IN MEMORIAM

Fallecimiento de la Dra. María de los Ángeles Costa

Profesora Dra. María de los Ángeles Costa (1985-2014)

Directora del Consejo Argentino de Hipertensión Arterial "Dr. Eduardo Braun Menéndez" - Sociedad Argentina de Cardiología

Ha fallecido esta joven brillante, discípula abnegada, colaboradora generosa y, sobre todo, gran amiga.

Ángeles era profesora de Fisiología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires e investigadora independiente del CONICET.

Este año había sido distinguida con el cargo de Directora de Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la SAC, lo cual la llenaba de orgullo y estaba poniendo toda la energía en cumplir con los objetivos que se había propuesto. Integraba además las Comisiones Directivas de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial y de la Sociedad Argentina de Fisiología.

A su carrera profesional le dedicó gran parte de su vida. La comenzó siendo estudiante y llegó por sus méritos a ocupar el cargo de profesora adjunta. Como docente se destacó entre sus colegas y fue reconocida permanentemente por sus alumnos, que veían en ella a una persona que entendía sus problemas y dificultades y trataba de ayudarlos con generosa entrega. Se perfeccionó en forma continua en la didáctica universitaria y en las nuevas tecnologías de la enseñanza y su aporte fue fundamental para la docencia en la Cátedra de Fisiología.

Como investigadora se dedicó principalmente al estudio de los mecanismos de regulación de la presión arterial y la hipertensión. Se destacó por su extensa producción científica, sus trabajos fueron publicados en revistas nacionales e internacionales de muy buen nivel y, asimismo, reconocidos con premios de diferentes sociedades científicas. Trabajó incansablemente en la formación de recursos humanos; estos investigadores continuaron su carrera en el ámbito universitario en la Argentina y en el exterior, así como en el sector privado.

Multiplicó sus horas para poder también brindarse a su familia con notable dedicación; fue una excelente madre de sus dos hijas, que eran su orgullo y desvelo.

La vida no le dio la oportunidad de cumplir con todo lo que se había propuesto.

Hoy estoy escribiendo estas líneas con asombro a la vez que con profunda tristeza. Despedir a quien siempre estuvo dispuesta a apoyarme en todos los proyectos y fundamentalmente a una amiga no es fácil. Todos los que la conocíamos vamos a extrañar su sonrisa, su entusiasmo, su buen humor, su buena predisposición.

Permanecerá siempre viva en el recuerdo de los que compartimos con ella el día a día en el laboratorio, en la Cátedra y en los diferentes ámbitos científicos en los que participó y donde tantos tuvieron la oportunidad de conocerla y quererla.

Cristina Arranz