PUNTOS CLAVE
Conocimiento actual
• La prevalencia de síndrome de burnout evaluada en el personal de salud fuera de Argentina, durante la pandemia de COVID-19, es elevada aunque variable (rango de 13-70%). Los factores que se han asociado a su presencia son: sexo femenino, edad joven, estar en contacto con pacientes COVID-19, enfermedades psiquiátricas, ser enfermera o médico residente y mayor horas de trabajo.
Contribución del artículo al conocimiento
• La prevalencia de síndrome de burnout en el personal de salud, durante la segunda ola de COVID-19, en un Hospital universitario de la provincia de Buenos Aires, Argentina fue del 38%. Los factores que se asociaron en forma independiente al burnout fueron ser médico o kinesiólogo respiratorio.
La enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19) se expandió rápidamente a nivel mundial y fue declarada pandemia1. En la Argentina se registró el primer caso de COVID-19 el 3 de marzo de 20202 y se han comunicado más de 3.8 millones de casos y 79 mil fallecidos3. La pandemia generó globalmente una sobrecarga del sis tema de salud y agotamiento mental, emocional y físico del personal4,5. Diversos estudios han informado niveles elevados del síndrome de burnout o de quemarse por el trabajo en el personal de salud durante la pandemia de COVID-196-8. El síndrome de burnout es una respuesta psicológica al estrés laboral crónico de carácter interper sonal y emocional. Se caracteriza por un deterioro cogni tivo (pérdida de la ilusión por el trabajo o baja realización personal en el mismo), un deterioro afectivo (agotamiento emocional y físico) y aparición de actitudes y conductas negativas9. Lo caracterizan tres dimensiones: sentimien tos de agotamiento emocional, despersonalización y una baja sensación de realización personal10.
En la Argentina no existen estudios que hayan deter minado la prevalencia del síndrome de burnout durante la pandemia de COVID-19. El objetivo del estudio fue estimar la prevalencia y los factores asociados del sín drome de burnout en el personal de salud, en un Hospital Universitario de la provincia de Buenos Aires, Argentina, durante la segunda ola de COVID-19.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio de corte transversal a través de la ad ministración de una encuesta por correo electrónico durante la segunda ola de casos de COVID-19, entre el 28 de abril y el 15 de mayo de 2021. Se envió mediante correo electrónico un formulario de Google® a una muestra aleatoria del personal de salud de un Hospital Universitario de alta complejidad, de la provincia de Buenos Aires, el Hospital Italiano San Justo Agustín Rocca. Este hospital cuenta con atención ambulatoria e internación y dispone de 151 camas (10 en la unidad de cui dados intensivos de adultos, 4 en la unidad coronaria, 12 en la unidad de terapia intermedia, 71 en Internación general, 11 en maternidad, 26 en pediatría y 17 en la central de emergencia de adultos). La población del estudio comprendió a médicos, enfermeros, kinesiólogos respiratorios y administrativos. La encuesta registró variables demográficas, carga horaria y lugar de trabajo, profesión, antigüedad laboral, antecedente de COVID-19, y vacunación contra COVID-19.
Se incluyó el cuestionario de Maslach Burnout Inventory (MBI). El MBI es el estándar de referencia para valorar bur nout 11 y es una herramienta que ha sido validada en Argentina por Neira MC12. Utilizamos la versión original del MBI que ha sido la más utilizada para valorar el síndrome de burnout13,14. El MBI cuenta con 22 ítems, con un puntaje en una escala de Likert entre 0 y 6 (rango de 0 = nunca a 6 = todos los días) y contiene 3 subescalas: agotamiento emocional, desperso nalización y realización personal. La escala de agotamiento emocional (AE) está compuesta por 9 ítems y significa la posibilidad de estar abrumado, sobrepasado, exhausto y agotado emocionalmente respecto al trabajo. Su puntuación máxima posible son 54 puntos y se considera significativa la presencia de burnout cuando se obtienen puntajes mayores a 21. La escala de despersonalización (DP) está compuesta por 5 ítems e implica impersonalidad en el trato hacia las personas que asiste, insensibilidad, indiferencia, hostilidad, cinismo, frialdad, distancia, no empatía. Su puntuación máxima es de 30 puntos y es significativa la presencia de burnout cuando se obtienen puntajes mayores a 6. La escala de realización personal (RP) está compuesta por 8 ítems y expresa per cepción de eficiencia, realización laboral, autoevaluación y autoconcepto positivo. Su puntuación máxima es de 48 puntos y la obtención de puntajes menores a 36 son indicadores significativos del síndrome de burnout.
