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Relaciones internacionales

On-line version ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.29 no.59 La Plata June 2020

 

Lecturas

Título de la reseña: Conflicto armado sirio, ¿una guerra más del Medio Oriente o inicio del Armagedón?

Marcos Pablo Moloeznik1  *

1Profesor-Investigador de la Universidad de Guadalajara e Investigador Nacional CONACYT (México)

Melamed Visbal, Janiel David. Conflicto armado en Siria: Campo de batalla geo-político por el Medio Oriente. 2020. Universidad del Norte de Colombia, Barranquilla: 277p. ISBN: 978-958-789-176-8.

“Los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Armagedón (o sea, cerros de Meguido)” Apocalipsis 16:16

La obra a cargo de Janiel David Melamed Visbal, titulada “Conflicto armado en Siria. Campo de batalla geopolítico por el Medio Oriente”, que acaba de publicar la Universidad del Norte de Colombia, constituye un esfuerzo intelectual que gira alrededor del caso sirio, que es sometido a análisis a partir de un riguroso marco teórico-metodológico que recoge las mejores tradiciones de las Relaciones Internacionales como disciplina autónoma del conocimiento.

Efectivamente, el lector tiene en sus manos un texto único –e inédito– por su contenido y alcances, respaldado por más de 330 fuentes consultadas y citadas, la abrumadora mayoría en idioma inglés, como buen libro de asuntos internacionales que se precie de serlo.

Tal como su título lo pone de relieve, el análisis gira alrededor de un conflicto armado de carácter no internacional (CANI), caracterizado por infracciones graves del derecho internacional humanitario (DIH), tales como sitios y bloqueos a poblados, ataques desproporcionados en zonas urbanas densamente pobladas y ataques indiscriminados contra civiles, ejecuciones sumarias, asesinatos masivos, violaciones, torturas, mutilaciones, toma de rehenes, uso de escudos humanos y afectación de servicios esenciales, incluyendo ambulancias, abastecimiento de agua y mercados, de conformidad con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Se trata de una crisis humanitaria sin parangón en las últimas décadas que, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), desde el estallido de las hostilidades a mediados de 2011, supera las 100.000 víctimas (la mayoría, población civil), que ha obligado a más de la mitad de la población siria a abandonar sus hogares. Se estima en más de cinco millones el número de personas que se han refugiado en terceros países y en aproximadamente seis millones, los desplazados internos.

Ahora bien, para entender esta verdadera catástrofe, debe considerarse seriamente la dimensión religiosa en la región del Medio Oriente, cuna y espacio geográfico de los lugares más sagrados de las tres grandes religiones monoteístas y probablemente principal factor u obstáculo para lograr una paz duradera. Así, para quien suscribe, detrás de la violencia protagonizada por las fuerzas armadas sirias y los grupos rebeldes que se oponen al régimen político de Damasco, subyace en el Islam la división entre chiítas y sunnitas, cisma que tiene su origen en una controversia sobre la sucesión de Mahoma. Mientras los chiítas sostienen que la sucesión del Profeta es por descendencia, los sunnitas consideran que dicha sucesión debe ser electiva. Por tanto, el lector se encuentra ante el ámbito religioso que atraviesa –como eje trasversal– esta región inestable por excelencia y que alcanza su máxima expresión en el proceso de destrucción de Siria.

El autor reconoce que “Damasco es mencionada 35 veces en el Antiguo Testamento y 20 en el Nuevo Testamento” (p. 18), además de ser considerada ciudad sagrada por el Corán.

A la división entre chiítas y sunnitas, se suma en el conflicto armado en Siria, una amalgama de grupos combatientes de oposición con clara raigambre religiosa, en gran medida fundamentalista y partidaria de la Yihad o guerra santa islámica.

Y es que conviene no perder de vista que en el Medio Oriente se concentran los lugares más sagrados de las tres grandes religiones monoteístas. A la Meca y Medina se suma Jerusalén y, en gran parte, el interés de Israel por ocupar y colonizar Cisjordania y los Altos del Golán responde a imperativos religiosos. Por ejemplo, Hebrón es la ciudad en la que descansan los restos de los grandes patriarcas.

Llama la atención el Libro del Apocalipsis del Nuevo Testamento, que da cuenta de Armagedón como la ubicación profetizada de una reunión de ejércitos para una batalla durante los últimos tiempos, traducida como la antigua ciudad de Megido o Meguido, la cual es mencionada doce veces en el Antiguo Testamento. Por ello, cabe preguntarse si el conflicto armado sirio podría ser el inicio del Armagedón anunciado en el Evangelio.

Como quiera que sea, tal como lo destaca el autor, el conflicto armado en Siria se inserta en el marco de la –de por sí convulsionada– región del Medio Oriente, amenazando con desestabilizar a sus vecinos, particularmente el Líbano (donde se estima que los refugiados sirios equivalen al 25% de su población), Irak (con un flujo de refugiados mayoritariamente suníes, frente a un gobierno que apoya tácitamente el régimen de al-Asad) y Turquía (en donde, además del arribo de una masa de musulmanes suníes –la mayoría de los tres millones setecientos mil sirios que habitan en Turquía– que amenaza con provocar tensiones sectarias y étnicas con la población local, se verifica una preocupación por el fortalecimiento del Partido Democrático Sirio, a la sazón aliado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Siria), y Jordania (más de medio millón de refugiados sirios ponen en entredicho el equilibrio financiero de Amman, preocupado asimismo por el futuro retorno de los yihadistas jordanos que combaten con los grupos afiliados a al-Qaeda)).

Si bien el CICR califica la situación de Siria como CANI, no se debe soslayar la injerencia de terceros actores, magníficamente diseccionada por Melamed Visbal de la mano de la pormenorizada apreciación de sus intereses en la región del Medio Oriente.

De ahí que no deba sorprender que la oposición siria se encuentre financiada y armada por Estados mayoritariamente suníes, como Arabia Saudí, Qatar y Turquía, al tiempo que se refuerza con la llegada de combatientes suníes yihadistas de todo el mundo, especialmente de Europa. En contraste, el régimen de Damasco recibe tanto apoyo chií de Irán, como de la milicia libanesa chií Hezbollah, organización que propugna la creación de un Estado Islámico en El Líbano, en el que el Islam se constituya en un único principio que debe regir tanto la vida pública como privada. Y, finalmente, a todo ello se suma la intervención de terceros actores con intereses propios, principalmente Estados Unidos y Rusia.

Recapitulando, la obra de Janiel David Melamed Visbal se erige en una fuente de consulta obligada para todo aquel que quiera conocer las raíces, contenidos, alcances y notas esenciales del conflicto armado que, desde hace aproximadamente nueve años, desgarra a la sociedad siria en dos posiciones irreconciliables, en un escenario enrarecido por la injerencia directa e indirecta de actores externos que persiguen sus propios intereses nacionales.

¿De dónde se desprende el título de esta reseña? ¿Podría considerarse el conflicto armado en Siria una guerra más del Medio Oriente o el principio del Armagedón que anuncia el Evangelio? El lector tiene la última palabra.

*

Profesor-Investigador de la Universidad de Guadalajara e Investigador Nacional CONACYT (México) - 2017 William J. Perry Award for Excellence in Security and Defense Education, National Defense University, Washington, D.C.

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