PUNTOS CLAVE
• Durante la última década el mosquito vector del dengue ha continuado su expansión geográfica hacia el sur de Argentina. Dicha expansión fue acompañada del corri miento del límite sur de transmisión de dengue.
• En Tandil, ciudad intermedia próxima al límite sur de distribución del vector, se implementó un sistema de vigilancia del mosquito Ae. aegypti de modo colaborativo entre el ámbito municipal, científico y ciudadano. Los resultados obtenidos demuestran el establecimiento del vector en la ciudad.
• A partir de dichos hallazgos, se realizaron numerosas actividades de divulgación, como punto inicial para co menzar a visibilizar el problema localmente y lograr cambios de conducta en las autoridades responsables y en los ciudadanos.
El mosquito Aedes aegypti es reconocido como el principal vector de varios arbovirus en América, incluido el dengue, Zika, chikungunya y la fiebre amarilla urbana. La principal preocupación respecto de este mosquito es la transmisión del dengue, enfermedad hiperendémica en Sudamérica con ciclos epidémicos cada 3-5 años1. Varios países de la región han registrado el mayor nú mero de casos de la historia en 2019, encabezados por Brasil con más de 2 millones de casos acumulados2. En Argentina, los primeros casos de dengue autóctono fueron notificados en el norte del país en 19983. A partir del año siguiente y hasta el 2008 hubo brotes epidémicos localizados en distintas provincias del norte con un total de 3 451 casos confirmados4. Durante los años 2009 y 2016 se produjeron las primeras 2 epidemias de alcance nacional, abarcando 14 provincias y un total de aproxima damente 27 000 y 40 000 casos autóctonos confirmados, respectivamente4,5. Durante el verano y otoño del 2020 se registró la tercera epidemia nacional con 17 provincias afectadas, casi 60 000 casos autóctonos confirmados y la circulación simultánea de 3 serotipos6. El límite sur de transmisión del virus en el continente se encuentra en la Provincia de Buenos Aires, y en cada una de estas epidemias se observó un corrimiento más al sur, siendo la localidad de Saladillo (35°38'00''S 59°46'00''O) el punto más austral con casos autóctonos de dengue7.
Respecto a la distribución geográfica del mosquito, desde su reaparición en 1986 en el norte de Argentina, ha estado en constante expansión hacia el sur y el oeste3. Durante la última década se ha detectado su presencia en localidades que están por debajo del límite conocido de transmisión del virus, incluyendo el norte de las provincias de La Pampa y Río Negro, y el centro-sur de la provincia de Buenos Aires8,9. En ciudades próximas al límite de distribución se ha observado que la detección ocasional no necesariamente es seguida del establecimiento de una población del mosquito. Un claro ejemplo es el hallazgo de Ae. aegypti mediante ovitrampas en la ciudad de Neuquén en 201010 seguido de posteriores monitoreos negativos durante los años siguientes11,12.
En Tandil, ciudad intermedia que se encuentra unos 200 km al sur del límite actual de transmisión de dengue, Ae. aegypti no había sido detectado hasta inicios de 2019, ni por los agentes municipales encargados del control de vectores ni en una prospección regional realizada en 2017 por Carbajo et al.8. En febrero 2019 se documentó la presencia de Ae. aegypti por primera vez en Tandil a partir de la fotografía de una hembra adulta enviada por un ciudadano a la Dirección de Bromatología del Munici pio, ente encargado del control de vectores a nivel local. Dicho aporte, si bien es reconocido como la versión menos elaborada de la ciencia ciudadana por ser contributiva y no co-creada con la ciudadanía13, fue el primer paso para visibilizar un potencial problema de salud pública en la comunidad local14.
El objetivo de este trabajo es presentar los resultados obtenidos a partir de la experiencia de trabajo colaborativo entre el ámbito científico y el municipal, junto con aportes de la ciudadanía, para monitorear a Ae. aegypti durante los dos años siguientes a su detección inicial, y describir las actividades posteriores para divulgar la problemática entre los funcionarios municipales y la comunidad en general.
Materiales y métodos
El área de estudio fue Tandil (37°04'00''S 59°08'00''O), ciudad cabecera del partido homónimo, tiene una población de 123 817 habitantes y está emplazada en el centro del sistema se rrano de Tandilia sobre su ladera noreste, donde se combina la explotación agrícola-ganadera con la minera15. La región tiene un clima templado continental con variaciones térmicas y pluviométricas, con las mayores temperaturas y precipita ciones concentradas de octubre a marzo16. La temperatura media anual es 14.2 °C y la precipitación media anual es de 827 mm17.
