Introducción
En Argentina, la etnia qom integra el grupo poblacional originario más numeroso. La mayor parte de esta población se concentra en áreas metropolitanas de las grandes ciudades, la mayoría provienen de la provincia del Chaco, de la cual han migrado a razón de cambios en las estructuras productivas donde eran empleados (como la mecanización de las cosechas) y en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Este artículo es el resultado del trabajo realizado durante más de un año con la comunidad qom Las Lomas, comunidad originaria localizada en el municipio de Santa Fe (Santa Fe, Argentina). El objetivo central del mismo es desarrollar las múltiples territorialidades y las dinámicas que estas imprimen en un sector periférico y postergado de la ciudad. Se intenta entender cómo se simboliza y apropia ‘desde arriba’ un territorio que se pretende de una forma1.
En este sentido, el recorrido de la investigación dio como resultado una superposición de trayectorias, subjetivaciones y estrategias de negociación etnopolíticas que hicieron posible pensar las multiterritorialidades (Haesbaert, 2013) de la comunidad qom Las Lomas dentro del contexto urbano.
El artículo presenta la siguiente estructura, en primera instancia, se realiza un posicionamiento teórico acerca de aquello que entendemos por territorio y multiterritorialidad, partiendo de las nociones propuestas por geógrafos latinoamericanos como Carlos Porto Goncalves (2009) y Rogerio Haesbaert (2011; 2013; 2014). En segundo lugar, recuperamos la historia y devenir de la comunidad en el contexto urbano del municipio de Santa Fe, así como sus formas de organización y representación política. Por último, nos adentramos en la multiterritorialidad de los qom y diferenciamos los siguientes temas: a) espacialidad en el Chaco y Santa Fe; b) los límites de la lengua; c) los límites del barrio en la voz de las mujeres; y d) los límites de la comunidad. Cada uno de estos aspectos nos remite a la construcción de una territorialidad en particular, que no es excluyente de la otra sino que aporta a los procesos de resignificación y apropiación del espacio.
Territorio, multiterritorialidad y territorios múltiples
En el presente apartado, proponemos recuperar algunos debates en torno a la noción de territorio, teniendo en cuenta autores que incorporan una perspectiva que permite ‘dar voz’ a aquellos espacios ‘otros’ que han sido, durante mucho tiempo, opacados por la lógica de la moderno-colonialidad. Para ello, partimos de la noción de tres autores latinoamericanos Souza (1995), Porto Gonçalves (2002) y Haesbaert (2011), para adentrarnos y utilizar en el trabajo los conceptos propuestos por este último.
La noción del territorio como porción de la superficie terrestre donde un Estado ejerce control exclusivo y excluyente (Escolar, 1995) se vincula a la conformación de los Estados-nación modernos. Esta idea de territorio estática e isomorfa, no permite abordar la espacialidad de los grupos sociales que está en constante mutación. Por ello, consideramos que para abrir el debate a pensar territorios abiertos y dinámicos, debemos incorporar la noción de territorio partiendo de la relación espacio-poder.
A partir de la década de 1980, diferentes autores han desandado la idea de territorio como asociación inseparable entre territorio-poder-Estado-lógica zonal. En este sentido, Mariana Arzeno (2018) recupera los postulados principales de tres autores latinoamericanos. Estos autores se han vinculado con investigaciones acerca de movimientos sociales, lo que lleva precisamente, a la búsqueda de una conceptualización acorde a las luchas y disputas territoriales que evidenciaban.
El territorio según Souza (en Arzeno, 2018) puede comprenderse como un ‘campo de fuerzas’ teniendo en cuenta que el concepto en sí intenta abordar la dimensión política de las relaciones sociales. Por ello, el énfasis del autor no está puesto en el espacio definido sino en las relaciones de poder que lo configuran. Así, las principales preguntas que debemos hacernos para pensar el territorio son “¿quién domina y cómo domina ese espacio? y ¿quién domina y cómo domina a quién en ese espacio?” (Arzeno, 2018, p. 7). El foco está puesto entonces, en las prácticas que cualifican ese espacio y las relaciones de poder que lo configuran.
Carlos Porto Gonçalves (2002) piensa el territorio desde la apropiación del espacio por parte de un grupo, a fin de reforzar su identidad y resignificarla frente a un ‘otro’. Según el autor, el espacio es entendido como “una categoría espesa que presupone un espacio geográfico que es apropiado y ese proceso de apropiación-territorialización-implica identidades-territorialidades” (Porto Gonçalves, 2002, p. 203).
