PUNTOS CLAVE
• El 99.7% de 660 trabajadores del Hospital Vélez Sars field (Ciudad de Buenos Aires) que fueron vacunados con Sputnik V presentaron anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2.
• Los individuos que cursaron enfermedad por SARS-CoV-2 previa a la vacunación tuvieron mayores títulos de anticuerpos respecto a quienes no cursaron la en fermedad.
• La mitad de los individuos que no refirieron haber cursado enfermedad por SARS-CoV-2 y que presentaban títulos de anticuerpos superiores a la media de aquellos que padecieron la enfermedad, habrían tenido enfermedad asintomática debido a la positividad del anticuerpo N.
• No hubo relación entre el grado de enfermedad (asin tomático, leve y moderado) y títulos de anticuerpos anti S1 SARS-CoV-2.
Debido a la respuesta inmune asociada tanto a la infección como a la vacunación en SARS-CoV-2, resulta necesario generar información sobre la respuesta humoral de los vacunados, hayan padecido previamente la enfer medad por SARS-CoV-2 o no.
Uno de los principales avances en salud en la historia de la humanidad es la vacunación1. Si bien las medidas de aislamiento pueden reducir la tensión en los servicios de salud, el desarrollo de una vacuna eficaz es fundamental para limitar la morbi-mortalidad y la expansión viral2. Hay en la actualidad al menos 63 candidatos vaccinales3 que utilizan desde enfoques de plataformas tradicionales hasta las de últimas generaciones4.
La OMS recomienda la vacunación contra la COVID-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, como una herramienta de prevención primaria fundamental para limi tar las consecuencias sanitarias y económicas devenidas de la pandemia. El Ministerio de Salud de la Nación, como organismo rector del sistema de salud, ha diseñado el “Plan Estratégico para la vacunación contra la COVID-19 en Argentina”5.
La primera vacuna en llegar al territorio argentino y, por ende, ser aplicada en los trabajadores de la salud fue Sputnik V. La misma consta de dos componentes: el componente 1, que incluye como vector un adenovi rus recombinante no replicativo basado en el serotipo humano 26, que porta el gen de la proteína S del virus SARS-CoV-2, y el componente 2, que incluye un vector basado en el serotipo 5 de adenovirus humano, que porta el gen de la proteína S del virus. Hay reportes de eficacia y seguridad en estudios clínicos de Fase 3 de Sputnik V6.
Cuando se cursa COVID 19 pueden estar presentes an ticuerpos anti N (proteína de la nucleocápside SARS-CoV-2) y anticuerpos anti la región RBD de la proteína S (proteína Spike), la presencia de estos anticuerpos bloquearía la unión al receptor celular y, por lo tanto, neutralizaría la infectividad viral7. El testeo de IgG anti RBD de S1 en vacunados sugiere presencia de anticuer pos neutralizantes involucrados en la inmunidad conferida por la vacuna. El hallazgo de IgG anti N en individuos vacunados sugiere que tuvieron contacto con el virus salvaje. En diciembre de 2020, se comenzó a vacunar en el Hospital Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield a los integrantes del Equipo de Salud con la vacuna Sputnik V, realizándose el esquema de 2 dosis con intervalo de 21 días.
Hay pocos estudios locales8-11 sobre la respuesta humoral con ambas dosis e inclusive en individuos con y sin infección previa.
En base a lo anterior, se realizó el presente estudio con el objetivo general de medir los títulos de anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2 en la cohorte de trabajadores de la Salud del Hospital Vélez Sarsfield que fueron vacunados con Sputnik V en el periodo diciembre-abril de 2021.
Los objetivos específicos fueron cuantificar anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2 en individuos vacunados y deter minar distintos factores como edad, sexo y comorbilidades que pudieran estar asociados a dicha respuesta.
Materiales y métodos
Se efectuó un estudio prospectivo, observacional, transversal y descriptivo.
La población se compone de los trabajadores del Hospital Vélez Sarsfield (GCBA) que recibieron dos dosis de Sputnik V. El período de vacunación fue diciembre-abril de 2021. No hubo criterios de exclusión ni de eliminación. No se contó con grupo control (personas no vacunadas y que no hayan cursado enfermedad por SARS-CoV-2).
