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Ciclos en la historia, la economía y la sociedad

On-line version ISSN 1851-3735

Ciclos hist. econ. soc. vol.32 no.56 Buenos Aires June 2021

 

Articulos

Reflexiones para la política exterior argentina desde el pensamiento de Raymond Aron

Reflections on Argentineforeign policy from the perspective of Raymond Aron 's thoughts

 

Juan Pablo Laporte

 

Resumen

Este artículo intenta revalorizar el pensamiento político internacional del intelectual francés en sus diferentes obras y en la de sus principales autores que las han interpretado. Con este fin, nos proponemos reflexionar de manera crítica sobre los principios teórico-aplicados que aporta el autor para pensar la política exterior argentina.

Palabras clave: Raymond Aron; pensamiento político internacional; política exterior argentina.

 

Abstract

This article attempts to revalue the international political thoughts of the French intellectual through his different works and through those of the main authors who have interpreted them. To this end, we intend to reflect critically on the theoretical-applied principles that the author contributes to think of Argentine foreign policy.

Keywords: Raymond Aron; international political thought, Argentina foreign policy.

 

 

Fecha de recepción: 3 de mayo de 2021

Fecha de aceptación: 26 de mayo de 2021

 

 

Introducción a su obra

 

La vida y obra de Raymon Aron va más allá de las formalidades de sus títulos académicos y de sus participaciones institucionales.

La singular personalidad intelectual se desplegó en abanico hacia las más variadas disciplinas teóricas. Aron fue filósofo, sociólogo, politólogo, teórico de las relaciones internacionales, estratega, historiador, periodista político, crítico de ideas, teórico liberal, pensador de la cultura occidental: la cantidad de materias abordadas nos proporciona una idea de su especial talento (Anzaldi, 2008: 11).

Claramente "Raymond Aron es hoy considerado como un autor clásico dentro de la joven disciplina de Relaciones Internacionales y, en gran medida, como uno de sus fundadores" (Aguirre Zabala, 1993: 11) y desde este lugar su pensamiento cobra sentido para equilibrar las interpretaciones de la política exterior argentina sujetas a las visiones extra continentales dominantes.

El pensamiento de Raymond Aron resulta especialmente interesante como disparador de reflexiones que tanto en la tradición realista como en la liberal - que aparecen como dos caras de la misma moneda desde sus inicios individuales hasta el llamado "debate neo-neo"- han sido olvidadas como parte de las limitaciones de su alcance paradigmático o como resultado de ser funcionales a esquemas estructurales del poder.

Somos conscientes de los "aportes de Raymond Aron a los estudios de las Relaciones Internacionales" (Colacrai, 2017: 19) que han sido sintetizados de manera robusta por la autora y coincidimos con sus apreciaciones en los tres elementos que describe como síntesis: ser un adelantado en sus planteamientos metodológicos y teóricos; la impronta socio-histórica que le imprime a la disciplina; y la noción de la complejidad de la realidad internacional.

Consideramos que los aportes a las Relaciones Internacionales se pueden trasladar a la reflexión sobre la política exterior argentina dentro de un mundo cada vez más global. Este intento se enmarca en el espíritu aroniano de "responder al desafío teórico y práctico que representaba para la humanidad la mundialización de la sociedad contemporánea" (Aguirre Zabala, 1993: 2).

Para Colacrai - y en este sentido hay un consenso en la comunidad académica, al cual adherimos- Raymond Aron es un realista de "origen europeo no anglosajón". Esta característica que se basa en un linaje continental de pensamiento, será el eje de su discusión con la escuela realista norteamericana que construyó los pilares de la disciplina y fundamentó el orden internacional aún vigente pero en crisis.

Este último aspecto en relación con la distancia al meanstream-también es justo mencionarlo- no lo ubican en una posición crítica a la columna vertebral de la visión realista del poder mundial y de su organización institucional liberal. Menos aún de las asimetrías político-económicas consolidadas del capitalismo global. El pensamiento de Aron descansa en el mantenimiento del status quo internacional con una interpretación diferente de la naturaleza del poder que se apoya en una visión europeísta de raíz kantiana y weberiana.

Junto a la interpretación de Colacrai mencionada como central para este análisis, dos autores han contribuido profundamente al estudio del legado a sus teorías de las relaciones internacionales y serán claves para la comprensión de su obra académica.

Por una lado, Stanley Hoffmann (1985) que en Raymond Aron and the Theory of International Relations interpretó el pensamiento del "fundador de la Sociología Histórica" y reconoció su carácter multidisciplinario, histórico, sociológico, económico y político de la realidad internacional. Por otra parte, Dario Battistella, (2012), en su trabajo Raymond Aron, realiste néoclasique, prefiere llamarlo "realista neoclásico vanguardista", concepto que desarrolla de manera aguda en su obra.