Desde la óptica de Rogerio Haesbaert (2013), la apropiación y la dominación son nociones claves para entender la territorialización de los grupos sociales. Influenciado por la noción de apropiación de Lefebvre (1984), el autor sostendrá que los grupos subalternos tienden a territorializarse por medio de la apropiación (cultural-simbólica) mientras que los grupos hegemónicos tienden a territorializarse por dominación. En este sentido, territorios apropiados y dominados no son exclusivos ni exlcuyentes, lo que genera un entramado de superposiciones y relaciones de poder que generan que diferentes grupos sociales formen parte de más de un territorio, experimentando así la multiterritorialidad2. Esta es la principal diferencia quizás, con los postulados de Porto Gonçalves recuperados en Arzeno (2018, p. 3) “el territorio es, al mismo tiempo y en distinta medida, objeto de apropiación y/o dominación en distinto grado por parte de distintos grupos”.
Espacialidad y poder
Haesbaert (2014) parte de concebir el espacio inmerso en una constelación de conceptos que lo rodean y permiten un abordaje más acabado del concepto desde una perspectiva que lo caracteriza como dinámico. En este sentido, hablar de espacio permite hablar de lugar, región, ambiente, territorio y paisaje. Aquí nos interesa recuperar la noción de espacio vinculado al poder, esto es, el territorio. A su vez, Haesbaert (2011) entiende el territorio como un “híbrido entre sociedad y naturaleza, entre política, economía y cultura, y entre materialidad e idealidad, como nos inducen a pensar geógrafos como Jean Gottman y Milton Santos, en la no disociación entre movimiento y (relativa) estabilidad” (Haesbaert, 2011, p. 68).
Desde la perspectiva de Haesbaert (2011; 2012) los territorios suelen ser dinámicos y configurarse constantemente; lo que nos permite pensar en procesos continuos de territorialización, desterritorialización y reterritorialización. En este sentido, la propuesta del autor desmitifica la escisión de los territorios y los discursos vinculados al borramiento de límites territoriales o desterritorialización de por ejemplo, los Estados-nación.
Existen, según el autor procesos conectados que dan a los territorios el carácter de continuum. Por ello sostiene que, mientras un grupo se desterritorializa, simultáneamente se está territorializando en otro lugar3. Por otro lado, y sumado a ello, el autor afirma que los grupos sociales suelen incorporar a sus prácticas espaciales la impronta de territorios ‘pasados’, siendo los sujetos habitantes y habitados por múltiples territorios. Tanto la desterritorialización como la reterritorialización suelen ser también, procesos desiguales, ya que las formas en que por ejemplo, se desterritorializan los grupos financieros no es la misma en que lo hacen los grupos vulnerados o desplazados por el desmonte.
Para los grupos sociales subalternos, desterritorializarse suele ser “la privación o precarización de los territorios en tanto ‘recurso’ o ‘apropiación’ (material y simbólica) indispensable para nuestra participación efectiva como miembros de una sociedad” (Haesbaert, 2011, p. 261). Mientras que, en los grupos hegemónicos con mayores recursos de acceso y movilidad, el control de ciertos territorios y la velocidad en movilidad puede generar pérdida de control por parte de otros grupos que no se encuentran en las mismas condiciones (Massey, en Haesbaert, 2011).
Las nociones de multiterritorialidad4 y múltiples territorios también son claves para entender la idea de territorio propuesta por Haesbaert y se encuentra en estrecha relación con los procesos mencionados anteriormente.
Lo que entendemos por multiterritorialidad es, ante todo, la forma dominante, contemporánea o “posmoderna” de la reterritorialización, a la que diversos autores equivocadamente denominan desterritorialización. Ello es consecuencia directa de la predominancia -en especial en el ámbito del capitalismo posfordista o de acumulación flexible- de relaciones construidas a través de territorios-red, superpuestos y discontinuos, y ya no de territorios-zona, que marcaron lo que podemos llamar modernidad clásica territorial-estatal. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que esas formas más antiguas de territorio no sigan estando presentes, pues configuran una amalgama compleja con las nuevas modalidades de organización territorial. (Haesbaert, 2011, p. 280)
De lo dicho hasta aquí, podemos concluir que los grupos sociales, según Haesbaert (2012), pueden experimentar múltiples territorios, que no son excluyentes entre sí y que tejen una trama de relaciones de poder que imprimen, en la identidad y el accionar de los sujetos, formas de ser y re-significarse. Esta convivencia de diversos territorios nos permite pensar en capacidades diferenciales de los grupos para experimentar y desarrollar territorialidades, dando lugar a la multiterritorialidad.
En el caso particular que analizaremos a continuación, los territorios que construyen y resignifican los qom se configuran en un espacio urbano postergado por el Estado, de allí que sea importante considerar cómo influye la interseccionalidad etnia y clase (Maidana, 2013). En este sentido, en el apartado siguiente, junto con la metodología utilizada, se dispone una descripción del área de estudio y sus principales características históricas y socio-demográficas.
Metodología
En este trabajo se utilizaron estadísticas y entrevistas en profundidad. Las estadísticas utilizadas provienen del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda (INDEC, 2010), extrajimos específicamente los datos que responden a cantidad de personas en espacios urbanos, y composición por sexo y edad.
