SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue39El Exilio en clave latinoamericana (II)El latinoamericanismo del exilio: Reflexiones sobre la revista Testimonio Latinoamericano author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

On-line version ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.39 Córdoba Jan. 2018

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

El peronismo en Resumen: derrotas y Justicialismo en una revista del exilio de Madrid (1978-1983)1

 

Joaquín Baeza Belda2

 

Resumen: Lejos de desvincularse de la situación política argentina, la comunidad del exilio de la última dictadura residente en Madrid siguió debatiendo sobre el pasado reciente y la actualidad del país. Parte de ella se expresó desde el Club para la recuperación democrática argentina y la revista Resumen de la actualidad argentina. En este artículo, centrándonos en los autores vinculados al justicialismo, exploramos dos de las cuestiones más importantes que se trataron en la publicación: las causas del golpe de 1976 y el presente y futuro del peronismo. Con ello trataremos de presentar al exilio madrileño como un espacio de debate y de aprendizaje de los valores democráticos.

Palabras clave: Exilio - Dictadura - Peronismo - Argentina - Madrid

Abstract: Far from setting itself apart from the political situation of Argentina, the Madrid-settled community in exile kept on discussing about recent past and the present of their country. Part of it showed its point of view from the so called Club para la recuperación democrática argentina and the magazine Resumen de la actualidad argentina. In this article, we will analyse the authors of that magazine linked with Justicialism who wrote about two key issues: the reasons of the 1976 coup d’etat and the present and future of Peronism. Our aim is to show the Madrid-based exile as a place where debate and learning of the democratic values was possible.

Keywords: Exile - Dictatorship - Peronism - Argentina - Madrid

 

Introducción

El exilio argentino de la última dictadura que sufrió Argentina, como han explicado anteriormente muchos autores3 constituyó un fenómeno complejo y diverso. Resultaría poco útil afirmar que cada exiliado supuso un caso único, con circunstancias, vivencias e itinerarios diferentes e inasimilables a las del resto, pero no cabe duda de que la cuestión puede dividirse en un casi inabarcable número de categorías y puntos de vista: desde su cronología hasta sus distintos destinos, pasando por sus afiliaciones ideológicas, las formas de salida, su producción artística o su vida cotidiana, por citar unos pocos ejemplos.

Dentro de esa multitud de enfoques, en las siguientes páginas, nos centraremos en el caso de una publicación llamada Resumen de la actualidad argentina, editada por un grupo de exiliados argentinos en Madrid, y en cómo se debatió en ella el significado, el pasado reciente y el futuro del peronismo.4 Pese a la relativa modestia de Resumen dentro de las diferentes publicaciones que produjo el exilio, esta revista quincenal resulta interesante para entender ciertos aspectos del fenómeno del destierro y, más concretamente, para comprender cómo los justicialistas interpretaron la derrota de su proyecto político y cómo debatieron sobre él.

En primer lugar, porque su trayectoria entre 1978 y 1983, hasta justo después de la celebración de elecciones democráticas, nos permite recorrer un panorama amplio de la experiencia exiliar. Se abarca así cronológicamente desde los momentos de mayor represión militar hasta las etapas en las que las grietas del régimen resultaban más evidentes, pasando por coyunturas clave como la guerra de Malvinas. Más concretamente, dentro de los tiempos propios del exilio madrileño, la revista viaja desde una etapa de mayor desconexión entre sus afectados a otra en la que la mayor preocupación es la posibilidad del retorno.

En segundo lugar, si bien, por la propia naturaleza del fenómeno, lejos de cualquier registro oficial, hablar de cifras en la cuestión del exilio resulta complejo, parece evidente que España albergó la comunidad de argentinos más grande de Europa en esos años y, dentro de ella, su capital fue la ciudad que acogió a la mayoría de los que escaparon de la represión dictatorial.5 Por ello resulta interesante explorar una revista que reflejó las opiniones de varios miembros de una de las comunidades más activas.

Sin embargo, Resumen no es solo una fuente que nos permita extraer información sobre la propia experiencia del exilio madrileño. Aunque varios militantes o antiguos militantes peronistas escribieron en sus páginas o directamente participaban en el consejo de redacción, la revista siempre hizo gala de su apertura política y de tratar de incorporar el más amplio abanico de posiciones posible. En ese sentido, Resumen supuso un foro en el que los autores de posiciones justicialistas tuvieron que debatir con otros de distintas tendencias, en un ejercicio de reflexión que quizás habría sido más dificultoso en la propia Argentina.

De esa manera, aunque resulte paradójico, alejarnos del país y del teórico foco principal y centrar la mirada en una revista realizada en Madrid nos permite rastrear y analizar debates e ideas que fueron silenciados en Argentina o que todavía tendrían que esperar años en pronunciarse, fuera por la acción de la censura y la represión o simplemente porque fueron planteados más tardíamente. De los múltiples temas que se trataron en sus páginas, aquí nos centraremos únicamente en dos grandes cuestiones y trataremos de ceñirnos, además, a los autores que profesaban una identidad justicialista. En primer lugar, abordaremos cómo se debatió la derrota del peronismo y la caída de su tercer gobierno con el golpe de marzo de 1976, rastreando qué causas se barajaban para ese resultado y hasta qué punto llegaba la autocrítica. Por último, estudiaremos las distintas polémicas y proyectos que se lanzaron en torno a la situación y al futuro del peronismo. Antes de ello, daremos un pequeño repaso a la trayectoria de Resumen de la actualidad argentina y a su significado en la historia del último exilio argentino.

