Introducción
En este trabajo se muestran nuestros primeros pasos para una caracterización petrográfica de las pastas cerámicas en el conjunto alfarero San José.Estas alfarerías fueron producidas durante los primeros siglos del Período de los Desarrollos Regionales (PDR) en el valle de Yocavil y sus alrededores, en el área valliserrana del Noroeste argentino (NOA).
A partir de observaciones sobre piezas de museos se ha avanzado en la diferenciación de este estilo y susvariantes (Palamarczuket al. 2014), no obstante, el tema de los estilos tecnológicos o modos de hacer involucrados en su producción ha sido poco considerado. Con el fin de contribuir en este campo se presentan los primeros resultados de análisis petrográficos de pastas sobre una muestra regional de 30 fragmentos cerámicos seleccionados en diferentes puntos del centro y sur del valle de Yocavil, en la provincia de Catamarca. El trabajo se propone comenzar a indagar la diversidad tecnológica en el conjunto alfarero San José mediante el aporte de la petrografía cerámica, uniendo las miradas de la arqueología y de la geología (Cremonte y Bugliani 2009; Reedy 2008;Stoltman 2001).
En base a los resultadosobtenidos se realizan inferencias sobre el oficio de los antiguos ceramistas y se evalúa la participación del conjunto en relación a diferentes tradiciones tecnológicas (Lechtman 1981) identificadas en Yocavil. En especial se buscóobservar cómo la práctica de incorporar tiesto molido o chamote a las “recetas” de elaboración ‐una pauta identificada en otros estilos contemporáneos y posteriores como Santa María y Ordinarias peinadas, pero raramente observada en alfarerías pretardías de la zona‐, se presenta en las variantes estilísticas San José de inicios de la época tardía.
Como un modo de avanzar en esta línea se plantearon los siguientes objetivos: a) Realizar una caracterización inicial de las pastas San José a partir de la petrografía cerámica. Esta información permite mejorar las tipologías arqueológicas con información de orden tecnológico. En nuestro caso, interesa comenzar a conocer las particularidades de las pastas San José, así como la variabilidad interna en este gran grupo. b) Evaluar la incidencia de la tradición del “tiesto molido” en la producción de alfarerías San José. c) Avanzar en la conformación de una base de datos petrográfica de escala regional.
El conjunto estilístico San José y su contexto histórico
La época denominadaen las secuencias regionales Período Intermedio Tardío, Período Tardío o de los Desarrollos Regionales, a comienzos del segundo milenio d.C.,se caracteriza en el Noroeste argentino,y en diversos territorios del área surandina, por el crecimiento y concentración poblacional generalizado,que en muchos escenarios derivó en la organización de grandes centros poblados conglomerados, algunos de los cuales permanecieron habitados por siglos. Junto con los importantes cambios relacionados con la organización política comunitaria y con la ampliación en la escala y complejización en la organización de los asentamientos, se experimentó en este momento histórico la creación y elafianzamiento de nuevos estilos visuales regionales. En estos estilos, plasmados en diversos soportes materiales, entre ellos las cerámicas, se aprecian conjunciones de elementos antiguos y novedosos, tanto en los aspectos expresivos, como en los tecnológicos, que se nos presentan como interesantes casos para el estudio de las tensiones y dinámicas entre tradición e innovación (Hegmon y Kulow 2005).