Los datos estadísticos recolectados y presentados en este artículo fueron útiles para contextualizar las entrevistas y observaciones de campo que serán sistematizadas y analizadas a continuación.
Durante el proceso de la investigación hemos utilizado una metodología mayormente cualitativa a través de la realización de quincece entrevistas en profundidad a miembros de la comunidad y miembros de instituciones del Estado vinculados a la temática indígena.
En cuanto al tratamiento de los datos, combinamos descripción y narración. El método descriptivo se ha asociado a la tradición geográfica del regionalismo5, sin embargo, Zusman (2014) ha demostrado que es posible pensar en la descripción como componente en la construcción de una trama que responda en términos teóricos a los ensamblajes multiescalares de Massey (en Zusman, 2014). Por lo tanto, en este trabajo, la descripción ofrece un panorama amplio donde se evidencia la coexistencia en la multiplicidad de territorios y representaciones en torno a la comunidad Qom Las Lomas. La narración permite reseñar estos procesos ya que “se liga a la representación de acontecimientos y acciones” (Zusman, 2014, p. 144).
Descripción y narración, si bien son procesos investigativos diferentes, en nuestra perspectiva posibilitarán pensar la multiescalaridad de los territorios, ya que serán de utilidad a la hora de articular datos relevados con experiencias relatadas de los entrevistados. La descripción suele suspender el tiempo para enfocarse en procesos específicos, brindando mayormente una perspectiva espacial. Por su parte, la narración aborda las acciones y acontecimientos como parte de procesos con mayor énfasis en la temporalidad (Zusman, 2014). A su vez, la descripción puede considerarse una herramienta que ayuda a una mayor comprensión de los escenarios de la narración, sobre todo al poner atención en las denominaciones utilizadas.
En las entrevistas realizadas se ha buscado, por un lado, la participación de múltiples actores para dar lugar a la polifonía, y a su vez, “bajar la voz” (Zusman, 2011, p. 23) del investigador, ya que se considera que todos los puntos de vista son claves para la investigación6.
Siguiendo a Guber (2005) hemos decidido que las voces, tanto de informantes ocasionales7 como centrales, serían clave en este trabajo. En este sentido, no solo se han entrevistado miembros de la comunidad en diferentes ocasiones, sino también a agentes estatales8.
A continuación, se detallan las características específicas del área a la que se circunscribe la comunidad estudiada.
Características del área de estudio y condiciones socio-demográficas de sus habitantes
La comunidad qom Las Lomas se localiza en la margen noroeste del municipio de Santa Fe (Figura 1). Teniendo en cuenta indicadores de calidad de vida, dicha zona se localiza en un sector con índice de calidad de vida catalogado como “más desfavorable” por Gómez (2015, p. 30). Aquí recuperamos una serie de estudios socio-demográficos de corte cuantitativo que pueden sernos útiles a la hora de caracterizar el área de residencia de la comunidad qom, sobre todo teniendo en cuenta que en nuestras entrevistas, los sujetos qom se perciben como “pobres”. A su vez, es necesario recuperar brevemente cómo se constituye la periferia urbana santafesina, ya que creemos forma parte de un proceso de mayor escalaridad como es la conformación de periferias urbanas en Argentina. De allí, que el proceso de migración y conformación de nucleamientos qom9 en nuestra ciudad, se vincule a procesos de migraciones internas en busca de mejores “condiciones de vida”10.
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Fuente: elaboración personal con base en cartografía Educ.ar y Google Maps
Figura 1 Localización geográfica del Municipio de Santa Fe
La conformación del denominado cordón noroeste de la ciudad de Santa Fe, con las características que actualmente presenta, se vincula a la oleada neoliberal que ‘ensanchó’ la periferia santafesina.
Durante esta década, la expansión urbana del aglomerado, con tasas de crecimiento medias anuales en torno al 10 por mil (Gómez, 2011: 30), continuó fundamentalmente en los sectores periféricos. Hacia el noroeste de Santa Fe, a lo largo de las avenidas Blas Parera, Teniente Loza y Gorriti, y alcanzó prácticamente su término municipal en contacto con el distrito de Recreo. También continuó la expansión horizontal en torno a las avenidas Facundo Zuviría y Aristóbulo del Valle, de la mano, conjuntamente, de barrios planificados estatales y de surgimiento “espontáneo”. En tanto, fue escasa la expansión urbana hacia el oeste de la ciudad de Santa Fe, pues prácticamente ya había alcanzado el eje de la avenida de Circunvalación Oeste. (Gómez, 2011, p. 69) (cita y comillas en el original).
Como puede verse en la Figura 2, el área de interés para nosotros, presenta un porcentaje elevado de hogares con NBI11. En el radio censal indicado podemos encontrar el denominado por sus habitantes barrio “Las Lomas” y su correspondiente vecinal “Las Lomitas”. Allí se localiza la zona habitada por la comunidad qom Las Lomas, caracterizada por ser un espacio de convivencia entre los qom y los ‘criollos’12.
