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Revista de la Asociación Geológica Argentina
Print version ISSN 0004-4822
Rev. Asoc. Geol. Argent. vol.66 no.4 Buenos Aires June 2010
ARTÍCULOS
La cartografía ambiental como base para los estudios de planificación ecológica del territorio
Sandra Cavallaro1,2, Federico Nicosia Burgos1 y Patricio Julián Fontaneto1
1 Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR-IGRM). Dirección de Geología Ambiental y Aplicada. Email sacava@minplan.gov.ar
2 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Buenos Aires.
RESUMEN
El desarrollo económico y el crecimiento poblacional producen no sólo una demanda constante de territorio sino una creciente presión sobre el medio biofísico. Ante el desafío de planificar una región, la cartografía temática ambiental constituye una herramienta fundamental para alcanzar los objetivos de un desarrollo sustentable, integrando información biofísica y social. Asimismo, la planificación ecológica del territorio permite identificar las tendencias del uso y ocupación territorial. Esta metodología implica el análisis de los recursos naturales y su estado, información que proporciona los elementos necesarios para plantear alternativas en el uso del territorio, promoviendo el aprovechamiento sustentable de los mismos. La propuesta metodológica del ordenamiento ecológico del territorio integra etapas de caracterización y diagnóstico, con el propósito de definir las distintas ofertas de ordenamiento y gestión. El área de estudio, que abarca la Hoja Geológica 4769- II, presenta un crecimiento poblacional y desarrollo económico que integra actividades como la explotación petrolera y la producción ganadera. En el presente trabajo, que utiliza la información elaborada y compilada en la Carta de Línea de Base Ambiental 4769-II, Hoja Colonia Las Heras, Chubut, escala 1:250000, se aplican conceptos de ecología del paisaje. A través de los resultados obtenidos se pone de manifiesto, no solo la distribución de las comunidades vegetales y su fauna asociada sino su estrecha relación con las geoformas predominantes. El análisis de la imagen satelital y los chequeos de campo confirman los crecientes procesos de fragmentación y disminución permanente de los hábitats faunísticos con el consecuente retroceso de las comunidades.
Palabras clave: Planificación ecológica; Fragmentación; Cartografía ambiental; Ordenamiento territorial.
ABSTRACT: The environmental cartography as a basis for the ecological territorial planning studies. The economic development and population increase produce not only a constant territory demand but also a growing pressure on biophysics environment. Facing the challenge of regional planning, the issue of environmental thematic cartography turns into a fundamental tool to achieve the objectives of sustainable development, integrating biophysical and social information. On other hand, the ecological territory planification allows us to identify the land use and the territory tendencies. This methodology involves the natural resources analysis and its actual status. This information provides the alternatives to establish different land uses to promote sustainable improvement of natural resources. The methodological analysis of ecological land planning integrates the stages of characterization and diagnoses stages with the aim of define different land planning and management proposal. The studied area, that includes the Geologic Leaf 4769-II, shows a population increase and economical development which includes oil exploitation and cattle production. This area requires urgent ecological planning studies to guarantee a balanced and sustainable development. The present paper, that uses information elaborated and compiled in the Carta Geoambiental de la Hoja Colonia Las Heras, scale 1:250000, is elaborated using landscape ecology concepts. Through the results achieved not only the distribution of the vegetation communities and their associated fauna but also their close relationship with the prevailing geomorphologic formations becomes evident. Both the satellite analysis as the campaign checkup confirm the rising fragmentation checkup confirm permanent decline of the animal habitats with the subsequent retraction of the communities.
Keywords: Ecological planning; Fragmentation; Environmental cartography; Land use.
INTRODUCCIÓN
El ordenamiento ecológico del territorio
constituye una herramienta en la planificación
que brinda un diagnóstico integral
del uso actual del territorio y ofrece
los elementos necesarios para definir criterios
ambientales en la toma de decisiones.
