Introducción
La realización de una correcta práctica endodóntica favorece no solo la permanencia de la pieza dentaria en el alvéolo sino también la de los tejidos circundantes (periodonto, hueso y encía), lo cual permite mantener la estructura de los maxilares y asegurar una correcta función masticatoria y estética.
No es posible evaluar a través de radiografías posoperatorias todas las etapas de un adecuado procedimiento endodóntico, pero sí tener una visión aproximada de la calidad del tratamiento realizado.
En ese sentido, evaluaciones internacionales de tratamientos endodónticos realizados por odontólogos mostraron un alto nivel de tratamientos deficientes. 1-9 Por ello, es necesario instruir al alumno en la valoración clínica y radiográfica del resultado del tratamiento endodóntico, a fin de capacitarlo para analizar tanto sus propios procedimientos como aquellos realizados por otros profesionales y determinar con certeza la necesidad o no de un retratamiento.
Esta capacitación puede medirse, en el grado, a partir del análisis de la concordancia que existe entre la valoración que hace un alumno del resultado de un tratamiento (hecho por él o presentado a su evaluación) y la que hace un profesional (docente) con una capacitación y una experiencia tales que permiten considerar su dictamen como un patrón de referencia.
Así se justifica la realización de este estudio, por medio del cual se analiza el efecto de un proceso de calibración —basado en la presentación de información teórica específica— en el desempeño de un grupo de alumnos de grado en su valoración de tratamientos endodónticos en un ámbito preclínico.
Dentro del contexto educativo por competencias, la evaluación constituye un pilar esencial en la experiencia educativa, ya que nos permite asegurar la adquisición, por parte de los alumnos, de habilidades, conocimientos y valores profesionales que definen la práctica competente de la odontología. 10
En 1950, Tyler 11 propuso, en una tesis conocida como “evaluación por objetivos”, la necesidad de una constante comparación de los resultados del aprendizaje de los alumnos con metas previamente determinadas durante la programación de la enseñanza. Además, planteó no solo utilizarla en relación con los resultados de los alumnos, sino incluirla en el proceso de aprendizaje y en el currículo.
No obstante, una mirada tradicionalista de la educación limita la evaluación a un espacio específico, la heteroevaluación, donde solo el docente analiza los resultados obtenidos por los alumnos. Este modelo educativo se sustenta en el examen parcial o final, muchas veces excluido del proceso de enseñanzaaprendizaje. El que evalúa siempre es el docente, el evaluado es el estudiante. Desde esta perspectiva, el educador deja de lado analizar en profundidad los errores que pudieron haberse cometido durante el proceso y las herramientas que sería necesario implementar para corregirlos.
La heteroevaluación bien realizada es importante, pero no puede ser excluyente. Alternativas como la autoevaluación y la coevaluación son útiles para fomentar el aprendizaje autónomo del estudiante, a fin de que tome conciencia de su punto de inicio, del resultado de sus esfuerzos por adquirir conocimientos y destrezas en sus prácticas y de su evolución durante el desarrollo del año lectivo. De esta manera, la evaluación se considera como un elemento inherente al proceso de enseñanza-aprendizaje que determina y condiciona dicho proceso, convirtiéndolo en un impulsor a considerar en el contexto de la educación superior. 12
Como antecedente a esta nueva modalidad, en 1999, en la ciudad de Bologna, Italia, veintinueve países europeos firmaron un documento conocido como Proceso de Bologna, el cual enfatiza, entre otras cuestiones, la necesidad de utilizar nuevas metodologías de aprendizaje y de trabajo grupal a fin de lograr un rol más activo de los estudiantes y desarrollar competencias que los habilite a ejercer la profesión con idoneidad. A partir de esta propuesta, en algunas casas de estudios comenzó a generarse un cambio cualitativo en la educación superior. Durante las últimas décadas, asistimos a un cambio de paradigma en la evaluación educativa. 13, 14
Numerosos trabajos otorgan a la evaluación una dimensión cualitativa y formativa, es decir, no únicamente cuantitativa, en la que la preocupación central es la medición. 15-17
Una de las estrategias para favorecer la corresponsabilidad en el proceso de toma de decisiones que supone la evaluación consiste en compartir el poder de esta entre los grupos implicados: profesores y estudiantes.
Antes de realizar una evaluación, es necesario explicarles a los alumnos su objetivo, fomentar el compromiso, la colaboración y el espíritu de pertenencia, para facilitar los mecanismos para que se realice de forma eficaz.
Desde 2000, en la Cátedra de Endodoncia I de la Escuela de Odontología USAL/AOA se emplea como metodología pedagógica una serie de actividades de autoevaluación y coevaluación.
