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Synthesis (La Plata)
Print version ISSN 0328-1205On-line version ISSN 1851-779X
Synthesis (La Plata) vol.22 La Plata Dec. 2015
ARTÍCULOS
Importancia del Pseudo-Apolodoro para el lector de la Alcestis de Eurípides
Juan Antonio López Férez*
Universidad Nacional de Educación a Distancia
jalferez@flog.uned.es
España
Resumen
Este trabajo, basado en la lectura y anÍlisis de la Alcestis euripidea, quiere subrayar la importancia del trÍgico para el texto del Pseudo-Apolodoro, y, a la vez, destacar el interés de éste para poder completar y entender ciertos aspectos de la indicada pieza de Eurípides
Palabras Claves: Alcestis; Eurípides; Pseudo-Apolodoro; Biblioteca.
Abstract
This paper, based on the reading and analysis of Euripidean Alcestis, wants to stress the importance of the tragic to understand the text of Pseudo-Apollodorus and, at the same time, to indicate the interest of the last one to complete and understand certain aspects of the mentioned play of Euripides.
Keywords: Alcestis; Euripides; Pseudo-Apollodorus; Bibliotheca.
A la memoria de MÍximo Brioso SÍnchez1
1. El Pseudo-Apolodoro menciona cuatro veces a Eurípides. De los tres grandes trÍgicos es el ͺnico citado en la Biblioteca.2 No me extenderé en este apartado de indudable interés, pues prefiero centrarme en Alcestis, la primera pieza conservada del tragediógrafo de Salamina, vista a la luz de la citada obra pseudoapolodorea. Asunto muy debatido por los especialistas es el de las fuentes del mitógrafo.3 En este trabajo, pues, recojo algunos datos que sirvan para subrayar la importancia del trÍgico en el mitógrafo y la de éste para comprender bien al primero.4
1.1. En la exposición de los descendientes de Ío, cuando llegamos a Belo, leemos así: âY Belo, habiéndose quedado en Egipto, se casa con Anquínoe, la hija de Nilo, y le nacen dos gemelos, Egipto y DÍnao, pero, segͺn afirma Eurípides, también Cefeo y, ademÍs, Fineoâ.5 Sigue una larga secuencia en que se habla de los descendientes de Egipto y DÍnao, donde destaca, sobre todo, el asentamiento de las Danaides en Argos.
1.2. Con respecto a la lucha y avatares de los Siete contra Tebas, una vez que se aborda la muerte de Partenopeo, encontramos lo que sigue: âAnfídico (sc. mató) a Partenopeo. Pero, segͺn afirma Eurípides, a Partenopeo lo mató el hijo de Posidón, Periclímenoâ.6
1.3. La Biblioteca es una fuente imprescindible para informarnos sobre los Epígonos y saber cómo los hijos de los Siete contra Tebas atacaron de nuevo dicha ciudad bajo el mando de Alcmeón. A esta figura le dedicó Eurípides dos piezas perdidas (Alcmeón en Psofide y Alcmeón en Corinto7),8 de las que sólo nos han llegado escasos fragmentos, y que serían, casi con seguridad, fuente del mitógrafo, en las que hallamos un resumen precioso sobre los hechos acaecidos. En resumen, el prosista cuenta que, 9 acabados el asedio y captura de Tebas, Alcmeón, enterado de la traición de su madre, Erifile, le dio muerte, pero, perseguido por la Erinis de la difunta, se volvió loco. Una vez terminado el complejo relato de los dos matrimonios de Alcmeón y cómo los hijos de éste acabaron con quienes le quitaran la vida a su progenitor,10 el mitógrafo nos da una variante ilustradora: âPero Eurípides afirma que Alcmeón, en el periodo de su locura, engendró dos retoños de Manto, la de Tiresias: Anfíloco y Tisífone, la hija, y, llevando los pequeños a Corinto, los entregó a Creonte, rey de los corintios, para que los criara, y Tisífone, sobresaliente por su belleza, fue vendida por la mujer de Creonte, temerosa de que Creonte la hiciera su esposa. Y Alcmeón la compró para tenerla como sirviente, sin haber reconocido a su propia hija, y, tras haberse presentado en Corinto para reclamar a sus retoños, se llevó también a su hijo. Y Anfíloco, de acuerdo con los orÍculos de Apolo, fundó Argos anfilóquicaâ.11
1.4. El prosista, tras hablar de Atalanta, hija de Yaso, y señalar cómo Melanión consiguió vencerla en la carrera, y cómo entraron ambos en el recinto de Zeus, y cómo, segͺn se decía alguna vez (ÏοÏε λͽ³Î³ÎµÏαι), por haberse unido allí sexualmente fueron convertidos en leones, interrumpe el discurso y afirma de este modo: âHesíodo y algunos otros dijeron que Atalanta no era hija de Yaso sino de Esqueneo, y Eurípides, de Ménalo, y que quien la tomó por esposa no fue Melanión sino Hipómenes. Y, de Melanión o de Ares, Atalanta tuvo a Partenopeo, el que hizo la expedición contra Tebasâ.12
2. Como he adelantado, he creído conveniente, por varias razones, limitarme a revisar algunos aspectos de la Alcestis euripidea, especialmente en relación con el mitógrafo.El lector actual debe hacerse muchas preguntas cuando recorre el prólogo de dicha pieza,13 pues Eurípides, como suele suceder en otras obras, es bastante parco en noticias. Apolo expone en veinte y siete versos un resumen de por qué ha tenido que aceptar una âmesa obreraâ (θͿÏÏαν ÏÏͽ±Ïεζαν) a las órdenes de un mortal (Admeto),14 pero silencia elementos esenciales que el lector puede extraer, en buena medida, de la Biblioteca. Resulta de gran importancia, y es quizÍ una innovación euripidea, que Apolo considere a Zeus culpable (αͼ´ÏιοÏ) de haber lanzado un rayo contra el pecho de su hijo, Asclepio.15 Ese es el motivo, nos dice, por el que, encolerizado, él mismo diera muerte a los Cíclopes, forjadores del fuego divino.16 Nos relata el dios, que, por castigo de Zeus, ha apacentado los bovinos y guardado la mansión de su huésped, a quien, precisamente, había librado del inminente Hades engañando a las Moiras,17 quienes le han concedido que Admeto envíe, al mundo subterrÍneo, otra persona en vez de él. Nadie acepta la propuesta, salvo la esposa de éste,18 la cual ha de morir en ese mismo día. Apolo se retira, pues ve acercarse a TÍnato, a quien le corresponde llevarse la condenada a morir.
Por su parte, Pseudo-Apolodoro nos suministra rica información sobre el particular. Revisaré algunos detalles destacados, siguiendo en lo posible el orden del prólogo de la Alcestis y ateniéndome a textos tomados del mitógrafo que pueden ayudar al lector a comprender mejor el contenido de dicha pieza.
2.1. âReinando Admeto sobre Feras, Apolo le sirvió por un salario, cuando aquél pretendía a Alcestis, hija de Peliasâ.19
Hay aquí un aspecto nuevo, silenciado por Eurípides: Apolo había comenzado a trabajar al servicio de Admeto cuando éste estaba todavía soltero. Añade el autor importantes datos respecto a cómo el dios ayudó a su amo con el fin de que pudiera superar la prueba que le impusiera Pelias antes de entregarle a su hija, a saber: atar un león y un jabalí bajo el yugo de un carro.20 Por otro lado, si es cierto que el verbo θηÏεͽ»Ï lo tenemos desde Homero en boca de Posidón,21 el cual refiere cómo él y Apolo habían servido por un salario durante un año a las órdenes de Laomedonte,22 el propio dios délfico lo usa en el pasaje de Alcestis visto anteriormente y,23 segͺn creo, ha podido ser la fuente remota del prosista.24
2.2. Referido también a Apolo, leemos en el mitógrafo lo siguiente: âirritado por eso mata a los Cíclopes que prepararon el rayo para Zeus. Y Zeus se disponía a arrojarlo al TÍrtaro, pero, tras interceder Leto, le ordenó que sirviera a un hombre durante un año. Y él, presentÍndose en Feras, ante Admeto, hijo de Feres, sirviéndole por un salario, era pastor, y consiguió que todas las vacas tuvieran partos doblesâ.25
Si comparamos la secuencia del mitógrafo con los versos de Alcestis recogidos en nota 16, nos da la impresión de que el prosista quiere adaptar el texto de Eurípides a un lector de su época. Parecen evidentes, creo, los elementos que habría tomado de la pieza euripidea: los ofrezco en cursiva y subrayados. Otros términos relevantes aparecen simplemente en cursiva. Pues bien, los cambios esenciales consisten en que, en el trÍgico, Apolo es el sujeto que habla, mientras que en la Biblioteca tenemos un relato donde la divinidad aparece en tercera persona; el verbo κÏεͽ·Î½Ï, con el debido cambio de persona, es el mismo; si nos fijamos bien, la expresión poética de la causa (οͽ δͽµ) tal como la presenta el tragediógrafo,26 se convierte ahora en un prosaico διͽ° ÏοͿ¦Ïο.27 Por otro lado, tenemos en el mitógrafo el participio de aoristo pasivo ͽÏγιÏθεͽ·Ï mÍs próximo,28 sin duda, a sus lectores que el euripideo ÏολÏθεͽ·Ï.29 AdemÍs, se mantiene el orden de palabras (expresión de la causa+participio predicativo+verbo principal+objeto directo) en el autor tardío, aunque el predicativo de altos vuelos (que rige, a su vez, un genitivo objetivo: Ïͽ³ÎºÏÎ¿Î½Î±Ï Îͽ·Î¿Ï ÏÏ Ïͽ¹Ï) presente en la pieza trÍgica,30 se transforma ahora en un participio que funciona como una oración de relativo (ÏοͽºÏ Ïͽ¸Î½ κεÏÎ±Ï Î½Í½¸Î½ Îιͽ¶ καÏαÏÎºÎµÏ Í½±ÏανÏαÏ). Es cierto que la frase euripidea âfuego propio de Zeusâ, o âdivinoâ resulta confusa, pues no se indica con evidencia que se trate del rayo lanzado por el Crónida,31 con lo que la interpretación apolodorea viene a eliminar toda posible ambigͼedad.
La noticia sobre el castigo de un año (Í¼Î½Î¹Î±Ï Ïͽ¹Î½) puede remontar a Ferecides, quien, segͺn un escolio a Alcestis,32 se ocupó también del asunto al indicar que los muertos por Apolo no fueron los Cíclopes, sino los hijos de éstos, e indicó que la condena impuesta por Zeus duró un año. Nótese que en el pasaje ferecideo transmitido por el escoliasta leemos también el verbo θηÏεͽ»Ï.
Viene luego, en Pseudo-Apolodoro, el verbo λαÏÏεͽ»Ï.33 Sólo hay unos pocos precedentes antes de Eurípides,34 en el que estÍ registrada por vez primera la construcción con dativo correspondiente a la persona a quien se le presta el servicio.35 Creo que el mitógrafo pudo haberlo tomado del trÍgico.
A continuación, vemos que Apolo âera pastorâ, âpastoreabaâ, âllevaba al pastoâ, como posibles traducciones del griego ͼÏοͽ·Î¼Î±Î¹Î½Îµ,36 que funciona en el pasaje como intransitivo.37 El verbo, conocido desde Homero, es bastante raro hasta fines del siglo V: Eurípides es el que mÍs lo usa en esa centuria (4 veces). Precisamente en Alcestis hay unos versos donde el Coro invoca la mansión de Admeto y menciona a Apolo Pítico que fue allí pastor y tocaba himeneos pastoriles para los rebaños: ây, juntamente, eran apacentados, con gozo por tus cantos, moteados linces [â¦]â.38 Creo probable la conexión del ͼÏοιμαͽ·Î½Î¿Î½Ïο utilizado por el trÍgico (nótese la voz media; el sujeto son ciertos animales que se benefician de la atención del dios que los cuida), referido, dentro de la literatura griega, por primera vez a Apolo en su calidad de pastor, con el uso que hallamos en Pseudo-Apolodoro (activo, intransitivo) dentro de un contexto en que también se habla de dicha divinidad. Adviértase en ambos casos el imperfecto, que, en el plano del aspecto, frente a la puntualidad del aoristo, suele indicar la duración de la acción verbal.
Al final del pasaje apolodoreo que revisamos hay un punto que requiere una atención especial. Efectivamente corresponde a la creencia popular la idea de que quien ha nacido en un parto de gemelos, resulta especialmente apto para engendrar a su vez mellizos, o favorecer su nacimiento, tanto en lo relativo a la especie humana como en lo pertinente a los animales. Aristóteles nos provee un texto importante: âTienen gemelos tanto las ovejas como las cabras a causa del buen pasto, y también si el carnero o el macho cabrío es gemelo, o también la madreâ.39 Dentro del siglo II d. C., se cita, entre otros muchos, un testimonio de Pausanias,40 segͺn el cual, cerca de Tebas, cuando el Sol estaba en Tauro, las gentes tomaban tierra del montículo levantado en honor de los gemelos Anfión y Zeto, en la creencia de que con ella conseguirían la fertilidad de las tierras y de ellos mismos. En esa centuria escribe también Galeno, quien nos habla de âanimales cuya naturaleza es engendradora de gemelosâ.41
2.3. Eurípides silencia en el prólogo la verdadera razón del castigo letal que Zeus le infiriera a Asclepio, hijo de Apolo.42 No obstante, el Coro, en la pÍrodo, nos aporta un dato revelador cuando sostiene que serían inͺtiles las expediciones que pudieran hacerse a Licia o a la reseca sede de Amón,43 pues era inexorable el destino que se abatía sobre Alcestis: âSolo si esta luz /con sus ojos contemplara/ el hijo de Febo, vendría ella/ tras abandonar las sombrías estancias/ y las puertas de Hades,/ pues (sc. aquél) a muertos resucitó/ hasta que lo alcanzara el dardo/ de fuego celeste lanzado por Zeusâ.44
Pseudo-Apolodoro, a su vez, dejando aparte algunos aspectos menos importantes para nuestro propósito,45 nos ilustra sobre dos asuntos capitales. En primer lugar, la formación de Asclepio en el arte de la medicina. Leemos en el prosista que el dios délfico, una vez que castigó la infidelidad de Coronis dÍndole muerte, actuó de la siguiente manera: âen tanto ella ardía, arrebatando de la pira el niño, lo llevó al Centauro Quirón, de quien, mientras se criaba, recibió enseñanzas en las artes médica e hípica. Y, tras haberse convertido en experto en cirugía y haber practicado el arte en gran medida, no sólo impedía que algunos murieran, sino que levantaba a los que habían muerto [â¦]. Y Zeus, temiendo que los hombres, tras aprender a partir de él el arte curativo, se remediaran unos a otros, lo eliminó con el rayoâ.46
En segundo lugar, la explicación etiológica acerca de los extraordinarios poderes curativos que Asclepio poseía: âPues habiendo recibido de Atenea la sangre que fluía de las venas de la Górgona, utilizaba la que fluía de las venas de la izquierda para perdición de los hombres, y la procedente de las venas de la derecha, para su salvación, y por eso levantaba a los que estaban muertosâ.47
2.4. De la lectura del prólogo de Alcestis puede deducirse que Apolo ha dado muerte a los Cíclopes creadores del rayo en justa venganza porque ellos habían fabricado el arma mortífera con que Zeus destruyera a Asclepio.48 Estos Cíclopes, los uranios, suelen ser considerados distintos de los llamados pastores, bien conocidos desde Homero. De uno de éstos, Polifemo, se ocupa Eurípides con cierta amplitud en el Cíclope.49 AdemÍs de esos dos grupos, en otros lugares del trÍgico de Salamina hallamos algunas referencias veladas a otros Cíclopes, los constructores de las murallas de Tirinto y Micenas.50
Por su lado, Pseudo-Apolodoro, como hemos visto,51 afirma que los muertos por Apolo son los Cíclopes que en su día hicieran el rayo de Zeus. Sobre ellos nos da otras noticias siempre ilustradoras para el lector de Eurípides: señala que son hijos de Írano y Ge, añade los tres nombres de los mismos, indica que tienen un solo ojo, y, asimismo, que Írano los ató y los arrojó al TÍrtaro.52 Aunque no lo expresa claramente, los Cíclopes fueron liberados por Zeus,53 para quien prepararon el trueno, el relÍmpago y el rayo. AdemÍs les hicieron otros regalos a los dos hermanos del citado, a saber, un casco para Plutón y un tridente para Posidón.54
El prosista, sin indicar si son los mismos o se trata de otra familia diferente, señala que los Cíclopes fortificaron Tirinto.55 Finalmente, hace varias referencias a los Cíclopes pastores y su relación con Odiseo,56 siguiendo muy de cerca la Odisea.