En el valle de Yocavily sus alrededores esta tendencia de cambios políticos se observa en el desarrollo de un sistema de poblados conglomerados con defensas, denominados pukaras, articulados con amplios espacios de producción agrícola (Tarragó 2000). Como parte de la ordenación del espacio habitado estas comunidades discriminaron sectores destinados al entierro de los difuntos, siendo característica la inhumación de infantes en urnas funerarias de cerámica.Como parte sustantiva de las transformaciones sociales de la época, entre los siglos XII a XIV se generaliza en Yocavil la producción de las alfarerías conocidas como “San José” (Palamarczuk y Greco 2022). Se trata deunacerámicadecorada con profusión, con diseños modelados y pintados -que combinan tonos crema, rojo y negro-, predominante en estos momentos iniciales del PDR.Las grandes tinajas San José poseen contorno complejo,que pueden alcanzar alturas superiores a los 60 cm, cuencos opucos y ollas.Sus usos más conocidos se vinculan al ritual funerario, donde participaron como contenedor de los cuerpos inhumados (urnas), como tapa de las urnas, o como ofrenda en entierros, generalmente de infantes (Figura 1).Las cerámicas San José serán sucedidas en la secuencia regional, por las más famosas alfarerías tardías conocidas como “Santa María”que perdurarán hasta la época colonial temprana (S XVII), según lo indican los fechados radiocarbónicos disponibles y las asociaciones contextuales (Greco 2014). Algunas de las variantes de tinajas San José estructuran su diseño a partir de un personaje antropomorfo dual; la vasija representa mediante rasgos faciales modelados a una figura humana en norma frontal y en ambas caras de la pieza. Este tema antropomorfo es un antecedente al diseño de las tinajas Santa María, que presentan en su gran mayoría la figura antropomorfa dual, y es uno de los elementos que permite trazar continuidades estéticas y simbólicas entre ambos conjuntos estilísticos (Nastri 2008; Palamarczuket al. 2015).
Hace unos años, en el marco de un plan de investigaciones sobre los inicios del Período de Desarrollos Regionales en Yocavil,se dio inicio aun estudio sistemático de las alfarerías San José, el cual integra el relevamiento de piezas en museos, la descripción de variantes considerando las morfologías y los diseños pintados y modelados, el estudio de los contextos de hallazgo, el registro de usos no funerarios, la cronología radiocarbónica y las características tecnológicas (Palamarczuk y Greco 2022; Palamarczuk y Ratto 2015; Palamaraczuket al. 2014, 2015; Palamarczuket al. 2020;). En la línea de los estudios tecnológicos se planeó el análisis petrográfico de las pastas cerámicas, un método tradicional que aún no había sido aplicado a este universo cerámico y que, en otros casos, demostróser de utilidad para la identificaciónde los materiales antiplásticos empleados. Esta información es importante para apreciar la diversidad en los estilos tecnológicos o modos de hacer, y con ello, reconocer opciones y decisiones técnicas de los artesanos alfareros y reconocer las tradiciones tecnológicas alfareras regionales (Dietler y Herbich 1998; Lemmonier 1992).
Punto de partida
Las descripciones publicadas de alfarerías San José se basaron principalmente en la forma, los diseños y los usos en contextos funerarios. En la bibliografía de fines del siglo XIX y hasta la década del 50 del siglo XX coexisten nombres como “Andalhuala”, “veleros”, “urnas veleras” y “San José” (Ambrosetti 1899; Bennett et al. 1948; Bregante 1926; Márquez Miranda 1946; Outes 1907;Serrano 1958). Posteriormente se impone la denominación San José, y se identifican subtipos o variantesen ese conjunto.Los diseños muestran un repertorio variado de elementos abstractos y figurativos que plantea correspondencias con el universo de la alfarería de estilos Santa María. Tomando en cuenta estas afinidades y las semejanzas en la espacialidad de los hallazgos, Serrano (1958) incluyó a las cerámicas San José dentro del complejo cerámico santamariano. No obstante, se destacan las peculiaridades que llevan a reconocer un conjunto con rasgos propios, con gran diversidad interna y mayor antigüedad relativa. Las observaciones sobre la tecnología cerámica fueron secundarias y quedaron en un nivel descriptivo general en torno al tipo de cocción, la técnica de modelado y el aspecto macroscópico de las pastas (Arena 1975;Cigliano 1958; González 1977; Podestá y Perrotta 1973;Serrano 1958).
A partir de la década de 1980, con el impulso teórico-metodológico de la arqueología procesual, se diseñan los primeros estudios de aspectos tecnológicos de la producción cerámica que incluyeron observaciones sobre las alfarerías del conjunto San José en Yocavil. Estos se realizaron a escala de localidad arqueológica, empleando como recurso analítico la observación de fracturas frescas con lupa binocular (10X a 40X). La mayoría de los resultados se consideraron provisorios y permanecieron inéditos. Se clasificaron de este modo las pastas en grupos o estándares, por ejemplo, en las localidades de Loma Rica de Shiquimil(Tarragóet al. 1988), Rincón Chico (Piñeiro 1996, 1997; Palamarczuk 2002) y Las Mojarras (Marchegianiet al. 2007). En todos los casos las pastas se describen como de cocción oxidante, compactas, con antiplásticode grano fino,y se plantea la posibilidad de la presencia de tiesto molido, la que debía confirmarse mediante petrografía.
