1. INTRODUCCION
Los problemas de contaminación ambiental debido a acciones antropogénicas y al cambio climático, manifestado a través de la mayor ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos, generan preocupación a nivel internacional. Por eso, se están promoviendo nuevas políticas ambientales que intentan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incentivando el uso de energías renovables.
A partir de la entrada en vigencia del Programa Nacional de Biocombustibles en el año 2010, Argentina se ha posicionado a nivel mundial como uno de los países con mayor porcentaje de corte de biodiesel en gasoil (7 % o B7), es decir, a la par de Alemania y Francia. Dicho corte en 2013 se elevó a un 10 % (B10) con una adaptación gradual entre los meses de abril y junio, buscando reducir la necesidad de importación de combustibles tras los daños que provocó el incendio en la destilería YPF (Yacimientos petrolíferos Fiscales) de Ensenada, La Plata (Cabot, 2013); y aumentando la demanda tanto para la industria de biocombustibles como la aceitera que, en los últimos años, registraron fuertes crecimientos motorizados por los buenos precios de la soja, componente esencial en la fabricación de biocombustibles (Revista el Inversor Energético & Minero, 2013).
Desde hace unos años, la agricultura argentina está atravesando un proceso de transformación histórico, que cambió el entorno ambiental y la cultura rural, sosteniendo una extracción minera de recursos naturales renovables (agua, nutrientes y el banco de diversidad biológica), impulsada y manejada por los mercados importadores de los países desarrollados o de aquellos países emergentes con fuerte crecimiento (Pengue, 2006). La producción de soja (Glycine max), que es el principal cultivo agrícola en Argentina, genera muy altos ingresos económicos debido a la exportación de granos y subproductos, superiores a cualquier otra producción de origen agropecuario, constituyendo una significativa proporción de las divisas que ingresan al país. La industria del biodiesel emplea como principal materia prima el aceite de soja, representando más del 95 % del total procesado (Falasca, 2012). Sin embargo, muchos autores, entre ellos Pengue (2006), ya han demostrado la no sostenibilidad en el tiempo de este modelo de producción.
Características de Melia azedarach
Melia azedarach L. (sinónimo: M. orientalis) es un árbol nativo del sur de Asia. Se lo conoce con diferentes nombres comunes: Paraíso, Syringa, Azedarach, Lilas, Cinnamomo, Jacinto, Aleli, Persian lilac, Chinatree, Umbrella tree, Chinaberry, Indian lilac, etc (Orwa et al., 2009).
Como especie exótica se distribuye en América desde California hasta Argentina (Orwa et al., 2009). Según FAO-Ecocrop (2002) su distribución latitudinal en ambos hemisferios se extiende desde los 10º a los 40º.
Esta especie florece en primavera, durante los meses de septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio sur, junto con la aparición de las hojas. Las flores, aromáticas, son de color blanquecino o rosado a violeta, dispuestas en racimos en las axilas de las hojas. Sus bayas presentan un largo período de maduración. Los frutos maduros se encuentran en el árbol entre marzo y junio (Doran et al., 1997) aunque pueden permanecer colgados 10-11 meses, finalizando la maduración a fines de otoño y en invierno, cuando el árbol pierde las hojas. Los pájaros comen frutos secos maduros y dispersan sus semillas. Esta especie tiene potencial como maleza invasora (ABRS, s/f). Puede producir rodales jóvenes provenientes de regeneración natural que, debido a la alta densidad y facilidad de establecimiento, se la ha mencionado como plaga forestal (Brassiolo y Gomez, 2004).
En Argentina se ha visto que cuando se la tala, rebrota con más vigor, saliendo varios rebrotes del mismo tocón. En el Río de la Plata es una especie subespontánea e invasora. En el Parque Nacional El Palmar se ha naturalizado, donde ha reemplazado a la vegetación nativa formando bosques casi puros (Lahitte et al., 1999, 2004).
Usos
El paraíso es una especie agroforestal que se cultiva para sombra y como ornamental, como medicinal e insecticida (Kahn et al, 2001; D'Ambrosio y Guerriero, 2002; Lev, 2002). Sus frutos, flores, hojas, corteza y raíces tienen propiedades medicinales (Padrón et al., 2003). Algunas sustancias, presentes en los frutos, pueden causar la muerte a animales y humanos. En Argentina se emplea para el tratamiento de granos, caspa, insecticida, vermífugo, etc (Lahitte et al., 1999).