2.5. Pseudo-Apolodoro no indica nada sobre la segunda función de Apolo recogida por Eurípides: guardar la mansión de Admeto.57 Ahora bien, en el drama euripideo esa dedicación del dios es esencial para justificar su disputa con TÍnato a la entrada del palacio real, cuando éste se presenta para llevarse a la que estaba condenada a morir en aquel mismo día.
2.6. Si Eurípides guarda silencio sobre la razón útima por la que Admeto tenía que morir, el mitógrafo, en cambio, una vez que Apolo, tras lograr uncir al carro el león y el jabalí, se lo entregara a Admeto,58 nos da algunas pistas sobre el particular, pues añade lo siguiente respecto al soberano de Feras: âY él, habiéndoselos llevado a Pelias, obtiene a Alcestis. Pero, al hacer un sacrificio por su matrimonio, se olvidó de sacrificar en honor de Írtemis. Por eso, cuando abrió la cÍmara nupcial la encontró llena de anillos formados por serpientesâ.59
Es decir, aunque el mitógrafo no afirma abiertamente que Admeto hubiera sido condenado a morir, sí nos ofrece una razón evidente del castigo divino recaído sobre él y del que el recién casado se percata al entrar en la alcoba matrimonial. AdemÍs, como diremos mÍs abajo, Apolo le aconsejó a Admeto que se hiciera propicia a Írtemis, pero, a la vez, el dios lograba unas condiciones ventajosas de parte de las Moiras, a saber: librar a su dueño de la muerte siempre que se cumplieran determinados requisitos.
2.7. En Alcestis hallamos dos referencias al engaño de las Moiras por obra de Apolo: primero, por boca del propio dios;60 segundo, cuando lo afirma TÍnato.61
A su vez, nuestro prosista se interesó asimismo por la relación entre Apolo y las Moiras. Partamos de la situación en que Admeto, tras haberse olvidado de ciertos ritos decisivos para contraer matrimonio, había sido castigado por Írtemis. Pues bien, habida cuenta de esas circunstancias, encontramos en el mitógrafo lo que sigue: âApolo le pidió que se propiciara a la diosa y consiguió de las Moiras que, cuando Admeto fuera a morir, se librara de la muerte, si alguien, voluntariamente, prefería morir en lugar de él. Pero cuando llegó el día de morir, no queriendo ni su padre ni su madre morir en lugar de él, Alcestis murió por élâ.62
El contexto, pues, nos permite deducir que Admeto había sido condenado a muerte por Írtemis y que, por ello, Febo trató de arreglar en lo posible el destino fatal de quien le había ofrecido amable hospitalidad.
Precisamente, de Apolo y las Moiras nos habla el Coro de las Erinis en las Euménides de Esquilo, cuando le reprocha al dios délfico lo que un día hiciera en la mansión de Feres: persuadir a las Moiras para que convirtieran en imperecederos a los mortales;63 y, asimismo, olvidando el reparto de poderes, haber seducido con vino a aquellas viejas divinidades.64
Febo, pues, había tenido serios enfrentamientos con divinidades âantiguasâ: Temis (en Delfos),65 las Erinis (segͺn las Euménides de Esquilo), las Moiras (de acuerdo con esa misma tragedia y, ademÍs, recogido en Alcestis), TÍnato (Alcestis),66 y en otras ocasiones.
2.8. Alcestis67 es una figura poco tratada en la tradición literaria griega.68 La citan ya Homero69 y Hesíodo,70 una vez en cada uno. En el terreno de la tragedia (o drama satírico), Frínico,71 a fines del VI o comienzos del V, escribió una pieza, perdida para nosotros, con el título de la heroína. Luego vendría la Alcestis euripidea, llevada a la escena en el 438 a. C.72 En el género cómico, Antífanes, a mediados del IV, publicó una obra con el mismo título.73
Desde Homero, como esposa de Admeto, estÍ unida al mundo tesalio (en Feras, localidad de Tesalia, estaba la mansión real), donde tuvo especial importancia el culto ctónico en honor de Deméter, ligado a diversos ritos referentes a la muerte y la resurrección.
En la pieza euripidea el nombre propio de la heroína consta sólo en seis ocasiones. Es pronunciado por primera vez en el verso 52, lo que indica un deseo deliberado del trÍgico por retrasar la mención del mismo en la escena. Se alude a él, indirectamente, en el v. 37 como âhija de Peliasâ,74 antropónimo en que me detendré después.75 Dentro de la obra examinada contamos con otra referencia velada al rey de Yolco, precisamente en el diÍlogo esticomítico Admeto-Heracles, donde el primero habla con frases alambicadas, retóricas, oscuras y, a veces, de dudoso sentido, a fin de que el segundo no se marchara de su mansión a la que había llegado como huésped. Aquél, efectivamente, llega a decir de la muerta (su esposa, en realidad), que era âuna extraña, mas, con todo, ligada a la mansiónâ,76 lo que provoca la pregunta del héroe mÍs ilustre de los helenos acerca de cómo aquélla había perdido la vida en el palacio. La respuesta del rey de Feras llega ahora al colmo de lo críptico: âUna vez muerto su padre, aquí vivía huérfanaâ.77 Con esta contestación el poeta deja en el aire el nombre de Pelias y su espantoso fin a manos de sus hijas. Tampoco nos suministra información alguna de cómo había llegado Alcestis al palacio real de Feras. A estas preguntas la Biblioteca puede facilitarnos algunas respuestas.
El prosista tardío recoge el mencionado antropónimo en cinco pasajes: como hija de Pelias;78 en su relación con Admeto;79 y liberada, tras morir, por obra de Heracles.80 El mitógrafo, por otro lado, a propósito de Pelias nos aporta abundante información,81 la cual nos ayuda a entender mejor ciertas alusiones de Alcestis y Medea, y, asimismo, de dramas perdidos como las Pelíades euripideas. Me limitaré a lo esencial, como prueba de la importancia del Pseudo-Apolodoro para una buena lectura y comprensión de numerosos pasajes del trÍgico salaminio.
Leemos en la Biblioteca que Tiro, tras unirse con Posidón, tuvo dos hijos gemelos, a los que expuso. Una yegua, al pasar por el lugar, rozó con su pezuña a uno de ellos y le dejó una marca morada en su cara;82 el cuidador del equino crió a los recién nacidos y, al que había quedado esa señal, llamó Pelias,83 y al otro, Neleo.84 Ciertos detalles no carecen de interés, como muestra del modo de ser impío e inhumano propio del personaje mítico que nos interesa. Los citados hermanos, llegados a adultos, reconocieron y persiguieron a su madrastra,85 que se tuvo que refugiar en el templo de Hera, donde Pelias la degolló, profiriendo amenazas incluso contra la propia diosa. Posteriormente, éste se asentó en Tesalia donde tuvo varias hijas (una de ellas, Alcestis) y un varón: Acasto.
Llegado el momento, Pelias, rey de Yolco,86 conocedor de un orÍculo segͺn el cual debía guardase de un hombre portador de una sola sandalia, ofreció un sacrificio en honor de Posidón. Con tal motivo, hizo venir a numerosos invitados, entre otros a Jasón,87 quien, al vadear un río, había perdido precisamente uno de los dos elementos que calzaba. Pelias se percató de todo y le preguntó qué haría si se viera amenazado de muerte por un ciudadano: el interrogado contestó que lo enviaría a buscar el vellocino de oro.88 Organizada la famosa expedición, como tardara mucho en regresar, Pelias, deseoso de matar a Esón, le consintió quitarse la vida, lo que éste hizo bebiendo mucha sangre de toro. La madre de Jasón, llena de pena, se ahorcó, dejando un hijo de corta edad, al que Pelias eliminó en seguida.
Jasón, tras haber regresado, entregó el vellocino y preparó su venganza. Medea fue la encargada de engañar a las Pelíades pues, matando e hirviendo un carnero mezclado con ciertas drogas, logró que de la caldera saliera un cordero.89 Las hijas de Pelias, entonces, con el vano intento de devolver a su padre la juventud, lo despedazaron e hirvieron sus trozos. Acasto, por su lado, enterró los restos paternos y expulsó de Yolco a Jasón y Medea.90
El mitógrafo, pues, resulta necesario para entender bien referencias puntuales de Alcestis. Pero ya basta con lo expuesto a propósito del prólogo de la pieza euripidea.
2.9. Dentro de la obra indicada, paso ahora, como simple muestra, y a modo de conclusión, a otro nombre relacionado con la mitología e indicaré la ayuda que puede prestarnos la Biblioteca apolodorea para comprenderlo mejor. Core (Îͽ¹Ïη) es, quizÍ,91 la advocación mÍs importante de Perséfone,92 usada desde Arquíloco,93 Laso de Hermíone,94 Heródoto,95 Eurípides,96 Aristófanes,97 Platón,98 y otros.
En Alcestis, Core aparece mencionada en una secuencia de gran interés, pues Heracles, enterado de la muerte de la protagonista, se decide a actuar rÍpidamente. EstÍ dispuesto a apresar a TÍnato y quitarle la heroína por la fuerza: âO si fallo en esa presa y no se acerca/ a la sangrante ofrenda, iré /a las mansiones sin sol de los de abajo,/ de Core y del Señor, /y la reclamaré, y tengo confianza en que he de traer arriba/ a Alcestis [â¦]â.99
El primero en usar el adjetivo ͼνͽµÎ»Î¹Î¿Ï,âcarente de solâ, es Esquilo (3), que en una de las secuencias lo pone en boca de las Erinis, las cuales afirman ejercer un oficio apartado de los dioses, âen una ciénaga carente de solâ,100 alusión evidente a un lugar pantanoso del mundo subterrÍneo. De ahí pudo tomar la idea el trÍgico de Salamina, atento con frecuencia a la producción dramÍtica esquilea. Otro punto sobre el que suelen guardar silencio los escoliastas y comentaristas son los calificativos aplicados a Perséfone y a Hades (Îͽ¹ÏÎ·Ï Í¼Î½Î±ÎºÏͽ¹Ï ÏÎ, respectivamente, de la âMuchachaâ y del âSeñorâ), en los que, segͺn creo, hay una cierta presencia del tabͺ lingͼístico en virtud del cual deben ser evitadas algunas palabras. En este caso, el trÍgico, por boca del héroe, trataría de eludir cualquier mención de los representantes supremos del mÍs allÍ, sobre todo en un momento en que se estÍ hablando de una muerta (Alcestis).101
El mitógrafo emplea dos veces el apelativo de que hablamos. Si, en la presentación de Plutón, leemos de modo abrupto: âY Plutón, habiéndose enamorado de Perséfone, con la colaboración de Zeus la raptó a escondidasâ,102 donde vemos el teónimo completo de la hija de Deméter, algo después, el prosista sigue diciendo: âComo Zeus le hubiera ordenado a Plutón que enviara arriba a Core, Plutón, para que no permaneciera mucho tiempo junto a su madre, le dio a comer un grano de granadaâ.103
El segundo texto, en que tenemos el apelativo que nos interesa, estÍ en íntima relación con un pasaje ya examinado a propósito de cómo Alcestis murió por su esposo:104 âY hacia arriba la envió de vuelta Core, pero, segͺn dicen algunos, Heracles, tras luchar contra Hades, la transportó arriba junto a él (sc. Admeto)â.105
Sobre estos dos pasajes, en que tendría que extenderme, aunque no lo haré por limitarme a una extensión razonable, sí debo señalar que se apuntan en ellos, de un lado, dos interpretaciones sobre quién fue el responsable de liberar a Alcestis del reino de los muertos y, de otro, dos aspectos importantes de Perséfone para el objetivo que pretendemos:106 su vida en el mundo de los muertos como resultado de la violencia sufrida por obra del dios de los espacios ínferos; y su potestad para enviar a Alcestis de vuelta al reino de los vivos.107
2.10. Basten estas líneas como pequeña aportación que intenta subrayar la gran importancia de la Biblioteca para entender numerosos pasajes euripideos y, asimismo, la presencia e influencia de la Alcestis euripidea en la citada obra apolodorea.
Notas
* Juan Antonio López Férez es Doctor en Filología clÍsica (Universidad Complutense de Madrid) y CatedrÍtico Emérito de Filología Griega en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Madrid). Sus campos de trabajo actuales son fundamentalmente: Eurípides, los textos médicos griegos y la presencia de los mitos y la tradición clÍsica en la literatura española. Ha emitido informes científicos para la ANECA española y ha desarrollado diversas actividades académicas como profesor invitado en universidades españolas y extranjeras. Autor de mÍs de 200 publicaciones, sus útimos libros son: Mitos en las obras conservadas de Eurípides. Guía para la lectura del trÍgico, Madrid, Ediciones ClÍsicas, 2014 y Teorías de Galeno sobre el semen femenino, UNAM, México, 2015. Es director de la serie Estudios de Filología Griega, Ediciones ClÍsicas, con 14 volͺmenes publicados, y codirector en la misma editorial de la Colección de Autores Griegos.
1 Trabajo realizado dentro del Proyecto de investigación FFI2014-55220-R del Ministerio de Ciencia e Innovación. Las traducciones son todas mías. He recurrido con frecuencia al TLG (Thesaurus Linguae Graecae), tanto a la versión en CD (32 .2000), como a la mÍs completa ofrecida sólo on line. Me he basado en los textos ofrecidos por el indicado instrumento informÍtico, recurriendo a las ediciones instrumentales allí presentes: Diggle, para Eurípides; Wagner, para Apolodoro. No obstante he consultado otras ediciones críticas señaladas en las notas oportunas. Para las citas poéticas, indico con frecuencia sólo el verso en que consta el término buscado, aunque recoja una secuencia mÍs extensa.
2 AdemÍs, hay tres menciones de los trÍgicos (οͼ± ÏÏαγικοͽ·), ya tratados en conjunto (Apolodoro. 2.1.5: ͽ¡Ï μͽ²Î½ οͼ± ÏÏαγικοͽ¶ λͽ³Î³Î¿Ï Ïι), ya aludidos de modo indefinido respecto al nͺmero de los mismos (Apolodoro. 2.1.3: καͽ¶ Ïολλοͽ¶ ÏÍ¿¶Î½ ÏÏαγικͿ¶Î½ ͼ¸Î½Í½±ÏÎ¿Ï Ïͽ´Î½ ͼ¸Í½¼ λͽ³Î³Î¿Ï Ïιν). Merecen una atención en que ahora no puedo demorarme.
