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La trama de la comunicación

Print version ISSN 1668-5628

Trama comun. vol.21 no.2 Rosario Dec. 2017

 

ARTÍCULOS

Existe. pero no se ve. Investigación de Agenda Setting en América Latina

 

Por José Raúl Gallego Ramos

jose.gallego@reduc.edu.cu / Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz", Cuba

José Raúl Gallego Ramos
Cubano
Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana, Cuba y la Universidad de Guadalajara, México. Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Docente de Teoría de la Comunicación y Estudios de la Praxis del Periodismo en la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz. Afiliación Institucional: Facultad de Lenguas y Comunicación de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz y Circuito para la Exhibición, Desarrollo e Investigación de los Nuevos Medios (CEDINM).
Área de especialidad: Estudios de Agenda Setting; Metateoría; Epistemología de la Comunicación.
E-mail: jose.gallego@reduc.edu.cu


Sumario:

El objetivo de la presente metainvestigación es realizar una primera aproximación a los estudios de agenda setting en América Latina con el propósito de visibilizar el corpus de investigaciones que se han realizado en diferentes países de la región, así como ilustrar algunas de sus características básicas tanto teóricas como metodológicas. Fueron recuperadas 134 investigaciones de agenda setting repartidas en 11 países de la región, concentradas mayormente entre los años 2004 y 2014. Predominaron las investigaciones empíricas, el medio más estudiado son los periódicos y la principal área de investigación las relaciones entre agenda pública y mediática. El aumento cuantitativo de investigaciones de agenda setting no ha estado acompañado por una asimilación crítica de esta teoría, lo cual se aprecia en la reproducción de los esquemas clásicos y la desatención a varias de sus principales limitaciones.

Descriptores: Teoría de la Agenda Setting; Investigación; América Latina; Meta-investigación

Summary:

This meta-research aim a look to Latin America agenda setting studies, in order to make the corpus of investigation that have been done in different countries of the area, visible, as well as illustrate some of its basic theoretical and methodological characteristics. It were retrieve 134 agenda setting investigations from 11 Latin American countries, most of this investigation were made among 2004 and 2014. Empirics investigations turns out majority, the most studied media were the newspapers and the main investigation area were the relationship between public and media agenda. This quantitative rise of agenda setting investigations have not been increasing along with a theoretical criticism assimilation, which can be uphold due to a reproduction of classical schemas displayed in this investigations, as well as its inattention to more than a few of its main limitations.

Describers: Agenda Setting Theory; Reserach; Latin American; Meta-research


1. Introducción

La Teoría de la Agenda Setting (Fijación de Agenda) tiene su origen en el estudio realizado en 1968 por Maxwell McCombs y Donald Shaw en la localidad de Chapel Hill publicado cuatro años más tarde en la prestigiosa revista Public Opinion Quarterly bajo el título "The Agenda-Setting Function of Mass Media" (McCombs & Shaw, 1972), con el cual se inauguró una de las tradiciones de estudios que más expansión cuantitativa, temática y geográfica ha mostrado hasta hoy dentro del campo de la Comunicación.
A solo nueve años de la publicación del estudio de Chapel Hill, James P. Winter y Chaim H. Eyal (1981, p. 376) mencionaban haber revisado más de 50 artículos relacionados con la agenda setting; en 1988 Everett Rogers y James Dearing (2012, p. 560 [original de 1988]) elevan el número a 153, a mediados de los noventa el torrente ascendía a más de 350 (Dearing & Rogers, 1996, p. 89), en la siguiente década la cifra rebasaba los cuatrocientos (McCombs, 2006, p. 14) y una revisión realizada para el presente estudio encontró más de 700 investigaciones y análisis centrados en los estudios de agenda1.
Los estudios de agenda han sido caracterizados como una de las pocas teorías autóctonas del campo de la comunicación (Takeshita, 2004, p. 369). Surgida como parte de la oleada investigativa que Elisabeth Noelle-Neumann (1973, citado por Wolf, 1994, p. 30) denominó "el retorno a la idea de powerful media",  lo que comenzó siendo un acercamiento básico y bastante lineal a la incidencia de los medios sobre la jerarquización de contenidos políticos por las personas, fue complejizándose y extendiéndose hacia el estudio de los factores que inhiben o potencian las relaciones de transferencia entre las agendas (condiciones contingentes), los subtemas y valoraciones que componen una temática principal (agenda de atributos), los procesos de construcción de la agenda de los medios (agenda building) –incluida la fijación de agenda entre medios (intermedia agenda-setting)-, el proceso de fusión de agendas (agenda melding), las consecuencias del efecto de fijación de agenda, la fijación en red de conjuntos de objetos y atributos en la mente de los individuos (tercer nivel), así como otras proposiciones originales que extienden el proceso también a los planos afectivos y conductuales y no solo al cognitivo, entre otras temáticas.
Los planteamientos básicos de la teoría han sido probados o disprobados en países de los cinco continentes, y se han extendido a objetos de investigación tan diversos como la imagen de los candidatos presidenciales, las transmisiones deportivas de la National Basketball Association (NBA), los rumores o la reputación corporativa2. Varios metanálisis (Bryant & Miron, 2004; Kamhawi & Weaver, 2003; Potter & Riddle, 2007) la han ubicado entre las teorías más populares en el campo de la comunicación a partir de su empleo en artículos publicados en prominentes revistas de la especialidad e incluso hay quien la cataloga como "la teoría más importante en el campo de la comunicación de masas" (Wanta, 2008, p. 36).
Sin embargo, esta expansión geográfica y sus desarrollos en las diferentes regiones del mundo, no siempre son tenidos en cuenta en las discusiones sobre el estado de la cuestión de la investigación de agenda. Particularmente en el caso de América Latina, la Teoría de la Agenda Setting llegó con cierto retraso si se compara con Europa, no obstante, a partir de la pasada década experimentó un notable crecimiento en varios países que aún no ha sido sistematizado ni valorado en su real magnitud.
A nivel internacional puede decirse que la investigación de agenda realizada en América Latina carece de visibilidad. Una revisión de varios estudios realizados fuera del continente permitirá observar que raramente aparecen referenciadas investigaciones latinoamericanas. En 2006 fue publicado en español el libro Estableciendo agenda. El impacto de los medios en la opinión pública y en el conocimiento (McCombs, 2006) que aunque no pretendía ser una revisión exhaustiva de toda la investigación de agenda sí constituye una especie de estado de la cuestión sobre el tema por lo cual fue caracterizado por John Pavlik en su presentación como la "Gray's anatomy" de la Agenda Setting. Sin embargo, en el somero repaso que realiza el autor por los estudios de agenda a nivel mundial solo menciona en América Latina la investigación doctoral realizada en Argentina por Alicia Casermeiro (2004).
Podría argumentarse en defensa de McCombs que ciertamente hasta esa fecha la investigación de agenda aún no había despegado totalmente en el continente, sin embargo, un metanálisis realizado en 2014 por Yeojin Kim y Youngju Kim sobre las tendencias teóricas y metodológicas de la Agenda Setting en las últimas cinco décadas asume como universo de análisis las bases de datos Academic Search Premier y Communication & Mass Media Complete con lo cual dejan fuera de la muestra seleccionada (451 estudios) toda la investigación de agenda realizada en América Latina3 y que, fundamentalmente por la diferencia idiomática, no ingresa a dichas bases.
No obstante, la situación de invisibilidad y desconocimiento se torna aún más preocupante si miramos al interior de la investigación de agenda latinoamericana donde una revisión aleatoria de las bibliografías demuestra el poco diálogo que existe con los estudios gestados en otros países del continente ya que solo aparecen referenciadas (y no en todos los casos) las investigaciones del propio país. Y a lo interno de cada nación, solo se encontró una estudio (Ferreira & Fassarella, 2010) que se propusiera recuperar toda la investigación de agenda realizada en el país.
Lo anterior da una medida de que a pesar del auge que han tenido los estudios de agenda en el continente, aún no se ha logrado un reconocimiento que permita discutir sus características, avances y limitaciones, en función de aprovechar los resultados aportados por otros y lograr una mejor proyección de la investigación futura.
De ahí que el objetivo de este trabajo sea aportar una primera –y también somera- aproximación a los estudios de agenda en el continente con el propósito fundamental de visibilizar el corpus de investigaciones que se han realizado hasta la fecha en diferentes países así como ilustrar algunas características básicas tanto teóricas como metodológicas. Vale la pena señalar que en el fondo, este estudio pretende funcionar a manera de detonante que posibilite que otros autores e instituciones hagan saber de investigaciones que no hayan sido contempladas en el mismo y que puedan ser incorporadas en posteriores análisis.

