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Anuario de investigaciones
On-line version ISSN 1851-1686
Anu. investig. vol.16 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Jan./Dec. 2009
PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA
Cuidado, búsqueda de información y uso del sistema de salud: representaciones sociales de los y las usuarios /as adolescentes sobre la participación en el campo de la salud de la CABA
Care, information and usage of health system: social representations of participation in health field in teenager users of CABA health system
Grippo, Leticia1; Chardon, María Cristina2
1 Grippo, Leticia; Lic. en Psicología. Facultad de Psicología. UBA. Ayudante de primera. Dedicación: simple. Materia: Psicología Educacional.
Cátedra: I (083).Prof. Adjunta a cargo: Chardon, María Cristina. Carrera: Licenciatura en Psicología. Facultad de Psicología. UBA. Becaria de
Maestría UBACYT 2006-2009. Maestría en Psicología Social Comunitaria. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires. E-mail: leticiagrippo@gmail.com
2 Chardon, María Cristina: Doctora en Psicología. Universidad Iberoamericana de México. México, D.F. Departamento de Psicología. Lic. en
Psicología. Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Profesora Adjunta Regular a cargo de la Cátedra Psicología Educacional I. Facultad de
Psicología. Universidad de Buenos Aires. Directora del proyecto UBACYT "Procesos psicoeducativos y participación. Vida cotidiana en educación
escolar y no escolar". Facultad de Psicología. UBA. E-mail: cchardon@psi.uba.ar
Resumen
En este artículo presentamos los resultados del proyecto
de tesis de maestría "Representaciones de participación
en el campo de la salud de adolescentes usuarios/ as del
sistema público de salud de la CABA" dirigido por la Dra.
María Cristina Chardon. El proyecto tiene un diseño de
tipo cualitativo, exploratorio y descriptivo. Se emplearon
como instrumentos de recolección de datos entrevistas
en profundidad, grupos focales y observaciones.
La muestra está compuesta por una mayoría de mujeres
y por un tercio de varones. Las edades oscilan entre
los 12 y 19 años.
Los resultados muestran que la mayoría de los y las
usuarios /as adolescentes ha elaborado representaciones
sociales sobre la participación en el campo de la salud
y que sólo una minoría no lo ha hecho. Las representaciones
sociales se refieren a: búsqueda de información,
prácticas de cuidado y uso del sistema de salud.
Palabras clave: Representaciones sociales; Participación; Adolescentes; Cuidado; Busqueda de información; Uso del sistema de salud
Abstract
In this article we present the results from the Master´s
thesis project named "Representations of participation
in health field of teenager users of health public system
of CABA" directed by Dr. María Cristina Chardon.
The project has a qualitative, exploratory and descriptive
design. Data collection was done by using deep interviews,
observations and focal groups. The sample
has a majority of women and one third of the sample are
men. Ages range between 12 and 19 years old.
Results show that the majority of teenager users have
created social representations about participation in
health field and that a minority has not. Social representations
relate to information research, care practices and
the usage of health field.
Key words: Social representations; Participation; Teenagers; Care; Information; Usage of health system
Introducción
En este artículo presentamos los resultados del proyecto
de tesis de maestría "Representaciones de participación
en el campo de la salud de adolescentes usuarios/ as del
sistema público de salud de la CABA" que se enmarca en
el proyecto UBACYT PS 064: "Representaciones de cuidado
y salud en docentes, padres y niños de nivel inicial",
dirigido por la Dra. María Cristina Chardon.
El diseño de investigación es exploratorio- descriptivo
con metodología cualitativa. Se emplearon como instrumentos
de recolección de datos: entrevistas en profundidad,
grupos focales y observación simple y participante.
En este artículo presentaremos los resultados surgidos
a partir de las entrevistas en profundidad. El formato de
la entrevista incluía la pregunta sobre el significado que
tenía la participación en el campo de la salud para los y
las adolescentes.
Los resultados muestran que la mayoría de los y las
usuarios /as adolescentes entrevistados que emplean el
sistema público de salud de la ciudad de Buenos Aires
han elaborado representaciones sociales sobre la participación
en el campo de la salud, que sólo una minoría
todavía no ha elaborado ninguna representación social
en torno a dicho objeto y que una minoría ha elaborado
representaciones sociales complejas en torno a la participación
en el campo de la salud, es decir, representaciones
sociales compuestas por más de un elemento.
En cuanto a la mayoría de la muestra que ha construido
representaciones sociales sobre el objeto "participación
en el campo de la salud", podemos decir que las mismas
se refieren a: la búsqueda de información, prácticas
de cuidado y uso del sistema de salud. Todas las
representaciones mencionadas coexisten en forma simultánea
con la misma frecuencia.
