Introducción
Las investigaciones arqueológicas centradas en la disponibilidad de recursos líticos han cobrado relevancia a nivel nacional y han destacado la importancia del aprovisionamiento en la esfera dela tecnologíalítica de las sociedades del pasado (Bayóny Flegenheimer 2003; Berón 2006; Colombo 2013; Flegenheimer y Bellelli 2007; Franco 2004; Heider 2016; Sario y Salvatore 2018, entre muchos otros). El estudio de la oferta de recursos se ha convertido en un eje central en los estudios líticos.Esta línea de investigaciónpermite responder distintos interrogantes referentes a las actividades extractivas y de formatización empleadas en las fuentes y canteras, e indirectamente comprender las diversas estrategias de movilidad y uso del espacio.El conocimiento de los lugares de aprovisionamiento, los análisis petrográficos y el trabajo interdisciplinario ha permitido una caracterización más precisa de las materias primas líticas y la conformación de una base de referencia. (Bayón y Flegenheimer 2003; Burke 2007; Ericson 1984; Franco 2004; Torrence 1986; entre muchos otros).
En la región arqueológica de Sierras Centrales,las investigaciones enfocadas en la disponibilidad de recursos líticos tienen un desarrollo reciente en comparación con otros sectores del país. Desde distintas perspectivas, estas han aportado información relevante acerca de la amplia oferta de materias primas líticas disponibles y la combinación de estrategias tecnológicas en el aprovisionamiento y la fabricación de artefactos (Balenaet al. 2018; Borgo 2020a; Caminoa 2019; Carrera Aizpitarte 2017; Cattáneo 1994; Heider 2016; Reinoso 2017; Rivero y Pastor 2004; Sario 2011, 2013;Sario y Pautassi 2015;Sarioet al. 2017; Sario y Salvatore 2018).
Lasinvestigaciones, y en particular, los estudios líticos en la provincia de San Luis fueron retomadas luego de un largo período con ausencia de estudios. Estos impulsos en la arqueología local han producido información novedosa acerca de la disponibilidad de recursos líticos y su presencia en los sitios arqueológicos (Carrera Aizpitarte 2017; Heider 2016; Sario 2013). En este marco,se desarrolló la tesis doctoral denominada “Fuentes de recursos líticos y estrategias de aprovisionamiento en la cuenca alta y media del río Quinto (San Luis, Argentina)”, centrada en el estudio de la Base Regional de Recursos Líticos (sensu Ericson 1984) y los sistemas de producción en el centro-este de San Luis (Borgo 2020a). De forma inicial, esta investigación estuvo marcada por la necesidad de crear un cuerpo de datos en un área en la que aún no se contaba con estudios líticos sistemáticos.El principal objetivo fue detectar las fuentes potenciales de materias primas líticas y abordar la presencia de estos recursos en los conjuntos arqueológicos estudiados. Esto permitió delinear los sistemas de producción desde la perspectiva de la Organización de la Tecnología (sensu Nelson 1991), de manera de,reconocer las estrategias en relación con los comportamientos tecnológicos de las sociedades del pasado.Los resultados obtenidos constituyen un aporte novedoso para comprender un aspecto de la esfera tecnológica de los grupos humanos que habitaron el área de estudio.
Caracterización del área de estudio
El área de estudio se ubica en el centro-este de la provincia de San Luis, cubre una superficie de aproximadamente 250 km2 e incluye la cuenca alta y media del río Quinto y algunos de sus afluentes, como el río Rosario, arroyo La Petra y Saladillo(Figura 1). La cuenca alta es limitada por el dique La Florida hasta el embalse Paso de las Carretas, mientras que la media, comienza en este último y finaliza en la intersección del Quinto con el Rosario.
El Quinto es el río permanente más importante de la provincia y su variabilidad ambiental y geológica le confieren características relevantes para el estudio de las estrategias de aprovisionamiento lítico en el pasado. En el área confluyen la sierra y el piedemonte cubierto por sedimentos de loess y arenas eólicas (Costa et al. 2005; González Díaz1981), así como distintos elementos fitogeográficos propios de la Provincia del Espinal y el Dominio Chaqueño representadas por especies leñosas que alternan con pastizales (Cabrera 1976).La porción alta del río Quinto se caracteriza por depósitosde loess, que resultan en un relieve suavemente ondulado (González Díaz 1981). La presencia de estos sedimentos, sumado a las lluvias estivales de carácter torrencial, favorecieron el desarrollo de extensas redes de cárcavas que han dejado expuestas las rocas que forman el basamento cristalino. Sobre la margen izquierda se emplaza el arroyo La Petra que aporta sus aguas a la cuenca del río Quinto a través de su desembocadura en el Dique Paso de las Carretas (Ojeda y Sosa 2002). La cuenca media se caracteriza por una cobertura de sedimento de loess y arenas eólicas y se pueden distinguir cubetas de deflación y dunas longitudinales (Costa et al. 2005; González Díaz 1981). Sobre su margen norte se encuentra el río Rosario, que nace la Sierra de San Luis y desemboca en el tramo medio del Quinto (Colombino1991; Di Paola 1994).
