Introducción
En el marco de las organizaciones educativas, circulan relaciones e intercambios entre estudiantes y profesores donde se articulan actividades grupales e individuales, dentro de un contexto de actuación que comparte metas, valores y aspiraciones comunes (Ministerio de Educación, 2007; Sánchez Cabeza, 2017), es decir, un espacio para el crecimiento futuro, resultando imprescindible orientar a los educandos para que construyan y cristalicen a corto, mediano y largo plazo la vida que está por venir (Álvarez Gonzales, 2017).
No obstante, los diversos problemas que atraviesan los estudiantes de secundaria como comportamientos negativos, falta de identidad, puntualidad, disciplina, orden, limpieza, responsabilidad escolar, así como también la falta de unión, comunicación, afectividad, entre otros valores, es parte de la práctica diaria observada en estudiantes de todos los países latinoamericanos. Realidad que preocupa, por las amplias carencias, las cuales deben ser tratadas a través del servicio de tutoría.
Asimismo, en los docentes, se observa conformismo, predominando la rutina e inercia, el autoritarismo, la comodidad, donde el maestro educa a los alumnos a sus propios moldes y esquemas. Sin duda, estas deficiencias desfavorecen el nuevo modelo de la nueva secundaria, denominación que recibe el modelo de la Jornada Escolar Completa (JEC) que el Ministerio de Educación viene implantado desde 2015 en las instituciones educativas a nivel nacional en el territorio peruano, puesto que requiere de docentes preparados, con conocimientos sólidos para brindar el servicio de tutoría, el cual comprende: el área desarrollo personal social, académico, vocacional, salud corporal y mental, ayuda social, convivencia, cultura y actualidad (Ministerio de Educación, 2007).
De esta manera, se requiere cambiar las actividades didácticas y metodológicas con relación al desarrollo integral de la personalidad del educando, enfrentado problemas de su quehacer pedagógico. Por cuanto, los profesores consideran que las horas pedagógicas de tutoría son orientadas hacia el desarrollo de clases o esparcimiento, incumpliendo su rol de acompañador, guía y orientador de las diferentes áreas.
Weiss (2016), haciendo referencia a otros profesionales que se dedican a la docencia, señala que, por lo general, estos profesionales no tienen formación ni capacitación pedagógica y que antes de asumir el rol de tutor docente, cuya función es apoyar el seguimiento académico, la reducción de la deserción escolar y la mejora de las calificaciones de sus estudiantes, deben prepararse pedagógicamente para cumplir a cabalidad con su labor tutorial.
Narro y Arrendondo (2013) señalan que la labor tutorial juega un papel importante en la formación de los estudiantes y la calidad de la educación, debido a que las tendencias educativas actuales han desplazado a la enseñanza y al profesor, y han colocado en el epicentro del aprendizaje a los estudiantes, enfatizando que todos los procesos que el estudiante vive fortalecen su formación dentro de la acción educativa. Por lo que resulta oportuno abordar el servicio de tutoría como una forma de robustecer la educación secundaria. Especialmente en el Perú, el tutor debe estar en capacidad de evaluar y valorar el comportamiento detectando los factores que afectan el normal desarrollo de los estudiantes, así como de promover los cambios necesarios en cada uno de ellos (Aquino, 2012).
Lo analizado anteriormente conduce a identificar el nivel de conocimiento que poseen los profesores sobre el Servicio de Tutoría en la Nueva Secundaria, para que los estudiantes enriquezcan los aspectos sociopersonales y emocionales, con objeto de favorecer la adaptación y conocimiento de sí mismos, la socialización y comunicación humana, considerando que la capacitación y actualización continua de los profesores es uno de los aspectos fundamentales para la mejora del sistema educativo de todos los países de Latinoamérica.
Es de hacer notar que, en los últimos tiempos, se ha planificado, elaborado y llevado a cabo una serie de cursos, talleres de capacitación docente para que los profesores de educación pública consoliden y desarrollen habilidades, sociales, socioemocionales y pedagógicas al nivel de las complejidades de la sociedad actual (Gainza et al., 2016). A sabiendas que el servicio de tutoría es la cadena que da unidad a todo el plan escolar, porque puede ayudar a integrar los diversos saberes que comprenden los diferentes cursos, debe ser guiado por personal calificado, preparado para conducir el pleno crecimiento personal, moral y emocional (Chuquilin, 2011).
Tarrida (2012) señala que el profesor tutor del siglo XXI se encuentra, actualmente, en una realidad social difícil, por lo cual el profesorado debe poseer competencias que den respuestas adecuadas a las necesidades del alumnado que requieran, que le aporten seguridad, que lo ayuden a crecer y ser feliz. Tal como González y Vélaz de Medrano (2014) reconocen al tutor como aquel individuo que dirige y guía el crecimiento de cada uno de sus estudiantes, acompañando y cincelándolo para extraer lo mejor de sí mismo, a partir del desempeño natural y asertivo que el docente ejerce en el contexto áulico.