1. Metodología
1.1. Diseño de investigación:
El diseño de la investigación es de tipo cualitativo, exploratorio
y descriptivo. Buscó comprender en profundidad
el marco de referencia con el que se desenvuelven los y
las usuarios /as adolescentes del sistema público de salud
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en lo referente
a la participación. Es de carácter exploratorio debido
a la escasa indagación que ha tenido este tema en
Argentina y en la ciudad de Buenos Aires en particular.
1.2. Muestra:
En relación con la muestra, se seleccionaron en forma
intencional y por la técnica de "bola de nieve" a adolescentes
usuarios /as del sistema público de salud de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires teniendo como criterio
de inclusión la accesibilidad. Se cumplió con el requisito
planteado en el diseño, que buscaba que la muestra
fuera homogénea en lo referente a que los entrevistados
fueran usuarios/os del sistema público de salud de
la CABA y tuvimos acceso a usuarios/as adolescentes
que utilizan tanto hospitales como centros de salud.
Si bien se planificó que la muestra fuera heterogénea en
lo referente a género, edad y clase social, los varones
constituyen solamente un tercio de la muestra y la mayor
parte de los entrevistados son mujeres. En cuanto a
la clase social, todos los entrevistados se encuentran en
situación de pobreza y provienen de barrios de la zona
sudoeste de la ciudad. En relación con las edades, tuvimos
acceso a adolescentes cuyas edades oscilan entre
12 y 19 años.
El número de casos de la muestra estuvo sujeto a la
saturación conceptual (Córdova 1990).
1.3. Instrumentos de recolección de datos:
Se tomaron entrevistas en profundidad y grupos focales
a la vez que se efectuaron registros de observaciones
simples y participantes. En este artículo analizamos los
datos surgidos de las entrevistas en profundidad. Se
tomaron 29 entrevistas en profundidad a adolescentes
varones y mujeres cuyas edades se encuentran comprendidas
entre los 12 y los 19 años.
Las entrevistas en profundidad contenían preguntas no
estructuradas organizadas según ejes temáticos para
indagar sobre las representaciones sociales de participación
en el campo de la salud de adolescentes usuarios
del sistema público de salud de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires a partir del discurso espontáneo de los
sujetos (Abric, 1994).
1.4 Procesamiento y análisis de los datos.
El análisis de los datos se realizó desde la perspectiva
de la Teoría Emergente que propone "la conjunta recolección
teórica, codificación y análisis de los datos para
posibilitar que el investigador esté atento a la emergencia
de categorías" (Glasser y Strauss, 1967). Se trianguló
la información obtenida a partir de los instrumentos
de recolección mencionados. Se empleó el software de
análisis de datos cualitativos Atlas Ti.
2. Resultados
2.1. Caracterización socio-demográfica de los /as
usuarios /as adolescentes entrevistados que conforman
la muestra.
En relación con la muestra, tuvimos acceso a 29 adolescentes
usuarios/as del sistema público de salud de entre
12 y 19 años, de los cuales el 34,8% son varones y
el 65,2% son mujeres. Esta mayoría de mujeres en la
muestra, es coincidente con los resultados de otras investigaciones
sobre salud adolescente, que plantean la
feminización en el uso del sistema público de salud y la
reticencia de los varones a utilizar el sistema sanitario
(Kornblit, 2005; Zaldúa y otros, 2006). El 72,4% de los/as adolescentes de la muestra son argentinos mientras
que el 27,6% proviene fundamentalmente de Bolivia y Paraguay y en menor medida de Perú.
La mayoría de los/as usuarios/as (44,8%) vive en barrios
de la zona sudoeste de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (La Boca, Barracas, San Telmo y Constitución),
mientras que el 37,9% vive en villas de la ciudad,
más específicamente en la villa 1/11/14 (Bajo Flores)
y en la villa situada en costanera sur. Del total de
inmigrantes extranjeros, el 75% vive en la villa 1/11/14.
El 17, 2% de los/as entrevistados/as vive en la Pcia. de
Buenos Aires (Avellaneda, Glew y San Justo). Aquellos
adolescentes que viven en provincia, no estudian ni utilizan
el sistema público de salud de la provincia sino que
asisten a escuelas públicas y son usuarios/as del sistema
público de salud de la CABA desde pequeños. Por lo
general, se acercan a los centros de salud y hospitales
al terminar su horario escolar y antes de regresar a sus
hogares.
El 44,8% de los adolescentes vive en familias monoparentales
o con tíos/as y hermanos /as mayores y el 55,2%
vive con ambos padres.