Esta amplitud teórica del autor lo ubicaría para nosotros como un realista ecléctico, en tanto

Cualquier lector atento de Paz y Guerra entre las Naciones encontrará el empleo de categorías conductistas como el diplomático y el soldado, y otras sistémicas, como la distinción entre sistemas homogéneos y heterogéneos (Anzaldi, 2008:14).

En relación con la obra de Aron específicamente, es claramente en Introduction a la philosophie de lhistoire. Essai sur les limites de l'objetivité historique (1938) donde se plasman sus fundamentos filosóficos que sostienen toda la estructura de su planteamiento. Pero es en Paix et guerre entre les nations (1962) y Penser le guerre. Clausewitz (1976), donde se configura la consumación de su pensamiento enfocado a las relaciones internacionales como un "universo social" de esencia conflictiva. Estas obras se complementan con Qu'est-ce qu'une théorie des relations internationales? (1967) en el campo específico de los estudios internacionales.

En base a los textos del autor que tratan sobre el estudio de la realidad internacional y la interpretación de varios estudiosos de su legado, desarrollaremos este artículo con la interpretación de los siguientes temas: la filosofía de la historia como concepción fundamental para comprender su pilares gnoseológicos y teóricos; el método como elemento crucial para entender la realidad internacional; la propia teoría internacional con su centralidad sociológica e histórica; y los aportes para poner en tensión y reflexionar sobre los principios generales del diseño de nuestra política exterior.

Ante todo, la filosofía sociológica de la historia

En la vasta obra de Aron, el puente teórico y metodológico que une los fundamentos filosóficos con la teoría internacional es la "comprensión de la historia" como sustrato de las ciencias sociales en general y de las Relaciones Internacionales en particular. Esto lo conducirá a su proyecto de una "crítica de la razón histórica" que será la intención final del autor para estructurar una nueva teoría socio-histórica de las ciencias humanas.

Un rasgo distintivo y sustantivo en el pensamiento político internacional de Aron es su dimensión filosófica con anclaje socio-histórico desde donde inicia sus primeras reflexiones sobre las relaciones internacionales. A su vez, el propio autor manifiesta que su obra está atravesada por tres etapas claramente marcadas en su biografía: antes, durante y después de la segunda guerra mundial. En este sentido, la obra de Aron fue "una consecuencia de la complejidad estructural e ideológica de la sociedad en la que le tocó vivir" (Aguirre Zabala, 1993: 72) como un entrecruzamiento entre sus trabajos y su biografía.

Su primera impronta sociológica se reúne en la obra La sociología alemana contemporánea de 1935,

un libro pedido por Célestine Bouglé y que fue producto de sus estudios sobre la obra de Georg Simmel, Ferdinand Tonnies Alfred Vierkandt, Othmar Spann, Franz Oppenheimer, Alfred Weber, Karl Mannheim y, por supuesto, Max Weber. Ese recorrido intelectual se confrontaba abiertamente con el canon francés dominado por el positivismo sociológico durkheimniano, en el cual Aron nunca se reconoció (Laleff Ilieff y Soprano, 2019: 2).

Posteriormente se destacaron las lecturas de "Vilfredo Pareto, Nicolás Maquiavelo y John M. Keynes" que van marcando la cosmovisión política del autor que se enriquece con un fugaz paso por la función pública en el gobierno de De Gaulle en 1945.

Esta particularidad sociológica se profundiza en la obra Introduction á laphilosophie de l'histoire. Essai sur les límites de l'objectivité historique, que fue su tesis doctoral escrita en 1938. En este trabajo, reconoce la influencia recibida del neo-kantismo, el pensamiento fenomenológico de Husserl y Heidegger, el de Max Weber y el sistema de pensamiento hegeliano-marxista. En este escrito también se plantea,

la oposición entre "comprensión histórica" e "investigación causal" -es decir, el binomio epistemológico fundamental formado por las categorías comprensión-explicación que engloba, a su vez, la oposición metodológica de la historia y de la sociología- estructura todo el desarrollo central de Introduction (Aguirre Zabala, 1993: 97)

Como mencionamos, para Aron, no sólo la historia europea es el sustento explicativo del mundo occidental, sino su propia historia de vida, marcada por un Siglo XX denso, intenso y dramático que dejará huellas en todo el pensamiento continental y quizás explique algunas diferencias con el lente paradigmático insular y extra-europeo.

