Introducción
Históricamente el sector lechero ha enfrentado situaciones multifactoriales que afectan la productividad del hato, por lo cual se está constantemente en la búsqueda de herramientas que ayuden en la solución de dicha problemática. El bienestar animal es un tema que actualmente ha tomado auge en el mundo, dejando de ser una corriente meramente filosófica para convertirse en una ciencia con repercusiones éticas, productivas y económicas 18,21,29.
En los últimos años ha sido tema de investigación con el objetivo de desarrollar métodos para evaluarlo a nivel de granja y ofrecer al productor herramientas que le permitan aplicar estrategias que lo mejoren, aumentando en forma indirecta la productividad de los animales 2,26.
Se ha definido bienestar animal como “el estado de un individuo en sus intentos de mantenerse en equilibrio con su ambiente” 4; “cualquierpunto de la calidad de vida que pueda tener influencia en el estado físico o mental de un animal’ 32; se ha dicho también que un animal que vive con bienestar es aquel que está sano y tiene lo que quiere 9.
Para la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el bienestar animal designa “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere” considerando que debe estar sano, cómodo, bien alimentado, que tiene la posibilidad de expresar formas innatas de comportamiento y que no sufre estados emocionales negativos como dolor, estrés, miedo o angustia, entre otras 22.
El concepto de bienestar animal implica un estado dinámico de un individuo en relación con los mecanismos biológicos que utiliza para adaptarse positiva y exitosamente ante los cambios del ambiente, involucrando salud, confort y estado emocional 8.
Debido a la importancia y contribución del bienestar animal en la sanidad y la productividad del ganado, así como a la necesidad de reconocer su importancia en el comercio internacional, la OIE recomienda establecer a nivel mundial principios de bienestar animal en los procesos productivos, por lo cual alienta el incremento de la investigación y la capacitación en esta temática.
En México, como en la mayoría de los países de América Latina, no se considera la evaluación del bienestar animal durante el proceso productivo de las unidades de producción de leche como una práctica rutinaria, pese a la evidencia científica que muestra su importancia en la productividad de los animales e inocuidad de la leche.
Para evaluar el bienestar de los animales es necesario considerar tres factores importantes: el funcionamiento biológico (salud, reproducción, productividad), la naturalidad (comportamiento) y el estado afectivo (estados mentales) 5,10,27; al integrar estos tres factores en una estrategia de evaluación, se estará más cerca de evaluar el estado real del animal respecto a su bienestar, ya que el logro de uno sólo no garantiza que se logre un estado de bienestar 27.
El esfuerzo por desarrollar métodos para evaluar el bienestar animal en las unidades de producción ha crecido dramáticamente desde finales de la década de 1990, y esto puede evidenciarse con la publicación de diversos protocolos, entre los cuales destaca el desarrollado por el proyecto europeo Welfare Quality® para la evaluación en diversas especies 1,17.
En el protocolo para la evaluación del bienestar en ganado lechero propuesto por la Welfare Quality, se incluyen 4 principios de evaluación del bienestar animal: buen alojamiento, buena alimentación, buena salud y comportamiento apropiado.
Respecto al bienestar de la vaca lechera, un punto clave es que ésta pueda permanecer descansando el mayor tiempo posible, por lo que no debe impedirse o afectarse el número de horas que dedique para descansar; el descanso es una conducta que tiene relación directa con diferentes medidas del alojamiento, y se considera una conducta inelástica, y por lo tanto, una necesidad biológica de alta motivación para realizarla; la imposibilidad de realizarla le repercute al animal en serios problemas de salud, productividad, comportamiento y estados emocionales negativos.
La Tabla 1 muestra como la vaca divide las 24 horas del día para realizar diferentes actividades. Tal como se muestra en dicha tabla, la vaca dedica la mayor cantidad de tiempo para estar echada y descansar; sin embargo, una vaca que esté echada no necesariamente está descansando; el lugar de descanso, ya sea en cubículos (echaderos), asoleaderos o algún otro lugar, debe estar en condiciones adecuadas para que las vacas descansen confortable y relajadamente.
