina, ácidos grasos y sustancias fenólicas (Toscano & Montemurro, 2012).
Para minimizar los riesgos de contaminación por la acumulación de los residuos orgánicos derivados de la industria olivícola, diversas tecnologías se han desarrollado para su aprovechamiento, por ejemplo a través de la generación de biocombustibles y energía eléctrica, para la obtención de carbón activado, polifenoles naturales, enzimas y aceite que pueden ser utilizados en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaria (Nunes et al., 2019).
Por otro lado, en el sector agrícola y, en especial, en zonas áridas y semiáridas con suelos caracterizados por su alta fragilidad en términos de estructura y bajos niveles de materia orgánica, estos residuos una vez compostados podrían ser utilizados como enmienda de suelos y fertilizante orgánico para los cultivos (Cruz Hernández, 2009; Rojas et al.; 2013), con gran poder de absorción de pesticidas (Yu et al., 2011) y bajo costo.
En Argentina, Catamarca es la tercera provincia olivícola del país, después de Mendoza y La Rioja, con más de 19000 has plantadas con olivos. Entre el 80 y 90 % de la producción de aceitunas se destina a la elaboración de aceite, lo que genera un enorme volumen de residuos orgánicos que podrían ser destinados a la elaboración de compost.
El compostaje es un proceso que consiste en transformar material orgánico crudo en un producto con valor agrícola. Es un proceso bio-oxidativo controlado que involucra un sustrato orgánico heterogéneo y comprende una etapa mesófila, una termófila y una etapa de maduración. La etapa termófila reduce la población de patógenos y de semillas de malezas, mientras que la de maduración favorece la degradación de sustancias fitotóxicas, lo que hace del compost un producto estable, inocuo e inodoro, aunque sus características dependen, entre otros factores, de los materiales que se utilizan en su elaboración (Mazzarino et al., 2012). Para que el compostaje del alperujo sea más eficiente se puede incorporar restos de poda (hojas y ramas trituradas) a modo de agente estructurante y como fuente de nitrógeno, favoreciendo así la oxigenación de la pila y el logro de una relación C/N adecuada. El compost sólido que se genera es un producto inocuo, inodoro y poroso, con niveles reducidos de grasas, sustancias fenólicas y metales pesados, que constituye una fuente importante de carbono, nutrientes y microorganismos.Por otra parte, a partir de compost maduro de alperujo se puede producir un subproducto líquido, también llamado “té de compost”. Éste es un extracto líquido que contiene microorganismos beneficiosos y nutrientes. El té de compost ha sido utilizado para sustituir el uso de fertilizantes químicos, funguicidas, herbicidas y plaguicidas, ya que permite el restablecimiento de la microflora favorable del suelo (Dearborn, 2011).
En general, la principal limitación en la producción y uso de los compost se deriva de la gran diversidad existente, dado que sus características dependen tanto del material de origen como del proceso que se haya realizado hasta su maduración lo que, en última instancia, condiciona su calidad. Comúnmente se acepta que la calidad del compost depende, primeramente, del cumplimiento de criterios ambientales precautorios, entre los que se encuentran límites de tipo y número de patógenos, semillas viables de malezas, estabilidad de la materia orgánica y ausencia de sustancias fitotóxicas, que es un indicador de su madurez (Mazzarino et al., 2012). Para descartar posibles efectos fitotóxicos por el uso de abonos orgánicos se realizan bioensayos de germinación de semillas, debido a su elevada sensibilidad, sencillez, rapidez y reproducibilidad (García de la Fuente, 2011). Una vez cumplidos los criterios ambientales precautorios, la calidad del compost es determinada por su valor agronómico como enmienda o fertilizante (Mazzarino et al., 2012). Según estos autores, aunque los parámetros que pueden emplearse como indicadores de estabilidad y madurez son numerosos, con sólo 3 o 4 sería suficiente para caracterizarlo (e.g. carbono soluble, amonio, nitratos, índice de germinación), pero es necesario establecer experimentalmente los valores límites. Por otro lado, los parámetros de calidad agronómica deberían establecerse en función del uso específico, por lo que pueden variar en función de la regulación ambiental de cada nación.