La situación socio-económica de estas familias es precaria,
ya que muchas de las madres de las familias
monoparentales está sin empleo. Mientras que las madres
y hermanas que poseen trabajo, son empleadas
domésticas o trabajan en peluquerías, es decir que se
trata de empleos precarios. En las familias en las que
están presentes ambos padres, por lo general las madres
son amas de casa y los padres se dedican a la
construcción, hacen changas o están desocupados.
En relación con la escolaridad de los/as adolescentes,
podemos dividir la muestra en cuatro grupos: a) los /as
adolescentes que están escolarizados y que están cursando
el grado o año que es esperable para su edad
(44,8%), b) las adolescentes que tienen hijos/as, las
cuales en todos los casos han abandonado la escuela
secundaria y no estudian ni trabajan (13,8%), c) los/as
adolescentes que no terminaron la escuela primaria y
asisten a las escuelas del PAEBYT (Programa de Alfabetización,
Educación Básica y Trabajo del Gobierno de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuyo objetivo es
que los jóvenes que abandonaron la escuela finalicen la
escolaridad primaria). Los/as adolescentes que asisten
a este programa constituyen un 27,6% de la muestra,
porcentaje constituido por adolescentes varones y mujeres
cuyas edades oscilan entre los 13 y los 17 años y
d) los/as adolescentes que concurren a la escuela primaria
pero tienen sobreedad, los cuales constituyen el
10,3% de los/as entrevistados. Uno solo de los adolescentes
ya finalizó la escuela secundaria y trabaja.
Entre las razones de la deserción escolar, los/as adolescentes
argentinos varones mencionan que durante la
crisis del 2001 tuvieron que salir a trabajar para ayudar
a sus familias para poder comer. Entre los trabajos mencionados
aparecen el "cartoneo" y el pedido de comida
en los supermercados. En el caso de los/as adolescentes
extranjeros, la deserción escolar se produce en sus
países de origen y el período de adaptación que tiene
lugar en nuestro país demora el contacto con la escuela.
A esto se suma la falta de certificados de escolaridad
de sus países de origen, sin los cuales la escuela argentina
no los recibe y ese es el motivo de la consecuente
derivación a programas como el PAEBYT. También figura
entre las razones de la deserción el embarazo de las
adolescentes. Todas las adolescentes madres entrevistadas
abandonaron la escuela al quedar embarazadas y
actualmente no estudian ni trabajan.
En relación con el trabajo adolescente, el 13,8% de los
adolescentes trabaja, y el trabajo lo realizan fundamentalmente
los varones, quienes efectúan actividades de"cartoneo", construcción y costura. Asimismo, la mayoría
de los/as entrevistados realiza actividades domésticas
y cuida de sus hermanas/os menores, lo cual puede
ser considerado una forma de trabajo (Duschatzky y
Corea, 2005).
Esta descripción coincide con otras investigaciones sobre
los/as usuarios del sistema público de salud que
arrojan como resultado que son los sectores más pobres
de la sociedad los que utilizan el sistema estatal de
salud. Los /as adolescentes de la muestra recurren al
sistema público de salud de la ciudad ya que debido a la
precariedad de los trabajos de sus progenitores no poseen
obra social y las prepagas no figuran entre las
posibilidades de acceso (Nirenberg, 2003).
2.2 La participación en el campo de la salud como
objeto social relevante para las y los usuarias /os
adolescentes.
Las representaciones sociales son la forma que tienen
las personas de interpretar la realidad cotidiana. Constituyen
el pensamiento social o de sentido común y permiten
la elaboración de los objetos sociales que son
relevantes para una comunidad (Moscovici, 1963). Se
caracterizan por ser la actividad mental desplegada por
los sujetos y los grupos sobre las situaciones, acontecimientos,
objetos y comunicaciones que les conciernen.
Si bien aparecen a nivel de los sujetos, son una articulación
entre lo psicológico y social. Sabemos que lo social
interviene de diversas maneras para la construcción
de las representaciones. En primer lugar, a través del
contexto concreto en el que las personas desenvuelven
sus vidas cotidianamente, el cual conforma la arena
sobre la que se elaboran las representaciones. En segundo
lugar, a través de la comunicación que se da entre
los grupos que conforman una comunidad. En tercer
lugar, por medio de los códigos, valores e ideologías
que tienen los grupos, relacionados con su posición y
pertenencias sociales. Las representaciones tienen
como función orientar la interacción con los demás
miembros de la comunidad (Jodelet, 1986).
La teoría de las representaciones sociales sostiene que
cada grupo elabora sus propias representaciones sociales
en torno a los objetos u acontecimientos sociales que los afectan.
En esta investigación nos propusimos indagar sobre las
representaciones que los/as usuarios/as adolescentes
construyen sobre la participación en el campo de la salud,
objeto social cuya aparición oficial en el campo de la
salud de la CABA data de hace aproximadamente diez
años cuando fue incluido explícitamente como un componente
de la política pública en salud de la ciudad.
