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Archivos argentinos de pediatría
Print version ISSN 0325-0075
Arch. argent. pediatr. vol.108 no.6 Buenos Aires Nov./Dec. 2010
PRESENTACIÓN DE CASOS CLÍNICOS
Enfermedad de Chagas como causa de masa cerebral ocupante en paciente con leucemia linfoblástica en remisión
Chagas' disease as a cause of cerebral mass in a patient with lymphoblastic leukemia in remission
Dra. Verónica Cohena, Dra. Verónica Ceballosa, Dra. Natalia Rodrígueza, Dra. Claudia Gonzáleza, Dra. Beatriz Marcianoa, Dra. Nora Dackiewicza y Dra. Griselda Berberianb
a. Cuidados Intermedios y Moderados.
b. Servicio de Infectología.
Hospital Nacional de Pediatría "Prof. Dr. Juan P. Garrahan."
Correspondencia: Dra. Verónica Cohen: verocohen@fotogramasweb.com.ar
Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.
Recibido: 4-5-10
Aceptado: 11-8-10
RESUMEN
Se presenta el caso de una paciente de 15 años, oriunda de la
provincia de Chaco, con diagnóstico de leucemia linfoblástica
hace 2 años, actualmente en mantenimiento, con buena respuesta
al tratamiento. El motivo de consulta fue cefalea y fiebre de
20 días de evolución. Al ingreso se realizaron: hemocultivos
(negativos) y tomografía computada de cerebro, que mostró una
lesión hipodensa con compromiso de sustancia blanca a nivel
occípito-parietal izquierdo. Se realizó una resonancia nuclear
magnética de cerebro y se observó lesión occipital izquierda
hipointensa en T1 e hiperintensa en T2, con refuerzo periférico
con gadolinio y área central hipodensa, rodeada de importante
edema con efecto de masa. La serología para Chagas fue
positiva, como así también la parasitemia. Inició tratamiento
con benznidazol, con buena evolución clínica y reducción de
la lesión al mes de tratamiento.
Palabras clave: Enfermedad de Chagas; Leucemia linfoblástica; Masa cerebral.
SUMMARY
We report the case of a 15-year-old female patient, native of the
province of Chaco, diagnosed with lymphoblastic leukemia 2
years ago. She was currently in maintenance therapy, with good
response to treatment. Twenty days before she began with headache
and fever. At admission, blood cultures were negative,
and brain computed tomography showed a hypodense lesion
with involvement of white matter in left occipital-parietal area.
A brain MRI was performed, and a hypointense left occipital
lesion was observed in T1. The lesion showed peripheral gadolinium
enhancing and was hyperintense on T2, with a hypodense
central area surrounded by significant edema with mass
effect. Chagas serology was positive, as well as the parasitemia.
The patient was treated with benznidazole, with good response
to therapy: a significant clinical improvement and mass reduction
were observed, within the first month of treatment.
Key words: Chagas' disease; Lymphoblastic leukemia; Brain mass.
INTRODUCCIÓN
El propósito de esta comunicación es describir
una forma de presentación no frecuente de
infección por Chagas, en una paciente inmunocomprometida.
La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis
americana es una parasitosis endémica de América
latina provocada por el protozoario flagelado
Tripanosoma cruzi. La infección generalmente
se transmite al ser humano por deyecciones de
insectos hematófagos, el más importante de los
cuales es el Triatoma Infestans (vinchuca).
Sin embargo, a esta forma tradicional de transmisión
vectorial en área rural se agrega el contagio
por vía connatal, por vía transfusional y por
vía del trasplante de órganos. Estas vías no vectoriales
cobran particular importancia en las áreas
urbanas (principalmente por las migraciones internas),
en donde el pasaje se realiza a través de
la sangre del individuo infectado al sano, sin intervención
de la vinchuca.1
Según la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), diez millones de personas se encuentran
infectadas en América latina. En nuestro
país, aproximadamente 1 600 000 personas están
infectadas.1
Los síndromes clásicos asociados con la enfermedad
de Chagas son bien conocidos, pero existen
pocos informes publicados sobre la forma de
presentación como masa cerebral ocupante, el
cuadro de la paciente que presentamos a continuación.
2
CASO CLÍNICO
Paciente de 15 años de edad, sexo femenino,
oriunda de la provincia de Chaco, con diagnóstico
de leucemia linfoblástica aguda hace dos años,
con buena respuesta al tratamiento, recibiendo
al momento del ingreso como mantenimiento,
6-mercaptopurina diaria y metrotexate semanal
por vía oral, seguida en el Hospital de Niños de
Corrientes. Con serología para Chagas negativa al
momento de comenzar el tratamiento de leucemia.
Ingresa al hospital por un cuadro de aproximadamente
20 días de evolución de cefalea frontal
acompañado de registros febriles diarios, que luego
cede espontáneamente; al momento del ingreso
presenta sensación de opresión al levantarse.