La zona donde está emplazado el barrio es la intersección entre el denominado Camino Viejo a Esperanza y calle Espora. Es una zona con índices de calidad de vida muy bajos que se traducen no solo en las condiciones socioeconómicas de los grupos que allí viven, sino también en las condiciones ambientales de lugar13.
Esta área se caracteriza por ser de expansión reciente Gómez (2011) ya que es en este período cuando empieza a darse un crecimiento demográfico notable. Este crecimiento se vincula según Gioria, a migraciones internas.
No hay dudas que a lo largo de la etapa, el Norte de la provincia padece el cierre de las fábricas de tanino (Tartagal, Villa Ana, Villa Guillermina, La Gallareta) y, más recientemente, las grandes dificultades en la cuenca cañera y algodonera en Santa Fe y del Chaco. Son hechos que empeoraron la situación de los pobladores, obligándolos a salir de sus lugares de residencia y trasladarse, buscando trabajo en ciudades, transfiriendo mano de obra agropecuaria hacia actividades manufactureras, comerciales o de servicios. (Gioria, 2009, p. 95)
Estos desplazamientos no han sido acompañados de la construcción de viviendas, lo que ha llevado a los migrantes a ubicarse en terrenos disponibles por estar desocupados, estando los mismos inhabilitados para su uso por razones de anegamiento e inundaciones, o por ser terrenos fiscales.
Durante dicho período, la Subsecretaria de Acción Social de la Municipalidad y el Movimiento Los Sin Techo realizaron informes que han permitido identificar que la mayoría de los inmigrantes proviene del norte de la provincia y del Chaco. En este sentido, para Los Sin Techo, de acuerdo a relevamientos realizados entre 1975 y 1980, se ubicaron en la periferia unas 900 familias inmigrantes por año, constituyéndose 4.455 familias en el quinquenio. De cada diez familias nuevas en barrios marginales, dos eran producto de inmigración.
La ocupación del espacio en el barrio Las Lomas se caracteriza por ser una ocupación espontánea. Aquí es clave pensar que la ocupación del espacio por parte de los qom de Las Lomas no es aleatoria, sino que responde a lo que denominamos, siguiendo a Souza Martins (en Haesbaert, 2011) inserción precaria vinculada a la especulación inmobiliaria y al acceso diferencial de los grupos a la ciudad.
Por otro lado, es importante destacar que los desplazamientos migratorios de los indígenas a las ciudades, responde a un patrón general, expuesto por Gioria (2009) previamente, pero a la vez, se incorpora desde la perspectiva de antropólogos a procesos amplios de migración indígena a grandes áreas metropolitanas (Buenos Aires, Santa Fe, La Plata y Rosario). Motivados por la búsqueda de mejores condiciones de vida y facilitados sus desplazamientos por una red de conocidos y parientes que habilitan el asentamiento en dichas ciudades, los migrantes qom desafían el imaginario de una ciudad blanca, occidental y ‘sin indios’14 (Maidana y Tamagno, 2011).
Por ello también aquí queremos aclarar, teniendo en cuenta los motivos migratorios de los grupos qom, que “la clase y etnia, son dos clasificaciones diferentes de la misma realidad social, ésta las contiene y por lo tanto el análisis de la cuestión indígena genera necesariamente una reflexión sobre la desigualdad social” (Tamagno, 2001, p. 78 en Maidana, 2013, p. 72).
Estos procesos de desplazamiento e incorporación como población urbana de los migrantes, no pueden desvincularse de los cambios en la macroeconomía. Las reconfiguraciones productivas del agro durante la década de 1970 generaron grandes masas de población desempleada que vio en las ciudades espacios donde mejorar sus condiciones de vida (Arizpe, 1976; Maidana y Tamagno, 2011; Maidana, 2013; Engelman y Weiss, 2015). A pesar de generarse desplazamientos y nuevos asentamientos en las ciudades, la conformación de redes de parentesco que exceden los límites provinciales, genera un entramado continuo que otorga particularidades a los territorios indígenas resultantes.
A continuación acercamos los resultados devenidos del proceso de investigación sobre el área de estudio. Los mismos proponen pensar el municipio de Santa Fe como un espacio con componente étnica y a la comunidad qom Las Lomas atravesada por múltiples territorialidades.
Discusión y resultados
Presencia qom en el Municipio de Santa Fe
En este apartado, intentaremos caracterizar la población que compone la comunidad qom Las Lomas, a partir de datos oficiales y otros recolectados en entrevistas personales semi-estructuradas. Estos datos podrán situar al lector para conocer las características demográficas de la población con la que trabajamos.