Las representaciones de la participación en el campo de
la salud de los y las usuarios /as adolescentes depende
entonces de la manera en que los mismos interactúen
con este objeto social:
"La participación es un fenómeno complejo producto de una trama de factores interactuantes, de diferente naturaleza. No se genera con decretos ni con discursos unilaterales sino que depende de la potencialidad del tejido social, de la habilitación que se haga desde los espacios que históricamente han acumulado poder (y micropoder), de las condiciones sociopolíticas que la dinamicen. Por todo esto no es independiente de un nivel subjetivo en que se instaura ese "sentirse parte", esa capacidad de goce a través del logro colectivo" (Güida y otros, 1999).
De manera que las representaciones sociales de los y las adolescentes dependen de la difusión que se da en el campo a la participación, de las prácticas culturales que habilitan espacios para participar y del modo que los profesionales de la salud se comportan en relación con la participación en la adolescencia. Las representaciones sociales de los y las adolescentes están relacionadas con la posición periférica que ocupan como agentes del campo de la salud de la ciudad. Esta posición periférica condiciona la información disponible concerniente al objeto representado, la cual es desigualmente accesible para este grupo y da como resultado que los y las adolescentes focalicen sobre ciertos aspectos del objeto y no tengan en cuenta los restantes (Jodelet, 1991).
2.3. Cuidado, búsqueda de información y uso del
sistema de salud: representaciones sociales de los
y las usuarias /os adolescentes sobre la participación
en el campo de la salud.
Para indagar sobre las representaciones sociales acerca
de la participación en el campo de la salud de los y
las adolescentes usuarios/ as del sistema público de
salud de la ciudad de Buenos Aires se emplearon como
instrumentos de recolección de datos entrevistas en
profundidad. A continuación desarrollaremos los resultados
surgidos de las entrevistas, en las cuales se preguntaba
directamente a las y los adolescentes qué sentido
tenía para ellos la participación en el campo de la
salud.
Los resultados muestran que la mayoría de los y las
usuarios /as adolescentes entrevistados que emplean el
sistema público de salud de la ciudad han elaborado
representaciones sociales sobre la participación en el
campo de la salud y que sólo una minoría todavía no ha
elaborado ninguna representación social en torno a dicho
objeto. De lo cual puede interpretarse que para la
mayoría de los y las usuarios /as la participación en el
campo de la salud constituye un objeto relevante sobre
el cual han construido conocimiento.
Sin embargo, es necesario mencionar que la pregunta
sobre el significado de la participación en el campo de la
salud los deja perplejos, muchos de ellos expresan que
nunca nadie les ha hecho esa pregunta con anterioridad
o que nunca se habían puesto a pensar sobre el tema.
Sin embargo, aceptan el desafío de la pregunta y responden,
brindándonos la oportunidad de conocer las
representaciones sociales que subyacen y sobre las
cuales no se habían detenido antes a pensar.
Del total de adolescentes de la muestra podemos distinguir
tres grupos según el tipo de respuestas que
brindaron:
• Una mayoría que ha elaborado representaciones sociales
sobre el objeto indagado con contenidos diversos.
• Una minoría que no han elaborado todavía ninguna
representación social en torno a la participación en el
campo de la salud.
• Una minoría que ha elaborado representaciones sociales
complejas en torno a la participación en el campo
de la salud, es decir, representaciones sociales compuestas
por más de un elemento.
En cuanto a la mayoría de la muestra que ha construido
representaciones sociales sobre el objeto "participación
en el campo de la salud", podemos decir que las mismas
se refieren a: la búsqueda de información, prácticas
de cuidado y uso del sistema de salud.
Es necesario aclarar que la diferencia de frecuencia
entre las categorías es mínima, de manera que puede
afirmarse que todas estas representaciones sociales
sobre la participación en el campo de la salud coexisten
en forma simultánea entre la población adolescente
usuaria del sistema público de salud de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
2.4. La participación en el campo de la salud entendida
como Cuidado.
Las representaciones sociales de los y las usuarios/ as
adolescentes que asocian la participación en el campo
de la salud con el cuidado, nos llevan a preguntarnos
por el lugar del cuidado en nuestra cultura. La preocupación
por el cuidado es histórica en la sociedad humana,
como plantea Cristina Chardon:
"La temática del cuidado se ubica en los bordes entre varios campos disciplinares y ha ido alcanzando progresivamente las dimensiones de una verdadera cultura del cuidado. Si bien durante mucho tiempo, la palabra legítima sobre la salud y la enfermedad era la de la medicina, el tema del cuidado ha preocupado desde la antigüedad clásica. El cuidado de sí ha sido consagrado por Sócrates... la filosofía posterior retomó y en la medida en que ella misma se concibió como el arte de la existencia, la temática del cuidado ocupó el centro de sus reflexiones" (Chardon, 2008).
