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vol.41 issue2Un sistema de manejo conservacionista: Esta técnica agronómica mejora la condición hídrica del suelo y, en consecuencia, contribuye a aumentar los rendimientos de los cultivos y las reservas de carbono. Así lo confirmó un ensayo de 20 años del INTA Manfredi, en Córdoba author indexsubject indexarticles search
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RIA. Revista de investigaciones agropecuarias

On-line version ISSN 1669-2314

RIA. Rev. investig. agropecu. vol.41 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Aug. 2015

 

EDITORIAL

La importancia del suelo

 

Este año 2015 ha sido declarado "Año Internacional de los Suelos" por la FAO, dirigiendo así la atención pública mundial hacia el cuidado y la protección de los suelos, que son considerados "cuna de la vida".
Luego de haber perdido importancia en la agenda global durante los últimos años del siglo pasado, los suelos han recuperado nuevamente en este siglo la atención por parte de los tomadores de decisión. A modo de ejemplo, puede señalarse la creación en 2013 en la órbita de FAO de la Alianza Mundial por el Suelo (www.fao.org/globalsoilpartnership/alianzamundial-por-el-suelo/es/), organismo en el cual participan todos los países nucleados en el organismo, entre ellos la Argentina.
No existe un único motivo por el cual los suelos habían perdido relevancia a nivel global, pero a ello habrían contribuido las consecuencias de la así denominada "revolución verde" comenzada por la década de los 60, que fomentó los aumentos de rendimiento de "commodities" como el trigo y el arroz basados en mejoras de tipo genético y la incorporación masiva de insumos externos, como fertilizantes y agroquímicos. Si bien la "revolución verde" fue altamente exitosa en términos de haber podido asistir con alimentos a la población de países del tercer mundo, acarreó consecuencias ambientales negativas, como el agravamiento de la degradación irreversible de suelos (ej. erosión, salinización) y la contaminación de acuíferos.
Estos problemas, sumados a la toma de conciencia sobre el cambio climático y sus consecuencias dramáticas, determinaron el regreso de los suelos a la agenda global en el siglo actual. Es probable que se esté arribando al límite en cuanto a la disponibilidad de nuevas tierras fértiles para poner en cultivo, mientras que la deforestación no es más una opción para incrementar la producción agropecuaria en forma sustentable. Los suelos están siendo objeto de crecientes presiones de uso, determinadas por el incremento de la población mundial y la demanda sostenida de alimentos, fibras y la novedad de los cultivos bioenergéticos. Países como la Argentina, que aún disponen de gran cantidad de suelos de buena calidad y reservas de agua dulce, serán seguramente el foco de atención de la comunidad internacional en los años venideros.
La pregunta es de qué manera haremos frente a esas presiones internacionales, cuando los suelos han sido hasta el presente (y lo seguirán siendo) nuestra principal fuente de ingreso de divisas por ingresos de exportación. Si bien la Argentina parte de una base no desdeñable, como es la masiva adopción de la siembra directa por los agricultores, existen una serie de demandas insatisfechas a las que los próximos gobiernos nacionales y provinciales deberán hacer frente. Entre ellas, puede mencionarse la necesidad de diversificar nuestras producciones y rotar cultivos en los suelos, integrar distintos tipos de producciones y reciclar nutrientes, mejorar la trazabilidad de nuestros productos, y atender las necesidades de todos los tipos de productores agropecuarios.
Seguramente no son las únicas demandas, pero quizás la más importante desde el punto de vista de los suelos es la necesidad urgente de una ley nacional de suelos, que surja del acuerdo y el convencimiento entre sectores agrarios y externos.
Para hacer frente a estos cambios y renovada puesta en agenda de la temática de los suelos, el INTA tomó la decisión en 2014 de crear el Programa Nacional Suelos dentro de la cartera programática de la Institución. Este Programa reúne la participación de todos los especialistas de suelos que trabajan en el INTA, asociados con especialistas de otras instituciones, teniendo por objetivo responder a las demandas actuales y futuras de nuestro país.
Mientras tanto, este número de la revista intenta sumar una serie de trabajos realizados por científicos y técnicos del INTA y de otras instituciones, que tienen a los suelos como tema central. Debe destacarse como mérito del INTA el mantenimiento de los ensayos comparativos de labranzas en muchas Estaciones Experimentales, algunos de los cuales cumplen 20 años, como es el caso de la EEA Manfredi, que da lugar a uno de los trabajos de este número. No es un aniversario menor para un país como el nuestro, en el cual a menudo se pierde la perspectiva del largo plazo. Esperamos que muchos de los trabajos que aquí se muestran sirvan no sólo para atender demandas actuales, sino también para abrir nuevas líneas de trabajo con renovadas ideas, lo cual es un punto de partida esencial para mantener despierto el interés por los suelos.

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