SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue39El peronismo en Resumen: derrotas y Justicialismo en una revista del exilio de Madrid (1978-1983)Chile-América,1974-1983: Una revista del exilio chileno author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

On-line version ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.39 Córdoba Jan. 2018

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

El latinoamericanismo del exilio. Reflexiones sobre la revista Testimonio Latinoamericano1

 

Martina Garategaray2

 

Resumen: Como parte de un proyecto más amplio que se propone explorar el lenguaje político de la transición democrática a partir de revistas político-culturales, en este artículo exploraremos el latinoamericanismo de la revista peronista Testimonio Latinoamericano. Publicada en el exilio catalán entre 1980 y 1983 por Hugo Chumbita, Álvaro Abós y Jorge Bragulat, la revista fue acompañando y posicionándose en relación a los debates más significativos de esos años, construyendo en sus páginas una identidad latinoamericana. Nos preguntamos: ¿Qué es América Latina para la revista, cómo aparece referenciada en sus páginas? ¿Cómo se relaciona lo latinoamericano al proyecto editorial? ¿Y al exilio? Partimos de la hipótesis que durante los años del exilio varias publicaciones avanzaron, por diversas razones pero como parte de la lucha contra la dictadura y por la vuelta a la democracia, en la construcción de lo latinoamericano como un “mito de unidad” que les permitió mantener cierta cohesión durante esos años y librar una batalla político-cultural. En este ejercicio puntual nos centraremos en analizar las modulaciones y torsiones de lo latinoamericano en las páginas de Testimonio.

Palabras Clave: Latinoamérica - Peronismo - Revistas - Exilio - España

Abstract: A part of an ongoing project that aims to explore the political language of the democratic transition, centered on political and cultural journals, in this article we will explore the latinoamericanism in the peronist journal Testimonio Latinoamericano. Published in the Spanish exile in between 1980 and 1983 by Hugo Chumbita, Alvaro Abós and Jorge Bragulat, the journal accompanied and positioned in relation to the most important debates of those years while constructing its Latin American identity. We ask ourselves, what does Latin America mean for the journal, how does it appear in its pages? How does Latinamericanism relate to the editorial project? And to exile?
Our hypothesis is that during the exile years many publications as part of their struggle against dictatorship and supporting democracy, constructed, with its particularities, a unity myth around Latin America. In this preliminary exercise we will analyze the changes in latinamericanism in the pages of Testimonio

Keywords: Latin America - Peronism - Journals - Exile - Spain

 

La revista

Entre marzo de 1980 y diciembre de 1983 Hugo Chumbita, Jorge Bragulat y Álvaro Abós publicaron la revista Testimonio Latinoamericano como expresión del exilio peronista en Cataluña.3 Junto a ellos colaboraron asiduamente Héctor Borrat, Eduardo Goligorski, Ernesto Frers, Augusto Pérez Lindo, Julio Godio, Horacio González, Mario A. Cámpora, Julián Licastro, Juan Bustos y Roberto Bergalli. En esos casi 4 años Testimonio fue tribuna de los debates de la época y caja de resonancia de los avatares que atravesó el pueblo argentino exiliado y el que se quedó en el país; y fue también una de las pocas revistas identificadas con la militancia peronista exiliada que se propuso la discusión de ideas en una clave que iba más allá de sus fronteras nacionales. Es por ello que nos interesa volver sobre la misma.

Como parte de un proyecto más amplio que se propone analizar la construcción de un lenguaje de la democracia en América Latina en los años de la transición democrática a partir de revistas político-culturales,4 en estas páginas nos interesa explorar el latinoamericanismo de Testimonio Latinoamericano. Nos preguntamos: ¿Qué es América Latina para la revista, cómo aparece referenciada en sus páginas? ¿Cómo se relaciona lo latinoamericano al proyecto editorial? ¿Y al exilio? En lo que sigue, de un modo exploratorio y tentativo, delinearemos algunas respuestas.5