Primera etapa: Luego del hallazgo inicial de Ae. aegypti a partir del aporte de un ciudadano, el objetivo específico fue realizar un diagnóstico de situación en distintos barrios de la ciudad durante toda una temporada reproductiva del mosquito, utilizando mínimos recursos municipales. Para ello, se capacitó a todo el personal municipal afectado a la Dirección de Bromatología para que colocaran una ovitrampa18 en sus domicilios (jardín o patio) y realizaran el recambio de la superficie de oviposición y el agua semanalmente. Todo el material, debidamente rotulado, era depositado semanalmente en las oficinas de Bromatología para posteriormente realizar el conteo de huevos de Ae. aegypti bajo lupa binocular en el laboratorio del Instituto Ecosistemas dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Dicha vigilancia entomológica se realizó con 39 ovitrampas desde inicios de octubre 2019 hasta fines de mayo 2020. En segundo lugar, durante febrero-abril 2020 se visitaron 26 sitios de la ciudad que incluyeron viviendas, gomerías, cementerio, predio municipal, obras en la vía pública y una acumulación de neumáticos fuera de uso en el relleno sanitario. En los mismos se inspeccionaron recipientes con agua en busca de estadios inmaduros de mosquitos utili zando un cucharón de 200 cm3 y pipetas. El material fue fijado en alcohol 70% y transportado al laboratorio para su poste rior identificación bajo lupa binocular, utilizando una clave dicotómica específica19. Por último, a partir de la difusión del hallazgo del mosquito vector en los medios de comunicación locales, los vecinos enviaron espontáneamente a la Dirección de Bromatología ejemplares capturados y fotografías durante los meses que duró el estudio. Dicho material fue analizado bajo lupa binocular o computadora según el caso.
Segunda etapa: Durante el siguiente periodo (enero-abril 2021), el objetivo específico fue evaluar si la población del vector se encontraba en expansión dentro del municipio respecto a los resultados obtenidos en el año previo. Para ello, se utilizaron nuevamente 39 ovitrampas pero distribuidas homogéneamente en toda la ciudad utilizando centros de sa lud comunitarios (14), hospitales (2), predios municipales (4), predios privados (14), y la vía pública (5). Un único empleado de la Dirección de Bromatología fue capacitado y realizó el seguimiento a campo de las ovitrampas, pero solo durante los meses de mayor abundancia de Ae. aegypti en la región (enero-abril). Para ello, semanalmente se dispuso un vehículo del Municipio entre 2 y 3 medias jornadas. Al igual que en el periodo anterior, a partir de la difusión en los medios locales, los ciudadanos colaboraron enviando a la Dirección de Broma tología ejemplares capturados y fotografías durante el estudio.
Los resultados de las ovitrampas se expresaron semanal mente como el porcentaje de las trampas activas que tuvieron al menos 1 huevo de Ae. aegypti; i.e. % ovitrampas positivas. Para observar la distribución espacial de Ae. aegypti en la ciudad se mapearon las ovitrampas positivas y negativas para cada periodo, y los aportes de los ciudadanos y de la búsqueda activa de criaderos. Finalmente se comparó la efectividad de las ovitrampas entre ambas aproximaciones utilizadas; i.e. 39 agentes municipales en sus viviendas vs. 1 agente monitoreando 39 sitios homogéneamente distribuidos en la ciudad.
Resultados
Durante el primer periodo de estudio, el monitoreo con ovitrampas detectó actividad de ovipostura de Ae. aegypti desde mediados de noviembre hasta fines de abril, con valores máximos cercanos al 17% de ovitrampas positivas entre mediados de febrero e inicios de marzo (Fig. 1). Durante la búsqueda activa de criaderos se revisaron 484 recipientes con agua en 26 sitios de la ciudad (Tabla 1).
De estos, 23.1% (112/484) contenían estadios inmaduros de mosquitos y el 3.5% (17/484) correspondieron a criade ros de Ae. aegypti. El resto de las especies identificadas fueron Culex pipiens s.l., Cx. apicinus, Cx. dolosus, y Cx. acharistus. Respecto a la distribución espacial del mosquito en la ciudad, se identificaron 33 sitios positivos: 15 mediante ovitrampas, 13 por ciencia ciudadana, y 5 mediante búsqueda activa de criaderos (2 viviendas, 2 gomerías, 1 predio municipal). Todos los sitios positivos para Ae. aegypti estuvieron concentrados en la zona más céntrica de la ciudad (Fig. 2).
Durante el segundo periodo de estudio se demostró nuevamente la actividad de oviposición de Ae. aegypti durante los meses más calurosos del año con un valor máximo de 28% de trampas positivas a fines de febrero (Fig. 3). Se identificaron 37 sitios positivos en la ciudad: 21 mediante ovitrampas y 16 por ciencia ciudadana. La distribución espacial del mosquito, si bien estuvo princi palmente concentrada en la zona céntrica, a diferencia del período anterior hubo unas pocas trampas de barrios pe riféricos que fueron positivas en 1 o 2 ocasiones (Fig. 4). Todos los aportes de los ciudadanos estuvieron dentro de la zona más céntrica.