Recientemente,y considerando trabajos previos como los de Perrotta y Podestá (1975), se señaló la necesidad de continuar perfeccionando las tipologías cerámicas. Se propuso entonces unanueva definición de variantes en el conjunto San José a partir del estudio de formas y diseños en vasijas completas demuseos(variantes Shiquimil, Entre Ríos, Negativos y sapitos, Lorohuasi, Fuerte Quemado, Peñas Azules tricolor, Peñas Azules antropomorfo, Grupo X) (Palamarczuket al. 2014, 2015) (Figura 2).
Repasando de manera global los antecedentes de estudios petrográficos de estilos alfareros que circularon con diferente intensidad en la región de Yocavily zonas vecinas se observael empleo de diferentes escalas de análisis local o regional. Se han estudiado conjuntos alfareros formativos o pretardíos(anteriores al segundo milenio d.C.) como Vaquerías, Condorhuasi, grises pulidos con y sin incisiones, alfarería ordinaria alisada, etc.;y estilos tardíos (posteriores al primer milenio d.C.)como Santa María tricolor y bicolor, urnas Negro sobre Rojo tardías de Yocavil, Famabalasto Negro Grabado, Belén, Inca Provincial, Ordinarias alisadas y peinadas y Caspinchango (De La Fuente 2004; Manasse y Páez 2007; Marchegiani 2012; Palamarczuk 2002, 2011; Páez y Arnosio 2009; Páez et al. 2006; Pereyra Domingorena 2012; Pereyra Domingorena y Puente 2018; Puente 2017; Rattoet al. 2005; Schwarz 1991; Sjödin1998; Spano 2008; Tarragó y Renard 2001;Wynveldt 2009; Zagorodnyet al. 2008; entre otros). Este repaso nos permite notar que existe una importante aplicación del método petrográfico en las investigaciones ceramológicas regionales, evaluando muestras que en algunos casos están compuestas por varias decenas de cortes delgados y en cuyo desarrollo convergen diferentes grupos de investigación encabezados por arqueólogos, pero en el que se valora la colaboración de especialistas de las ciencias geológicas. Por otro lado, nos muestra con claridad cómo el conjunto San José se mantiene aún como un campo de estudio vacante.
Los estudios petrográficos de pastas cerámicas de estilos alfareros del PDR son una base de referencia importante para estudiar la singularidad de cada estilo y realizar comparaciones entre ellos, identificar las tradiciones tecnológicas y las diferencias espaciales y temporales. Gracias a estos trabajos se pudo reconocer la tradición de incorporar arenas y tiesto molido o chamote en la elaboración de muchas de las alfarerías tardías en la zona de Yocavil y alrededores, especialmente en los estilos Santa María tricolor, bicolor, Belén-Santa María y en las cerámicas Ordinarias peinadas (Iucci y Alperin 2019;Manasse y Páez 2007; Marchegiani 2012; Orgaz y De La Fuente 2013; Palamarczuk 2002; 2011; Palamarczuket al. 2014; Puente 2016, 2017; Sjödin 1998).
Por su parte, los estudios petrográficos de alfarerías pretardías características de la zona, si bien deben ser aumentados y profundizados, han registrado por el momento esta modalidad tecnológica de modo muy acotado en ejemplares de estilos considerados alóctonos, como Vaquerías (correspondiente a los primeros siglos del primer milenio d.C.), o en un caso aislado de cerámica Ordinaria pulida de pasta gruesa (correspondiente a los últimos siglos del primer milenio d.C.) (Baigorria Di Scala 2008; Pereyra Domingorena y Puente 2018; Pereyra Domingorenaet al. 2020; Spano 2008).A partir de estos antecedentes surgen diversos interrogantes. ¿En qué momento toma inicio y se afianza en Yocavilla tradición tecnológica de incorporar mezclas de arenas y tiesto molido a las arcillas, como antiplásticos para elaborar cerámicas?¿Se puede relacionar esta característica tecnológica al desarrollo de las innovaciones estéticas y técnicas que dan marco a la producción de las alfarerías San José?Para comenzar a dar respuesta a estas cuestiones se diseñó el primer estudio petrográfico de una muestra regional de fragmentos San José.