Las vacas tienen una alta motivación para descansar, y aunque prefieren hacerlo en un lugar confortable, si éste no existe, se echarán donde puedan aunque no estén cómodas, y por consiguiente, estén en estrés continuo, lo que resulta en una disminución del tiempo de descanso con varias repercusiones adversas para el bienestar de las vacas.
El descanso adecuado tiene diversos beneficios: menor estrés en las patas, lo que repercute en menor incidencia de cojeras; mayor flujo sanguíneo hacia la ubre, lo cual redunda en mayor producción de leche; y mejor estado general del animal, lo que trae como consecuencia mayor eficiencia económica de la unidad de producción 6.
Por lo anterior, el objetivo de esta investigación fue evaluar variables relacionadas con el alojamiento como indicador de bienestar en vacas lecheras en establos de mediana y baja producción.
Material y métodos
Localización
Esta investigación se realizó en siete municipios del Valle de Tulancingo, ubicados en el Estado de Hidalgo y del Estado de México, en la República Mexicana. Se evaluaron aproximadamente 2600 vacas en producción, de la raza Holstein, en sistemas de producción a baja y mediana escala, utilizando parcialmente la metodología propuesta en el protocolo de la Welfare Quality para la evaluación de bienestar animal en ganado lechero.
2. Variables de respuesta
Un resumen de las variables estudiadas se presenta en la Tabla 2.
2.1. Variables que evalúan la conducta de reposo con relación al alojamiento
a) Tiempo requerido para echarse. Para medir esta variable se consideraron todos los movimientos observables necesarios para echarse. El conteo inició cuando una articulación del carpo se inclina y baja, y terminó cuando el cuarto trasero del animal ha caído. El tiempo en segundos se registró individualmente, y cada vaca se clasificó en uno de tres rangos: tiempo menor a 5.2 segundos, considerado como el rango normal; tiempo entre 5.3 y 6.3 segundos, considerado como un problema moderado; y tiempo mayor a 6.3 segundos, considerado como un problema grave; posteriormente se calculó el porcentaje de vacas en cada rango.
b) Porcentaje de vacas que colisionan al momento de echarse. Una colisión se define como el contacto que ocurre cuando cualquier parte del cuerpo de la vaca choca con alguna parte de la instalación al momento de echarse. Considerando lo anterior, se registró la colisión al momento de presentarse cuando la vaca se echa, calculando posteriormente el porcentaje de vacas que colisionaron.
c) Porcentaje de vacas que descansan parcial o totalmentefuera de la zona de descanso. Se cuantificó el número de vacas que estaban echadas y cuántas de ellas tenían su cuarto trasero en el borde del echadero o completamente fuera del mismo. En unidades de producción donde no existían cubículos o echaderos individuales, se consideraron características inadecua das del piso donde las vacas se echaban, tales como pisos mojados, con piedras y con exceso de excremento, entre otras. Posteriormente se calculó el porcentaje de animales echados parcial o totalmente fuera del echadero, o en pisos inadecuados.
2.2. Variables que evalúan la limpieza corporal con relación al alojamiento
La limpieza se define como el grado de suciedad, y se considera como mínimo una capa de suciedad del tamaño de la palma de la mano o más de la mitad de la zona en cuestión para considerarla como sucia; las partes consideradas fueron cuartos traseros, flancos y ubres. Para realizar esta evaluación, se observó a cada animal por ambos lados y por detrás, calculando posteriormente:
a) porcentaje de vacas sucias de las patas traseras
b) porcentaje de vacas sucias de los flancos
c) porcentaje de vacas sucias de las ubres
2.3. Variables que evalúan el estado sanitario con relación al alojamiento
a) porcentaje de vacas con diferente grado de cojera. Para evaluar los diferentes grados de cojera, se hizo caminar a la vaca a evaluar, en línea recta sobre una superficie nivelada y no resbaladiza; se observó por detrás y por ambos lados. La calificación fue individual, y cada vaca se clasificó como no coja (sincronización del paso y soporte de peso igual en los 4 miembros), coja (ritmo desigual) o muy coja (no soportar el peso en una extremidad). Posteriormente se calculó el porcentaje de vacas en cada grado de cojera.
b) porcentaje de vacas con áreas sin pelo. Se consideró área sin pelo al área de piel no dañada, con adelgazamiento de la capa y posible hiper queratosis. Se consideraron las áreas sin pelo mayores a dos centímetros, ubicadas en cualquier parte del cuerpo. Se calculó el porcentaje de vacas que presentaron áreas del cuerpo con tal característica.
c) porcentaje de vacas con lesiones o inflamaciones. Se consideró lesión o inflamación a la piel dañada ya sea con costra o herida, dermatitis por ectoparásitos, falta total o parcial de pezones y lesión de la oreja debido a arrancamiento de arete. Se calculó el porcentaje de vacas que presentaron áreas del cuerpo con esta característica.