Por tal motivo, se consideró oportuno investigar si los contenidos transmitidos por los docentes a los alumnos en las clases teóricas y los talleres de discusión eran suficientes para que los criterios de evaluación fueran similares o si había necesidad de generar un espacio de calibración de dichos contenidos.
El objetivo del presente estudio fue describir una experiencia de capacitación de alumnos de grado en la evaluación radiográfica de tratamientos endodónticos realizados ex vivo.
Materiales y métodos
El protocolo del presente estudio fue revisado y aprobado por el Comité de Ética para la Investigación Científica de la Asociación Odontológica Argentina (resolución N° 0120).
En este trabajo participaron un docente evaluador, especialista en endodoncia, profesor titular de la Cátedra de Endodoncia I de la Escuela de Odontología USAL/AOA, y 13 alumnos de la cohorte 2019 de dicha cátedra.
El docente y los alumnos evaluaron, independientemente, 100 radiografías periapicales de tratamientos endodónticos realizados en incisivos, caninos y premolares inferiores y superiores humanos extraídos, con uno o dos conductos radiculares, tomados aleatoriamente de una muestra de 281 tratamientos realizados por sus pares de la cohorte 2018. Se excluyeron de la muestra los tratamientos endodónticos en los que era evidente, mediante el análisis radiográfico, la existencia de perforaciones en la apertura, fallas notorias en la longitud de trabajo, fractura de instrumentos, falsas vías, etcétera.
Las radiografías preoperatorias o posoperatorias seleccionadas debían cumplir con los requisitos de nitidez y contraste necesarios para poder realizar una adecuada evaluación.
En el inicio del segundo cuatrimestre, 13 alumnos de la cohorte 2019 que habían asistido a clases teóricas, talleres de discusión sobre los contenidos de la asignatura y realizado sus prácticas endodónticas asistieron a una clase en la que se les indicó que iban a realizar una evaluación de 100 tratamientos endodónticos ex vivo. A continuación, se presentaron en PowerPoint (v. 2007, Microsoft®, Redmond, WA, Estados Unidos) las radiografías pre- y posoperatorias, en formato 16×9, de los 100 tratamientos endodónticos mencionados. Cada plantilla, que incluía ambas imágenes, fue observada de forma amplificada con un proyector Epson 5000 ANSI Lumens Full HD (Seiko Epson Co., Tokio, Japón) durante 10 segundos. Los alumnos participantes de esta experiencia evaluaron radiográficamente el tratamiento endodóntico efectuado en función de aspectos relacionados con la apertura coronaria, la instrumentación, la conformación, el límite apical, la homogeneidad y la adaptación de la obturación a las paredes del conducto radicular. En relación con lo aprendido y de acuerdo con su criterio personal, determinaron, para cada uno de los 100 casos, si el tratamiento endodóntico era correcto o incorrecto.
Las respuestas obtenidas (correcto o incorrecto) fueron enviadas por correo electrónico al docente a cargo, quien las agrupó, por alumno, en una tabla.
Posteriormente, el mismo docente que intervino en la evaluación brindó una clase teórica al grupo de alumnos en la que les mostró otras radiografías, a fin de calibrar qué debería ser considerado correcto y qué incorrecto.
A continuación de esa clase, fueron proyectadas las radiografías de los mismos 100 casos evaluados previamente, destinando 10 segundos a cada plantilla, y los alumnos efectuaron una nueva valoración sin haber sido informados de los resultados obtenidos en la primera evaluación.
De este modo, se obtuvieron tres conjuntos de datos: 1) la evaluación del docente especialista, considerada como patrón; 2) la evaluación de los 13 alumnos antes de la calibración; 3) la evaluación de los 13 alumnos después de la calibración.
A partir de la información obtenida, se determinó para cada alumno la frecuencia de concordancia con la evaluación patrón en los 100 casos analizados, tanto antes como después de la calibración. Con estos datos dicótomos (existencia o ausencia de concordancia), se evaluó la ausencia de diferencia entre la valoración realizada en cada caso antes y después de la calibración. De esta manera, se categorizó cada observación como sin cambio, positiva (precalibración sin concordancia y poscalibración con concordancia) y negativa (precalibración con concordancia y poscalibración sin concordancia). Posteriormente, se calculó para cada alumno la frecuencia en cada una de esas categorías.