En Argentina, en enero del 2019, la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria publicaron en el Boletín Nacional las llamadas “Normas para la producción, registro y aplicación de compost” en la Resolución Conjunta 1/2019, RESFC-2019-1-APN-SECCYMA#SGP (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, 2019).
A pesar de la existencia de la reglamentación, existe escasa información sobre la calidad de los abonos derivados de la industria olivícola, en especial del té generado a partir del compostaje de alperujo con restos de poda de los olivares. Teniendo en cuenta la escasez de información, que Catamarca es una provincia con fuerte desarrollo de la olivicultura y que la producción de frutos es variable debido al fenómeno de vecería del cultivo, lo que puede afectar la calidad de los frutos y como consecuencia la calidad del compost, se considera necesario determinar la calidad de los abonos derivados de la industria olivícola. El objetivo del presente trabajo fue establecer la calidad de los abonos obtenidos del proceso de compostaje del alperujo con restos de poda de olivares, tanto en su forma sólida (abono sólido, AS) como líquida (abono líquido, AL). Para esto se procedió a caracterizar física, química y microbiológicamente dichos abonos y a evaluar la presencia de compuestos fitotóxicos a través de diferentes test de germinación. Con este trabajo se pretende contribuir con información que permita establecer el potencial de uso de los abonos derivados de la industria olivícola como enmienda y/o fertilizante.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los ensayos se realizaron en la finca de olivos orgánicos “Frutos del Norte SA” situada en el Dpto. Pomán, Provincia de Catamarca, a 160 km de la ciudad Capital (28°16'5,96"S; 66°15'30,82"O; altitud: 889 msnm) de donde se obtuvieron los sub-productos denominados abono sólido (AS) y abono líquido (AL) derivados del compostaje del alperujo, residuo de la propia molienda. Los ensayos se desarrollaron durante los años 2014 a 2018.
Previo al compostaje, se examinó el alperujo analizando parámetros químicos y la presencia de elementos pesados como mercurio, arsénico y plomo.
Para la obtención del abono sólido (AS) se distribuyó el residuo (alperujo + restos de poda de olivares) al nivel del piso formando pilas de aproximadamente 1 m de altura y 2 m de base (Fig. 1) Luego se incorporó el inoculante comercial Solbio BC a razón de 25 g m-3 con el objetivo de acelerar el proceso de compostaje. El inoculante contiene 2,1 109 UFC g-1 de bacterias facultativas, tales como Bacillus amyloliquefasciens, Bacillus subtilis y Bacillus licheniformi, además de vitaminas, aminoácidos, proteínas vegetales y animales, entre otros compuestos. Durante el compostaje, el material fue regado de modo de mantener la humedad entre el 40% y el 60%, removiendo periódicamente a fin de homogeneizar y oxigenar las pilas. Se controló la temperatura, humedad y aireación en las distintas etapas del compostaje, para asegurar las condiciones óptimas en cada etapa de dicho proceso.
La duración del proceso de compostaje varió entre 80 a 90 días según la temperatura ambiente de los diferentes años de estudio. La etapa inicial o ‘mesófila’ duró 30 días con temperaturas hasta los 40°C, continúo la etapa ‘termófila’, con temperaturas entre 60 y 65°C durante 45 días aproximadamente y, finalmente, la ‘segunda etapa mesófila’ o de ‘enfriamiento’, con una duración aproximada de 5 días, caracterizada por la disminución progresiva de la temperatura hasta alcanzar la temperatura ambiente, dando por finalizado el proceso de compostaje.
El abono líquido (AL) se obtuvo sumergiendo el compost maduro (AS) en cilindros con mallas (filtros) dentro de una tolva con agua, lo que comercialmente se denomina biorreactor de compost (Fig. 2). La proporción fue de 162 cm3 para obtener 1000 litros de AL. El fundamento de este proceso es que por agitación/oxigenación durante 3 a 5 horas continuas a temperatura ambiente, se produce la liberación de sustancias orgánicas y nutrientes minerales solubles en agua (Cruz Hernández, 2009; Roman et al., 2013). Este AL se aplica inmediatamente en la plantación, ya sea por vía foliar o al suelo por el sistema de riego.