La difícil trayectoria de Resumen

La primera impresión que suele dejar ojear un número de Resumen es su humildad. Cada ejemplar de la revista contaba con unas 50 páginas, mecanografiadas y editadas de una manera muy sencilla, de manera totalmente amateur. Pese a esta relativa simpleza, provocada por la escasez de recursos, la publicación fue fiel a su cita quincenal durante más de cinco años, hasta alcanzar los 100 números en diciembre de 1983.

Como es natural, eran varias las personas que con su esfuerzo sacaban adelante esta aventura editorial. No obstante, si hubiera que nominar un impulsor inicial, este sería, sin duda, Carlos Aznárez.6 En ese sentido, Resumen podría considerarse como una heredera de la llamada Agencia de noticias clandestina (ANCLA), creada en junio 1976 y dirigida por Rodolfo Walsh con el objetivo de provocar la confusión entre las Fuerzas Armadas ya en el poder y desafiar su monopolio informativo.7 ANCLA sería así usada como instrumento de denuncia de los crímenes y delitos cometidos por los militares y como fuente para otros medios de comunicación, especialmente en el exterior.

La represión, sin embargo, se cebó pronto sobre este proyecto. Walsh fue asesinado en marzo de 1977, mientras que uno de sus colaboradores, el mencionado Carlos Aznárez, se vio obligado a partir al exilio hacia Madrid. Allí, no obstante, no abandonó la idea de la importancia de la posesión de la información en el combate contra la dictadura. Pese a esta voluntad, los inicios en la nueva ciudad no resultaron sencillos, obviamente. Como relataba el propio Aznárez:

el primer día fuimos dos -¿te acordás, Aldo, entrañable amigo y compañero?- sentados en una mesa de un bar de Aluche [barrio madrileño] (…) Dos meses después ya éramos más; los necesarios para conformarnos como grupo. Allí surgió la propuesta de formar el “Club para la recuperación democrática argentina8

Desde esos orígenes sumamente informales, surgidos de la necesidad de compartir pareceres sobre la situación del país, el Club poco a poco fue institucionalizándose, con reuniones “todos los lunes en un restaurante típico de la parte vieja de Madrid, cerca de la Plaza Mayor”.9 De esa manera, frente a otras publicaciones que respondían a partidos políticos u organizaciones con más solera, Resumen puede considerarse la expresión escrita del mencionado Club, el cual, a diferencia de otras agrupaciones, no se identificaba con una ideología en particular.10 Al contrario, desde sus primeros momentos, allá por octubre de 1978, alzó la bandera del pluralismo y se concibió como un espacio de intercambio de ideas y de denuncia de la dictadura.11

De hecho, las diferencias ideológicas llegaban hasta el seno del equipo de redacción, pero siempre se consideró más valiosa esa actitud aperturista que la opción por la pureza y la coherencia. Así lo recordaba Carlos Malamud:

tampoco como colectivo éramos un grupo homogéneo. Concretamente, con mi amigo Carlos Aznárez, director de la revista y alma mater de la misma desde sus orígenes creo que discutimos, políticamente hablando, en todo o en casi todo. Y sin embargo se podía disentir12

A partir de ahí, “una vez consolidado el Club, la revista surgió como una verdadera necesidad”.13 Los comienzos fueron sumamente precarios, fruto de las propias dificultades del exilio, por lo que la calidad de impresión era ínfima, “tanto que casi era imposible leerlos, pero con el correr del tiempo la cosa mejoró. Comenzamos con 20 ejemplares que se distribuían en mano, pero no nos amilanamos ante los circunstanciales bajones”.14 De hecho, Resumen siempre presumió de su independencia económica y de financiarse únicamente con el aporte de sus suscriptores, sin el respaldo de partidos o instituciones. Por supuesto, lo que se ganaba en independencia se traducía en inseguridad de cara al futuro, pero, de alguna manera, la revista lograba salir siempre adelante.

La estructura de cada número era similar: como indicaba su propio título, las primeras páginas estaban dedicadas a resumir las principales noticias de los diarios argentinos, dedicando unas pocas líneas a cada una de ellas. A continuación, solían reproducirse, de manera más amplia, algunas notas clave o comunicados importantes. La segunda parte de la revista solía dedicarse al contenido propio de varios colaboradores, en la que generalmente se incluía una sección de temas internacionales y de cuestiones como la mujer y la cultura.

Así hasta llegar a la cifra redonda de cien números, edición en la que el equipo de redacción decidió concluir la trayectoria del Club y de Resumen, al entender que, tras las elecciones y el fin de la dictadura, su misión de denuncia había finalizado. Como ellos mismos expresaban, “el futuro ya no estará caracterizado por el objetivo antidictatorial y la denuncia”, “entendemos que los nuevos objetivos deben perseguirse con medios diferentes: con los medios y los canales constitucionales”.15

De derrotas y pasados

En su declaración fundacional, el Club para la recuperación democrática argentina aspiraba a la tarea de “iniciar una profunda polémica sobre el pasado argentino, poniendo énfasis en el pasado reciente”.16 Lejos de una simple curiosidad, este deseo no respondía a un cómodo interés historiográfico. Al contrario, puesto que todo exilio se origina en la derrota de un proyecto político, la comunidad madrileña realizó el esfuerzo por analizar cuáles habían sido las razones de esta pérdida y hasta dónde llegaban sus propias responsabilidades.