A su vez, dos elementos movilizan el accionar del historiador intemacionalista: una fuerte idea de futuro como intento - a veces fallido- de la historia para predecirlo; y el componente de la acción movilizadora del hombre en su dimensión social e internacional.

Por cierto, como se pregunta Aguirre Zabala

¿(...) podríamos (...) desvincular la elaboración teórica y metodológica de Aron en el campo científico de las Relaciones Internacionales no sólo de las premisas epistemológicas de su obra filosófica de preguerra sino también de las concepciones filosóficas y políticas expuestas en sus restantes obras? (1993: 44).

Claramente la respuesta es negativa, en tanto como sostuvimos, es la filosofía socio-histórica la que sustenta su concepción el mundo.

Esta dimensión histórico-filosófica se comprende desde "una historia - haciéndose" - L'historie-se-faisant, history in the making. Aquí se unen aspectos propios de la teoría como de su propia biografía en tanto "intelectual comprometido de su época"

En este sentido, Aron centraba su esquema de pensamiento

(...) en torno a un binomio constituido por las dos grandes orientaciones conceptuales de su producción intelectual: la reflexión sobre la historia- haciéndose y el análisis sociológico de la sociedad contemporánea, es decir, la comprensión de la historia, por una parte, la explicación de la sociedad, por otra (Aguirre Zabala, 1993: 82).

A pesar de esta formación enciclopédica integradora de saberes disciplinares, "Aron se definía como un liberal por sus ideas políticas y económicas, defensor de la Alianza Atlántica de Europa Occidental con los Estados Unidos, intransigentemente crítico del comunismo y de la Unión Soviética" (Laleff Ilieff y Soprano, 2019: 3).

Su compromiso con la época fue contundente y la alquimia para lograrlo tenía una fórmula: la combinación de investigación, docencia, periodismo y un paso fugaz por la función pública.

La fortaleza del método

Otro pilar fundamental en el legado de Aron que ingresa en el corazón de la disciplina, es la estructuración de un método para comprender la realidad internacional. Y es su discípulo Hoffmann quien expone claramente la particularidad del objeto de estudio y la imposibilidad de establecer un método "hipotético-deductivo" de relaciones entre variables, entendiendo que el actor "diplomático- soldado" como subjetivación del estado-nación no persigue fines racionales que puedan ser medidos (Hoffmann, 1985: 14).

Esta limitación, continúa el autor, presenta dos cuestiones para la generación de una teoría. Por un lado, la imposibilidad de ir más allá de un "análisis conceptual". Por otro lado, se dificulta la correspondencia entre el nivel de abstracción de la teoría internacional con la comprobación del comportamiento concreto de los actores que ejecutan las acciones (1985:14-15).

En este sentido y en relación con la metodología propia de la historia de las relaciones internacionales, Aron tiene una visión alejada de la construcción de la idea de una totalidad y se inclina por pensar una historia que reconstruya la relación entre sus partes, para luego pensar el todo de manera limitada. Como superación y síntesis de su pensamiento, compara "la singularidad" de la historia con la "la regularidad" de la sociología como disciplinas hermanadas.

Y para captar gnoseológicamente esta realidad socio-histórica, era necesario un método que permitiera interpretar el sentido profundo del sistema internacional con un aparato conceptual y metodológico propio. En este sentido, el legado intemacionalista de Aron se presenta como una

(...) obra capital para abordar el estudio de las relaciones internacionales que se debatía en esos momentos entre constituir un capítulo de la ciencia política, continuar con su herencia juridicista (propia de la Primera Guerra Mundial) o dejarse seducir por la mirada positivista que pretendía hacer que las ciencias sociales adoptasen un mismo lenguaje y similares herramientas metodológicas que las Ciencias Físico-Naturales y así poder garantizarse la denominación de "Ciencia". (Colocrai, 2017: 22).

Finalmente, una serie de postulados son de utilidad para operativizar la relación entre la teoría y el método que se aplican a los diseños de las políticas exteriores:

a.                       ¿Es posible delimitar y definir el subsistema de las relaciones internacionales?

b.                      ¿Cuál es la relación entre la teoría con los estudios empíricos?

c.                       ¿Cuál es la relación entre la teoría y la praxiología? (Aron, 1967: 842-843).

La teoría de las relaciones internacionales

Si bien "autores como Stanley Hoffmann (1991), Celestino del Arenal (1994), James Dougherty y Robert Pfaltzgraff (1993) consideran a Paz y Guerra entre las Naciones como la contribución excluyente de Aron a la disciplina" (Anzaldi, 2008: 13), toda la obra precedentemente citada actúa como soporte arquitectónico de su pensamiento. En el autor no hay una "teoría pura" de las relaciones internacionales. Esta se sustenta en una visión socio-histórica realista y crítica en permanente construcción.