El objetivo primario del estudio fue estimar la prevalencia del síndrome de burnout en el personal de salud. Los obje tivos secundarios fueron: determinar los factores asociados y los niveles de gravedad según ocupación del síndrome de burnout. Se definió la presencia del síndrome de burnout si el puntaje correspondiente a cada participante fue superior a 21 en la escala de AE, superior a 6 en la escala de DP, e inferior a 36 en la escala de RP. Según las puntuaciones obtenidas en cada sub-escala del MBI se clasificaron los participantes en nivel bajo, moderado y alto. Se definieron las categorías según los siguientes puntos de corte: sub-escala de AE bajó (< 12 puntos), moderado (12-21 puntos), alto (> 21 puntos); sub-escala de DP bajos (< 3 puntos), moderado (3-6 puntos) y alto (> 6 puntos) y sub-escala RP baja (40 puntos), moderado (40-36 puntos) y alta (< 36 puntos)12.
Se estimó la prevalencia del síndrome de burnout con su IC95% y la tasa de respuestas de la encuesta. Se realizó un análisis descriptivo de las variables cuantitativas del MBI para los elementos de Maslach, calculando sus medias y desvíos estándar. Se describieron las variables numéricas como me dia y desvío estándar o mediana y rango intercuartil (RIC), según la distribución observada. Las variables categóricas se describieron como frecuencia absoluta y relativa. Para el análisis, se dividieron a los pacientes según la presencia o ausencia de síndrome de burnout. Se compararon entre los grupos las variables categóricas con test de Chi cuadrado o Fisher y las variables cuantitativas con t-test o Mann Whitney según correspondiera. Para valorar si existían diferencias de los niveles de RP, AP y DP según la ocupación se usó el test de Kruskal-Wallis (K-W). Cuando el test de K-W presento un valor p < 0.05 se realizaron comparaciones múltiples con el test de Dunn. Se utilizó un modelo de regresión logística para analizar los factores asociados a la presencia de burnout, estimando los odds ratios (OR) con sus intervalos de con fianza del 95%. Todos los test se realizaron a dos colas y se consideró un valor de p inferior a 0.05 como estadísticamente significativo. Se hizo un análisis de sensibilidad considerando una definición menos estricta de la presencia de síndrome de burnout cuando hubo al menos 2 escalas positivas de 3, con un puntaje alto en la escala de AE (≥ 27 puntos) y/o un puntaje alto en la escala de DP (≥ 13 puntos), y/o un puntaje bajo en la RP (≤ 31 puntos)13,15. Se utilizó para el análisis estadístico el software Stata versión 13.
Para el cálculo muestral se consideró: un tamaño de po blación, del equipo de salud del Hospital Italiano de San Justo Agustín Rocca, de 5000 personas, una proporción esperada de burnout de 25% considerando lo informado por Muñoz A. y col.16, un error absoluto aceptado (o precisión) de 5% y un nivel de confianza del 80%. Con esos valores se necesitarían 126 participantes. Considerando una tasa de no respuesta del 20%, el tamaño muestral requerido para estimar la prevalencia de burnout sería de 158 participantes.
El trabajo se llevó a cabo en conformidad con el Código de Ética de la Asociación Médica Mundial (Declaración de Hel sinki) para experimentos con seres humanos. La encuesta fue anónima y se garantizó la confidencialidad de la información. El estudio fue aprobado por el comité de ética institucional del Hospital Italiano de San Justo (número de protocolo: #5881) antes de iniciar el estudio y se realizó acorde a la guía de buenas prácticas clínicas. Se tomó el consentimiento infor mado de todos los participantes.