En la Tabla 3 se presenta la clasificación de los parámetros esperados de las variables asociadas al alojamiento, propuestos por Welfare Quality31, y que fue la base para clasificar los resultados de esta investigación.
2.4. Aspectos éticos
Las vacas lecheras consideradas en esta investigación, no fueron sometidas a ningún manejo extra al que recibían de manera rutinaria en la unidad de producción que pudiera ocasionarles riesgo o sufrimiento, ya que la evaluación se basó exclusivamente en la observación, registro y análisis de datos, tal como se describe en el apartado “Variables de respuesta” de material y métodos. Por lo tanto, no se estimó necesario contar con el aval de un comité de ética y cuidado animal para la realización, dada la naturaleza exclusivamente observacional de esta investigación.
Resultados
1.Variables que evalúan la conducta de descanso con relación al alojamiento como indicador de bienestar animal.
Respecto al tiempo necesario para echarse, se encontró que 44.47% de las vacas lo hicieron en menos de 5.2 segundos, considerado como el tiempo promedio normal que una vaca necesita para realizar esa conducta. Sin embargo, 38.89% de las vacas necesitaron entre 5.2 y 6.3 segundos, lo que se asocia con problemas moderados en la conducta de reposo; 16.64% de las vacas necesitaron más de 6.3 segundos, lo que se asocia con graves problemas en la conducta de reposo. Se encontró también que 100% de las vacas evaluadas se echaron total o parcialmente fuera del echadero en unidades de producción que cuentan con echaderos individuales, o en pisos inadecuados en aquellas que no contaban con echaderos individuales. Además, se encontró que 30% de las vacas que se echaron, colisionaron con alguna estructura que forma parte de las instalaciones como tubos o bardas (Tabla 4).
2.Variables que evalúan la limpieza corporal con relación al alojamiento como indicador de bienestar animal.
Respecto a la limpieza de las vacas, se encontró que el grado de suciedad en las tres áreas corporales que se evaluaron, constituye un problema grave, ya que el 97% de las vacas presentaron suciedad en las patas traseras, 76% suciedad en las ubres y 85% suciedad en los flancos (Tabla 4).
3.Variables que evalúan el estado sanitario con relación al alojamiento como indicador de bienestar animal.
Respecto al estado sanitario en lo referente al porcentaje de vacas con diferente grado de cojera, se encontró 4% de vacas muy cojas, mayor al porcentaje indicado en el protocolo como máximo aceptable (3%); y 5% de vacas cojas, menor al mínimo aceptable (7%). Se encontró que 42% y 16% de las vacas evaluadas presentaron áreas sin pelo y con lesiones y/o inflamación, respectivamente, resultados que constituyen un problema grave, ya que lo máximo aceptable según el protocolo utilizado es de 10% para cada característica evaluada (Tabla 5).
Discusión
Los resultados encontrados en la valoración de las variables que evalúan la conducta de descanso reflejan que los espacios destinados para esta conducta no son los apropiados, y evidencian diseños inadecuados y espacios limitados, donde predominan espacios mojados, con piedras y exceso de excremento. Al no haber espacios suficientes y adecuados para echarse y descansar, el bienestar y la productividad de la vaca disminuyen.
La colisión de las vacas cuando se echan se interpreta como falta de comodidad y puede ocasionarles lesiones en diferentes partes del cuerpo, y reducir el tiempo de descanso. La disminución en el tiempo dedicado al descanso ocasionado por espacios inadecuados puede conducir por lo menos a dos de los principales problemas de bienestar en ganado lechero.
