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Temas y Debates

On-line version ISSN 1853-984X

Temas debates (En línea)  no.27 Rosario June 2014

 

ARTÍCULOS

¿Está cambiando la comunicación política entre legisladores y ciudadanos? Un análisis del uso de Internet por parte de los políticos1

Is political communication changing between lawmakers and citizens? An analysis of how Internet is being used by politicians today

 

María Cristina Menéndez

María Cristina Menéndez es Doctora en Ciencia Política e Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina. E-mail: mcrismenendez@yahoo.com.ar

 


resumen

El artículo analiza el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación como herramientas políticas y la emergencia de multitudes inteligentes conectadas en línea. Éstas son presentadas como un nuevo fenómeno que está transformando las relaciones políticas y sociales tanto como está cambiando el espacio público y los comportamientos políticos a partir de la mutación del espacio físico en el espacio de los flujos y del tiempo real en el tiempo atemporal. El artículo hace una exploración teórica sobre el uso de la Web y de las redes sociales (Facebook, Twitter y los blogs). Su principal objetivo es analizar y describir el uso de estas nuevas herramientas en la comunicación política entre los legisladores y los ciudadanos en el caso argentino.

palabras clave: Comunicación política; Ciudadanos; Legisladores; Tecnologías de la información y comunicación.

summary

The paper analyzes the use of new technologies of information and Communications as political tools, and the emergence of smart mobs connected online. These are presented as a new phenomenon that is transforming the political and social relations as well as changing public space and political behavior by mutation of the physical space in a space of flows and a real-time in the timeless time. It makes a theoretical exploration about the use of the Web and the social networks (Facebook, Twitter and blogs). Their main objective is to analyze and describe the use of these new tools in the Argentine case study about online political communication between legislative representatives and citizens.

keywords: Political communication; Citizens; Lawmakers; Technologies information and communication.