Toma de muestras
Cada año, luego de la extracción del aceite y previo al compostaje, se tomaron muestras de alperujo por triplicado para evaluar potencial hidrógeno (pH) determinado en suspensión en agua 1:5 v/v, conductividad eléctrica del extracto relación 1:5 v/v (CE, dS m-1), carbono oxidable total (COT, porcentaje) determinado por calcinación a 550°C, nitrógeno total (NT, porcentaje) obtenido por digestión húmeda y micrométodo de Kjeldahl, fósforo (P, porcentaje) determinado por digestión con ácido nítrico y perclórico y luego por espectrofotometría, potasio (K+, porcentaje) determinado por digestión con ácido nítrico y perclórico y posteriormente por fotometría de emisión. Además, se determinó mercurio, arsénico y plomo.
De las pilas de compostaje terminado se extrajeron, de distintos puntos, muestras de AS, conformando tres muestras compuestas, en las cuales se efectuaron los siguientes análisis: densidad aparente (Da, en g cm-3), densidad real (Dr, g cm-3), espacio poroso total (EPt, en porcentaje) obtenido por el método de De Boodt, humedad (H, porcentaje) obtenido por secado en estufa a 105°C hasta peso constante, potencial hidrógeno (pH) determinado en suspensión en agua 1:5 v/v, carbono oxidable total (COT, porcentaje) determinado por calcinación a 550°C, nitrógeno total (NT, porcentaje) obtenido por digestión húmeda y micrométodo de Kjeldahl, fósforo (P, porcentaje) determinado por digestión con ácido nítrico y perclórico y luego por espectrofotometría, potasio (K+, porcentaje) determinado por digestión con ácido nítrico y perclórico y posteriormente por fotometría de emisión, cationes solubles (Na+, K+, Ca+2, Mg+2, meq l-1) determinados del filtrado de la solución 1:5 v/v, conductividad eléctrica del extracto relación 1:5 v/v (CE, dS m-1), relación de absorción de sodio (RAS) (RILSAV, 2014) y polifenoles totales (PFT, µg ácido cafeico g-1) determinados por espectrometría (Vázquez et al., 1975).
De las tolvas con AL se extrajeron tres muestras compuestas en las que se efectuaron los siguientes análisis: potencial hidrógeno (pH), conductividad eléctrica (CE, µS cm-1), potasio por fotometría de emisión (K+, meq l-1), sodio soluble (Na+, meq l-1) por fotometría de emisión, calcio soluble por volumetría valorado con EDTA (Ca+2, meq l-1), magnesio soluble por volumetría valorado con EDTA (Mg+2, meq l-1), cloruro por el método de Mohor (Cl-, meq l-1), sulfato por el método cromato de bario (SO4 -2, meq l-1), carbonato y bicarbonato por titulación con ácido sulfúrico (CO3 -2 , HCO3 -, meq l-1). A partir de los datos se calculó la relación de absorción de sodio (RAS), carbonato de sodio residual (CSR), total de sólidos disueltos (TSD) y dureza (RILSAV, 2014). Se determinó también polifenoles totales (PFT, µg ácido cafeico ml-1) por espectrometría (Vázquez et al., 1975). Submuestras de AS y AL fueron enviadas al laboratorio de Microbiología Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias - UNCa, donde se realizó el análisis de actividad biológica total por hidrólisis del diacetato de fluoresceína (Schnürer & Roswall, 1982).
Pruebas de calidad de los abonos -Test de germinación
El test de germinación contempló la determinación de la energía y el poder germinativo de semillas de diferentes especies hortícolas con la intención de verificar la susceptibilidad al efecto del abono líquido (AL).
Se trabajó con semillas de las siguientes especies: alfalfa (Medicago sativa L.), perejil (Petroselinum crispum (Mill.) Fuss), albahaca (Ocimum basilicum L,), espinaca (Spinacea oleracea L.) y lechuga (Lactuca sativa L.)