En este sentido, el ordenamiento
ecológico del territorio se erige como un
instrumento de la política ambiental
cuyo objeto es regular las actividades
productivas, con el fin de lograr un aprovechamiento
ambiental racional, promoviendo
las estrategias de desarrollo sustentable
y evitando la irreversible destrucción
de los ecosistemas.
En el área de estudio, que comprende desde los 46º a 47º de latitud sur y los
67º30' y 69º de longitud oeste, se observan
las consecuencias de la intensa actividad
de extracción petrolera, que se manifiesta
a través de una alarmante fragmentación
de los ecosistemas naturales. Una
de las principales consecuencias de estos
procesos es la creciente pérdida de biodiversidad
por eliminación de los hábitats
naturales o reducción de los mismos, además
de la generación de ecosistemas no
sustentables a largo o mediano plazo, que
pueden visualizarse a escalas regionales.
Área de estudio: Características generales
El sector de estudio corresponde a la
hoja Geológica 4769-II, Colonia Las
Heras, ubicada en el sector oriental de la
provincia de Santa Cruz. Los vientos
provenientes del oeste constituyen uno
de los rasgos climáticos más característicos
de esta zona. El área de estudio, que
pertenece a la región de estepas y semidesiertos
patagónicos, presenta un clima
templado frío, con una precipitación promedio
de 200 mm anuales, concentrados
en los meses invernales. La escasa precipitación
y la distribución invernal de las
mismas determinan un fuerte déficit hídrico
estival (Paruelo et al. 1999). Con
respecto a la temperatura, se observa una
distribución noreste-sudoeste, con medias
que varían entre 3 y 12ºC.
El relieve predominante está conformado
por planicies estructurales, recortadas
por valles alargados y amplios que forman
depresiones hacia el Este (Fig. 1).
Las geoformas más conspicuas son los
valles interserranos, sierras, pedimentos
mesetiformes y planicies aluviales. Las altitudes
varían desde los 700 m hacia el
oeste hasta 0 m sobre la costa (Carta
Geoambiental Hoja Colonia Las Heras,
inédito).
Figura 1: Panorámica del área de estudio. Se observan zonas de pendiente con estepa herbáceo-arbustiva
y llanos dominados por estepa graminosa baja y dispersa.
Descripción general
La vegetación del área de estudio pertenece
al dominio andino patagónico, provincia
fitogeográfica patagónica (Cabrera
1971), también conocida como estepa arbustiva
central (Morello 1995). Esta unidad abarca desde el centro de la precordillera
de Mendoza, que ocupa la parte
occidental de Neuquén y Río Negro,
gran parte de Chubut y prácticamente
toda la provincia de Santa Cruz, hasta el
norte de Tierra del Fuego.
La vegetación dominante es la estepa arbustiva
y la estepa herbácea, si bien es posible
encontrar ecotonos entre ambas e
incluso, en depresiones, humedales ocupados
por especies hidrófilas (Figs. 2 y 3).
Dentro de la provincia patagónica, el área
de estudio está comprendida por los distritos
del Golfo San Jorge y Central, donde
la vegetación predominante está representada
por arbustos xerófilos, como
malaspina y duraznillo, acompañados por
gramíneas de los géneros Stipa, Poa y
Festuca, o formando ambientes continuos,
como estepas de coirón. Otros arbustos
frecuentes son el neneo, mamuel
choique, mata guanaco, senecio y distintas
especies del género Adesmia.
Figura 2: Panorámica del río Deseado con su llanura de inundación. Prevalece la estepa herbácea
con predominio de coirones.
Figura 3: Estepa arbustiva con dominio de duraznillo y malaspina. En el estrato herbáceo se observan
coirones.
La vegetación del área se caracteriza por
crecer en forma de matorrales achaparrados,
adaptados a las condiciones de déficit
de humedad, bajas temperaturas, heladas
y fuertes vientos. Generalmente son
arbustos bajos (de menos de 50 cm a 1 m
de altura), muchos de ellos en forma de
cojín, frecuentemente espinosos, con hojas
diminutas o sin ellas. Las estepas herbáceas
están formadas por pastos xerófilos
como los coirones, y comunidades
edáficas particulares que forman humedales
en bajos salobres y terrazas fluviales.