Aceptaron participar 660 trabajadores (sobre un total de 1031 vacunados: 64%).
Se trabajó con muestras de suero. Las mismas se obtu vieron por extracción de sangre (5 ml de sangre periférica por venopunción) a todas las personas que se vacunaron con 2 dosis de Sputnik V, cuando transcurrieron al menos 21 días post segunda dosis. Los participantes fueron informados del título de anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2 mediante un protocolo escrito, dentro de los 15 días post toma de muestra.
La determinación de anticuerpos IgG anti el dominio de unión al receptor de la subunidad S1 de la proteína de es pícula (Spike) del virus SARS-CoV-2 en suero fue realizada por inmunoanálisis quimioluminiscente de micropartículas (CMIA) en la plataforma ARCHITEC i 1000 en el Laboratorio de Inmunoserología perteneciente al Servicio de Medicina Transfusional. El reactivo utilizado fue AdviseDx SARS-CoV-2 IgG II (Abbott Laboratories), que posee una sensibilidad de 87.4-99.9%, y una especificidad de 99.5%12. Los resultados se expresan en unidades arbitrarias (AU)/ml y el punto de corte es 50 AU/ml. Aquellos con valores menores a 50 AU/ ml fueron considerados negativos.
De cada participante se registró: edad, sexo, presencia de comorbilidades (asma, autoinmunidad, cardiopatía, coagulopa tía, diabetes, EPOC, hipertensión arterial, obesidad con IMC > 35), y si tuvo conocimiento de haber padecido enfermedad por SARS-CoV-2.
En caso de haber tenido la enfermedad previamente, se categorizó el grado según los siguientes parámetros:
Asintomático (detección por test de laboratorio realizado por circunstancias diferentes a haber estado sintomático).
Leve (aquellos que presentaron alguna/s de las siguientes manifestaciones: fiebre -37.5°C o mayor-, tos, odinofagia, dificultad respiratoria, pérdida repentina del gusto o del olfato, cefalea, mialgias, diarrea/vómitos y que no tuvieron necesidad de internación).
Moderado (quienes desarrollaron neumonía, con o sin internación en sala general).
Grave (aquellos que requirieron internación en unidades de cuidados intensivos).
Aquellas personas que no refirieron haber padecido enfer medad por SARS-CoV-2, y en las que se hallaron anticuerpos por encima de 10 000 AU/ml, se testearon con el ensayo Abbott SARS-CoV-2 IgG, inmunoanálisis quimioluminiscente de micropartículas en la plataforma ARCHITEC i 1000, que detecta IgG humana dirigida contra la nucleoproteína del SARS-CoV-2 (N). Este ensayo tiene sensibilidad 100% y especificidad 99.9%13.
El test que mide IgG anti N es cualitativo y evidencia anti cuerpos contra la nucleoproteina N del SARS CoV2 presente en el virus salvaje y no en la vacuna. Y el test que mide IgG anti RBD S1 es semicuantitativo y estos anticuerpos se pue den hallar tanto en individuos que cursaron enfermedad por SARS CoV2 como en aquellos que fueron vacunados. Estos anticuerpos podrían permanecer más tiempo en circulación.
El análisis estadístico se realizó con el programa Statistix 9.0 y constó de estadística descriptiva, inferencial (se con sideró p valor significativo a aquél menor a 0.05) y análisis de regresión.
La participación fue voluntaria y a todos los participantes se les explicó verbalmente y por escrito en qué consistía el estudio firmando a posteriori un consentimiento informado. Se respetó la protección de la identidad y los datos del pa ciente acorde a la normativa legal vigente, la ley nacional de protección de datos personales 25.326 (Habeas Data), y de acuerdo con 18th World Medical Assembly de Helsinki (1964).
Resultados
De los 660 individuos testeados, el rango de edades fue de 22 a 80 años y se enrolaron 469 mujeres (71.1%) y 191 varones (28.9%). La edad media ± ES fue 45 ± 0.4 años (IC 95: 44, 46).