Y    como continua teorizando Anzaldi, "la unidad de problemática del pensamiento aroniano en relaciones internacionales puede hallarse en la meditación sobre la política, la guerra y la paz" (Anzaldi, 2018:13). Estos tres elementos son el triángulo explicativo de toda su obra internacional.

Asimismo, muchos autores trabajados se abstraen de la importancia teórico-vivencial que Aron le otorga a la naturaleza conflictiva del sistema internacional, ya que "la guerra estuvo siempre presente de la vida de Raymond Aron" (Donadío, 2017: 126) y su preocupación máxima es el armamento termonuclear de los estados. En tal sentido, "en función de vivir en este estado de naturaleza internacional, la finalidad primordial de cada una de las unidades políticas es la seguridad" (2017: 137)

Reforzando esta característica, el mismo autor manifiesta que "no pretende crear una 'teoría general de las Relaciones Internacionales', sino acercar elementos para la comprensión" (Colacrai, 2017: 22). Su intensión se limita a la búsqueda de "generalizaciones o tendencias sobre el comportamiento de los estados". Y este comportamiento estaba enmarcado en su impronta teórica y biográfica que "se asienta en la importancia otorgada al estudio de muchas facetas de la guerra", (Bonavena y Nievas, 2019: 2).

Esta teoría se irá conformando en cómo se diferencia del realismo clásico norteamericno. En este sentido, una primera distinción analizada por Hoffmann para definir la naturaleza del sistema internacional en el pensamiento de Aron -en su diálogo implícito y explícito con Weber- es, por un lado, la del "poder coercitivo" de los estados en su monopolio de la violencia legítima hacia el interior; por otro lado, la "política de poder" mundial, donde existe un riesgo en el uso de la fuerza en un escenario de equilibrio entre los actores estatales (Hoffmann, 1985: 14).

Y   profundizando ese concepto weberiano de legitimidad de la violencia legítima al interior del estado, Aron encuentra "la especificidad" de las relaciones internacionales al decir:

J'ai choisi, on le sait, dans Paix et guerre entre les nations l'autre terme de l'alternative. J'ai cherché ce qui constituait la spécificité des relations inter- nationales ou inter-étatiques et j'ai cru trouver ce trait spécifique dans la légitimité et la légalité du recours a la force armée de la part des acteurs (Aron, 1967: 843).

A partir de esta afirmación, podemos sostener que el objeto de la disciplina es el sistema anárquico internacional - "donde no hay un equivalente a un tribunal" como en el estado nación soberano- que se sustenta en la fuerza militar de cada unidad estatal. De esta cuestión surgirán "dos problemas fundamentales de las relaciones entre Estados: el de los medios legítimos (el problema maquiavélico) y el de la paz universal (el problema kantiano) (Bonavena y Nievas, 2019: 13).

Para estos autores, "la relación de los Estados autónomos deviene en unidad de análisis, y está caracterizada por una dialéctica entre la política interior y la exterior" (2019: 2) que se define por donde reside el uso de la violencia legítima. Y, para que no queden dudas en este sentido, el mismo Aron afirma:

Max Weber, on le sait, défmissait l'Etat par le « monopole de la violence légitime ». Disons que la société internationale est caractérisée par « l'absence d'une instance qui détienne le monopole de la violence légitime » (Aron, 1967: 845).

Esta característica weberiana se profundiza en las obras de Aron y de cada intérprete que lo analiza:

Al tiempo que al interior de los Estados no se acepta la existencia de otras fuerzas que desafíen el monopolio de la violencia, en su política exterior cada Estado reconoce y ve como legítima la existencia de una pluralidad de centros monopólicos de violencia (Donadío, 2017: 136).

A su vez, como segunda distinción en oposición al realismo clásico, es la de no unificar la concepción del poder como medio y como fin que es la esencia de aquella escuela internacionalista y una de las huellas de Aron en su reformulación (Aron, 1967: 842).

Esto deriva, en una tercera distinción relacionada con la identificación del "interés nacional" con una política de mantenimiento del poder en la concepción realista, en tanto que para Aron este tiene un componente cultural e ideológico y se concreta en un espacio y tiempo determinado como conjunto de intereses.

Una cuarta distinción, se deriva en una falta de incorporación de los elementos del régimen político interno y la conformación de la homogeneidad o heterogeneidad del sistema internacional

done par les quelques hommes qui en sont responsables, les régimes intérieurs des aeteurs eolleetifs eonstituent une des variables du systéme international et lhomogénéité ou lhétérogénéité du systéme dépend de la parenté ou de l'opposition entre les régimes intérieurs des différents aeteurs (Aron, 1967: 846).