El exilio y lo latinoamericano

Testimonio fue una revista del exilio y publicada en el exilio, una revista que se inscribió en los debates y polémicas del exilio y que salió y dejó de salir en esos años de destierro. Como afirmamos en otra oportunidad,6 podemos decir que el exilio catalán no fue solo la condición de posibilidad de existencia de la revista (por su capacidad de acoger a los argentinos exiliados que deciden publicarla) sino ese espacio simbólico en el que tuvieron lugar ciertos debates y se cristalizaron algunas problemáticas, y que funcionó como marco de contención y de solidaridades entre exiliados de varios países latinoamericanos. Como hipótesis creemos que el exilio, por su capacidad de desparticularizar la experiencia de los desterrados construyendo en su lugar un espacio común, funcionó como un mito de unidad latinoamericana.7 En este sentido, en este apartado buscamos dar cuenta del modo en el que el exilio colabora a construir la visión latinoamericanista que se despliega en la revista.

Una primera lectura de Testimonio nos permite constatar que ese espíritu latinoamericanista está presente no solo en el título (aunque es la palabra testimonio la que ocupa la plana mayor mientras que latinoamericano aparece abajo y con un tipografía mucho más pequeña), sino que todos los números presentan notas sobre lo que acontece en otros países de la región delimitando un espacio común (notas sobre Suramérica y Centroamérica y especialmente sobre Bolivia, Nicaragua, Chile, Uruguay y Brasil, entre otras se suceden en todos los números). En el apartado especial “las voces del exilio” se establecen diálogos personales con otros exiliados latinoamericanos, se reseñan actividades y seminarios que versan sobre la región8, y aparecen publicitadas otras revistas como Controversia, Chile América, Presencia Argentina, Cuadernos de Marcha, Sin Censura, Nexo o Nueva Sociedad. No obstante es también lo latinoamericano su definición identitaria que se tramará, como veremos más adelante, a otros conceptos y se desplegará en relación a los distintos contextos en los que interviene la revista.

Es así que Testimonio se presentó en la contratapa -una modalidad que mantuvo en varios números- como una propuesta de y para los latinoamericanos que se interesan por su realidad. 

Es pues un testimonio del destierro: exiliados, emigrados o transterrados, nos reúne el hecho crucial de esa ausencia injusta de nuestros países. En esta travesía, convivimos con la gente de otros pueblos que, aunque lejanos, no son ajenos a los conflictos que nos conmueven y en los que encontramos nuevas referencias para entender los por qué, los cómo, los hasta cuándo.

El alejamiento nos da -pequeña ventaja- un panorama más abarcador. Por eso queremos que la propuesta tenga proyección latinoamericana. Porque la interpretación de nuestra Terra Incógnita suscita claves de validez continental. Porque sus homogeneidades nos resultan más reveladoras que nunca, y aún sus diferencias señalan fases, alternativas y discontinuidades de una historia común”9.

Si bien el exilio se experimenta como una situación triste e injusta, rescatan cierta positividad en asimilar las diversas experiencias. Por un lado, posibilitando la reunión y la creación de nuevos vínculos entre los exiliados y, por el otro, al favorecer el descubrimiento de aquello en común. Es por ello que afirman que la experiencia del exilio les facilita a los hombres y mujeres de países hermanos “la vivencia de problemas similares, de una íntima comunidad de carácter, de formas de pensar y actuar”.10 Una primera percepción de cierta unidad no solo por la cercanía geográfica sino por compartir los mismos problemas y que deriva en la construcción de la identidad latinoamericana:

Pensamos que es necesario replantear nuestra identidad en estos términos. Creemos que existe una literatura latinoamericana, como existe una nación latinoamericana y una causa política latinoamericana. Eso es lo que pretendemos indagar y testimoniar11

Esta idea de indagar quiénes somos y cuál es la causa latinoamericana que habilita el exilio y que provoca la dictadura militar y su persecución política e ideológica es profundizada en otro de sus editoriales al decir que la revista busca “testimoniar la identidad de una cultura latinoamericana, soporte de la integración y la liberación del continente”12. Estas afirmaciones junto a los argumentos desplegados por Hugo Chumbita en la nota “La utopía latinoamericana” sientan, de modo no programático, las líneas de lo que será la interpretación de lo latinoamericano que creemos se despliega en la revista, una utopía que define en estos términos:

Latinoamérica, país por país, presenta un cúmulo decepcionante de frustraciones. Puede resumirse en una: la falta de realización nacional. (…)
La utopía de Latinoamérica, surgida de la entraña de una historia común, es entonces el proyecto de liberación y unificación de la patria subyacente, su reorganización como nación, es decir la integración económica y el desarrollo, la intercomunicación social, la vertebración política de una federación continental pero también mucho más que eso: la emergencia de una gran sociedad plural, un orden de dignidad, libertad y justicia para nuestros pueblos secularmente humillados, la definición de nuevos cauces de convivencia democrática, la consolidación de una cultura, rescatando sus raíces y proyectando sus aportes originales en el orden científico, tecnológico, artístico (Chumbita, 1980b, p.5)

Podemos decir que lo que comienza a tomar forma en la revista es una visión en la que la realización de la región pasa por la realización de las naciones que participan de una lucha en común. El exilio, como resultado de la persecución y represión dictatorial, ocupa en su argumento un lugar privilegiado que promueve la unidad latinoamericana. Por un lado, porque permite situar en un plano de igualdad a todos los exiliados, sin importar nacionalidades ni pertenencias partidarias o ideológicas sino por su condición de latinoamericanos padeciendo situaciones similares. Y también porque, en ese mismo proceso de uniformización, desde el exilio se construye una Latinoamérica como terreno empírico y definible, con un proyecto político y cultural propio.

Latinoamérica, peronismo y Europa: de identidades y alteridades

Testimonio fue una revista de peronistas exiliados que entendían al peronismo como un movimiento nacional y popular latinoamericano y, por ello, las interpretaciones de lo latinoamericano y del peronismo estuvieron íntimamente vinculadas.

En el primer número, Chumbita pasaba revista sobre el modo en el que el peronismo era interpretado por los europeos: como fascismo e incluso totalitarismo. Su diagnóstico sobre estas adjetivaciones lo llevaba a afirmar que: “la capacidad de incomprensión de los europeos respecto del tercer mundo es inagotable”.13 De este modo, y a propósito del peronismo, sentenciaba la relación de Europa con América Latina como un vínculo distante y de desconocimiento.

Estas palabras de Chumbita (1980a) fueron el puntapié para una extensa polémica en las páginas de Testimonio, que oponía eurocéntricos a eurofóbicos, y que  evidenció que la discusión sobre el peronismo podía trasladarse con cierta facilidad a la discusión sobre Europa y su mirada sobre los fenómenos en otras regiones (p.7).14 La discusión permitió, y esto es lo que nos interesa más allá de contenido de la polémica, que en la revista se desplegara un encadenamiento en el que el peronismo, los movimientos nacionales y populares, el tercer mundo y Latinoamérica se ubicaban como un mismo núcleo con valores compartidos, al que se contraponía Europa y su “imperialismo de las ideas”.

El estreno en Madrid de la ópera-rock Evita de Tim Rice y Andrew Lloyd Weber fue otro episodio leído en la misma clave. Para Frers tanto el espectáculo musical como la ola de libros, espectáculos, artículos y programas de televisión sobre el mito Evita se fundaron en el mito gorila “que es el que siempre ha gozado de mejor prensa y mayor predicamento en Europa, pese a ser el más imaginario” (Frers, 1980, p. 17).15 Este modo de interpretar al peronismo y biografiar a Eva Perón fue muy criticado en las páginas de la revista que le dedicó al tema casi un número.16 En 1982 Testimonio publicó la reseña del libro “Evita no me llaméis fascista”, que contenía las polémicas entre argentinos y españoles en torno a Eva.17 El libro, que se planteaba como un derecho a réplica por parte de los argentinos, aduciendo que sus respuestas a los dichos de los españoles no fueron recopiladas por la prensa de España, vuelve sobre la caracterización del peronismo como fascismo y la dificultad de comprensión por parte de los españoles:

(…) aunque en la génesis del justicialismo aparecen elementos fascistas, éste no es un movimiento fascista. Otra es la constatación de que los europeos, y más concretamente los españoles, no entienden lo que el peronismo representa” (…) La incomunicación e incomprensión que surge con frecuencia entre Europa y América se ejemplifica de manera evidente en la figura de Eva Perón  (García Garzón, 1982, p. 42)

De este modo, volver sobre la figura de Evita les permitía también volver sobre la oposición Europa-América Latina mediada por el peronismo, que planteamos anteriormente y que tuvo otros terrenos de manifestación.

En el número 7/8 de 1981 se publicó un suplemento para la discusión titulado: “Propuestas para la tercera vía”. Resulta sugerente, para pensar la relación del peronismo con otras fuerzas políticas, el título del suplemento: “La tercera vía” y no “tercera posición” que era el modo en el que el peronismo identificaba su no alineación con Estados Unidos y la Unión Soviética. Intuimos que esta definición ubicaba al peronismo de la revista en un doble frente de disputa política e ideológica: hacia adentro de la Argentina con el radicalismo alfonsinista y aquellas fuerzas que buscaban identificarse con los movimientos populares y hacia afuera, con la Socialdemocracia que se reafirmaba como la tercera vía entre el capitalismo y el comunismo.

El suplemento, que podía separarse del resto de la revista y tenía la pretensión de llegar al Cono Sur y principalmente a Argentina, se presentaba de este modo:

La idea de este dossier es indagar los términos que se propone esa vía desde una corriente del pensamiento político argentino, que tiene como referente las experiencias históricas de ese país y de su movimiento popular mayoritario…políticos sindicalistas e intelectuales del justicialismo en el exilio plantean sus reflexiones y diseñan los presupuestos de una estrategia común para América Latina18

La nota de Augusto Pérez Lindo sostenía la centralidad del justicialismo con estas palabras: “Lo que pueden ofrecer nuestros movimientos populares a los pueblos de América latina ya es mucho: una sociedad de hombres libres” (Pérez Lindo, 1981, p. 2). En este sentido argumentaba que el peronismo era “fuente de un humanismo histórico latinoamericano” y su proyecto, común a los demás pueblos latinoamericanos, era el desarrollo autónomo, la democracia política y la igualdad de posibilidades sociales (Pérez Lindo, 1981, p. 4). Aunque se reconocía al peronismo como precursor en marcar el camino, afirmaba también que “no abrigamos la pretensión de “iluminar” las orientaciones de los militantes y cuadros políticos populares. Somos audaces por necesidad. Hemos intentado situar someramente en nuestra experiencia histórica global los dilemas que enfrentamos” (Pérez Lindo, 1981, p.4). Se buscaba situar al peronismo a la cabeza de un movimiento latinoamericano del que formaba parte, pero que lo excedía.

La idea de convergencia entre los objetivos del peronismo y los postulados latinoamericanistas está presente en todo el suplemento que apunta a que el peronismo sirva para sentar las bases de una “propuesta de integración continental con sentido liberador y antiimperialista” (Chumbita, 1981, p. 5) puesto que, en palabras de Licastro “La integración latinoamericana se hará, porque esa es la tendencia histórica. Los hechos políticos pueden demorarla pero no impedirla” (Licastro, 1981, p. 12). Entonces, si bien la propuesta partía del justicialismo se pensaba para América Latina afirmando, de manera implícita, que el proyecto latinoamericano coincidía con el del peronismo. Y por ello el peronismo, que tenía una historia de movimiento por la liberación nacional, parecía habilitado para liderar la transformación latinoamericana, aunque los autores se cuiden de ponerlo en estas palabras.