Materiales y métodos
La investigación partió de una combinación de métodos y técnicas de análisis que fueron adaptadas a las escalas trabajadas. Los relevamientos en el terreno derivaron, en parte, de la Arqueología Distribucional (sensu Ebert 1992), quepermitió definir las metodologías adecuadas aplicadas a sitios con diferentes funcionalidades.Se realizaron prospecciones con caminatas ad hoc con el objetivo de registrar la distribución superficial del registroy el trazado de transectas en los sectores con mayor densidad de material arqueológico. Para la confección de la Base Regional de Recursos Líticos se consultó la información geológica disponible en el área de estudio y se delimitaron los lugares con potencialidad para la detección de fuentes de aprovisionamiento, que luego fueron relevados en el terreno (Basaez 2016; Costa et al. 2005; Icazatti 2009; Perón Orrilloet al. 2019).
Una vez identificados los depósitos, se procedió a su caracterización (tipo de fuente, antigüedad del depósito, la clase de roca, calidad para la talla, forma de presentación y distribución) (Carrera Aizpitarte 2013; Colombo 2013; Nami1992). En particular, la calidad para la talla fue evaluada de acuerdo a las cualidades para la percusión y las características composicionales y texturales de las rocas (Aragón y Franco 1997; Berón et al. 1995; Nami 1992). Asimismo, las fuentes primarias fueron delimitadas de acuerdo a la extensión de los afloramientos o asomos de rocas, de acuerdo a su superficie y profundidad, con la ayuda de información geológica, SIG y la observación en el campo en conjunto con especialistas del Departamento de Geología (UNSL).En las secundarias, el relevamiento se limitó a la observación de la extensión del depósito y la presencia de materias primas de buena calidad.
La determinación de las rocas presentes en las fuentes potenciales y los conjuntos fue realizada a partir de la identificación petrográfica a nivel macroscópico y microscópico. En primera instancia, se realizó la clasificación de las materias primas, y en particular, la separación del cuarzo del resto de variedades de rocas silíceas. Luego, en conjunto con el análisis de los cortes delgados, se diferenciaron las calcedonias y, en los casos en los que no se pudo obtener un mayor nivel de precisión litológica, las rocas silíceas, que fueron agrupadas en una única categoría. Por otro lado, para evaluar la escala de traslado se utilizaron las categorías que diferencias recursos inmediatamente disponibles (distancia menor a 5 km), locales (entre 5 y 40 km) y no locales (mayor a 40 km) (Civalero y Franco 2003).La elección de esta clasificación se basó, no solo en las características del área de estudio, sino también por ser la más utilizadas en áreas vecinas, lo que facilita su comparación.
En los conjuntos líticos se realizó el análisis tecnomorfológico de los artefactos recuperados en los contextos arqueológicos, de manera de conocer las técnicas de obtención de formas-base y el aprovechamiento diferencial de los recursos. El material recuperado fue caracterizado de acuerdo a las materias primas, forma base, estado y tamaño. Además, en el caso de los núcleos se identificó la designación morfológica; en los artefactos formatizados la serie técnica y clase técnica; y en los productos de talla1se identificó el tipo de lasca (Aschero 1975, 1983; Aschero y Hocsman 2004; Bellelliet al. 1985-1987).
Resultados
Base regional de recursos líticos
En el área de estudio se registran afloramientos que configuran la secuencia geológica cenozoicaque evidencian en sus exposiciones diferentes niveles de calcretes y sílices, conglomerados de rocas metamórficas y graníticas dispuestas sobre el basamento (Di Paola 1994). Por su parte, las formaciones cuaternarias se caracterizan por la acumulación de loess y sedimentos loessoides y la presencia de materiales con potencialidad para uso arqueológico, como conglomerados conformados por rodados y rocas silíceas(Di Paola 1994; Pascual y Bondesio 1981; Santa Cruz 1979).
En la cuenca del Quinto, un grupo de fuentesse encuentran vinculadas a la evolución del basamento y procesos magmáticos y metamórficos durante el Paleozoico (Heideret al. 2020). En estos depósitos se registran cuarzos y calcedonias de buena calidad para la talla, emplazados en forma de filones y clastos irregulares. Asimismo, en estos lugares, fue posible detectar evidencias de extracción, el testeo de nódulos y la presencia de material arqueológico (Tabla 1).En particular, en la cuenca alta del río Quinto, fue relevada la cantera-taller Altos del Chiquero, ubicada dentro de la localidad arqueológica Balde de la Isla (Figura 2). Se trata de un sitio
localizado en un sector elevado con buena visibilidad hacia el río, allí se identifican abundantes filitas, intercaladas con filones de cuarzo, cubiertas parcialmente por sedimentos inconsolidados. Se evidencia la disponibilidad de cuarzo lechoso y hialino, con una calidad para la talla regular y buena (tanto en los filones como dentro de un mismo bloque). Además, se observaron pequeñas vetas de unas variedades microcristalinas de sílice de tonos grisáceos, de formas irregulares y cuya extensión no supera el metro de espesor (Borgoet al. 2019a) (Figura 3).
