Introducción
La cistoisosporosis es la infección producida por el parásito protozoario Cystoisospora, también denominado Isospora (phylum Apicomplexa). Los perros y los gatos son los hospedadores definitivos en todo el mundo (Buehl et al. 2006). El contagio se da mediante la ingestión de ooquistes esporulados junto al alimento en el ambiente o por la ingestión de tejidos de hospedadores intermediarios vertebrados infectados (Mitchell et al. 2007). Incluso se pueden infectar si consumen hospedadores paraténicos como moscas, cucarachas o escarabajos coprófagos que transportan ooquistes esporulados (Saitoh y Itagaki 1990).
La Cystoisospora parasita principalmente a animales jóvenes, debilitados e inmunocomprometidos. Causa desórdenes gastrointestinales, además puede generar vómitos, molestias abdominales, inapetencia y diarreas acuosas sanguinolentas que a menudo se confunde con infecciones bacterianas enteropatógenas o infecciones por nematodos u otro tipo de protozoarios (Saari et al. 2019). Dependiendo de la edad del animal y la carga de parásitos, puede ocurrir una deshidratación severa y la muerte por lo que su diagnóstico mediante coprología, el tratamiento farmacológico y prevención son de suma importancia a pesar de no ser zoonótico (Lappin 2013).
En perros se reportan como parásitos específicos a Cystoisospora canis,C. ohioensis, C. neorivolta y C. burrowsi (Dubey et al. 2009). Todas las Cystoisospora se replican en el intestino delgado de los animales infectados y culmina el ciclo con el paso de ooquistes no esporulados en las heces. En este transcurso generan atrofia de las vellosidades, dilatación de los conductos e hiperplasia de los ganglios linfáticos en las placas de Peyer. Las regiones con mayor infección varían según la especie al igual que el tiempo de duración de los periodos prepatente y patente (Lappin 2013).
En la ciudad de Cajamarca, Perú, las parasitosis por protozoarios en perros están desatendidas o subestimadas. Las mascotas se desparasitan sin previo análisis parasitológico o antigénico; además, no se realizan estudios dirigidos a la presencia de coccidios, los nematodos y cestodos toman mayor importancia por lo que se desconocen los tipos de protozoarios que infectan a sus mascotas. Por esta razón, el objetivo del presente estudio fue identificar mediante morfología y calcular la prevalencia de Cystoisospora spp. en heces de perros domésticos, ubicados en la zona Oeste del distrito de Cajamarca.
Material y métodos
El presente trabajo se realizó en un sector (Oeste de la ciudad de Cajamarca, comprendido por seis barrios (San Pedro, Cumbemayo, Santa Apolonia, Urubamba, Dos de Mayo y La Merced) (Figura 1). Se estimó un tamaño muestral de 246 muestras fecales de perros de ambos sexos y diferentes edades, en función de una población no conocida; fijando un p valor de 0,20, nivel de confianza del 95% y error de 5% (Martínez y Valdivia, 2022). La edad se determinó mediante observación de la arcada dentaria (Huidekoper 1981) y, se clasificó a los animales en tres categorías: cachorros (0 a 6 meses), juveniles (6 a 12 meses) y adultos (> 12 meses).
Las muestras se extrajeron directamente del recto con estimulación del esfínter anal utilizando el dedo índice de la mano cubierta con guante quirúrgico lubricado con glicerina. Las heces se depositaron en bolsas rotuladas de polietileno de 18 x 25 cm y estas en una caja de poliestireno expandido con geles refrigerantes. Finalizado el muestreo por día se transportaron al Laboratorio de Parasitología Veterinaria y Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional de Cajamarca, para su procesamiento respectivo.
El análisis coproparasitológico se realizó mediante el método de Faust (Girard de Kaminsky 2014). La observación de los ooquistes fue en microscopio óptico a 40X. La identificación morfológica se realizó mediante contrastación de las características de Cystoisospora spp. de otros estudios publicados (Rocha y Lopes 1971, Miró 1999). Utilizando un ocular micrométrico a 40X y multiplicado por el factor de corrección 1.64 se obtuvieron las dimensiones de largo y ancho.
Finalmente, los datos obtenidos se registraron y ordenaron en hojas de cálculo para determinar la prevalencia. Se aplicó el estadístico Ji Cuadrado (χ²) para la heterogeneidad e independencia de la prevalencia por edades de los canes.
Resultados y discusión
De las 246 muestras fecales colectadas (41 muestras por barrio), 87 fueron de cachorros, 43 de juveniles y 116 de adultos. Los resultados indican que la prevalencia de Cystoisospora spp. en perros fue 15,04%, con mayor presencia en cachorros, seguido de los juveniles y adultos (Tabla 1).
Canes: edad (meses) | 56.n muestral | 57.Positivos 58. | 59. 60. 61. 62.|
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n | 63.% ± IC95% | 64. 65.||
0 a 6 | 66.87 | 67.21 | 68.24,14 ± 8,99 | 69. 70.
6 a 12 | 71.43 | 72.9 | 73.20,93 ± 12,16 | 74. 75.
> 12 | 76.116 | 77.7 | 78.6,03 ± 4,33 | 79. 80.
Total | 81.246 | 82.37 | 83.15,04 ± 4,47 |
Proporciones desiguales entre las edades (χ2: <0,05)
Los animales más jóvenes de la ciudad de Cajamarca, Perú, presentaron mayor prevalencia de Cystoisospora spp. Hallazgo parecido se reportó en muestras fecales de perros enviados al Instituto de Parasitología y Zoología - Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (8,7%; 312/3590), de los cuales el 78% (244) correspondió a cachorros de hasta 4 meses de edad, los mismos que presentaron diarrea hemorrágica (Buehl et al. 2006). También se ha demostrado la presencia de Isospora sp. en perros adultos. En seis distritos de Puno (ubicado en la serranía peruana) se halló una frecuencia de 11,9 ± 3,4% de un total de 352 perros pastores cruzados y la edad no fue un factor de riesgo (Cruz et al. 2012).
