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La trama de la comunicación

Print version ISSN 1668-5628

Trama comun. vol.21 no.1 Rosario June 2017

 

ARTÍCULOS

Los estudiantes en el relato. El movimiento estudiantil correntino de 1969

 

Por Marina Noemí Campusano

marinacampusa@gmail.com / Universidad Nacional del Nordeste - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina.

Marina Noemí Campusano
Argentina
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Nordeste. Doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Entre Ríos. Docente de Seminario de Práctica Profesional de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional del Nordeste. Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Afiliación Institucional: Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional del Nordeste.
Area de especialidad: Participación política y juventudes.
E-mail: marinacampusa@gmail.com


Sumario:

El presente trabajo indaga sobre las construcciones discursivas en torno a la figura de los estudiantes en el marco de las movilizaciones estudiantiles de 1969 en Corrientes en contra de la privatización de los comedores universitarios (Corrientes y Resistencia-Chaco), que más tarde desembocaron en lo que se conoció como el ‘Correntinazo'. Este hecho desencadenó la visibilización de los jóvenes estudiantes como actores sociales organizado en el escenario social y político represivo del  régimen de facto de Onganía.
A través del análisis del discurso damos cuenta de las variaciones del sentido que se le asigna a este actor estudiante en tanto objeto discursivo, articulado desde las voces de  distintos sectores que estuvieron involucrados en el conflicto. A partir de las solicitadas y comunicados de los estudiantes y de la universidad que el diario local El Litoral puso en circulación y las editoriales del propio medio, observamos como para cada sector hay un estudiante con características definidas que exponen las disputas de la época y dan sentido al conflicto.

Descriptores: Estudiantes; Objeto Discursivo; Correntinazo; Universidad; Solicitadas

Summary:

This paper explores the discursive constructions around the figure of students under the student demonstrations of 1969 in Corrientes against the privatization of university canteens (Corrientes and Resistencia-Chaco), which later leaded to the which he became known as the 'Correntinazo'. This triggered the visibility of young students as social actors organized in the repressive social and political scene Onganía facto regime.
Through discourse analysis we will cross the variations on the meaning ascribed to this student discursive object as actor, articulated from the voices of different sectors were involved in the conflict. From requested and press students and college newspaper El Litoral put into circulation and publishers of the medium itself, we see that for each sector there is a student with defined characteristics that expose the disputes of the time and give sense the conflict.

Describers: Students; Discursive object; Correntinazo; University; Communique


Introducción: Golpe de Estado y radicalización estudiantil. 