En el límite entre la porción alta y media se encuentra el área de canteras La Falla que abarcan una superficie de más de 14,5 km2, sobre las estribaciones finales de las Sierras de San Luis (Figura 2). A lo largo de la falla geológica San Martin-Saladillo-Paso de las Carretas, se reconoce un basamento cristalino donde se intruyen cuerpos de pegmatitas con dimensiones que van desde algunos metros a decenas de metros de potencia, orientados de norte a sur. Las pegmatitas poseen zonas fracturadas con cuarzo y calcedonia dispuestas en agregados de formas irregulares de dimensiones variables que asoman de forma discontinua e incluso se presentan como bloques aislados (Figura 3). Estos depósitos se emplazan en un sector modificado por la construcción del paredón del dique y un canal de riego. Dada estas transformaciones del terreno, es posible que una parte de los afloramientos se encuentran debajo del lago que conforma el embalse Paso de las Carretas (Tapia y Rigal 1933).Los trabajos de campo permitieron detectar canteras-taller y fuentes emplazadas sobre el labio superior de la falla geológica (Borgo 2020a; Borgoet al. 2020). Los análisis petrográficos de tres muestras de cortes delgados permitieron definir las rocas que componen los afloramientos como calcedonia de color grisáceo y rojizo traslúcidos (Borgo 2020a) (Figura 4).
En la porción norte del río Rosario fue relevada la cantera-taller Dupuy, ubicada dentro de la localidad arqueológica homónima en un sector de sierras bajas y pequeñas quebradas (Figura 2). La poca visibilidad que se podía tener del terreno, producto de la abundante vegetación, dificultó la prospección de gran parte del área; sin embargo, fue posible detectar pegmatitas de cuarzo de diversos tamaños, que van desde pocos metros a mayores a 0,01 km2, y formas diferentes de presentación (tabulares a irregulares). Las variedades identificadas van de aspecto blanquecino, translúcido, a veces grisáceo (ahumado) o incoloro y transparente, aunque por el momento no se han realizado análisis microscópicos (Borgo 2020a) (Figura 3 y 4).
Otro grupo de materias primas se relacionan con la formación de rocas sedimentarias del Cenozoico y se disponen de forma concordante con la estratigrafía o como concreciones irregulares, formados por la precipitación de fluidos en ambientes relativamente superficiales (Heideret al. 2020). Se encuentran disponibles en distintas fuentes potenciales primariasidentificadas, que se caracterizan por afloramientos de calcedonia y otras variedades de rocas silíceas, dispuesto como clastos irregulares y pequeñas vetas (Borgo 2020b). En general, las materias primas líticas tienen buena calidad para la talla, sin embargo, la presencia de impurezas y las escasas dimensiones de los depósitos y las materias primasfueron factores que habrían limitado su explotación en el pasado (Tabla 1). Entre ellas, se encuentra la fuente Cuatro Esquinas, sobre la cuenca alta,en un sector donde se han formado una serie de cárcavas resultado de la erosión de la planicie conformada por sedimentos limo arenosos (Costa et al. 2005),estas formaciones han expuesto depósitos calcáreos y silíceos(Figura 2). Las rocas silíceasde color rojizo traslúcido se disponen en forma de clastos irregulares o tabulares de color rojizo que no superan los 30 cmde espesor (Figura 3). Los cortes petrográficos dieron como resultado la presencia de calcedonia y ópalo (Borgoet al. 2019b) (Figura 4).
En el límite de la porción media y alta, la fuente Dique Paso de Las Carretas se ubica a 500 m hacia el sur del embalse del mismo nombre (Figura 2). El impacto antrópico producto de su construccióny una ruta provincial expuso en superficie estos depósitos. Se conforman por conglomerados y sedimentos pocos consolidados, relacionados con la Fm. Paso de Las Carretas o Río Quinto, que contienen clastos de calcedonia color rosado y blanco de entre 5 a 15 cm de diámetro (Figura 3). Asimismo, se localizan grandes bloques de basamento en contacto con vetas, de menos de 1 cm de espesor, de sílice de color rojo oscuro y traslúcido(Borgo 2020a).
Otro depósito detectado es Paso de la Caballada, a unos 3 km al sur de la fuente antes mencionada, emplazado sobre la barranca del río. Allí se han desprendido bloques de basamento dentro de los cuales se observan sílices en forma de clastos irregulares de color blanco a gris (de entre los 5 a 20 cm) y pequeñas vetasde color gris y rojizo que no superan los 2 cm de espesor. Los análisis petrográficos realizados sobre las muestras obtenidas de las vetasdefinen a este material como calcedonia (Figura 4). Además, en la misma fuente se relevaron bloques de pegmatitas de feldespato, en cuyas fracturas se han depositado material silíceo de color rojo traslúcido en forma de brechas irregulares de 5 a 20 cm de espesor. Los cortes delgados muestran que estas sílices se conforman por calcedonia y, en menor porcentaje, ópalo y cuarzo y la presencia de clastos de pegmatita (Borgo2020a) (Figura 4).