2. Limitaciones del estudio

Antes de dar a conocer los resultados obtenidos es necesario mencionar algunas situaciones estructurales y de otra índole que limitan el objetivo de mapear la investigación de agenda en América Latina y el Caribe que de hecho, han contribuido a que sus resultados sean desconocidos en otros lugares del mundo.
En primer lugar, las instituciones académicas e investigativas del continente en el área de las Ciencia Sociales en general, no cuentan con la infraestructura tecnológica que permita visibilizar o recuperar con facilidad la investigación que se genera. Existen pocas bases de datos –de calidad- que engloben la producción de la mayoría de los países y en varias de estas los buscadores no poseen el nivel de precisión óptimo para la recuperación de documentos. También debe mencionarse que muchos de los textos, sobre todo aquellos realizados en el siglo XX no se encuentran digitalizados y en algunos casos, ni siquiera indexados y que una parte importante de la investigación en comunicación desarrollada en países del área –sobre todo en aquellos de menos desarrollo académico- se encuentra ubicada en revistas que, por diversos motivos, no acceden a estas bases de datos.
Por otra parte, no en todas las naciones existe una organización institucional que unifique y presente la investigación gestada en el campo de la Comunicación, a lo cual se suma que ninguno de los países del continente cuenta con un repositorio en línea con todos los recursos disponibles en el cual se agrupe la totalidad de las investigaciones desarrolladas dentro de su sistema investigativo4. Muchas universidades no cuentan con repositorios en línea y una parte importante de la investigación de agenda es presentada en congresos y eventos cuyas memorias son publicadas en soportes físicos como los CD, pero no son colgadas en la web, con lo cual se reduce considerablemente su visibilidad, limitación que se hace mayor cuando se observe que una parte importante de la investigación de agenda que se logró identificar se presenta bajo estas formas –caracterizada como literatura gris- y que muchas veces no logra relanzarse como artículo científico, los cuales son relativamente más fáciles de recuperar.
En los resultados de este estudio podrá verse que los países más representados son precisamente aquellos que cuentan con un sistema académico institucional más desarrollado mientras que otros apenas aparecen, lo cual no necesariamente quiere decir que no realicen investigación de agenda, sino que es mucho más complicado poder acceder a ella. Este es un aspecto que no puede perderse de vista en función de evitar criterios concluyentes sesgados.
Muy ligado a todo lo anterior se encuentra otra limitación pero que tiene que ver con la naturaleza del término agenda. La amplitud de su definición como "conjunto de cosas que se han de hacer" hace que aparezca tanto en los títulos como en las palabras claves y resúmenes de infinidad de artículos que nada tienen que ver con la Teoría de la Agenda Setting, situación que aumenta debido a que la mayoría de las revistas exigen traducir las palabras claves al inglés, por lo cual cuando se inserta el término "agenda setting" en aras de una mayor precisión,  la búsqueda devuelve toda una serie de textos que tienen entre sus palabras claves fijación o establecimiento agenda (que se traduce al inglés como agenda setting).
Otro factor que dificulta la ubicación y recuperación de los estudios de agenda es que debido a la popularidad alcanzada por la Agenda Setting, muchos textos la mencionan simplemente como mera referencia sin emplearla realmente: A esto hay sumar que existe otro grupo numeroso de investigaciones que estudian desde otras áreas fenómenos relacionados con la conformación y evolución de diferentes agendas y que dentro del propio campo de la Comunicación los objetos de estudio de la Agenda Setting también son abordados desde otras teorías, lo cual obliga a una lectura más profunda para identificar con certeza cuáles son realmente aquellas investigaciones que emplean como aparato conceptual y metodológico la Teoría de la Agenda Setting o la asumen como objeto de estudio.
Todo ello conspira para que necesariamente esta sea una investigación incompleta que adolezca de muchos vacíos y omisiones, pero el solo hecho de declararse consciente de ellos, ya es un primer paso para su superación esperando la ayuda de todo aquel que pueda y desee colaborar.