En el número siguiente, y, podríamos decir, con el mismo espíritu, se presentó un nuevo suplemento: “Anatomía del populismo. Populismo en Latinoamérica”.19 En esa oportunidad también Chumbita se encargó de recuperar al populismo tanto frente al gobierno militar argentino que decía buscaba preservar a los ciudadanos del populismo demagógico -en clara alusión al peronismo-, como frente a la caracterización peyorativa del mismo por parte de los europeos:

Frente al uso peyorativo de la clasificación populista, habría que insistir en que el pueblo no es una entelequia ni una mala palabra: es el protagonista de las luchas contra el poder oligárquico, es el campo donde cada fuerza política trata de ocupar el mayor espacio, es el sustento de una democracia auténtica. (…) Mal puede considerarse un episodio aberrante o anómalo en América Latina un fenómeno que resulta normal en aquella realidad (Chumbita, 1981b, p. 21)

Chumbita planteaba que aquellos que atacaban al populismo no solo mostraban un grado de desconocimiento e incomprensión con respecto a lo que ocurría en América Latina, sino que esas críticas escondían un intento por imponer la ideología europeizante contraria al pensamiento nacional latinoamericano.

Al evocar en las páginas de Testimonio una Europa crítica al peronismo y opuesta a América Latina, se iba naturalizando una relación cuasi simbiótica entre la fuerza popular Argentina y los intereses latinoamericanos. Esta doble situación ubicaba al peronismo y a los peronistas como aquellos capaces de liderar la transformación y reafirmaba la posibilidad de una estrategia común para la región.

Creemos que en la definición de la identidad latinoamericana la revista realiza dos movimientos simultáneos. Por un lado, articula lo latinoamericano en tanto liberación e integración a los movimientos nacionales y populares y entonces reflexiona sobre el carácter latinoamericano del peronismo y, por el otro, opone América Latina a Europa. Es así que en esta constitución identitaria lo latinoamericano se define en relación a la tradición peronista pero también en oposición a lo europeo y a los modos en el que estos últimos leen y decodifican ese movimiento nacional y popular.

Malvinas

En estos corrimientos de la identidad latinoamericana que se despliega en la revista, Malvinas ocupó un capítulo importante. La guerra del Atlántico Sur fue descripta en Testimonio como una nueva arremetida del imperialismo no solo hacia Argentina sino hacia Latinoamérica en su conjunto: “Toda América Latina es un rosario de despojos imperialistas”.20 Y esto era así porque desde su origen, según Chumbita, “hay un trauma no resuelto en torno al sometimiento de los pueblos y la quiebra de sus culturas originarias por la civilización europea, a través de la conquista y la colonización” (Chumbita, 1982, pp. 13-14). Este era al problema de fondo y por ello, a pesar de las críticas a la Junta Militar, la revista afirmaba:

(…) la recuperación de las Malvinas, cualesquiera hayan sido las motivaciones coyunturales que la provocaron, las intenciones subjetivas y la ilegitimidad de sus actores, es un acto de justicia histórica. Así lo han visto todos los pueblos latinoamericanos que se  han ratificado de diversas maneras en su unívoca conciencia continental, y también lo expresa a quien lo quiera oír el pueblo español, cuya solidaridad fundamental en este momento nos parece fuera de dudas (…) y no es osado pensar que asistimos a otro acontecimiento auspicioso: el comienzo de disolución de la dictadura21

Estos dichos le valieron a Testimonio todo tipo de críticas, no obstante la revista ratificó su posición como la de la defensa de los intereses nacionales entendidos como aquellos que estaban también en el origen de Latinoamérica. Si bien Malvinas fue y es un tema en sí mismo, resulta pertinente en la lectura que proponemos porque la propia revista encadenó esos sucesos a su posición latinoamericanista. En sus palabras:“(con Malvinas) se plantean casi todos los problemas, disyuntivas e interrogantes que han sido materia de análisis y discusión en estas páginas desde que iniciamos la publicación de nuestra revista”.22 De algún modo Malvinas venía a cristalizar el modo en el que leían la causa latinoamericana, como aquella vinculada a los intereses nacionales, y a Europa como un continente que al entrometerse en el Atlántico Sur reeditaba en el siglo XX, el imperialismo y la dominación colonial.