Este paso dado a la hora de asumir esa derrota no resultó sencillo. Ni las cúpulas de Montoneros ni las del Ejército Revolucionario del Pueblo, por citar solo las organizaciones armadas más relevantes, concibieron la marcha del país como una huida, sino como un repliegue táctico a la espera de nuevos enfrentamientos contra los militares. Sin embargo, resultaba evidente para la gran mayoría de los desterrados, fuera cual fuera su procedencia política, que algo se había quebrado en el proyecto en el que se habían depositado tantas energías e ilusiones.

De esa manera, a pesar de la tentación del olvido y de pasar página provocados por este golpe, los exiliados que escribieron en Resumen no renunciaron a su compromiso con la realidad argentina. Pero, más allá de ese consenso sobre la necesidad de discutir el pasado, afloraron las diferencias a la hora de explicar lo sucedido, incluso entre aquellos autores identificados con el justicialismo, hasta llegar a lo contradictorio. En cierta manera, era natural que un pasado reciente tan complejo como el argentino, plagado de intervenciones militares y radicalización y violencia política, suscitara un gran número de preguntas y posibles interpretaciones. De entre ellas, la primera pasaba por analizar por qué se había producido el golpe del 24 de marzo de 1976 y quién era el principal responsable del fin de la breve experiencia democrática iniciada en 1973.17

En ese sentido, los exiliados tenían que derribar el sólido discurso construido por las Fuerzas Armadas, con el que se presentaban como salvadores ante la crisis general que habían ocasionado tanto la gestión del gobierno de Isabel Perón como la acción de los llamados subversivos. Frente a ese relato que fue ampliamente difundido y en gran parte asimilado por la sociedad, las respuestas fueron diversas.

Se podría identificar una corriente que afirmaba que el golpe de 1976 era solo un jalón más en una larga trayectoria de interrupciones a los gobiernos democráticos y los proyectos progresistas y populares. Desde el Club se fomentaba esa interpretación cuando afirmaban:

la dictadura militar no ha nacido volteando un estado democrático floreciente, sino que ha sido gestado por los tradicionales sectores del privilegio económico y político de nuestra sociedad, para detener, frustrar y hacer regresivo un largo y complejo proceso histórico de ascensos y retrocesos, donde los Derechos Humanos y los Derechos Sociales habían avanzado con tremendas dificultades, gracias al motor de las grandes mayorías populares y del pensamiento progresista18

En ese párrafo ya se intuye que, desde su perspectiva y como se subrayaría en las décadas siguientes, el golpe y la dictadura no constituían un producto exclusivamente militar, sino que contó con una colaboración (y hasta inspiración) civil.

Frente a la visión totalmente negativa del tercer gobierno justicialista auspiciada por los militares, que hicieron del ex presidente Héctor Cámpora un símbolo de la irresponsabilidad y de la permisibilidad con la Tendencia Revolucionaria del peronismo, autores como Enrique Bacigalupo trataron de reivindicar la figura y la gestión del antiguo delegado de Perón:19

a Cámpora se lo quiere presentar a menudo como el responsable de lo que el régimen militar llama “la guerra sucia”. La acusación es sencillamente absurda: consiste en decir sin ningún fundamento que la violencia solo tiene una causa y que ésta es su no-represión20

Por su parte, otros colaboradores de Resumen defendían una posición más intermedia, añadiendo ciertas responsabilidades por parte del justicialismo. Eduardo Gu rucharri y Carlos Castro, quienes se identificaban con el peronismo revolucionario, afirmaban que “sería injusto omitir que prácticamente todos los sectores actuantes de la vida política han tenido por acción u omisión una cuota de responsabilidad en los hechos que precipitaron al país en una catástrofe”. Sin embargo, modulaban su punto de vista señalando que:

del mismo modo que asumimos la cuota que pudiera correspondernos, tampoco podemos silenciar que una generación entera de argentinos se vio empujada a la violencia, harta de un régimen injusto, que en sucesivos gobiernos fue no solo incapaz de generar reformas, sino que en ocasiones señaladas estafó las más caras ilusiones y esperanzas21

En ese sentido, ambos autores conectaban con esa línea interpretativa que colocaba el origen de la violencia y de la crisis argentina en un lugar ajeno al peronismo. En contraste con esa concepción, en las páginas de la revista se podían encontrar opiniones decididamente más críticas con la actuación del justicialismo y de sus organizaciones revolucionarias. Julio Godio, por ejemplo, atacó fuertemente a organizaciones como Montoneros, a las que consideraba alejadas del sentir de una clase obrera argentina mucho más consciente del retroceso que suponía un golpe militar:

creo que lo primero que hay que aceptar es que, en 1976, lo que derrotan las Fuerzas Armadas es una estrategia de izquierda simplista, errónea, que confundió insurgencia popular con revolución, Cordobazo con asalto al Palacio de Invierno, marchas agrarias con largas marchas, comandos con ejércitos del pueblo22