Introducción

La utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación como herramientas políticas y la emergencia de multitudes inteligentes conectadas online (Rheingold, 2004) se presentan como un fenómeno nuevo que está transformando las relaciones políticas y sociales, como también está cambiando el espacio público y los comportamientos políticos a partir de la mutación del espacio físico en un espacio de los flujos y  del tiempo real en un tiempo atemporal.
Por ello, una vez producida la Revolución de la Información (Castells, 2001), se ha configurado un nuevo objeto de análisis: el estudio de la comunicación online entre  ciudadanos y políticos.
 Las nuevas creaciones tecnológicas junto a las constantes transformaciones generadas por los  usuarios son el polo opuesto a la institucionalidad política. Sin embargo, los efectos de su aparición tanto como la progresiva captación y adaptación de la ciudadanía a los cambios tecnológicos configuran un proceso abierto que ofrece variadas alternativas de análisis.
En este campo los focos de análisis se han orientado a observar las prácticas ciudadanas ligadas al uso de estas tecnologías de la información y comunicación, especialmente en el caso de la convergencia entre Internet y los dispositivos móviles, como también están enfocados a analizar la creciente combinación entre la democracia representativa y aspectos de la democracia participativa a través de   la e-participación y la e-resistencia (Ainsworth et al., 2005).
En este contexto la actual relación representantes / representados se ha tornado más compleja.  Es que la inclusión de estas formas de la participación 2.0 o  par a par,  la construcción de redes sociales online y  el ciberactivismo han profundizado el protagonismo de la ciudadanía a través de la e-participación política. Todo lo cual obliga a revisar una visión vertical de la política y su  sub y sobre ordenación de la vida política, como a incluir  otros aspectos que implican un revival de la idea horizontal de la política.
La manifestación tecnológica del revival del sentido horizontal de la política se ha manifestado visiblemente a partir de 1997 con  el surgimiento de los blogs.  Esto se profundizó pocos años después, cuando  aparecieron  los microblogs y Twitter. En este sentido  las redes sociales online expresan cada vez más la transformación de la comunicación política, y la posibilidad de que los ciudadanos ordinarios  recuperen su capacidad de  poder.
En este orden de ideas la discusión académica se centra en Twitter. No tanto por su expansión cuantitativa aún superada por Facebook o You Tube, sino por los efectos de poder que provoca sobre la lucha política y social tanto como sobre sus usuarios quienes asumen las características de un nuevo tipo de militante político: el ciberactivista o cibermilitante según señalan Ingram, 2011; Morozov, 2011 y Glaswell, 2010 ( García Fanlo, 2012).
No obstante, una de sus debilidades es que en Twitter la relación es unilateral a diferencia de Facebook donde  se registra una relación recíproca  entre amigos. Es que se puede tener 'seguidores'. Se puede seguir a alguien. Pero esto no implica que esa persona lo siga a uno (López y Ciuffoli, 2012). Un aspecto significativo a la hora de analizar  qué tipo de comunicación política online realizan los representantes políticos con los ciberciudadanos. 
Pese a esta debilidad, la utilización de las redes sociales online, especialmente Twitter, ya se registra como una tendencia, una herramienta política que utilizan los políticos para comunicarse con la ciudadanía y ganar visibilidad.  Una herramienta cuyo uso  popularizó en las elecciones estadounidenses de 2008 el presidente Barack Obama (Aldhous, 2012). Y posteriormente fueron confirmando diferentes políticos. Como  sucedió nuevamente en EE.UU. durante la campaña 2012 (Sorensen, 2011); en Australia aunque los políticos australianos  utilizaran esta herramienta en menor medida que su primer ministro (Grant, Moon, Grant, 2010), en Israel y Gran Bretaña (Aharony, 2012) y en Canadá (Geddes, 2012).
Otros estudios de campo observaron que el uso de todas estas herramientas online es más frecuente por parte de los políticos opositores motivados por sus líderes, por los jóvenes o por aquellos que actúan en el Senado, quienes usan frecuentemente estas herramientas (Lassen y Brown, 2011).
Desde la perspectiva de la ciudadanía  la comunicación política también ha cambiado en este espacio cibernético. Actualmente los ciudadanos pueden interactuar tras sus ordenadores personales y celulares comunicándose con los políticos, recibiendo respuestas a sus inquietudes, superando posiciones jerárquicas, y posicionando sus mensajes en el mismo nivel que los políticos  (Cabezuelo Lorenzo y Ruiz Carrera, 2010: 341).
Por su parte, la constitución de la blogosfera  permite lo que Habermas (2003) ha denominado la privatización del espacio público. En este sentido otros autores señalan que los blogs se han convertido en un dispositivo social que facilita el debate público plural incorporando más adultos mayores de 34 años que otras aplicaciones, mientras que el número de sus lectores online crece exponencialmente. En otros términos esta herramienta atrae  lectores y ayuda a que los usuarios con sus textos se encuentren en un tiempo atemporal,  varios días después de que estos fueran  publicados en el espacio virtual (Pinto Coelho y  Bevilaqua, 2012: 69, 73).
En otros términos,  el uso de las tecnologías de la información y comunicación  permite esta e-participación y ha  transformado la concepción del ciudadano individual en un ciudadano vigilante (Jenkins, 2008).
Como consecuencia,  su operatoria también lleva a discutir la vigencia absoluta  de una  visión vertical de la política (Sartori, 1992: 207), el modelo de formación de la opinión pública en cascada (Sartori, 1992: 153) y el modelo de comunicación centralizado uno a muchos del sistema broadcasting (Scolari, 2008: 58).
Esto más allá de que esta operatoria de las tecnologías online y la digitalización de la política presente como  debilidad la pérdida de contenido argumentativo, la banalización del debate público, y la colocación en primer término de las emociones más que del raciocinio (Slimovich, 2012: 140). Lo cual, pese a lo acertado del aporte continúa de modo congruente  una tendencia desarrollada a partir de la irrupción de los medios de comunicación de masas, la personalización de la política y su visión como espectáculo.
En este contexto la cuestión de que se trata es cómo  el uso de las tecnologías de la información y comunicación ha replanteado la visión de la esfera pública, el discurso público y la sociedad civil,  inspiradora de los trabajos de Habermas, Lyotard, Fraser, Schudson, Garnham entre otros (Papacharissi, 2004: 265-267).
Otras cuestiones problemáticas se incluyen en la relación  entre la esfera pública y el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs).
Por un lado, Papacharissi ha observado en relación a los mensajes online que las discusiones políticas no reflejan ya una única  esfera pública, sino que representan  la coexistencia de varias esferas que compiten entre sí.  Esto es así en tanto Internet permite su diversificación más que la existencia de una sola esfera pública. En este sentido, los newsgroups pueden ser observados como la presencia de varias mini esferas públicas que no son igualmente poderosas pero van  articulando diversos intereses y preocupaciones colectivas (Papacharissi, 2004: 280).
Por otro lado, ha aparecido otra cuestión  ligada a la problemática de la brecha digital. Es que la incorporación del uso de las TICs no es homogénea. Este problema se explica en parte por la teoría de la difusión de las innovaciones (Rogers, 1993; Pérez Pulido y Terrón Torrado, 2004) que señala que los condicionamientos existentes para la adopción de nuevas tecnologías retrasan su aceptación por parte de algunos sectores generando diferencias. O, en el caso específico de Internet se explica según Marc Prensky (2013) por  la diferencia entre nativos e inmigrantes digitales de acuerdo al hecho de si nacieron -o no- en un mundo dominado por las computadoras, Internet y videojuegos, dadas todas las diferencias neurológicas, sociales y pedagógicas que esto trae aparejado.
De una manera más general se  asocia a la división entre nativos e inmigrantes digitales según la edad de los usuarios (Piscitelli, 2009) o a otras diferencias que radican principalmente  en la edad, educación, situación socioeconómica y  género (Maldonado, 1998). 
Aportes todos que configuran un marco de referencia teórico  para el estudio de caso argentino sobre el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación y la comunicación política en sus tres formas: la información brindada a la  ciudadanía, la interacción entre ciudadanos y gobierno y la información acerca de la legislación.