3 Huys (1997: 309); Bremmer (2008: especialmente, 73-80, 111-115); Kenens (2012).
4 Huys (1997: 319) indica que, a diferencia de la actitud normal en Apolodoro, a saber, concentrarse en las líneas generales de los personajes que recoge, sin entrar en disquisiciones sobre el origen de los materiales que ha utilizado, el prosista apunta aquí a su posible fuente. Una visión de conjunto acerca de la relación del mitógrafo con sus fuentes la ofrece Kenens (2012). Entre los instrumentos necesarios para el estudio del prosista, ademÍs de la ediciones y comentarios recomendados, véase Cremonesi-Scarpi (2000).
5 Apolodoro. 2.1.4: ÎÍ¿Î»Î¿Ï Î´Í½² ͽÏομεͽ·Î½Î±Ï ͼν Îͼ°Î³Í½»ÏÏÍ¿³ βαÏιλεͽ»ÎµÎ¹ μͽ²Î½ Îͼ°Î³Í½»ÏÏÎ¿Ï Íµ γαμεͿ δͽ² ͼγÏινͽ¹Î·Î½ Ïͽ´Î½ Îεͽ·Î»Î¿Ï Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα͵ καͽ¶ αͽÏÍ¿· γͽ·Î½Î¿Î½Ïαι ÏÎ±Í¿Î´ÎµÏ Î´Í½·Î´Ï μοι͵ Îͼ´Î³Ï ÏÏÎ¿Ï ÎºÎ±Í½¶ Îαναͽ¹Ï͵ ͽ¡Ï δͽ³ ÏηÏιν ÎͽÏιÏͽ·Î´Î·Ï͵ καͽ¶ ÎηÏεͽºÏ καͽ¶ ΦινεͽºÏ ÏÏοÏͽ³Ïι. Ese Cefeo es el padre de Andrómeda: cf. Eurípides, Fragmento 881. MÍs información en Heródoto. 7.61.3. âHuys (1997: 311) subraya que, aparte de Eurípides, la cita apolodorea sería el ͺnico testimonio donde Cefeo conste como hijo de Belo; apunta, asimismo, que la perdida Andrómeda euripidea podría haber sido la fuente de donde se tomara que también Cefeo y Fineo habían sido hijos de Belo; véase, también en la misma línea, Kenens (2011)â; Aristófanes. Tesmoforiantes 1056, 1113; Eratóstenes. Catasterismos 15: Cefeo es catasterizado, tal como le sucede a otros miembros de la familia; Apolodoro. 2.4.3, donde lo tenemos como hermano de Fineo, con quien había estado prometida su sobrina, Andrómeda, hija de Cefeo, rey de Etiopía. Precisamente, en ese lugar, el mitógrafo nos dice que Fineo maquinó contra Perseo, el salvador de Andrómeda, por lo que el famoso héroe, mostrÍndole la Górgona, lo convirtió en piedra.
6 Apolodoro. 3.6.8: [â¦] ͼμÏͽ·Î´Î¹ÎºÎ¿Ï δͽ² ΠαÏθενοÏαͿον. ͽ¡Ï δͽ² ÎͽÏιÏͽ·Î´Î·Ï ÏηÏͽ·Íµ ΠαÏθενοÏαͿον ͽ ΠοÏειδͿ¶Î½Î¿Ï ÏÎ±Í¿Ï Î ÎµÏικλͽ»Î¼ÎµÎ½Î¿Ï ͼÏͽ³ÎºÏεινε. Aparte de Eurípides (Fenicias. 1153-1162, véanse asimismo los escolios a esa obra: 1156-1163), esa interpretación la ofrecen Pausanias (9.18.6) y otros autores. Cf. Huys (1997: 312).
7 Se han ocupado de diversos aspectos del drama perdido, subrayando el gusto por la etiología propio del trÍgico, Zielinski (1922: 314); Webster (1967: 268); Jouan-van Looy (1998: 99). Por su lado, Karamanou (2005) ha visto el posible influjo de esa obra euripidea en la Perikeiromene de Menandro.
8 Muestra del extraordinario interés de Eurípides por el personaje mítico es haberle dedicado dos obras, separadas por un lapso de mÍs de treinta años: la primera es del 438 (la tetralogía se componía de Cretenses, Alcmeón en Psofide, Télefo y Alcestis); la segunda, escrita quizÍ en Macedonia, fue llevada a la escena en el 405 a. C. por Eurípides el joven (hijo del autor, que había fallecido el año anterior) junto con Ifigenia en Íulide y Bacantes.
9 Apolodoro. 3.7.2-3.7.7.
10 Respectivamente, con Arsínoe, nacida de Fegeo, rey de Psofide: la pareja resultó estéril; y con Calírroe, de la que tuvo dos retoños: Anfótero y AcarnÍn, los cuales vengaron la muerte de su padre aniquilando a sus asesinos, dos hijos de Fegeo, y matando también a éste y a su esposa.
11 Apolodoro. 3.7.7: ÎͽÏιÏͽ·Î´Î·Ï δͽ³ ÏηÏιν ͼλκμαͽ·Ïνα καÏͽ° Ïͽ¸Î½ ÏÍ¿Ï Î¼Î±Î½Í½·Î±Ï ÏÏͽ¹Î½Î¿Î½ ͼκ ÎανÏοͿ¦Ï ΤειÏεÏͽ·Î¿Ï ÏÎ±Í¿Î´Î±Ï Î´Í½»Î¿ γεννͿÏαι͵ ͼμÏͽ·Î»Î¿Ïον καͽ¶ Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα ΤιÏιÏͽ¹Î½Î·Î½Íµ κομͽ·ÏανÏα δͽ² εͼ°Ï Îͽ¹Ïινθον Ïͽ° βÏͽ³Ïη δοͿ¦Î½Î±Î¹ ÏÏͽ³Ïειν ÎοÏινθͽ·Ïν βαÏιλεͿ ÎÏͽ³Î¿Î½Ïι, καͽ¶ Ïͽ´Î½ μͽ²Î½ ΤιÏιÏͽ¹Î½Î·Î½ διενεγκοͿ¦Ïαν εͽμοÏÏͽ·Í¾³ ͽÏͽ¸ ÏÍ¿Ï ÎÏͽ³Î¿Î½ÏÎ¿Ï Î³Ï Î½Î±Î¹ÎºÍ½¸Ï ͼÏεμÏοληθͿναι͵ Î´ÎµÎ´Î¿Î¹ÎºÏ Í½·Î±Ï μͽ´ ÎÏͽ³Ïν αͽÏͽ´Î½ γαμεÏͽ´Î½ ÏοιͽµÏηÏαι. Ïͽ¸Î½ δͽ² ͼλκμαͽ·Ïνα ͼγοÏͽ±ÏανÏα Ïαͽ»Ïην ͼÏειν οͽκ εͼ°Î´Í½¹Ïα Ïͽ´Î½ Í¼Î±Ï ÏοͿ¦ Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα θεÏͽ±Ïαιναν͵ ÏαÏαγενͽ¹Î¼ÎµÎ½Î¿Î½ δͽ² εͼ°Ï Îͽ¹Ïινθον ͼÏͽ¶ Ïͽ´Î½ ÏÍ¿¶Î½ Ïͽ³ÎºÎ½Ïν ͼÏαͽ·ÏηÏιν καͽ¶ Ïͽ¸Î½ Ï Í¼±Í½¸Î½ κομͽ·ÏαÏθαι. καͽ¶ ͼμÏͽ·Î»Î¿ÏÎ¿Ï ÎºÎ±Ïͽ° ÏÏηÏμοͽºÏ ͼÏͽ¹Î»Î»ÏÎ½Î¿Ï Í¼Î¼ÏιλοÏικͽ¸Î½ ͼÏÎ³Î¿Ï Í¾¤ÎºÎ¹Ïεν. Los especialistas han pensado, casi unÍnimemente, que este pasaje estÍ basado en el perdido Alcmeón en Corinto: Basedow (1872); Zielinski (1922); van Looy (1964: 103); Scarpi (1996: 572); Huys (1997: 312-313), el cual subraya la semejanza en forma y contenido âen especial, desde Ïͽ¸Î½ δͽ² ͼλκμαͽ·Ïναâ con los relatos de los Tales from Euripides; etc. El contenido es singular, pues, en unas pocas líneas, se aportan elementos esenciales muy semejantes a los que hallamos en otras obras euripideas y que preludian la Comedia nueva: la mujer de Creonte, celosa de la belleza de Tisífone (âsobresaliente por su hermosa formaâ, segͺn el prosista), la vende como esclava, para evitar que su marido la hiciera su legítima esposa; Alcmeón, sin saber nada, la compró como sirviente, y, después, presentÍndose en Corinto para recuperar a sus hijos, se llevó también con él a Anfíloco. Acerca de la citada Manto, hija de Tiresias, (dotada, asimismo, del poder adivinatorio del padre. RepÍrese en el antropónimo, íntimamente relacionado con la raíz μεν-; piénsese, asimismo, en el importante tema μανÏι-) se habría ocupado Eurípides en varios lugares, perdidos para nosotros. Clemente de Alejandría, Centón 1.21.134, entre los hombres egipcios que habían sido convertidos en dioses a juicio del criterio humano, cita a âTiresias y Manto, en Tebas, como afirma Eurípidesâ (ΤειÏεÏͽ·Î±Ï Ïε αͽ καͽ¶ ÎανÏͽ¼ ͼν ÎͽµÎ²Î±Î¹Ï͵ ͽ¥Ï ÏηÏιν ÎͽÏιÏͽ·Î´Î·Ï). Por su lado, un escolio a Fenicias 834, señala que, al comienzo del citado verso, Tiresias dirige sus palabras a su hija, cuyo nombre era Manto. Entre otros datos referentes al personaje, recojo su relación con Apolo, con quien tuvo a Mopso, fundador de Malo, junto con Anfiarao, hijo de Tiresias: Estrabón. 14.5.16; acͺdase, asimismo, a Apolodoro. Epítome. 6.3.
El mencionado Anfíloco (distinto de otros así llamados, en especial su tío, el cual participó, junto con Alcmeón, en la muerte de la madre de ambos, Erifile: cf. Apolodoro. 3.7.5), hijo de Anfiarao, tenía su orÍculo en Malo, ciudad de Cilicia (véase Dión Casio. 72.7.1) y lo encontramos de nuevo en Apolodoro, Epítome 6.19, donde se nos dice que, habiéndose presentado en Troya, una tempestad lo arrojó cerca de donde estaba Mopso (hijo de Apolo y Manto): ambos lucharon por el reino y se dieron mutua muerte (Véanse los escolios a Licofrón 440, 980, 1047).
La indicada Tisífone (homónima de una de las Erinis) sólo aparece en este pasaje apolodoreo, dos veces, y no la encontramos ya en el resto de la literatura griega recogida por el TLG. Con respecto al antropónimo, podría pensarse en una cierta inversión del sentido propio del teónimo, pues si en la Erinis correspondiente equivale a algo así como âLa que impone el castigo por el crimenâ, resulta ser ahora âLa que recibe el castigo por el crimenâ, a saber, el matricidio cometido por su padre.
12 Apolodoro. 3.9.2: ͼ©Ïͽ·Î¿Î´Î¿Ï δͽ² καͽ· ÏÎ¹Î½ÎµÏ Í¼ÏεÏοι Ïͽ´Î½ ͼÏαλͽ±Î½Ïην οͽκ ͼ¸Í½±ÏÎ¿Ï Í¼Î»Î»Í½° ΣÏοινͽ³ÏÏ ÎµÍ¼¶Ïον͵ ÎͽÏιÏͽ·Î´Î·Ï δͽ² Îαινͽ±Î»Î¿Ï ͵ καͽ¶ Ïͽ¸Î½ γͽµÎ¼Î±Î½Ïα αͽÏͽ´Î½ οͽ Îελανͽ·Ïνα ͼλλͽ° ͼ¹ÏÏομͽ³Î½Î·Î½. ͼγͽ³Î½Î½Î·Ïε δͽ² ͼκ Îελανͽ·ÏÎ½Î¿Ï Í¼Ïαλͽ±Î½Ïη ͼ¢ ͼÏÎµÎ¿Ï Î Î±ÏθενοÏαͿον͵ Í½Ï Í¼Ïͽ¶ ÎͽµÎ²Î±Ï ͼÏÏÏαÏεͽ»ÏαÏο. Este pasaje merece mucha mÍs atención de la que ahora puedo dedicarle: cf. Huys (1997: 313-314). Selecciono un detalle, a saber, la mención de âMénaloâ, presentado por varias fuentes como hijo de Licaón: Apolodoro. 3.8.1 (uno de los cincuenta hijos del nombrado); Esteban de Bizancio. 426.6; escolio a Píndaro. Olímpicas 9.88.c; etc. Dentro de Eurípides, un texto discutido es Fenicias 1162, donde el mensajero, tras referir las gravísimas heridas recibidas por Partenopeo, afirma que éste ya no podría presentarle su vida âa su madre de hermoso arco, la hija de Ménaloâ, ÏͿι καλλιÏͽ¹Î¾Ïι μηÏÏͽ¶ Îαινͽ±Î»Î¿Ï κͽ¹Ïηι. Pero un escolio a dicho verso señala que podría tratarse del Ménalo (Ïͽ¸ Îαͽ·Î½Î±Î»Î¿Î½), montaña de Arcadia en que Atalanta fue expuesta al nacer y amamantada por una osa. Ese orónimo consta en Helanico, Ferecides, Teócrito, Pausanias y otros. Aparte del género neutro, también estÍ registrado el nominativo Îαͽ·Î½Î±Î»Î¿Ï, para referirse al mismo. Por lo demÍs estÍ documentada una Îαͽ·Î½Î±Î»Î¿Ï, ciudad arcadia: Herodiano. 3.1.159.10; etc. No hay que olvidar que algunos de esos datos pudo tomarlos el mitógrafo de una obra perdida de Eurípides titulada Meleagro, de la que nos han llegado algunos fragmentos en que aparece dos veces el antropónimo Atalanta (recogido en otras cuatro secuencias euripideas de obras conservadas).
Otros puntos que añaden oscuridad a la secuencia son las dos fuentes anónimas aludidas, en sucesión y en líneas casi contiguas, (ÏοÏε λͽ³Î³ÎµÏαιâÏÎ¹Î½ÎµÏ Í¼ÏεÏοι⦠εͼ¶Ïον) y la ambigͼedad sintÍctica, en virtud de la cual no resulta claro si la expresión ây engendróâ (ͼγͽ³Î½Î½Î·Ïε) es atribuible al propio mitógrafo o sigue estando en relación con Eurípides, ya que la partícula conectiva (adversativa/copulativa. Aquí, creo, funciona como copulativa) δͽ³ es la misma que se ha empleado poco antes para introducir la opinión del trÍgico de Salamina.
13 Alcestis 1-27. Es uno de los cinco prólogos euripideos pronunciados por dioses. De gran utilidad nos han resultado las ediciones comentadas recogidas en la bibliografía, de modo especial Dale (1966), Conacher (19932), y Parker (2007). Entre las muy numerosas aportaciones dedicadas a dicha pieza recojo algunas: Myres (1917); Lesky (1925); Séchan (1927); Drew (1931); Momigliano (1931); Valgimigli (1932-33); Megas (1933); Doerrie (1939); Méautis (1945); Cremaschi (1946); Jones (1948); Smith (1960); Albini (1961); Garzya (1961); Torraca (1963); van Lennep (1967); Paduano (1968); Wilson (1968); Golden (1970-71); Erbse (1972); Rivier (1972, 1973); Gross (1974); Nielsen (1976); Bell (1980); Seeck (1993); Luschnig (1995); FernÍndez-Galiano (1997); Padilla (2000); Brillante (2005); Susanetti (2005); Pace (2006); Slater (2013).
14 Alcestis 2.
15 Alcestis 3. Acerca del gusto euripideo por la innovación y la etiología, acͺdase, por ejemplo, a Wolff (1992); Dunn (1996: 46-63); Scullion (2000); Torrance (2013: 34-38).