La actividad insecticida de M. azedarach está en hojas, tallos, frutos y semillas. De estas estructuras se han extraído, principalmente “meliartenin”, un limonoide, con cualidades antialimentarias, y “azadirachtina”, el mayor compuesto natural antialimentario, estudiado en la planta de neem: Azaridachta indica (Vergara et al, 1997). Estas sustancias inhiben la alimentación de insectos fitófagos. Se han probado variados extractos de hojas y frutos de M. azedarach sobre distintas plagas con resultados promisorios. El mecanismo de acción de la mayoría de las sustancias provenientes del paraíso consiste en inhibir la acción de las oxidasas en el intestino medio, por lo que el insecto inmaduro muere o se convierte en pupa o adulto anormal por deficiencia de nutrientes o interferencia en los procesos fisiológicos. Esto se traduce en inhibición de la alimentación, disminución del crecimiento y desarrollo, descenso de la tasa metabólica relativa, emergencia de adultos deformes, inhibición de la ovipostura o mortalidad (Pascual-Villalobos, 1996).
El árbol presenta crecimiento rápido y se puede cultivar en una amplia variedad de suelos bien drenados, pudiéndose utilizar como cortina rompevientos por tolerar vientos costeros salados y para el control de la erosión (Doran et al., 1997).
En México se cultiva a escala comercial como maderable (Calderón y Germán, 1993). En Argentina hay plantaciones comerciales en las provincias de Misiones y Corrientes. El árbol desarrolla de 1,5 a 2 m año-1 en altura. La madera, blanda y de densidad baja, sirve para elaborar pulpa de papel y producir carbón; es adecuada para muebles pero es susceptible al ataque de termitas (Doran et al., 1997; Lahitte et al., 2004). La leña presenta un poder calórico es de 5100 kcal/kg (CATIE, 1986).
De sus bayas se extrae aceite que se utiliza para iluminación. La composición de ácidos grasos principales del aceite son: ácido palmítico (9,31 %), ácido esteárico (3,08 %), ácido oleico (18,71 %), ácido linoleico (65,95 %) y otros (Gu and Liu, 1994).
Akhtar et al. (2011) estudiaron diferentes propiedades del biodiesel obtenido a partir del aceite de paraíso, incluyendo la viscosidad, índice de yodo, el número de acidez, punto de nube y el número de cetano, siendo los valores obtenidos de 4,7; 112; 0,45 mg de KOH/g, < -10º C y 45, respectivamente. Aunque la estabilidad a la oxidación es menor que el valor estándar requerido por la norma EN 14214, se puede mejorar mediante la introducción de algunos aditivos en el producto final. Las otras propiedades del biodiesel de Melia azedarach cumplen las especificaciones requeridas por la norma EN 14214, por lo tanto, el paraíso es una materia prima apta para la producción y no comestible (Staravache et al., 2008).
La diversificación de la producción agrícola representa el pilar básico de la sustentabilidad de los agroecosistemas. Gracias a la extensión latitudinal de Argentina, hay una gran variedad de condiciones climáticas y edáficas; existe una amplia gama de cultivos energéticos que podrían producir biodiesel. Es por ello que, el objetivo de este trabajo fue delimitar las potenciales áreas de cultivo de Melia azedarach L. en tierras no aptas para la producción de alimentos, como materia prima para producir biodiesel y bio-insecticidas a partir del aceite que se obtiene de sus semillas.
2. MATERIALES Y MÉTODOS
Necesidades bioclimáticas
Esta investigación, orientada a delimitar las potenciales áreas de cultivo en Argentina de Melia azedarach, utilizó como herramienta a la agroclimatología. A tal fin, fue necesario identificar los requerimientos, los límites y la tolerancia de las condiciones biometeorológicas para esta especie, teniendo en cuenta las características climatológicas de las zonas nativas y las regiones de cultivo exitoso en todo el mundo.
Según FAO-Ecocrop (2002), la zona de adaptación climática de la especie abarca clima tropical húmedo (Af), tropical húmedo con estación seca (Aw), templado húmedo (Cf), templado húmedo con verano seco (Cs) y templado húmedo con invierno seco (Cw).
En América del Norte, hay registros de que esta especie habita en diferentes tipos de climas: húmedo, como en Alabama y Virginia (Naumann y Young, 2007), subtropical húmedo, subtropical subhúmedo (Nixon et al., 1991), y subhúmedo-seco a semiárido, como en Texas (Wood y Wood, 1989).