3. Metodología

Los criterios de selección asumidos por el estudio fueron: investigaciones realizadas sobre o en América Latina y el Caribe que utilicen como soporte conceptual y metodológico la Teoría de la Agenda Setting o que la asuman como su objeto de estudio. Para la identificación de las mismas se recurrió a cuatro procedimientos fundamentales.
El primero de ellos fue la recuperación en bases de datos y repositorios. Para ello se realizaron búsquedas en las dos principales bases de datos del continente en el campo de la Comunicación, Scielo y Redalyc (las cuales incluyen otras bases de datos de menos amplitud) y en los repositorios del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en la Base de Datos Unificadas del Sistema de Información Universitaria (SIU BDU), en Documentación en Ciencias de la Comunicación (CC-DOC) y en Tesis UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Otro de los espacios de búsqueda fue la base de datos ProQuest Dissertations & Theses donde se almacenan tesis doctorales y de maestría procedentes fundamentalmente de Estados Unidos y Canadá, pero debido a que ambos países –sobre todo el primero- constituyen destinos importantes para estudiantes de posgrado latinoamericanos y caribeños se decidió incluir en la pesquisa ya que muchos de estos investigadores deciden ubicar sus objetos de estudio en sus países de origen. También se realizó búsquedas en las bases de datos EBSCO, JSTOR, SAGE y WILEY por ser estas donde se albergan las principales publicaciones en el campo de la comunicación. En todos estos sitios se procedió a recuperar los documentos que tuvieran en el título o en las palabras claves los términos agenda y agenda setting. Los documentos arrojados fueron revisados y seleccionados para determinar aquellos que utilizaran como aparato conceptual o metodológico la Agenda Setting.
Como segunda estrategia de recuperación y segunda en importancia de acuerdo al número de resultados que arrojó fue la búsqueda en redes sociales de perfil académico o investigativo. Redes como Academia.edu, Researchgate y otras permiten la creación de grupos temáticos a los cuales se asocian los investigadores según sus intereses. A partir de la búsqueda en las páginas personales de los investigadores latinoamericanos y caribeños asociados a grupos etiquetados como Agenda-Setting Theory o Agenda Setting, se pudo acceder a un grupo importante de artículos, ponencias en congresos, investigaciones que no aparecen en las bases de datos anteriormente citadas. Este proceso de búsqueda requiere de una inversión de tiempo importante ya que en primer lugar debe revisarse qué miembros del grupo pertenecen a la región geográfica de interés para luego poder descargar sus trabajos, algunos de los cuales no se encuentran disponibles y deben ser solicitados directamente a los autores. No obstante, otras de sus ventajas es una vez asociado a estos investigadores y grupos permite estar al tanto de sus publicaciones y establecer nexos directos con ellos, lo cual constituye otra de las tácticas que explicaré más adelante.  
 Otra de las estrategias empleadas fue la que he denominado Recuperación progresiva intertextual que consiste en la búsqueda de los textos citados por los autores en sus bibliografía, lo cual va llevando a otros textos a los cuales se le aplica el mismo procedimiento y así, progresivamente, se va accediendo a un importante grupo de investigaciones referenciadas por los distintos autores y que no aparece en los resultados arrojados por el primer procedimiento, pero que pueden ser recuperadas a través de la web o identificados para su ubicación por el siguiente procedimiento o por futuras búsquedas. Esta estrategia, aunque engorrosa y agotadora, permite sobre todo acceder a muchas investigaciones realizadas en los países de origen de los diferentes autores, que son mencionadas como antecedentes y que no se encuentran en las bases de datos o repositorios.
El último procedimiento de recuperación empleado fue el Contacto directo con autores, una estrategia que deberá seguir siendo utilizada sobre todo por la efectividad que posee. A través del correo electrónico se contactó con la investigadora brasileña Kenia Beatriz Ferreira (co-autora de la síntesis bibliográfica sobre la investigación de agenda en Brasil) quien amablemente posibilitó el acceso a más de 15 investigaciones referenciadas en su artículo y que no se encontraban disponibles en la web. Otro tanto sucedió con la profesora Viviana Muñiz quien facilitó un grupo de tesis de licenciatura realizadas en los últimos dos años en distintas universidades cubanas.
Este último es un método que no solo permite acceder a la llamada literatura gris, sino también crear redes que posibilitan facilitar el trabajo de quienes se desenvuelven en una misma área de estudio, visibilizar la investigación que se realiza desde diferentes lugares y promover estrategias de colaboración en común que aceleren el desarrollo del campo.