16 Alcestis 5: Îͽ·Î¿Ï ÏÏ Ïͽ¹Ï, es decir, el rayo. He aquí la secuencia (Alcestis 5-9): âIrritado por ello a los artífices del fuego divino,/ a los Cíclopes, mato. Y mi padre, en castigo por eso, a servir por un salario/junto a un hombre mortal, me obligó./ Y, habiendo llegado a esta tierra, apacentaba bovinos en provecho de mi huésped/ y guardaba esta mansión hasta este momento del díaâ, οͽ δͽ´ ÏολÏθεͽ¶Ï Ïͽ³ÎºÏÎ¿Î½Î±Ï Îͽ·Î¿Ï ÏÏ Ïͽ¸Ï/ κÏεͽ·Î½Ï Îͽ»ÎºÎ»ÏÏαÏΠκαͽ· με θηÏεͽ»ÎµÎ¹Î½ ÏαÏͽ´Ï/ θνηÏÍ¿¶Î¹ ÏαÏΠͼνδÏͽ¶ ÏÍ¿¶Î½Î´Î ͼÏοινΠͼ νͽ±Î³ÎºÎ±Ïεν./ ͼλθͽ¼Î½ δͽ² γαͿαν ÏͽµÎ½Î´Î Í¼Î²Î¿Ï Ïͽ¹ÏÎ²Î¿Ï Î½ ξͽ³Î½Ïι/ καͽ¶ Ïͽ¹Î½Î´Î ͼÏÏιζον οͼ¶ÎºÎ¿Î½ Í¼Ï Ïͽ¹Î´Î ͼ¡Î¼Í½³ÏαÏ. (Destaco, en cursiva, varios elementos que serÍn importantes en mi exposición). Un escolio al v. 8 sostiene que Í¼Î²Î¿Ï Ïͽ¹ÏÎ²Î¿Ï Î½ equivale a ͼνεμον, y que aludiría a otros animales que pastan, en general, por la misma razón que en Ilíada 20.221, refiriéndose a DÍrdano, se habla de âtres mil yeguas que pastaban por el pradoâ, ÏÏιÏÏͽ·Î»Î¹Î±Î¹ ͼµÏÏοι Í¼Î»Î¿Ï ÎºÍ½±Ïα Î²Î¿Ï ÎºÎ¿Î»Í½³Î¿Î½Ïο. Ahora bien, dadas otras aportaciones léxicas novedosas del salaminio (lo son tanto el sustantivo Î²Î¿Ï Ïͽ¹Ïβια, âmanada de bovinosâ âdos secuencias; una, precisamente en Alcestis 1031, donde Heracles establece una diferencia evidente respecto de los caballos nombrados en el verso anteriorâ, como el adjetivo-sustantivo Î²Î¿Ï ÏοÏβͽ¹Ï, con 4 apariciones), dudo que un poeta tan cuidadoso con su vocabulario creara ese verbo para entenderlo en un sentido general, âapacentarâ, âllevar a pacerâ, âpastarâ, referido a animales de distinta índole, bovinos o no. De la relación de Apolo con el ganado bovino, nos informa Ilíada XXI. 448-9, donde aquél cuida el de Laomedonte durante un año en el monte Ida; por otro lado, el Himno homérico A Hermes (4).22 y 102, lo presenta como propietario de una manada de ganado bovino. Por lo demÍs, estÍ comprobada la afición hípica del dios délfico: así, en Ilíada II.764-5, se habla de las velocísimas yeguas conducidas por Eumelo (precisamente hijo de Admeto y Alcestis) y criadas por Febo en Pería.
17 Cf. notas 60, 61 y 62.
18 A saber, Alcestis, cuyo nombre todavía no ha sido pronunciado. Diversos aspectos de la relación Alcestis-Admeto, especialmente en los planos mítico y dramÍtico, han sido tratados, entre otros, por Croiset (1912); Valentin (1948); Vicenzi (1960); Burnett (1965); Luschnig (1992); AssaÍ«l (1994-1995).
19 Apolodoro. 1.9.15: ͼδμͽµÏÎ¿Ï Î´Í½² βαÏιλεͽ»Î¿Î½ÏÎ¿Ï ÏÍ¿¶Î½ ΦεÏÍ¿¶Î½Íµ ͼθͽµÏÎµÏ Ïεν ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν αͽÏÍ¿· μνηÏÏÎµÏ Î¿Î¼Í½³Î½Í¿³ Ïͽ´Î½ Πελͽ·Î¿Ï Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα ͼλκηÏÏιν. Insistiré en la forma verbal presentada en cursiva.
20 Apollod. 1.9.15: ͼκεͽ·Î½Î¿Ï δͽ² δͽ½Ïειν ͼÏαγγειλαμͽ³Î½Î¿Ï Ïͽ´Î½ Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα ÏÍ¿· καÏαζεͽ»Î¾Î±Î½Ïι ͼ Ïμα λͽ³Î¿Î½ÏÎ¿Ï ÎºÎ±Í½¶ κͽ±ÏÏÎ¿Ï Íµ ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν ζεͽ»Î¾Î±Ï ͼδÏκενΠMÍs indicaciones pueden encontrarse en Eustacio, Comentario a Ilíada I.509.9. A su vez, Ruiz Montero (1986: 36) señala aquí un relato típico en que un héroe, antes de casarse, ha de superar una serie de pruebas difíciles; Cuartero (2010: 167) apunta, como primer testimonio artístico de esos hechos, el trono de Apolo guardado dentro del templo de Amiclas en el siglo VI a. C., pues en aquél aparecía Admeto unciendo a un carro el león y el jabalí (cf. Pausanias. 3.18.16).
21 Ilíada XXI. 444.
22 En los versos homéricos encontramos algunas discrepancias, pues si, en Ilíada VII. 452-3, Posidón sostiene que la muralla de Troya la hicieron él y Apolo (ÏοͿ¦ δΠͼÏιλͽµÏονÏαι Ïͽ¸ ͼγͽ¼ καͽ¶ Î¦Î¿Í¿Î²Î¿Ï Í¼Ïͽ¹Î»Î»Ïν/ ͼ¥ÏÍ¿³ Îαομͽ³Î´Î¿Î½Ïι Ïολͽ·ÏÏαμεν ͼθλͽµÏανÏε), en XXI. 448-9, afirma que él hacía el muro y, en cambio, Apolo apacentaba los bueyes en el Ida (ͼ¤Ïοι ͼγͽ¼ ΤÏͽ½ÎµÏÏι Ïͽ¹Î»Î¹Î½ Ïͽ³Ïι ÏεͿÏÎ¿Ï Í¼Î´ÎµÎ¹Î¼Î±/ εͽÏͽ» Ïε καͽ¶ μͽ±Î»Î± καλͽ¹Î½Íµ ͼµÎ½Î ͼÏÏηκÏÎ¿Ï Ïͽ¹Î»Î¹Ï εͼ´Î·Î/ ΦοͿβε Ïͽº δΠεͼ°Î»Í½·ÏÎ¿Î´Î±Ï Í¼Î»Î¹ÎºÎ±Ï Î²Î¿Í¿¦Ï Î²Î¿Ï ÎºÎ¿Î»Í½³ÎµÏκεÏ/ ͼ¼Î´Î·Ï ͼν κνημοͿÏι ÏÎ¿Î»Ï ÏÏͽ»ÏÎ¿Ï Í½Î»Î·Í½³ÏÏηÏ).
23 Cf. Alcestis 6, dentro del pasaje recogido en nota 16. La idea la había adelantado Febo poco antes con la expresión θͿÏÏαν ÏÏͽ±Ïεζαν apuntada en nota 14.
24 Varias fuentes reflejan los sucesos: Acusilao, Fragmento 19.2, texto mal transmitido, menciona la sumisión de Apolo en provecho de Admeto; por su parte, Helanico, Fragmento 26 a y b, recoge el indicado servicio de Posidón y Apolo como un castigo impuesto por Zeus; a su vez, Paniasis, Fragmento 3, también se ocupó de la noticia. Otras indicaciones sobre dicha subordinación de la divinidad al servicio del señor de Feras las tenemos en numerosos autores de los que selecciono unos pocos: Eratóstenes. Catasterismos 1.29; Taciano. Discursos 21.1; Luciano. Sacrificios 4; escolio a Ilíada 24.343 b; escolio a Nicandro 560 a; Libanio. Ejercicios preparatorios 2.15; etc. Puede aportar algͺn detalle mÍs el siguiente texto de Diodoro (6.8.1): â(sc. afirman) que Admeto, habiéndose distinguido por su justicia y piedad, resultó amado por los dioses. Hasta tal punto fue estimado por su virtud que Apolo, tras haber ofendido a Zeus, obtuvo como pago servir como jornalero en casa de Admeto. Y afirman que Alcestis, la hija de Pelias, la ͺnica que no había participado de la impiedad con respecto a su padre, fue entregada, por su piedad, a Admeto como esposaâ, ͽÏι ͼδμηÏÎ¿Ï Í¼Ïͽ¶ δικαιοÏͽ»Î½Í¿ καͽ¶ εͽÏεβεͽ·Í¾³ διενͽ³Î³ÎºÎ±Ï ÏÏοÏÏιλͽ´Ï Î¸ÎµÎ¿Í¿Ï Í¼Î³Í½³Î½ÎµÏο. ͼÏͽ¶ ÏοÏοͿ¦Ïο δͽ² διΠͼÏεÏͽ´Î½ ÏιμηθͿναι͵ ͽ¥ÏÏε Ïͽ¸Î½ ͼÏͽ¹Î»Î»Ïνα ÏÏοÏκͽ¹ÏανÏα Îιͽ¶ δοθͿναι θηÏεͽ»ÎµÎ¹Î½ ÏαÏͽ° Ïͽ¸Î½ ͼδμηÏον. ÏαÏͽ¶ δͽ² ͼλκηÏÏιν Ïͽ´Î½ Πελͽ·Î¿Ï Î¸Ï Î³Î±Ïͽ³Ïα͵ μͽ¹Î½Î·Î½ ÏÍ¿Ï ÎºÎ±Ïͽ° Ïͽ¸Î½ ÏαÏͽ³Ïα ͼÏεβεͽ·Î±Ï οͽ μεÏαÏÏοͿ¦Ïαν͵ δοθͿναι Î³Ï Î½Î±Í¿ÎºÎ± διΠεͽÏͽ³Î²ÎµÎ¹Î±Î½ ͼδμͽµÏÍ¿³. Ahora bien, en varios autores helenísticos hallamos otras razones para justificar la servidumbre que el dios délfico le prestara a Admeto. Una fuente nos dice que Apolo sirvió voluntariamente a Admeto porque estaba enamorado de él. Así lo afirmaba Riano: cf. Sch. Alc. 1: Í¿¬Î¹Î±Î½Í½¸Ï δͽ³ ÏηÏιν ͽ Ïι ͼκͽ¼Î½ ͼδοͽ»Î»ÎµÏ Ïεν αͽÏÍ¿· ͼÏÍ¿¶Î½ ÏοͿ¦ ͼδμͽµÏÎ¿Ï (=FGH, Fr. 56); de este mismo autor procedería un fragmento incierto donde leemos una frase incompleta que podríamos traducir así: âY que trabaje por un salario para Admeto, hasta el año grandeâ, ͼδμͽµÏÍ¿³ ÏαÏαθηÏεͿ¦Ïαι μͽ³Î³Î±Î½ εͼ°Ï Í¼Î½Î¹Î±Ï Ïͽ¹Î½ (Collectanea Alexandrina 10.1). El acusativo de extensión en el tiempo es de interpretación dudosa. El mismo texto lo transmite también Plutarco, Morales 761 e, como veremos mÍs abajo. La citada construcción sintÍctica la hallamos por primera vez en Hesíodo, Teogonía 799). Asimismo, que Apolo estuvo ardientemente enamorado de Admeto lo tenemos en Calímaco, Himno a Apolo 49: âY Febo y Nomio le llamamos desde aquel tiempo/ en que, junto al Anfriso, criaba las yeguas uncidas/, abrasado por amor al célibe Admetoâ, ΦοͿβον καͽ¶ Îͽ¹Î¼Î¹Î¿Î½ κικλͽµÏκομεν ͼξͽ³Ïι κεͽ·Î½Î¿Ï ͵/ ͼξͽ¹ÏΠͼÏΠͼμÏÏÏ ÏÏÍ¿· Î¶ÎµÏ Î³Í½·ÏÎ¹Î´Î±Ï Í¼ÏÏεÏεν ͼµÏÏÎ¿Ï Ï/ ͼ ιθͽ³Î¿Ï ͽÏΠͼÏÏÏι ÎºÎµÎºÎ±Ï Î¼Í½³Î½Î¿Ï ͼδμͽµÏοιο. Obsérvese aquí la referencia a un Admeto todavía soltero, es decir, a una etapa anterior a la de casado con Alcestis. Cuartero (2010: 167) señala que el mitógrafo, fiel a la versión mÍs antigua, no recoge la explicación grata a los poetas helenísticos y elegiacos romanos, segͺn la cual había que partir del amor sentido por el dios délfico hacia Admeto: cf. Tibulo., 2.3.5-32; Ovidio, Arte de amar 2. 233-242, etc. Plutarco recoge esa tradición en Numa 4.5: âCuentan que Jacinto y Admeto fueron amados de Apoloâ, ͽͽ±ÎºÎ¹Î½Î¸Î¿Î½ καͽ¶ Ïͽ¸Î½ ͼδμηÏον ͼÏÏμͽ³Î½Î¿Ï Ï Í¼Ïͽ¹Î»Î»ÏÎ½Î¿Ï Î³ÎµÎ³Î¿Î½Í½³Î½Î±Î¹ Î¼Ï Î¸Î¿Î»Î¿Î³Î¿Í¿¦Î½ÏεÏ. Por otro lado, el queronense sostiene que Admeto había sido amado por Heracles, sobre el que nos dice así (Morales 761 e): âY se dice que, siendo experto en medicina, salvó a la desahuciada Alcestis por complacer a Admeto, enamorado éste de su mujer, pero que había sido su amado. Pues relatan que Apolo fue su amante:Í¿¾Sirvió por un salario junto a Admeto hasta el año grande;½â, λͽ³Î³ÎµÏαι δͽ² καͽ¶ Ïͽ´Î½ ͼλκηÏÏιν ͼ°Î±ÏÏικͽ¸Ï ͽ¢Î½ ͼÏεγνÏÏμͽ³Î½Î·Î½ ÏÍ¿¶Ïαι ÏÍ¿· ͼδμͽµÏÍ¿³ ÏαÏιζͽ¹Î¼ÎµÎ½Î¿Ï͵ ͼÏÍ¿¶Î½Ïι μͽ²Î½ αͽÏÍ¿· ÏÍ¿Ï Î³Ï Î½Î±Î¹ÎºÍ½¹Ï͵ ͼÏÏμͽ³Î½Î¿Ï δΠαͽÏοͿ¦ γενομͽ³Î½Î¿Ï Îκαͽ¶Î³Í½°ÏÏͽ¸Î½Í¼ÏÏλλÏÎ½Î±Î¼Ï Î¸Î¿Î»Î¿Î³Î¿Í¿¦ÏινͼÏαÏÏͽ´Î½ γενÏμενον âͼδμήÏÍ¿³ÏάÏαθηÏεͿ¦ÏαιμÎγανεͼ°Ï Í¼Î½Î¹Î±Ï ÏÏνâ. AdemÍs, pensemos que el antropónimo ͼδμηÏÎ¿Ï tiene estrecha relación etimológica con el adjetivo homógrafo, cuyo sentido principal es âno domadoâ, âsolteroâ. Véase Chantraine (1968: 250-251); Fraser â Matthews (2000).