Antecedentes

Con respecto a la comunicación política online entre políticos y ciudadanos,  Park y Choi (2002) han señalado  algunos indicadores a tener en cuenta para evaluar su calidad. Estos son: el grado de  interactividad (interactividad, e-mail y encuestas online);  la temática variada  en la  comunicación; la personalización (cartas de información online); y la facilidad para navegar el sitio Web.
Por su parte, anteriormente Jewell (1982) había sistematizado un abanico de  responsabilidades de los legisladores en su comunicación con la ciudadanía señalando entre otros indicadores: el establecimiento de comunicación con los constituyentes a través de informes de prensa; la información de los medios de comunicación; la creación de  vínculos externos al Sitio Web; la presentación de los datos biográficos de los representantes; el calendario de sus actividades y los mensajes personales; la respuesta a iniciativas políticas; la información sobre legislación pendiente y decisiones legislativas; la información sobre lobbys; la información sobre adquisición de recursos; la información sobre programas gubernamentales, negocios, servicios, o participación política; las recomendaciones y  la personalización.
En cuanto a Narro, Mayo y Miller (2008) también han señalado como principal característica de este canal de comunicación política online su capacidad para que los legisladores brinden información  acerca de sus decisiones y acciones a la ciudadanía.
No obstante ello, su estudio de campo sobre el comportamiento online de los legisladores del Estado de Louisiana en Estados Unidos luego del huracán Katrina no confirmó sus supuestos teóricos, dado que dichos legisladores no utilizaron esta herramienta política y  se registró una brecha digital según  la edad, raza, ingresos y género de los legisladores y constituyentes.
En función de estos aportes  planteamos que el análisis  del comportamiento online de los legisladores y la comunicación virtual que establezcan con sus conciudadanos  son indicadores de la importancia que de un modo particular brindan a su relación con los ciudadanos  durante períodos no electorales, y de un modo general a los principios democráticos de representación política. En función de esto también consideramos que muchas de sus propuestas y decisiones políticas se inspiran en  la e-participación y e-resistencia  ciudadanas.
En el mismo sentido otro objetivo de investigación es la distinción entre diferentes herramientas online a fin de individualizar cuáles utilizan los políticos en su nueva forma de comunicación online con la ciudadanía,  visibilizar su perfil y  construir nuevos canales de retroalimentación dentro del sistema democrático. Entre otras, la construcción de Sitios Web y blogs, los envíos online de noticias, los comunicados de prensa online y los chats rooms.
A partir de  estas cuestiones  el estudio de caso argentino permite corroborar -o no-  los aportes de los  autores ya señalados.  En este sentido, se abre una nueva perspectiva en la investigación sobre el tema: política y  tecnologías de la información y comunicación (TICs). Es que la comunicación online de la ciudadanía con respecto al sistema político ya ha sido materia de diferentes investigaciones en situaciones políticas de conflicto tanto como en situaciones de consenso. Así como este objeto de análisis  ya ha sido contextualizado en un marco teórico mayor acerca de la relación entre democracia, opinión pública y medios de comunicación.
Sin embargo, la condición de mutación permanente de este objeto de estudio relacionada con las constantes innovaciones tecnológicas y los usos y transformaciones que realizan los mismos usuarios-ciudadanos enfoca su interés actual en las cuestiones del surgimiento de redes sociales online y de la convergencia entre Internet y la telefonía móvil, considerando que por esta vía impactan y modifican  la política y sus categorías de análisis básicas: aliado, adversario y enemigo, sistema político democrático, idea vertical de la política y  representación por parte de los partidos políticos.
En esta línea de análisis  ya hemos observado desde la perspectiva de la ciudadanía en el caso argentino: los efectos políticos de la participación online, el ciberactivismo, la e-resistencia, la e-participación política, las macro y micro organizaciones y la construcción online de un entramado social democrático en línea con las proposiciones acerca de la importancia de las asociaciones civiles que plantearan en su momento A. de Tocqueville y Almond y Verba.  
El estudio de caso argentino acerca de situaciones políticas de conflicto se realizó a partir del análisis del fenómeno del cacerolazo en Argentina en 2001 y la coordinación online de las asambleas barriales, continuado posteriormente con el análisis de la comunicación online en torno  al conflicto entre el campo y el gobierno en 2008. Mientras tanto el impacto de las TICs en situaciones de consenso fue analizado a través de la observación de la comunicación online  de  organizaciones no gubernamentales y su efecto en el sistema político argentino. Asimismo a través de estas investigaciones se observó que el uso de las TICs, registra una  dinámica sincrónica,  libre de las restricciones propias de los espacios físicos y de la estructura institucional política.2
También se registraron datos empíricos acerca de la manifestación online de valores e intereses en la esfera pública, que se revelaron particularmente en situaciones de conflicto, afectando las alineaciones partidarias en el entramado  político como reflejo de diferentes posiciones o propuestas  alternativas manifiestas en distintos Sitios Web, en encuestas online y en diversos foros de ciudadanos-usuarios.
En otros términos estos estudios de caso argentino sobre el uso de las TICs por parte de la ciudadanía  brindaron una primera aproximación sobre sus efectos sobre el sistema político y la democracia representativa a través de estas nuevas prácticas ciudadanas participativas; por lo cual se presentan como un antecedente para el recíproco análisis del uso de las TICs por parte de los legisladores argentinos en su comunicación política online con la ciudadanía.
Entonces, la propuesta actual implica correr el foco de análisis de estos anteriores estudios de casos cuyo objetivo general fue analizar  cómo  esta e-comunicación configuraba el retorno simbólico de la aldea y sus aspectos más significativos: la interacción muchos a muchos, la comunicación plural que no excluye la tensión dialógica,  la visibilidad de la divergencia y el conflicto, las macro organizaciones en el espacio virtual, y su impacto sobre el sistema político a través de la presentación de propuestas alternativas  frente a las decisiones colectivizadas soberanas propias de una visión vertical de la política. Asimismo su objetivo específico fue analizar  la capacidad para recrear  "Fuenteovejunas"3 digitales y generar cambios políticos por parte de estas macro organizaciones inicialmente protegidas por el anonimato de la e-participación, y la multiplicación de  ciberactivistas. Esto bajo el presupuesto de que el poder político tenía dos alternativas contra estas macro organizaciones online: el  juego de suma cero basado en el recurso de  la represión de la oposición; o como reverso, la aceptación de la negociación en un juego de suma no cero.
El presupuesto de estos estudios de casos argentinos sobre el uso de las tecnologías de la información y comunicación era que la  visión  vertical implica una  regulación del conflicto fundada en la capacidad estatal para lograr  el predominio de las decisiones colectivizadas soberanas del Estado moderno. Mientras tanto  la visión horizontal de la política se orienta a construir  sociedades que hallen puntos básicos de acuerdo aunque no nieguen la existencia del conflicto,  propio de la pérdida de  homogeneidad de grandes grupos de población, contra la homogeneidad de grupos pequeños que contribuye al mayor entendimiento entre los ciudadanos.