El artículo presenta un análisis sobre las construcciones discursivas acerca de los estudiantes que participaron del conflicto por la privatización de los comedores estudiantiles de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) en mayo de 1969. Para ello se propone un abordaje que recorre y examina tres tipos de discurso referidos a los acontecimientos y publicados en el diario El Litoral, como ser los comunicados de las agrupaciones estudiantiles y de las autoridades de la universidad y los editoriales del mismo medio. Tales configuraciones conjugan no solo la mirada de los actores en torno a los hechos, sino también las posturas y visiones sobre el momento histórico que se atravesaba.
No obstante, es necesario enmarcarnos en el momento histórico en que se desenvolvieron los acontecimientos para contextualizar y comprender los discursos de los actores y desde qué posiciones nos hablan. Tras el golpe de Estado de 1966, que interrumpió el gobierno democrático de Arturo Illia, inició la autodenominada Revolución Argentina con Juan Carlos Onganía en el poder. Ésta cambió la dirección de la política universitaria de marcada renovación que se había iniciado desde 1955 (Buchbinder, 2010). La política de este régimen marcó desde un principio su enfrentamiento con las agrupaciones universitarias, el cual se reflejó en la clausura 1 y/o ocupación militar de las universidades nacionales al momento del golpe con el fin de prevenir disturbios. Sobre este aspecto Millán (2010) destaca que estas acciones se orquestaron sobre la base del conocimiento por parte de los sectores militares de la existencia de grupos que podían actuar en rechazo al golpe y provocar movilizaciones. 
Asimismo al poco tiempo de asumir e identificando a estos sectores como opositores, el presidente ya en funciones decidió intervenir las universidades restringiendo la Autonomía y el Cogobierno, pilares de las conquistas logradas con la reforma universitaria de 1918. Recordemos que se dio durante esta etapa el nefasto episodio conocido como la ‘Noche de los bastones largos', denominación que se le dio a la dura represión que sufrieron estudiantes, docentes y no docentes de diversas universidades de Buenos Aires cuando ocuparon sus instalaciones en defensa de la autonomía de tales instituciones, situación a la que Onganía respondió con la orden de intervención de las mismas dejando como saldo cientos de detenidos, despidos y renuncias docentes. 
Estos intentos por despolitizar la universidad y limitar su acceso sumado a las medidas represivas sobre estudiantes y docentes provocó el retiro de la vida académica de un número elevado de prestigiosos docentes e investigadores. Como explica Buchbinder (2010):  
Entre los militares argentinos primó, en cambio, una perspectiva que concebía a la Universidad como un foco revolucionario y subversivo. El régimen argentino no toleraba las más mínimas disidencias en este aspecto (…) Cualquier intento de reestructuración del sistema capitalista local exigía desarticular el tejido social en un nivel tal que sólo podía llevarse a cabo en un clima de feroz represión. Esto explica que la represión se dirigiese hacia militantes sindicales, fundamentalmente, y luego encontrara entre sus objetivos centrales al movimiento estudiantil. En las universidades, los militares argentinos sólo veían un foco amenazante de disidencia y actuaron en consecuencia (p. 21). 
Las acciones que implementó la dictadura en la universidad fueron en cuanto a control político e ideológico (desplazamiento del desarrollo por fuera de las universidades) y disminución de la matrícula (imposición de un sistema de cupos y aranceles) (Buchbinder, 2010). Esta situación se tradujo prontamente en la intervención de las universidades nacionales a partir del decreto 16.912 del día 30 de julio de 1966, el cual estableció que las autoridades universitarias eran provisionales, que debían actuar a instancias del Poder Ejecutivo Nacional y ordenaba disolver las agrupaciones y organizaciones estudiantiles (Millán, 2007). La UNNE en sintonía con las universidades de Cuyo y Tucumán aceptó estas condiciones. 
Esta situación generó un mayor descontento y reacción reflejada en la asamblea interclaustros del 2 de agosto de 1966 que se realizó en el Comedor Universitario de Corrientes y de la cual participaron estudiantes de la Federación Universitaria del Nordeste  (FUNE). Estos criticaron duramente a las autoridades que mantuvieron sus funciones "calificaron tal actitud de ‘claudicante' argumentando que habían sido elegidos por los tres claustros y juraron respetar el Estatuto" (Millán, 2007:182). Román (2009) destaca que la intervención significó el cierre de los centros de estudiantes y la creciente obstaculización para realizar actividades políticas. Más allá de lo que el decreto dictaminaba, los centros de estudiantes reformistas nucleados en la FUNE se opusieron y siguieron funcionando clandestinamente, manifestándose mediante huelgas: "Eran aquellos que se encontraban más organizados y tenían una mayor trayectoria de lucha (Derecho, Medicina, Agronomía y Veterinaria)" (2009: 3). 
Otro de los episodios que marcará la política represiva de la dictadura será el asesinato del estudiante católico Santiago Pampillón a manos de la policía cordobesa, hecho que determinó el alejamiento de las fracciones de estudiantes integralistas -quienes de cierta manera habían apoyado el gobierno de Onganía- y marcó su acercamiento a las agrupaciones reformistas ya más ligadas a los sectores sindicales, iniciando un camino de relativa unidad del sector estudiantil que se terminará de concluir con las movilizaciones en contra de la privatización del Comedor Universitario. 
La etapa previa a las movilizaciones de mayo del 69 estuvo caracterizada por las protestas y reclamos estudiantiles en contra del onganiato 2, sin embargo la actitud conciliadora del rector Raúl Devoto marcó cierto clima de estabilidad. Esta situación se rompe con el traslado de éste a la UBA y la posterior designación de Carlos Walker 3 como nuevo rector interventor de la UNNE, clima que terminó por estallar con el proyecto de privatización del comedor que éste impulsó. 
La privatización del comedor universitario fue una medida contra la masificación de la matrícula universitaria, lo cual implicaba el aumento de sus precios (pasó de costar 25 a 57 pesos y se suspendía el servicio los días domingos y feriados) y constituía un ataque a las condiciones de vida estudiantiles en dos sentidos, tal como plantea Millán (2007):
a) en lo respectivo a la manutención de los mismos, dado que la mayoría de ellos provenían de familias pequeño burguesas empobrecidas de otras ciudades de la región y b) en lo respectivo a la destrucción de un ámbito de sociabilidad estudiantil (p. 183).
La medida fue resistida por las agrupaciones y su lucha aglutinó el malestar de distintos sectores que habían sido perjudicados por las políticas de la dictadura, los trabajadores, sectores clericales como el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo,  comerciantes y productores, etc. De esta manera fueron tomando forma las masivas movilizaciones que si bien tenían a la cabeza a los estudiantes eran acompañadas por amplios sectores sociales.
A partir del inicio del ciclo lectivo los estudiantes se encontraron con esta noticia y comenzaron a reunirse para resolver las medidas en rechazo a la privatización, siendo el mes de mayo el que registró una mayor movilización. Es así que organizaron una marcha el día 7 de mayo hacia el Rectorado con el fin de reunirse con el rector. Sin obtener respuestas y tras producirse una de las primeras represiones por parte de la policía, decidieron la implementación de paros universitarios y el boicot al comedor –nadie asistía al mismo hasta que no se bajara el monto y a su vez armaron un ‘comedor popular estudiantil' en la sede de la Central General de Trabajadores (CGT) el cual era sostenido con aportes de miembros de la comunidad–.   
En los días que siguieron se dio por un lado la unificación de las agrupaciones estudiantiles expresado en la conformación de la Comisión Coordinadora de Lucha y, por otro, el apoyo de otros sectores como los estudiantes secundarios, docentes de las distintas facultades de la UNNE, los sindicales, principalmente de los alineados a la CGT de los Argentinos liderada a nivel nacional por Raimundo Ongaro. Asimismo las movilizaciones fueron aumentando y el clima fue tensionándose ante la nulidad de las respuestas y evasivas por parte del rector de la UNNE.  
El día 12 se llevó adelante otro paro estudiantil y de la movilización participaron más de mil personas. Fue así que llegado el 15 de mayo los estudiantes marcharon nuevamente desde la sede de la CGT hacia el Rectorado a reunirse con las autoridades, previo acuerdo con ellas. Al no producirse dicha reunión 4 como describe Zarrabeitia "el rector faltó a su palabra, la delegación estudiantil fue despedida y la policía cargó sobre los estudiantes (…) los gases precedieron a la carga de caballería que enarboló los sables desnudos y disparó sus pistolas" (2007: 260). Luego doscientos manifestantes fueron interceptados por un camión municipal repleto de soldados. Estos dispararon contra los estudiantes hiriendo a Juan José Cabral, estudiante de Medicina y miembro de la FUN, quien murió poco después.  
Esta tragedia conmovió a todos los sectores de la sociedad correntina, quienes masivamente se expresaron en rechazo al accionar de la policía y a la postura del rector Walker a quien le demandaron su renuncia. Las fuerzas que lograron componerse desde el 15 de mayo de 1969 pusieron en crisis al régimen. Los reclamos se mantuvieron a lo largo del mes y la situación culminó con la renuncia de Walker el 10 de junio y al día siguiente se reabrió la UNNE iniciando las actividades docentes. El 17 del mismo mes fue la reapertura del comedor, evitándose así la privatización y se mantuvo el precio de los tickets. Sin embargo, hasta la fecha, el asesinato de Cabral por las fuerzas policiales se mantiene impune. 
El Correntinazo, tal como se conoció a la reacción y la movilización popular posterior al asesinato de Cabral, inauguró la etapa de otros movimientos como el Rosariazo y Cordobazo que cercaron al régimen de la Revolución Argentina. Así marcaron su repliegue hasta desencadenar el reemplazo de Onganía en 1970 por Levingston y luego el golpe interno que llevaría en 1971 a Lanusse al poder (Millán, 2010). 