El registro de los participantes en referencia a haber tenido o no enfermedad por SARS-CoV-2, permitió dividir los en 2 grupos: individuos que no cursaron enfermedad por SARS-CoV-2 o al menos no lo sabían y aquellos que dijeron haberla cursado. Hubo 137 personas (20.7%) en el grupo SARS-CoV-2 y 523 (79.2%) en el grupo sin enfermedad SARS-CoV-2 previa.
El grupo de trabajadores sin enfermedad SARS-CoV-2 previa presentó edades ligeramente superiores a quienes sí padecieron la enfermedad, con diferencias significativas (46 ± 0.5 vs. 43 ± 1.0, p = 0.03 en test t de Student).
Se encontraron títulos > 50 AU/ml (punto de corte para positividad) en 658 personas (el 99.7% presentó anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2).
El análisis de los títulos de anticuerpos en ambos grupos presentó una media de 4197 ± 263.9 AU/ml (IC 95: 3679.1, 4715.3). La media en el grupo que cursó previamente enfermedad por SARS-CoV-2 fue 10 693 ± 846.2 AU/ml (IC 95: 9019.1, 12 366) y en el grupo que no cursó enfermedad por SARS-CoV-2 fue 2495.8 ± 188 AU/ml (IC 95: 2126.5, 2865.0), y las diferencias fueron estadísticamente significativas (p < 0.0001 en test t de Student). Hubo 2 casos con valores < 50 AU/ml, clasi ficados como “no detectable” (ninguno de los 2 casos cursó previamente la enfermedad por SARS-CoV-2). La distribución se observa en la Figura 1.
La edad no se comportó como predictora de títulos de anticuerpos (p 0.66 en regresión lineal simple). Tampoco lo fue el género (mediana en varones 1794 vs. mediana en mujeres 1538.5, p 0.10 en test de Mann-Whitney).
Las comorbilidades referidas por los participantes se observan en la Tabla 1. La distribución de las mismas no tuvo diferencias entre grupos (enfermedad por SARS-CoV-2: 0.16 ± 0.04; no enfermedad por SARS-CoV-2: 0.19 ± 0.02, p 0.58 en t de Student).
La clasificación de individuos participantes que cur saron enfermedad por SARS-CoV-2 previamente según distintos grados de gravedad referente a la enfermedad se observa en la Tabla 2. El título de anticuerpos IgG anti S1 SARS-CoV-2 según grado de la enfermedad no mostró diferencias significativas (asintomático 9324.1 ± 4125.2; leve 7970.6 ± 5236.6, moderado 10 337 ± 5632.6; p 0.18 en test de Kruskal-Wallis). Tampoco hubo diferencias sig nificativas al agrupar asintomáticos y leves vs. moderados (asintomático y leve 7972.1 ± 5261.6 vs. moderado 10 337 ± 5632.6, p 0.18 en test de Mann-Whitney).
Se observó un grupo pequeño (n: 21) que refirió no haber cursado enfermedad por SARS-CoV-2 y presentó títulos de anticuerpos IgG anti-S1 mayores a 10 000 AU/ ml, valor medio de los títulos de anticuerpos de los indi viduos con enfermedad por SARS-CoV-2 previa (Fig. 2). Se realizó el dosaje de anticuerpo N SARS-CoV-2 a esos 21 individuos con valores de anticuerpos anti-S1> 10 000. En 11 de ellos se encontraron valores superiores al punto de corte establecido, lo que sugiere que de aquellos con títulos altos de anticuerpo S (sin relato de enfermedad por SARS-CoV-2 previa), al menos la mitad tuvo infección asintomática. El resto, pudo haber cursado y negativizado para la proteína N, o no haberse infectado previamente.
Discusión
En nuestro estudio encontramos un alto nivel de sero conversión, y niveles más elevados en quienes cursaron enfermedad por SARS-CoV-2 previamente, tal como muestran otros estudios.
En el estudio Fase 3 de Sputnik V6 se encontró que la tasa de seroconversión (basal y post vacunación) fue de 98.25%, con mayor respuesta en el grupo de 18-30 años, sin diferencias de sexo.