4. Resultados

La búsqueda finalmente arrojó la cifra de 134 investigaciones que emplean como marco conceptual la Agenda Setting o que la asumen como objeto de estudio. Debe decirse que una parte considerable de los resultados arrojados por el primer procedimiento de búsqueda fueron excluidos de esta cifra por no constituir investigaciones que se ubicaban dentro de la tradición de Agenda Setting.
La primera investigación que se encontró se llevó a cabo en Venezuela en 1975 por Steven H. Chaffee y Fausto Izcaray asociada a un proyecto de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos y tuvo como objetivo estudiar el efecto de fijación de agenda en un país con características diferentes a las sociedades del primer mundo. Esta investigación fue publicada en inglés en la revista Communication Research y entre sus méritos también estuvo incluir como variables que inciden en el efecto los conocimientos actualizados sobre política nacional y local y haberse realizado fuera de períodos electorales.
Como puede apreciarse en el Gráfico 1, no se encontró  otra investigación de agenda setting en o sobre el continente hasta finales de los ochenta (también realizada en Venezuela y promocionada desde Estados Unidos) y aunque otros autores tampoco hayan tenido éxito recuperando investigaciones de años anteriores (Ferreira & Fassarella, 2010), el simple hecho de la existencia de una investigación sobre el continente en fecha tan temprana como 1975, las conexiones de muchos investigadores latinoamericanos con universidades de Estados Unidos y la presencia de fuertes intereses políticos y económicos norteamericanos en la región, hacen dudar que no se hayan implementado otras investigaciones de agenda aun cuando fueran diseñadas y presentadas fuera del continente.
Si además se tiene en cuenta la escasa digitalización que existe de las obras de ese período, entonces no sería descartable la existencia de varias investigaciones que apliquen la Agenda Setting y que se encuentren empolvadas en los archivos de bibliotecas e instituciones académicas, lo cual supone un asunto para explorar con más profundidad.
El otro resultado importante que salta a la vista es la explosión de la investigación de agenda a partir del año 2000 en el continente y fundamentalmente en el período 2005-2009 (53 investigaciones) y 2010-2014 (63 investigaciones). Basta decir que en el citado metanálisis de Kim y Kim (2014) se identifican 451 estudios de agenda de todo el mundo5, y solo en América Latina se ha tenido acceso para esta investigación a 134, más un grupo de textos referenciados en las bibliografías de diferentes autores que no pudieron ser recuperados, pero que existen, lo cual aumenta la cifra.


Gráfico 1. Fuente: Elaboración propia

En cuanto a los formatos de presentación de las investigaciones6, como puede verse en el Gráfico 2, casi la mitad de las obras recuperadas son artículos, repartiéndose el resto entre libros o capítulos de libros, ponencias presentadas en congresos, informes de instituciones, tesis de licenciatura, maestría y doctorado.
Lo anterior, más que un dato conclusivo o revelador, es un llamado de atención sobre un grupo de aspectos. Primero, la necesidad de buscar formas de recuperación de la información que permitan acceder a la bibliografía gris, pues por un lado es significativo el número de investigaciones que se presentan en congresos y o se realizan como tesis de licenciatura que no son indexadas en las bases de datos, al igual que los libros, que al encontrarse sometidos a políticas de derecho de autor, hacen más difícil el acceso a ellos, lo cual explica el poco número de investigaciones recuperadas en este formato. Por otra parte, si se toma en que un artículo científico generalmente es resultado de una investigación más amplia y que debe pasar por un grupo de filtros que hacen más rigurosa y a la vez trabajosa su publicación, entonces todo indica a que no debe ser este el formato en que más investigaciones de agenda se presenten; sino que simplemente es el más visible y fácil de recuperar.


Gráfico 2. Fuente: Elaboración propia

Todo ello conduce al segundo llamado de atención dirigido directamente a los investigadores. Como reza el lema del Sistema de Información Científica Redalyc "La ciencia que no se ve, no existe", de allí la importancia de buscar estrategias que permitan visibilizar el trabajo realizado, ya sea dándole salida como artículo científico a las investigaciones o aprovechando las posibilidades que brindan redes académicas como ResearchGate, Academia.edu, Mendeley, Linkedin u otros espacios virtuales que de forma gratuita posibilitan mostrar el trabajo que se lleva a cabo y establecer contactos con investigadores con intereses similares.
Los tres idiomas en que se publica la investigación de agenda gestada en o sobre el área son en primer lugar el español, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que es la lengua más hablada en el continente; en segundo lugar y no con mucha diferencia el portugués, lo cual habla a las claras del desarrollo que tienen este tipo de investigaciones en el único país lusoparlante del área; y por último el inglés, lo cual explica en parte la exclusión de los debates internacionales de la investigación gestada en el área, ya que este es el idioma hegemónico dentro del campo académico. Un dato curioso y revelador: de las 11 investigaciones publicadas en inglés, ocho fueron realizadas por investigadores pertenecientes a universidades de Estados Unidos, otras dos por investigadores brasileños y la restante por profesoras ecuatorianas.
No creo que este sea el lugar ni que cuente con el espacio ni los argumentos para tal discusión pero una vez más lleva a reflexionar sobre la necesidad de emplear el idioma inglés como estrategia para visibilizar la investigación o desarrollar estrategias que posibiliten ganar preponderancia a los espacios donde se publica en las lenguas originarias de cada país.