Formas de abordaje  

Para dar cuenta cómo se construyó discursivamente a los estudiantes en tanto actores centrales del conflicto, se analizará lo publicado en el diario El Litoral del mes de mayo de 1968 y se retomarán tres tipos de discurso referidos a los acontecimientos de ese año, los cuales presentan diferentes configuraciones del estudiante: los editoriales del propio medio gráfico; el discurso elaborado por el colectivo estudiantil a través de comunicados,; y la posición institucional de las autoridades universitarias publicadas por el medio. 
Se trata entonces de desarrollar un análisis que considera las palabras en función del proceso de su enunciación dentro de cierto dispositivo de comunicación, un diario. Nos enmarcamos así en la perspectiva de Análisis de Discurso (AD), entendiendo a este último como un acontecimiento que construye aquello de lo que habla, según Casamiglia y Tusón (1999) "permite entender las prácticas discursivas que se producen en todas las esferas de la vida social en las que el uso de la palabra –oral y escrita- forma parte de las actividades que en ella se desarrollan" (1999: 26).  
Asimismo, el AD implica echar mano de herramientas específicas para poder identificar las relaciones entre los distintos términos del texto (palabras, sintagmas, frases), aquellas relaciones que definan la estructura del discurso. El interés de esta perspectiva radica en dar cuenta de la articulación de un texto con un lugar social, lo cual nos llevará a identificar sus modalidades de enunciación, es decir a través de qué maneras se deja expresada la relación de un modo de organización social con un lugar social determinado (Narvaja de Arnoux, 2009). Se analizarán los discursos siguiendo el concepto de objetos discursivos elaborado por Michel Foucault (1970) y retomado por Narvaja de Arnoux (2009), quien destaca que:
…los objetos son uno de los elementos, junto con las modalidades de enunciación, conceptos y elecciones temáticas (que forman parte de las) regularidades que se pueden reconocer en los discursos, entendidos como prácticas localizadas históricamente y que se designan como formaciones discursivas. Las condiciones de aparición de un objeto (para que se pueda decir algo de él y para que varias personas puedan decir cosas diferentes de él) son, entonces, históricas (…). Su existencia está sostenida por un ‘haz complejo de relaciones'. Estas se hallan establecidas ‘entre instituciones, procesos económicos y sociales, formas de comportamiento, sistemas de normas'… (p. 67).  
En este sentido, para reflexionar sobre las configuraciones en torno a los estudiantes durante este conflicto es necesario dar cuenta de las formaciones discursivas que los construyen a los objetos. Asimismo la autora afirma que los mismos se encuentran armados para satisfacer ciertos propósitos. De esta manera, señala que tales objetos
…si bien son construidos en el discurso anclan en pre-construcciones culturales, propios del dominio al cual convoca el objeto, que dan lugar a cadenas de expectativas que pueden afianzarse o modificarse, ya que el enunciador apela a un doble mecanismo de asimilación y acomodación: asimila los contenidos ya existentes y los acomoda a lo que tiene intención de decir (Narvaja de Arnoux , 2009: 69). 
Entonces, en los objetos discursivos se condensan disputas que cobran relevancia y se evidencian, según la autora, por las repeticiones del término o sus sustitutos, al igual que la insistencia  de determinados atributos, "el detenimiento en la oposición a otros objetos, la morosidad descriptiva y el resalte de la posición textual que se le asigna" (Narvaja de Arnoux, 2009: 70).  
Pensar en estos textos por medio de las tres entradas que proponemos nos permitirá dar cuenta de las formaciones discursivas que sustentan al objeto estudiante 5:

  1. La primera se encuentra referida al estudio de los entornos de las unidades léxicas, como señalamos anteriormente retomamos para el análisis aquellos enunciados en donde aparecía el término estudiante y se contrastaron sus predicados;
  2. la segunda entrada consistió en dar cuenta de cómo es presentado el conflicto atendiendo a las formas de aparición en el discurso de los actores en pugna y
  3. la tercera en donde retomamos construcción de la escenografía genérica para poder reconstruir las posiciones de sectores sociales determinados. Tenemos en cuenta la escena genérica en los términos que lo propone Maingueneau:  "integra de hecho tres escenas: la escena englobante que corresponde al tipo de discurso (literario, religioso, filosófico y periodístico); la escena genérica que es la del contrato asociado a un género, a una institución discursiva (editorial, sermón, guía turística) y la escenografía que no es impuesta por el género sino que es construida por el mismo texto: un sermón puede ser enunciado a través de una escenografía profesoral o profética" (citado en Narvaja de Arnoux 2009: 53), articulando de esta manera modos de enunciación y lugares sociales. 

Además, incluimos en el análisis referencias a hechos o momentos históricos a partir de la revisión en paralelo de literatura referida a la época y puntualmente al hecho conocido como Correntinazo. 