Con la finalidad de generar algún indicador del efecto de la variable de interés (calibración) en el desempeño, se calculó para cada alumno un índice empleado en evaluación en educación y psicología. Ese cálculo consiste en relacionar la diferencia observada entre la situación después y antes de la calibración con la diferencia máxima esperable luego de ella (diferencia entre la cantidad de casos presentados, que fueron 100, y la frecuencia de concordancia observada antes de la calibración), es decir:
índice = (después - antes) / 100 - antes
Resultados
Los resultados se reflejan en las tablas 1 y 2. La tabla 1 muestra la frecuencia absoluta de concordancias con el patrón observada en cada uno de los alumnos participantes de la experiencia. La frecuencia de casos en los que no se registraron cambios en la evaluación varió entre 65 y 85; la de cambio positivo, entre 14 y 29, y la de cambio negativo, entre 1 y 8. La tabla 2 indica, para cada alumno, la frecuencia de concordancias con el patrón antes y después de la calibración y el índice calculado a partir de esos valores. El efecto de la calibración en la mejoría del desempeño varió entre 37,0% y 79,2%.
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Tabla 2 Cuantificación de la mejoría lograda luego de la calibración (diferencia absoluta e índice de mejoría).
Discusión
López Noguero 18 enfatiza la importancia de estimular, en el contexto de la educación superior, un proceso de enseñanza/aprendizaje interactivo y participativo, basado en la comunicación profesor-alumno y alumno-alumno, incentivando la actividad creativa del sujeto y del grupo.
La incorporación en el plan de estudios de la Cátedra de Endodoncia I de la Escuela de Odontología USAL/AOA, a partir de 2000, de diferentes ejercicios de autoevaluación de las prácticas endodónticas realizadas por los alumnos nos encaminó a indagar si nuestros criterios de evaluación radiográfica de los tratamientos endodónticos efectuados por ellos en dientes ex vivo eran transmitidos correctamente o si ocurrían errores, malinterpretaciones o interferencias en el mensaje. Por tal motivo, se consideró oportuno realizar dos prácticas de evaluación sobre el mismo material radiográfico, antes y después de una calibración docente. Esta retroalimentación permite tomar información de los procesos en el curso de su desarrollo, evaluarlos y, si es necesario, mejorarlos.
Jahangiri et al. 13 resalta la importancia de los modelos de triangulación, con la intervención de estudiantes, docentes y espacios de autoevaluación.
Barell 19 señala como estrategia que los alumnos y los docentes realicen la misma evaluación por separado, empleando los mismos criterios, y que luego se reúnan, comparen y lleguen a un acuerdo que permita la calibración.
Gessa Perera 20 destaca la trascendencia de la calibración para comparar los instrumentos de medición con un patrón de referencia o estándar.
En el presente estudio, el patrón de referencia fue un docente especialista con treinta y nueve años de experiencia en endodoncia y veinticinco en su docencia. Los valores obtenidos por los alumnos con relación al patrón en la primera y la segunda evaluación mostraron una diferencia con cambio positivo entre 14 y 29 y con cambio negativo entre 1 y 8. Esto demuestra el valor de la calibración con la incorporación de mayores criterios en la observación y el análisis radiográfico.
Los ejercicios de calibración pueden realizarse antes de la práctica, después de ella o en ambos momentos. En una experiencia preclínica de tratamientos de endodoncia, Pileggi y Glickman21 realizaron la calibración previamente a la práctica, a la que sumaron luego la autoevaluación y el intercambio con los docentes, y observaron un efecto óptimo en los estudiantes de grado.
Bogoya et al. 22 dividen este proceso en tres etapas:
la primera, de precalibración, para disponer de indicadores que hagan posible la detección de los patrones a resaltar; la segunda, de calibración, que permite fijar los parámetros de dificultad; y la tercera, de calificación, a fin de verificar los resultados obtenidos.
Los alumnos intervinientes en el presente estudio habían sido capacitados de manera suficiente en su formación en endodoncia durante el ciclo lectivo, de modo que conocían las cuestiones que es preciso tener en cuenta para realizar la evaluación. Sin embargo, tras detectar diferencias en la primera evaluación entre pares y con el docente a cargo, fue necesaria una instancia de calibración directa, a fin de unificar criterios.
Por otro lado, hay que considerar que la evaluación radiográfica no es simple y que, en muchas ocasiones, varía según quién la realice. 23, 24
En esta investigación, en la segunda evaluación —luego de la calibración— los alumnos volvieron a evaluar las radiografías de los mismos tratamientos endodónticos y emitieron, en algunos casos, un juicio diferente del realizado en la primera evaluación. Esta actividad les permite autocorregirse, aprender y recordar más. 25
La frecuencia de concordancias antes y después de la calibración de cada alumno y el índice calculado a partir de esos valores varió de 37,0% a 79,2%.