La misma autora sostiene que las primeras nociones de
cuidado se aprenden con los padres y madres, en el
contexto de la actividad cotidiana de la familia y posteriormente
con los docentes en el contexto de la actividad
escolar (Chardon y otros, 2005).
Los resultados de la investigación (UBACYT PS064)1 muestran que las primeras nociones o representaciones
sobre el cuidado de niños y niñas están asociadas a la
presencia de un otro significativo que cuida y que la idea
del propio cuidado aparece tardíamente. Cuando se les
preguntó a los niños /as cómo se podía ayudar a los títeres
a cuidarse, respondieron con una lista de prohibiciones
que dan cuenta de que sus enunciados reproducen
las prohibiciones de los adultos. Solamente aparecen
frases en positivo construidas por ellos mismos cuando
las situaciones planteadas se relacionan con sus experiencias,
en estos casos, niños y niñas pueden pensar
en formas e indicaciones para cuidarse. Otro hallazgo a
resaltar es el hecho de que las representaciones sobre
el cuidado se refieren al cuidado del cuerpo (Chardon y
otros, 2007).
Frente a la presencia del cuidado como un objeto valioso
en nuestra cultura y el aprendizaje a edades tempranas
de las primeras nociones por medio de la participación
en actividades cotidianas al interior de las familias
con padres y madres, no resulta raro que los y las usuarios/as adolescentes asocien la participación al campo
de la salud al cuidado.
A esto se suma que en el campo de la salud, la participación
es fundamentalmente entendida como cuidado
personal. Menéndez sostiene que en la actualidad se
puede hablar de dos definiciones teórico- metodológicas
de participación en salud: una en términos de "asociaciones
voluntarias de personas para movilizar recursos
propios y mejorar las condiciones de salud" y una
segunda que se refiere a "población organizada que interviene
en todas las etapas de los programas de salud".
La mayoría de los programas de salud se basan en
sistemas verticalistas en los que la participación es rara,
de hecho, el sistema promueve una participación individual
que garantice el autocuidado. La participación en
salud tiene lugar mayoritariamente a nivel de microgrupos
espontáneos y microgrupos construidos, ya que los
mismos constituyen la estructura básica para el proceso
de reproducción biosocial. La participación en salud a
nivel de macrogrupos construidos es escasa y no es
promovida por el sistema de salud, principalmente por
el riesgo político que esta acarrea (Menéndez, 2002).
Veamos ahora puntualmente los resultados de nuestra
investigación.
El grupo de entrevistados que entiende que participar
en el campo de la salud consiste en prácticas de cuidado
está compuesto por una mayoría de mujeres que
tienen entre 15 y 19 años de edad y por un solo varón
de 16 años.
Al interior de este grupo, solamente una mujer considera
que la participación en el campo de la salud consiste
exclusivamente en el autocuidado. Ella nos comentaba
que:
"Participar es cómo cuidarse cada uno" (Mujer, 17 años).
El resto de las entrevistadas, entiende que la participación
en el campo de la salud consiste en forma simultánea
en prácticas de autocuidado y cuidado colectivo.
Así, una adolescente de 19 años nos explicaba que ella
creía que era necesario prestar más atención al cuidado
individual de la salud, pero por otro lado, sostenía que
por lo general las personas no cuidan su salud, haciendo
referencia a la necesidad de que los otros también se
cuiden:
"Que tenemos que cuidarnos un poco más la salud y
prestarle atención porque nadie se cuida" (Mujer, 19
años).
Mientras que una adolescente de 15 años nos decía
que para ella la participación en el campo de la salud
consistía en forma simultánea en una práctica de autocuidado
y de cuidado colectivo:
"Cuidarse uno mismo... Participar en salud, no sé, cuidarse
todos los días. Tienen que hacerlo todos porque
si uno hace una cosa y los demás no, no sirve de nada" (Mujer, 15 años).
El adolescente varón de 16 años nos explicaba que
para él participar en el campo de la salud implicaba la
conformación de un grupo de personas para con el objetivo
de prevenir la enfermedad:
"Un grupo para cuidar a las personas de no enfermarse" (Varón, 16 años).