Sobre la selección del corpus 

Para este trabajo seleccionamos los ejemplares del diario El Litoral dado que es uno de los medios más antiguos de la región, fue fundado en 1960 a partir de la adquisición del periódico La Provincia perteneciente a la familia Navajas Centeno. Constituyó un espacio para desarrollar las aspiraciones políticas de sus fundadores exponentes de grupos ligados al campo y conservadores que militaban en el autonomismo (Blanco, 2016). Este medio estuvo históricamente identificado con el Partido Justicialista y se dirigió principalmente a lectores de sectores medios.
El recorte que realizamos comprende el mes de mayo de 1969, a partir del día ocho, fecha en que el conflicto aparece como noticia al interior del diario. En este sentido pudimos identificar tres momentos enunciativos en la cobertura:
a) una inicial donde aparece el conflicto estudiantil y son presentadas esquemáticamente las posiciones;
b) luego, con el asesinato de Cabral se trata del clima más alto en cuanto a la inclusión del tema en el diario y posteriormente se da
c) el seguimiento del mismo en donde pudimos observar cómo el hecho se mantiene al interior del medio. Principalmente este hecho desbordó al diario quien desde el asesinato del estudiante comenzó a incluir solicitadas de distintos grupos y sectores sociales que comunicaban su pesar y rechazo. 
Producto de las primeras observaciones encontramos como característica general de las ediciones de la época que en las tapas del diario se daba el predominio de noticias de orden internacional, en un segundo nivel de orden nacional y muy ocasionalmente de orden local y las temáticas que primaban eran aquellas referidas a política y economía. Esta estructura se rompió con la emergencia del conflicto estudiantil y a partir de allí se instaló en las portadas posteriores del diario, manteniéndose como tema principal o secundario durante el mes analizado, observamos que es a partir del 20 de mayo cuando comenzó a desaparecer de las tapas y volvimos a encontrar las características que mencionamos inicialmente. 
Desde estos recorridos preliminares pudimos identificar en el diario una variedad en cuanto a las voces que se refieren al tema, los cuales representan los distintos sectores partes del conflicto (estudiantes-universidad-sindicatos-organizaciones sociales, entre otros). En este sentido se vuelve interesante el modo y qué discursos el medio pone en circulación, es decir qué relatos y construcciones en torno al conflicto y sobre los estudiantes se ponen en juego. Aquí retomamos para el análisis un total de cinco comunicados de los estudiantes incorporados de manera completa y también la inclusión a través de citas en las notas periodísticas 6; cuatro solicitadas de la universidad y cinco editoriales del medio.  

Los estudiantes de los editoriales

De acuerdo a las escenas dispuestas por Maingueneau, podemos decir que los textos seleccionados corresponden a  un tipo de discurso periodístico, dado que están enmarcados en el contenido que el medio incluye (escena englobante) y en cuanto al género se trata de un editorial. Las editoriales son principalmente textos argumentativos en los que se expone la visión de un medio o programa periodístico acerca de un determinado tema. En este sentido, la escenografía que se construye está dispuesta desde un principio entre un enunciador (el medio) que expone y reflexiona al momento de sentar una postura hacia un lector amplio que comprende distintos sectores.
En el caso de El Litoral, su punto de vista sobre el conflicto desatado en la UNNE expuso, tal como se observa en los fragmentos que aquí reproducimos, una imagen del estudiante como actor o agente que llevó adelante el conflicto y en contraposición aparecen las figuras de las autoridades, los gobernantes o las fuerzas policiales quienes responden a la acción de los estudiantes, por ejemplo: debiendo reprimir para salvaguardar el orden. Este tipo de articulaciones fue común, en cuanto a las formas en que el medio presentó a los actores enfrentados del conflicto, y narró los hechos siguiendo la configuración de un relato de tipo causa-consecuencia.
El contexto de la ciudad de Corrientes de la época se caracterizaba por un clima enrarecido, si bien hasta el año anterior el movimiento estudiantil había dado actos aislados de resistencia contra la política universitaria del onganiato, cuando se supo de la privatización de los comedores universitarios se sabía que las medidas empezarían a recrudecer, las cuales tuvieron su pico de mayor tensión durante el mes de mayo. Para las primeras semanas se produjeron una serie de movilizaciones y enfrentamientos violentos con la policía que fueron en aumento, como indica Zarrabeitia "por primera vez las movilizaciones rebasaban a las fuerzas policiales, y las luchas callejeras adquirieron el carácter de insurrección, cuya contención en muchos casos conllevó la presencia y represión de las fuerzas armadas"  (Zarrabeitia, 2003: 55). En ese contexto, uno de los editoriales enfatizó que:

"La tirantez de relaciones que se venía notando durante el lapso antedicho hizo crisis en las dos últimas jornadas llegándose a verdaderos enfrentamientos entre policías y estudiantes cuando los efectivos de aquella, cumpliendo con su deber de salvaguardar el orden, debieron reprimir los intentos de alteración provocados por los quejosos". (Editorial 9 de mayo: "Desórdenes en Alto Nivel")

En cuanto al análisis del entorno de la unidad léxica estudiante identificamos que los atributos que aparecen vinculados incluyen segmentos que exaltan valores con relación a lo que identificamos como ‘un deber ser' de la juventud como así también el reconocimiento de los mismos como libres ciudadanos. En este sentido y tal como podemos observar en los siguiente extractos, los predicados encontrados no se los presenta de manera activa sino que se trata de asignaciones de determinadas características (mansa), y luego en contraposición se presenta la figura o serie contraria (erguida) con la que acuerda y moviliza el medio. En esa línea, en cuanto a la escenografía genérica que se construye observamos que la interpelación a los lectores se da movilizando y orientando tales modos de ver y valorar a la juventud, al mismo tiempo que se postula una serie de condiciones que dan idea del marco de una sociedad de derecho donde sus ciudadanos pueden expresarse libremente. Como vemos a continuación:

"Porque de ninguna manera compartiríamos, tampoco, cualquier criterio –antiguo o moderno- proclive a lograr una juventud mansa, achatada y temerosa. Por el contrario nuestra aspiración debe ser contemplarla airosa y erguida, pero dando el pecho para defender la justicia y la ley, la soberanía de la Patria y la tierra de sus mayores, pero no para verla arrastrada a situaciones de violencia que pueden ser resueltas por el camino de la razón" (Editorial 18 de mayo: "Momento para la meditación").

"En resumen, que no puede admitirse que los estudiantes pretendan erigirse en gobernantes, pero tampoco debe negarse a los mismos –por su propia condición de libres ciudadanos- el derecho de censurar aquellas medidas, que a su juicio, ostenten fisuras por las cuales pueda deslizarse la crítica. No obstante ello no da razón para llegar a las vías del hecho en procura de imponer criterios, menos aún en un país como el nuestro donde la libertad de expresión es un hecho y en el cual los medios de comunicación mantienen sus puertas abiertas a todas las inquietudes".
(Editorial 9 de mayo: "Desórdenes en Alto Nivel")

Teniendo en cuenta la forma de aparición del conflicto, el diario en el siguiente extracto presenta un contexto mayor y localiza en él la problemática teniendo en cuenta factores que van desde, por ejemplo, el costo del ticket con relación al de los locales comerciales y la situación económica en general. Es necesario destacar que la referencia a este tipo de información resulta de interés dado que en ese momento las medidas económicas llevadas adelante por el ministro de economía Krieger Vasena habían golpeado fuertemente a los trabajadores –congelamiento del salario, devaluación del 40%, entre otros– (Zarrabeitia, 2007).