Resultados
Se envió la encuesta a 158 miembros del personal de salud, obteniendo 133 resultados completos con una tasa de respuesta del 84%. De los 133 participantes que res pondieron, 106 fueron médicos (80%), 11 administrativos (8%), 9 kinesiólogos respiratorios (7%) y 7 enfermeros (5%). El 62% fueron mujeres (n 82) y la mediana de edad fue de 34 años con un rango intercuartil de 30-39 años. Se resumen las características de la población según la pre sencia y ausencia de síndrome de burnout en la Tabla 1.
En nuestra muestra la prevalencia del síndrome de burnout fue de 38% (IC95% 30-47%) y fue diferente según la ocupación (p = < 0.001). Los médicos y los kinesiólo gos respiratorios presentaron los valores más altos con una prevalencia del 40%(IC95% 30-50) y 89%(IC95% 52-100) respectivamente. Aunque solamente el ser ki nesiólogo respiratorio se asoció a una mayor prevalencia de síndrome de burnout, 89% contra 11% (p = 0.002). No hubo diferencias estadísticamente significativas en la prevalencia de síndrome de burnout acorde a las áreas de trabajo (p = 0.554). Los participantes que presentaron burnout tuvieron una menor experiencia laboral compara do con los que no lo presentaron, con una mediana de 5 años de trabajo contra 10 años (p = 0.013) y una menor mediana de edad (31 años contra 36 años, p = 0.023). Se realizó un análisis de sensibilidad, con una definición menos estricta del síndrome de burnout encontrándose una prevalencia de 51% (IC95% 42-60).
El nivel de gravedad del síndrome de burnout de cada dominio del cuestionario del MBI se resume en la Tabla 2. La mayoría de los participantes presentaron un nivel alto de burnout en los tres dominios: agotamiento emocional (92%), despersonalización (75%) y realización personal (48%). La mediana de agotamiento emocional fue 37 (RIC 13), de despersonalización 12 (RIC 10) y realización personal 36 (RIC 10). El nivel de despersonalización y realización personal fue diferente según la ocupación (Fig. 1 y 2). Por el contrario, no hubo diferencias esta dísticamente significativas entre el nivel de agotamiento emocional y la ocupación (Fig. 3). Tanto los médicos como los kinesiólogos presentaron un nivel de despersonaliza ción mayor en comparación con los administrativos (valor p = 0.010 y 0.040 respectivamente). En el resto del grupo no hubo diferencias estadísticamente significativas. Los médicos y kinesiólogos presentaron un nivel de realización personal menor en forma estadísticamente significativa, en comparación con los enfermeros (valor de p = 0.009 y 0.002 respectivamente) y con los administrativos (valor de p = 0.032 y 0.007 respectivamente).
Para el análisis de factores asociados a la presen cia de síndrome de burnout se realizó inicialmente un análisis bivariado con potenciales variables predictoras: sexo femenino, edad, ocupación (médico o kinesiólogo respiratorio), área de trabajo UCI, años de experiencia y horas de trabajo entre 40-60 horas. Aquellas variables que mostraron significancia estadística en el análisis bi variado o que demostraron asociación en estudios previos fueron incluidas en el análisis multivariado (Tabla 3). En dicho análisis las variables que se asociaron en forma independiente al síndrome de burnout fueron: ser médico (OR = 8.9; IC 95%:1.1-71; p: 0.041) y ser kinesiólogo respiratorio (OR = 137.5; IC 95%: 2-262; p: 0.001).
Discusión
En nuestro estudio la prevalencia de síndrome de burnout del personal de salud fue de 38%. La mayoría de los participantes presentaron un nivel alto de burnout en los dominios de agotamiento emocional, despersonalización y realización personal. Los factores que se asociaron en forma independiente al síndrome de burnout fueron ser médico o kinesiólogo respiratorio.