Por último, si bien no constituyó el eje central del trabajo, durante los relevamientos de campo se localizaron fuentes secundarias en diferentes puntos de la cuenca. Se componen de una variedad de materias primas líticas, algunas de las cuales poseen buena calidad para la talla. En la cuenca alta se hallan depósitos de rodados de areniscas y granitos, cuyo origen se relaciona con una variedad de unidades geológicas trasladadas por el río y acumuladas por la disminución de energía del mismo; mientras que, en la cuenca media, las fuentes se emplazan como depósitos en estratigrafía, conformados por clastos de cuarzo, calcedonia y fragmentos granitoides. Además, sobre el arroyo La Petra se registraron una variedad de rocas de diferentes calidades para la talla, entre las que se destacan bloques tabulares de calcedonia desprendidos del nivel de base del arroyo.
Las materias primas líticas en contextos arqueológicos
Los sistemas de producción líticafueron evaluados a partir del análisis de las materias primas presentes en los contextos arqueológicosy el análisis tecnomorfológicode los artefactos. Esta información, junto a la oferta de recursos líticos y la organización de las actividades productivas, permitieron abordar las estrategias tecnológicas implementadas sobre los recursos líticos identificados.Los artefactos proceden de diferentes sitios de actividades múltiples y canteras-taller emplazados en distintas localidades arqueológicas(Figura 2).
Sobre la cuenca alta del río Quinto, los materiales líticos provienen de la localidad arqueológica Balde de la Isla. Allí, se relevó la cantera-taller Altos del Chiquero, en la que se llevarona cabo recolecciones superficiales, y el sitio de actividades múltiples El Chiquero, cuyos conjuntos proceden de contextos estratigráficos (Borgoet al. 2019a).En la porción media,se realizaron recolecciones de manera superficial enMaruca Sury la cantera-taller La Falla 1, ubicada dentro del área de canteras La Falla (mencionadas más arriba). Por último, en los sectores tributarios al río Quinto, los conjuntos proceden, de forma estratigráfica, de los sitios Arroyo Saladillo y Alero Dupuy, y superficial, de la cantera-taller Dupuy (Borgo 2020b; Curtoniet al.2017; Dupuy 2015; Gómez et al. 2016; Lalindeet al. 2018).
Por el momento, las ocupaciones estudiadas se sitúan temporalmente en el Holoceno tardío, dada la presencia de indicadores contextuales relativos, como la morfología de las puntas de proyectil, la presencia de cerámica y la información geológica y paleoambiental. Una excepción es el sitio Alero Dupuydado que cuenta con dos dataciones que posicionan su secuencia ocupacional desde el Holoceno medio final hasta momentos de Contacto Hispano Indígena (Curtoniet al.2017). Sin embargo, parte de los conjuntos líticos fueron recuperados de forma superficial, lo que dificulta la posibilidad de definir su temporalidaddado que constituyen sitios con grandes acumulaciones de registro arqueológicoque, posiblemente, fueron producto de visitas realizadas por los grupos humanos durante extensos períodos de tiempo.
En los conjuntos estudiados, el principal recurso lítico registradoen todos los conjuntos es el cuarzo(92,6%) yle siguen en frecuencia las calcedonias (5,1%). Además, se observan otras variedades de rocas silíceas (1%)y rocas minoritarias. Estas últimas,se encuentran representadas por cuarcitas (0,9%), granitos (0,2%), esquistosy areniscas (0,1% en cada caso) (Borgo 2020a).
La distribución en cada contexto estudiado es variable, en la cuenca media la presencia del cuarzo es menor que en el resto de los sitios. Mientras que, en la porción alta del río y los sectores tributarios el cuarzo tiene un amplio porcentaje. En las canteras-taller, Dupuy y Altos del Chiquero, son la única materia prima registrada y en el conjunto artefactual del El Chiquero y Alero Dupuy constituyen más del 97% de la muestra(Tabla 2).Por el contrario, la calcedonia se registra de forma más frecuente en la cuenca media, en La Falla 1 representa el 95,05% de la muestra y en Maruca Sur el 40%. Además, se destacan en estos contextos, otras variedades de rocas silíceas (13%).En los sectores tributarios estas materias primas no sobrepasan el 2%, aunque se destaca el uso de una mayor variabilidad de rocas y materias primas minoritarias, como en Arroyo Saladillo, en donde los porcentajes más altosse centran en el granito (5,4%). En la cuenca alta solo se encuentra un único artefacto manufacturado sobre una roca silícea (Tabla 2).
En general, los conjuntos tienen porcentajes similares de artefactos enteros (50,1%, n=5548) y fracturados (49,9%, n=5517), a excepción de los conjuntos provenientes de Alero Dupuy en los que predominan los fracturados (53,1%, n=4583). En los conjuntos de los sectores tributarios la mayor parte de los elementos de calcedonia se encuentran fracturados (n=7), en cambio los enteros son más frecuentes en La Falla 1 (52,29%) y Maruca Sur (26,26%). Los materiales de cuarzo se presentan en un 49,7% (n=5093) entero y 50,3% (n=5155) fracturado. En el resto de las rocas silíceas (8,25%) y las rocas minoritarias (arenisca, cuarcita, granito y esquisto) (16,6%) predominan, también, los elementos enteros (Figura 5).