La nota de Abós “La mirada Europea” resulta ejemplar por el modo en el que trama el conflicto de Malvinas al modo en el que los europeos, en tanto alteridad, decodificaban al peronismo, a la Argentina y a Latinoamérica. En la misma, la guerra de Malvinas era interpretada como una guerra también de papel en la que se estableció un conflicto entre América Latina y Europa y se visibilizó, una vez más, la dificultad de Europa para leer y comprender a América Latina. La caracterización del conflicto como guerra absurda por parte de Europa, permitió que afloraran, para Abós, todas las cuestiones que dificultaban la comprensión de América Latina.

Si bien hasta este momento la crítica hacia Europa incluía a España, comenzó a operarse una hendidura en este razonamiento que se preocupaba por explicar la falta de apoyo a la guerra por parte de los españoles progresistas tanto por el fantasma del franquismo como por el apoyo de la derecha golpista al conflicto, y a separar el comportamiento de los líderes políticos e intelectuales, del de las bases trabajadoras:

Lo cierto es que las bases populares tuvieron menos complejos, y los obreros encuadrados en los sindicatos clasistas españoles, con certero instinto, apoyaron ruidosamente -a diferencia de sus intelectuales y hasta de sus cuadros- el anticolonialismo latinoamericano: las manifestaciones del 1 de mayo en toda España así lo demostraron (Abós, 1982, p. 5)

En este contexto, y a pesar del pronunciamiento en contra de la guerra de muchos políticos e intelectuales, la revista sostenía que los aliados del pueblo argentino no eran otros que los pueblos de América Latina y, como apuntamos también, el pueblo español.23 Esto era posible porque, en vez de leer el conflicto de Malvinas como el de la dictadura vs. democracia, los editores de Testimonio, buscaban ubicarlo como expresión del conflicto Norte-Sur, pobres-ricos y, si algunos buscaban equiparar el nacionalismo argentino al de Hitler o Mussolini, la revista se preocupaba por diferenciar el nacionalismo de los países dependientes del nacionalismo expansionista. Es así que ubicaba el problema en otro tablero de interpretación.

Latinoamérica y el desexilio

El desenlace de la guerra fue el comienzo del fin de la dictadura Argentina y en ese clima de apertura democrática apareció en la revista una serie de debates que volvían sobre la cuestión latinoamericana. La apertura implicaba, por un lado, pensar en el retorno al país y, por el otro, en la posible victoria electoral del peronismo que debía encarar una resignificación que lo diferenciara tanto de la derecha verticalista como del viejo aliado del peronismo en los setenta: el marxismo. Y en estas dos dimensiones tuvieron lugar nuevas definiciones.

Con respecto a la unidad latinoamericana y a propósito del bicentenario del nacimiento de Bolívar, podía leerse en Testimonio:

Este año se celebra en Caracas el bicentenario del nacimiento de Bolívar, a quien se evocará como impulsor de la gran empresa liberadora y unificadora del continente. Por sobre la retórica del protocolo, hoy existen motivos para pensar que aquel ideal originario está más cerca de la realidad. La oportunidad de una reflexión en común de los latinoamericanos acerca del sentido actual del proyecto bolivariano no debería ser desaprovechada, y a ello queremos sumar nuestra contribución desde las columnas de TL. La unión latinoamericana, más que un tema es un presupuesto íntimo en el enfoque de la revista, y en tal sentido tiene una presencia recurrente en sus páginas24