25 Apolodoro. 3.10.4: καͽ¶ διͽ° ÏοͿ¦Ïο ͽÏγιÏθεͽ¶Ï ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν κÏεͽ·Î½ÎµÎ¹ Îͽ»ÎºÎ»ÏÏÎ±Ï ÏοͽºÏ Ïͽ¸Î½ κεÏÎ±Ï Î½Í½¸Î½ Îιͽ¶ καÏαÏÎºÎµÏ Í½±ÏανÏαÏ. ÎεͽºÏ δͽ² ͼμͽ³Î»Î»Î·Ïε Í¿¥Í½·ÏÏειν αͽÏͽ¸Î½ εͼ°Ï Τͽ±ÏÏαÏον͵ δεηθεͽ·ÏÎ·Ï Î´Í½² ÎηÏοͿ¦Ï ͼκͽ³Î»ÎµÏ Ïεν αͽÏͽ¸Î½ Í¼Î½Î¹Î±Ï Ïͽ¸Î½ ͼνδÏͽ¶ θηÏεͿ¦Ïαι. ͽ δͽ² ÏαÏαγενͽ¹Î¼ÎµÎ½Î¿Ï εͼ°Ï ΦεÏͽ°Ï ÏÏͽ¸Ï ͼδμηÏον Ïͽ¸Î½ Φͽ³ÏηÏÎ¿Ï Ïοͽ»ÏÍ¿³ λαÏÏεͽ»Ïν ͼÏοͽ·Î¼Î±Î¹Î½ÎµÍµ καͽ¶ Ïͽ°Ï θηλεͽ·Î±Ï βͽ¹Î±Ï Ïͽ±ÏÎ±Ï Î´Î¹Î´Ï Î¼Î¿Ïͽ¹ÎºÎ¿Ï Ï Í¼Ïοͽ·Î·Ïεν. Zenobio paremiógrafo (Epítome de la colecciones de Lucilo Tarreo y Dídimo1.18), en un pasaje bastante extenso, recoge prÍcticamente el mismo texto de Apolodoro, añadiendo otros detalles importantes. Dado que este autor se basa en Dídimo y Lucilo Tarreo, podría haber seguido la misma fuente que nuestro prosista. Ambos, ademÍs, corresponden a la misma época. En la edición de von Leutsch-Scheneidewin (1996: 5) se afirma que el texto del paremiógrafo estÍ tomado de nuestro mitógrafo. Aquí topamos con un difícil escollo cronológico, si aceptamos que la Biblioteca se compuso entre los años 180 y 230 d. C. (Scarpi. 1996: XIII). A su vez, Scarpi (1996: 582) recoge otra explicación, a saber: el dios délfico tuvo que servir a las órdenes de Admeto como castigo por haber matado a la serpiente Pitón (la interpretación remonta al historiador Anaxandridas, Fragmento 5). Por su lado, un escolio a Ilíada XXIII. 383 quiere explicar la irritación de Apolo contra Diomedes y, con tal motivo, nos recuerda que Apolo había dado muerte a los Cíclopes.
26 Presente sólo una vez en el prosista: Apolodoro. 1.6.3.
27 Giro recogido en 13 pasajes de la Biblioteca.
28 Si nos limitamos al participio de aoristo, lo vemos a partir de Hesíodo (1), Aristófanes (5), en prosistas (Tucídides: 4; Platón, 3; Jenofonte, 5; etc.). Ps. Apolodoro, con 8 usos, tiene cierta predilección por el mismo.
29 Registrado en Homero (7: siempre en posición final), Himnos homéricos (1), Semónides (1), Píndaro (3), Sófocles (2), Eurípides (2), etc. Ps. Apolodoro lo emplea sólo una vez, precisamente en femenino (1.6.3), a propósito de Ge.
30 Vemos aquí dos elementos bastante raros en la literatura griega, y evitados por el mitógrafo. Si buscamos justamente el acusativo de plural Ïͽ³ÎºÏÎ¿Î½Î±Ï hasta finales del V a. C., lo encontramos en los Himnos homéricos (1), HerÍclito (1), Eurípides (sólo aquí), y muy pocas apariciones en prosa. En cuanto al genitivo adjetival Îͽ·Î¿Ï (de ÎͿοÏ-α-ον âpropio de Zeusâ, y, si se permite, âjupiterinoâ, presentado normalmente en las ediciones con minͺscula, aunque algunos prefieren la mayͺscula), tras Homero (2), sólo lo utiliza Eurípides (3 secuencias; de ellas, una con la misma fórmula, en Bacantes 8: Îͽ·Î¿Ï ÏÏ Ïͽ¹Ï) hasta fines del V a. C.; posteriormente lo emplea Apolonio de Rodas (2), y es bastante raro en la literatura posterior.
31 El TLG nos ofrece importantes y significativos datos sobre las apariciones del tema κεÏÎ±Ï Î½-: Homero (18: siempre en posición final), Hesíodo (14, nótese la gran presencia si lo comparamos con la extensión, mucho mayor, de los poemas homéricos; de ellos dos usos no en final absoluto), Eurípides (23, pero el sustantivo sólo consta nueve veces; el trÍgico se interesa por otros derivados del tema), etc. Si saltamos a Ps. Apolodoro veremos en él 20 secuencias, pero sólo 11 del sustantivo. El prosista, pues, gusta también de otros derivados de dicho tema, tal como hiciera Eurípides.
32 Escolio a Alcestis 1: ΦεÏεκͽ»Î´Î·Ï οͽ ÏηÏι ÏοͽºÏ Îͽ»ÎºÎ»ÏÏÎ±Ï Í½Ïͽ¸ ͼÏͽ¹Î»Î»ÏÎ½Î¿Ï Í¼Î½Í¿ÏÍ¿Ïθαι͵ ͼλλͽ° ÏοͽºÏ Ï Í¼±Î¿Í½ºÏ αͽÏÍ¿¶Î½Íµ γÏͽ±ÏÏν οͽÏÏΠΠαÏΠαͽÏͽ¸Î½ Ïͽ¸Î½ ͼδμηÏον ͼÏÏεÏαι ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν θηÏεͽ»ÏÏν Í¼Î½Î¹Î±Ï Ïͽ¸Î½Íµ Îιͽ¸Ï κελεͽ»ÏανÏοÏ͵ ͽ Ïι κÏεͽ·Î½ÎµÎ¹ ÏοͿ¦ ÎÏͽ¹Î½ÏÎµÏ ÎºÎ±Í½¶ ΣÏεÏͽ¹ÏÎµÏ ÎºÎ±Í½¶ ͼÏÎ³ÎµÏ ÏαͿδαÏ. ÎÏεͽ·Î½ÎµÎ¹ δͽ² αͽÏοͽºÏ ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν͵ Îιͽ¶ μεμÏθεͽ¶Ï͵ ͽ Ïι κÏεͽ·Î½ÎµÎ¹ ÎεͽºÏ ͼÏκληÏιͽ¸Î½ Ïͽ¸Î½ ÏαͿδα αͽÏοͿ¦ κεÏÎ±Ï Î½Í¿· ͼν Î Ï Î¸Í¿¶Î½Î¹. ͼνͽ³ÏÏηÏε γͽ°Ï ͼ°Í½½Î¼ÎµÎ½Î¿Ï ÏοͽºÏ ÏεθνεͿ¶ÏαÏ. paullo post ΦεÏεκͽ»Î´Î·Ï ͼν ÏÍ¿ ͼ±ÏÏοÏͽ·Í¾³ ÏοͽºÏ ͼν ÎελÏÎ¿Í¿Ï Î¸Î½Í½µÏκονÏÎ±Ï Î±Í½Ïͽ¸Î½ ͼναβιͽ½Ïκειν. Cf. Ferecides. Fragmento 76. A su vez, Diodoro de Sicilia, 6.8.1, recoge también el castigo del dios durante un año.
33 Presente cinco veces en Pseudo-Apolodoro.
34 Solón (1; en 13.48), con el valor de trabajar como asalariado precisamente durante un año: âOtro, roturando la tierra rica en arbolado, durante un año/ trabaja asalariado; es de aquellos a quienes preocupan los curvos aradosâ, Í¼Î»Î»Î¿Ï Î³Í¿Î½ Ïͽ³Î¼Î½Ïν ÏÎ¿Î»Ï Î´Í½³Î½Î´Ïεον εͼ°Ï Í¼Î½Î¹Î±Ï Ïͽ¸Î½/ λαÏÏεͽ»ÎµÎ¹Íµ ÏοͿÏιν καμÏͽ»Î»Î ͼÏοÏÏα μͽ³Î»ÎµÎ¹/. Asimismo, Esquilo (1), âservir como esclavoâ, y Sófocles (2) con sentido figurado. Eurípides, con seis usos, destaca dentro del siglo V. Es la centuria en que empiezan a usarse los sustantivos λαÏÏεͽ·Î± y λͽ±ÏÏÎµÏ Î¼Î±. Del primero hallamos testimonios a partir de los trÍgicos: Esquilo (1), Sófocles (2) y Eurípides (2). Precisamente, del autor de Salamina hay un ejemplo que pudiera quizÍ estar en relación con el texto apolodoreo que estamos examinando. El Coro afirma que estÍ en Tebas y se dirige a Delfos (Fenicias 225): âSemejante a estatuas hechas de oro, /me convertí en esclava de Febo./ Mas aͺn me aguarda /que el agua de la Castalia/ bañe la belleza virginal de mi cabellera/ en honor de la esclavitud febeaâ, ͼ´Ïα δΠͼγͽ±Î»Î¼Î±Ïι ÏÏÏ ÏοÏεͽ»-/ κÏÎ¿Î¹Ï Î¦Î¿Í½·Î²Ïι λͽ±ÏÏÎ¹Ï Í¼Î³ÎµÎ½Í½¹Î¼Î±Î½Î/ ͼÏι δͽ² ÎαÏÏαλͽ·Î±Ï ͽδÏÏ/ ÏεÏιμͽ³Î½ÎµÎ¹ με κͽ¹Î¼Î±Ï ͼμ;¶Ï/ δεͿ¦Ïαι ÏαÏθͽ³Î½Î¹Î¿Î½ Ïλιδͽ°Î½/ Φοιβεͽ·Î±Î¹Ïι λαÏÏεͽ·Î±Î¹Ï. Varias interpretaciones puede tener ese dativo que interpreto como commodi (no estÍ excluido el locativo), pues cabe entenderlo, entre otras maneras, como ânuestra esclavitud al servicio de Feboâ, o âla esclavitud impuesta por Feboâ. En todo caso la relación entre el dios délfico y la esclavitud queda confirmada otra vez. Del segundo sustantivo, que aparece por primera vez en Sófocles (Traquinias 357: pieza anterior quizÍ al 430 a. C.), y, unos quince años después, en Eurípides (2. La secuencia mÍs antigua es de Troyanas 1106, representada en el 415 a. C.), contamos en el salaminio con una secuencia en donde estÍ íntimamente relacionado asimismo con el culto apolíneo en Delfos. A saber, Ifigenia entre los tauros 1275, pues, como en el caso ya visto de Fenicias, se trata de un estÍsimo coral, lugar idóneo y propicio para las manifestaciones religiosas y rituales. El Coro, en efecto, se refiere al hijo de Leto y cómo desalojó a Temis de la adoración recibida en Delfos con el propósito de que las honras se le hicieran a él, con todas las prerrogativas que las acompañaban. Y he aquí la reacción del padre de dioses y hombres en el útimo pasaje señalado: âY sonrió (sc. Zeus) porque su retoño marchó de prisa,/ queriendo poseer los ritos abundosos en oroâ, γͽ³Î»Î±Ïε δΠͽ Ïι Ïͽ³ÎºÎ¿Ï ͼÏÎ±Ï Í¼Î²Î±/ Ïολͽ»ÏÏÏ Ïα θͽ³Î»Ïν λαÏÏεͽ»Î¼Î±Ïα ÏÏεͿνÎ
35 Ión 129, referido concretamente al dios délfico, donde el joven Ión se dirige a la divinidad: âHermoso trabajo, oh Febo,/te hago sirviéndote en bien de tu mansión, /honrando la sede oracularâ, καλͽ¹Î½ γε Ïͽ¸Î½ Ïͽ¹Î½Î¿Î½Íµ ͽ¦/ ΦοͿβε͵ Ïοͽ¶ ÏÏͽ¸ δͽ¹Î¼Ïν λαÏÏεͽ»-/ Ï͵ ÏιμͿ¶Î½ μανÏεͿον ͼδÏανÎ/. El mismo protagonista insiste en esa idea unos versos mÍs tarde (Ión 152): â¡OjalÍ, siempre así, en honor de Febo /de servir no cesara, /o cesara con buen destinoâ, εͼ´Î¸Î οͽÏÏÏ Î±Í¼°ÎµÍ½¶ Φοͽ·Î²Ïι/ λαÏÏεͽ»Ïν μͽ´ ÏÎ±Ï Ïαͽ·Î¼Î±Î½Íµ /ͼ¢ ÏÎ±Ï Ïαͽ·Î¼Î±Î½ ͼγαθ;¶Î¹ μοͽ·Ïαι./. Eurípides, tan sabio en la elección del léxico, pone ese verbo tres veces (la tercera en Ión 124: aquí, uso general del verbo, sin régimen alguno) en la monodia de quien resultarÍ realmente ser hijo del dios délfico. Con sentido pleno (âser esclavo de alguienâ) lo encontramos en Cíclope 24: καλοͿ¦Ïι δΠαͽÏͽ¸Î½ ͽ§Î¹ λαÏÏεͽ»Î¿Î¼ÎµÎ½ / Πολͽ»Ïημον.
36 Buscando y comprobando el tema Ïοιμαιν- en el TLG tenemos los siguientes resultados: Homero (4), Hesíodo (1), Píndaro (2), Esquilo (1), Eurípides (4), Platón (3), etc.. Por su lado, Ps. Apolodoro sólo lo emplea aquí. En suma, se trata de un verbo poco utilizado y mÍs bien poético. En todo caso no es tan raro como el que leemos en Eurípides: Í¼Î²Î¿Ï Ïͽ¹ÏÎ²Î¿Ï Î½ (Véase Alcestis 8, dentro de la secuencia recogida en nota 16). En efecto, si revisamos el tema Î²Î¿Ï ÏοÏβ- comprobaremos que Eurípides crea tanto el verbo (1) como el adjetivo Î²Î¿Ï ÏοÏβͽ¹Ï (4) y el sustantivo Î²Î¿Ï Ïͽ¹Ïβια (2). Este útimo con el significado de âpasto o alimento de bóvidosâ, o âde animalesâ en general. Nos interesa señalar que, hasta llegar al mitógrafo que nos interesa, el adjetivo sólo es usado por Platón (2), y el sustantivo es recogido ͺnicamente por Dionisio de Halicarnaso (5) y el propio Ps. Apolodoro (2).
37 También en Homero; en cambio, en Hesíodo, Teogonía 23, lleva objeto directo.
38 Alcestis 578-9: ÏͽºÎ½ δΠͼÏοιμαͽ·Î½Î¿Î½Ïο ÏαÏ;¶Î¹ μελͽ³Ïν βαλιαͽ· Ïε λͽ»Î³ÎºÎµÏ[â¦]. Obsérvese que, por extensión poética, los linces estÍn bajo la vigilancia del pastor, Apolo.