Tanto en nuestro estudio como en los comunicados previamente, la prevalencia de síndrome de burnout en personal de salud durante la pandemia de COVID-19 fue elevada. Aunque la prevalencia es variable, se encuentra en un rango amplio de 13-70%6,7,17-20. Esta variabilidad puede estar asociada a diferencias en las características de la población, el momento de la pandemia en la que se realizó el estudio y en los instrumentos utilizados para determinar la presencia del síndrome de burnout. Todos los estudios utilizaron el cuestionario MBI, pero los puntos de corte utilizados y la definición de síndrome de burnout fue diferente. La heterogeneidad en la definición y medición del síndrome de burnout ha sido descrita previamente13. En nuestro estudio se constata cómo al cambiar la definición del síndrome de burnout, con crite rios menos estrictos, se modifica el valor de la prevalencia y asciende al 51%. Por lo que es importante al comparar la prevalencia de síndrome de burnout entre diferentes países y regiones tener en cuenta como fue definida. En Argentina, en un estudio previo a la pandemia, Muñoz A. y col. informaron una prevalencia de síndrome de bur nout de 29% en médicos residentes utilizando la misma definición16. La mayor prevalencia en médicos en nuestro estudio (40%), podría estar relacionada con la pandemia de COVID-19. Teniendo en cuenta que las pandemias y epidemias generan un impacto negativo en la salud de los trabajadores sanitarios generando estrés agudo, de presión, ansiedad, agotamiento y síndrome de burnout21.
En nuestro estudio encontramos que aquellos con sín drome de burnout tuvieron una menor edad y experiencia laboral. Aunque no son concluyentes, la mayoría de las investigaciones sostienen que, a medida que los años avanzan, la persona gana experiencia y seguridad en las tareas laborales y muestra una menor vulnerabilidad a la tensión laboral. Los médicos en formación son un grupo vulnerable, en este periodo se producen procesos clave de adaptación y ajuste a las nuevas tareas que coloca al joven en un estrés constante. Pese a que es un punto de controversia, algunos autores sostienen que los jóvenes son los que más frecuentemente experimentan estrés laboral y burnout, ya que no cuentan con capacidades de defensa suficientes ante la sobreexigencia22-24.
En el presente estudio encontramos que la prevalencia del síndrome fue diferente según la ocupación, siendo mayor en los médicos y los kinesiólogos respiratorios, pero sin diferencias en relación al aérea de trabajo. Estos hallazgos se contraponen con los resultados de Lasalvia A. y col. quienes encontraron una mayor prevalencia de síndrome de burnout en enfermeros, médicos residen tes y en el personal que se desempeñaba en unidades de cuidados intensivos6. Los kinesiólogos respiratorios presentaron una prevalencia elevada de síndrome de burnout (89%), siendo mayor a lo informado previamente por Jacome C y col., quienes encontraron una prevalen cia del 42% en kinesiólogos25. Estas diferencias pueden estar vinculadas a que dichos autores utilizaron una herramienta diferente (Copenhagen Burnout Inventory) para valorar el síndrome de burnout e incluyeron kine siólogos de varias especialidades. La elevada prevalencia de burnout encontrada en los kinesiólogos respiratorios podría estar relacionada al contacto con pacientes con COVID-19. Puesto que estudios previos han demostrado una mayor prevalencia en aquellos que están en contacto con pacientes con COVID-197,25- 27.