Florabank of Australia (s/f) informa que para lograr un buen crecimiento, la temperatura media anual debe oscilar dentro del rango de 17 a 26 °C mientras que para obtener un desarrollo óptimo la temperatura media del mes más cálido puede fluctuar de 26 a 32 °C y la temperatura media del mes más frío de 3 a 10 °C. Para FAO-Ecocrop (2002) el rango de temperaturas óptimas durante el período de crecimiento oscila de 16 a 30 ºC, siendo las temperaturas máxima y mínima cardinales de 8 y 35 ºC, respectivamente.
Es resistente a la sequía, tolerando hasta 8 meses de déficit hídrico, y se desarrolla en áreas con 600 a 1500 mm de precipitación anual (Doran et al., 1997). Según FAO-Ecocrop (2002) y Orwa et al. (2009) habita sitios con un rango de precipitaciones anuales de 350 a 2000 mm, siendo el rango óptimo de 600 a 1000 mm.
Si bien prefiere zonas libres de heladas, puede tolerar hasta -18 ºC (Little, 1961) durante el descanso vegetativo, aunque temperaturas de -1 ºC dañan a la planta al comienzo de la brotación (FAO-Ecocrop, 2002), tolerando heladas de ligeras a moderadas (0 a -5 °C) cuando tiene mayor edad el árbol (Doran et al., 1997). Puede vivir desde el nivel del mar hasta altitudes de 900 m (Gunn, 2001)
Es una planta de fotoperíodo corto, ya que se induce a floración con días cortos, con menos de 12 horas (FAO-Ecocrop, 2002).
Las semillas comienzan a germinar en unos 10 días si se siembran con temperaturas de 30 °C sin tratamiento previo (Gunn, 2001). Las semillas son muy tolerantes al desecamiento, y llegan a sobrevivir hasta con 3,5 % de su volumen de humedad normal. Además pueden permanecer viables por períodos prolongados hasta al menos 26 meses (Doran et al., 1997).
Zonificación agroclimática
Se conocieron las necesidades bioclimáticas de Melia azedarach mediante el análisis de la bibliografía citada en el apartado anterior.
Para delimitar las potenciales zonas de cultivo, desde el punto de vista agroclimático, se utilizaron los datos climáticos procedentes de las 125 estaciones meteorológicas de Argentina correspondientes al período 1981-2010. La información base en la cartografía climática está representada por los registros puntuales de las variables climáticas medidas en las estaciones meteorológicas. A partir de esos datos puntuales se debe extrapolar al resto del territorio donde no se dispone de información, pretendiendo que los mapas agroclimáticos a obtener tengan un elevado grado de ajuste con la realidad. Para lograr este objetivo se aplicó un procedimiento que resulta de la combinación de métodos estadísticos con sistemas de información geográfica, denominada Geoestadística. Esta metodología permite inferir información con ajustada precisión sobre áreas donde no hay registros meteorológicos. Esta es una ventaja, ya que la red de estaciones meteorológicas y agrometeorológicas manejadas por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) respectivamente, presentan baja densidad y algunas estaciones muestran discontinuidad de las mediciones. De esta manera, la geoestadística, permite tener un mejor manejo de la información a nivel espacial al generar datos más precisos (Childs, 2004).
Si bien puede haber similitudes entre las estadísticas espaciales y las no espaciales (tradicionales) en términos de conceptos y objetivos, las estadísticas espaciales son únicas ya que se desarrollaron específicamente para ser utilizadas con datos geográficos. A diferencia de los métodos estadísticos tradicionales (no espaciales), las estadísticas espaciales incorporan el espacio directamente en sus operaciones matemáticas.
A partir de la base de datos disponible, se asignaron los límites geográficos a las diferentes variables agroclimáticas que definen las clases de aptitud: zona óptima, muy apropiada, apropiada, marginal y no apta para esta especie. La autora tiene una amplia experiencia en zonificación agroclimática., prueba de ello son los numerosos trabajos publicados en la temática (Falasca, 2012; Falasca y Bernabé, 2012; Falasca et al, 2011; Falasca et al., 2012; Falasca et al., 2103; Falasca et al., 2014a; Falasca et al., 2014b; Falasca et al., 2014c; Falasca y Ulberich, 2011; Falasca y Ulberich, 2014).