39 Historia de los animales 573 b: ÎÎ¹Î´Ï Î¼Î¿ÏοκοͿ¦Ïι δͽ² καͽ¶ ÏÏͽ¹Î²Î±Ïα καͽ¶ αͼ¶Î³ÎµÏ διͽ± Ïε εͽβοÏͽ·Î±Î½Íµ καͽ¶ ͼͽ°Î½ ͽ κÏιͽ¸Ï ͼ¢ ͽ ÏÏͽ±Î³Î¿Ï ; Î´Î¹Î´Ï Î¼Î¿Ïͽ¹ÎºÎ¿Ï ͼ¢ ͼ¡ μͽµÏηÏ. Véanse, asimismo, las interesantes observaciones presentadas en Generación de los animales 775 a 23 y, de modo especial, la precisión local ofrecida en Relatos maravillosos 842 b 28, donde se indica que, entre los ilirios, los ganados solían producir partos de gemelos.
40 Pausanias. 9.17.4.
41 8.437.6 K.: ÏÍ¿¶Î½ ͼλλÏν Ïαͽ·Î½ÎµÏαι ζͽ½Ïν͵ οͼ·Ï ͼ¡ Ïͽ»ÏÎ¹Ï Í¼ÏÏͽ¶ Î´Î¹Î´Ï Î¼Î¿Ïͽ¹ÎºÎ¿ÏÎ
42 El antropónimo Asclepio aparece tres veces en los poemas homéricos a propósito de los dos hijos médicos del citado, Podalirio y Macaón. No se alude, en absoluto, a que tuviera ningͺn carÍcter divino ni relacionado con los dioses. En cambio, en el breve Himno homérico A Asclepio 1-2: ͼ¸Î·ÏÍ¿Ïα νͽ¹ÏÏν ͼÏκληÏιͽ¸Î½ ͼÏÏομΠͼεͽ·Î´ÎµÎ¹Î½/ Ï Í¼±Í½¸Î½ ͼÏͽ¹Î»Î»ÏÎ½Î¿Ï Ïͽ¸Î½ ͼγεͽ·Î½Î±Ïο δͿα ÎοÏÏνͽ¶Ï [â¦] ya se habla del personaje como hijo de Apolo y Corónide (o Coronis). Ese himno suele ser fechado a finales del periodo arcaico, es decir, útimos decenios del VI o primeros del V a. C.. Sófocles cita en dos ocasiones el nombre propio, carente de carÍcter divino. Eurípides lo menciona dos veces; respectivamente, en Alcestis 4 e Hipólito 1209 (âla roca de Asclepioâ, equivalente quizÍ a la costa de Epidauro, cerca de la cual, en algͺn momento del siglo VI a. C., se erigió un santuario en honor del citado).
43 Respecto a Licia, en Patara había un hermoso santuario dedicado a Apolo. La segunda referencia apunta al famoso templo consagrado a Zeus Amón (localizado en Siwa, al occidente de Egipto), cuyos orÍculos tenían fama de verídicos.
44 Alcestis 122-129: μͽ¹Î½Î¿Ï δΠͼν͵ εͼ° ÏÍ¿¶Ï Ïͽ¹Î´Î ͼ¦Î½/ ͽμμαÏιν δεδοÏκͽ¼Ï/ Φοͽ·Î²Î¿Ï ÏαͿÏ͵ ÏÏολιÏοͿ¦ÏÎ/ ͼ¦Î»Î¸Î ͼν ͼδÏÎ±Ï ÏκοÏͽ·Î¿Ï Ï/ ͼιδα Ïε Ïͽ»Î»Î±ÏÎ/ δμαθͽ³Î½ÏÎ±Ï Î³Í½°Ï ͼνͽ·ÏÏη͵/ ÏÏͽ¶Î½ αͽÏͽ¸Î½ εͼ·Î»Îµ διͽ¹Î²Î¿Î»Î¿Î½/ ÏλͿκÏÏον ÏÏ Ïͽ¸Ï κεÏÎ±Ï Î½Í½·Î¿Ï ./
45 Apolo lo engendró en Corónide o Arsínoe (Apolodoro. 3.10.3); maldice al cuervo que le trae noticias de la infidelidad de Corónide, a la que da muerte (Apolodoro. 3.10.3). Véase Burgess (2001). Ya en Apolonio de Rodas 4. 617, leemos que Corónide dio a luz en la rica Lacerea, junto al río Ímiro (Tesalia).
46 Apolodoro 3.10.3: καιομͽ³Î½Î·Ï δͽ² Ïαͽ»ÏÎ·Ï Í¼ÏÏͽ±ÏÎ±Ï Ïͽ¸ βÏͽ³ÏÎ¿Ï Í¼Îº ÏÍ¿Ï ÏÏ Ï;¶Ï ÏÏͽ¸Ï Χεͽ·ÏÏνα Ïͽ¸Î½ Îͽ³Î½ÏÎ±Ï Ïον ͼ¤Î½ÎµÎ³ÎºÎµÍµ ÏαÏΠοͽ καͽ¶ Ïͽ´Î½ ͼ°Î±ÏÏικͽ´Î½ καͽ¶ Ïͽ´Î½ ÎºÏ Î½Î·Î³ÎµÏικͽ´Î½ ÏÏεÏͽ¹Î¼ÎµÎ½Î¿Ï ͼδιδͽ±Ïθη. καͽ¶ γενͽ¹Î¼ÎµÎ½Î¿Ï ÏειÏÎ¿Ï Ïγικͽ¸Ï καͽ¶ Ïͽ´Î½ Ïͽ³Ïνην ͼÏκͽµÏÎ±Ï Í¼Ïͽ¶ Ïολͽº οͽ μͽ¹Î½Î¿Î½ ͼκͽ½Î»Ï ͽ³ ÏÎ¹Î½Î±Ï Í¼ÏοθνͽµÏκειν͵ ͼλλΠͼνͽµÎ³ÎµÎ¹Ïε καͽ¶ ÏοͽºÏ ͼÏοθανͽ¹Î½ÏαÏÎ[â¦] ÎεͽºÏ δͽ² Ïοβηθεͽ¶Ï μͽ´ λαβͽ¹Î½ÏÎµÏ Í¼Î½Î¸ÏÏÏοι θεÏαÏεͽ·Î±Î½ ÏαÏΠαͽÏοͿ¦ βοηθͿ¶Ïιν ͼλλͽµÎ»Î¿Î¹Ï͵ ͼκεÏαͽ»Î½ÏÏεν αͽÏͽ¹Î½. En este texto, donde aparecen los puntos suspensivos entre corchetes, una secuencia, quizÍ espuria, enumera algunos de esos resucitados: Capaneo, Licurgo, Hipólito, TindÍreo, Himeneo y Glauco. (He traducido ͼνͽµÎ³ÎµÎ¹Ïε por âlevantabaâ. Una versión mÍs estricta sería âdespertabaâ). Scarpi (1996: 580) subraya la analogía entre el nacimiento de Asclepio y el de Dioniso recogido por el prosista (Apolodoro. 3.4.3), destacando la semejanza en la consideración estrictamente heroica, no divina, de ambos personajes e insistiendo en que la condición heroica del primero viene confirmada cuando es confiado a Quirón para que le transmitiera la educación mÍs distinguida, en la que sobresalía el alto aprendizaje de la medicina. Precisamente, segͺn Scarpi, al no tener la condición de dios en el prosista, no puede ser considerado âdios salvadorâ, nota que precisamente le fue adjudicada en el periodo helenístico y romano: cf. Edelstein (1945: T 94-5, 332-332 a, etc.). Galeno también se interesó por ambas figuras heroicas, estableciendo una comparación entre ellas, y llegando a la conclusión de que ambos eran dignos de la consideración mÍs elevada. Exhortación para aprender las artes 9.1.22.3-6 K.:âAsclepio y Dioniso, tanto si fueron dioses al comienzo como, desde el principio, dioses, son merecedores de las mÍximas honras: uno, por causa de la medicina, y el otro, porque nos enseñó el arte referente a las videsâ, ͼÏκληÏιͽ¹Ï γͽ³ Ïοι καͽ¶ Îιͽ¹Î½Ï ÏοÏ͵ εͼ´ÏΠͼνθÏÏÏοι ÏÏͽ¹ÏεÏον ͼ¤ÏÏην εͼ´ÏΠͼÏÏͿθεν θεοͽ·Íµ ÏιμͿ¶Î½ ͼξιοͿ¦Î½Ïαι μεγͽ·ÏÏÏν͵ ͽ μͽ²Î½ διͽ° Ïͽ´Î½ ͼ°Î±ÏÏικͽµÎ½Íµ ͽ δΠͽ Ïι Ïͽ´Î½ ÏεÏͽ¶ Ïͽ°Ï ͼμÏͽ³Î»Î¿Ï Ï Í¼¡Î¼Í¾¶Ï Ïͽ³Ïνην ͼδͽ·Î´Î±Î¾ÎµÎ½. Por su lado, Diodoro de Sicilia, 4.71.1-3, nos ha transmitido una explicación paralela a la apolodorea, conspicuas ambas por una notable carga racionalista: Hades acusó formalmente a Asclepio ante Zeus de que, a causa de las artes del experto en medicina, muchos se libraban de morir e incluso algunos, después de fenecer, volvían a la vida, con lo que el nͺmero de muertos había descendido mucho, y, por ello, su propio poder había decrecido notablemente. Zeus entonces mató con el rayo a Asclepio. En 5. 74.6, el sículo añade que Asclepio, âtras haber aprendido de su padre la mayor parte de lo correspondiente a la medicina, descubrió ademÍs la cirugía, la preparación de medicamentos y los poderes de las raíces, e hizo avanzar el arte hasta tal punto que es honrado como iniciador y fundador de la mismaâ, καͽ¶ Ïολλͽ° ÏαÏͽ° ÏοͿ¦ ÏαÏÏͽ¸Ï ÏÍ¿¶Î½ εͼ°Ï ͼ°Î±ÏÏικͽ´Î½ μαθͽ¹Î½Ïα͵ ÏÏοÏÎµÎ¾ÎµÏ ÏεͿν ÏͽµÎ½ Ïε ÏειÏÎ¿Ï Ïγͽ·Î±Î½ καͽ¶ Ïͽ°Ï ÏÍ¿¶Î½ ÏαÏμͽ±ÎºÏν ÏÎºÎµÏ Î±Ïͽ·Î±Ï καͽ¶ Í¿¥Î¹Î¶Í¿¶Î½ Î´Ï Î½Í½±Î¼ÎµÎ¹Ï͵ καͽ¶ καθͽ¹Î»Î¿Ï ÏÏοβιβͽ±Ïαι Ïͽ´Î½ Ïͽ³Ïνην ͼÏͽ¶ ÏοÏοͿ¦Ïον͵ ͽ¥ÏÏε ͽ¡Ï ͼÏÏηγͽ¸Î½ αͽÏÍ¿Ï ÎºÎ±Í½¶ κÏͽ·ÏÏην Ïιμ;¶Ïθαι. Es muy probable que el adjetivo ÏειÏÎ¿Ï Ïγικͽ¹Ï, âexperto en cirugíaâ, registrado por primera vez en el mitógrafo como calificador de una persona, esté en conexión con este pasaje diodoreo. Desde Píndaro (Píticas 3. 55) contamos con otra interpretación que justificaría, en otro sentido, el castigo recibido. En efecto, se nos explica allí que Asclepio, una vez preparado por Quirón para curar las enfermedades, lograba excelentes resultados por medio de encantamientos, pócimas, ungͼentos e incisiones, pero, sobornado con oro, rescató de la muerte a un hombre que ya era presa de la misma. Fue el momento en que el Crónida eliminó con su rayo a los dos citados. Véanse con mÍs detalles, escolio a Píticas. 3.60 y Ferecides, Fragmentos Fr. 8 a y 76. En los Tratados hipocrÍticos, por su parte, sólo se menciona a Asclepio en un tratado de fines del V o IV (Juramento. 1), pues otras apariciones del citado tienen lugar en las espurias Cartas hipocrÍticas, muy tardías.
47Apolodoro. 3.10.3: ÏαÏͽ° γͽ°Ï ͼθην;¶Ï λαβͽ¼Î½ Ïͽ¸ ͼκ ÏÍ¿¶Î½ ÏλεβͿ¶Î½ ÏÍ¿Ï ÎοÏγͽ¹Î½Î¿Ï Í¿¥Ï ͽ²Î½ αͼ·Î¼Î±Íµ ÏÍ¿· μͽ²Î½ ͼκ ÏÍ¿¶Î½ ͼÏιÏÏεÏÍ¿¶Î½ Í¿¥Ï ͽ³Î½Ïι ÏÏͽ¸Ï ÏθοÏͽ°Î½ ͼνθÏͽ½ÏÏν ͼÏÏÍ¿Ïο͵ ÏÍ¿· δͽ² ͼκ ÏÍ¿¶Î½ δεξιͿ¶Î½ ÏÏͽ¸Ï ÏÏÏηÏͽ·Î±Î½Íµ καͽ¶ διͽ° ÏοͿ¦Ïο ÏοͽºÏ Ïεθνηκͽ¹ÏÎ±Ï Í¼Î½Í½µÎ³ÎµÎ¹Ïεν. Zenobio (Epítome 1. 18) nos ofrece un texto muy semejante: ͼÏκληÏιͽ¸Ï ͽ ͼÏͽ¹Î»Î»ÏÎ½Î¿Ï ÏÎ±Í¿Ï ÏαÏͽ° Χεͽ·ÏÏÎ½Î¿Ï Ïͽ´Î½ ͼ°Î±ÏÏικͽ´Î½ ÏÎ±Î¹Î´ÎµÏ Î¸ÎµÍ½¶Ï͵ καͽ¶ ÏαÏͽ° ͼθην;¶Ï λαβͽ¼Î½ Ïͽ¸ ͼκ ÏÍ¿¶Î½ ÏλεβͿ¶Î½ ÏÍ¿Ï ÎοÏγͽ¹Î½Î·Ï Í¿¥Ï ͽ²Î½ αͼ·Î¼Î±Íµ διΠαͽÏοͿ¦ ÏολλοͽºÏ ͼθεÏͽ±ÏÎµÏ Îµ. ΤͿ· μͽ²Î½ γͽ°Ï ͼκ ÏÍ¿¶Î½ ͼÏιÏÏεÏÍ¿¶Î½ ÏλεβͿ¶Î½ Í¿¥Ï ͽ³Î½Ïι ÏÏͽ¸Ï ÏθοÏͽ°Î½ ͼνθÏͽ½ÏÏν ͼÏÏÍ¿Ïο͵ ÏÍ¿· δΠͼκ ÏÍ¿¶Î½ δεξιͿ¶Î½ ÏÏͽ¸Ï ÏÏÏηÏͽ·Î±Î½Î ͽ θεν καͽ· ÏÎ¹Î½Î±Ï ÏεθνεͿ¶ÏÎ±Ï Í¼Î½Î±ÏÏÍ¿Ïαι Î¼Ï Î¸Î¿Î»Î¿Î³ÎµÍ¿Ïαι. Îιͽ° γοͿ¦Î½ Ïͽ¸ μͽ´ δͽ¹Î¾Î±Î¹ ÏοͿ¦Ïον ÏαÏΠͼνθÏͽ½ÏÎ¿Î¹Ï ÎµÍ¼¶Î½Î±Î¹ θεͽ¸Î½Íµ ͽ ÎεͽºÏ ͼκεÏαͽ»Î½ÏÏενΠEs muy probable que la fuente comͺn de nuestro prosista y de Zenobio conociera la versión de Eurípides, quien, en el Ión (cf., especialmente, vv. 989-1005), nos presenta el diÍlogo del anciano pedagogo de Erecteo con Creusa, en el curso del cual se afirma que Atenea, tras darle muerte a la Górgona, le entregó al recién nacido Erictonio dos gotas de la sangre del monstruo: una, aleja las enfermedades; la otra, mata, pues es veneno del espantoso ser mencionado. Por cierto esa Górgona euripidea era hija de Ge, que la había parido en Flegra para ayudar a sus otros hijos, los Gigantes. Es, por tanto, distinta, al menos en su genealogía, de las otras tres, hijas de Forcis y Ceto (segͺn Hesíodo, Teogonía 274), una de las cuales era la famosa Medusa (la ͺnica mortal del trío), que sería decapitada por Perseo, relato mítico tradicional bien conocido por nuestro tragediógrafo (véase, entre otros pasajes, Electra 460), cuyo interés por dichos seres monstruosos queda reflejado en el nͺmero de menciones de los mismos que hallamos en sus obras (25; Esquilo, 6; ninguna en Sófocles). Por su lado, el propio mitógrafo señala que Perseo, tras decapitar a la Górgona, le dio a Atenea la cabeza de la misma (Apolodoro. 2.4.3).