Con respecto a la fauna, el sector se corresponde
con el dominio patagónico,
perteneciente a la subregión andino patagónica
(Ringuelet 1960). Es una región
pobre desde el punto de vista del número
de especies animales, en comparación
con zonas tropicales o subtropicales de
Sudamérica (Fittkau 1974). De todos
modos es posible afirmar que la avifauna
de las planicies patagónicas es una mezcla
de varios elementos andinos y pampeanos,
diferenciándose ampliamente de
aquellos que son netamente de bosques
andinos, los cuales, si bien presentan un
importante número de especies endémicas
exclusivas, suelen ser pobres en cuanto
a su riqueza específica (Olrog y
Capllong 1986).
Como consecuencia de la rigurosidad climática
que impera en la zona, muchas especies
de hábitos nocturnos, deben hacerse
a la búsqueda de refugios de protección, por
medio de piedras, grietas o enterrándose.
De esta manera pueden resistir a las condiciones
adversas del medio a través de adaptaciones
fisiológicas. La escasez de agua y
las fuertes variaciones de temperatura díanoche,
condicionan también la diversidad
específica (Cabrera y Willink 1980).
Materiales y métodos
Para delimitar las unidades de vegetación
natural se realizó una interpretación de la
imagen satelital Landsat TM, escala 1:
250.000, con el software ENVI 4.3, digitalizando
luego las unidades interpretadas
con el software ArcView GIS 3.3. Se realizó una clasificación preliminar, sin valor
florístico, donde se delimitaron grandes
unidades fisonómico-estructurales de vegetación.
El resultado del análisis fue
complementado y contrastado con información
de base bibliográfica relevante, en la que se incluyó información de tipo
topográfica, hídrica, y de usos, lo cual
permitió el análisis de las distintas condiciones
fisonómicas particulares y los
ambientes potenciales para la fauna.
En el mapeo de estas unidades también
se tuvo en cuenta el tipo de suelo y la geomorfología.
Se realizaron dos campañas
de muestreo en los meses de febrero
y octubre. El trabajo de campo consistió en la descripción fisonómica y florística
de las unidades previamente delimitadas
en gabinete, mediante un muestreo
estratificado, con el fin de caracterizar
las diferentes fisonomías vegetales.
El muestreo florístico se hizo considerando
especies arbustivas y herbáceas, a
partir de transectas en ambientes representativos
y a lo largo de vías de acceso
y caminos. Estas transectas fueron ubicadas
con dos objetivos: para evidenciar
las especies más conspicuas en cada unidad
y para observar los gradientes específicos
de una unidad a otra. A lo largo
de cada transecta se establecieron puntos
de muestreo que fueron georeferenciados.
En total se tomaron 166 puntos
de muestreo (Fig. 4). Con respecto al
muestreo de fauna, éste tuvo en consideración
el factor de estacionalidad climática,
ya que en el caso de la fauna, las
fluctuaciones estacionales en la disponibilidad
de recursos, sean de alimento o
abrigo, generan cambios en la distribución
y composición de los mismos. A
partir del análisis de la imagen, en el cual
se determinaron las unidades fisonómicas
correspondientes, se definieron
transectas con estaciones de censo que
comprendieron la mayor cantidad de
ambientes heterogéneos. A su vez las estaciones
de censo fueron localizadas en
unidades de vegetación lo suficientemente
homogéneas a fin de obtener resultados
confiables.
Figura 4: Ubicación de
los puntos de muestreo
en el área de estudio.
Las tareas de campo permitieron corroborar y corregir los límites de las unidades fisonómicas de vegetación previamente delimitadas en gabinete, además de la caracterización florística de cada una tomando en cuenta las especies más conspicuas así como también la calidad de los datos recavados en gabinete con respecto a la fauna.