El examen físico no presentaba particularidades,
excepto obesidad central con un examen neurológico
sin déficit.
Los estudios realizados informaron: glóbulos
blancos: 4200 mm3 (neutrófilos 88%, linfocitos
10%, monocitos 2%), hemoglobina 12 g%, recuento
de plaquetas 398 000/mm3; LDH 853 U/l, urea
26 mg%, ácido úrico 3,1 mg%, GOT 74 UI, GPT 47
UI, suero anictérico, T Quick 100%, KPTT 30 seg,
2 hemocultivos negativos.
Tomografía computada cerebral: extensa lesión
hipodensa con compromiso de la sustancia
blanca occípitoparietal izquierda, compatible con
edema vasogénico.
Resonancia nuclear magnética de cerebro (Figuras
1 y 2): en lóbulo occipital izquierdo se observa
lesión hipointensa en T1 y heterogénea e
hiperintensa en T2, especialmente en región periférica
e isointensa en porción central, márgenes
francamente irregulares. Con gadolinio muestra
tinción periférica con área central hipointensa, rodeado
de importante edema vasogénico que provoca efecto de masa y oblitera parcialmente los
surcos de vecindad, así como colapso y desplazamiento
anterior del atrio ventricular izquierdo.
Figura 1. Resonancia magnética nuclear de cerebro.
Lesión en lóbulo occipital con gadolinio muestra tinción
periférica con área central hipointensa y edema perilesional
Figura 2. Resonancia magnética nuclear de cerebro. Vista
sagital de la lesión occipital.
Radiografía de tórax normal, ecocardiograma
normal. Valoración oftalmológica normal.
Serologías: VHI (Elisa): no reactivo; VDRL: no
reactivo; toxoplasmosis (HAI) IgM e IgG negativo,
citomegalovirus IgG positivo, IgM negativo;
E. Barr IgG positivo, IgM negativo; herpes simples
1 y 2 IgG positivo, IgM negativo; hepatitis A,
B, C IgG e IgM negativos.
Serología para Chagas: Elisa (enzimoinmunoanálisis)
método cualitativo recombinante de
tercera generación positivo. HAI (hemaglutinación
indirecta) positivo; títulos mayores a 1:16. IFI
(inmunofluorescencia indirecta) positivo; títulos
1:64. De acuerdo a la Organización Mundial de la
Salud (OMS) se necesitan 2 reacciones positivas
de 3 realizadas para considerar a un individuo
como chagásico.
Parasitemia: técnica del microhematócrito. Se
observaron un promedio de 15 tripomastigotes/ml
de sangre.
Punción lumbar: citoquímico normal. Cultivo
negativo. No se observaron células neoplásicas.
No se observaron parásitos.
Inicia tratamiento con benznidazol 7 mg/kg/
día (200 mg cada 12 h) por vía oral. El tratamiento
se realizó a la misma dosis durante 6 meses. Se
realizaron hemogramas una vez por semana durante
el primer mes, luego una vez por mes. No
se observaron efectos adversos durante el tratamiento.
A la semana, la paciente se encontraba asintomática
y con parasitemia negativa, se otorga el
egreso hospitalario con controles ambulatorios. Se
realizaron parasitemias semanales durante el primer mes, que fueron todas negativas.
Al mes de tratamiento se realizaron nuevamente
serologías IFI (inmunofluorescencia indirecta),
observándose descenso de los títulos de
anticuerpos.
La imagen inicial en la resonancia magnética
de cerebro era de 13 mm. Al mes se observó una
disminución del tamaño (Figuras 3 y 4). La imagen
residual a los 6 meses de tratamiento era de
5 mm, con disminución del edema perilesional.
Un año posterior a la suspensión del tratamiento,
la paciente se encuentra asintomática sin
secuelas motoras ni cognitivas, con resonancia de
cerebro mejorada. Con parasitemia negativa y serologías
negativas para Chagas.
Figura 3. Resonancia magnética nuclear de cerebro.
Imagen obtenida al mes de tratamiento donde se observa
reducción de la lesión occipital
Figura 4. Resonancia magnética nuclear de cerebro.
Imagen obtenida al mes de tratamiento donde se observa
reducción de la lesión occipital
DISCUSIÓN
En inmunocomprometidos, la infección chagásica
es de mayor gravedad que en inmunocompetentes.
En la fase aguda, la morbilidad es alta y el
mejor pronóstico se asocia a la precocidad del tratamiento.
Las manifestaciones neurológicas van a
depender del tamaño y la ubicación de las lesiones.
Clínicamente puede haber cefalea, cambios de
conducta, convulsiones, temblores y hemiparesia.