El docente que imparte tutoría debe poseer un perfil, centrado en el respeto a las diferencias (ideario, credo, cultura, identidad sexual), contemplación a la hora de reparar las necesidades del alumnado, respetuoso y tolerante con los compañeros y educandos, exigente y cercano, hacer sentir importante a sus estudiantes, tener sentido del humor, actitud abierta y dialogante, escuchar sin juzgar, ser paciente, poseer conocimientos de las propias emociones y reconocimiento de las emociones ajenas, fomentar la reflexión, ser resiliente, recuperarse de las calamidades, establecer normas de convivencia con los alumnos, conocer a su grupo y sus dinámicas propias, además de trabajar el grupo como un conjunto (Castaño et al., 2012; Latapí, 2011). Dado que el tutor tiende a recuperar todas las situaciones de vida que dañan o incentiven al estudiante, individual o grupalmente, guiándolo en el desarrollo de sus necesidades y orientándole para la toma de decisiones personales, es necesario que considere los factores que pueden influir en la educación de estos.
Por lo que la tutoría es una modalidad de instrucción según la cual el docente tutor facilita información personalizada al grupo o a los grupos escolares, para incidir positivamente en su permanencia y rendimiento escolar. Por lo general, esta se adapta como norma complementaria para aquellos estudiantes con problemas de seguir adecuadamente su vida.
Consciente de la importancia de la orientación de los educandos, el Ministerio de educación, en 2001, promueve la implantación de la Tutoría y Orientación Educativa en todas las instituciones educativas del Perú y crea la Oficina de Tutoría y Prevención Integral (OTUPI) (Ministerio de Educación, 2005), con el objetivo de orientar las actividades de desarrollo de la tutoría y la orientación educativa en todas las instituciones a nivel regional, a manera de coadyuvar al mejoramiento de la calidad educativa y la formación integral de los estudiantes, conforme a lo establecido en el Diseño Curricular Nacional de la Educación Básica Regular.
Sin embargo, actualmente en el Perú, según Ramos et al. (2020), en correspondencia con otros autores, sostienen que se ha observado la presencia de deficiencias relacionadas con la actividad tutorial. Por lo que es necesario considerar lo planteado por el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA, 2012-2021), en cuyo diagnóstico de la problemática de los estudiantes se prevé una educación secundaria de calidad bajo la orientación de servicio de tutoría para el año 2021, cuyos objetivos estratégicos se orientan a la eliminación de todo tipo de violencia y deserción escolar por falta de motivación y orientación escolar. Por cuanto se entiende que, a partir de la atención a estas necesidades, los estudiantes desarrollarán una serie de capacidades a partir de la cavilación sobre sí mismo y la incorporación dentro del escenario social y cultural donde se desenvuelven.
De allí la importancia de que el profesor se actualice constantemente sobre técnicas y herramientas que les permitan promover/garantizar una educación de calidad (Ministerio de Educación, 2001) y el trato adecuado a las múltiples realidades que presenta los educandos y familiares.
Materiales y métodos
El estudio se sustenta bajo la metodología cuantitativa, adoptando la investigación un carácter descriptivo, diseño no experimental y transversal. Dado que es un estudio observacional, en el cual no se manipula el factor objeto de estudio, por el contrario, se observa lo que ocurre con el fenómeno en condiciones naturales y el responsable de la investigación procede a realizar una única medición de la(s) variable(s) (García Salinero, 2004; Rodríguez y Mendivelso, 2018). Además, describe las tendencias en una población o grupo en estudio (Hernández et al., 2014).
Desde esta perspectiva, el estudio busca identificar el nivel de conocimientos que poseen los profesores que laboran en el C.E.S. “San Juan Bosco” Puno, sobre el servicio de tutoría en la nueva secundaria. La muestra fue no probabilística intencional, conformada por 30 profesores y profesoras que laboran en dicha institución. Se utilizó la encuesta como técnica y la prueba de conocimiento como instrumentos de recolección de información.
La prueba de conocimiento se estructuró en cinco partes: generalidades de tutoría, sistema de tutoría, funciones del tutor, hora de tutoría, metodología y evaluación de tutoría. Cada parte de la prueba contiene cuatro preguntas, conteniendo 20 ítems, mostrando varias alternativas de respuestas: Excelente (19-20), Bueno (15-18), Regular (11-14) y Deficiente (0-10). Se emplearon métodos estadísticos descriptivos y, para el tratamiento de los datos, se construyó una tabla con niveles de decisión respecto al puntaje obtenido.