Gráfico 3. Fuente: Elaboración propia

De los 46 países y territorios dependientes que conforman la región de América Latina y el Caribe se encontró investigación de agenda setting en 11 y como puede inferirse del anterior gráfico, es en Brasil donde más investigaciones de agenda se realizan (58), seguido por México (20), Cuba (16) y Argentina (12).
Como puede observarse estos son de los países del área con mayor población profesional y universitaria (Sato, 2003) y que además, cuentan con un notable desarrollo académico institucional, con numerosos programas de pre-grado y postgrado y una infraestructura considerable para la visibilidad del trabajo científico (a excepción de Cuba en este último aspecto) conformada por bases de datos, repositorios y revistas académicas en el área de las Ciencias Sociales, lo cual podría justificar que sean de los países donde mayor cantidad de investigaciones se desarrollen, y no solamente de Agenda Setting.
Sin embargo, hay un grupo de factores que no deben pasarse por alto y que podrían alterar tanto las cifras como las presencias y las jerarquías. Lo primero es que la mencionada infraestructura para la visibilidad de la ciencia los pone en ventaja a la hora de recuperar la información; segundo, que en el caso específico de Brasil el hecho de contar con un metanálisis anterior realizado por una investigadora local que accedió a recursos a los cuales hubiera sido imposible llegar desde otro país y que amablemente compartió con este investigador, posibilita una recuperación más exhaustiva de la investigación gestada en este país; y tercero, el hecho de que quien escribe pertenezca al sistema universitario cubano y haya realizado estudios de postgrado en México, también justifica el número de investigaciones de estos países tenidas en cuenta.


Gráfico 4. Fuente: Elaboración propia

Por tanto, estos datos no deben asumirse como indicadores conclusivos, sino como pistas que muestran una parte de lo que se ha hecho, pero sobre todo que apuntan hacia lo que está por hacer. Por ejemplo ¿qué pasa con los países o territorios dependientes del Caribe anglófono y francófono? ¿No se realizará más investigación de agenda tomando a estos como objeto de estudio sobre todo si tiene en cuenta que buena parte de su población universitaria se desarrolla en los sistemas educativos de Estados Unidos y Europa? ¿Realmente existen tan pocas investigaciones de agenda en países como Colombia o Chile, sobre todo en este último donde incluso Maxwell McCombs ha sido profesor visitante de varias universidades? ¿Es posible que no se hayan realizado algunas investigaciones de agenda en otras naciones como Costa Rica, Bolivia, Uruguay o Panamá, por solo citar algunas? ¿Cómo se alterarían estas cifras si otros investigadores se dieran a la tarea de rastrear en bibliotecas, archivos y universidades de sus respectivos países aquellas investigaciones que no logran entrar a las bases de datos?
Como ya se dijo, los datos aquí presentados no pretenden ser un retrato de LA investigación de agenda en América Latina y el Caribe, solo es una primera e incompleta aproximación a partir del material que se ha podido recuperar y que –valga la reiteración- tiene como objetivo provocar a otros para que se unan a la búsqueda.
Un último dato respecto a los países donde se realiza investigación de agenda. Si se toman en cuenta solamente aquellas investigaciones gestadas desde América Latina y por investigadores pertenecientes a instituciones del continente el total descendería a 124 y quedarían solamente nueve países, ya que diez investigaciones (dos sobre Venezuela, otra sobre Islas Vírgenes de los Estados Unidos, otra sobre Guatemala y seis sobre Chile) fueron llevadas a cabo por investigadores radicados temporal o definitivamente en universidades norteamericanas, cifra pequeña si se compara con la investigación de agenda de otras regiones como Asia y África, en las cuales predominan los estudios realizados por estudiantes de esos países que cursan sus doctorados en Estados Unidos. En el caso de América Latina, el grueso de la investigación se gesta y desarrolla desde su interior.
Después de este conjunto de datos cuantitativos es hora de adentrarse en otros indicadores que digan un poco más sobre cómo es la investigación de agenda que se realiza en la región. Lo primero es que de esos 134 trabajos, 108 son investigaciones empíricas y 26 constituyen análisis o revisiones teóricas que toman como objeto de estudio a la propia Agenda Setting. Contrario a lo que pudiera pensarse, la cifra indica que se dedica espacio a la teorización sobre el fenómeno en el área, sin embargo, los números suelen ser engañosos y cuando se analiza cuántos de estos trabajos presentan matices críticos o propuestas novedosas sobre la teoría solamente se encuentran 7 análisis que formulan críticas propias, sugerencias de ampliación o debates novedosos y 5 que retoman señalamientos de otros autores. Por si esto no bastara, dentro de la investigación empírica solo 16 enuncian limitaciones de la teoría o realizan propuestas innovadoras, y en algunos casos, solo queda a nivel discursivo, es decir, que no viene acompañado de una solución, ya sea teórica o metodológica, en el marco del estudio que se realiza. Y estos datos son un llamado de atención: crece el uso de la Agenda Setting pero no viene aparejado de una asimilación crítica de la misma, lo cual más allá de lo que significa para su desarrollo, constituye un peligro nada desdeñable si se tienen en cuenta las enormes diferencias socioculturales, políticas y académicas entre los países de la región y aquellos en los que fue creada y desarrollada esta teoría; y por otro lado, el empleo fundamentalmente instrumental que se ha hecho de la misma.
Otro dato que puede calzar lo anterior. De esas 134 investigaciones solamente 53 se valen o proponen otras teorías para complementar el abordaje de su objeto de estudio y lamentablemente en varias de ellas, simplemente se enuncian como meras referencias sin hacer uso de categorías o presupuestos conceptuales que realmente incidan sobre la manera de entender el fenómeno. Por otro lado, 81 investigaciones son "teóricamente puras", se valen únicamente de los postulados de la Agenda Setting,  lo cual no es un problema per se, pero si se tiene en cuenta la naturaleza multidisciplinar del campo de la comunicación, la creciente necesidad de transdisciplinariedad para abordar los fenómenos de una sociedad cada más compleja e interrelacionada, y las múltiples limitaciones epistemológicas y metodológicas que han sido señaladas a la Agenda Setting durante décadas; pues entonces habría que reconsiderar cuán acertada resulta esta posición "purista", por llamarla de algún modo.
En total son 28 las teorías, hipótesis o categorías que se sugieren o emplean como complementarias a la Agenda Setting (Gráfico 5), siendo la Sociología de la Producción de Noticias (incluido el Newsmaking), el Framing y la Teoría Sociológica de Niklas Luhmann (en diferentes aspectos de la misma) las más citadas. Las restantes teorías que fueron mencionadas en más de una ocasión fueron la Teoría de los Campos de Pierre Bourdieu y la Hipótesis de la Brecha del Conocimiento (Gap Hypothesis). El resto solamente se enunciaron en una ocasión y se agrupan en la categoría Otras donde pueden encontrarse algunas conocidas como la Teoría Social de la Comunicación de Manuel Martín Serrano, la Espiral del Silencio de Elisabeth Noelle-Neumann, la Etnografía Crítica de Audiencias, el Marketing Político, las Hipermediaciones, la Epistemología de Imre Lakatos y otras no tanto como la Hipótesis de la Disponibilidad Heurística o la Teoría Subrepticia de Cherkaoui, por solo citar algunas.
De aquí puede extraerse otro dato y una conclusión importante. Lo primero es que son fundamentalmente la Comunicación y la Sociología, por ese orden, las disciplinas en las cuales se buscan los complementos a la Agenda Setting, y luego le siguen la Ciencia Política y la Psicología, lo cual se ajusta bastante a la herencia disciplinar del propio campo de la Comunicación.