Conformación de la muestra y método de estudio
Se seleccionó una muestra regional inicial de 30 fragmentos con una buena conservación y tamaño suficiente para la identificación de forma y variante. Los fragmentos fueron recuperados mediante excavaciones o recolecciones de superficie por el Proyecto Arqueológico Yocavil en 12 localidades arqueológicasubicadas en ambas márgenes en el centro y sur del valle, estas son, de norte a sur: Fuerte Quemado (1), San Expedito (Santa María) (1), Masao (4), Rincón Chico (6), Caspinchango (3), Lorohuasi (5), Entre Ríos (1), Loma Alta (2), Yapes (1), Andalhuala (2), El Colorado (2) yAmpajango (2) (Figura 3)2. Los fragmentos fueron lavados con agua desmineralizada para una mejor observación de los diseños que posibilitara su adscripción estilística. La muestra bajo análisis incluye ejemplares de los tres grupos de formas: A: tinajas (13), B: ollas (2), C: cuencos o pucos (12), solo en tres casos no pudo establecerse con certeza la forma.La clasificación estilística adquirió diferentes niveles de precisión en cada caso, todos los tiestos se clasifican dentro del conjunto San José, en algunos casos, gracias al mayor tamaño o presencia de puntos característicos o diseños diagnósticos se pudo discriminar una variante o subvariante más específica, así, la colección se agrupó en las siguientes categorías: San José (9), Entre Ríos (3), Lorohuasi (4), Peñas Azules/Grupo X (2), Fuerte Quemado fuera de modalidad (1), Shiquimil (3), Shiquimil reticulado (1), Shiquimil ondas (2), Shiquimil triángulos (2), Shiquimil tricolor (3) (Tabla 1).Cada tiesto fue dibujado y fotografiado con anterioridad a la confección de los cortes, que se realizaron en sectores marginales de los fragmentos con el fin de minimizar su impacto3.
Los cortes delgados se orientaron de manera paralela a la base y borde de la vasija y se prepararon según las técnicas corrientes previa impregnación en vacío con resina sintética azul. Las láminas delgadas se observaron con lupa binocular (Arcano, 10X - 40X) bajo luz normal, incidente y transmitida, y con microscopio petrográfico (Arcano, Karl Zeiss y Leica, 40X -100X) bajo luz polarizada. Se apreciaron las características de la matriz: su granulometría, coloración, translucidez y estructura (Courtois 1976); de las cavidades: su forma, tamaño, orientación y presencia de rellenos postdepositacionales,y de las inclusiones: tipo, rango de tamaño, selección, desgaste, orientación. Se identificaron las rocas y minerales presentes en las muestras con las técnicas usuales de la mineralogía óptica (Kerr 1965, Best 2003). En cuanto a la distinción del tiesto molido como inclusión intencional se siguieron los criterios expuestos por Cuomo Di Caprio y Vaughan (1993) en su trabajo experimental.
La frecuencia relativa de los componentes (matriz, poros e inclusiones) se estimó mediante un muestreo por conteo de 300 puntos empleando ocular grillado a 60X.Los tamaños de las inclusiones y de los poros se establecieron mediante un promedio de 70 registros por corte y se expresan mediante la escala de rangos de tamaños proporcionada por Ortonet al. (1997)4. Para la cuantificación se consideró de manera arbitraria un tamaño mínimo de las inclusiones en 0,04 mm. La selección y el desgaste de los clastos se estableció de acuerdo con los gráficos de Barraclough (1992, en Ortonet al. 1997)5. Se tomaron varias microfotografías por muestra con y sin analizador.
Resultados
En todos los fragmentos se observaron superficies de fractura fresca con texturas finas a irregulares y tonalidades del fondo de pasta rosado a anaranjado, la atmósfera de cocción es oxidante completa. El espesor de los fragmentos varía entre 4 y 10mm.La muestra posee características recurrentes en la composición y estructura de las pastas.La matriz es,en todos los casos,anisótropa, translúcida, birrefringente en distintos grados, con predominio de granulometrías limo-arcillosas o arcillo-limosas. En luz normal lasestructurasque predominan son de tipo fluidal compacta que con luz polarizada se aprecian de tiposeudolepidoblástica, aunque hay varios ejemplares con estructura microgranosa (Tabla 2).