Resultados y discusión
En función al objetivo planteado, se presenta una tabla de criterios de decisión, que permitió interpretar los datos arrojados en la prueba de conocimiento sobre servicio de tutoría en la nueva secundaria, la cual comprende cinco partes: generalidades de tutoría, sistema de tutoría, funciones del tutor, hora de tutoría-metodología y evaluación de tutoría.
Una vez establecidos los criterios de decisión, se presentan los resultados de la prueba aplicada a los profesores para identificar el nivel de conocimiento sobre servicio de tutoría, con las siguientes alternativas de respuestas: excelente, bueno, regular y deficiente.
En el análisis realizado al servicio de tutoría en la nueva secundaria, los profesores encuestados reflejaron, en la prueba de conocimiento −en su primera parte−, generalidades de tutoría con un 40% bueno, 33% regular y un 10% deficiente, en que la tutoría atiende y acoge al adolescente respetando y valorando sus características individuales y sociales; mientras que, en la segunda parte, vinculada a sistema de tutoría, con 43% bueno, 20% regular y 10% deficiente, sostienen que tienen un buen sistema, el cual propende contribuir a la gestación de un proceso educativo integral, enfocando en la persona que requiere una atención individualizada; asimismo, en la tercera parte, respecto de las funciones del tutor, mencionan una labor buena en un 50% , 37% regular y 3% deficiente, considerando el establecimiento de relaciones fluidas con los padres y madres que facilitan la conexión entre el centro educativo y las familias, concertando normas y actividades de crecimiento personal de los estudiantes.
A su vez, la cuarta parte orientada a hora de tutoría fue evaluada en un 66% bueno y 27% 1regular, comprendiendo que los profesores dedican sus labores hacia la recreación y orientación de los alumnos desde lo individual y grupal. Por último, la evaluación de la tutoría representó un 47% regular, 37% bueno, puesto a que es cualitativa, formativa y descriptiva.
Como se observa, la tutoría es un servicio de gran valía para el desarrollo de habilidades en el estudiante, donde este se siente respetado y valorado, está en confianza, puede actuar con naturalidad y espontaneidad, correspondiendo con lo planteado en Romo (2014) y en González et al. (2018) al reflejar que los orientadores, en su desempeño, muestran la atención a los estudiantes, escuchando sus necesidades, inquietudes y requerimientos, apoyando y guiando su proceso de formación, contribuyendo a mejorar las relaciones de convivencia escolar, asumiendo de alguna forma la tarea y responsabilidad de acompañar al estudiante en su formación integral.
En consecuencia, se visualizan los resultados porcentuales sobre el nivel de conocimiento que poseen los profesores sobre el servicio de tutoría mediante la prueba de conocimiento, en función a los criterios de decisión, las cuales se encuentran aprobadas y desaprobadas (ver Tabla 1).
Los resultados de la prueba de conocimiento sobre servicio de tutoría en la nueva secundaria arrojaron un 15% excelente, un 47% bueno, mientras que un 33% regular y un 5% deficiente. Los profesores poseen conocimientos sobre la atención y acogimiento del estudiante respetando y valorando sus características individuales y sociales, contribuyendo a la gestación de un proceso educativo integral, enfocando en la persona que requiere una atención individualizada y el establecimiento de relaciones fluidas con los padres y madres, que facilitan la conexión entre el centro educativo y las familias, concertando normas y actividades de crecimiento personal de los estudiantes.
Dentro de los niveles de decisión, se puede inferir que los docentes aprobaron la prueba de conocimiento, certificando que tienen conocimientos sobre el servicio de tutoría de la nueva secundaria, tomando en cuenta que deben mejorar en la evaluación, puesto que la consideran muy larga por ser esta descriptiva.
Lo cual corresponde a lo que manifiesta Sánchez (2016) al estudiar las competencias fundamentales de los docentes tutores y la necesidad de su actualización para el desarrollo de la evaluación e intervención académica en los estudiantes con el objeto de robustecer el desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas de los estudiantes.
Conclusiones
Los estudiantes no crecen solos, necesitan de un acompañamiento para que puedan evolucionar gracias a las experiencias que van vivenciando a lo largo de la vida, y a la introspección que se hacen de aquellas personas importantes y significativas para ellos. Por tanto, se torna importante apostar por el servicio de tutoría en la nueva secundaria como eje trasversal y primordial del trabajo educativo.
De esta manera, los resultados obtenidos sobre el nivel de conocimientos que poseen los profesores que laboranen el C.E.S. “San Juan Bosco” Puno, sobre el servicio de tutoría, reflejaron que estos poseen un nivel bueno con un 47% de conocimientos; por lo tanto, la mayoría de los docentes aprobaron la evaluación, destacando que sí poseen conocimiento sobre tutoría. Solo queda proponer alternativas de actualización formal en la institución educativa para fortalecer el servicio de orientación.