Godio, en el mismo artículo, repartía culpas con el Partido Justicialista. Desde su punto de vista, el peronismo debía comprender que “una de las causas de ese fracaso fue su soberbia, su desprecio por las reglas democráticas, su errónea idea de que se basta a sí mismo para gobernar, lo que facilitó su aislamiento”.23

Años después, Carlos Rodríguez Braun se mostraría más contundente en su crítica a la guerrilla: “no cabe duda de que los guerrilleros son parcialmente culpables del desastre post-76 y que contribuyeron a “cargarse” -como dicen en España- la democracia argentina (…) La izquierda (peronista, pero también la otra) debe rendir cuenta de su pasado guerrillero, explicarlo y asumirlo, no olvidarlo como un incómodo y vergonzante pecado juvenil”.24

Estas palabras, por una parte, suscitaban la duda de la utilidad y la verdadera naturaleza de la autocrítica y cuáles eran sus verdaderos límites. Autores como Jorge Méndez respondieron a Rodríguez Braun, sosteniendo que autocríticas tan absolutas como esa poseían escaso valor, precisa e irónicamente por su carácter acrítico y moralizante.25 Al mismo tiempo, la idea de subrayar las responsabilidades de la izquierda revolucionaria y de llegar incluso a equipararlas con las de los militares remite naturalmente a la conocida “teoría de los dos demonios”. Como bien ha demostrado Marina Franco (2014), bajo esa etiqueta se encierra una interpretación del pasado reciente que, como tal, nunca fue enunciada, que no posee un autor reconocido y que, en realidad, encierra interpretaciones muy diversas. Sin embargo, aunque sea intuitivamente, la idea de los “dos demonios” conecta con la noción de dos violencias de distinto signo enfrentadas y que fueron las causantes de la tragedia argentina.

Aunque con características propias, una lectura en esa dirección apareció también en Resumen y dio pie a una interesante discusión. En el número noventa y cuatro de la revista apareció un artículo de Jorge Rulli que reseñaba el libro de Néstor Scipioni, Las dos caras del terrorismo. Según Rulli:

los izquierdistas y los apresurados trabajaron y trabajan para el enemigo, no importa ya si lo saben o lo ignoran (…) Lo que ahora sabemos son los riesgos que entraña la violencia, los frutos perversos que genera con el tiempo y también sabemos que no todos los monstruos se encuentran en la vereda de enfrente26

Los comentarios de Rulli suscitaron una contundente respuesta por parte de Pedro Casedemunt. Para este autor, “a partir de una inquietud valedera, Rulli pierde el control de su discurso y termina colocando en un mismo plano moral a los luchadores del campo popular y a los esbirros de la oligarquía y el imperialismo”. Reconociendo que se habían conocido errores:

nadie puede enlodar el recuerdo entrañable de tantos argentinos que asumieron una clara opción política y que jamás practicaron el terrorismo y que mucho menos cometieron “crímenes”, cayeron en “bajezas” o fueron movidos por “ambiciones” tal como afirma Rulli al mejor estilo “General Camps”27

Aunque fuera de manera velada, en esta polémica ya se adelantaban futuras discusiones sobre el pasado reciente, tales como hasta qué punto desaparecidos y militantes eran categorías intercambiables y si era posible marcar diferencias entre los llamados subversivos y los miembros de la izquierda revolucionaria. El famoso tópico de la víctima inocente, que dominaría gran parte de la década de los 80, se enfrentó aquí con sus contradicciones y límites.

Hugo Chumbita, uno de los editores de la publicación Testimonio Latinoamericano, se unió a este debate argumentando:

el libro de Scipioni tiene el mérito de proponer un esquema para comprenderla [la realidad de lo ocurrido]: frente al terrorismo de Estado hay una resistencia legítima, pero fuera de ese caso la oposición armada es injustificable; en Argentina, los grupos foquistas cayeron en la trampa de una ideología revolucionaria absolutista y degeneraron en el terrorismo, que a su vez sirvió de pretexto al genocidio28

La denuncia de los crímenes de los uniformados, en contraste con el pasado, debía basarse estrictamente en el respeto de los derechos humanos:

esos principios democráticos y humanistas son los que nos autorizan moralmente a reclamar por los desaparecidos y exigir el enjuiciamiento de los criminales de la dictadura. No porque los militantes tuvieran razón, sino porque ellos eran titulares de derechos humanos29

En síntesis, por tanto, el debate sobre el pasado reciente y las causas y responsabilidades del golpe militar abrió un abanico de opiniones que quedaron reflejadas en Resumen. Lejos de seguir una férrea línea editorial, la revista plasmó puntos de vista más estructurales (en los que los viejos enemigos de la oligarquía y el imperialismo habían apagado cualquier intento emancipador) con otros en los que la autocrítica llegaba a niveles sumamente duros. Algo similar ocurriría con las discusiones sobre el significado y el futuro del peronismo.