"Por su parte quienes hacen uso del beneficio no pueden sin lesionar seriamente su tranquilidad de conciencia, desconocer que, aún con la elevación de precios que ha originado la elevación de la estructura administrativa del comedor, todavía resulta muy por debajo del costo que insumiría esa misma prestación en los lugares privados habituales" (Editorial 9 de mayo: "Desórdenes en Alto Nivel").

Asimismo, en el editorial de la misma fecha analizamos la escenografía genérica propuesta a través de otro pasaje donde se destacan referencias a las influencias ‘externas' de las agrupaciones. Recordemos que el movimiento estudiantil a lo largo del país se vio muy influenciado por sucesos como el Mayo Francés, la primavera de Praga, el Movimiento Tercermundista, la Revolución Cubana y el posterior  proyecto de Revolución Continental del Che Guevara, que culminó con su asesinato en Bolivia. Todos estos eventos tenían como protagonistas a jóvenes, quienes en el país eran públicamente visibles en las organizaciones estudiantiles, las cuales vivían su mayor momento de politización y radicalización. Podemos identificar que estos elementos que caracterizan el momento histórico están presentes en el relato. Observamos en el extracto a continuación que se interpela al lector incluyéndolo en un saber compartido como el carácter democrático  de nuestra idiosincrasia y posicionando por contraposición  a aquellos que exceden este límite, otorgándoles una característica desestabilizadora del orden establecido.

"Resta también la posibilidad digna de análisis que junto con el enfoque eminentemente administrativo venga corriendo paralelamente alguna circunstancia de trasfondo político. Aunque así no fuera no puede desconocerse que entre los protagonistas del asunto existen varios con ideas que exceden el límite democrático que caracteriza nuestra idiosincrasia y cuyas actitudes permitidas o reprimidas con muy relativa seriedad en nuestro medio, serían duramente castigadas en aquellos países donde imperan las doctrinas que los empujan a buscar posiciones de liderazgo en estos conflictos" (Editorial 9 de mayo: "Desórdenes en Alto Nivel").

Además, cabe destacar que con relación a la presentación del conflicto el medio no se refriere al asesinato de Cabral en esos términos sino que lo hace como un luctuoso o lamentable hecho, o como en el pasaje que sigue da cuenta de un desgraciado hecho por el que perdió la vida. Es importante tener en cuenta este señalamiento dado que los actores del conflicto fueron los estudiantes, mientras que las autoridades de la universidad y las fuerzas policiales actuaron en consecuencia de las acciones de los primeros. Asimismo, en los textos no se plantea la investigación de la muerte sino la necesidad y urgencia de calmar las movilizaciones y pacificar los sectores, signo del momento convulsionado que se vivía.

"Hasta el día 15 del corriente en que a causa de un desgraciado hecho perdió la vida un joven estudiante y se ‘encendió la chispa de esta ciudad', la nación Argentina era un oasis de paz en el mundo convulsionado. (…) Sería excesiva ingenuidad el creer que todo esto tiene un exclusivo trasfondo universitario y es muy lamentable que no pocos hubieran caído en la trampa de reducir el campo de observación y análisis a ese pequeño sector de los amplios y serios problemas que afligen a la humanidad toda (…) Lo que comenzó como un ‘juego de niños' se convirtió en algo trágico que la Nación Argentina no lo merece y que la gran mayoría de su pueblo no lo desea (…) Pero ahora hemos llegado a los instantes que exigen reflexión, cordura, serenidad, diálogo comprensivo y constructivo para evitar males mayores y para que no se frustre el futuro de los jóvenes y de la nación misma (…)". (Editorial 30 de mayo: "El precio de la Paz")

La escenografía genérica que podemos identificar en el pasaje anterior nuevamente apela a fuerzas externas que dan cuenta de un contexto internacional mayor que excede el problema del comedor –recordemos por ejemplo el momento de gran movilización política juvenil en una época donde se estaba desarrollando la guerra de Vietnam, al cual se contrapone la escena del país como un lugar sin conflictos (oasis de paz). A su vez, notamos que el editorial refiere al país como la Nación y haciendo referencia a los intereses del pueblo, interpelando al lector desde un tono patriótico. Asimismo, distinguimos que el periódico intenta a través de sus editoriales expresar una postura equilibrada, se trata de un enunciador reflexivo que se postula como racional, el cual llama al diálogo, a la cordura y a la razón ante los enfrentamientos. Va construyendo así un relato pendular, postulando su imposibilidad de sentar una opinión a favor de uno u otro sector, y en consonancia retoma de cada actor aspectos para contrastarlos con los del otro y así, como podemos ver a en el siguiente caso:

"Si bien es cierto que no puede discutirse la razón que asiste a las autoridades de la UNNE para disponer las modificaciones que estimen convenientes (…) tampoco resulta prudente adoptar medidas que no cumplen en la práctica con las ventajas que generalmente se buscan al entregar una organización a manos privadas (…) sobretodo en actividades tan distanciad as de la tarea universitaria" (Editorial 9 de mayo: "Desórdenes en Alto Nivel").