Finalmente, los realistas no profundizan en la relación sistémica del sistema económico mundial con el sistema político internacional. Y como menciona Hoffmann, si bien Aron "no ha escrito un estudio sistemático del orden económico mundial comparable a Peace and War", en este tema, ha alcanzado "conclusiones más agudas que los realistas". Estas se sintetizan en que las reglas monetarias y comerciales son establecidas por la potencia dominante del momento histórico particular y la economía internacional es parte constitutiva de la relación entre los estados.

On the one hand, he too understood that even during the liberal era it was the dominant eeonomie power, Great Britain, whieh set the rules of the monetary and eommereial game; but, on the other hand, he reeognized that insofar as the world eeonomy is part of interstate relations it is nevertheless partly independent from the diplomatieo-strategie system (Hoffmann, 1985: 17).

Para continuar con la comparación con el realismo, Dario Batistella, clarifica las diferencias con la escuela realista y nos proporciona elementos teóricos para la parte sustantiva de este trabajo en relación con la política exterior. Estas diferencias las sintetiza en los siguientes ejes: el rechazo a toda conceptualización a-histórica de la política internacional; el escepticismo al aspecto normativo y predictivo de la teoría; la negación a la concepción de la primacía de la política internacional por sobre la política interna; y el rechazo a la utilización del método de las ciencias naturales y económicas para los estudios internacionales (Batistella, 2012: 372).

También, para este autor, la diferencia nítida entre la política internacional y la política interna es subrayada por Aron y está dada por la imposibilidad de construir un estado internacional unificado. La historia ha marcado una consolidación permanente de los estados nacionales como unidades independientes que se legitiman por el uso de las fuerzas armadas en el equilibrio de poder aún en la etapa global del capitalismo.

Este punto tiene relación con una diferencia sustancial entre Morgenthau y Aron en relación con el "continuum inelegible" de las políticas exteriores, que pone como ejemplo a Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia. Para Aron, es justamente el régimen político interno - y también su sustrato ideológico- lo que hace diferente a cada política exterior según los cambios en un contexto histórico determinado.

Este aspecto es reforzado por Colacrai, para quien el autor en su obra Paz y Guerra entre las Naciones, "exhibe claramente la preocupación por teorizar en Relaciones Internacionales sin perder de vista la incidencia de lo histórico y tomando siempre en consideración las circunstancias de tiempo y lugar" (Colacrai, 2017: 21).

Asimismo, como mencionamos, su concepción del estado es claramente weberiana en tanto lo que lo define es el uso de la violencia legítima en un territorio dado. Como sostiene Batistella - citando a Waltz-, Aron anticipa la diferenciación del neorrealismo en tanto los sistemas domésticos son centralizados y jerárquicos y los sistemas internacionales descentralizados y anárquicos (Batistella, 1985: 376).

Para profundizar un aspecto analizado previamente, la obra de Aron clasifica a los sistemas internacionales y su estrecha relación con el peso que le otorga al sistema político interno. En primer lugar, aquellos "sistemas homogéneos" cuyos estados comparten un ideario de valores socio-políticos. En segundo lugar, los "sistemas heterogéneos", que es el contrario lógico del anterior.

Este concepto se ejemplifica históricamente en dos momentos estructuralmente diferentes:

Si c'est le cas, alors les variables domestiques, relatives a la nature des régimes, aux idéologies dont ils se réclament et aux personnalités des grands hommes d'Etat, semblent etre primaires par rapport aux variables systémiques, hypothése confirmée par le fait que Raymond Aron attribue la stabilité du 19e siécle a la nature homogéne d'un systéme composé par des monarchies conservatrices plutót qu'a sa structure multipolaire. A l'opposé, Aron impute l'instabilité de la guerre froide a sa nature hétérogéne, due a la rivalité idéologique entre la démocratie de marché américaine et le totalitarisme socialiste soviétique, plutót qu'a sa structure bipolaire (Batistella, 1985: 384).

Al ampliar este aspecto, el propio Aron profundiza la importancia de los actores internos en el mantenimiento o ruptura del sistema en sus dos características mencionadas:

Rarement tous les acteurs sont intéressés au maintien du systéme. Innombrables sont les facteurs qui, a l'intérieur des Etats ou dans leurs relations, tendent a modifier l'état du systéme ou a provoquer le passage d'un systéme a un autre (Aron. 1967: 848).