Para las regiones hídricas se consideraron los valores de las isohietas medias anuales. Se clasificó como área no apta cuando la precipitación media anual resultaba inferior a 350 mm; de 350 a 600 mm calificó como área apropiada (FAO-Ecocrop, 2002); área óptima con 600 a 1000 mm (Doran et al, 1997; FAO-Ecocrop, 2002); y cuando superaba los 1000 mm se volvió a calificar como área apropiada.
Para las regiones térmicas, se tuvo en cuenta la temperatura media anual, la temperatura media del mes más cálido y la temperatura media del mes más frío a que se encuentra sometido el árbol. Si la temperatura media anual era superior a 17 ºC se definió como área apropiada y si la temperatura media del mes más cálido superaba los 26 ºC delimitó como área óptima. Cuando la temperatura media del mes más frío superaba los 3 ºC calificó como área apropiada y si resultaba superior a 10 ºC se definió como área óptima (Florabank of Australia s/f).
Posteriormente se analizaron las temperaturas mínimas absolutas. Si bien esta especie puede tolerar hasta -18 ºC durante el durante el descanso vegetativo (Little, 1961), se verificó que sólo se registran temperaturas mínimas absolutas de ese nivel o inferiores en el sector cordillerano o en la meseta patagónica al sur del paralelo 40º, donde prevalece el efecto de continentalidad. Por esta razón y porque la temperatura mínima absoluta representa la temperatura más baja registrada en el período de 30 años analizados, las mismas no fueron tenidas en cuenta a los fines de la zonificación.
Con los datos de necesidades bioclimáticas de la especie se generó un modelo agroclimático en el que quedaron definidas las siguientes clases de aptitud: Área óptima (temperatura media anual >17 ºC, temperatura media del mes más cálido >26 ºC, temperatura media del mes más frío >10 ºC y precipitación anual de 660 a 1000 mm); Área muy apropiada (temperatura media anual >17 ºC, temperatura media del mes más cálido <26 ºC; temperatura media del mes más frío >10 ºC y precipitación anual de 660 a 1000 mm); Área apropiada (temperatura media anual >17 ºC, temperatura media del mes más cálido <26 ºC; temperatura media del mes más frío de 3 a 10 ºC y precipitación anual de 350 a 600 mm o > 1000 mm); Área marginal (temperatura media anual <17 ºC, temperatura media del mes más cálido <26 ºC; temperatura media del mes más frío >3 ºC y precipitación anual >350 mm); y Área no apta (presenta varias limitaciones: temperatura media anual <17 ºC, temperatura media del mes más cálido <26 ºC; temperatura media del mes más frío <3 ºC o precipitación anual <350 mm).
Al superponer los mapas de regiones térmicas e hídricas se obtuvo el mapa de aptitud agroclimática de M. azedarach para Argentina.
Para la obtención de los mapas se utilizó la serie de variables climáticas citadas anteriormente previamente interpoladas, y posteriormente procesadas con la herramienta de Sistema de Información Geográfica del programa Arc-GIS 9.3. Las interpolaciones climáticas se realizaron aplicando la herramienta “Interpolate to Raster” dentro de la extensión “3D Analyst” del programa de Sistema de Información Geográfica Arc-GIS 9.3, con el método de interpolación Ordinary Kriging.
El método Ordinary Kriging, es un método geoestadístico de interpolación que ha demostrado ser útil en muchos campos. A partir de una muestra de puntos, distribuidos ya sea de manera regular o irregular, el método proporciona valores estimados en aquellos lugares carentes de información. Este método de interpolación de Kriging calcula los pesos que se dan a cada punto de referencia, usados en dicha aplicación. Esta técnica de interpolación se basa en la premisa de que la variación espacial continúa con el mismo patrón (Childs, 2004).
Las variables mapeadas de aptitud agroclimática se obtuvieron a partir del geoprocesamiento de integración multivariable, utilizando la herramienta “Raster Calculator” de la extensión “Spatial Analyst” del mismo programa (Childs, 2004).
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Figura 1 se presentan las regiones hídricas. Se diferenciaron dos áreas apropiadas separadas por un área óptima ubicada entre ambas y un área no apta. En líneas generales se aprecia que Argentina solo carece de aptitud hídrica para cultivar paraíso en la franja semiárida que recibe menos de 350 mm de precipitación anual y que comprende el sur de la provincia de Mendoza, gran parte de Neuquén y todo el sector central patagónico.