La porosidad es en general baja y varía entre 4 y 12 %. Los poros son en general esféricos, algunos aplanados e irregulares, de tamaños muy fino a medio, sin orientaciones preferenciales. Se observaron algunas cavidades rellenas con carbonatos y con un material isótropo, debido a procesos postdepositacionales.
La frecuencia de las inclusiones varía entre 17 y 31 % con valores modales en el rango de 20 a 25 %. El rango de tamaño predominante va desde muy fino hasta medio, con menor presencia de clastos groseros. La selección tiende a ser pobre a muy pobre. El desgaste de los clastos es variable, con diversos grados de esfericidad y redondez en las inclusiones de una misma pieza. La asociación más frecuente es: cuarzo, plagioclasa, vidrio, clastos líticos ígneos (volcánicos y plutónicos de diversa composición), micas (biotita y muscovita) y feldespato potásico. El cuarzo es el tipo de inclusión que predomina en la mayoría de los casos. El 60 % de la muestra incluye clastos líticos metamórficos. Inclusiones ubicuas, pero en escasa proporción, son losminerales ferromagnésicos y los minerales opacos. En algunos casos se registró presencia de clastos de roca sedimentaria, granate o sillimanita, en escasa proporción (Tabla 3). Las inclusiones minerales y líticas son consistentes con las descripciones de la geología regional (González et al. 2000; Ruiz Huidobro 1972). Por su alta frecuencia se plantea la hipótesis de una incorporación intencional de las inclusiones arenosas para la elaboración de los bollos con los cuales se levantaron las piezas cerámicas. No obstante, en particular los clastos de tamaño muy fino, no pueden descartarse como material presente de manera natural en los depósitos arcillosos explotados (Figura 4 y Figura 5).
Se registró presencia significativa de tiesto molido (mayor a 10%) solo en un caso (corte 14). Los granos de tiesto molido observados poseen diversa fábrica entre sí, lo que indica un posible aporte de varios ceramios. Por su abundancia y diversidad se propone que el tiesto molido es una inclusión intencional en este caso. El ejemplar corresponde a una urna de la variante “Fuerte Quemado” fuera de modalidad (Figura 6).En otros cuatro casos se identificaron clastos esporádicos compatibles con tiesto. Sin embargo, su baja frecuencia plantea la posibilidad de que se trate de inclusiones accidentales.
En 14 casos se observaron grumos arcillosos en escasa proporción, los que pueden explicarse como producto de un proceso de amasado que no alcanzó a homogeneizar el bollo o como inclusiones accidentales incorporadas durante el proceso de amasado o levantado de las vasijas.
Discusión y conclusiones
Los nuevos datos petrográficos permiten una caracterización inicial de las pastas cerámicas en el conjunto alfarero San Joséy aportan datos sobre la producción alfarera de estilos modelados y pintados en un bloque temporal extenso de al menos dos siglos de duración en la historia regional. Una primera conclusión, esperadaa priori, es que las inclusiones presentes resultan coherentes con la geología regional, de acuerdo con las descripciones publicadas (González et al. 2000R; Ruiz Huidobro 1972).Las inclusiones minerales y líticas observadas son entonces consistentes con una producción local entendida en términos amplios, en una resolución espacial regional.
Con relación a los modos de hacer desplegados en la elaboración de la masa arcillosa, se observa que los antiguos alfareros agregaron sedimentos de grano limo y arena a las arcillas.La carga de arenas contribuye a que las vasijas San José sean relativamente pesadas, esto, sumado a las grandes dimensiones de las tinajas, de las ollas y de muchos de los cuencos, los torna objetos difíciles de transportar. Es plausible que esta mezcla de materiales haya sido buscada para lograr el modelado exitoso, minimizando la posibilidad del colapso durante el proceso de montaje detinajas de gran porte y contornos complejos, proceso que, en el caso de las tinajas, demandó varias etapas para el modelado del cuerpo inferior, el gran cuerpo superior y el cuello o borde. No obstante, no se registró una diferencia en la fábrica que pueda relacionarse a las diversas morfologías de las cerámicas, es decir que los cuencos, de contorno simple, poseen pastas de características similares a las observadas en ollas o tinajas complejas. Otra característica teórica que le confiere esta fábrica y que pudo incidir en esta opción tecnológica es la morigeración de la propagación de fracturas anteposibles golpes (Rice 1987).