El peronismo a debate

La dictadura militar tuvo como uno de sus principales objetivos crear un nuevo sistema político en el que no tendrían cabida los tradicionales partidos políticos, radicalismo y peronismo, tachados de populistas y de responsables de la crisis que atravesaba el país. Las verdaderas intenciones políticas de las Fuerzas Armadas son difíciles de determinar categóricamente, dada las fuertes divisiones que suscitaba esta cuestión y los múltiples planes que se presentaron, pero no cabe duda de que su represión se cebó con el justicialismo, tanto con sus militantes y dirigentes como con sus estructuras.30

No extraña por tanto que, tras tanta persecución, la supervivencia del peronismo y del Partido Justicialista fueran un motivo de celebración por parte de la comunidad del exilio. Como expresaba Ernesto Frers, “ese plan [de eliminar el justicialismo] fue puesto en práctica meticulosamente. Pero no dio resultado. El peronismo sigue ahí. Entero y pujante”.31 No obstante, esta expresión exultante debía confrontarse con una situación de grave crisis y desorganización dentro del peronismo, en la que la represión dictatorial se unía a la violenta lucha interna desatada durante el tercer gobierno justicialista y tras la muerte de Perón.

Muchas eran las preguntas que esta crisis planteaba a la ya de por sí difusa identidad peronista y que debieron ser respondidas por los exiliados en Madrid. Entre ellas: ¿seguía siendo el justicialismo un proyecto político válido, a pesar del fuerte golpe que había recibido por parte de los militares?, ¿era posible la unidad dentro del peronismo cuando se había demostrado que la represión ilegal había sido iniciada desde el propio gobierno de Isabel?, ¿cómo debía reorganizarse el partido tras la muerte de Perón y sin una conducción respetada por todos los sectores?

La primera de estas preguntas, aunque pudiera ser formulada teóricamente, era de fácil respuesta, ya que fueron prácticamente inexistentes en Resumen los casos de militantes que abandonaran el peronismo. Otra cuestión era averiguar qué entendían por peronismo y qué esperaban de él en el futuro cercano. Aunque las miradas eran muy diversas, existía en la revista una cierta simpatía por los postulados del peronismo más progresista, incluso revolucionario, pero ya adaptado al futuro estado democrático y de derecho al que se aspiraba. En ese sentido, los comunicados de la línea Intransigencia y Movilización Peronista y las entrevistas a sus principales líderes tuvieron gran presencia en las páginas de Resumen.32

Como muestra de ello, Carlos Aznárez, meses antes de las elecciones de octubre de 1983, sostenía:

al cumplirse ya diez años de aquel histórico 11 de marzo de 1973, en que millones de votos sepultaron a otra dictadura militar, liberaron a nuestros presos y devolvieron el poder a Perón y al pueblo, nos reafirmamos en la convicción de que el programa del FREJULI [frente electoral liderado por el justicialismo en 1973] y su máxima consigna de “Liberación o Dependencia” adquieren hoy una actualidad indiscutible33

Pese a ello, resultaba obvio que el peronismo conformaba un conglomerado sumamente diverso y que existían sectores, sobre todo entre su clase dirigente, que no comulgaban con esas posiciones tan combativas. Ello planteaba nuevos dilemas: ¿existían diversas formas de sentirse peronista o solo había una y, por lo tanto, los opositores internos no eran verdaderos justicialistas? El caso de Isabel Perón, ex presidenta, víctima del golpe y, al mismo tiempo, responsable última de la represión que se desató sobre los sectores de la izquierda peronista, resulta paradigmático en ese sentido. Al ser liberada tras su cautiverio a mediados de 1981, la comunidad del exilio expresó opiniones prácticamente contradictorias.

En el Encuentro Peronista celebrado en Barcelona el 9 de julio de 1981, se sostuvo que “la liberación de la señora Isabel Perón, presidenta constitucional de la Nación (…) significa una derrota de la dictadura y un triunfo más de la resistencia popular, hegemonizada por el Movimiento Peronista”.34 Por el contrario, para la Agrupación “Eva Perón”, que reunía a exiliados de Madrid, Alicante y Bilbao:

lo realmente importante es que Isabel formaba parte de un sector político interno cuyo accionar trajo consecuencias funestas para el Peronismo, un sector que se constituyó en la cuña del enemigo en nuestras propias filas, un sector que actuó como avanzada de la represión que se ejerció sobre el pueblo después de la instauración de la dictadura militar: el Lopezreguismo35

Incluso la figura de Perón poseía unas aristas que podían resultar incómodas en algunas ocasiones. Si existían enemigos internos en el justicialismo o, como mínimo, líderes que representaban pareceres políticos opuestos, era complejo justificar cómo el General había convalidado su presencia. Como señalaba Aznárez: “todos sabemos que lamentablemente muchas veces fue el mismo Perón quien les dio poder para que lo ejercieran en contra de la política progresista que el peronismo intentaba llevar adelante”.36

Como fuera, por primera vez en su historia, el justicialismo debía reorganizarse sin que la voz de Perón marcara el camino. Y ello conformaba tanto un problema como una oportunidad. Desde el exilio se apostó casi unánimamente a que esa reorganización se realizara a partir de principios democráticos y respetando la voluntad de las bases. Como muestra de ello, en el Encuentro de Exiliados Peronistas residentes en Europa, realizado en Madrid en marzo de 1983, los participantes se pronunciaron “por la plena democratización del Movimiento”.37 Con ello, no solo se adaptaba al partido en un sentido más democrático, sino que además se esperaba que el voto interno sirviera para contar con unos representantes más afines a los sectores de izquierda.