Las pruebas se realizaron según las normas ISTA (2014). Se plantearon dos tratamientos: T0: tratamiento control con agua destilada esterilizada y T1: con AL. Las semillas se distribuyeron de a 100 unidades por cada caja de Petri, sobre papel tissue estéril que se humedeció con agua destilada estéril o con AL puro de acuerdo al tratamiento siguiendo el protocolo específico para cada especie (ISTA, 2014).
Análisis estadístico
El diseño experimental fue completamente aleatorizado con seis repeticiones para cada año de ensayo. Los resultados se sometieron a análisis de varianza, evaluando las diferencias entre medias mediante el test de Tukey con un nivel de significancia del 5% (α ≤ 0,05). Para ello se utilizó el programa InfoStat, versión 2018 (Di Rienzo et al., 2018).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Caracterización de los alperujos
La caracterización química de los alperujos, materia prima de AS y AL (Tabla 1), revela un producto de pH cercano a la neutralidad, con moderada salinidad, rico en carbono orgánico, nitrógeno y potasio, y una relación C/N elevada.
Comparando las características del alperujo de Frutos del Norte S.A. (Catamarca) con los valores típicos (Tabla 1) se puede notar que los parámetros evaluados están dentro de los rangos considerados normales en España (Roig et al., 2006)
El alperujo al estar constituido por materia vegetal no fermentada no debería contener metales pesados (Toscano & Montemurro, 2012). El análisis del alperujo indicó ausencia de mercurio y las concentraciones halladas de plomo (0,19 ppm) y arsénico (0,35 ppm) fueron despreciables en relación a los valores de referencia (840 y 75 ppm, respectivamente) contemplados en la reglamentación de metales pesados en biosólidos (Mazzarino et al., 2012).
Caracterización del abono sólido (AS)
En general, las características físico-químicas de cualquier material ya compostado dependen de varios factores como el material originario, la variedad, el momento de cosecha, las condiciones climáticas, de las características propias del proceso de compostaje y de los componentes agregados denominados comúnmente agentes estructurantes, como hojas frescas, restos de poda, estiércoles, entre otros (Akrato et al., 2017).
En este estudio los valores de pH, conductividad eléctrica, nitrógeno, fósforo y potasio del AS se encuentran muy próximos a los valores medios de otros compost de alperujo analizados en el Valle Central de Catamarca (de Bustos et al., 2018), en España (Cruz Hernández, 2009), Italia y Grecia (Roig et al., 2006; Sultana et al., 2015) (Tabla 2).
Las propiedades del AS evaluadas durante las cuatro temporadas (Tabla 3) confirman su buena aptitud desde el punto de vista físico, químico y biológico, a pesar de la variabilidad observada. Esta variabilidad ya fue advertida por otros autores (Cruz Hernandez, 2009; Mazzarino et al., 2012; Roman et al., 2013), incluso partiendo de una misma fuente de materia prima.
La CE y los cationes solubles sodio y potasio presentaron en general diferencias estadísticamente significativas, lo que se atribuye a los riegos realizados a las pilas de compost, que facilitaron el lavado y lixiviación de los minerales solubles (Abid & Sayadi, 2006). Esto permitió alcanzar valores más deseables de concentración de sales, que originaron valores de conductividad eléctrica menor a 2 dS m-1 en los últimos dos años (Tabla 3).
En el mismo sentido, el riego realizado para el lixiviado de sales probablemente provocó la variación en el pH del compost, que osciló entre 9,7 y 8. Teniendo en cuenta la calidad del agua, la cual, es moderadamente alcalina (7,9 - 8,4) y semidura, con contenidos entre 140 a 210 ppm de carbonatos de calcio con predominio de formación de sales neutras (carbonato/bicarbonato de calcio) y el aumento progresivo de los caudales de agua utilizados de año a año, explicaría que el compost fue disminuyendo el valor de pH con el incremento de agua para lixiviado. Sin dejar de destacar como efecto principal la propia variación en la composición y evolución del compost de cada año evaluado.