Para el análisis de los tamaños fueron tomados los artefactos enteros de los conjuntos líticos. En general, son más frecuentes los pequeños (75,5%), seguidos por medianos (19,7%) y grandes (4,9%). En el grupo de rocas minoritarias se presentanprincipalmente los tamaños grandes (n=16) y medianos (n=12). En el cuarzo y rocas silíceas son mayores los porcentajes de muy pequeños y pequeños, y en las calcedonias, los medianos pequeños y grandes (Tabla 3). En relación a los contextos arqueológicos, se observa que en la cuenca alta y en los sectores tributarios, predominan los tamaños pequeños y muy pequeños, y en la cuenca media, son frecuentes los medianos pequeños. En cuanto a los más grande, se concentran en las canteras-taller La Falla 1 (35,8%), Dupuy (27,5%) y Altos del Chiquero (11%), y en el resto de los sitos no superan el 13% (Figura 6).
Figura 5: Estado de fragmentación de los conjuntos líticos.
Tabla 3: Distribución de los tamaños según las clases litológicas. Referencias: Czc.: Cuarzo, Cal.: calcedonia, R. sil.: Roca silícea, Czta.: Cuarcita, Grto.: Granito, Esq.: Esquisto, Arn.: Arenisca.
Figura 6: Distribución de los tamaños en los contextos arqueológicos.
En todos los conjuntos predominan los productos de talla (n=10555), seguidos por los artefactos manufacturados y modificados por uso (n=444) y núcleos (n=66).En relación con su procedencia, los artefactos manufacturados se hallan principalmente en la cuenca media y en los sectores tributarios (80,8%) y los núcleos predominan en las canteras-taller La Falla 1 (5,7%), Dupuy (5%) y en el sitio de actividades múltiples Maruca Sur (4%) (Tabla 4).
Tabla4: Frecuencia artefactual de los conjuntos líticos recuperados en la cuenca del río Quinto.
Los conjuntos líticos analizados se componen por artefactos manufacturados y modificados por uso (n=410) que representan una variedad de grupos tipológicos (raspadores, muescas, puntas de muescas, raederas, cuchillo). El cuarzo, la calcedonia y otras variedades de rocas silíceas fueron utilizadas para la confección de una mayor diversidad de artefactos en comparación con el resto de las litologías. Entre ellos, se destaca la presencia de artefactos bifaciales (bifaces, puntas de proyectil) y compuestos confeccionados sobre las principales rocas.Por su parte, las cuarcitas y el grupo de rocas minoritarias (areniscas, esquistos y granitos) fueron principalmente destinados a la formatización de artefactos de molienda y percutores(n=34) (Borgo 2020a).
En todas las clases litológicas, las series técnicas utilizadas para la manufactura fueronprincipalmente el retoque (38,3%) y el microretoque (28,3%) y, en menor frecuencia,la retalla (5,1%), principalmente en el cuarzo y la calcedonia.La ausencia de series técnicas en las areniscas, esquistos y granitos se debe a que sobre estas materias primas no se registraron artefactos tallados.En los sitios de la cuenca alta y sectores tributarios, se observa una aplicación del retoque y microretoque. En estos últimos sectores, en Alero Dupuy y la cantera-taller, se observan tambiénlascados simples de formatización (2,8%). En la cuenca media, La Falla 1 predomina el microretoque (63,9%) y el retoque (26,9%), mientras que en Maruca Sur la situación es inversa, presenta porcentajes más altos de retalla (45,8%) y microretoque (20,8%) (Tabla 5).
Tabla 5: Serie técnicas identificadas en los conjuntos líticos.Referencias: Indet.: Indeterminada.
La evaluación de la clase técnica muestra una baja inversión de trabajo combinadas con otras en que la energía y el tiempo empleado fue mayor. En el cuarzo predomina el trabajo no invasivo (68,3%), en tanto que la reducción (15,6%) y el adelgazamiento (16,1%) se presentan con mayor frecuencia en el grupo de materias primas principales relacionadas con la manufactura de artefactos bifaciales como el cuarzo, la calcedonia y otras rocas silíceas. El 63.9% (n=262) tiene lascados en una de sus caras, mientras que en el 36,1% (n=148) restante las técnicas de talla son bifaciales. Una excepción es constituida por el Alero Dupuyy Maruca Sur en cuyos conjuntos se evidencia el adelgazamiento bifacial(Tabla 6).
Tabla 6: Clases técnicas presentes en los conjuntos líticos del área de estudio.
Se identificó un total de 66 núcleos, sobre cuarzo (n=33), calcedonia (n=31), cuarcita y roca silícea (n=1 en cada caso). El mayor número de núcleos proviene de las canteras-taller La Falla 1 (n=31) y Altos del Chiquero (n=12). Sus morfologías son principalmente de lascados aislados (n=49), piramidales irregulares (n=10), poliédricos parciales (n=5) e indeterminada (n=2). Además, se observa un bajo porcentaje de corteza (36%, n=36), únicamente sobre núcleos de cuarzo (n=6) y calcedonia (n=18) y solo dos se encuentran agotados, que corresponden a las mismas materias primas.