Los datos disponibles acerca de presencia indígena en el municipio de Santa Fe, devienen de los resultados del CNPHyV (INDEC, 2010) pero no se encuentran desagregados por comunidad sino por etnia, por ende se vuelve dificultoso, al menos desde fuentes estatales, afirmar la cantidad exacta de personas que componen la comunidad qom Las Lomas. Sin embargo, como hemos dicho, el trabajo con miembros de la comunidad y los datos brindados por el cacique de la misma, permite acercarnos a un número tentantivo a partir del relevamiento que ellos mismos han realizado (Entrevista Personal, 2019).
En la provincia de Santa Fe, la población auto-reconocida como indígena es de 48.265, de los cuales, un 29,3% corresponde a la etnia qom (INDEC, 2010).
El Cuadro 1 permite visualizar la totalidad de población que se reconoce como perteneciente a algún pueblo originario según pertenencia étnica.
Cuadro 1 Población indígena originaria por área urbana o rural, según pueblo indígena u originario de Santa Fe (año 2010)
Pueblo Indígena u originario | Población indígena u originaria | Área | |
Urbana | Rural | ||
Toba | 14089 | 13169 | 920 |
Mocoví | 13466 | 9905 | 3561 |
Guaraní | 5761 | 5317 | 444 |
Mapuche | 3084 | 2916 | 168 |
Quechua | 2105 | 1932 | 173 |
Comechingón | 1943 | 1828 | 115 |
Diaguita-Calchaquí | 1616 | 1550 | 66 |
Otros | 6201 | 5787 | 414 |
Total | 48265 | 42404 | 5861 |
Fuente: INDEC (2010)
Como podemos observar, la presencia indígena en áreas urbanas corresponde al 87,1% del total. Estas estadísticas permiten desandar el imaginario de una ciudad blanca y sin indios (Maidana y Tamagno, 2011). Además, la etnia que presenta mayor porcentaje de población corresponde a la qom, seguida por la mocoví.
En el municipio de Santa Fe, la población que se reconoce como miembro de alguna etnia es de 6.190, de ese total los que se reconocen como qom son 1.537 indígenas (casi un 25% de la totalidad) (INDEC, 2010). A diferencia del nivel provincial, en el municipio de Santa Fe la etnia con mayor población es la mocoví (2.418 personas). Actualmente, en el municipio residen más de 2.000 personas correspondientes a la etnia qom, y se organizan en dos comunidades, la Comunidad Qom Las Lomas y la Comunidad Qomlashi Lma Nam Qom, también conocida como Santo Domingo (siendo este el barrio donde se encuentran).
La comunidad Qom Las Lomas: conformación y asentamiento de los qom migrantes en el Barrio Las Lomas
La llegada de migrantes qom al municipio de Santa Fe comienza a darse a partir de la década de 1980. Algunos relatos de miembros de la comunidad sostienen que el principal motivo de la migración fue “la necesidad”, designada en estos términos, que comenzaron a padecer por cambios en la producción agrícola del Chaco (provincia argentina), como por ejemplo la incorporación de la desmotadora que reemplazó la recolección manual del algodón. Las palabras de M.L.15 citadas a continuación, nos permiten entender dicha situación y a su vez, nos acercan a la espacialidad cotidiana de los indígenas en el Chaco durante el período de cosecha. Ellas no solo permiten pensar sus recorridos diarios, sino también entender sus dinámicas temporales en la cotidianeidad. Esto es clave, ya que se trata de una de las dimensiones de su vida que ha cambiado al migrar a contextos urbanos.
Bueno, el primer trabajo que hacíamos el algodón juntar el algodón para los gringos de allá pero cuando llegaron las máquinas después ya no había más trabajo por eso que vinimos acá a vivir no podemos estar allá porque no haces nada de trabajo, por eso, y no podíamos ir a la escuela, teníamos que trabajar a la mañana como a esta hora hasta las doce y a la una de la tarde empezamos otra vez, hasta las seis de la tarde digamos, y no podemos ir a la escuela. (M.L., mujer qom de 57 años)
De igual forma C.M., el antiguo cacique de la comunidad en una entrevista de un periódico local sostenía:
“Nos dedicábamos a juntar el algodón. No teníamos propiedad sobre la tierra y la vida era muy dura. No teníamos agua ni herramientas para trabajar”, contó C.M. y agregó: “Cuando éramos chicos, no pudimos ir a la escuela porque teníamos que trabajar. Acá, es distinto”. (El Litoral, 2007)
Es necesario entender dicho proceso migratorio enmarcado dentro de la denominada “geografía histórica de las migraciones latinoamericanas” (Flores, 2012, p. 27). Para ello es clave pensar la migración como un fenómeno multiescalar que en este caso responde a desigualdades locales y hasta provinciales, pero cuya dinámica de fondo es la neoliberalización y los cambios tecnológicos en los sistemas productivos agrícolas de la región chaqueña.