48 Pero ya hemos visto (cf. nota 32) que, segͺn Ferecides, los Cíclopes muertos por el dios délfico eran los hijos de Brontes, Estéropes y Arges. Nótense los tres antropónimos parlantes.
49 A propósito del Etna, leemos (Ciclope 21): âdonde los monóculos hijos del dios marino, los Cíclopes asesinos de hombres habitan cuevas solitariasâ, ͼµÎ½Î οͼ± μονͿ¶ÏÎµÏ ÏονÏͽ·Î¿Ï ÏÎ±Í¿Î´ÎµÏ Î¸ÎµÎ¿Í¿¦/ Îͽ»ÎºÎ»ÏÏÎµÏ Î¿Í¼°ÎºÎ¿Í¿¦ÏΠͼνÏÏΠͼÏημΠͼνδÏοκÏͽ¹Î½Î¿Î¹./. Homero no indica expresamente que el Cíclope tuviera un solo ojo, aunque se desprende de Odisea 1.69: ââ¦Cíclope, al que (sc. Odiseo) dejó ciego de su ojoâ, ͽν ͽÏθαλμοͿ¦ ͼλͽ±ÏÏεν. En cambio, sí lo dice claramente Hesíodo, Teogonía 143-5, respecto a todos los Cíclopes.
50 Cf., por ejemplo, Orestes 965, donde leemos el topónimo ÎÏ ÎºÎ»ÏÏͽ·Î±, Ciclopía, equivalente a âregión micénicaâ. Segͺn varias fuentes las murallas de Tirinto y Micenas habían sido construidas por los Cíclopes bajo el reinado de Preto. Hay dudas sobre el origen e identidad de esos Cíclopes, pues no es seguro que sean los mismos que los uranios. Un escolio al citado verso de Orestes. sostiene que procedían de Tracia; por su lado, Estrabón (8.6.11) afirma que venían de Licia. Otras menciones euripideas de las indicadas murallas y región circundante bajo distintos apelativos relacionados con los Cíclopes, son: ÎÏ ÎºÎ»Í½½Ïεια (Electra 1158), ÎÏ ÎºÎ»ÏÏͽ·Î± (Heracles 15, Ifigenia en Íulide 265),ÎÏ ÎºÎ»Í½½ÏÎ¹Î¿Ï (Troyanas 998, 1088, Ifigenia en Íulide 534), ÎÏ ÎºÎ»ÏÏͽ·Ï (Ifigenia entre los tauros 845), etc. A diferencia del trÍgico de Salamina, en los otros dos grandes tragediógrafos apenas hay huellas del tema de los Cíclopes, asunto que cobraría gran interés a partir de la literatura helenística.
51 Cf. el texto en nota 25.
52 Apolodoro. 1.1.1-2: ÎͽÏανͽ¸Ï [â¦] γͽµÎ¼Î±Ï δͽ² ÎͿν ͼÏͽ³ÎºÎ½ÏÏε [â¦] μεÏͽ° Ïοͽ»ÏÎ¿Ï Ï Î´Í½² [αͽÏÍ¿· ÏεκνοͿ ÎÍ¿] Îͽ»ÎºÎ»ÏÏαÏ͵ ͼÏγην ΣÏεÏͽ¹Ïην ÎÏͽ¹Î½Ïην͵ ͽ§Î½ ͼκαÏÏÎ¿Ï ÎµÍ¼¶Ïεν ͼνα ͽÏθαλμͽ¸Î½ ͼÏͽ¶ ÏοͿ¦ μεÏͽ½ÏÎ¿Ï . ͼλλͽ° Ïοͽ»ÏÎ¿Ï Ï Î¼Í½²Î½ ÎͽÏανͽ¸Ï δͽµÏÎ±Ï ÎµÍ¼°Ï Τͽ±ÏÏαÏον ͼÏÏιÏε. Ya Hesíodo, Teogonía 139-16, nos da los tres nombres propios y señala el ͺnico ojo situado en el centro de la frente
53 En Apolodoro.1.2.1 leemos, de modo sumario, que tras una guerra de diez años de Zeus contra Crono y los Titanes, Ge profetizó que la victoria sería para el que tuviera por aliados a quienes estaban apresados en el TÍrtaro. Hay que suponer que entre éstos estaban los Cíclopes, pero el texto no lo indica expresamente, aunque sí señala que Zeus tuvo que matar a Campe, la que vigilaba las ataduras de los allí encerrados.
54 Apolodoro. 1.2.1: καͽ¶ Îͽ»ÎºÎ»ÏÏÎµÏ Ïͽ¹Ïε Îιͽ¶ μͽ²Î½ διδͽ¹Î±Ïι βÏονÏͽ´Î½ καͽ¶ ͼÏÏÏαÏͽ´Î½ καͽ¶ κεÏÎ±Ï Î½Í½¹Î½Íµ Πλοͽ»ÏÏνι δͽ² ÎºÏ Î½Í½³Î·Î½Íµ ΠοÏειδͿ¶Î½Î¹ δͽ² ÏÏͽ·Î±Î¹Î½Î±Î½Î
55 En Apolodoro 2.2.1, cuando se nos estÍ hablando del reino de Argos, vemos que Acrisio expulsó de allí a Preto, su hermano gemelo. Pero éste se marchó a Licia, donde se casó con Estenebea, hija de Yóbates (o Anfianacte), y ayudado por su suegro y un ejército de licios, ocupó Tirinto, que los Cíclopes habían fortificado para él: [â¦]καͽ¶ καÏαλαμβͽ±Î½ÎµÎ¹ Τͽ·ÏÏ Î½Î¸Î±Íµ Ïαͽ»Ïην αͽÏÍ¿· ÎÏ ÎºÎ»Í½½ÏÏν ÏειÏιÏͽ±Î½ÏÏν. MÍs noticias en Baquílides.11.73-81; Pausanias. 2.25.8; Estrabón. 8.6.11; etc.
56 Epítome 7.3-9.
57 Cf. el pasaje en nota 16.
58 Véase el texto en nota 20.
59 Apolodoro 1.9.15: ͽ δͽ² κομͽ·ÏÎ±Ï ÏÏͽ¸Ï Πελͽ·Î±Î½ ͼλκηÏÏιν λαμβͽ±Î½ÎµÎ¹. θͽ»Ïν δͽ² ͼν ÏÎ¿Í¿Ï Î³Í½±Î¼Î¿Î¹Ï ͼξελͽ±Î¸ÎµÏο ͼÏÏͽ³Î¼Î¹Î´Î¹ θͿ¦ÏαιΠδιͽ° ÏοͿ¦Ïο Ïͽ¸Î½ θͽ±Î»Î±Î¼Î¿Î½ ͼνοͽ·Î¾Î±Ï εͽÏε δÏακͽ¹Î½ÏÏν ÏÏειÏͽ±Î¼Î±Ïι ÏεÏληÏÏμͽ³Î½Î¿Î½. El genitivo puede ser subjetivo (âlas serpientes forman anillosâ). Así lo entiendo. Ahora bien, entre otras posibilidades, cabría verlo como epexegético: âanillos que son serpientesâ. Cuartero (2010: 167) explica el olvido del culto debido a la diosa como omisión de un rito de paso, a saber, el cambio experimentado por la protagonista al dejar de ser soltera y entrar en la condición de casada.
60 Alcestis 12: Îοͽ·ÏÎ±Ï Î´Î¿Î»Í½½ÏαÏ.
61 Alcestis 32-34:â¿No te bastó impedir el sino de Admeto,/ embaucando a las Moiras con artimaña engañosa?â, οͽκ ͼ¤ÏκεÏͽ³ Ïοι μͽ¹Ïον ͼδμͽµÏÎ¿Ï / διακÏλͿ¦Ïαι͵ Îοͽ·ÏÎ±Ï Î´Î¿Î»Í½·Ïι/ ÏÏͽµÎ»Î±Î½Ïι Ïͽ³Ïνηι; Nótese la acumulación de tres términos seguidos para insistir en el engaño. Los doy en cursiva. Merecerían un comentario aparte. Se han ocupado de la presencia y función de TÍnato dentro de la pieza que revisamos Allen (1898); Brugnola (1901); de Ruyt (1932); Chalkia (1983); AssaÍ«l (2004); etc.
62 Apolodoro.1.9.15: ͼÏͽ¹Î»Î»Ïν δͽ² εͼ°Ïͽ¼Î½ ͼξιλͽ±ÏκεÏθαι Ïͽ´Î½ θεͽ¹Î½Íµ ;ÏͽµÏαÏο ÏαÏͽ° μοιÏÍ¿¶Î½ ͼµÎ½Î±Íµ ͽ Ïαν ͼδμηÏÎ¿Ï Î¼Í½³Î»Î»Í¿ ÏÎµÎ»ÎµÏ Ï;¶Î½Íµ ͼÏÎ¿Î»Ï Î¸Í¿ ÏοͿ¦ θανͽ±ÏÎ¿Ï Íµ ͼν Í¼ÎºÎ¿Ï Ïͽ·ÏÏ ÏÎ¹Ï Í½Ïͽ²Ï αͽÏοͿ¦ θνͽµÏκειν ͼληÏαι. ͽ¡Ï δͽ² ͼ¦Î»Î¸ÎµÎ½ ͼ¡ ÏοͿ¦ θνͽµÏκειν ͼ¡Î¼Í½³Ïα͵ μͽµÏε ÏοͿ¦ ÏαÏÏͽ¸Ï μͽµÏε ÏÍ¿Ï Î¼Î·ÏÏͽ¸Ï ͽÏͽ²Ï αͽÏοͿ¦ θνͽµÏκειν θελͽ¹Î½ÏÏν͵ ͼλκηÏÏÎ¹Ï Í½ÏεÏαÏͽ³Î¸Î±Î½Îµ. (El mitógrafo recurre al mismo verbo usado por Platón y Paléfato: cf. nota 68). El lector advertirÍ la acumulación estilística de términos relacionados con la muerte: θανͽ±ÏÎ¿Ï âθνͽµÏκειν âθνͽµÏκειν âθνͽµÏκεινâ ͽÏεÏαÏͽ³Î¸Î±Î½Îµ. Repare, ademÍs, en la presencia del eufemístico ÏÎµÎ»ÎµÏ Ï;¶Î½.
63 Euménides 723-4: ÏοιαͿ¦ÏΠͼδÏαÏÎ±Ï ÎºÎ±Í½¶ Φͽ³ÏηÏÎ¿Ï Í¼Î½ δͽ¹Î¼Î¿Î¹ÏÎ /Îοͽ·ÏÎ±Ï Í¼ÏειÏÎ±Ï Í¼Ïθͽ·ÏÎ¿Ï Ï Î¸ÎµÍ¿Î½Î±Î¹ βÏοÏοͽ»Ï.
64 Euménides 727-8: Ïͽ» Ïοι Ïαλαιͽ°Ï διανομͽ°Ï καÏαÏθͽ·ÏαÏ/ οͼ´Î½Í¿³ ÏαÏηÏͽ±ÏηÏÎ±Ï Í¼ÏÏαͽ·Î±Ï θεͽ±Ï./ (La forma verbal en cursiva es una conjetura de John F. Davies (Dublín, 1885), aceptada en la OCT: correspondería al verbo ÏαÏαÏαÏͽ·ÏκÏ, âseducirâ, âengañarâ. Los códices y escolios presentan la lectura ÏαÏηÏͽ±ÏηÏαÏ).
65 Véase el pasaje de Ifigenia entre los tauros 1275 aludido en nota 34. Precisamente, el historiador Anaxandridas de Delfos (III-II a. C.) sostenía que Apolo tuvo que prestar servicios por un salario, porque había dado muerte a la serpiente de Pito (=Delfos): ͼλεξανδÏͽ·Î´Î·Ï (libri ͼναξανδÏͽ·Î´Î·Ï) ͽ ÎελÏͽ¹Ï ÏηÏι θηÏεͿ¦Ïαι αͽÏͽ¸Î½ (Ïͽ¸Î½ ͼÏͽ¹Î»Î»Ïνα) διͽ¹Ïι Ïͽ¸Î½ Î Ï Î¸Î¿Í¿ δÏͽ±ÎºÎ¿Î½Ïα ͼνεͿλεν (Fragmento 5. La referencia procede de un escolio a Alcestis 1).
66 De la habilidad de Febo para embaucar a numerosas divinidades y seres asimilados nos da cumplido testimonio el agón sostenido con TÍnato al comienzo de Alcestis. Varios indicios nos permiten deducir el temor de TÍnato ante Febo, que en todo momento aparece armado de su terrible arco (v. 35). Las quejas de TÍnato, en lo esencial, son: que Apolo, contra la justicia, beneficiase a la mansión de Admeto (v. 41: καͽ¶ ÏοͿÏδͽ³ γΠοͼ´ÎºÎ¿Î¹Ï ͼκδͽ·ÎºÏÏ ÏÏοÏÏÏελεͿν); el temor de verse privado de un segundo cadÍver (v. 43: καͽ¶ νοÏÏÎ¹ÎµÍ¿Ï Î¼Îµ ÏοͿ¦Î´Îµ Î´ÎµÏ Ïͽ³ÏÎ¿Ï Î½ÎµÎºÏοͿ¦Í¾), con lo que apunta quizÍ a que habría fracasado en una ocasión anterior cuando quiso llevarse a Admeto; la petición de Apolo para retrasar la muerte de Alcestis, segͺn las propias palabras del dios (v. 50: οͽκ͵ ͼλλͽ° ÏÎ¿Í¿Ï Î¼Í½³Î»Î»Î¿Ï Ïι θͽ±Î½Î±Ïον ͼμβαλεͿν); el propósito del dios arquero de disponer la ley en provecho de los que poseen recursos (v. 57: ÏÏͽ¸Ï ÏÍ¿¶Î½ ͼÏͽ¹Î½ÏÏν͵ ΦοͿβε͵ Ïͽ¸Î½ νͽ¹Î¼Î¿Î½ Ïͽ·Î¸Î·Ï), si es que los que tienen dinero pudieran comprar el morir siendo viejos (v. 59: ͽ νοͿνÏΠͼν οͼ·Ï Ïͽ±ÏεÏÏι γηÏαιοͽ¶ θανεͿν).
67 Aparece 207 veces en la literatura griega recogida en el TLG on-line; si pensamos que 32 de ellas corresponden a los escolios a Eurípides, comprobaremos que no es mucho lo que nos queda. El nombre propio estÍ en relación con un tema alk- de donde parten, entre otros, el sustantivo ͼλκͽµ, âvigor, Ínimo, fuerzaâ, y varios antropónimos (cf. ͼλκμͽ³Ïν, ͼλκμͽµÎ½Î·): cf. Chantraine (1968: 57-58). Frisk (1960: 68-70), por su lado, lo interpreta de modo semejante y añade que se trata de un antiguo étnico de origen tesalio.