Un estudio en Provincia de Buenos Aires8 con 288 vacunados, considerando títulos basales y luego de la vacunación (con 1 y 2 dosis de Sputnik V) y separándo los en aquellos con y sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa, indican que a los 21 días después de la primera dosis de la vacuna Sputnik V el 94% de los individuos analizados del grupo sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa desarrolló anticuerpos IgG específicos anti-Spike, siendo 100% a los 21 días de la segunda dosis. El nivel de títulos alcanzados a los 21 días luego de la primera dosis fue de 244 (IC95%, 180-328) en el grupo sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa, y de 9850 (IC95%, 8460-11 480) en el grupo con enfermedad por SARS-CoV-2 previa. En el grupo sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa, comparando la media de los títulos luego de la primera y segunda dosis fue de 244 y 2150 con diferencias esta dísticamente significativas (p < 0.001). Pero en el grupo con enfermedad por SARS-CoV-2 previa, al comparar dichos valores, que fueron 9850 (IC95%, 8460-11 480) y 9590 (IC95%, 7410-12 408), las diferencias resultaron no significativas. El nivel de anticuerpos en aquellos con una sola dosis y enfermedad por SARS-CoV-2 previa es 4.5 veces superior a aquellos con 2 dosis y sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa.
Respuestas similares se observaron con las vacunas de Pfizer y Moderna, donde la respuesta humoral luego de una dosis en personas con enfermedad por SARS-CoV-2 previa es muy elevada, y no aparecen grandes ventajas con la segunda dosis14-18.
Un estudio en La Rioja9 con 169 trabajadores de la salud vacunados, indica que a los 21 días de la primera dosis de la vacuna Sputnik V, el 79% de los individuos analizados desarrolló anticuerpos IgG anti-Spike detec tables, mientras que a los 21 días de la segunda dosis el 100% de los vacunados desarrolló estos anticuerpos Ig G. La respuesta humoral observada en individuos con infección previa alcanzó una mediana de títulos de 12 800. En comparación, los individuos sin infección previa después de la primera dosis mostraron títulos más bajos con una mediana de 400. Con la segunda dosis hubo franco aumento en el grupo sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa, y sin cambios en el grupo con enfermedad por SARS-CoV-2 previa.
En un estudio en San Carlos de Bariloche10, Rio Negro, en 2020 se midió seroprevalencia de anticuerpos IgG en personal de alto riesgo de exposición, que fue 2.7%, en tanto que con el antecedente de infección previa fue 31%. En 2021 estudiaron 366 personas vacunadas luego de 21 días de aplicación de la primera dosis de Sputnik-V y 44 personas no vacunadas. Todos eran miembros del personal de salud de alta exposición. La seroprevalencia en personal vacunado fue 94% con infección previa repor tada del 29% En el personal no vacunado fue 22.5%, con una infección previa del 30%, y diferencias significativas para presencia de serología IgG positiva (OR de 53.16 y p valor chi2 < 0.01). El análisis multivariado asoció la IgG positiva con la presencia de infección previa (OR 2.32-IC 95 1.10 a 4.91; p < 0.05).
Un estudio en Córdoba11 midió anticuerpos tipo IgG totales anti-S y anticuerpos neutralizantes (AcNT) a la vacuna Sputnik V en 285 personas en tres mo mentos: basal, a los 14 y 42 días de la primera dosis (con segunda dosis aplicada). La positividad fue 25.3, 85.5 y 99.7%, respectivamente. Hubo diferencias sig nificativas de positividad entre los vacunados que pre sentaron enfermedad por SARS-CoV-2 previamente y los que no lo presentaron (p < 0.001), pero no a los 42 días (p 0.5). Los títulos de anticuerpos fueron más altos a los 14 y 42 días en aquellos que tuvieron en fermedad por SARS-CoV-2 previa (p<0.001 en ambos momentos). A los 14 días tenía anticuerpos el 11.4% de aquellos sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa y el 91.3% de los expuestos previamente. Globalmente, a los 14 días el 85.5% tenía anticuerpos, y a los 42 días la cifra subió a 99.6%, resultando negativo solo un individuo (0.3%).
Si bien no hay estudios que comparen directamente vacunas, se realizó un metanálisis19 para comparar los niveles máximos de anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2 en las vacunas candidatas (BBIBP-CorV, AZD1222, BNT162b2, New Crown COVID-19, y Sputnik V), hallando que todas indujeron niveles significativos de anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2.