Los conjuntos líticos se conforman además por productos de talla (n=10555), entre los que predominan las lascas de cuarzo (94,28%, n=9949) y calcedonia (3,96%, n=421). Le siguen en frecuencia otras variedades de rocas silíceas (0,92%, n=97), cuarcitas (0,69%, n=73), granito (0,12%, n=13) y esquisto (0,02%, n=2). En todos los sectores y las litologías predominan ampliamente las lascas internas (Tabla 7), entre ellas, las de arista (42,6%, n=4499)y las planas (13,3%, n=1404). En cuanto a las externas, son más frecuentes en las de cuarzo (8,6%, n=579) y calcedonia (30%, n=96), en particular, las de dorso natural (3,6%, n=385) y primarias (1,9%, n=205). Asimismo, se observan un alto porcentaje de astillas de cuarzo como resultado de las características de la roca que al ser tallada tiende a fracturarse o astillarse fácilmente (Egea 2018; Pautassi 2018, entre otros).Además, se identificanproductos de talla indiferenciados (31,9%, n=3368), principalmente de cuarzo (n=3229), calcedonia (n=98) y otras rocas silíceas (n=13). En el cuarzo,se identifican lascas de reactivación (n=152), dos tabletas de núcleo y un franco de núcleo dentro del conjunto de Alero Dupuy y la cantera Altos del Chiquero. Aunque en menor número, también se evidencian lascas de reactivación sobre la calcedonia (n=2 y rocas silíceas (n=2) en los conjuntos de Maruca Sur, La Falla 1 y Alero Dupuy.
Tabla 7: Tipos de lascas identificadas en cada litología dentro de los sitios estudiados. Referencias: E.: externas, I.: internas.
Discusiones y consideraciones finales
La cuenca del río Quinto y sus tributarios presenta características geológicas y geomorfológicas que habrían favorecido la oferta de recursos líticos de buena calidad para la talla.Esta información, en conjunto con el origen geológico de las rocas, resultó relevante para la identificación de nuevas fuentes dentro del área de estudio. Se caracteriza por la disponibilidad y explotación de una variedad de materias primas superior a la esperada en momentos iniciales de la investigación.Los resultados muestranuna alta diversidad de cuarzo y otras variedades de rocas silíceas, con diferentes formas de presentación y modos de yaciencia, concentrados en sectores acotados del área. Los lugares de aprovisionamiento se encuentran relacionados con dos orígenes geológicos diferentes, en formaciones del Neógeno sobre bloques de basamento y pegmatitay, otro grupo de fuentes, con la formación de rocas sedimentarias del Cenozoico.
La disponibilidad de materias primas de buena calidad, así como su forma de presentación, son factores que pudieron determinar las características de los conjuntos líticos presentes en los contextos arqueológicos. El análisis de los diferentes puntos de paisaje muestra que la distribución de los posibles lugares de aprovisionamiento no es homogénea. En el piedemonte de la sierra, tanto en la cuenca alta como en los sectores tributarios, predominan las fuentes de cuarzo. En cambio, en la cuenca media, se emplazan sobre una planicie loessoide, en donde se localizan un mayor número de depósitos de calcedonia y, en menor medida, de cuarzo. Una constante es su ubicación en sectores elevados del paisaje y la disponibilidad superficial de las rocas, lo cual, sumado a la cercanía de los sitios residenciales, permite una fácil accesibilidad a los lugares de aprovisionamiento. En todas las litológicas analizadas el costo de obtención para las fuentes primarias habría sido bajo, ya que se ubican en lugares con baja dificultad de acceso y ampliamente visibles.
En Sierras Centrales existe una tendencia marcada hacia una diferenciación en la utilización de los recursos líticos. En términos generales, se observa que el cuarzo tiene una amplia disponibilidad y constituye una de las principales materias primas implicada en la elaboración de instrumentos. De forma complementaria se han utilizado otro grupo de recursos, en la que la calcedonia es una de las más frecuentes (Cattáneo 1994).De la misma manera, en la provincia de San Luis se ha probado la disponibilidad y el uso por parte de las sociedades del pasado de fuentes primarias potenciales y probadas de estos recursos emplazados en las proximidades de los sitios(Carrera Aizpitarte 2017; Heider 2016; Sario 2011).
En este contexto, los sitios arqueológicos en la cuenca del río Quinto muestran una importante utilización de recursos locales e inmediatos con acceso directo. El cuarzo constituye el principal recurso utilizado en el área de interés.En particular, resultó ser la materia prima más frecuente en las ocupaciones arqueológicas emplazadas enlos sectores tributarios (Alero Dupuy, Arroyo Saladillo) y en la cuenca alta (El Chiquero). En ambos contextos, coincide con la disponibilidad inmediata de la materia prima, dado que las fuentes se emplazan a escasos metros de los sitios y se disponen de forma primaria (Altos del Chiquero, cantera Dupuy) y secundarias (Borgoet al. 2019b; Curtoniet al. 2017; Heideret al. 2020).Situación observada en áreas vecinas, en los que se evidencia la explotación del cuarzo disponibles en afloramientos ubicados en la proximidad a los sitios (Caminoa 2019; Carrera Aizpitarte 2017; Sario y Pautassi 2015).