El compromiso anatomopatológico que se observa
en el sistema nervioso central es: edema cerebral
con áreas de necrosis y hemorragias, fundamentalmente
en la sustancia blanca, que tiende a
comprometer la sustancia gris. En el estudio histológico
se demuestran amastigotes en macrófagos
y células gliales, y en el estudio de neuroimágenes
se observan lesiones pseudotumorales.4-7
En la fase crónica indeterminada, se produce
un descenso progresivo de la parasitemia y un
incremento de la respuesta inmunitaria. El balance
inmunopatogénico entre la presencia de T.
cruzi en los tejidos y la respuesta inmunitaria del
huésped se ve desequilibrado cuando sobreviene
una inmunodepresión, como en el caso de nuestra
paciente. En estos casos se produce una reagudización
endógena con intensa parasitemia a
partir del ciclo tejidos-diseminación hemática, lo
cual causa compromiso grave, especialmente del
sistema nervioso central.
La reactivación durante la etapa crónica de la
enfermedad puede ocurrir en pacientes inmunocomprometidos
y se presenta, más frecuentemente,
como una meningoencefalitis difusa, y rara
vez como una lesión de masa cerebral ocupante.
En la bibliografía, la mayoría de los pacientes
eran portadores de inmunodeficiencias, en su
gran mayoría con SIDA o trasplantados de órganos
sólidos.4-7
Entre los diagnósticos diferenciales al ingreso
en esta paciente, se descartó recaída de leucemia
linfoblástica aguda en sistema nervioso central
mediante punción aspiración de médula ósea
(normal) y punción de líquido cefalorraquídeo,
que fue negativa.
También se pensó en linfoma del sistema nervioso central, si bien es más frecuente en adultos
y se caracteriza por imágenes nodulares únicas o
múltiples con edema perilesional, generalmente
de localización periventricular con compromiso
subependimario y de cuerpo calloso, y el refuerzo
ependimario.8
Las manifestaciones clínicas de la toxoplasmosis
en el sistema nervioso central son similares a
las observadas en la infección de Chagas, pero en
la toxoplasmosis generalmente se encuentran en
la sustancia blanca profunda o en los ganglios de
la base.4 Por otro lado, nuestra paciente presentaba
serología negativa para toxoplasmosis.
El diagnóstico definitivo, en la mayoría de los
casos, requiere la identificación por biopsia, ya
que las imágenes radiológicas no son patognomónicas.
4
Sin embargo, esto no es siempre necesario. En
el caso de la paciente presentada, la parasitemia
positiva, conjuntamente con las tres serologías
mencionadas positivas y el antecedente de haber
residido en área endémica, sumado a la buena
respuesta al tratamiento instituido, contribuyeron
a una fuerte presunción diagnóstica.
Al comenzar el tratamiento por su leucemia
linfoblástica, nuestra paciente presentaba serología
negativa, por lo que deducimos que el ingreso
de T. cruzi habría sido posterior, y la puerta de entrada
podría haber sido tanto mediada por el vector
o transfusional, ya que requirió transfusiones
en las primeras etapas del tratamiento quimioterápico.
La prevalencia de la infección por Tripanosoma
cruzi en los donantes es del 2% en la ciudad
de Buenos Aires y es mayor en el interior del país;
el período de incubación en los receptores varía
entre 28 y 116 días.9
Hubiera sido importante en nuestra paciente -que al comienzo de la enfermedad tenía serologías
negativas-, realizar un seguimiento con serologías
durante su tratamiento y, sobre todo, al
finalizarlo, cuando regresó a su lugar de origen
(Resistencia, Chaco). En otras palabras, se sabe
que aquellos pacientes provenientes de zonas endémicas
que cursan enfermedades o tratamientos
inmunosupresores, deben ser monitoreados en
relación con la posibilidad de primoinfección o
reactivación de las enfermedades endémicas, para
poder efectuar un diagnóstico precoz.
Existen sólo dos fármacos para el tratamiento
de la enfermedad de Chagas, el benznidazol y el
nifurtimox (como segunda línea terapéutica). Realizó tratamiento con benznidazol, a 7 mg/kg/día
cada 12 h por vía oral. Como la paciente se encontraba
en tratamiento quimioterápico al momento
del diagnóstico, se decidió prolongar el tratamiento
hasta seis meses totales en igual dosis.10 Existe
cierto consenso en un tratamiento de dos meses
y si existe buena respuesta, dejar un tratamiento
bisemanal como profilaxis.
CONCLUSIÓN
La enfermedad de Chagas debe incluirse siempre
en el diagnóstico diferencial de una masa cerebral
ocupante, especialmente en pacientes con
algún tipo de inmunosupresión, que residan o hayan
residido en zona endémica. Es muy importante
el diagnóstico y el tratamiento precoz, ya que
el tratamiento en niños tiene una alta tasa de respuesta
con un bajo índice de efectos adversos.
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