La humedad del compost también presentó variaciones en los cuatro años estudiados, lo que se explica porque este parámetro es afectado por las condiciones climáticas y las condiciones de almacenamiento. Sin embargo, esas variaciones no fueron relevantes en el sentido agronómico ya que en todos los casos la humedad fue inferior al 40% (García de la Fuente, 2011), lo que facilita el movimiento y aplicación del AS en el campo.
El contenido de fósforo no presentó diferencias estadísticamente significativas en los distintos años de elaboración del compost, mientras que el potasio sufrió una importante disminución en el año 2018 respecto de los años anteriores.
El alperujo contiene elevada concentración de potasio debido a que es el nutriente más absorbido por el olivo y el más abundante en la aceituna (Fernandez-Hernandez et al., 2014). En el año 2017 se obtuvo el máximo rendimiento de frutos (6.791 kg ha-1) mientras que en el año 2018 se obtuvo el rendimiento más bajo (50 kg ha-1) de los últimos 10 años (datos brindados por la empresa Frutos del Norte SA). Asociado a ese bajo rendimiento, probablemente se produjo una alteración en la calidad de los frutos, además de que se redujo la proporción de alperujo en el compost en relación a la proporción hojas y restos de poda. Esto, sumado al efecto del lavado mencionado anteriormente, podría explicar la disminución de potasio en el compost en el año 2018.
Los valores de carbono orgánico, nitrógeno y la relación C/N presentaron diferencias estadísticamente significativas. El contenido de CO en todos los años fue elevado, con valores entre 39 y 55%, mientras que el contenido más elevado de N (4,66%) se encontró en el año 2017, año de menor producción de frutos. La relación C/N se mantuvo entre 10 y 20, valores muy próximos a los considerados como ideales (10 a 20). Algunos autores (Bernai et al., 1998; Akratos et al., 2017) consideran una relación C/N = 12 como un indicador de buena estabilidad de los compost mientras que la ley española indica valores menores a 15 como adecuados para compost de origen vegetal (Mazzarino et al., 2012). Por lo tanto, este indicador sugiere que el compost alcanzó una adecuada estabilidad durante los 4 años evaluados.
Durante el compostaje de alperujo ocurren procesos de humificación de los compuestos que poseen elevado contenido de lignina y fenoles. Dichos procesos generan un compost con un alto grado de madurez y estabilidad de las fracciones de ácidos húmicos y fúlvicos. Sin embargo, la concentración final de CO y N no sólo depende de esos procesos, sino también de la proporción y calidad de los agentes estructurantes que se incorporan al sistema (Serramiá Moreno, 2013). Por lo tanto, para evitar variaciones en la composición del compost (especialmente en el contenido de CO), como las observadas en este trabajo, todos los años se debería mantener una proporción adecuada de alperujo, hojas y restos de poda.
En cuanto a la densidad y la porosidad del compost, no hay registro sobre valores promedios o rangos ideales para abonos similares al estudiado. Si bien el análisis estadístico determinó diferencias significa-tivas entre los distintos años de elaboración, en todos los casos los valores de densidad fueron menores a 0,68 g cm-3 y la porosidad total fue superior al 50% (Zeytin & Baran, 2003), lo que contribuye a mejorar captación y almacenamiento de agua y nutrientes y, al mismo tiempo, a un drenaje adecuado. Las diferencias entre años se atribuyen a la va-riación en la proporción de material estruc-turante incorporado (restos de poda y hojas frescas) respecto al alperujo. En general la mayor porosidad coincide con la mayor pro-porción de hojas y restos de poda conse-cuencia de los años de menor rendimiento de fruta debido al fenómeno de la vecería propia del cultivo del olivo como se expuso en párrafos anteriores. La bibliografía señala que los sustratos elaborados a partir de compost de origen vegetal deberían tener una densidad aparente menor a 0,4 g cm-3 y una porosidad total próxima a 80% para lograr una adecuada relación aire: agua (Bárbaro et al., 2014). Estas propiedades dependen de los componentes utilizados que le confieren al compost diversidad en el tamaño de las partículas, captación y retención del agua, entre otras propiedades (Bárbaro et al., 2019). Los resultados de este trabajo indican que el compost de alperujo posee calidad intermedia para ser utilizado como componente único de un sustrato, pero podría participar como uno de los componentes en sustratos que se elaboran a partir de mezclas de materiales. Por otro lado, su densidad es baja en relación a la de suelos de textura media-gruesa como los que predominan en Catamarca. En estos casos el agregado de compost de alperujo contribuirá a reducir la densidad aparente y el contenido de materia orgánica, mejorando la retención de nutrientes y agua del suelo.