Con respecto a la existencia del conflicto señalamos como referentes teóricos las proposiciones de diferentes  autores tales como Hobbes, Marx, Schmitt, Laclau y Mouffe, entre otros, desde diferentes perspectivas de análisis. Mientras tanto, las situaciones de consenso en política reconocen como marco teórico  autores  que indagan   sobre la forma de construir consensos, orden,  institucionalización política, acciones sociales comunicativas y un contrato social fundacional. Entre otros destacan  Locke, Rousseau, Kant,  Tocqueville, Rawls, Habermas y los neocontractualistas.
Con respecto a la visión horizontal de la política tomamos como referencia histórica al mundo griego por la homogeneidad  de sus ciudadanos,  excluidos  los ilotas, los extranjeros y las mujeres. Lo cual  permitía perseguir el acuerdo a través de discusiones argumentativas en la eclessia. En este mundo históricamente situado no había distinciones entre lo político y lo social dado que el logro de una mayor  calidad humana requería la actuación política. Todo lo cual implicaba  la presencia activa de la sociedad civil como elemento clave en  la discusión de los asuntos públicos.
Así "Aristóteles declaraba su propia antropología: él entendía que el hombre era totalmente hombre en cuanto vive en la polis y la polis vive en él" (Sartori, 1992: 36). Y agregaba: "En el vivir político y en lo político el griego no veía una parte, o un aspecto de la vida: veía el todo y la esencia…el hombre no político era un ser defectuoso…" (Sartori, 1992: 205).
Sin embargo, también consideramos que progresivamente esta idea griega horizontal de la política  fue cambiando para mutar en una idea vertical de la política como resultado del aumento del tamaño de las poblaciones y su  heterogeneidad. Por todo ello la democracia directa se transformó en una democracia representativa de  intereses contrapuestos y  la visión horizontal de la política caducó.
Con el correr del tiempo el mismo principio de representación  sufrió una metamorfosis dando origen en forma escalonada a una democracia de notables, una democracia de partidos y  una democracia de audiencias (Manin, 1998: 9-40). Su patrón común fue el alejamiento de los ciudadanos de la discusión y gestión  de los asuntos públicos y la transformación de democracias gobernantes en democracias gobernadas (Sartori, 1988: 116-166).
En esta visión vertical de la política también se produjeron  transformaciones en la manifestación de la opinión pública. Primero, en la democracia de notables lo hizo a través de su representante, a partir del  vínculo de confianza que  establecía con un notable, un señor de prestigio familiar, económico, social o político regional que actuaba como representante de sus intereses. Luego en la democracia representativa lo hizo especialmente en situaciones de conflicto a través de la presentación de sus demandas al sistema de partidos políticos. Y finalmente en la democracia de audiencias lo hizo estableciendo un  vínculo con su líder quien  personalizó la política y asumió la función de  determinar cuál sería  el principio de escisión o conflicto sobre el que se diseñarían las campañas electorales (Manin, 1998: 9-40).
En esta última fase los medios de comunicación de masas fueron protagonistas principales. Especialmente  la televisión  que hizo posible un acercamiento entre el líder político y la ciudadanía junto a sus fenómenos colaterales: personalización de la política, espectáculo político,  mercantilización de la política, auge de los asesores de imagen y relevancia de los expertos en medios de comunicación en las campañas políticas (Manin, 1998: 9-40).
En este tipo de sistema representativo de democracia mayoritaria la visión vertical de la política se manifiesta en una relación entre mayorías y minorías como mecanismo de regulación del conflicto.
Sin embargo, esta misma cuestión puede tener  respuestas diferentes  a partir del estudio de la consolidación de  los sistemas democráticos en sociedades divididas. Así A. Lijphart  en su  obra "La democracia en las sociedades plurales" estudió casos donde la política arquitectónica desarrollada en estas sociedades divididas por fuertes oposiciones ideológicas, lingüísticas o religiosas consistía en construir consensos sobre la base del ejercicio de una política democrática. Esta construcción de consensos descansaba en la formación de grandes coaliciones de gobierno a través  de la ingeniería institucional, el compromiso de elites esclarecidas, la proporcionalidad en el sistema electoral y el derecho a veto de las minorías (Lijphart, 1989). 
De tal forma según este autor, la construcción de consensos en sociedades divididas puede permitir perdurar a un nuevo tipo de democracia: las democracias consociativas o democracias de consenso. En otros términos, una asociación cooperativa entre las elites esclarecidas de diferentes minorías, como alternativa ante la imposibilidad de lograr la estabilidad política propia de las sociedades más homogéneas de las democracias mayoritarias anglosajonas.
Por último, en la relación entre  democracia representativa y  ciudadanía, planteamos como presupuesto previo su problemática derivada: la cuestión filosófico-política de la igualdad jurídica y política, la igualdad de oportunidades de comienzo y de acceso, la igualdad económica y la igualdad social que en honor de la brevedad no desarrollaremos aquí (Dahl, 1991; Sartori, 1988: 410-443).
Estos antecedentes teóricos  e históricos  sobre la relación entre opinión pública, política y democracia  permitieron abordar su última  transformación en la década de 1990 a partir   del cambio tecnológico conocido como Revolución de la Información y sus ya señalados efectos modificatorios sobre las relaciones de poder, las prácticas políticas ciudadanas y  la relación entre representantes y representados.
En otros términos  la relación entre Tecnologías de la Información y Comunicación TICS y la  política manifiesta en  la e-participación y la e-resistencia ciudadana en períodos no electorales. Sobre todo  a partir de  la convergencia de dos tecnologías de la comunicación: Internet y la telefonía móvil con todas sus aplicaciones, en  particular la constitución de redes sociales virtuales.  Lo cual significa la construcción de comunidades virtuales y  la formación nodal de redes sociales  como soporte del   surgimiento de un nuevo  fenómeno político denominado  participación ciudadana  2.0.
Es que como la comunidad académica ha observado constantemente con sus estudios de caso, esta participación ciudadana 2.0 genera modificaciones políticas en diferentes partes del mundo,  de las que sólo mencionaremos México, Egipto, España y Grecia.
Han surgido micro y macro organizaciones en contextos estatales, facilitadas por la convergencia entre Internet y los dispositivos móviles como respuesta alternativa a determinadas políticas públicas: movimientos sociales, grupos de pueblos originarios y Organizaciones no Gubernamentales, conectados globalmente gracias a estas tecnologías de la información y comunicación.
Así también se ha extendido  el concepto de J. Habermas de  esfera pública que vincula al Estado con la sociedad, como una red para comunicar e informar puntos de vista.  En otros términos, la esfera pública como un componente esencial de la organización sociopolítica,  en tanto  espacio donde las personas se reúnen como ciudadanos y articulan sus perspectivas autónomas para influir en las instituciones políticas de la sociedad ha trasvasado las fronteras nacionales.