68 Platón (Banquete 176 b) la presenta como prototipo de quien estÍ dispuesto a dar la vida por su amado (el verbo ͽÏεÏαÏοθνͿÏκÏ, innovación platónica, lo leemos sólo tres veces en el filósofo, todas en ese diÍlogo: 179 b, 207 b, 208 d). Precisamente, por haber sido la ͺnica, entre los familiares de Admeto, que prefirió morir en vez de su querido esposo, los dioses le permitieron que volviera desde Hades hasta el reino de los vivos. Añade el filósofo que si la heroína aceptó dar la vida por Admeto fue por la certeza de que dejaría un recuerdo inmortal de su virtud (208 d). Paléfato, a fines del IV a.C., en la interpretación cuadragésima de su Sobre historias increíbles, sostiene que Acasto persiguió a sus hermanas por el horrendo crimen de haber dado muerte a su padre (Pelias); consiguió capturarlas, pero Alcestis se refugió en Feras, en la mansión de su primo Admeto. Acasto sitió la ciudad y, como Admeto fuera capturado vivo y condenado a morir, Alcestis se entregó a los sitiadores y se ofreció a morir en su lugar, por lo que decían los hombres que âla valiente Alcestis había muerto voluntariamente en puesto de Admetoâ (40.21: ͼνδÏεͽ·Î± γε ͼ¡ ͼλκηÏÏιÏΠͼκοͿ¦Ïα ͽÏεÏαÏͽ³Î¸Î±Î½ÎµÎ½ ͼδμͽµÏÎ¿Ï . Nótese el mismo verbo ya utilizado por Platón. No obstante, Paléfato es el primero en usarlo en esa forma verbal; y, después de él, nuestro mitógrafo). Finalmente, Heracles, que pasaba por allí en busca de los caballos de Diomedes, enterado de lo sucedido, derrotó el ejército de Acasto, liberó a Alcestis y se la entregó a Admeto. Por eso decían que Heracles la había librado de la Muerte. Por otro lado, Apolodoro. (1.9.12) nos ilustra sobre Feres, padre de Admeto, pues indica que Creteo, hijo de Íolo, se casó con Tiro y fue padre de Esón, Amitaón y Feres. Cf., asimismo, nuestro mitógrafo (1.9.14), para el útimo citado.
69 Ilíada II. 711: ÎͽμηλοÏ͵ Ïͽ¸Î½ ͽÏΠͼδμͽµÏÍ¿³ Ïͽ³ÎºÎµ δͿα Î³Ï Î½Î±Î¹ÎºÍ¿¶Î½/ ͼλκηÏÏÎ¹Ï Î ÎµÎ»Í½·Î±Î¿ Î¸Ï Î³Î±ÏÏÍ¿¶Î½ εͼ¶Î´Î¿Ï ͼÏͽ·ÏÏη.
70 Fragmento 37.20.
71 VI-V a. C. Cf. Fragmento 1c-2. En esa tragedia, TÍnato aparecería llevando una espada, con la que cortaría un rizo de la protagonista.
72 Parker (2007: XV-XIX) ofrece una visión panorÍmica de la figura mítica de Alcestis en la literatura griega.
73 Fragmentos 30-31. EstÍ basado en el testimonio de Ateneo 3. 122 d. A su vez, Eustacio, Comentarios a la Odisea, p. 1422.52, recogió un resumen del contenido.
74 También en Alcestis 82 y 435. Es relevante el testimonio de Diodoro de Sicilia, 4.52.2, cuando subraya que de las hijas de Pelias, Alcestis fue la ͺnica que se abstuvo de golpear a su padre.
75 Una innovación euripidea sería quizÍ que la heroína muera por su esposo, no recién casada, sino cuando ya tiene dos hijos que la ataban fuertemente a la vida.
76 Alcestis 533: ͽθνεͿοÏ͵ ͼλλÏÏ Î´Î Í¼¦Î½ ͼναγκαͽ·Î± δͽ¹Î¼Î¿Î¹Ï.
77 Alcestis 535: ÏαÏÏͽ¸Ï θανͽ¹Î½ÏÎ¿Ï Í¼Î½Î¸Í½±Î´Î ͽ ÏÏανεͽ»ÎµÏο. Si ͽÏÏανͽ¹Ï-ͽÏÏανικͽ¹Ï los leemos ya en Homero, yͽÏÏανͽ·Î¶Ï estÍ registrado en Esquilo, Píndaro y Sófocles, entre otros, ͽÏÏανεͽ»Ï es una innovación de Eurípides (5), presente tres veces en Alcestis: 165, 297 y 535. El trÍgico es el ͺnico en utilizar dicho verbo hasta fines del V a. C.
78 Apolodoro.1.9.10. Pelias lo encontramos ya en Homero (cf. nota 69); es citado siete veces por Píndaro (en su relación con Jasón y Medea); Eurípides lo recoge en siete ocasiones (Cf. Medea 6, 486, 734; Troyanas 1128. AdemÍs, contamos con referencias a las Pelíades en Medea 9, 504; y, de modo especial, los fragmentos, dieciséis, de las Pelíades); Ferecides (seis apariciones); etc.
79 Cf. notas 19, 59 y 62. Segͺn leemos en Dionisio de Halicarnaso, [Retórica] 2.5, Admeto, gracias a Alcestis, se escapó de la muerte que había sido decretada por el hado.
80Apolodoro. 2.6.2: âÍfito [â¦,] encontrÍndose con aquél cuando venía de Feras después de haber salvado a Alcestis, ya muerta, en bien de Admeto, le invita a buscar, junto con él, sus vacasâ, ͼ¼ÏιÏÎ¿Ï [â¦Íµ] καͽ¶ ÏÏ Î½ÏÏ Ïͽ¼Î½ ͼ¥ÎºÎ¿Î½Ïι ͼκ ΦεÏÍ¿¶Î½ αͽÏÍ¿·Íµ ÏεÏÏκͽ¹Ïι Ïͽ´Î½ ͼÏοθανοͿ¦Ïαν ͼλκηÏÏιν ͼδμͽµÏÍ¿³Íµ ÏαÏακαλεͿ ÏÏ Î¶Î·ÏÍ¿Ïαι Ïͽ°Ï βͽ¹Î±Ï.
81 Le dedica especial atención. Menciona el antropónimo en dieciocho lugares.
82 Apolodoro. 1.9.8: Ïͽ³Î»Î¹Í½¹Î½ Ïι ÏοͿ¦ ÏÏοÏͽ½ÏÎ¿Ï Î¼Í½³ÏÎ¿Ï Í¼Ïοͽ·Î·Ïεν. Resulta, pues, una explicación etiológica del nombre: el adjetivo Ïελιͽ¹Ï, presente en griego desde los Tratados hipocrÍticos, equivale, entre otros valores, a âlívidoâ, âamoratadoâ. Cuartero (2010: 158) cita a Helanico (Fragmento 123), como fuente de la que se habría servido el mitógrafo.
83 Apolodoro.1.9.8: καͽ¶ Ïͽ¸Î½ μͽ²Î½ ÏελιÏθͽ³Î½Ïα Πελͽ·Î±Î½ ͼκͽ±Î»ÎµÏε.
84 Apolodoro.1.9.8.
85 Apolodoro.1.9.8. Su nombre, curiosamente, era ΣιδηÏͽ½. Es mencionada por primera vez en el Fragmento 658 de la Tiro sofoclea.
86 Apolodoro 1.9.16 indica, solamente, que reinó allí tras Creteo. El mitógrafo no aborda un asunto delicado, a saber, los derechos legítimos de Esón a dicho trono y, por tanto, los de Jasón.
87 Hijo de Esón. Cf. Apolodoro 1.9.16.
88 Apolodoro 1.9.16. Se abre aquí la expedición de los Argonautas.
89 Medea había logrado otros rejuvenecimientos mÍgicos. Los beneficiados fueron, entre otros, Esón (cf. el argumento de Medea en Schwartz (137, 12- 138. 2), Jasón (Ferecides. Fragmento 74 a) y las nodrizas de Dioniso junto con sus esposos (Esquilo. Fragmento T 39 a 426).
90 Apolodoro 1.9.27. Siguen, en resumen, los hechos principales de la Medea euripidea.
91 Como nombre comͺn tiene, entre otros, los valores de âjovencitaâ, âmuchachaâ, âhijaâ.
92 Presente en la literatura griega desde Homero, donde se la nombra como hija de Zeus y divinidad del mundo subterrÍneo en compañía de su esposo, Hades. Por otra parte, tiene especiales poderes sobre las almas de los muertos, y estÍ en posesión de la cabeza de la Górgona.
93 Fragmento 322.
94 Poetae melici graeci 702.
95 8.65.4.
96 Alcestis 852. AdemÍs, en Suplicantes 34 y Heracles 608.
97 Avispas 1438.
98 Leyes 782 b.
99 Alcestis 850-854: ͼ¢Î½ δΠοͽν ͼμͽ±ÏÏÏ ÏÍ¿ÏδΠͼγÏÎ±Ï ÎºÎ±Í½¶ μͽ´ μͽ¹Î»Î·Î¹ /ÏÏͽ¸Ï αͼ±Î¼Î±ÏηÏͽ¸Î½ Ïελανͽ¹Î½Íµ εͼ¶Î¼Î¹ ÏÍ¿¶Î½ κͽ±ÏÏ /Îͽ¹ÏÎ·Ï Í¼Î½Î±ÎºÏͽ¹Ï ÏΠεͼ°Ï ͼνηλͽ·Î¿Ï Ï Î´Í½¹Î¼Î¿Ï Ï͵/ αͼ°ÏͽµÏομαͽ· Ïε καͽ¶ Ïͽ³ÏοιθΠͼξειν ͼνÏ/ ͼλκηÏÏιν [â¦].
100 Euménides 386: ͼνηλͽ·Í¿³ λͽ±Î¼Ï;³. No tomo en cuenta el texto de Sófocles, Edipo en Colono 676, obra posterior a la muerte de Eurípides.
101 Una secuencia comparable nos la ofrece el trÍgico de Salamina por boca de Heracles, cuando éste vuelve a Tebas desde el mundo subterrÍneo (Heracles 607): âTras regresar, pasado el tiempo, desde los escondrijos sin sol/ y de mÍs abajo de Hades y Core, no dejaré/sin saludar en primer lugar a los dioses de mi mansiónâ/, ÏÏͽ¹Î½Ïι δΠͼνελθͽ¼Î½ ͼξ ͼνηλͽ·Ïν Î¼Ï ÏÍ¿¶Î½/ Í¼Î¹Î´Î¿Ï Îͽ¹ÏÎ·Ï <ÏÎ> ͼνεÏθεν οͽκ ͼÏιμͽ±ÏÏ/ θεοͽºÏ ÏÏοÏειÏεͿν ÏÏÍ¿¶Ïα ÏοͽºÏ καÏͽ° ÏÏͽ³Î³Î±Ï. (El pasaje es dudoso. Cf. Sófocles, Filoctetes 666, para el uso postpuesto de ͼνεÏθεν, cuando funciona como preposición de genitivo y se refiere a personas). Por su lado, el salaminio, en Suplicantes 34, presenta una situación distinta, pues Etra, en Eleusis, estÍ haciendo un sacrificio junto al altar de Core y Deméter. Un buen nͺmero de ejemplos del apelativo Core lo tenemos en contextos donde se habla también de su madre, pues, en esos casos, con toda propiedad se apunta entonces a ésta y a su hija.
102 Apolodoro.1.5.1: Πλοͽ»ÏÏν δͽ² ΠεÏÏεÏͽ¹Î½Î·Ï ͼÏαÏθεͽ¶Ï Îιͽ¸Ï ÏÏ Î½ÎµÏγοͿ¦Î½ÏÎ¿Ï Í¼¥ÏÏαÏεν αͽÏͽ´Î½ κÏͽ»Ïα. El mitógrafo recurre con cierta frecuencia a una especie de fórmula mediante la cual, tras el enamoramiento de un personaje divino o humano, sigue inmediatamente el rapto del amado. Así lo hallamos en varios pasajes (pongo en segundo lugar el nombre del raptado): 1.4.4 (Aurora-Orión), 1.4.5 (Plutón-Perséfone), 1.9.4 (Aurora-Céfalo), 3. 5.5 (Layo-Crisipo), 3. 14.3 (Aurora-Céfalo; el resultado de la unión fue Titono. Es el ͺnico ejemplo en que, tras el rapto, se señala que hay unión sexual (καͽ¶ μιγεͿÏα ͼν Î£Ï Ïͽ·Í¾³ ÏαͿδα ͼγͽ³Î½Î½Î·Ïε ΤιθÏνͽ¹Î½) y se engendra un hijo). De la afición de Apolodoro por términos relacionados con los temas ͼÏÏα- / ͼ¡ÏÏα- nos da una idea el TLG, que recoge en el prosista cuarenta y dos apariciones de los indicados.
103 Apolodoro 1.5.3: Îιͽ¸Ï δͽ² Πλοͽ»ÏÏνι Ïͽ´Î½ Îͽ¹Ïην ͼναÏͽ³Î¼Ïαι κελεͽ»ÏανÏοÏ͵ ͽ Πλοͽ»ÏÏν͵ ͼµÎ½Î± μͽ´ ÏολͽºÎ½ ÏÏͽ¹Î½Î¿Î½ ÏαÏͽ° ÏÍ¿ μηÏÏͽ¶ καÏαμεͽ·Î½Í¿Íµ Í¿¥Î¿Î¹Í¾¶Ï ͼδÏκεν αͽÏÍ¿ ÏαγεͿν κͽ¹ÎºÎºÎ¿Î½. Scarpi (1996: 446) señala que los granos de granada, considerados alimento de los muertos, estaban prohibidos en las Tesmoforias, Misterios eleusinos y los Haloa. MÍs detalles en Cuartero (2010: 116), que recoge numerosas fuentes donde se indican la acción y las consecuencias de ingerir dichos frutos.
104 Véase nota 62.
105 Apolodoro. 1.9.15: καͽ¶ αͽÏͽ´Î½ Ïͽ±Î»Î¹Î½ ͼνͽ³ÏεμÏεν ͼ¡ Îͽ¹Ïη͵ ͽ¡Ï δͽ² ͼνιοι λͽ³Î³Î¿Ï Ïιν͵ ͼ©ÏÎ±ÎºÎ»Í¿Ï <ÏÏͽ¸Ï αͽÏͽ¸Î½ ͼνεκͽ¹Î¼Î¹Ïε> μαÏεÏͽ±Î¼ÎµÎ½Î¿Ï ͼιδͿ. La palabras entre corchetes angulares no aparecen en los códices, pero son incluidos por varios editores que se apoyan en el testimonio de Zenobio paremiógrafo (Epítome. 1.18, donde se alude, ademÍs, al canto triste por Admeto hasta que Core envió a Alcestis al reino de la luz). Por lo demÍs, que Heracles subió al mundo de los vivos a Alcestis, ya muerta, y se la mostró a Admeto, lo leemos en Sexto Empírico. Bosquejos pirrónicos 1.228; Contra los matemÍticos 7.254. A su vez, de la función del gran héroe de los helenos en la pieza euripidea se ocupó Duysinx (1966).
106 Nombrada siete veces por el mitógrafo.
107 Ya Platón (Banquete.179b-c), por boca de Fedro, indica que de entre quienes realizaron hazañas fueron muy pocos los que obtuvieron de los dioses el privilegio de que su alma subiera hasta la luz del día, como hicieron en el caso de Alcestis, impresionados por lo que había hecho (dar la vida por otro ͺnicamente por causa del amor). Realmente, la secuencia apolodorea es demasiado escueta. No explica por qué Core decide enviar a Alcestis arriba. AdemÍs, esa acción aparece en paralelo con otra noticia suministrada por otras fuentes en las que sería Heracles, no Core, el responsable de que Alcestis siguiera estando entre los vivos.
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