La actividad biológica del AS resultó muy alta. En general, a lo largo del proceso de compostaje existe una gran y variada actividad metabólica, la que fue probable-mente potenciada por la incorporación del inoculante para acelerar la etapa termófila. Se debe tener presente que dicha actividad depende de la materia prima (Allahyari et al., 2015) y suele ser lenta en el compostaje de alperujo si no se agrega inoculante (García de la Fuente, 2011).
Los análisis indicaron que el AS contiene sustancias que en exceso pueden resultar fitotóxicas, principalmente polifenoles (PFT) (Altieri et al., 2008) que por su naturaleza polar e hidrofílica quedan en la fase acuosa (Serramiá Moreno, 2013). Las cantidades encontradas (Tabla 3) se consideran redu-cidas, dado que fueron más bajas que los límites establecidos por la Reglamentación de la provincia de Catamarca (Res. 65/05 Ministerio Obras y Servicios Públicos). Esta Reglamentación fija el valor 0,05 mg l-1 como máximo para el vertido de líquidos residuales a conductos pluviales abiertos o en cursos de aguas superficiales y para el reúso para riego o vuelco en predio interno (Gómez et al., 2013).
El análisis conjunto de la información indica que el AS generado a partir del compostaje de alperujo con restos de poda presenta una calidad adecuada, a pesar de ser variable entre años, que posibilita su uso como enmienda y/o fertilizante. Por lo tanto, el compostaje del alperujo y restos de poda de los olivares puede constituir una forma adecuada de reducir los costos de producción de los productores y de disminuir los volúmenes de residuos que genera la industria olivícola, atenuando así el impacto ambiental que su acumulación genera.
Caracterización del abono líquido (AL)
El análisis de los parámetros medidos en los diferentes años de elaboración del té de compost (AL) (Tabla 4) mostró la existencia de diferencias significativas entre años, lo que se atribuye a la variabilidad del AS, materia prima del AL, y también a la variabilidad propia del proceso de elaboración, como ser la calidad del agua utilizada, la temperatura ambiente, el tiempo de agitación, entre otros factores (St Martin & Ramsubhag, 2015).
Debido a la ausencia de parámetros específicos de comparación se tomaron como criterios de evaluación de la calidad del AL los estándares utilizados para la evaluación del agua para riego (García, 2012), dado que su principal uso sería la aplicación mediante ferti-riego y/o aspersión foliar.
El análisis del AL muestra que los parámetros evaluados se encuentran dentro de los rangos que clasifican el agua como apta para riego, clase “moderadamente salina, baja peligrosidad sódica (C2S1) y de pH muy levemente a fuertemente alcalino (7,4 - 8,8)”. Las concentraciones medidas de aniones se consideran aceptables, por lo que no existen riesgos de toxicidad, y el contenido de carbonato de sodio residual indica que no existen riesgos potenciales de sodicidad. La dureza, expresada en ppm de CaCO3, clasifica a las muestras como “blandas”.
La actividad biológica resultó muy alta en todos los años evaluados, en coincidencia con lo verificado por otros autores que estudiaron té de compost obtenido de otros materiales. Dichos trabajos señalan que, como resultado del agregado de té de compost, la población y la biodiversidad del suelo se incrementa debido a que el té es fuente de hongos, bacterias y protozoos benéficos, además de proveer materia orgánica y nutrientes (Alburquerque et al., 2011). El contenido de PFT fue bajo, por lo tanto no existe riesgo de fitotoxicidad (< 0,88 µg ml-1 de ácido cafeico).