La reorganización del justicialismo a lo largo de buena parte de 1983 se realizó, en efecto, a partir de elecciones internas en cada distrito provincial, que sirvieron para elegir los distintos candidatos y conducciones nacionales y provinciales. Sin embargo, y entre otros factores, el control y mejor organización de las cúpulas ya existentes, especialmente la liderada por el sindicalista Lorenzo Miguel y por Deolindo Bittel, hicieron que los resultados fueran bastante diferentes a los esperados por la comunidad del exilio.

Que figuras como el citado Miguel o Herminio Iglesias fueran algunos de los candidatos resultaba desmoralizador para varios exiliados38 y algunos, como Fernando Laría, hasta sopesaban votar, de ser posible, a otros partidos: “es indudable que hay candidaturas peronistas que son absolutamente inaceptables”39.

Precisamente, la mejorable selección de candidatos conformaría una de las causas más importantes a la hora de explicar la inédita derrota del peronismo en los comicios presidenciales de 1983. Este sorprendente resultado supuso una nueva derrota a sumar a las que ya acumulaban los exiliados y, obviamente, fue materia de análisis en las páginas de Resumen. Así, por ejemplo y conectado con lo expuesto anteriormente, para Aznárez las raíces de lo sucedido había que buscarlas en la década anterior:

desde ese 1 de Mayo de 1974 en que Perón decidió entregar nuevamente la bendición a los actuales mariscales de la catástrofe, hasta la imposición de Isabel y López Rega en la cúpula del Movimiento y del país40

Laría, por su parte, sintetizaba las causas de la derrota en tres grandes factores: el atractivo del candidato radical Raúl Alfonsín como opositor a los militares, la escasa coherencia del programa justicialista y el recuerdo del desgobierno de la época de Isabel. Frente a los que defendían que el peronismo era ante todo un movimiento que no podía asimilarse a la forma de un simple partido,41 este autor consideraba que había que subrayar la importancia del partido, al ser “el rostro más visible” en las coyunturas electorales y a la hora de implementar políticas concretas.42

En ese sentido, Laría intuyó bien en qué consistiría la lucha interna del peronismo durante los siguientes años, que caminó en busca de una mayor democratización y un mayor protagonismo del partido por encima de otras expresiones. A pesar de la derrota, por tanto, quedaba mucho por hacer dentro del justicialismo y los últimos números de Resumen rezumaban un cierto optimismo de cara al futuro. Hasta el propio Aznárez, al que acabamos de ver apesadumbrado por el resultado, reconocía que “paradójicamente nos alegramos”: el 30 de octubre marcaba, desde su punto de vista, el fin de una época y la esperanza de un nuevo justicialismo.

Reflexiones finales

Pese al fuerte golpe que implicaba la marcha al exilio, la misma no significó, en la mayoría de las ocasiones, renunciar a seguir participando en la vida política del país. El exilio se convirtió así en un espacio de denuncia de los crímenes de la dictadura y de debate sobre el pasado reciente argentino. La revista Resumen de la actualidad argentina, editada en Madrid, fue un buen ejemplo de ese esfuerzo por seguir participando y por reflexionar sobre lo que había ocurrido.

En este artículo hemos analizado cómo los autores identificados con el justicialismo debatieron sobre la derrota de su proyecto político y sobre la realidad de su movimiento. Sin embargo, una de las características de Resumen fue precisamente su apertura a la hora de albergar opiniones diversas, por lo que sintetizar un consenso en torno a estas cuestiones resulta muy complejo. Así, en torno a la primera pregunta hemos explorado interpretaciones que iban desde análisis más estáticos, en los que 1976 suponía un capítulo más entre las fuerzas progresistas y reaccionarias, a los que asumían una completa autocrítica.

En torno al peronismo, las posiciones resultaban más cercanas, generalmente afines a un justicialismo de carácter más progresista y democrático, pero dentro de ese gran campo hemos comprobado que existieron diferencias en torno a cómo tratar las figuras históricas y hasta qué punto era posible la unidad con sectores que defendían opiniones opuestas.

Fuera cual fuera la respuesta a estas cuestiones, lo interesante es que desde Resumen la comunidad del exilio planteó debates y problemas que, en ocasiones, surgieron antes de que lo hicieran en el interior del país. Un buen ejemplo de ello sería el tema de la democratización del partido peronista, que se convertiría en un asunto central tras el resultado electoral de 1983.

En ese sentido, Resumen personificó excelentemente el espíritu de debate y de escuela de democracia que, en muchas ocasiones, supuso el exilio. Por supuesto, las cuestiones que hemos tratado aquí suponen solo una pequeña parte de las que se trataron en sus distintos números. Temas como la guerra de Malvinas o la situación internacional, con la revolución sandinista y la guerra fría como polos principales, provocaron fuertes debates y ejemplifican la riqueza de la revista como fuente histórica.