Según algunos estudios hechos en Perú, tanto en la Sierra como en la Costa se puede encontrar cistoisosporosis en canes y la edad no es un factor determinante. En el Centro Poblado “Supte San Jorge” (Huánuco), se determinó una prevalencia de 6,70 ± 4,62% a Isospora sp. en 194 perros criollos analizados. No se encontró relación estadística entre la edad de los perros y los parásitos (p>0,01) (Orbezo-Campos et al. 2016). En otra región de la serranía peruana (Junín), la presentación de Isospora (2,8%; 2/71) junto a otros parásitos estuvo relacionado a la falta de costumbre y desconocimiento de las desparasitaciones de las mascotas y la crianza fuera de casa (Minaya y Serrano 2016).
En la Costa peruana también la presencia del protozoario puede ser variado. De un análisis retrospectivo de pruebas parasitológicas en el Laboratorio de Parasitología de la FAVEZ-UPCH (Lima), Isospora spp. fue el segundo protozoario con mayor frecuencia, con 37 positivos de un total de 476 muestras (Serrano-Martínez et al. 2014). En la misma región Lima se evaluaron caninos comercializados menores de seis meses y, de 97 muestras de heces, Isospora canis se presentó en el 98,78%, sin demostrar asociación con la edad (Vega et al. 2014). En una comunidad de un distrito limeño (Huaral) como único factor de riesgo de parasitismo fue el lugar de alimentación, la calle (OR=7,11; X2=5,23; p = 0,03), a pesar que la prevalencia de Cystoisospora canis fue baja, con apenas dos casos (4,3%) (Naupay et al. 2019).
De manera similar, en perros pastores y de caza en la prefectura de Serres (Norte de Grecia), la presencia de Cystoisospora spp. alcanzó un porcentaje de 3,9% (11/281), siendo mayor en perros juveniles (hasta 6 meses de edad) que en perros adultos de 6 meses a 10 años (p<0,05) (Papazahariadou et al. 2007). En el mismo país heleno, en la ciudad de Tesalónica, otro estudio reportó que los perros jóvenes tenían 5,15 veces más probabilidades de estar infectados por Cystoisospora spp. en comparación con los perros adultos (p<0,001, IC 95%, 3,01-8,85); además, los perros vagabundos tendían a ser menos parasitados por Cystoisospora spp. que los perros con dueño (Symeonidou et al. 2017). La susceptibilidad a las parasitosis de los animales más jóvenes estaría determinada por la insuficiente exposición y sensibilización del sistema inmune (Hart 1990). Por otro lado, la pobre limpieza de las camas de los perros en casa podría permitir que el ciclo biológico de la Cystoisospora se perpetúe sin complicaciones, a diferencia de los perros vagabundos que defecan en diferentes lugares y las madres que viven en estas condiciones tienen mejor desarrolladas sus habilidades maternas, acuden a la coprofagia con el fin de no exponerse a sí mismas y a sus crías a la infección por parásitos (Hart y Hart 2018)
En otros países sudamericanos también se ha demostrado la presencia de Cystoisospora spp. en perros, mayormente en cachorros. Se ha encontrado en Brasil, con mayor presencia en perros mestizos callejeros (p<0,05) (Oliveira-Sequeira et al. 2002); en Argentina (Nemeséri 1960), Venezuela (Ramírez-Barrios et al. 2004), Colombia (Sarmiento-Rubiano et al. 2018). A su vez, en diferentes países alrededor del mundo igualmente se han reportado presencia de Cystoisospora spp. en perros callejeros y domésticos, de raza y mestizos, con mayor presencia en perros jóvenes (Barutzki y Schaper 2013, Johnson et al. 2015, Sommer et al. 2017).
A nivel morfológico se pudo observar que los ooquistes hallados presentaron forma ovoide (Tabla 2 y Figura 2). Las medidas de los ooquistes se ubican dentro de los valores reportados para Cystoisospora canis (34 - 40 × 28 - 32 µm) (Miró 1999). También en otros países C. canis dio valores cercanos; en Hungría 36 - 44 × 29 - 36 µm (Nemeséri 1960), Brasil 32 - 40 × 23-35 µm (Rocha y Lopes 1971), Egipto 40 - 50 × 25 - 40 µm (Abdel-Magied et al. 1982), Estados Unidos 35 - 39 × 27 - 32 µm (Mitchell et al. 2007).
Estructura | 96.n | 97.Forma | 98.Color | 99.Dimensiones: µm (x̄) 100. | 101.Micropilo | 102. 103. 104. 105. 106. 107.|
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Largo | 108.Ancho | 109.110. 111. | ||||
Ooquiste | 112.28 | 113.Ovoide | 114.Verde amarillento | 115.38,54±4,38a | 116.33,75±4,15b | 117.Ausente | 118. 119. 120.
9 | 121. 122. 123.36,63±5,05a | 124.35,90±7,71b |
a,bLetras similares en una misma columna indican similitud (F > 0,05).
A pesar que las claves taxonómicas brindan gran acercamiento en la identificación de parásitos, para un diagnóstico definitivo se requieren de estudios moleculares que permitan establecer el género y especie del agente involucrado. Por lo tanto, los resultados del presente estudio podrían considerarse como preliminares si se busca determinar la especie del protozoario observado, aunque esto no resta importancia a la presencia de coccidios desatendidos en perros del distrito de Cajamarca (Perú), el cual podría deberse al desconocimiento del parásito por la falta de estudios, tal como sucedió en Jauja (Minaya y Serrano 2016).