Gráfico 5. Fuente: Elaboración propia

Pero lo más importante resulta mirar cuáles son las áreas conflictivas o limitaciones de la investigación de agenda que se buscan solucionar echando mano de otras teorías. Y precisamente son: 1- las dificultades para entender el proceso de conformación de las agendas mediáticas –de allí la preponderancia de la Sociología de la Producción de Noticias, señalamiento que fue enunciado tempranamente desde esta región por la mexicana Cecilia Cervantes (1999)- y 2- los excesos de ciertas metodologías cuantitativas que dificultan aprehender la complejidad discursiva de los mensajes, por ello las referencias al Framing.
Sin embargo, lo más ilustrador de esta situación es que las carencias fundamentales de tipo sociológico y epistemológico que han sido señaladas a los estudios de agenda por otros autores (Dader, 1990; Gallego, 2013; Kosicki, 1993; Ngoa, 2006; Takeshita, 2005) no están constituyendo la principal atención de quienes desde América Latina buscan superar las limitaciones que impiden a la Agenda Setting una mejor comprensión de su objeto de estudio.
Las áreas más investigadas como se muestra en el Gráfico 6 son la propia agenda de los medios, centrada fundamentalmente en la presencia de objetos y atributos –lo cual viene a entroncarse con una fuerte tradición de estudio del tratamiento periodístico que ya existía en el continente- y la relación que se establece entre la agenda mediática y la agenda pública. Respecto al primer tema debe decirse que son más las investigaciones que se quedan a un nivel descriptivo de las temáticas que conforman la agenda de uno o varios medios, que aquellas que proceden a analizar su proceso de construcción (agenda building).
En cuanto a las relaciones entre agenda mediática y agenda pública, este ha sido el tema por excelencia de la investigación de Agenda Setting, y en América Latina este tipo de estudios ha replicado una de sus grandes dificultades: ver en un solo sentido el efecto de fijación de agenda, de los medios al público7, en lo cual influye el poco uso que se hace de los indicadores del mundo real y el tipo de diseños empleados para los estudios.
Pudieran ser tres los factores que incidan en esta distribución temática. En primer lugar considero que influye la dificultad de los diseños requeridos para cada una de estas investigaciones y los recursos con que se cuentan para ellas. Un estudio de la agenda mediática puede resolverse con análisis de contenido y acceso al material, mientras que un análisis sobre los determinantes en la construcción de la agenda requeriría de permisos y tiempo para poder realizar observaciones y entrevistas a los implicados; lo mismo sucede con la determinación y estudio de las agendas pública y políticas, al igual que las relaciones entre estas con la agenda mediática como intermediaria y las condiciones contingentes que intervienen en el efecto de fijación.
Un segundo elemento es el nivel de actualización que se tiene en el continente sobre los desarrollos de la Agenda Setting, ello explica que determinadas áreas como la intermedia agenda-setting, la agenda melding, las consecuencias de la agenda setting o el tercer nivel de fijación de agenda no aparezcan o estén pobremente representados en los estudios del continente, en algunos casos como temáticas secundarias8.


Gráfico 6. Fuente: Elaboración propia

Y un tercer factor a tener en cuenta –y de hecho, muy importante- es que el papel preponderante de los medios de comunicación en la compleja escena política del continente junto a la tendencia mediacéntrica de los estudios en Comunicación, hace que la balanza se incline en función del estudio de estos y sus relaciones con la sociedad restando atención a otros elementos ajenos a los medios de comunicación pero que tienen incidencia en la conformación y transferencia de relevancia entre las distintas agendas.
Algunos datos llamativos sobre las temáticas estudiadas. Muchos de los estudios empíricos se centran en la investigación de events, acontecimientos puntuales cuya presencia y duración en la agenda puede ser efímera o discontinua, destacando las campañas electorales (Acosta Peña, 2011; Lozano, 2012), los escándalos mediáticos (Meyer, 2009; Rausch, 2009), acontecimientos políticos (Koziner & Zunino, 2013), los  grandes eventos (Mezzaroba & Pires, 2010; Paulin, 2009); lo cual justifica la preponderancia de diseños investigativos de corta duración temporal, sobre todo cuando se analiza relaciones entre agendas. No se pudo encontrar en la investigación de América Latina un diseño investigativo que cubra largo períodos temporales semejante al realizado en Estados Unidos por Ray Funkhouser (1973) sobre los grandes temas de la década del sesenta en ese país. No obstante debe destacarse la existencia de cuatro estudios históricos de agenda, algo que no es muy común; uno de ellos situado a finales del siglo XIX (Becker, 2007), otro a principios del XX (Duarte & Müller, 2006) y dos en los años sesenta (Chaves, 2014; Paulin, 2009), todos realizados por autores brasileños. Otros temas originales que pueden resaltarse son el estudio de la fijación de agenda en el ámbito de la Comunicación Organizacional (Soares, 2007) y sobre la presencia del rumor en la agenda pública y su incidencia en la construcción de la agenda mediática (Anazco, 2014).
De los diferentes tipos de medios son los periódicos los más estudiados (en parte por la facilidad para trabajar con las muestras seleccionadas), seguido por la televisión, la televisión y los periódicos conjuntamente, y a continuación se ubican aquellos estudios que combinan estos y otros tipos de medios, los cuales tienen la posibilidad de entender el fenómeno de fijación de agenda con mayor amplitud. Como viene siendo característico en la investigación comunicológica de las últimas décadas, la radio fue el medio menos atendido, siendo incluido en dos de las investigaciones que tenían en cuenta varios medios y solo una (Acosta Peña, 2011) se dedicó al estudio exclusivo de este medio. Los medios digitales y redes sociales como es lógico aún son poco analizados, en lo cual debe influir la escasez de metodologías disponible para ello, aunque en los últimos cuatro años ha crecido el número de investigaciones que los tiene en cuenta, tendencia que debe seguir aumentando por la preponderancia que estos siguen adquiriendo en las sociedades contemporáneas. Si se realiza una agrupación de los tipos de medios estudiados por países (Gráfico 8) se observa que son Brasil, Cuba y México también los países con más variedad.