Los estudiantes en los comunicados del movimiento estudiantil

Los textos retomados en este apartado pertenecen a los comunicados que las agrupaciones estudiantiles iban formulando como manera privilegiada de comunicar sus posturas, aclaraciones y decisiones en cuanto a modos de acción. Es necesario destacar que la modalidad de comunicado, o comúnmente conocido como solicitada, estaba instalada en los diarios correntinos para aquellas organizaciones más institucionalizadas. Lo que indica para el caso de las agrupaciones estudiantiles  un mayor grado de organización y reconocimiento de esa modalidad como forma de sumar adhesiones.  
En este sentido y teniendo en cuenta la escena englobante, es un tipo de discurso político cuya escena genérica corresponde a un comunicado publicado en un medio de prensa. De esta manera, podemos observar cómo los sujetos fueron adaptando su lenguaje a sus necesidades comunicativas.
De acuerdo a nuestra primer entrada, al recorrer los entornos de los enunciados donde aparece el término estudiante, veremos que los predicados asociados nos muestran sujetos activos en el discurso que llevan adelante la acción –exigen, demandan, luchan–. Asimismo al ir agrupando los atributos e identificando los actores encontramos que en los comunicados al estudiante se lo va identificando con otros sectores como los trabajadores y con el pueblo, como figura en el extracto más adelante, y tras el asesinato de Cabral llamarán más enfáticamente a la conformación del movimiento obrero-estudiantil. Al respecto es necesario destacar que el vínculo entre tales sectores se fue construyendo en base a objetivos en común, como mencionamos en la primera parte, tras los paros estudiantiles del 8 y 9 de mayo los grupos sindicales asociados a la CGT de los Argentinos le cedieron a los estudiantes el local para que puedan armar allí una olla popular. Esta etapa fue un momento clave donde se produjo un realineamiento entre los sectores que habían sido perjudicados por las políticas de la dictadura y de esta manera "los estudiantes fueron ganando adeptos a su causa, obreros, estudiantes secundarios de la ciudad o de pueblos o localidades del interior que hacían llegar mercaderías" (Zarrabeitia, 2007: 257), trabajadores de la universidad, grupos religiosos, entre otros.

"Entendemos que si hoy como estudiantes no somos capaces de defender los intereses del pueblo de la Universidad, mal podemos el día de mañana, luchar en defensa de la soberanía e independencia de la Patria (…)". (15 de mayo - Cita en la Nota "Repitiéronse los Disturbios Estudiantiles")

Asimismo, observamos dos desplazamientos en relación al término estudiante. Por un lado se identifica como un sector compuesto por aquellos hijos de las clases menos pudientes quienes serían los principales perjudicados con la privatización, contraponiéndose a lo que representaría la aristocratización de la universidad vinculada a los sectores dominantes que apoyaban el régimen de Onganía. Al tiempo que tras la muerte de Cabral, los estudiantes pasaron a identificarse como combatientes, marcando un desplazamiento que refiere a un mayor nivel de conflicto y la resolución por parte de los estudiantes de asumir otra posición y acciones más duras, como encontramos en el extracto después del 15 de mayo se llamó a estar preparados para violar el ‘orden' en defensa de la Patria.
Por otra parte con relación a la escenografía genérica que se construye vemos, en el siguiente pasaje, la utilización de la primera persona, constituyendo un sujeto enunciador que garantiza el enunciado y una intención que supera la de hacer conocer sino que busca hacer creer y compartir la convicción que los motivaba.

"(…) somos plenamente conscientes que para enfrentar el poder reaccionario de los monopolios debemos estar preparados para violar el ‘orden' que pretenden imponernos no solo con los puños y los gritos sino profundizando la organización del conjunto de los estudiantes y los trabajadores. La dictadura de Onganía quiere desangrar nuestras luchas, aislándolas, sobre la base de destruir criminalmente las vidas de nuestros combatientes mediante la utilización de la metralla (…)" (16 de mayo - Citas en la Nota "La Opinión Pública hondamente conmovida").

En cuanto a la presentación del conflicto, el discurso de los estudiantes lo localiza, en un primer momento, en la universidad, brindando los elementos informativos para comprender su postura y la problemática, se trata entonces de un hacer saber para posicionarse luego como los defensores de una universidad a las que puedan acceder todos los sectores, identificándose o reclamando en nombre de los menos pudientes. Los agentes que construye alrededor del conflicto son la figura del rector Walker, las fuerzas de seguridad, la dictadura de Onganía identificados como enemigos del movimiento estudiantil.  

"(…) los estudiantes vienen de una lucha de cuarenta días de duración, donde estamos peticionando lo siguiente: que se anule la privatización del comedor universitario, porque entendemos que este beneficio social que tenían los estudiantes debe ser respetado para que puedan estudiar los hijos de la clase menos pudientes de la sociedad (…) porque opinamos que al no haber comedor los domingos y feriados (…) conjuntamente con el elevado precio de las pensiones, los libros, el pago de aranceles que nos quieren implantar, el costo de vida de un estudiante en esta ciudad donde existen pocos medios de trabajo, recae en la familia argentina motivando una forma de limitar económicamente con el fin de aristocratizar la universidad argentina (…)". (10 de mayo - Citas en la Nota "Opinan Estudiantes acerca de la situación planteada")

"Nosotros tenemos la razón y una resuelta actitud de enfrentarla como ya hemos demostrado. Nuestros enemigos buscan limpiar de las universidades a los estudiantes menos pudientes tratando así de construir una universidad de minorías, aristocrática y que cada estudiante seamos un ‘tornillo más', receptores dóciles de la política  de las clases dominantes de nuestro país y de sus socios monopólicos internacionales (…)" (Solicitada de la Comisión Coordinadora de Lucha - 14 de mayo: "Para que el pueblo de Corrientes no se confunda")

En un segundo momento ya posterior a la muerte de Cabral, en cuanto a la escenografía genérica identificamos la ampliación de la localización del conflicto en donde el problema del comedor en la universidad pasó a ser, en términos discursivos, el escenario que expuso los actores y las condiciones de lucha más generales. Así nos encontramos con la inclusión del lector al referirse a nuestra Patria y vinculando las condiciones sociales y económicas en el marco de la aplicación de lineamientos que corresponden a la doctrina liberal. Además, el enunciador a través de su relato legitima la justeza del reclamo estudiantil en el acompañamiento por parte de la sociedad evidenciada en la cantidad de asistencia a la marcha del Silencio. Es así que rescatamos los siguientes extractos a modo de ejemplo:

"Los dirigentes estudiantiles NO PARTICIPAN DE LA INSTIGACION AL DESBORDE, pues son conscientes de su responsabilidad y que el mismo no conduce a nada positivo (…) Si el Dr. Walker encontró la Ciudad, la Prensa, la Opinión Pública y los estudiantes convulsionados ha sido porque se hizo carne en todo Corrientes la justeza del pedido de los estudiantes. La convulsión no fue obra de los dirigentes estudiantiles y lo prueba la asistencia de casi 10.000 personas a la marcha del silencio del compañero Cabral (…)"
Solicitada 19 de mayo "A la Opinión Pública" – Junta Coordinadora de lucha

"Ante la crítica situación imperante en nuestra Patria en la que el pueblo y los trabajadores sufren día a día las consecuencias económicas y sociales del actual gobierno, expresión acabada del sistema liberal capitalista de hambre, explotación, miseria y generador de la absoluta dependencia imperialista" (Comunicado 27 de mayo, Junta Coordinadora de lucha).