La oferta de calcedonia dentro del área de estudio resultó mayor a la esperada. Se encuentran emplazadas en diferentes puntos de la cuenca en forma de fuentes potenciales y probadas, cuya disponibilidad, en parte, depende, y creemos que así sucedió en el pasado, de los procesos de erosión hídrica, que dieron como resultado el desprendimiento de bloques y el desarrollo de cárcavas (Costa et al. 2005; Ojeda 2005). Una excepción la constituye el área de canteras La Falla ubicada en el punto más altos de las serranías. Estas canteras y fuentes tienen una amplia visibilidad desde diferentes puntos del río, incluso puede ser observada desde los contextos arqueológicos ubicados a no más de 10 km (localidad arqueológica Arroyo Saladillo). El uso de este tipo de calcedonia se evidencia en los conjuntos del sitio Maruca sur, hacia el sur de la cuenca media. Por el contrario, hacia el norte, esta materia prima se encuentra ausente, incluso en las ocupaciones más próximas. En este punto de nuestro proyecto de investigación no es posible responder con profundidad sobre esta ausencia de rocas provenientes de La Falla en los sitios al norte. No obstante, esta situación podría estar relacionada, ante la falta de una barrera natural, a una circulación limitada de rocas y personas sobre esta porción del río o al abandono de estas canteras durante el Holoceno tardío.Se ha propuesto para la región una disminución del uso de las grandes canteras de rocas silíceas utilizadas durante el Holoceno medio producto de los cambios sociales y económicos ocurridos hacia finales de este período (Heideret al2020; Rivero y Heider 2020). De esta manera, se puede plantear de forma inicial la posibilidad de que el área de canteras La Falla haya formado parte del rango de movilidad de los grupos humanos que habitaron la cuenca, al menos, hasta el Holoceno medio y, que luego, fueron reemplazadas por la explotación de recursos más inmediatos a los sitios (Borgo 2020a).
Asimismo, se evidencian otras variedades de calcedonias cuyos orígenes aún no son posibles de confirmar, principalmente aquellas que ingresaron a los sectores tributarios. Además, en el conjunto lítico hallado en Maruca Sur se presenta un tipo de calcedonia similar a la registrada en la fuente potencial Paso de la Caballada, ubicada a 8 km del sitio. Sin embargo, en estos afloramientos no fue posible detectar evidencias de extracción que permitan asegurar el origen de esta variedad de calcedonia. Dada esta situación, es necesario profundizar los análisis petrográficos que permitan confirmar la procedencia de estos recursos.
Otro recurso local es constituido por cuarcita, arenisca, esquisto y granito, utilizados en la confección de artefactos de molienda y percutores. Si bien, aún no se ha corroborado sus fuentes de origen,la proximidad de los sitios al río y sus tributarios, permiten considerar a estos últimos como lugares propicios para la obtención de rocas con las características litológicas necesarias para la confección de esta variedad de instrumentos (Borgo 2020a).Se constata, además, la presencia de fuentes secundarias con una amplia oferta de materias primas constituidas por rocas provenientes de diferentes formaciones geológicas. En este caso, se tendría una disponibilidad y un acceso relacionada con la dinámica de la cuenca y otros factores ambientales (Ambrústolo 2011; Bonomo y Prates 2014).Los implementos permanecieron en los contextos arqueológicos con la posibilidad de ser reutilizados por los sucesivos ocupantes. Se registran instrumentos multifuncionales, es decir, destinados a usos alternativos como, por ejemplo, en la localidad Arroyo Saladillo, se recuperaron manos de moler utilizadas como yunque o molino de mano. Por otra parte, se destacan en Arroyo Saladillo, las lascas de arista en granito, cuya presencia puede estar relacionada conla confección y uso de percutores con bordes agudos.Sin bien no se registró este tipo particular de percutor, podría ser una explicación válida de su presencia (Colombo 2013).
En el río Quinto se observa una combinación de comportamiento tecnológicos relacionados con el uso de los distintos recursos líticos. En el caso del cuarzo los artefactos son producto de un comportamiento expeditivo posiblemente relacionado con proximidad de las ocupaciones arqueológicas a las fuentes y la necesidad de llevar a cabo tareas inmediatas, donde el tiempo y los costos no son un limitante. Pero que, a su vez, se buscó producir instrumentos eficaces y versátiles para la obtención de recursos de subsistencia (Escola 2004; Nelson 1991; Torrence 1986). Si bien los resultados aquí obtenidos, deberán ser complementados con una profundización en el estudio del cuarzo, desde el punto de vista tipológico y petrográfico, para comprender con mayor exactitud la conformación de los conjuntos líticos y las fuentes de origen. En los conjuntos artefactuales se evidencian todas las etapas de la secuencia de producción y núcleos con un bajo número de lascados. Los artefactos se manufacturaron con baja inversión de trabajo (unifacialidad, retoque marginal), a excepción de los instrumentos bifaciales y compuestos sobre los que se invirtió mayor tiempo (reducción y adelgazamiento bifacial). Se destacan los artefactos del sitio Alero Dupuy, en el que el adelgazamiento bifacial sobresale del resto de técnicas dado que en este contexto parece primar la confección de puntas de proyectil.