En la población analizada encontramos niveles ele vados de síndrome de burnout en los tres dominios del cuestionario de MBI, mayores a lo comunicado previa mente. En nuestro estudio hubo un nivel de agotamiento emocional del 92%, de despersonalización del 75% y realización personal del 48%. En estudios que incluyeron personal de salud los niveles de agotamiento emocional varían entre 20%-50%, los de despersonalización entre 12-39% y los de realización personal entre 1-34%7,27-29. Aunque el rango fue variable en los diferentes estudios, en la mayoría el dominio más afectado fue el de agota miento emocional seguido del de despersonalización y el menos afectado la realización personal. En similitud con resultados previos los niveles de burnout fueron diferen tes según la ocupación del personal de salud6,28. En el presente estudio los médicos y kinesiólogos por un lado presentaron un nivel de realización personal menor en comparación con los enfermeros y con los administrativos. Por otro lado, presentaron un nivel de despersonalización mayor en comparación con los administrativos. En cambio para Lasalvia A. los médicos residentes y las enfermeras presentaron mayores niveles de agotamiento emocional, cinismo y menores niveles de eficiencia profesional6. Si milares resultados fueron obtenidos por Jalili M y col. que demostraron mayores niveles de agotamiento emocional en médicos residentes y enfermeros28. Las diferencias encontradas entre los estudios pueden ser secundarias a que las ocupaciones analizadas son distintas, al tamaño muestral o diferencias de las condiciones de trabajo de cada ocupación en el ámbito local donde se realizó el estudio.
Los factores asociados al síndrome de burnout en personal de la salud durante la pandemia de COVID-19 que se han descrito son: sexo femenino6,7,25,26,28,29, edad joven26,28, estar en contacto con pacientes COVID-197,25,26,29, historia previa de depresión26 o enfermedades psiquiátricas25,26,29, ser enfermera6,28,29 o médico residen te6,7,28 y mayor horas de trabajo29. En nuestra muestra los predictores independientes de síndrome de burnout fueron ser médico y kinesiólogo respiratorio. No encontramos diferencias en relación al género femenino, el área de trabajo, la edad, los años de experiencia y las horas de trabajo.
Las fortalezas del estudio fueron la alta tasa de respuesta, haber utilizado más de una definición de síndrome de burnout y usado una herramienta para estimar el síndrome de burnout validada en Argentina. Pero este estudio presenta limitaciones. Primero, la muestra se compone principalmente de médicos y el resto de las ocupaciones presentan un número limitado de participantes, lo que puede limitar la generalización de los resultados a estos subgrupos. Por un lado, el n desproporcionadamente alto de médicos hace que sea un factor de riesgo por sí mismo de burnout. Por otro lado, el numero bajo de kinesiólogos respiratorios, puede generar inestabilidad de los datos y las estimaciones en base a este subgrupo deben ser consideradas con precaución. Segundo, los hallazgos pueden no ser repre sentativos de todo el personal de salud de la Argentina, puesto que el estudio se realizó en un único centro. Por último, la naturaleza observacional del estudio no permite establecer relaciones causales.
La prevalencia elevada de síndrome de burnout en personal de salud es relevante y tiene implicancias tanto para la salud de los profesionales de la salud como para la eficiencia de los sistemas de salud. Puesto que el síndrome de burnout se asocia con consecuencias per judiciales tanto físicas como psicológicas a largo plazo y con aumento de bajas por enfermedad, ausentismo, abandono y baja eficiencia laboral30. Es indispensable que el sistema de salud detecte y les brinde un trata miento a aquellos trabajadores que estén padeciendo la enfermedad. Con el fin de evitar las consecuencias deletéreas de este síndrome en el personal y sistema de salud.
Consideramos que en el futuro sería relevante poder unificar los criterios de definición y estandarizar las herramientas de medición del síndrome de burnout. Además, seria de interés poder determinar si existe una variabilidad en la prevalencia en las diferentes regiones de nuestro país y cuáles son los factores asociados más influyentes en nuestro sistema de salud. Finalmente, serian de gran valor estudios con un mayor número de kinesiólogos respiratorios, administrativos y enfermeros.
En conclusión, la prevalencia de síndrome de bur nout en personal de salud durante la segunda ola de la pandemia de COVID-19 fue elevada. Principalmente en los kinesiólogos respiratorios y los médicos, por lo que deberían recibir formación en estrategias para afrontar y prevenir este síndrome. Se necesitan más estudios para confirmar nuestros hallazgos.