Podemos decir que bien los y las usuarios/as adolescentes
portan representaciones de participación en el
campo de la salud entendida como cuidado personal, lo
cual podría llevarnos a pensar erróneamente que predomina
una mirada individualista acotada al autocuidado,
la mayoría reconoce dos niveles del cuidado y por
ende de participación en el campo de la salud, un nivel
asociado al cuidado personal y un segundo nivel de
cuidado que implica la preocupación por los otros. Esta última acepción de la participación en el campo de la
salud aparece en el discurso tanto en términos de prevención
como es el caso del adolescente que entiende
que participar en el campo de la salud significa armar un grupo para que la gente no se enferme; como en términos
de culpabilización de aquellos que no se cuidan, ya
que se considera que la falta de cuidado individual termina
repercutiendo en la salud colectiva.
Las representaciones sobre la participación en el campo
de la salud de las y los adolescentes hacen referencia a
otros en el discurso, es decir que entienden que la participación
en el campo de la salud implica la alteridad.
La noción de alteridad ha sido trabajada por varios autores
desde la teoría de las representaciones sociales,
quienes sostienen que la alteridad implica:
"La noción de otro aparece cuando se encara esa región intersubjetiva o intermental, cuando los otros son reconocidos. Se tienen en cuenta ciertos indicios que nos permiten comprender a otro o acordarnos de ellos/as" (Chardon y otros, 2007).
Las y los usuarias/ os adolescentes del sistema de salud de la CABA, pueden pensar en un otro a quien cuidar, es decir, pueden pensar en términos de alteridad, lo cual habilita prácticas de ciudadanía.
2.5. La participación en el campo de la salud entendida
como Búsqueda de Información.
Cuando preguntamos a los/as usuarios/as adolescentes
sobre el significado que tenía para ellos la participación
en el campo de la salud nos respondieron empleando
la información predominante en el campo de la
salud.
Un grupo compuesto exclusivamente por mujeres, cuyas
edades oscilan entre los 15 y los 19 años considera
que participar en el campo de la salud consiste en la
búsqueda de información asociada a aprendizajes y situaciones
de comunicación. Veamos algunos ejemplos:
"Me parece que es para ver cómo nos podemos cuidar
mejor y tratar de informarnos más" (Mujer, 15 años).
"... informarse más debe ser" (Mujer, 16 años).
Ninguna de las adolescentes aclara cuáles son los temas
sobre los que buscan información, ni quién/es están
en condiciones de proveer esa información ni momento
ni lugar donde buscan la información. Estas
representaciones sociales sobre la participación en el
campo de la salud no hacen referencia a los contextos
de producción ni de circulación de la información. Para
este grupo la participación en el campo de la salud se
reduce a la práctica de informarse.
Sin embargo, es importante destacar que las adolescentes
se ven a sí mismas como sujetos activos en la
búsqueda de información.
Dentro de este grupo, algunas adolescentes asocian la
búsqueda de información con los aprendizajes. Una
adolescente mujer de 19 años nos decía que para ella
participar en el campo de la salud significaba aprender
y al mismo tiempo buscar información, actividades íntimamente
relacionadas ya que en toda situación de
aprendizaje circula información:
"Información, aprender, informarse sobre lo que está pasando últimamente" (Mujer, 19 años).
Esta última usuaria se diferencia de las anteriores porque
recorta un objeto sobre el cual busca información,
se informa sobre lo que sucede en la actualidad.
Otra adolescente de 16 años también menciona que los
aprendizajes versan sobre un contenido particular, entiende
que participar significa aprender a cuidarse:
"Tratar de saber en cómo nos podemos cuidar nosotros" (Mujer, 16 años).
Dentro de este grupo, algunas adolescentes consideran
que la búsqueda de información y los aprendizajes son
prácticas individuales mientras que otras piensan que
se trata de prácticas colectivas y valoran positivamente
la presencia y los conocimientos de otras /os. Estas
prácticas colectivas involucran tanto a pares como adultos
en situaciones de comunicación y aprendizaje. Las
edades de las usuarias que hablan de prácticas colectivas
van de los 15 a los 18 años.
Una de las adolescentes de 15 años que ya citamos
arriba nos comentaba lo siguiente:
"Me parece que es para ver cómo nos podemos cuidar
mejor y tratar de informarnos más.
E- ¿Vos sola o con otros?
S- Cuando son muchos es mejor, porque vos sabés
algo que el otro no sabe como que lo hablás. Sí, es mejor
que sean muchos.
E- ¿De cualquier edad?
S- Está bueno hablar con gente de tu edad y también
con gente más grande. No sé si de alguna edad, mientras
que tengan ganas de participar" (Mujer, 15 años).
Esta entrevistada resalta las ventajas de compartir conocimientos
con otras/os porque considera que el espacio
colectivo permite intercambiar información y valora
el intercambio entre pares tanto como el intercambio
intergeneracional.
Veamos otro ejemplo en que una adolescente cuenta
que para ella participar en salud consiste en compartir
sus conocimientos:
"... explicarle a personas cuestiones sobre la salud" (Mujer, 18 años).