La comparación de ambos periodos de estudio sugiere que la superficie ocupada por Ae. aegypti en la ciudad aumentó en 2021, expandiéndose hacia barrios periféricos (Fig. 5A). Dentro de la zona más céntrica, en 2020 se ob servaron trampas negativas intercaladas entre las positivas (Fig. 2), mientras que en 2021 todas las trampas registraron la presencia del vector (Fig. 4). Además, el porcentaje de ovitrampas positivas fue mayor en 2021 (Fig. 5B).
Finalmente, la efectividad del sistema de monitoreo implementado durante el primer periodo de estudio fue disminuyendo desde un 95% de trampas funcionando al inicio del estudio en octubre 2019 hasta un 26% en mayo del 2020 (64% para todo el periodo). Por el contrario, el sistema utilizado el segundo año, que involucró un solo agente municipal, se sostuvo entre 95-100% de trampas activas durante todo el periodo enero-abril 2021.
El dengue, como cualquier otra enfermedad vectorial, en localidades o regiones donde no existen registros del mosquito vector, es un problema invisible, tanto para el sistema de salud como para la ciudadanía. A partir de la detección inicial y el posterior diagnóstico de situación realizado durante dos años, se dispuso de información irrefutable acerca del establecimiento de una población de Ae. aegypti en la ciudad. Los hallazgos realizados junto con una serie de recomendaciones para la prevención del dengue fueron presentados como informes técnicos anuales al Honorable Concejo Deliberante del Municipio. Para comenzar a visibilizar este potencial nuevo problema de salud pública local, durante el periodo abril 2020 - ju nio 2021 se realizaron 7 charlas abiertas a la comunidad promovidas desde distintas instituciones académicas y del ámbito social. Además, la Dirección de Bromatología organizó otras 2 charlas orientadas a empleados y funcionarios municipales. A partir de las mismas, los medios locales replicaron la información en forma de 14 entrevistas radiales o escritas, permitiendo instalar parcialmente en la comunidad el problema asociado a la presencia del mosquito vector del dengue y las medidas de prevención a aplicar.
Discusión
El presente trabajo resume una experiencia colaborativa entre el ámbito municipal y el científico, activada a partir del hallazgo inicial del vector del dengue por parte de un ciudadano. Luego de 2 años de estudio continuo se ha podido demostrar, con muy bajo costo, el establecimiento de una población de Ae. aegypti en la ciudad y se ha comenzado a instalar la problemática en la comunidad. La Organización Panamericana de la Salud propone la Estra tegia de Gestión Integrada para la prevención y control del dengue (EGI-Dengue) como una plataforma para abordar la integración de acciones para prevención y control de esta arbovirosis20. Unos de los ejes transversales de dicho abordaje es la comunicación social para producir cambios de conducta en las autoridades responsables y en las familias. Vale destacar, que resulta imposible generar dichos cambios de conducta sin la información de base que demuestre la presencia del mosquito en la región y, en consecuencia, el riesgo de transmisión de dengue a nivel local.
Más allá de la detección inicial de Ae. aegypti en la ciu dad, los registros fotográficos y ejemplares de mosquitos aportados por los ciudadanos confirmaron la presencia del vector en toda la zona más urbanizada del municipio. En este sentido, el aporte del registro de especies por parte del público es reconocido como ciencia ciudadana desde hace varias décadas21. A diferencia de la mayoría de los casos de ciencia ciudadana relacionados con las obser vaciones de vertebrados o la conservación de especies silvestres, lo observado aquí es un insecto urbano que despertó preocupación en los vecinos. Durante el primer periodo de estudio, el aporte de ciencia ciudadana y la vigilancia con ovitrampas realizada por los agentes mu nicipales mostraron resultados similares. Sin embargo, durante el segundo periodo, las ovitrampas detectaron la presencia del vector en una amplia zona periférica pero los registros de los vecinos siguieron limitados a la zona céntrica. Dicho contraste sugiere que Ae. aegypti a bajas abundancias resultaría desapercibido por los vecinos de los barrios periféricos, a pesar de la detección de hembras adultas mediante ovitrampas. Esta herramienta, fácil de construir y sensible para detectar al mosquito aun en bajas densidades poblacionales, es reconocida como ideal para actividades de vigilancia vectorial18.
Por último, consideramos que la presente experiencia es un claro ejemplo de la importancia de la vinculación entre el ámbito científico y el gubernamental. El mosquito vector del dengue sigue expandiendo su distribución hacia el sur y el oeste en Argentina. Varias localidades de la re gión han evidenciado la introducción y el establecimiento de Ae. aegypti durante la última década8,9, y sus habi tantes no están debidamente informados o sensibilizados con la problemática. A partir de la información producida podrán generarse diversas actividades para concientizar a la población y a los funcionarios tomadores de decisiones, y para capacitar y sensibilizar al sistema de salud. Y en última instancia, lograr los cambios de conducta espera dos para prevenir la transmisión de esta enfermedad en el límite de distribución del vector.