Batistella refuerza la idea de que el estado es la unidad de análisis fundamental para Aron y su "estatocentrismo en su doble dimensión del estado como actor único y unitario, es la primer indicación de su realismo sustancial" que irá adjetivando y reinterpretando (Battistella (2012: 374). A su vez, comparte la "visión trágica de la política internacional", cuyas unidades políticas se enfrentan mutuamente y no dudan en recurrir a la fuerza para imponerse.

Y es en la concepción monista del poder estatal que impera en su realismo que el autor propone un vínculo relacional entre los medios y los fines de este poder de cada estado en la interrelación mundial. A su vez, ese poder -como bien lo analiza Colacrai- tiene un aspecto actual y otro aspecto potencial, "uno como recurso y el otro puesto en situación o movilizado" (2017: 26) que se "contextualizan" en un entorno y en un tiempo determinado.

Como reflexión final de este apartado, es importante destacar el argumento de Aron: "las relaciones de un Estado con otro no son sólo el reflejo de su poder relativo, sino también de las ideas, valores, emociones de sus sociedades y de sus líderes" (Aron, 1963:117). En este sentido, el autor incorpora elementos del conductismo que desarrollarán otros paradigmas y servirán para analizar la política exterior y los procesos de toma de decisión.

Los aportes para interpretar la política exterior argentina

Para el objeto de este apartado, destacaremos lo que hemos llamado el giro praxeológico del autor. Esto es, el pasaje de una visión filosófica de la historia de las relaciones internacionales de basamentos sociológicos a una normativa de estudio de las prácticas de poder concreto. Así lo enuncia

Aguirre Zabala en su diálogo con Fessard en La philosophie historique de RaymondAron: el proyecto aroniano

(...) versaba sobre las relaciones que unen conocimiento y acción, política y saber (o ciencia), justificando así la interpretación global de dicho proyecto teórico como proyecto de una "teoría de la acción y de la política" (Aguirre Zabala, 1993: 185).

En este sentido, por un lado, siguiendo a Colacrai, destacamos la notable ascendencia del autor para nuestro trabajo en la región, en tanto:

(...) es importante hacer notar su influencia en la Escuela Española de Relaciones Internacionales así como también en las producciones de América Latina y, en particular, en la Argentina. La Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, una de las más antiguas de América Latina, siempre ha promovido una mirada amplia y plural, reconociendo a Raymond Aron un lugar importante en la producción teórica (Colacrai, 2017: 20).

Por otro lado, la dimensión normativa de su obra es destacada por Hoffman - en el tema central de Aron que es la guerra y la paz entre los estados- y será de gran utilidad teórica para la aplicación a la política exterior de nuestro país:

The normative implications of Aron's theory are contained within the contradiction between violent history and peaceful ideals, the contradiction between the constraints which weigh on the statesman, responsible for his country's interests in a world in which the use of force remainspossible and legitimate, and moral conscience, which protests against the bloody anarchy of the international milieu and demands universal peace (Hoffmann, 1985: 21).

La tensión de las "implicaciones normativas de la teoría de Aron" mencionada por Hoffmann, es claramente destacable a la hora de pensar la política exterior de Argentina, en tanto deja sustentada claramente la posibilidad de introducir este componente ético-normativo y "praxiológico" que complemente y supere los supuestos del realismo/liberalismo.

Esta dimensión es central y Colacrai lo explicita de manera clara:

No basta con mirar, describir, señalar las regularidades. Es necesario juzgar, actuar, fijar las reglas morales de la acción: en definitiva, hacer operacional la teoría, darle una finalidad, no sólo cognoscitiva sino también pragmática (Colacrai, 2017: 23)

En esta cita, Colacrai parafrasea a Aron e indica que el autor intenta distanciarse del cinismo realista y del idealismo moral, dando lugar a lo que podríamos llamar un realismo ético. Es clave en la obra del autor el permanente llamado a ponderar la relación entre la teoría y la práctica. En este sentido, la comparación con la economía ilustra esta necesidad, en tanto "les progrés de la science économique résultent d'une dialectique incessante entre la théorie et l'empirie" (Aron, 1987: 840).

Finalmente y como se analizó precedentemente, para el entendimiento de la política exterior es necesaria la comprensión de las dimensiones socio-históricas que enmarcan cada periodo analizado:

Toute étude concréte des relations internationales est donc une étude sociologique et historique puisque le calcul des forces renvoie au nombre, a l'espace, aux ressources, aux régimes (militaire, économique, politique et social) et que ces éléments, a leur tour, constituent les enjeux des conflits entre les Etats. Une fois de plus, c'est l'analyse théorique elle-méme qui révéle les limites de la théoriepure (Aron, 1967: 851).