Es un dato interesante que este grupo de adolescentes
mujeres se ven a sí mismas como poseedoras de información
y con capacidad de transmitirla a otros/ as. Esto
indicaría que para ellas la información no es monopolio
de los adultos en general ni del personal del sistema de
salud en particular, y que ellas se reconocen como poseedoras
de conocimientos y tienen legitimidad para
enseñarlos a otras personas.
Incluso una adolescente cuestiona los saberes de los
médicos al sostener que muchas veces dan opiniones
distintas sobre un mismo tema, y relata que ella toma la
iniciativa de consultar a varios profesionales cuando no
queda conforme con las explicaciones recibidas:
"...siempre vale la opinión de varios médicos, porque por
ahí uno te dice algo, ¿y qué sé yo? No terminás convencida,
entonces agarrás y le vas a preguntar o otro médico,
¿qué sé yo?, no sé, y así es" (Mujer,16 años).
La participación en el campo de la salud entendida como
la práctica de compartir conocimientos por medio de la
comunicación con los demás corresponde a una mayoría
de mujeres y solamente un varón de 13 años comparte
esta definición:
"Participación, que hablan de la salud" (Varón, 13 años).
2.6. La participación en el campo de la salud entendida
como Uso del sistema de salud.
Dentro de esta categoría agrupamos a las respuestas
de los y las usuarios /as adolescentes que concebían la
participación en el campo de la salud como la práctica
de hacer uso de los diferentes efectores del sistema de
salud (hospitales y centros de salud) así como acudir al
médico. Se trata de un grupo mixto de adolescentes
cuyas edades van de los 12 a los 18 años.
Veamos un fragmento de la entrevista de una usuaria
adolescente que entiende que participar en el campo de
la salud significa ir al hospital:
"Participar en salud para mí es ir al hospital..." (Mujer, 15
años).
Mientras que otra adolescente de 18 años entendía que
la participación en el campo de la salud tiene lugar en
centros de salud:
"Por ahí podés participar voluntariamente en un centro
de salud" (Mujer, 18 años).
Mientras que un adolescente varón de 12 años nos decía
que para él la gente participa en el campo de la salud
cuando va al médico:
"A la gente le gustaría ir a veces cuando está mal o
cuando tiene problemas o esas cosas... ir al médico" (Varón, 12 años).
Por su lado algunos de los adolescentes varones de 13
a 18 años asocian la participación en el campo de la
salud con la asistencia a talleres.
"Participación en salud, participación en salud. O sea, ¿en el ámbito de todo? No sé como decir, sí, creo que
significa que la gente que si quiere puede participar de
la salud en el sentido de los talleres..." (Varón, 18
años).
Mientras que un adolescente de solamente 13 años nos
explicaba en qué consistió su participación en un taller
sobre cuidado dental:
D- "Participar es como un taller para ir a ver sobre la
salud...
E- ¿Cómo participaste?
D- Prestando atención y haciendo lo que se dijo" (Varón,
13 años).
2.7. Ausencia de representaciones sociales sobre la
participación en el campo de la salud.
Existe un pequeño grupo de usuarios /as adolescentes
que todavía no ha desarrollado ninguna representación
social sobre la participación en el campo de la salud,
aún cuando el objeto es parte del campo de la salud local
desde hace más de una década. Este grupo está
conformado por dos mujeres, una de 12 y otra de 18
años y un varón de 13 años. De manera que parece no
haber diferencias de género ni de edad en estos casos.
Todos dicen que no saben en qué consiste la participación
en el campo de la salud y no pueden definirla.
Frente a la pregunta de la entrevistadora, los adolescentes
quedaron sorprendidos y se tomaron un tiempo
para intentar responder, pero no lograron hacerlo. Como
es el caso de esta adolescente:
"No te puedo decir nada, la verdad que no te la sé decir" (Mujer,12 años).
En esta respuesta puede verse el esfuerzo por responder
y sin embargo, la entrevistada no puede hacer mención
de ninguna palabra, imagen ni idea.
En todos los entrevistados que no pueden responder
aparece la perplejidad ante la pregunta sobre un objeto
social que o bien no conocen o bien nunca se detuvieron
a pensar sobre él. En estos casos puede inferirse que la
participación en el campo de la salud es un objeto que no
hace al desarrollo de sus vidas cotidianamente. Desde la
teoría de las representaciones sociales sabemos que los
grupos elaboran representaciones sobre aquellos objetos
que revisten importancia en el devenir de su vida cotidiana.
2.8. Representaciones sociales de participación en
el campo de la salud complejas.
Sólo dos entrevistadas pueden interrelacionar más de
un elemento cuando definen de la participación en el
campo de la salud y ya las citamos anteriormente pero
vale la pena resaltar que constituyen una excepción.