El único ejemplar que presentó proporciones significativas de tiesto molido o chamote,compatibles con su incorporación intencional a la pasta, corresponde a una vasija que, con anterioridad a su análisis petrográfico,fue descrita como fuera de modalidad en base a su forma, proporciones y diseños pintadosen guardas frontales. Allí se dibujó un ser híbrido humano-batracio con cabeza antropomorfa con un modo de representación del rostro similar al registrado en ejemplares de alfarería Santa María. En el interior de esta urna se halló el entierro secundario de un individuo adulto, una práctica funeraria poco frecuente en vasijas San José de Yocavil. El estudio petrográfico aportó nuevos elementos que señalan el carácter singular de esta vasija. La integración del dato tecnológico y el iconográfico apoyan la percepción de esta pieza como un caso en el que coexisten elementos de los estilos San José y Santa María. El fechado radiocarbónico obtenido (605 ± 20) (YU-4520), 1321AD (24,5%) 1348AD; 1387AD (70,9%) 1421AD Cal 2 sigma es el más moderno actualmente disponible asociado a una vasija San José (Palamarczuk y Greco 2022).
Agradecimientos :Lucas Pereyra Domingorena, María Cristina Scattolin, Myriam Tarragó, Alina Álvarez Larrain, Sonia Lanzelotti, Catriel Greco, Roberto Asta. Dirección Provincial de Antropología de Cata-
Con estos primeros resultados se plantea a modo de hipótesis que la tradición tecnológica del tiesto molido en los estilos modelados y pintados tardíos de Yocavilno está presente en el conjunto San José. Esta tradición comenzó con ejemplares de estilos Santa María y también con raros casos mixtos San José-Santa María como el que se pudo analizar y que permite situar temporalmente el umbral inicial de esta práctica en el PDR local hacia el siglo XIV d.C.
Perspectivas
La agenda de trabajo es de largo aliento y continuará con la ampliación de la muestra de cortes petrográficos de cerámicas San José para avanzar en la búsqueda de tendencias tecnológicas según variante y procedencia. La gran cantidad de variantes identificadas de acuerdo a atributos expresivos de forma y diseño en el estilo San José requiere de una muestra de casosconsiderablemente mayor. No obstante, la muestra regional de 30 casos analizada, ha permitido identificartendencias tecnológicas sobre el conjunto. Otro paso necesario será establecer comparaciones petrográficas con estilos contemporáneos que plantean diversidad funcional como las ollas Ordinariaspeinadas, empleadas en la elaboración y almacenamientos de alimentos.
Notas
1 Siglas de museos a los que corresponden las piezas que componen las Figuras 1, 2 y 6: MEJBA: Museo Etnográfico “Juan Bautista Ambrosetti”, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. MLP-Ar:
División Arqueología del Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. MEB:Museo Arqueológico Provincial “Eric Boman”, Santa María, Catamarca.
2Los fragmentos de San Expedito y Entre Ríos corresponden a rescates de hallazgos fortuitos de entierros en urna aislados, los fragmentos de Lorohuasi y Rincón Chico 25proceden de recoleccionesprogramadas en sectores identificados como cementerios, que se asocian espacialmente con poblados tardíos concentrados. Los fragmentos de La Maravilla, Masao y Fuerte Quemado corresponden a recolecciones de superficie en poblados tardíos
3 Los cortes petrográficos fueron realizados por el Sr. Roberto Asta.
4Los términos para describir los tamaños de los clastos y las cavidades son Muy Fino: menor de 0,1 mm. Fino: de 0,1 a 0,25 mm.Medio: de 0,25 a 0,5 mm. Grosero: de 0,5 a 1 mm. Muy grosero: mayor de 1 mm. (Ortonet al. 1997: 268).
5 El término selección indica el grado de semejanza de los tamaños de los clastos presentes en una muestra sedimentaria. La escala empleada incluye las categorías de muy pobre, pobre, equilibrada, buena y muy buena (según gráfico de Barraclough 1992, en Ortonet al. 1997).