De acuerdo a la escenografía genérica que observamos a lo largo de los pasajes que incluimos identificamos un tipo de discurso imperativo que por momentos llama a la acción, apelando a matrices ideológicas discursivas propias del grupo de pertenencia. En este sentido es necesario tener presente que el grupo que firma los comunicados es la Junta Coordinadora o Comisión de Lucha, colectivo que, como mencionamos al principio del texto, unificó a las distintas agrupaciones a inicios de mayo. Es por ello que encontramos por un lado la centralidad del reclamo como articulador de los textos, y por otro podemos identificar términos como pueblo, patria, imperialismo, dictadura, clase trabajadora, que hacen al arco de referencia político discursiva de los sectores que integraban el grupo (movimientos peronistas, de izquierda socialista y comunista, integralistas cercanos a los movimientos de sacerdotes para el tercer mundo).

Los estudiantes en los comunicados de la UNNE

Los comunicados por parte de las autoridades de la universidad se constituyen en un tipo de discurso político (escena englobante) que a través del género solicitada publicaron en el medio su postura sobre el conflicto. Al realizar el relevamiento para este trabajo pudimos distinguir una rutina por parte de la institución en relación a esta manera de hacer públicas sus actividades, se trata de textos institucionalizados evidenciado en las formas de iniciar los textos por ejemplo siguiendo una jerarquía u orden nos dirigimos a nuestros alumnos, a sus señores padres, a toda la ciudadanía propio de los textos protocolares. De modo similar, se nos hizo común encontrar en las páginas del diario informaciones sobre los llamados a concursos docentes, cursos de distintos tipos y actividades que privilegiaron la utilización de este género. No obstante, en lo que concierne al reclamo del comedor universitario el tono e intencionalidad que caracterizaron el relato excedieron la mera información institucional de tipo expositiva sino que involucró la explicitación de los sistemas de valores de las autoridades y sus modos de explicar y convencer.
A propósito de los entornos donde aparece la unidad léxica estudiante, podemos identificar que se realiza una diferenciación entre los dirigentes estudiantiles como un actor distinto de los alumnos de la universidad. De esta manera, al contrastar los predicados encontramos que las acciones ligadas a los primeros fueron la incitación a la violencia, provocación o tergiversación, teniendo a los segundos como sujeto de tales acciones, sin reconocerles una iniciativa propia. A su vez en contraposición a la de los dirigentes las acciones ligadas a la Universidad fueron la búsqueda del diálogo o el análisis racional, proponiendo un enunciador conciliador y racional, frente a la figura violenta e irracional de los dirigentes, como vemos en el siguiente extracto:

"Una y otra vez en los diálogos mantenidos con los dirigentes estudiantiles les hicimos notar el peligro que involucraban sus exhortaciones a la violencia, sus ansias de enardecer a los jóvenes alumnos de la Universidad, su tergiversación de la verdad. Una y otra vez reiteramos el ofrecimiento de constitución de comisiones mixtas con participación de alumnos en número equivalente al de funcionarios para el reestudio, para análisis racional de la situación planteada (…)" (16 de mayo "Comunicado del Rectorado de la UNNE").

En la construcción de la escenografía genérica observamos la alusión a personas externas, término que hace referencia a miembros estudiantiles y gremiales que en ese período se acercaron a la ciudad de Corrientes con el objetivo de brindar su apoyo a los estudiantes. Como ya señalamos, el movimiento estudiantil en todo el país para esta época se encontraba muy movilizado y unificado; habían logrado establecer lazos con distintos sectores, no solo con agrupaciones estudiantiles de otras provincias sino también con gremios, sobre todo vinculados con la CGT. Este aspecto es retomado en los comunicados asignándoles una fuerte influencia y responsabilidad en las acciones del movimiento estudiantil, al punto de establecer la diferencia entre los alumnos y los dirigentes. Como se destaca en el pasaje a continuación:  

"El Rectorado ha comunicado reiteradamente que los dirigentes de los disturbios ocurridos en Corrientes y Resistencia no eran nuestros estudiantes. Como prueba de la objetividad de nuestras afirmaciones transcribimos literalmente informaciones aparecidas en el diario EL LITORAL (…)" (19 de mayo - El Rectorado de la UNNE emitió un nuevo comunicado  "Objetividad de nuestras declaraciones").

Por otra parte, en la presentación del conflicto identificamos se mencionan los enfrentamientos y movilizaciones como episodios subversivos encarnados o llevados adelante por los dirigentes o agitadores de estructuras extremistas, enfatizando que representaban factores por fuera no sólo de la región sino también del pensamiento nacional. Esta escenografía genérica configura el conflicto en coordenadas e intereses por fuera de la universidad, se trata de un problema ajeno. A su vez, fija una serie de normas vinculadas a un deber ser universitario.

"Una y otra vez insistimos en observar la conducta Universitaria, en la necesidad de no alterar el orden público, en la necesidad de no agredir a quienes cumplen con el deber de salvaguardar el orden, sin el cual no hay progreso ni paz (…) Razones ajenas al ámbito Universitario, personas ajenas a la Universidad Nacional del Nordeste (nos consta), ajenas a las cuatro provincias de su jurisdicción, han arrastrado a la juventud idealista y pura. La han arrastrado al servicio de intereses ajenos al pensamiento nacional (…)" (16 de mayo "Comunicado del Rectorado de la UNNE").