En primer lugar, el riesgo de cojera aumenta si los animales no descansan lo suficiente, esto es particularmente importante en el ganado lechero. En segundo lugar, las vacas lecheras tienen una fuerte motivación para descansar, conducta que se considera inelástica (Tabla 1), si no lo hacen, pueden experimentar estados emocionales negativos como la frustración y la angustia 7,11,20.
Cuando los espacios dedicados a descansar son inadecuados, los animales pueden presentar secuencias anormales de movimientos para echarse y levantarse, lo que aumenta el riesgo de lesiones, dolor y angustia. Además, espacios de descanso insuficientes pueden ocasionar mayor competencia y mayor número de comportamientos agonistas.
Una de las funciones biológicas del largo período de descanso de las vacas lecheras en superficies confortables y cómodas (limpias, secas y suaves) es el aumento del flujo sanguíneo hacia la ubre y la consiguiente disponibilidad de nutrientes en la glándula mamaria, resultando en el incremento de la biosíntesis de leche, de tal modo que, si el tiempo dedicado al reposo disminuye, la producción de leche disminuirá.
En estudios previos se ha demostrado que, en vacas echadas cómodamente, el flujo sanguíneo hacia la ubre aumenta entre un 15 y 25% en comparación a una vaca que se encuentre de pie; y se estima que se incrementa aproximadamente en un kilogramo de leche producida al día por cada hora adicional de descanso 28,30.
Otro factor que se afecta cuando las vacas no descansan adecuadamente, es la disminución del consumo de materia seca. Se ha observado que cuando se les mantiene de pie (malas condiciones de cubículos o área de descanso) reducen el tiempo dedicado para alimentarse hasta 30 minutos por cada hora adicional que estén de pie, esto es particularmente importante considerando que el consumo voluntario de materia seca es de los principales factores que limitan la producción en la vaca lechera, sobre todo en la etapa de la lactancia temprana 14.
La conducta de descanso es incluso más importante para las vacas lecheras que la conducta de alimentación y la interacción con otras vacas. El tiempo que las vacas dedican al descanso es importante, ya que la reducción del tiempo que permanecen echadas puede afectar tanto a la producción como al bienestar. Cuando está echada, una vaca optimiza la rumia y produce más saliva, reduciendo así el riesgo de acidosis ruminal.
El tiempo de descanso también afecta el tiempo de rumia. Se ha observado que los bovinos pasan significativamente más tiempo rumiando, estando echados que estando de pie; la rumia es indispensable y de suma importancia ya que gracias a ella se utiliza más eficientemente el alimento 26.
Asimismo, el aporte de sangre a la ubre es mayor en una vaca echada (alrededor de 5 L/min) que en una vaca de pie (alrededor de 3 L/min); esto mejora la función de la ubre y aumenta la producción de leche. Cuando una vaca está demasiado tiempo de pie, la presión dentro de la cápsula de la pezuña aumenta y esto produce hipoxia (reducción del suministro de oxígeno) e isquemia (flujo sanguíneo restringido) aumentando el riesgo de cojeras. Por otra parte, la competencia por un lugar cómodo para descansar puede desencadenar conflictos entre las vacas, lo que a su vez puede causar estrés crónico y aumentar el riesgo de enfermedades y problemas reproductivos. El alojamiento tiene un impacto sustancial sobre la conducta de descanso, la salud y el rendimiento de las vacas lecheras 7.
La limpieza de los animales es un aspecto muy importante que se debe considerar como indicador de bienestar animal. Las vacas mantienen generalmente su pelaje limpio, excepto los cascos que pueden ensuciarse al caminar por terrenos con lodo. Un pelaje sucio indica que el animal es mantenido en condiciones precarias de higiene 16.
La falta de limpieza corporal es evidencia de que las vacas se echan en espacios inadecuados, ya sea en pisos mojados o con exceso de excremento, y la presencia de suciedad en las áreas evaluadas es un factor de riesgo importante 23.
Alto nivel de suciedad en las piernas y en flancos, se asocia a mayor riesgo de cojera, dermatitis digital y dermatitis interdigital; alto nivel de suciedad en ubre se asocia a mayor incidencia de mastitis 24,25, ya que se incrementa la exposición a patógenos ambientales, como E. coli y Streptococcus uberi3. La mastitis es de los principales problemas que disminuye considerablemente el bienestar de vacas lecheras, ya que ocasiona dolor intenso y sufrimiento, además de sus repercusiones en la productividad y calidad de la leche 23.