A su vez Vivaldi (2016), invita a reflexionar sobre la identificación de justificaciones clásicas sobre el desplazamiento de migrantes qom. En este sentido, no limita las explicaciones al “push and pull”16 propio de las condiciones socio-económicas, sino que, partiendo de los hábitos qom, piensa los desplazamientos como parte de la cotidianeidad indígena vinculándolo también a la afectividad de estos nómades. En este sentido sostiene “los desplazamientos pueden desplegarse dentro del Chaco o entre el Chaco y otras regiones, pero sus características están más definidas por los efectos de los desplazamientos y por la forma de efectuarlos que por el destino en sí mismo” (Vivaldi, 2016, p. 235). Esto es interesante porque aparece en los relatos de nuestros entrevistados. E.R. (mujer qom de 46 años) presidenta de la Mutual Qom17 nos cuenta que antes de asentarse en Santa Fe con los suyos, recorrió varias ciudades, así su trayectoria de desplazamiento se conforma por idas y vueltas a Rosario, Chaco, Buenos Aires y Santa Fe. En todos los desplazamientos intervinieron familiares que la recibieron.
Los indígenas que se incorporan a las ciudades suelen hacerlo en ocupaciones de bajos ingresos del mercado informal. Aquí es preciso reiterar entonces, que el análisis del presente trabajo, al igual que lo hace Maidana (2013) considera que las categorías de etnia y clase no deben ser entendidas como excluyentes.
También será clave recuperar la idea de territorio como continuum (Haesbaert, 2011), como espacio de tránsito y de dinámicas superpuestas. Para ello, la diversidad de discursos nos dará un panorama amplio de las formas de concebir los múltiples territorios y multiterritorialidades que los miembros de la comunidad qom Las Lomas experimentan.
A continuación presentamos cuatro formas de territorialidad presentes en los discursos de nuestros entrevistados. Entendemos que estas formas de pensar y apropiarse del espacio son claves para entender cómo habitan y configuran sus territorios los miembros de la comunidad. En este sentido, hemos identificado cuatro ejes: a) Espacialidad en el Chaco y Santa Fe; b) Los límites del barrio; c) Los límites de la lengua qom; y d) Los límites de la comunidad.
La trama de los qom en Las Lomas
Espacialidad en el Chaco y Santa Fe: “el pago donde nací”
En las narrativas qom, el Chaco es el territorio al que se vuelve, un territorio presente en la cotidianeidad por los lazos parentales, un territorio visitado (físicamente hablando) al menos dos veces al año.
Los relatos sobre el Chaco son variados, sin embargo, a la hora de hablar, los migrantes interrumpen los discursos con silencios largos y algunos llantos. La vida en el Chaco les resulta dolorosa, y a su vez, manifiestan extrañarla. Las narrativas sobre el trabajo en el algodón reconstruyen trayectorias de días largos de explotación donde el ‘otro’ identificado es el “gringo”.
Por otro lado, los relatos fuera del trabajo en la cosecha se manifiestan como “sin ruido”, “tranquilos”. “No hace mucho que estoy acá, yo estuve viviendo en el Chaco seis años y me cuesta, porque allá es un silencio. Y al llegar acá como que mi cabeza no se siente yo escucho todos los ruidos” (Hija de F.S., 35 años)
Cuando hablan desde el hoy chaqueño, afirman que “no hay nada”, ese nada, se traduce en necesidades básicas insatisfechas y también, en ausencia no solo del Estado sino de cualquier ciudadano que pueda darles “algo”. Esta noción cercana a la idea de ‘caridad’ practicada por las iglesias aparece en varios relatos. “Hasta yo a veces le extraño mi pago pero es imposible ir allá porque a veces no hay nada allá. Antes si, hay cosecha nosotros cosechábamos antes, pero ahora no, el gringo ya no (…) allá no hay trabajo, allá no hay nada” (E.F., mujer qom).
N.A. (mujer qom) tiene 27 años, nació en el Chaco y a la edad de ocho años llegó a Santa Fe para quedarse a vivir definitivamente. Su relato ilustra la realidad chaqueña repetida en los discursos de las familias qom, la necesidad latente que los expulsa y repercute en un presente cercano, el de sus parientes que “se quedaron”.
Considerando que los territorios que los migrantes habitan son una “sumatoria de diversas condiciones sociales e identidades étnico culturales” (Haesbaert, 2011, p. 206) podremos entender que los territorios de las familias qom en la ciudad de Santa Fe, se remontan a su pasado y repercuten en su presente.