Gracias al  uso de las tecnologías de la información y comunicación las dimensiones nacionales se  han extendido alcanzando dimensiones globales y formas ad hoc de gobernanza global (Castells, 2008: 78).
Esta difusión global representada por la creación de un nuevo espacio de flujos de información y comunicación que supera los límites nacionales ha  planteado diferentes desafíos  a los Estados en un contexto internacional interdependiente.
Por ejemplo, la posibilidad que brindan de que se abra un diálogo digital global también ha producido como efecto que  dicha esfera pública global se  fragmentara en muchas mini esferas públicas globales (Papacharissi, 2004).  
De tal forma, en este contexto ampliado la esfera pública global a su vez constituida por una miríada de pequeñas esferas públicas ha pasado a incluir  cuestiones tales como los derechos humanos, la ecología o la defensa del medio ambiente, las cuestiones de género y el pacifismo; tanto como a crear formas alternativas o comunitarias de producción y distribución de respuestas a las propuestas neoliberales (Martínez y otros, 2006).
En otros términos, este nuevo uso tecnológico ha permitido que  actualmente y casi de un modo instantáneo los valores, intereses y problemáticas que se manifiestan en la esfera pública nacional se extiendan al espacio mundial configurando una esfera pública global a partir de las facilidades que brindan las comunicaciones mediadas por computadoras (CMC). 
Por ello se han producido diferentes crisis. Según  Gilbert estos retos producen cuatro crisis de las instituciones de la gobernanza: crisis de eficiencia, de legitimidad, de identidad y de equidad,  poniendo a prueba la capacidad de los gobiernos nacionales para defender los intereses y valores del pueblo en contextos internacionales globalizados sujetos a transformaciones estructurales,  mientras persiguen simultáneamente la organización civil de la sociedad (Castells, 2008: 82-83).
Ante este nuevo cuadro de situación conformado por el surgimiento de las TICs,  la convergencia entre Internet y la telefonía móvil,  la emergencia de  multitudes inteligentes navegando y conectándose entre sí en el espacio de los flujos y el tiempo atemporal,  junto a  la e-participación y la e-resistencia en pos del cumplimiento de objetivos políticos tanto en situaciones de conflicto como de consenso  validadas a través del estudio de casos internacionales y nacionales, concluimos que se ha producido una actualización tecnológica de la democracia:  esto es, la aparición de un nuevo tipo híbrido conformado por la democracia representativa y aspectos de la  democracia participativa.
No obstante, una descripción como la hasta aquí expuesta corresponde al paradigma empírico o fenomenológico de la política.
Sin embargo, como conclusión de los antecedentes acerca del tema que nos ocupa  también es pertinente incluir otra lectura acerca de la misma cuestión realizada a partir del paradigma crítico de la Teoría de la Comunicación Digital Interactiva,  continuadora de la Escuela de Frankfurt, y el pensamiento de T. Adorno, M. Horkheimer, H. Habermas, y H. Marcuse entre otros (Scolari, 2008).
En este sentido  autores como Tomás Maldonado ya habían considerado en 1998 que  las  TICs no tenían la capacidad de transformar la pasividad del ciudadano en participación activa. Por otra parte habían advertido que la falta de control normativo y la existencia de monopolios económicos también atentaban contra la construcción de una república electrónica manteniendo la exclusión.
Críticamente planteaban que más que una comunicación fluida se hacía evidente una traba  comunicativa,  dado que el ocultamiento detrás de las pantallas permitía cambiar identidades y alteraba toda comunicación dialógica. Todo ello impedía la construcción de comunidades democráticas.
Por otro lado, Maldonado también aceptaba que la interactividad que permitía las nuevas tecnologías de la información y comunicación online exigía  revisar las teorías acerca de la pasividad del televidente. Aún así  su tema central  no era esta pasividad, inducida o no por la tecnología, sino las razones de fondo que la promovían en un determinado contexto histórico.
Por ello también consideró diferentes cuestiones acerca de la brecha digital y la exclusión, señalando que debían considerarse las restricciones subjetivas al acceso a dichas tecnologías, tanto como las limitaciones exteriores al ejercicio de la libertad individual, incluidas las restricciones económicas que impiden a muchos ciudadanos el acceso al  uso de las TICs. 
Su planteo crítico con respecto a la construcción de  comunidades virtuales era que éstas no brindaban una garantía para la realización de un debate democrático. Sólo implicaban una expresión de perspectivas e ideas homogéneas, las que sólo  conformaban públicos débiles en términos de política democrática dado su enclaustramiento argumentativo. De acuerdo a su proposición, el retorno a la democracia directa no dependía de la tecnología en sí misma, ni de la posibilidad de tener un libre acceso a la información, sino de la capacidad de acceder a su  libre uso.
Para este autor la cuestión previa a toda otra consideración acerca de la capacidad de las TICs para lograr un  modelo ateniense de democracia reciclado como e-democracia era la exclusión de toda discriminación económica, de guardianes o de cualquier tipo de vigilancia o control cibernético que afectara la libertad de expresión así como la privacidad.
Como conclusión su argumentación cuestionaba la posibilidad de implementar una democracia participativa y, por oposición, valorizaba la participación cara a cara en los debates democráticos.
Esto dentro de una línea de pensamiento en la que no faltaron observaciones premonitorias acerca  de: las posibilidades de control  que permite la red de redes; su descripción como un laberinto sin paredes que en lugar de integrar oculta las diferencias; la presencia en la red de un poder enmascarado que se manifiesta en el nacimiento de nuevas elites y la recíproca dependencia entre elitismo y populismo en este nuevo contexto tecnológico; el problema de la sobrecarga de información, la incapacidad para procesarla y el surgimiento de los expertos como mediadores interpretativos; la multiplicidad de las fuentes informativas y las dificultades para corroborar la veracidad de sus contenidos;  la debilidad de los saberes; la comunicación obstruida por la existencia de  múltiples máscaras o identidades falsas de los usuarios;  y finalmente, los contenidos superficiales de la comunicación online (Maldonado, 1998).
Contra esta perspectiva crítica contrastaron otras argumentaciones como la de H. Rheingold (2004) con su visión democratizadora y optimista con respecto al impacto de estas tecnologías sobre la política a través del surgimiento de multitudes inteligentes interconectadas en el ciberespacio.
Por ello, ante la confrontación entre estas perspectivas fenomenológica y crítica  todo análisis de la cuestión acerca de los efectos sociales y políticos de las tecnologías de la comunicación e información  reclama  como punto de partida una  distinción teórica entre las visiones utópicas, utilitarias o empíricas-analíticas y críticas (Hall 1999;  Aisnswoirth et al., 2005; Scolari 2008).
Del mismo modo esta falta de certezas sobre el impacto de este proceso tecnológico y socio cultural en continuo cambio nos remite a la necesidad de realizar estudios empíricos y análisis de casos para interpretar los hechos y validar "o no" las contrapuestas proposiciones teóricas.
A tal fin abordamos el estudio de caso argentino. Esto bajo el presupuesto de que  la incertidumbre  en torno a la evolución de la  relación entre las tecnologías de la comunicación e información y la política  presenta la  correlativa exigencia  de una constante revisión y  validación  empírica de toda proposición o hipótesis al respecto.