Notas

1. Trabajo recibido el 15/10/2017. Aceptado el 10/12/2017.
2. Licenciado en Historia, Magister en Estudios Latinoamericanos y Doctor en Historia por la Universidad de Salamanca. Contacto: baeza@usal.es
3. De entre ellos se podría destacar a Jensen (1998).
4. Agradezco a Guillermo Mira Delli-Zotti que me haya facilitado a su colección de la revista Resumen. Este autor fue además uno de los primeros en analizar la revista. Por ejemplo, en Mira Delli-Zotti y Baeza Belda (2005).
5. Jensen y Lastra (2016) recogen, dentro de cálculos conservadores, que “entre 1974 y 1983 alrededor del 1% de la población argentina salió del país en un contexto de violencia política”. Jensen y Lastra, (pp. 155-185). Por su parte, Mira (2003) calcula, de acuerdo con las estimaciones más bajas, que en España pudieron recalar entre 12000 y 15000 exiliados (pp. 119-143).
6. Aunque la nómina de colaboradores fue amplia, la revista destacaba como equipo de redacción a Carlos Aznárez, Liliana Pistarelli, María Angélica Wallasch, Susana Sánchez, Jorge de Persia, Roberto Viñas y a Carlos Malamud.
7. La experiencia de ANCLA fue impulsada por un reducido grupo de periodistas vinculados con Montoneros. Además de Walsh, entre sus integrantes se pueden encontrar otras conocidas figuras como Horacio Verbitsky, quien asumió la dirección de la agencia tras el asesinato del primero. Para una mayor información, se puede consultar Vinelli (2000).
8. Aznárez, C. (31/01/1983).Cinco años de Resumen. Resumen de la actualidad argentina, (80).
9. Resumen de la actualidad argentina, (23/05/1983), (88).
10. Por supuesto, ello no quiere decir que sus distintos miembros no hicieran gala de su identidad política o que la ocultasen a nivel personal. Al contrario, Carlos Aznárez, por citar un ejemplo, siempre dejó explícita su adscripción al peronismo. Por otra parte, el Club autorizaba a sus miembros a participar en otros organismos del exilio.
11. Esa era, según sus propias palabras, el principal cometido del Club: “desde 1976 la tarea más importante realizada desde el exilio ha sido la constante denuncia de la política del gobierno militar, en particular lo relativo a la violación de derechos humanos”. Resumen de la actualidad argentina,  (02/04/1980), (20).
12. Malamud, C. (19/12/1983). Cien veces uno. Resumen de la actualidad argentina, (100).
13. Resumen de la actualidad argentina, (31/01/1983), (80).
14. Los números de la distribución exacta de Resumen son difíciles de calcular, además de que fueron variando a lo largo de la etapa. Reyna Pastor, una de las participantes del Club, calculaba, para la última etapa de la revista que “se imprimen unos 800 números, de los cuales 400 se distribuyen en España y la otra mitad en otros países, pero a la Argentina no permiten ingresarla”. Resumen de la actualidad argentina, (23/5/1983), (88).
15. Resumen de la actualidad argentina, (19/12/1983), (100).
16. Resumen de la actualidad argentina, (14/12/1981), (56).
17. Por supuesto, este debate no era exclusivo del exilio y se desarrolla también en el interior de Argentina, a pesar de la censura. De hecho, en las páginas de Resumen, desde sus primeras ediciones, se reproducían artículos y comunicados que profundizaban en esta cuestión. Por ejemplo, un texto del Movimiento Nacional Justicialista en el que se afirmaba que el peronismo no era el responsable de la violencia política y se hablaba de las dificultades que atravesó el gobierno de Isabel apareció en el número doble 25/26.
18. Resumen de la actualidad argentina, (14/12/1981), (56). Por otra parte, la mención a los “Derechos Humanos” habla también de la evolución de los valores que se estaba produciendo en esos años.
19. Bacigalupo ejercía como profesor en la Universidad Complutense a partir de 1978. Antes de partir el exilio, además de su tarea docente, había sido nombrado Procurador del Tesoro de la Nación y había participado en la redacción del proyecto del Código Penal de 1974. En ese sentido, le unía una relación personal a Cámpora, recientemente fallecido cuando se escribió el párrafo comentado.
20. Resumen de la actualidad argentina, (12/01/1981), (35). 
21. Gurucharri, E. y Castro, C.  (19/12/1983). Apuntes para el retorno. Resumen de la actualidad argentina, (100).
22. Godio, J. (22/09/1980). La guerra ha terminado. Resumen de la actualidad argentina, (28). La opinión de Godio fue respondida por Daniel Pereyra, mucho más en sintonía con el esquema que hemos descrito anteriormente. Sostenía así que “las causas del golpe son mucho más claras y sencillas: la burguesía y el imperialismo necesitaban cortar el ascenso de las luchas obreras y populares para poder desarrollar un modelo de acumulación asentado en la superexplotación”. Resumen de la actualidad argentina, (20/10/1980), (30).
23. Godio, J. (22/09/1980). La guerra ha terminado. Resumen de la actualidad argentina, (28).
24. Rodríguez Braun, C. (31/01/1983). Adiós Montoneros, adiós imperialismo. Resumen de la actualidad argentina, (80).
25. Méndez, J. (14/03/1983). Montoneros, imperialismo, famas y cronopios. Resumen de la actualidad argentina, (83).
26. Rulli, J. (26/09/1983). El terrorismo como problema. Resumen de la actualidad argentina, (94).
27. Resumen de la actualidad argentina, (24/10/1983), (96).
28. Chumbita, H. (21/11/1983). Acerca de “las dos caras del terrorismo. Resumen de la actualidad argentina, (98).
29. Chumbita, H. (21/11/1983). Acerca de “las dos caras del terrorismo. Resumen de la actualidad argentina, (98).
30. Resulta difícil demostrar empíricamente la hipótesis de que el peronismo fue la identidad política más reprimida durante la dictadura, aunque solo fuera por la mayor cantidad de militantes que poseía. En cualquier caso, lo interesante es que buena parte de los exiliados justicialistas así lo creía. Desde la Agrupación “Eva Perón” de España, se afirmaba, por ejemplo, que “tenemos la mayoría de los presos y la mayoría de los desaparecidos precisamente porque somos la fuerza política a través de la cual se expresa mayoritariamente nuestro pueblo y es sobre el mismo que se ejerció la represión dictatorial”. Resumen de la actualidad argentina, (07/09/1981), (49).
31. Resumen de la actualidad argentina, (01/06/1981), (45).
32. Intransigencia y Movilización Peronista fue una línea dentro del justicialismo que nació a mediados de 1981. Recogió gran parte de los postulados y antiguos militantes del peronismo revolucionario y de izquierda. Liderada por el caudillo catamarqueño Vicente Leonides Saadi, contaba en sus filas con figuras como Andrés Framini y Nilda Garré, quienes visitaron en varias ocasiones a los exiliados en Europa. Salvo en Catamarca, Intransigencia y Movilización cosechó unos resultados muy modestos en las elecciones internas de 1983.
33. Aznárez, C. (14/03/1983). Como en el ’73, el peronismo de los trabajadores. Resumen de la actualidad argentina, (83).
34. Resumen de la actualidad argentina, (07/09/1981), (49).
35. Resumen de la actualidad argentina, (07/09/1981), (49).
36. Aznárez, C. (14/02/1983). Como en el ’73, el peronismo de los trabajadores. Resumen de la actualidad argentina, (83). Las responsabilidades de Perón en la represión de su propio movimiento constituían otra cuestión espinosa. Para Aznárez y Arturo Ferre Gadea, en otro artículo, estaba represión había comenzado después de su muerte, en julio de 1974. Ferre Gadea, A. y Aznárez, C. (22/03/1982). Peronismo y dictadura. Resumen de la actualidad argentina, (62).
37. Por otra parte, la realización de este encuentro, que tuvo continuidad en París en la siguiente edición, habla de la organización que alcanzó el exilio peronista a nivel continental. Sus principales conclusiones pueden encontrarse en Resumen de la actualidad argentina, (17/05/1982), (66).
38. Señalaba Aznárez que “para colmo, los figurones son los mismos, aquellos a los que tantas veces combatimos por sus actitudes claudicantes y que en reiteradas oportunidades jugaron desembarazadamente del lado de nuestros enemigos”. Aznárez, C. (14/03/1983). Como en el ’73, el peronismo de los trabajadores. Resumen de la actualidad argentina, (83). Algunos incluso llegaban a impugnar la utilidad de la reorganización tal y como fue planteada. Para Carlos Castro, Eduardo Gurucharri, Susana Buconic y Jorge Pérez, “los aparatos superestructurales” del partido “no constituyen herramientas válidas para expresar la potencialidad revolucionaria de las bases del movimiento”. Resumen de la actualidad argentina, (24/10/1983), (96).
39. Resumen de la actualidad argentina, (24/10/1983), (96).
40. Aznárez, C. (07/11/1983). Después del 30: el gran desafío. Resumen de la actualidad argentina, (97)
41. Expresiones así eran, de hecho, muy comunes. Pueden encontrarse, por ejemplo, en Gurucharri, E. (22/03/1983). Reivindicación e intransigencia. Resumen de la actualidad argentina, (62). .
42. Laría, F. (21/11/1983). La derrota peronista. Resumen de la actualidad argentina, (98).