Cuando pedimos a N.A. que nos cuente qué recuerda del Chaco, se pone seria y nos dice:
hay mucha pobreza, no conoces lo que es zapatilla lo que es educación, el pan, el agua, no está cerca el agua y tenés que ir al río o a un pozo a buscar en balde y son kilómetros y a veces no podíamos o esperábamos que llueva para tener el agua con unas chapas íbamos a llevar baldes para tomar de esa agua. (N.A., mujer qom)
La espacialidad chaqueña es lejana (en términos físicos) y se manifiesta en expresiones como “allá en mi pago”, pero es cercana en términos de afecto, ya que los migrantes conservan sus parientes en el Chaco. Las vivencias en la cosecha, las formas de explotación, las necesidades vividas en ese ‘pago lejano’ integran sus territorios presentes y moldean prácticas que actualmente llevan a cabo. Así, por ejemplo, los qom santafesinos intercambian bolsas de ropa por palma (planta que crece en el Chaco) con los qom de allí. Este sistema de trueque basado en lo que cada uno puede ofrecer, garantiza a los qom de Santa Fe producir artesanías para su subsistencia y, a su vez, a los qom del Chaco el acceso a elementos para satisfacer sus necesidades.
Espacialidad qom en el barrio
La realidad del barrio Las Lomas18 atraviesa de lleno a los migrantes que despliegan estrategias de territorialización en ese espacio periférico de la ciudad. En este sentido, los relatos nos hablan de una transición en la relación indígenas y ‘criollos’19 que integran el barrio20. En los primeros años de presencia indígena en el barrio, eran comunes los conflictos con los criollos por razones de discriminación. En la actualidad, después de 25 años, dichas situaciones han disminuido. E.R., nos cuenta que muchas mujeres están en pareja con criollos, y que esta es una de las razones por las que los conflictos han mermado.
Sin embargo, en algunos espacios, como el ámbito escolar, las burlas hacia los niños qom persisten, haciendo que estos se nieguen a hablar en su lengua materna por fuera de los ámbitos de la comunidad. Las mujeres, quienes ‘salen’ a vender sus artesanías, identifican horarios más seguros para circular en el barrio. A su vez, el cacique E.C. (hombre qom), expresa su preocupación por el consumo de drogas entre los “jóvenes qoit”, “empezaron con el poxi y ahora ya consumen directamente droga”, esto es algo que como dirigente de la comunidad preocupa al cacique y repercute en toda la comunidad, ya que algunos jóvenes generan disturbios y entraderas en edificios propios de la comunidad.
Los límites espaciales de la comunidad se manifiestan en los discursos y son variados. En estos podemos identificar tres cuestiones claves: las esferas a las que se circunscriben los niños al hablar en lenguaje qom, la idea de las ‘entradas’ y ‘salidas’ de las mujeres qom para comercializar sus productos y por último, los límites de la comunidad que separan a esta de la otra comunidad qom cercana de Santo Domingo21. Estos tres ejes de análisis, nos permiten entender la forma en que los miembros de la comunidad qom se apropian del espacio y lo simbolizan, esta forma de ser y hacer en el barrio, permite pensar una posible territorialidad indígena en términos de Haesbaert (2011). La apropiación de espacios y su simbolización son formas de territorialización de algunos grupos.
En general los grupos hegemónicos se territorializan más por dominación que por apropiación, mientras que los pueblos o los grupos más subalternizados se territorializan mucho más por apropiación que por dominación. En efecto, estos últimos pueden no tener la dominación concreta y efectiva del territorio, pero pueden tener una apropiación más simbólica y vivencial del espacio. Es interesante destacar que Lefebvre define el espacio vivido sobre todo por su carácter simbólico. (Haesbaert, 2013, p. 27)
A su vez, esta territorialización varía según edades y género, por lo que podemos hablar de una multiplicidad22 de territorios que componen el ser de los indígenas en la ciudad. Esta heterogeneidad complejiza y revierte las concepciones de un ‘indio ideal’ u homogéneo alejándose también de una vertiente que los liga a tareas y espacios propios del imaginario rural23.
Los límites del barrio en la voz de las mujeres
Las entradas y salidas24 registradas en los discursos de las mujeres qom, evidencian la noción que la comunidad tiene sobre el barrio Las Lomas, es común escuchar entre los miembros de la comunidad que “nadie entra al barrio”, que las ambulancias, remises y policía suelen evitar el ingreso.
De allí que existan límites que emergen constantemente en el discurso, como si se tratase de un espacio ‘otro’ dentro de la ciudad.
Son muchas las mujeres que salen hasta niños, porque es mucha la necesidad que hay en el barrio, si vos no salís nadie te va a traer trabajo y las mujeres con los niños son muchas madres solteras. Más de mi edad, son muchas madres solteras y se tienen que dedicar a esto sino no le van a traer el pan. (N.A. mujer qom)
Salir del barrio implica caminar quince cuadras hasta la Av. Blas Parera, donde circulan dos líneas de colectivos que se dirigen hacia el centro de la ciudad donde las artesanas suelen comercializar sus productos.