La e-comunicación entre representantes políticos y ciudadanos y el estudio de caso argentino

La relación online entre políticos y ciudadanos  presenta varios interrogantes. En primer lugar se plantea si  el  ciberactivismo y la participación ciudadana 2.0 están cambiando la política democrática con respecto a la relación entre la ciudadanía y sus representantes políticos.
En este sentido el análisis de la aplicación Twitter muestra que está ganando un espacio en la comunicación política durante las campañas electorales, como se ha observado en la campaña  presidencial de EE.UU. en 2008, la de España de 2008,  la  de Brasil 2010,  la de los diputados de Cataluña en 2010, y las presidenciales norteamericanas de 2012, entre otras (López y Gago, 2008; Beas, 2010; Pinto Coelho y Bevilaqua, 2012; Lacalle 2012).
En segundo lugar, se interroga acerca de cuál es la comunicación online de los representantes, y qué cambian las tecnologías de la información y comunicación en la comunicación política entre representantes-representados durante tiempos no electorales. 
En tercer lugar, se indaga  acerca de si esta forma de relación en el espacio de los flujos no mantiene los parámetros del modelo unidireccional de comunicación a partir del cumplimiento de algunos requisitos previos, como la respuesta me gusta o no me gusta en Facebook que restablece técnicas de filtrado y control del usuario-ciudadano por parte del político (Slimovich, 2012).
En otros términos, estas cuestiones preguntan  acerca del impacto de  las TICs en la comunicación de los legisladores con la ciudadanía no sólo durante las campañas políticas sino durante los tiempos no electorales de la democracia representativa, porque ya ha sido comprobado que en los períodos de competencia político-partidaria se produce un incremento de los encuentros cara a cara en  comités y centros partidarios tanto como en el uso de Internet y la comunicación a través de las redes sociales de Twitter y Facebook.
Dicho de otro modo, las cuestiones precedentes indagan acerca de cuáles son las tecnologías y sus aplicaciones que facilitan la comunicación política de los legisladores con la ciudadanía durante períodos no electorales y qué canal eligen para su visibilidad política.
Todo ello se presenta asociado al nuevo fenómeno de la transformación de algunas prácticas ciudadanas (Rheingold, 1996, 2004; Hermes, 2006; Castells, 2001, 2008), sobre todo centradas en la participación política de ciudadanos jóvenes llamados nativos digitales, e-generaciones o generaciones txt (mensajes de texto).
Al respecto, los antecedentes provistos por nuestros anteriores análisis de casos argentinos descartan, sin  embargo,  conclusiones unívocas. Es que  éstos mostraron que las tradicionales prácticas políticas propias de  la democracia representativa estructurada sobre el sistema de partidos políticos,  los parámetros de una idea vertical de la política y el principio representativo democrático no han desaparecido. Sólo que actualmente  coexisten con otras prácticas ciudadanas centradas en la participación  online estructurada a partir de los modelos de comunicación  muchos a muchos  y uno a muchos (por ejemplo mensajes dirigidos a listas de correo o twetts dirigidos a seguidores aunque no se establezca una comunicación dialógica).
En este caso  consideraremos  que la convergencia entre Internet y la telefonía móvil habilita la conformación de redes sociales como también la construcción de sitios Web para la comunicación política.
La base de datos consultada es de junio de 2012, momento en que  Argentina registraba 28 millones de usuarios de Internet y una tasa de penetración, similar a la europea, del 66.4% según IWS Internet Web Serveis.4 Todo ello sumado  a las 58.599.390 suscripciones de teléfonos celulares con una tasa de penetración del 137.2% según la organización ITU, International Telecommunication Union, de las Naciones Unidas  denotaba el potencial político del uso de la comunicación online.5
La investigación realizada fue sincrónica, correspondiente a la recolección de datos del año 2012, y en este período analizamos la documentación acerca del uso de las tecnologías de la información y comunicación por parte de los 72 senadores de la Cámara de Senadores y los 257 representantes en la Cámara de Diputados del Poder Legislativo.6
Como primera aproximación con respecto al uso de estas nuevas herramientas tecnológicas en  la comunicación online entre  los representantes políticos y  la ciudadanía nos encontramos que todos tienen un correo electrónico institucional. Pero como fue gestionado por el Poder Nacional esto no implica una decisión del representante de utilizar esa herramienta. Sumado a esto que en el análisis comparado no surge que usen  otra herramienta tecnológica. 
Un porcentaje inferior de  legisladores posee un Sitio Web o está en alguna red social virtual. Dentro de éstas la mayoría ha optado por el uso de Twitter para su comunicación online con la ciudadanía.
Según el banco de datos analizado se observa  que  en el caso del Senado de la Nación acerca del uso de estas tecnologías de la información y comunicación  un 52% de los senadores se ha incorporado a la red social Twitter,  un 33% tiene un Sitio Web, mientras que un 4% usa Facebook y un 7% tiene blog. Todo esto  muestra un incipiente proceso de incorporación a las TICs para su comunicación con la ciudadanía y una reducida ampliación del debate en torno a los valores de la esfera pública. Sobre todo cuando se considera que el tipo de comunicación que se realiza a través de la red social Twitter no permite un diálogo que profundice propuestas o incorpore análisis históricos de causas y consecuencias,  operando por tanto más como un  púlpito virtual que como un canal de comunicación. Así también el  uso de Facebook, que podría constituirse en una suerte de vidriera digital, es  mínimo. En el caso de  la construcción de Sitios Web operan como cartas de presentación de los representantes políticos más que como un canal de comunicación que favorezca el feedback  o  proceso de retroalimentación en la deliberación argumentativa con la ciudadanía.



Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por Barón y Alonso Murray (2012).

Por su parte, en el caso de la Cámara de Diputados de la Nación, se repite el mismo esquema con distintos porcentajes. El 100% tiene una dirección de correo electrónico que como también ha sido gestionada por el Poder Legislativo no representa un guarismo significativo.
Con respecto a las otras herramientas online se destaca el uso de las redes sociales encabezada por Twitter con un 57%. Mientras tanto el porcentaje es muy inferior en los casos de  Facebook y Blog con un 2% cada una. En el caso de las páginas Web este porcentaje se eleva nuevamente a un 29%.
De acuerdo a los resultados de esta primera aproximación cuantitativa  el paso siguiente será realizar un análisis de contenido acerca de las conversaciones que se registran en Twitter para observar la comunicación de los legisladores con los ciudadanos en términos de información, recepción de demandas y fluidez de la comunicación entre el receptor y el emisor de los mensajes así como entrevistas en profundidad  a  quienes utilizan estas herramientas.
Como conclusión de esta primera aproximación al estudio de caso acerca del uso de las tecnologías de la información y comunicación por parte de los representantes políticos argentinos se ha constatado que éstos han comenzado a registrar la potencialidad comunicativa de estas herramientas y han iniciado el proceso de comunicación online con la ciudadanía. No obstante  su impacto en términos de fluidez en la comunicación entre legisladores y ciudadanos requiere un análisis caso por caso que constate la continuidad de la comunicación versus la exposición como vidriera digital de propaganda política.



Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por Barón y Alonso Murray (2012).


Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por Barón y Alonso Murray (2012).


Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por Barón y Alonso Murray (2012).

 

Comparación Porcentual del Uso de las Herramientas Online por el Oficialismo y la Oposición
Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por Barón y Alonso Murray (2012).


Otra observación de interés que surge del análisis de los gráficos precedentes es que  salvo en el caso de los blog, quienes más usan estas tecnologías de la información y comunicación para conectarse con los usuarios-ciudadanos son los representantes políticos de la oposición. Lo cual, corrobora las afirmaciones iniciales de Lassen y Brown.
En términos de la fluidez de la comunicación  la principal herramienta online utilizada por los políticos son las redes sociales. Y entre éstas se destaca Twitter con un 51% por parte del oficialismo y un 64% por parte de la oposición. Muy por detrás se ubica Facebook.
Al respecto, en términos de reciprocidad o feedback en la comunicación política estos datos deben correlacionarse con  los estudios de Twitter realizados por  López  y Ciuffoli (2012), ya que las autoras han observado que también puede registrarse una comunicación unilateral. En otros términos, se puede tener muchos seguidores, pero esto  no garantiza que esa persona siga a su vez a sus seguidores.
Esto implicaría una debilidad en el tipo de comunicación establecida y en la posibilidad de tener una retroalimentación positiva. Situación a develar con el seguimiento y análisis de caso por caso y las entrevistas a protagonistas y jueces autorizados. 
A su vez la comparación entre las herramientas online utilizadas por  senadores y diputados muestra que la más utilizada por los senadores también es la red social Twitter y  éstos utilizan más que los diputados el recurso de construir sus propias páginas Web.
En suma, resultados más precisos acerca del uso de las TICs por los representantes para su comunicación política requieren realizar un  análisis de caso por caso que permitirá distinguir si se trata solamente de cartas de presentación política que apuntan a lograr mayor influencia personal, o si muestran una  intención de habilitar y mantener foros y redes sociales que generen la posibilidad de realizar un diálogo entre representantes y ciudadanos. 

Conclusiones

De acuerdo a lo analizado hasta aquí puede concluirse que:

  • Las nuevas tecnologías de la información y comunicación han pasado a ser una herramienta política tanto para la ciudadanía como para los representantes políticos.
  • La ciudadanía las utiliza para expresar sus valores, ideas y objetivos tanto en situaciones de conflicto como en situaciones de consenso.
  • La ciudadanía utiliza las TICs para macro y microorganizaciones de manifestaciones masivas en situaciones de conflicto.
  • Las asociaciones civiles que usan las TICs son más efectivas cuando sus objetivos confrontan con las políticas públicas o se orientan a solucionar problemas de desarrollo humano, salud y  protección del medio ambiente.
  • Se mantienen importantes diferencias regionales en su uso según las facilidades existentes para su acceso y conectividad, como también  sociales, económicas, generacionales y de género.
  • Los representantes políticos han comenzado a utilizar las TICS en su comunicación política con la ciudadanía.
  • Las redes sociales son las herramientas preferidas por los representantes políticos y dentro de éstas se destaca el uso de Twitter.
  • La comunicación online que establecen los políticos registra dos vectores de análisis: la búsqueda de la apertura a una comunicación recíproca con la ciudadanía, y la incorporación de otra estrategia para visibilizar el propio perfil político en la búsqueda de una mayor popularidad.

La comparación de la incidencia mayor o menor de los términos: comunicación política con los usuarios ciudadanos, y visibilidad política-popularidad,  requiere la profundización  de estudios caso por caso, tomando como antecedente esta primera aproximación sobre la situación actual del uso de las tecnologías de la información y comunicación en la comunicación política online en Argentina.

ANEXO I

Detalle Cámara de Senadores de la Nación y tecnologías de la información y comunicación


ANEXO II

Detalle Cámara de Diputados de la Nación y tecnologías de la información y comunicación

 

Referencias

1 Este artículo reconoce como antecedente la ponencia de la autora presentada en el XI Congreso Nacional de Ciencia Política, organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político y la Universidad Nacional de Entre Ríos, Paraná, 17 al 20 de julio. Se contó con la colaboración del Ingeniero Pablo Scasso en el análisis de datos y elaboración de los gráficos correspondientes al caso argentino.

2 Sobre el tema cfr. entre otras Menéndez (2011a; 2011b; 2012).

3 Alusión a la obra de teatro de Lope de Vega donde un pueblo se levanta contra las injusticias del poder y éste no puede actuar contra nadie en particular porque todos se declaran culpables en nombre de Fuenteovejuna.

4 Sobre este tema ver: Internet World Stats/ww.internetworldstats.com/Usage and Population Statistics.

5 Para estadísticas acerca del uso de los teléfonos móviles consultar www.itu.int/en/itu.D/Statistics.

6 Para la realización de este análisis sobre el uso de herramientas online por parte de los legisladores se trabajaron datos primarios brindados por la investigación de María Barón y Noel Alonso Murray (2012).

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Recibido: 12/08/2013.
Aceptado: 12/12/2013.

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