Una de ellas asocia la participación con información y
aprendizaje:
"Información, aprender, informarse sobre lo que está pasando últimamente" (Mujer, 19 años).
Mientras que la otra asocia la información al cuidado:
"Me parece que es para ver cómo nos podemos cuidar
mejor y tratar de informarnos más" (Mujer, 15 años).
Si bien es un poco aventurado afirmar que se trata de
representaciones sociales complejas, se trata de un
primer paso en el que las adolescentes pueden aportar
más de un elemento al significado de la participación en
el campo de la salud.
3. Conclusiones
El diseño de políticas públicas de salud destinadas a la
población adolescente es un tema de debate actualmente.
Si bien los debates parten desde la noción de
salud planteada en la Conferencia de Alma Ata, la misma
se ha enriquecido a partir de los aportes de la Convención
de los Derechos del Niño y del Programa de Acción para la salud de la juventud que se acordó en la
Conferencia de El Cairo, en el cual se reconoce que la
juventud constituye un segmento poblacional con características
específicas y que por lo tanto es obligación de
los estados diseñar y garantizar el acceso a servicios y
programas de salud diferenciados y especializados para
atender la salud adolescente.
Por su parte, la OPS propuso un Plan de Acción en
1997 cuyos ejes fundamentales son:
" a) la atención de la salud de los adolescentes enfocada a través de los servicios, la consejería y la educación en salud; b) los pre-adolescentes y adolescentes promocionando futuros saludables y c) los adolescentes como agentes de cambio, de sus pares, familias, y comunidad mediante la participación juvenil y el empoderamiento. Este planteamiento es clave, pues se pasa a reconocer explícitamente que el fomento del desarrollo de los adolescentes es central en el abordaje de su salud" (Krauskopf, 2003.)
Vemos como desde los organismos internacionales de
salud se piensan la adolescencia desde el paradigma
de la ciudadanía, que plantea la participación de los y
las adolescentes como sujetos con capacidades y derechos
para intervenir de forma protagónica en la vida
social y construir democrática y participativamente su
calidad de vida. Esta nueva manera de concebir a los y
las adolescentes conlleva un cambio en las relaciones
intergeneracionales y la creación de espacios para la
participación adolescente en las políticas y programas
de salud. Supone abandonar las relaciones asimétricas
entre adolescentes y adultos que han probado ser ineficaces en los tiempos que corren para iniciar una nueva
etapa de colaboración intergeneracional que implica el
diálogo y el respeto mutuo entre adolescentes y adultos
(UNICEF, 2001).
Vale aclarar que esta perspectiva de la ciudadanía que
supone la creación de espacios institucionales para la
participación adolescente no es hegemónica en el campo
de la salud, y que se encuentra en pugna con los
paradigmas de la adolescencia como etapa problema y
como periodo preparatorio. Ambos paradigmas plantean
a los y las usuarias/os adolescentes como carentes
de derechos, razón por la cual se justifica la asimetría
entre adolescentes y adultos y por ende la tutela.
Creemos que si el objetivo es diseñar políticas en salud
que fomenten la participación adolescente, el primer
paso es conocer las nociones que las y los adolescentes
tienen sobre participación. El hecho de que la mayoría
de los y las usuarios /as adolescentes haya construido
representaciones sociales sobre la participación en
el campo de la salud es un indicador de que la participación
es un objeto social que gradualmente adquiere relevancia
en el campo de la salud y que los y las adolescentes
han tenido acceso a información sobre la misma.
Si bien estamos lejos de que las representaciones sociales
sobre la participación en el campo de la salud en
la adolescencia refieran a procesos de cambio y toma
de decisiones, los sentidos que los y las adolescentes
otorgan a la participación: búsqueda de información,
uso del sistema de salud y cuidado, dan cuenta de que
la participación para ellos y ellas no se reduce al autocuidado
reforzando prácticas individualistas sino que
habilitan al aprendizaje y al cuidado colectivos, es decir,
introducen la alteridad y por ende abren la puerta a futuras
prácticas ciudadanas en salud.
Notas
1 PS 064. Programación UBACYT 2003-2007. Representaciones de cuidado y salud en docentes, padres y niños de nivel inicial". Facultad de Psicología . Universidad de Buenos Aires. Argentina. Directora: Dra. María Cristina Chardon. Investigadores Lic. Marcela Bottinelli, Lic. Marcela Ferreyra; Lic. Juan de la Cruz Mayol; Lic. Livia García Lavandal, Lic Mariana Funes Molineri.
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Fecha de recepción: 13 de marzo de 2009
Fecha de aceptación: 22 de septiembre de 2009