 "(…) Es que no es común ver a los estudiantes universitarios, que en dos de los sectores de la ciudad en que se desató la lucha, dispararon sus armas de fuego contra efectivos policiales que usaron las propias. Es que no es común ver a estudiantes parapetados en techos ejecutando fuego cruzado sobre los guardianes del orden (…) ver en esta ciudad estudiantes arrojando bombas de fabricación casera, haciendo uso no pacífico de los conocimientos adquiridos en los establecimientos que mantiene la comunidad (…) es que no son nuestros estudiantes (…) nuestros jóvenes alumnos han sido víctima de la astucia de agitadores miembros de estructuras extremistas (…) nos resistimos a creer que muchachos de nuestras aulas hayan planeado el intento de linchar autoridades (…)" (19 de mayo - Comunicado Nº4 de la UNNE)

Ahora bien como observamos en los extractos anteriores, el análisis de la escenografía genérica nos permite identificar al enunciador hablando desde una serie de escenas compartidas, específicamente a partir del postulado no es común. De esta manera va legitimando la diferencia entre alumno y dirigente y vinculando el conflicto por fuera de la universidad. Al momento de caracterizar al enunciador podemos reconocerlo como una figura de autoridad racional que puede, y lo hace, reconocer e imponer modos de ser y de conducta vinculados al ámbito universitario. 

A modo de conclusión: Tres tipos de estudiantes puestos en juego

De acuerdo al análisis que fuimos desarrollando podemos encontrar que las editoriales del medio gráfico analizado y las solicitadas del colectivo estudiantil y las autoridades universitarias configuran tres tipos de estudiante diferentes, cada uno de los cuales enmarcan en un contexto propio y adquieren sentido por sí mismos.  
En el caso de los editoriales del medio encontramos la estructura de su argumentación marcada por una dosificación entre juicio a favor y juicio en contra, entre apreciación favorable y desfavorable, un tipo de argumentación pendular dirá Charadeau (2003) a modo de tratar de explicar sin tomar partido. Propio del discurso mediático al momento de sentar un análisis, sosteniéndose en la opinión pública y en la búsqueda constante por un equilibrio entre los reclamos y posturas de los actores involucrados. Sin embargo, caracteriza al estudiante, su conducta y acciones desde un deber ser ciudadano, de acuerdo a las leyes en correspondencia con aquella ‘Patria de sus mayores' que responda al mantenimiento del orden. De igual modo, en los pasajes no se le reconoce una capacidad de autonomía en cuanto a la decisión de sus acciones, o son por un lado infantiles como un ‘juego de niños' o influenciables y arrastrados por factores y personajes externos.
Desde los comunicados del movimiento estudiantil los estudiantes son actores de cambio que llevan adelante la lucha, los que pueden marcarle el freno a la dictadura en alianza con los trabajadores conformando el movimiento obrero-estudiantil. En su discurso se observa una evolución, notándose cómo en un primer momento sus fundamentos estaban ligados al conflicto del comedor y se legitimaba en los estudiantes a quienes se perjudicaba, llegando a través de esos fundamentos a la crítica de la política de la dictadura; después del asesinato de Cabral las agrupaciones ven la necesidad de organizarse en un movimiento para defender los intereses que van más allá de la universidad y el conflicto estudiantil. En esta etapa el estudiante pasa a ser un ‘combatiente' que debe romper el orden impuesto para poder defender los intereses del pueblo.
La Universidad, por su parte, configura un doble estudiante: por un lado, aquel identificado como el alumno de la universidad el cual es un ‘joven idealista y puro' cuyas acciones se enmarcarían dentro de las reconocidas como conducta universitaria, como asistir a las clases y todas aquellas que no rompan el orden público –recordemos que hasta ese momento estaba prohibida la participación en los centros de estudiantes–; por otro, los dirigentes estudiantiles quienes son correspondidos con los grupos de agentes ajenos-miembros de estructuras extremistas que arrastran a los primeros hacia acciones violentas y desestabilizadoras. En estas caracterizaciones opera fuertemente la amenaza que representaban los grupos de izquierda, comunistas, socialistas y aquellos movimientos que eran de gran influencia para el movimiento estudiantil.
En estos objetos discursivos lo que se encuentra en juego es la legitimación o no de los estudiantes en tanto actores políticos válidos para poder intervenir y actuar en el campo político, la validez de su reclamo, los atributos que se les asignan van en ese sentido y sumado a ello enmarcado en las circunstancias del momento histórico caracterizado por la violencia propia de un estado dictatorial.

Notas:

1 La UNNE fue cerrada por 48 horas para prevenir disturbios (Millán, 2007). 

2 De esa manera se conoció al período que lo tuvo a Onganía al frente de la presidencia del país. 

3 Un abogado de 47 años, cuyo currículum docente era muy modesto, con apenas seis meses de ejercicio en un cargo interino en la Universidad del Salvador, pero era el concuñado del Ministro del Interior Guillermo Borda (Zarrabeitia, 2003). 

4 "La entrevista con el Rector se frustró por un informe falso que aducía que la Facultad de Medicina había sido tomada y su personal desalojado. La policía admitió que no era cierto pero señaló que no tenía autoridad para desmentir al rector, con lo que estaba en evidencia la alianza entre el rector y el Ministerio del Interior, alianza que dejaba al primero las manos libres contra el movimiento estudiantil. Acto seguido se realizó una asamblea que decidió ir a la Policía para dar un informe sobre la actitud del rectorado y aclarar la situación. Luego marcharon hacia el centro de la ciudad. Durante la manifestación la policía montada atacó a los manifestantes con gases y balas de plomo. Los estudiantes respondieron arrojando piedras" (Millán, 2007: 192-193). 

5 De aquí en adelante el término estudiante en tanto objeto-sujeto político construido por los discursos analizados irá en cursiva. 

6 Cabe destacar que en las notas periodísticas referidas al conflicto se volcaba el comunicado completo de los estudiantes. 

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Fecha de recepción: 02-04-2016.
Fecha de aceptación: 23-11-2016.

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