En la Figura 2 se observa la temperatura media del mes más frío (Julio). Para que la zona resulte apropiada la temperatura media del mes más frío debe superar los 3 ºC, por lo tanto, el rango comprendido de 3 a 10 ºC corresponde al área apropiada y si supera los 10 ºC califica como área óptima. De esta forma, se aprecia en el mapa que el área óptima cubre el sector noreste, norte y centro del país; y el área apropiada abarca gran parte de la pradera pampeana, el sector oeste del país y gran parte del centro-este del sector patagónico.
En la Figura 3 de regiones térmicas, se delimitaron áreas óptimas, cuando la temperatura media del mes más cálido supera los 26 ºC (Enero) y áreas apropiadas, definidas en base a la temperatura media anual que debe ser superior a los 17 ºC.
Finalmente en la Figura 4 se presenta el mapa de aptitud agroclimática para el cultivo de paraíso en Argentina, que surgió de la superposición de las Figuras 1, 2 y 3. En la misma se diferencian nueve clases de aptitud, determinando al norte de la isoterma anual de 17 ºC y al oeste de la isohieta de 1000 mm el área muy apropiada y al norte de ésta, el área óptima, cuyo límite sur es la isoterma de 26 ºC. Así, el área óptima abarca el sector oriental de Salta; sector occidental de Formosa y Chaco, norte y centro de Santiago del Estero y un pequeño sector del noroeste de Santa Fe. El área muy apropiada comprende centro este de Santa Fe, sur de Santiago del Estero, norte y centro de Córdoba y un área reducida en el noreste de San Luis. Otra área muy apropiada cubre parte de las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, y casi toda Tucumán y se ubica al oeste de la isohieta de 600 mm.
Hacia el sur aparece una gran área clasificada como apropiada, que comprende oeste de Córdoba, sector oriental de las provincias de Catamarca, La Rioja y San Juan, noreste de Mendoza y noroeste de San Luis. Hacia el sur de la isoterma de 17 ºC y con límite oeste la isohieta de 600 mm se delimitó el área apropiada con limitaciones térmicas estivales y que se extiende desde el centro de Córdoba, sur de Santa Fe, este de San Luis, cubriendo el noreste de La Pampa y gran parte de Buenos Aires. Hacia el sur de la misma isoterma de 17 ºC y limitada por el oeste por la isohieta de 1000 mm, se delimita otra área apropiada con limitaciones térmicas estivales y lluvias excesivas, que cubre el sur de Entre Ríos y parte del norte de la provincia de Buenos Aires.
Hacia el este de la isohieta de 1000 mm aparecen delimitadas dos áreas con limitaciones por lluvias excesivas, separadas por la isoterma del mes más cálido de 26 ºC. Las lluvias excesivas en la etapa de floración afectará la presencia de insectos polinizadores, que podrían perjudicar la polinización y por ende, la fructificación. El área ubicada al norte está clasificada como muy apropiada y hacia el sur, como apropiada, ambas con las limitaciones señaladas por lluvias excesivas.
El área delimitada como marginal llega hasta aproximadamente los 40º de latitud sur en la provincia de Neuquén, coincidente con FAO-Ecocrop (2002) quien cita la distribución de la especie en ambos hemisferios desde los 10º a los 40ºL. Sin embargo, en el mapa de aptitud agroclimática aparecen zonas delimitadas como áreas marginales a mayores latitudes, en las costas del sur de la provincia de Buenos Aires, este de Río Negro, Chubut y noreste de Santa Cruz, no tan frías por el efecto amortiguador del océano que ejerce sobre la temperatura.
Según el Sistema de Información de Biodiversidad de Argentina (SIB) fue documentada la existencia de la especie, en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.
Sin embargo, en la Figura 4 aparecen clasificadas con algún grado de aptitud agroclimática ciertas provincias no citadas por el SIB. Entonces para validar la zonificación agroclimática se procedió a la búsqueda bibliográfica para corroborar si la especie fue reconocida en esas provincias. Así, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (1999) expresa que el paraíso se ha asilvestrado en el Parque Chaqueño. Según Cozzo (1994) en los últimos 30 años en nuestro país se han hecho muchas prácticas experimentales en Misiones, Formosa, Salta, que han derivado de su aplicación a escala empresarial en cientos de hectáreas, repoblando áreas degradadas de esas provincias con plantines de vivero de M. azedarach cv. Gigantea. Pensiero et al., (2006) citan la existencia de M. azedarach y las claves para el reconocimiento de la especie en la provincia de Santa Fe. Almirón et al. (2008) describen a la especie como integrante del arbolado urbano en las localidades de Vallecito y Difunta Correa, en la provincia de San Juan.