Las afecciones podales se consideran como uno de los factores más importantes que disminuyen el bienestar de las vacas lecheras, sólo superado por problemas reproductivos y mastitis, pues se relacionan con el dolor (experiencia emocional aversiva) que sufren los animales y la alteración de su comportamiento natural, por lo tanto, es muy importante considerarlo en la evaluación del bienestar 12,14,29,33.
La presencia de cojeras limita las conductas de desplazamiento y búsqueda, lo que redunda en la disminución de consumo voluntario de alimento y agua; por su repercusión en la función locomotora y por el agobio de la vaca por el dolor producido, merman la capacidad productiva, disminuyen la condición corporal y la fertilidad, incluso inducen al envejecimiento precoz 15,19,27 lo que eventualmente incrementa la tasa de reemplazo del hato. Las cojeras en vacas son condiciones extremadamente dolorosas y se deben tomar urgentes medidas para reducir su incidencia.
Debe tenerse en cuenta que las lesiones podales o cojeras tienen un origen multifactorial, por lo que en su prevención deben tenerse en cuenta las características del suelo (evitar suelos duros, húmedos y resbaladizos), densidad animal, espacios de comederos, número y diseño de cubículos individuales de descanso, áreas de sombra, cambios frecuentes en la composición social del grupo, diseño de pasillos, manejo brusco de los animales, estrés calórico, cambios bruscos en la alimentación, cuidado inadecuado de pezuñas, y en general, prácticas que obliguen a las vacas a permanecer dema siado tiempo de pie 6.
Las lesiones corporales pueden ser también indicadores de instalaciones mal diseñadas o insuficientes, y de que los animales descansan en lugares inapropiados; pueden causar dolor agudo o crónico, y es -por lo tanto- un problema de bienestar. Los flancos y las patas son las partes del cuerpo que se lesionan con mayor frecuencia en animales de granja.
Estas lesiones interfieren con el comportamiento normal y la locomoción, y pueden tener efecto debilitante mediante la privación de la alimentación. Las heridas pueden infectarse y, en algunas circunstancias, pueden ocasionar enfermedad sistémica. Infecciones, enfermedad sistémica secundaria a las lesiones, así como el efecto debilitante de algunas lesiones, pueden ocasionar que los animales sean sacrificados de manera precoz 14,33.
La ubicación de lesiones e inflamaciones o áreas sin pelo puede servir para ubicar el origen del problema; las encontradas en piernas, rodillas o corvejones se asocian a superficies de descanso abrasivas, insuficientes y duras, mientras que las ubicadas en el cuello indican comederos mal diseñados.
El alto porcentaje de vacas muy cojas, vacas con áreas sin pelo y vacas con lesiones e inflamaciones encontrado en esta investigación son consecuencia principalmente de instalaciones inadecuadas que no permiten a la vaca realizar sus actividades diarias de manera normal (cuidado corporal, descanso, interacciones sociales, ejercicio, etc) causando daños corporales que finalmente repercuten en la disminución de su bienestar.
Conclusiones
El gran porcentaje de vacas que necesitan tiempo excesivo para echarse, que colisionan al momento de echarse, que descansan en espacios inadecuados, que presentan suciedad en patas traseras, flancos y ubres, que presentan cojera grave así como áreas sin pelo o con lesión o inflamación, encontrado en este estudio, evidencia problemas graves de falta de bienestar en las vacas lecheras evaluadas, ocasionados principalmente por condiciones inadecuadas de alojamiento, lo que podría repercutir en la alteración de la conducta de descanso y por consiguiente del nivel productivo, además de ocasionar incomodidad, dolor, frustración y sufrimiento en los animales.
El monitorear periódicamente los indicadores de bienestar asociados al alojamiento de manera objetiva, permitirá al productor implementar estrategias que le admitan mejorar las condiciones de alojamiento de las vacas, y, por ende, incrementar su bienestar y productividad, lo que eventualmente repercutirá, no solo en un aumento en el bienestar de las vacas, sino también en una mayor eficiencia lucrativa de la unidad de producción.