Gráfico 7. Fuente: Elaboración propia


Gráfico 8. Fuente: Elaboración propia9

Por último, en cuanto a las técnicas utilizadas por los investigadores, debe decirse que salvo excepciones, no se aprecia mucha originalidad en este aspecto y que la investigación gestada en el continente, metodológicamente es muy similar a los estudios clásicos de Agenda Setting. Debido al predominio del estudio de la agenda mediática, la técnica más empleada es el análisis de contenido, principalmente cuantitativo aunque también cualitativo, lo cual coincide con la tendencia internacional (Kim & Kim, 2014). El análisis de contenido se empleó fundamental para la determinación de las agendas mediáticas y en menor medida para la identificación de las agendas políticas y de instituciones a partir de los análisis de programas políticos, de gobierno o de trabajo.
Debe señalarse que una de las críticas a los estudios de agenda en general es haber obviado las características propias del contenido visual de los mensajes televisivos a la hora de determinar las agendas de la televisión (Graber, 2004; McCombs, 2010; Reese, 2001) , sin embargo, a pesar de la gran cantidad de investigaciones de la muestra que estudiaron la televisión, solo dos (Mondragón, Hermelin, & Moreno, 2013; Rodríguez, 2014) prestaron atención a dicha crítica y declararon como técnica el análisis de contenido que tuviera en cuenta las características propias de este lenguaje y no solo el texto de la información, el tiempo de duración y su ubicación en parrilla.


Gráfico 9. Fuente: Elaboración propia

De acuerdo con Kim y Kim (2014) la segunda técnica más empleada internacionalmente en la investigación de agenda es la encuesta, sin embargo en América Latina ese lugar lo ocupan las entrevistas por dos motivos fundamentales. Uno es la complementación de la Agenda Setting con la Sociología de la Producción de Noticias, la cual implica indagar con los actores mediáticos sobre las influencias sobre el contenido de los medios y el otro tiene que ver con la conformación de la agenda pública, pues ante la inexistencia en algunos países de mecanismos encuestadores amplios o de recursos para realizar dichos sondeos, varios autores prefieren determinar las principales preocupaciones de la gente a partir de entrevistas tanto a las propias personas como a especialistas en aquellos temas identificados en las agendas.
Posiblemente sea el estudio de la agenda pública el área donde mayores innovaciones metodológicas se aprecian en la investigación del continente, empleando la triangulación de técnicas como encuestas y entrevistas en profundidad (Aparicio, 2005), observación de campo y entrevistas semiestructuradas (dos Santos, 2009), mecanismos encuestadores, cartas de lectores y entrevistas a expertos en temas de la realidad nacional (Rosabal & Gallego, 2010) o los diagnósticos locales comunitarios (Zapata, 2009), el análisis de indicadores del mundo real (Malinverni, Cuenca, & Brigagão, 2012), o el uso de las menciones en redes sociales como Twitter (Nascimento, Cardoso, Rocha, & de Ávila, 2011); que tal vez cada una de ellas por separado de lugar a diferentes tipos de sesgos y no alcancen la amplitud de un sondeo realizado por una encuestadora, pero que al conjugarse logran un  grado de profundidad y certeza que a veces no poseen las respuestas obtenidas con la clásica pregunta PMI.
Para finalizar solamente dos comentarios. Primero, que llama la atención que a pesar del aumento de investigaciones relacionadas con el entorno digital, aun no aprovechan lo suficiente las herramientas web con todas las posibilidades que estas ofrecen (un tema que da para una discusión mucho mayor) y segundo, que es visible en muchas investigaciones la falta de rigor metodológico tanto en la conformación y explicitación de los diseños como en la aplicación de los instrumentos y análisis de los datos construidos, lo cual puede poner en entredicho la fiabilidad de los resultados.