Y esto es posible si entendemos que las relaciones internacionales se asemejan a lo que "Robert K. Merton apelle middlerange theory" (Aron, 1967: 854) que coloca el acento en un nivel de abstracción explicativa alejado de una filosofía internacional abstracta o de un mero empirismo sin interpretación.

A partir de su obra ¿Qué aportes nos deja Raymond Aron para pensar el patrón de inserción internacional y el diseño de la política exterior argentina dentro de lo que el autor llamó "una sociología de las relaciones internacionales"?

Para responder esta pregunta debemos desagregar los postulados internacionalistas y analizarlos desde el espacio multidisciplinar de la política exterior, en tanto para Aron "une science qui n'est pas opérationnelle n'est pas une science" (Aron, 1967: 855).

En primer lugar, el rechazo a toda a-historicidad para pensar y diseñar nuestra política exterior. En este sentido, debemos enmarcar nuestra concepción de la inserción en el mundo como un proceso de larga duración. Este marco se inserta en una interpretación pretérita - dentro de un espacio y tiempo determinado- que evita planteamientos neutrales que solo congelan el statu quo.

En segundo lugar, ser escépticos a un purismo institucionalista ajeno a las variables sociales y políticas, que no son más que reconocer un mundo cristalizado desde un realismo que congela las asimetrías consolidadas. A su vez, al considerar la dificultad de una prospectiva científica analizada por Aron, desconfiar de algunas predicciones que son solamente intenciones de generar profecías auto-cumplidas.

En tercer lugar, comprender definitivamente la relación simbiótica entre la política internacional y la política interna, en la cual la estructura del sistema mundial se inserta y reproduce en las dinámicas sociales y estatales del país. A su vez, al interior de un estado, si se produce un cambio de régimen político puede modificar "el curso de las relaciones internacionales" (Aron, 1963: 133). Frente a la unidireccional entre variables dependientes e independientes, se impone un análisis que las comprenda en su interdependencia.

En cuarto lugar, fortalecer el estudio de la dimensión económica de la política exterior con un modelo de desarrollo que amplíe la limitación de una producción primaria agro-exportadora e inicie un camino complementario de industrialización con alto valor agregado. En este sentido, la articulación con las políticas públicas económicas debe ser un tema mucho más trabajado. La Cancillería debería tener una conducción estratégica en lo que hace a las relaciones económicas internacionales de manera más ampliada y con poder de decisión más marcado.

En quinto lugar, comprender la importancia de analizar la dimensión de los sistemas de creencias en "las actitudes psicológicas y psicoanalíticas" de los tomadores de decisión y de nuestro cuerpo diplomático en sus competencias, acorde a los desafíos presentes y futuros que enfrenta el sistema internacional en su conjunto. Es necesario profundizar el estudio de "las ideas y sentimientos que influyen sobre las decisiones de los actores" (Donadío, 2017: 140)

Fortaleciendo este argumento, como sostiene Aguirre Zabala, uno de los aportes medulares del autor a las Relaciones Internacionales es "la consideración de la dimensión ideológica de los fenómenos internacionales" (Aguirre Zabala, 1993: 206).

Este aspecto central para nuestro trabajo, es enfatizado por el autor mismo al mencionar:

 

 

La tache de l'étude empirique des relations internationales consiste précisément a déterminer la perception historique qui commande les conduites des acteurs collectifs, les décisions des chefs de ces acteurs. La théorie met en lumiére la diversité des enjeux des conflits entre les acteurs collectifs, la diversité des buts qu'ilspeuvent seproposer (Aron, 1967: 847).

 

 

En sexto lugar, el "interés nacional" que ha trabajado Aron en sus textos, no es más que un significante vacío que se llena de contenido con relaciones socio-históricas concretas de poder económico y político, ligadas a las dinámicas del capitalismo en cada una de sus fases y no puede ser "reducido a los intereses privados", como el autor ha teorizado. En este aspecto, el concepto de "singularidad" como la reconstrucción de un momento histórico particular con sus relaciones reales de poder, se transforma en un aporte central para la comprensión de los intereses nacionales de cada bloque histórico. A su vez, debemos desmontar la concepción monolítica del concepto, en tanto este "compite con los intereses burocráticos y las propias burocracias rivalizan entre sí tratando de ser quienes en definitiva lideren la decisión" (Colacrai, 2017:29)

Si bien "los Estados se mueven siempre en orden a su interés nacional, en una suerte de estado de naturaleza de la escena internacional" (Donadío, 2017: 134) como uno de los principios del realismo clásico y del neorrealismo, la indagación faltante es quien determina el contenido de ese concepto de dimensiones socio-históricas. Para esto, es necesario "definir ese interés nacional que guía las acciones de los Estados, de dotar de contenido a un concepto que por sí mismo -según él afirmará- no dice nada" (2017: 136).