RESULTADOS
Las comunidades vegetales del área, íntimamente ligadas al tipo de geoforma y disponibilidad de agua, tienen una disposición bastante definida dentro del paisaje. En general, los pastizales ocupan áreas planas, mientras que los arbustos cubren zonas con pendientes (Paruelo et al. 1992). Asimismo, las estepas graminosas presentan un alto porcentaje de cobertura, con frecuencia mayor del 80% y está dominada por Festuca pallecens (coirón blanco) y por Festuca argentina (huecú). Este ambiente puede también presentar arbustos agrupados o dispersos, de las especies Senecio filaginoides (charcao), Nardophyllum obtusifolium (mata torcida), Adesmia campestris (mamuel choique) y Mulinun spinosum (neneo). La estepa arbustiva está dominada por Colliguaya intergerrima (duraznillo), Chuquiraga avellanedae (quilimbay), Trevoa patagonica (malaspina), Nassauvia glomerulosa (colapiche) y Berberis heterophylla (calafate). En cuanto a las comunidades edáficas más conspicuas se observaron estepas de Atriplex zampa (zampa) en suelos salobres, vegas de junquillo y asociaciones de Anardhrophyllum rigidum (mata guanaco), Berberis cuneata (calafate), Senecio filaginoides y Lycium chilense (yaoyin) en los cañadones (Fig. 5).
Figura 5: Principales unidades fisonómico
estructurales de vegetación actual.
Con respecto a la fauna, si bien no se han realizado muestreos específicos de distribución de manera completa en la región, los datos recogidos muestran una zonificación diferenciada en tres áreas con subambientes: el área correspondiente a la costa, el perteneciente a la estepa (estepa herbácea, estepa arbustiva), y el área que comprende a los bajos-humedales. El ambiente marino fue incorporado, ya que forma parte del área de estudio. En el se han considerado todas las especies marinas que no guardan una relación directa con aquellas del litoral marino. Dicha diversidad en los ambientes generan en las especies que coexisten diversas estrategias de adaptación, en algunos casos extremas, que les posibilitan la subsistencia. De los datos recabados en los muestreos, junto a información de base del área de estudio, se pudo trazar un mapa con un patrón de distribución en dos especies características de la región como son el guanaco (Lama guanicoe) y el choique (Pterocnemia pennata) (Fig. 6). Esta distribución se realizó considerando las unidades fisonómicas del mapa de vegetación y la presencia de especies palatables. Es importante destacar que dicha distribución obedece a un patrón estacional, por lo tanto es dinámico. Del análisis se concluye que ambas especies se distribuyen de manera semejante siguiendo un patrón fisonómico. El alimento y su disponibilidad es el elemento condicionante en la presencia de estos individuos. Cabe aclarar que este mapeo no pretende ser determinante en relación a la distribución censal, simplemente define las áreas de distribución potencial de las especies mencionadas.
Figura 6: Distribución original de las
especies de fauna analizadas por el efecto
barrera que representa la zona antropizada.
En el cuadro 1 se realiza la descripción de cada una de estas unidades fisonómico estructurales de vegetación y se mencionan las especies más conspicuas. También se incluye la fauna potencial en cada uno de los hábitat presentes.
CUADRO 1: Caracterización
de las principales
unidades fisonómicas
de vegetación
y fauna, con
mención de las
características geomorfológicas
y
edáficas de cada
una.
Caracterización de los ecosistemas
A pesar de la aparente homogeneidad de
la vegetación en el área de estudio, se han
identificado una gran variedad de ambientes
ecológicos diferentes. Faunísticamente
estas diferencias son generadoras
de hábitats particulares para las especies
del área. Dentro de esta región y en particular
en el distrito del Golfo de San Jorge,
los tipos fisonómicos de vegetación se
presentan bajo un complejo diseño espacial
(Paruelo et al. 1992). En un intento de
generalización, podemos decir que las zonas
con pendientes, en donde la presencia
del guanaco suele ser común, están ocupadas
por estepas arbustivas, muchas veces
identificadas como matorrales. En los
sectores planos de las mesetas se desarrollan
estepas de gramíneas que suelen formar
parte de la dieta de los guanacos. En
general estos individuos suelen convivir
de manera satisfactoria, compartiendo
amplios sectores de estepa con los choiques.