Numerosos estudios que presentan información sobre las diferentes formas de preparar un AL (con agitación o anaerobios), proporciones, dosis y frecuencias de aplicaciones, pero enfocan su análisis en los beneficios sanitarios del AL en los cultivos (Ingham, 2005; Pant et al., 2012; Allhyari et al., 2015). Sin embargo, existe escasa información sobre las características de los AL especialmente sobre el crecimiento y desarrollo de los cultivos (Ingham, 2005), más aún de AL similar al estudiado. Por lo tanto, los datos aquí presentados constituyen un aporte para futuras comparaciones.
Evaluación de fitotoxicidad
Los ensayos de energía y poder germinativo mostraron diferencias significativas respecto al control. El AL promovió la germinación de semillas de espinaca, perejil y albahaca y redujo la germinación de lechuga, probablemente debido a la sensibilidad a la salinidad de esta especie. Por otro lado, no hubo diferencias en el porcentaje de germinación de alfalfa respecto de los valores obtenidos con el testigo (Tabla 5).
Los resultados de los ensayos coinciden con los encontrados por otros autores. Mascareño Varas et al. 2016) verificó que la germinación de espinaca (Spinacia oleracea L.), sobre un sustrato de suelo franco arenoso, aumentó en un 15% con el agregado de té de compost de alperujo en relación al testigo. Ingham (2005) por su parte, señala que a pesar de las diferentes fuentes del abono y las distintas formas de producir el té, éstos resultan uniformes respecto a la actividad y biomasa microbiana, demostrando los beneficios de la aplicación del té de compost maduro, versus el manejo tradicional con fertilizantes sintéticos y herbicidas en el rendimiento de esparrago (Asparagus officinalis) y papa (Solanum tuberosum), obteniendo mayor tamaño de los tubérculos. El autor también encontró, en diferentes ensayos con rábano (Raphanus sativus) en maceta, mayor rendimiento cuando se utilizó el té de compost. Además, observó que disminuyó la compactación del suelo y aumentó la durabilidad de césped luego de dos años de aplicación de té de compost en campos de golf. En el caso de viñedos, con aplicaciones foliares de té de compost se logró anticipar la madurez de la uva.
En general, el AS y el AL mostraron variabilidad entre años, pero sin presentar parámetros desfavorables para su utilización agronómica. La variabilidad es una característica propia de los compost por ser un producto de origen natural. Mazzarino et al. (2012) indicaron que no es posible establecer un rango de calidad universal para los compost debido a la variabilidad que presentan pero, aun así, su utilización constituye un beneficio para productores y el ambiente. Otros autores también indican que la aplicación de estos compuestos orgánicos compostados son una práctica recomendada desde el punto de vista agrícola y ambiental al reducir la contaminación que producen si no son procesados, para recuperar suelos degradados y suministrar nutrientes para las plantas (Miglierina & Laurent, 2008; St Martin & Ramsubhag, 2015). Los resultados de este estudio indican que el compostaje del alperujo con restos de poda de los olivares genera un AS y AL que puede ser utilizado como enmienda y/o fertilizante, contribuyendo con esto a la economía circular de los productores olivareros y a disminuir el impacto ambiental que los residuos de la in-dustria olivícola generan.
CONCLUSIONES
Los parámetros analizados de los AS y AL durante cuatro años indican que poseen valores adecuados desde el punto de vista químico, físico y microbiológico. El contenido de carbono orgánico, nutrientes y actividad biológica, los ensayos de energía y poder germinativo de semillas de diferentes especies y la ausencia de elementos tóxicos demuestran características altamente recomendables para mejorar la fertilidad del suelo, y con el ello, generar condiciones más propicias para el crecimiento y desarrollo de los cultivos. Su utilización se considera una práctica promisoria para evitar la acumulación de los desechos de la industria olivarera y contribuir a resolver/mitigar los problemas asociados con suelos empobrecidos o prácticas agrícolas no sustentables.