Referencias

1. Franco, M. (2014). La "teoría de los dos demonios": un símbolo de la posdictadura en la Argentina. A Contracorriente. Una revista de historia social y literatura de América Latina 11, (2), 22-52. Recuperado de: https://acontracorriente.chass.ncsu.edu/index.php/acontracorriente/article/view/806          [ Links ]
2. Jensen, S. (1998). La huida del horror no fue olvido. El exilio político argentino en Cataluña (1976-1983). Barcelona: Bosch.         [ Links ]
3. Jensen, S. y Lastra, S. (2016). Formas de exilio y prácticas represivas en la Argentina reciente (1974-1985). En G. Águila, S. Garaño y P. Scatizza (Coords.). Representación estatal y violencia paraestatal en la historia reciente argentina: Nuevos abordajes a 40 años del Golpe de Estado. La Plata: Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.         [ Links ]
4. Mira Delli-Zotti, G. (2003). Voces distantes, otras miradas examinan el círculo de hierro. Política, emigración y exilio en la declinación argentina. América Latina Hoy, (34), 119-134. Recuperado de: http://revistas.usal.es/index.php/1130-2887/article/view/7364
5.         [ Links ] Mira Delli-Zotti, G. y Baeza Belda, J. (2005). El exilio argentino a través de sus publicaciones. Una aproximación a las revistas publicadas por los exiliados del 76, con especial referencia a España. Conferencia presentada en X Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, Rosario, Argentina.         [ Links ]
6. Vinelli, N. (2000). ANCLA. Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh. Buenos Aires: La Rosa Blindada.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License