El uso de la calcedonia, observada principalmente en la cantera-taller La Falla1, se desarrolló en el marco de una estrategia expeditiva, evidenciada por la formatización de artefactos con filos marginales, núcleos con escasas extracciones y su abandono en la fuente. Asimismo, se registró una mayor inversión de tiempo y energía en la formatización de instrumentos bifaciales y compuestos y núcleos de morfología piramidal. Esta diversidad puede responder a la necesidad de llevar a cabo actividades inmediatas y, al mismo tiempo, la preparación de artefactos versátiles y trasportables (Nelson 1991). Sobre estos últimos, la manufactura de artefactos mediante la reducción y el adelgazamiento con una larga vida útil (como por ejemplo los bifaces) que permiten reducir el tiempo dedicado a la manufactura y el mantenimiento de instrumentos (Nelson 1991; Parry y Kelly 1987; Shott 1986).
La confección de instrumentos, el aprovisionamiento de rodados y su traslado a los sitios, se habría producido en el marco de un aprovisionamiento de lugares (sensu Kuhn 2004). Estaestrategia, no estarían relacionada con una restricción de acceso a las fuentes o escasez de materias primas, sino a una búsqueda de la prolongación de la vida útil de los artefactos. De esta manera, los grupos aprovisionaron espacios particulares del paisaje,concordante con un momento en que se evidencia en la región una reorganización y reducción de la movilidad reflejada en el uso redundante de estos lugares (Pastor et al. 2012; Rivero 2009, entre otros). En el área de estudio las ocupaciones con evidencia que indican un posible aprovisionamiento de lugares son atribuidos a diferentes momentos del Holoceno tardío dada la presencia de puntas de proyectil pequeñas triangulares y fragmentos cerámicos. En estos contextos el registro arqueológico, entre ellos, los materiales litios parecerían reflejar el acondicionamiento de los lugares para el retorno a los mismos en el marco del desarrollo de patrones flexibles de movilidad (Balena y Medina 2021; Medina et al. 2014; Medina et al. 2016).
Por último, se reconoce el ingreso de recursos líticos no locales a la cuenca del río Quinto, representados por diferentes variedades de rocas silíceas y calcedonias. Estos recursos se evidencian en los sitios arqueológicos (Maruca Sur, Arroyo Saladillo)en estados avanzados de formatización (desechos de las últimas etapas de formatización y reactivación, numerosos artefactos bifaciales y pequeños), en general, relacionados con la confección de puntas de proyectil. La circulación de materias primas líticos no locales habría sido favorecida por la presencia del río y sus afluentes lo que permitió el ingreso de los mismos al área de estudio. El río Quinto que vincula distintos ambientes constituyo un corredor natural que favoreció el intercambio y la intercomunicación con los grupos humanos de áreas vecinas (González 1960; Heider 2016; Martínez Quiroz et al. 2017). Si bien aún falta llevar a cabo estudios más detallados para reconocer el origen de estas materias primas, fue posible observar que poseen características similares a aquellas disponibles en diferentes puntos de San Luis como en las fuentes Loma de los Pedernales en el sureste, Altos del Lechuzo en el oeste (Heider y Demichelis 2015; Heider 2016) y sierras de Tilisarao en el noreste. En este punto, debemos continuar con el estudio de las estrategias de aprovisionamiento de rocas no locales de manera de corroborar su origen y las formas de acceso.
El trabajo presentado permitió obtener una primera visión general sobre la Base Regional de Recursos Líticos del centro-este de San Luis y de las estrategias de aprovisionamiento, utilización y circulación de recursos líticos en la cuenca del río Quinto. La oferta de materias primas en el área de estudio habría promovido el uso de los recursos líticos a partir de distintos comportamientos tecnológicos según las decisiones de los grupos que habitaron la cuenca. La amplia y variada disponibilidad de recursos líticos y la implementación de diversas estrategias tecnológicas refleja un conocimiento detallado de las principales fuentes de materias primas, así como amplios rangos de acción y/o la existencia de redes sociales que permitieron el acceso a una variedad de recursos líticos. Quedan abiertos diferentes aspectos a abordarcon mayor profundidad y nuevos análisis para aplicar en el futuro.
Agradecimientos: Agradecemos al gobierno de la provincia de San Luis y a la secretaria de Patrimonio Cultual por su constante apoyo, así como a los pueblos originarios. A los especialistas del Departamento de Geología de la UNSL por sus valiosos aportes. A los dos evaluadores por sus comentarios y aportes. Este trabajo fue parte del proyecto doctoral de la autora en el marco de la beca de CONICET. A su vez, forma parte del proyecto de investigación “Investigaciones arqueológicas en sierras y llanuras del área centro-este de la provincia de San Luis”, financiado por el PICT 0290.