La ya estipulada vuelta a la democracia en Argentina y el proceso de apertura en Uruguay y de cambio en Chile fueron el terreno que la revista reconocía, en la medida que significaba el declive de las opresivas dictaduras que azotaron al Cono Sur, como propenso para la realización del proyecto bolivariano de unidad latinoamericana. En el número siguiente de Testimonio se presentó un sugerente debate en torno a los contenidos de ese proyecto de emancipación a partir del ya mencionado bicentenario del nacimiento de Bolívar y el centenario de la muerte de Marx. Ambas conmemoraciones fueron la excusa de la revista para reafirmar la oposición Europa-América Latina, Socialismo-Nacionalismo, Socialismo Científico-Patria Continental y enfatizar las relaciones “siempre conflictivas entre socialismo y nacionalismo latinoamericano”.25 Chumbita sostenía que el marxismo había actuado como “un revulsivo -a veces por reacción- hacia el logro de un proyecto y un pensamiento latinoamericano”, y por ello criticar al marxismo era, para uno de sus editores, el camino necesario para construir “una nueva conciencia política latinoamericana”.26 Frente a este marxismo se erigía el Bolívar que dejó como legado el ideal de una unión americana, el plan de una confederación de Repúblicas;27 y esta era la herencia que debía recuperarse. Un legado que, trasladado al plano local y teniendo en cuenta que es éste el número previo a las elecciones en Argentina, suponía la posibilidad de un peronismo de izquierda que hubiera superado la crisis del marxismo y la de los socialismos reales.

Los resultados electorales no corroboraron estas intuiciones de la revista y el peronismo fue derrotado por primera vez en su historia, en elecciones libres y sin proscripciones, por el radicalismo. Se iniciaba formalmente, con el fin de la dictadura y el traspaso del mando al presidente Raúl Alfonsín, la vuelta al país de muchos de los exiliados. En este contexto, los miembros de Testimonio no solo reflexionaron sobre las implicancias del retorno sino que se preocuparon por extraer lecciones de la experiencia en Cataluña.

En un diálogo entre Rulli y Chumbita (1983) se afirmaba la idea de que el exilio les había permitido comprender, “la estrecha comunión que nos une a los demás sudamericanos” (p. 18). De algún modo como epílogo de esa experiencia se afirmaba la idea del exilio como promotor del mito de unidad latinoamericana que apuntamos al comienzo. Una unidad que se construía a partir de aquellas dimensiones en común entre los países de la región pero también en la reafirmación de los particularismos; una unidad que siempre reconocía una alteridad, en este caso Europa y los europeos:

(…) quizás la experiencia de algunos en esta etapa del exilio sea acceder sí a ciertas dimensiones de universalidad, pero sin dejar de ser nacionalistas, creo que deberíamos volver siéndolo más que antes, en un sentido mucho más pleno, más profundo, sabiendo mejor qué es lo que somos y qué es lo que son los otros, los europeos (Rulli y Chumbita, 1983, p. 18)

Pero, en este contexto de desexilio España aparecía separada de Europa, al decir de Chumbita, por sus diferencias culturales y su relación con los latinoamericanos, “España no es Europa” (Rulli y Chumbita, 1983, p. 18).  Si esto les permitió reconciliarse con la idea de haber tenido que exiliarse en Barcelona con lo que el continente europeo representaba para estos militantes peronistas defensores del ideario nacional y popular, no es menos cierto que también generó una torsión con respecto a los aliados y sus otros.

Coincidiendo con el final del derrotero exiliar comenzaba a tramarse una nueva relación en la que, por un lado, el nacionalismo era compatible con cierto regionalismo que les había otorgado la distancia y el encuentro con otros latinoamericanos y, por el otro, la defensa de Latinoamérica era compatible con la de España. Podía leerse en su anteúltimo número que “creemos que es posible avanzar hacia el proyecto de la comunidad iberoamericana, y que se han creado condiciones más favorables que nunca para prevenir el atropello imperialista”,28 condiciones dadas por las redemocratizaciones en Latinoamérica y la llegada del PSOE de la mano de Felipe González al gobierno de España y su política hacia América Latina.

En este camino, el concepto de Iberoamérica venía a cumplir un rol especial en unir a la antigua metrópoli con sus colonias de un modo no coercitivo, sino más bien reafirmando los lazos culturales. Si, según Testimonio, había una dimensión de comunicación profunda entre España y América, teniendo en cuenta la ambigüedad de la propia situación histórica española: integrada a Europa pero comprometida con América Latina y África, esta comunidad daba lugar a una nueva unidad iberoamericana en la que España se sumaba a la causa latinoamericana.