Por otro lado, las zonas de cañadas,
funcionan como áreas de refugio para los
pumas (Felis concolor), los cuales eligen la
noche para salir a cazar. Comunes de hallar
son también el zorrino patagónico
(Conepatus humboldtii), piche (Zaedyus pichi),
zorro gris (Pseudalopex gymnocercus)y zorro
colorado (Dusicyon culpaeus).
Dentro de estos ambientes o en la transición
de uno a otro, se observan amplios
ecotonos, que conforman estepas herbáceo
arbustivas o arbustivo herbáceas, de
acuerdo al tipo fisonómico dominante.
Asimismo, muchas veces los pastizales de
gramíneas presentan formaciones arbustivas,
con individuos aislados o agrupados.
Por otra parte, generalmente asociadas a
bajos o cursos de agua, se desarrollan humedales.
En estos ambientes, donde la cobertura
es mayor del 80%, crecen especies
hidrófilas como juncos, totoras y ciperáceas.
Este ambiente, si bien no representa
importancia por su extensión, constituye
un hábitat de alta singularidad que proporciona
alimento y refugio a una gran variedad
de especies de fauna silvestre y, al mismo
tiempo, constituye un importante recurso
forrajero (Paruelo et al. 1992) (Fig. 7).
Figura 7: Sitio de muestreo ubicado en pradera hidrófila. Mallines generalmente con alta productividad
asociados a Festuca pallescens.
Con respecto a la avifauna, donde se reconocieron
especies migratorias, se ha observado
que utilizan estos sectores como
puntos de aprovisionamiento de alimento
y cría. Las juncáceas y otras especies hidrófilas
son elegidas por especies de patos
como el crestón (Lophonetta specularioides),
avutardas (Chloephaga picta) y flamencos.
Además de estos ecosistemas, se pueden
identificar semidesiertos o peladales tanto
en bajos salinizados como en la planicie
de inundación del río Deseado y eriales
con arbustos enanos o caméfitos, generalmente
ubicados sobre suelos arcillosos,
donde se desarrollan Nassauvia glomerulosa,
N. ulicina y Chuquiraga aurea.
Los principales ecosistemas del área de
estudio fueron representados en una
transecta teórica, donde se puede observar
el perfil de la vegetación actual, considerando
las macro unidades fisonómicas descriptas en el mapa de vegetación y
las especies de fauna asociadas a los hábitats
presentes (Fig. 8).
Figura 8: Perfil de transecta donde se representan varias unidades fisonómicas con sus respectivas especies asociadas.
Fragmentación
La pérdida, degradación y fragmentación
de hábitat naturales es considerada como
el factor más importante en la disminución
de la biodiversidad (García Fernández
- Velilla 2003). El paisaje patagónico,
colonizado con ganado ovino desde fines
del siglo XIX, ha producido impactos de
diferente consideración a lo largo de estos
años. El pastoreo en la Patagonia fue
tan extensivo que prácticamente no existenáreas en estado prístino (Paruelo et al.
1992). Algunos autores (Perelman et al.
1997, Soriano y Movia 1986, a, b, Ares et
al. 1990) sostienen que las mayores alteraciones
se deben a la selectividad de especies
en cuanto a la dieta, con lo cual las
plantas más palatables disminuyen su
biomasa, mientras que las no palatables la
aumentan, produciendo un cambio en la
estructura de la comunidad, con las consecuentes
alteraciones a nivel florístico.
Asimismo, la actividad petrolera, con el
tráfico de maquinarias, apertura de caminos
y playas, y la actividad extractiva estricta,
promueve la alteración y, en situaciones
críticas, la eliminación de la cubierta
vegetal. Ambas actividades económicas
producen también cambios en el
suelo que aceleran potencialmente los
procesos erosivos.