Del análisis de la Figura 4 se infiere que existe una gran superficie del territorio nacional con aptitud agroclimática para el cultivo de paraíso para producir aceite, ya sea con fines energéticos o para bio-insecticida. Las áreas clasificadas como óptimas, muy apropiadas y apropiadas para producir aceite no necesariamente deben coincidir con aquellas destinadas a la producción de madera como especie forestal. Para producir aceite interesa que existan una buena floración y una buena fructificación.
Debido a su comportamiento invasor en zonas húmedas (precipitaciones anuales >1000 mm) y subhúmedo-húmedas (600-1000 mm) se recomienda la forestación con paraíso con fines energéticos en aquellas tierras que necesitan rehabilitación (por ejemplo con problemas de erosión hídrica), ya que por ser una especie perenne se reducen las labores culturales, contribuyendo al mejoramiento del suelo, a la par de producir aceite industrial para biodiesel o bio-insecticida.
El cultivo con fines energéticos deberá relegarse a climas subhúmedo-secos, es decir que reciben precipitaciones anuales entre 350 y 600 mm. Las zonas potenciales para su cultivo son las clasificadas como apropiadas (La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Mendoza y San Luis), aunque podrán utilizarse las áreas clasificadas como marginales. La implantación en áreas costeras con aptitud marginal puede ayudar al control de la erosión, ya que como se dijo anteriormente tolera vientos salados.
Finalmente, las áreas no aptas están caracterizadas por presentar dos o más de las siguientes limitaciones: temperatura media anual <17 ºC, temperatura media del mes más frío <3 ºC o precipitación anual <350 mm. Las áreas no aptas cubren casi todo el sector patagónico y el sector situado al oeste de las provincias de Mendoza, San Juan, Catamarca, Salta y Jujuy.
Tratándose de un cultivo energético no deben destinarse al cultivo de paraíso, tierras aptas para producción de alimentos ni utilizarse agua potable para riego. Tampoco habría que utilizar las áreas óptimas y muy apropiadas desde el punto de vista agroclimático para alcanzar el rendimiento potencial de aceite, cuando se trata de una especie invasora como lo es M. azedarach.
La forestación con paraíso en climas subhúmedo-secos aportará otros beneficios ambientales como la protección de suelos afectados por erosión eólica, la recuperación de suelos erosionados, la captura de CO2, etc. La biomasa de un bosque es un depósito importante de los gases de efecto invernadero y contribuye al almacenamiento de carbono en el suelo a través de la acumulación de la materia orgánica (Schneider, 1989). La implantación de bosques, es una de las opciones más eficaces para modificar el balance de GEI mediante el secuestro de carbono (Gunn, 2001). Si bien el potencial de secuestro de carbono del paraíso es de bajo a moderado, su implantación en zonas costeras de la provincia de Buenos Aires resultaría beneficioso porque actuaría como cortina rompevientos a la vez de proteger de la erosión y permitiría obtener materia prima para elaborar biodiesel (Falasca et al., 2012).
4. CONCLUSIONES
Los autores desarrollaron un modelo de zonificación agroclimática para Melia azedarach, en base a sus requerimientos bioclimáticos. Dicho modelo podrá ser utilizado en cualquier parte del mundo utilizando los mismos límites agroclimáticos que definen cada clase de aptitud, presentados en este trabajo.
El mapa de aptitud agroclimática argentina para producir aceite con fines energéticos a partir de paraíso muestra nueve clases: seis de las cuales presentan clima húmedo o subhúmedo-húmedo, dos con clima subhúmedo-seco mientras que el área no apta posee clima semiárido a árido.
Debido a su comportamiento invasor, bajo condiciones de clima húmedo o subhúmedo-húmedo se recomienda la forestación con paraíso con fines energéticos sólo en aquellas tierras que necesitan rehabilitación. Por lo tanto, su cultivo con fines industriales (para producir aceite) deberá relegarse a climas subhúmedo-secos. Las zonas potenciales recomendadas para su cultivo son las clasificadas como apropiadas, que cubren parte de las provincias de La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Mendoza y San Luis, y las áreas clasificadas como marginales, ya que al tratar a la especie como energética no es necesaria su implantación en las zonas con mayor aptitud desde el punto de vista agroclimático ni buscar de alcanzar los rendimientos máximos de producción de aceite.