En sétimo lugar, apostar por un multilateralismo multinivel que considere no tan solo "la amplitud de centros autónomos de decisión" sino también lo múltiples espacios de poder, temas y actores que inserte a la Argentina en una dinámica de creación de poder autónomo y soberano real con un anclaje regional pero con una proyección mundial.

En octavo lugar y como contraposición ampliada de lo anterior, debemos salir de los diagnósticos y teorías mono causales y de alineamientos automáticos que sostuvieron hasta el momento la política exterior. El mundo actual presenta niveles de complejidad que sobrepasan las preferencias por actores o políticas específicas y monocolores.

En este sentido, como sostienen los autores, para Aron

Los fines de la política exterior son varios. La seguridad del Estado para garantizar su supervivencia y la lucha por el espacio son dos finalidades recurrentes -aunque varían históricamente-, pero también juegan otras metas o factores difíciles de mensurar como la búsqueda de una identidad moral asimilada a la "gloria", las ideas históricas, las costumbres y tradiciones (Bonavena y Nievas, 2019: 5).

Conclusiones

Tres dimensiones de la obra de Aron han profundizado la comprensión de las relaciones internaciones y se sintetizan en un basamento filosófico y teórico, en un método para estudiarlas y en una ética normativa como legado de sus preocupaciones frente a la guerra y los totalitarismos. Todo esto llevó al autor a un intento de construir una "filosofía crítica de la historia". Tarea, quizás inconclusa, que deja unos hombros sólidos para seguir desarrollando sus fundamentos.

Muchas voces han sido extremadamente críticas con Aron, tanto por su participación en el Congreso por la Libertad y la Cultura que financió el gobierno norteamericano (Boneau, 2005, Miller Harris, 2016) como los que sostienen que "el autor se posiciona explícitamente como parte de uno de los bandos, lo cual socava la producción de un conocimiento científico" (Bonavena y Nievas, 2019: 14).

Estas críticas son consideradas en razón de la coherencia entre su obra y su biografía, pero escapan y se alejan de sus aportes al pensamiento político internacional que ha generado reflexiones críticas hacia el "realismo puro" sumamente valiosas. Su visión de la historia y su reflexión filosófica con un anclaje sociológico, han dejado un aporte significativo para la disciplina enmarcada en un cerco endogámico y auto-referenciante.

La articulación entre lo sistémico y lo individual, lo histórico y lo singular, lo estructural y lo psicológico, así como la relación interdependiente entre el estado y el sistema internacional son conceptos esenciales para comprender la política exterior en el marco de las relaciones internacionales.

Asimismo, la obra del autor, con un alto rigor intelectual y que escapa a las limitaciones estrictamente académicas que le quitarían reflexividad filosófica, se denota una concepción normativa del mundo. Esto le otorga a su legado, una ampliación que va más allá de los postulados del debate realismo-liberalismo en su explicación de "lo que es" el sistema internacional sin ninguna criticidad fuera de un realismo petrificante. A su vez, Aron le impone una dimensión ética que permite escapar del "empirismo sin valores" del liberalismo.

Como legado principal, el autor nos propone una actitud reflexiva y permanente sobre la realidad internacional, alejada de dogmas fijos y posiciones incuestionables. Esto se ve claramente reflejado en la obra que el autor estaba escribiendo antes de morir el 17 de octubre de 1983 y que finalmente fue publicada bajo el título de "'Les demie'res annees du siecle". Aquí, Aron no tan solo contesta y reformula algunos de sus postulados teóricos que habían sido criticados, sino que otro de sus propósitos "was think about threats andprospects in the future, from 1983 to the year 2000" (Hoffmann, 1985: 25).

Apreciamos en su último manuscrito, que al historiador internacionalista le preocupaba tanto el pasado como el futuro del mundo. Y por todo lo analizado, podemos sostener que su legado aún sigue vigente y vivo.

 

 

Lista de referencias

 

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[1] Este artículo se inició con una columna publicada en el diario Perfil bajo el título "El legado de Raymond Aron" (Laporte, 2020) donde se sintetizaron las ideas centrales que ahora se desarrollan.

[2] Doctor de la Universidad de Buenos Aires en Ciencias Sociales. Profesor de Política Exterior Argentina en la Carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires. Director del Grupo de Investigación de Política Exterior Argentina de la Universidad de Buenos Aires. Director de Asuntos Internacionales de la Sociedad Argentina de Análisis Político.

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