En general, podemos decir que la fragmentación,
esto es, la disminución de la
superficie de los hábitats naturales y su
atomización, reduce la superficie disponible
para las comunidades silvestres.
Este proceso de fragmentación puede
producirse a escala local o regional, y
provoca tanto la interrupción de procesos
ecológicos como la alteración de los
ciclos biogeoquímicos (Matteucci 2004),
por lo que altera o amenaza el equilibrio
dinámico de los sistemas naturales. En
este sentido, la alteración de la cubierta
vegetal, considerando desde su eliminación
hasta la modificación de la estructura,
produce también cambios en la
fauna asociada a estos ambientes. La interrupción
de los flujos y desplazamientos
naturales de la fauna autóctona atenta
contra la conservación de la biodiversidad,
retrayendo a las poblaciones animales
a hábitat confinados. Esta situación
de empobrecimiento en cuanto a la
diversidad de hábitat y la diversidad específica,
se ve reflejada en gran parte delárea de estudio.
El sector que presenta una alteración de
las comunidades vegetales más evidente
en el área de estudio es la estepa herbácea
arbustiva alterada, donde permanecen espacios
relictuales con vegetación natural
en un marco de intenso uso petrolero. Se
tomó un área buffer de 500 m desde el límite
de esta unidad en todos sus bordes
para representar los sitios más vulnerables
a situaciones de erosión o alteración
de hábitats. De esta forma se definió un
polígono que establece el sector de fragmentación
de ecosistemas más notable y
que constituye una barrera para la distribución de la fauna silvestre, que ocupa
sectores hacia el norte o hacia el sur de
esta unidad (Figs. 9a y b).
Figura 9: Se observa, enmarcado con una línea gris gruesa, el ambiente más degradado por actividades antropogénicas, en este caso la actividad petrolera.
Los ambientes cercanos a estas áreas suelen ser más vulnerables a futuros procesos de fragmentación. En los mapas a y b, el área potencial de
presencia de guanacos y choique respectivamente, se encuentran circunscriptos a la zona degradada.
DISCUSIÓN
La elaboración y análisis de mapas temáticos,
utilizando la vegetación como indicadora
de factores y procesos físicos del ambiente
y como evidencia del estado de
conservación de los ecosistemas, constituye
una herramienta fundamental para la
planificación sustentable del territorio. Por
otra parte, las comunidades vegetales, tomadas
como base para la distribución de
la fauna silvestre, pueden definir los patrones
básicos para su estudio y conservación.
En un bioma que aún conserva una
parte de su rica biodiversidad y en el que
existen varios endemismos y especies protegidas,
se hace imprescindible una urgente
gestión y planificación de las actividades
en la zona, que impida el avance de los
procesos de fragmentación y la consecuente
pérdida de diversidad biológica.
El presente aporte pone de manifiesto los
sectores con mayor grado de alteración en
la vegetación, que representan una barrera
para el desplazamiento de la fauna silvestre.
Esta información constituye el paso
inicial para una planificación ecológica del
territorio que implica la caracterización de
la dinámica y estructura ecosistémica con
integración de las dimensiones físicas,
económicas y socio culturales y resulta un
marco apropiado para evaluar y articular
las políticas territoriales.
Finalmente, entendemos que las políticas
ambientales deberían incorporar los conceptos
rectores del ordenamiento ecológico
para planificar el desarrollo de manera
compatible con las aptitudes y capacidades
ambientales, integrando los objetivos
de conservación en cuanto al funcionamiento
y estructura de los ecosistemas
con las actividades económicas y las necesidades
de la población.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue realizado en base a la información geoambiental de la hoja geológica"Las Heras". Agradecemos a los profesionales de la Dirección de Geología Ambiental y Aplicada por su valiosa colaboración, sin la cual hubiese sido imposible la realización de este trabajo.
TRABAJOS CITADOS EN EL TEXTO
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Recibido: 11 de Diciembre, 2009
Aceptado: 25 de Marzo, 2010