5. Conclusiones

Aunque la investigación de Agenda Setting se desarrolló tardíamente en América Latina, puede decirse que en la última década este tipo de investigación experimentó un desarrollo considerable que aún no ha sido lo suficientemente valorado internacionalmente ni al interior del propio continente.
Una primera recuperación de las investigaciones realizadas en o sobre América Latina y el Caribe que utilizan como soporte teórico y conceptual la Agenda Setting o la asumen como objeto de estudio, arrojó un resultado de 134 investigaciones que cumplían con estos criterios de selección, repartidas entre artículos, ponencias, tesis, informes y libros.
Los períodos de mayor desarrollo de la investigación de agenda en el continente fueron los quinquenios de 2010-2014 y 2004-2009, siendo Brasil, México, Cuba y Argentina los países con mayor presencia dentro de la muestra y con mayor variedad de investigaciones de acuerdo al tipo de medios. Predominaron las investigaciones empíricas y las principales áreas estudiadas fueron las agendas mediáticas, su relación con la agenda pública y la propia teoría de la Agenda Setting, siendo el análisis de contenido, las encuestas, las entrevistas y la observación las técnicas de investigación más recurrentes.
No obstante debe señalarse que el aumento cuantitativo de investigaciones de agenda no ha estado acompañado por una asimilación crítica de esta teoría, lo cual se aprecia en la reproducción de los esquemas clásicos y la desatención a varias de sus principales limitaciones. Aunque en el plano analítico, temático y metodológico pueden destacarse algunas iniciativas originales, estas no constituyen la generalidad.
Con casi tres lustros de desarrollo continuado en el continente, la investigación de Agenda Setting gestada desde América Latina debe entrar en una fase de maduración que le permita una mejor comprensión de su objeto de estudio sobre todo cuando este se ubica en contextos socioculturales, económicos y mediáticos muy diferentes a aquellos en los que se gestó y desarrolló originalmente la teoría. Ello exige altas dosis de creatividad e innovación que no van a emerger por "generación espontánea" sino que serán resultado del estudio serio, constante y profundo de la realidad latinoamericana de nuestros países y de los avances fundamentales en los campos de las Ciencias Sociales, la Comunicación y la investigación de agenda desarrollada en el resto del mundo, y fundamentalmente dentro del propio continente, para lo cual resulta indispensable que estudios como este se conviertan en iniciativas colectivas que posibiliten visibilizar, conocer y asimilar el trabajo que día a día se genera desde las diferentes regiones.
Como conclusión y retomando el título de este artículo, podría decirse que la investigación de agenda en el continente existe, pero no se ve… y es necesario, urge, que se vea.

Notas:

1 Estos números se hacen aún mayores si se toman en cuenta las numerosas investigaciones realizadas en universidades e instituciones que no ingresan a los registros de las publicaciones científicas y bases de datos.

2 Debido a esta expansión vertiginosa y su incursión en diversos campos, algunos autores han acusado a la Teoría de la Fijación de Agenda y a sus principales representantes de expansión excesiva del concepto y colonización académica (Kosicki, 1993; Valbuena, 1997).

3 Solamente se incluyen los trabajos "Madam or Mr. President? Chile's Michelle Bachaelte, press coverage and public perceptions" de Sebastián Valenzuela y Teresa Correa que estudia la relación entre agenda mediática y agenda pública en un país latinoamericano, pero realizado por investigadores que pertenecen a la Universidad de Texas at Austin, en Estados Unidos; y "Materialism, Postmaterialism and Agenda-Setting Effects: The Values–Issues Consistency Hypothesis" también de Valenzuela, pero resultado de investigaciones realizadas en Canadá.

4 Entre las excepciones más notables se encuentran México y Argentina con los repositorios CC-DOC y SIU BDU respectivamente, y Brasil con las bases de datos de CAPES y las de los congresos y encuentros de investigadores de la Comunicación y el periodismo; pero tampoco poseen ni la exhaustividad ni la accesibilidad necesaria como para poder mapear y revisar toda la investigación sobre comunicación que en dichos países se genera.

5 Es necesario apuntar que el metanálisis de Kim y Kim solo recupera investigaciones publicadas en forma de artículo alojadas en las bases de datos Academic Search Premier y Communication & Mass Media Complete lo cual reduce la cantidad, mientras que para este estudio se tienen en cuenta otros formatos y se realizaron búsquedas en otros espacios.

6 Debe señalarse que algunas investigaciones fueran recuperadas varias veces en diferentes formatos (ponencias en congresos que luego se publicaban como artículos, tesis doctorales que luego aparecían como libros, etc.). En estos casos, como la investigación era la misma y solo cambiaba el formato de presentación o algunos aspectos menores, se decidió contabilizarla una solo vez y escoger el formato de presentación que mayor cantidad de información y grado de elaboración exhibiera.

7 En una de las investigaciones de la muestra, Leonardo Medeiros Barretta (2012) utiliza el término contra-agendamento para señalar la necesidad de investigar el efecto de fijación de agenda desde el público hacia los medios, aunque debe decirse que esta no es una crítica original pues desde bien temprano McLeod, Becker y Byrnes (1974) advirtieron sobre las dificultades de la Agenda Setting para determinar la direccionalidad del efecto, crítica que sería retomada más adelante por Behr e Iyengar (1985) y que ha continuado dando de qué hablar hasta la actualidad.

8 En el Gráfico 6 solamente se muestran las áreas de estudio que constituyen la temática principal de cada investigación, no obstante en alguna de ellas se investigan de manera secundaria otras temáticas como la temporalidad de la fijación de agenda (D'Adamo, Freidenberg, & García Beadoux, 2000), la intermedia-agenda setting (Casermeiro, 2004; Magalhães & Carmo, 2009; Valenzuela & Arriagada, 2009) , las condiciones contingentes (Aparicio, 2005; Casermeiro, 2004), las cuales no aparecen representadas –o lo están, pero muy escasamente- en el gráfico y que enriquecen el panorama investigativo de la Agenda Setting en la región.

9 Guatemala no aparece representada en este gráfico, pues la única investigación encontrada (Krause, 2014) no analiza ningún medio en específico ya que realiza un estudio de laboratorio utilizando noticias construidas. También podrá observarse que en el caso de algunos países la suma de las investigaciones por medio no coinciden con la cifra general de investigaciones del país, ya que algunos estudios no analizan directamente ningún medio.

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Fecha de recepción: 18-09-2016.
Fecha de aceptación: 21-12-2016.

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