…mi mamá va también que salen ellas a vender los canastos a los semáforos ellos y va caminando ellos y llega la tarde y son un peligro las calles pero si o si tienen que salir para mantener a nuestros hijos. (C.S., mujer qom)
Los límites de la qom l’aqtaqa o lengua qom
Los espacios de diálogo de los niños en lengua se reducen al interior de los hogares y pasillos del barrio de familias qom donde juegan, en la escuela, nos dicen sus madres, les da vergüenza hablar la lengua. Esto es interesante, ya que, según el Instituto Provincial del Aborigen Santafesino25 (IPAS), la escuela San Martín de Porres es una escuela bilingüe. No obstante, los familiares adultos se enorgullecen de que al menos en los espacios comunes de la comunidad, los niños se comuniquen en su lengua.
F.S., una de las mujeres más ancianas de la comunidad, nos cuenta en lengua qom que la artesanía y la lengua significan para ella formas de mantener la cultura. F.S. no habla español, por ello su hija nos traduce:
Ella dice que se siente orgullosa de ser aborigen por el trabajo porque los trabajos de ellas también los hacen los nietos todo eso, eso la hace sentir feliz porque ve que su trabajo no se perdió, su idioma toba también porque acá la mayoría de mi familia pese a que está en una ciudad que no se habla mucho el idioma ellos lo hablan. (F., hija de F.S.)
Los qom utilizan la lengua para comunicarse, así también, como estrategia para que nosotros, los criollos, no escuchemos lo que hablan. Consideramos esta, una forma más de territorializarse, a partir del control de lo que les es propio, a través de establecer un límite, al hablar, nos dejan afuera, al hablar construyen otra territorialidad.
La comunidad como límite
Los miembros de la comunidad Qom Las Lomas distinguen espacios propios y los diferencian de los de la comunidad Qomlashi Lma Nam Qom. La calle Espora marca para ambas comunidades el límite físico que las separa. Sin embargo, estos grupos circulan entre espacios de la otra comunidad no sin sentirse ‘ajenos’ o reconocer que están en ‘otro’ territorio. El límite que estos grupos reconocen es a su vez, el límite ‘administrativo’ que se les ha asignado al registrarse en el Registro Especial de Comunidades Aborígenes (R.E.C.A), esto marca donde termina Las Lomas y comienza Santo Domingo2626.
Cuando charlamos con los integrantes de la comunidad Las Lomas, estos nos hablan de un ‘otro’ qom en la ciudad, refieren a “los de Santo Domingo” como distintos, aunque hayan compartido trayectos migratorios. La mamá de C.S. es de Santo Domingo, mientras que C.S. es de Las Lomas; C.S. hace esta distinción. En este tipo de límites del discurso identificamos que la organización establecida por el R.E.C.A en forma de ‘comunidad’ con la elección de un cacique despliega una lógica de poder que lleva a que los miembros de la comunidad se sientan parte de un grupo y no del otro, desplegándose así la alteridad entre los qom.
Consideraciones finales
En el inicio de la investigación con la comunidad Qom Las Lomas, se delinearon objetivos que llevarían a pensar un territorio particular, no obstante, a medida que se avanzó con el trabajo a campo, mediado, a su vez, por el activismo político, se evidenció que la noción de territorio como único y homogéneo, era limitada. En este sentido, se buscó dar cuenta de las múltiples significaciones e intersecciones de poder que se producían en el espacio de los qom, sobre todo desde lo simbólico. Por esto, a lo largo del presente artículo hemos hecho un recorrido sobre la noción de territorio, hasta adentrarnos en una conceptualización que nos sea útil para explicar cómo los qom construyen sus múltiples territorialidades en un contexto urbano donde conviven con desigualdades étnicas y de clase.
Hemos focalizado en procesos hacia el interior de la comunidad, dejando de lado aquellos agentes externos con los que las comunidades suelen negociar o relacionarse. Consideramos que existe hacia el interior de la comunidad una forma de auto-percibirse y de apropiarse del espacio que se remonta a sus lugares de origen, y facilita el desarrollo de una trama que intentamos hacer visible.
Hemos visto que pensar la cuestión indígena en la ciudad tiene algunos desafíos: por un lado, poder dar cuenta de los mecanismos efectuados por los migrantes al remontarse constantemente al origen como dándole continuidad a los territorios y, a su vez, distinguiendo los espacios urbanos de sus antiguos lugares de vida. Por otro lado, la noción de pobreza, aparece como un elemento clave de los discursos sesgados por el colonialismo, no obstante, entendemos que la pobreza es un elemento en las vidas de los migrantes en términos materiales. Los territorios de la comunidad qom Las Lomas, pueden complejizar al incorporar variables como género y edad o uso de la lengua, detectando así los espacios en los que los qom se sienten más o menos seguros para hablar su lengua y circular.
Este trabajo se configura entonces como un aporte para pensar la ciudad de Santa Fe, desde la geografía, pero a su vez, de intentar pensar con las comunidades las formas en que estas construyen territorialidad, dando lugar a la visibilización de formas no hegemónicas de ser en la ciudad.