He leído con atención el Editorial del Dr. Guillermo Se meniuk publicado en Medicina (Buenos Aires) que me pareció muy interesante1.
Y me parece curiosa la analogía con el momento que estamos viviendo, en el que debimos “meternos para adentro” y vivir y trabajar desde nuestras casas a raíz de la pandemia de coronavirus.
Como el Dr. Semeniuk menciona, es muy gráfica la visión del síndrome desde la película recordada del año 2007, La escafandra y la mariposa (Le scaphandre et le papillon), basada en la novela homónima de Jean Dominique-Bauby de 1997, que es una historia autobio gráfica, que expresa lo que el autor sufriera luego de un accidente cerebrovascular, con un síndrome de enclaus tramiento, en el que solo podía comunicarse a través de los movimientos oculares y parpadeo.
Dos aspectos interesantes de la historia es que según se menciona, el autor pudo “dictar” el texto a través de las señales que, su código de comunicación permitía, con los movimientos oculares y especialmente con el parpadeo. Y el otro, no menos interesante, es que el film trata de “re velar” los sentimientos y pensamientos del autor, porque está hecho en gran parte desde la mirada del paciente, lo cual abre un interrogante y presunción de lo que pasa por dentro en aquellos que presentan esta afección.