Un estudio en la Universidad de Maryland con 3816 trabajadores de la salud20 en 2020 consideró 3 grupos: sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa (SARS-CoV-2, anticuerpos IgG negativos), enfermedad por SARS-CoV-2 previa asintomática (IgG positivo) y enfermedad por SARS-CoV-2 previa sintomática (IgG positivo). De ese grupo, se estudiaron 210 participantes21 que fueron vacunados con la vacuna Pfizer-BioNTech o Moderna y se tomaron muestras basales, y a 7 y 14 días después de la vacunación. A los 0, 7 y 14 días, la mediana de los títulos fue mayor en cada uno de los grupos con enfermedad por SARS-CoV-2 previa asintomáticos y sintomáticos en comparación con el grupo sin enfermedad por SARS-CoV-2 previa (p <0.001).
En la presente experiencia, el 20.7% del personal de salud testeado refirió enfermedad por SARS-CoV-2 previa, y si se suma a los asintomáticos detectados a posteriori por dosaje de anti proteína N, la cifra sube a 22.4%. Esta cifra es más elevada que en otro estudio argentino. De 11 657 trabajadores estudiados en un estudio piloto22, correspondientes a 40 establecimientos de salud estatales (entre agosto y noviembre de 2020), 1300 (11.2%) habían tenido un resultado positivo para anticuerpos IgG contra SARS-CoV-2.
Es probable que los demás trabajadores con alta respuesta a la vacuna que no relataron enfermedad por SARS-CoV-2 previa y tuvieron anti N negativo, pudieran haber cursado el mismo y estuvieran en etapa de nega tivización de anticuerpos. Un estudio23 mostró que las respuestas de anticuerpos contra las proteínas S y N virales en la fase aguda de la infección fueron igualmente sensibles, en tanto que en la fase posterior las respuestas contra N parecen disminuir y las respuestas contra la proteína S persisten con el tiempo.
Un estudio en trabajadores de la salud con enferme dad por SARS-CoV-2 (no hospitalizados) mostró una de clinación importante de anticuerpos y que la protección de los mismos sería breve24. En otro estudio se seleccionaron 388 trabajadores de la salud para evaluar la declinación de los anticuerpos post enfermedad por SARS-CoV-225, de los cuales el 90% mantenían anticuerpos entre 60 y 90 días luego de un primer resultado positivo, cayendo al 74% luego de los 90 días. No hubo diferencias en cuanto a la persistencia de anticuerpos en relación a la presencia de comorbilidades ni de síntomas de enfermedad por SARS-CoV-2, a pesar de que algunos trabajos muestran una relación entre persistencia de anticuerpos y gravedad de los síntomas, con rápida caída en la enfermedad leve26.
En concordancia con otras investigaciones, nuestros hallazgos señalan que haber padecido enfermedad por SARS-CoV-2 previamente genera memoria inmune, y que ante la exposición a la vacuna se producen títulos superiores respecto a aquellos sin infección previa.
No obstante, la seroprevalencia es un desenlace su brogado de inmunidad. En el estudio de Fase 3 de Sputnik V6 se midió la inmunidad celular en 44 pacientes, y todos tenían niveles elevados de interferón gamma a los 28 días de la primera dosis. Algunos trabajos avalan la protección por inmunidad por medio de linfocitos de memoria, que en presencia de un nuevo estímulo activan la protección27-29. Un estudio con 188 casos30 en todo el rango de gravedad de la enfermedad por SARS-CoV-2, analizó la dinámica de las células B de memoria del SARS-CoV-2, las célu las T CD8 + y las células T CD4 + durante más de 6 meses después de la infección. Los diferentes tipos de memoria inmunitaria tenían cada uno una cinética distinta, lo que resulta en interrelaciones complejas entre la abundancia de memoria inmunitaria de células T, células B y anticuer pos a lo largo del tiempo. El 95% de los sujetos retuvieron la memoria inmunitaria al menos 6 meses después de la infección. Los títulos de anticuerpos circulantes no fueron predictivos de la memoria de las células T. Por lo tanto, las pruebas serológicas simples para los anticuerpos del SARS-CoV-2 no reflejan la riqueza y la durabilidad de la memoria inmunológica al SARS-CoV-2.