Comentarios finales

En estas breves y preliminares notas fuimos acompañando el recorrido de la revista Testimonio Latinoamericano en torno a lo latinoamericano. En sus primeras definiciones la revista reafirmaba la existencia de una causa y una política latinoamericana opuesta a los intereses de las dictaduras del Cono Sur por las que los exiliados debían luchar y dar testimonio. En esta lucha los miembros de la publicación, identificados con la militancia peronista, reivindicaron al justicialismo como aquella fuerza política que más había sintonizado con los ideales de emancipación y liberación y contrapusieron a la causa latinoamericana a una Europa que no comprendía al Tercer Mundo y que además sostenía hacia el mismo una política imperialista. En este esquema, la guerra de Malvinas reactivó en la revista esta dicotomía oponiendo los intereses imperialistas de Europa con una causa liberadora que iba más allá de Argentina generando solidaridad entre los pueblos latinoamericanos y también con el pueblo español.

La derrota en Malvinas dio lugar a un proceso de apertura y  restablecimiento de la democracia que habilitó el regreso de los desterrados y llevó a la revista a reflexionar sobre su particular experiencia en Barcelona. Si bien el fuerte antiimperialismo había sido emparentado en sus páginas con la definición sobre lo europeo, en este nuevo contexto reafirmaban la especificidad de España: parte de Europa pero muy vinculada a América Latina culturalmente y tierra que generosamente los acogió durante el exilio.

El llamado a elecciones obligó a repensar cómo podría realizarse ese ideal emancipador. Si el peronismo no era solo la fuerza política con la que se identificaban los miembros de la revista y que suponían triunfante en las elecciones, sino el movimiento popular que era presentado como la vanguardia de la unidad latinoamericana capaz de realizar el ideal de Bolívar y de encarar la realización de la tercera vía, la derrota del mismo por lo menos cuestionaba la capacidad del peronismo de liderar la transformación.

Podemos decir que después de la guerra, de la apertura democrática y de la derrota del peronismo en las elecciones, esa mirada en la que se oponían tan claramente dos bloques opuestos (Europa y Latinoamérica), comenzaba a mostrar algunas fisuras que se hacían evidentes en un ejemplo particular: la utilización del concepto de Iberoamérica para referirse a la relación entre España, desagregada de Europa, y Latinoamérica. En este contexto, la revista, a pesar de que anunciaba que continuaría su testimonio en Buenos Aires, dejó de salir en 1983.

Como comentario final, creemos que más que pensar en una adopción dogmática, pragmática o contextual de lo latinoamericano, nos interesa el modo en el que el mismo se trama con otras y varias cuestiones en los años del exilio, puesto que nos permite no solo dar cuenta de algunas particularidades de la cultura peronista en el exilio catalán, sino del lenguaje disponible para los actores políticos e intelectuales latinoamericanos exiliados. Si bien este es un pequeño ejercicio puntual, y queda mucho trabajo por hacer, resulta un primer paso que nos permitirá a futuro reconstruir, conectando otros espacios de exiliados y relacionándolo con el propio pasado de estos actores, un mapa conceptual de las ideas que fueron construidas, resignificadas y puestas en circulación en años tan difíciles de la historia política reciente.

Notas

1. Trabajo recibido el 20/10/2017. Aceptado el 04/12/2017.
2. Licenciada en Ciencia Política y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Contacto: martina.garategaray@gmail.com
3. Álvaro Abós integró el comité editorial hasta el número 15 que, coincidiendo con el desenlace de la guerra de Malvinas, volvió a Buenos Aires
4. El proyecto de investigación que tiene dos entradas. La primera teórico metodológica que recupera los aportes de la nueva historia de las ideas o historia intelectual y la teoría política contemporánea para leer los debates de una época singular como los años que van desde el advenimiento de las dictaduras militares a la restauración democrática y a las revistas político culturales como actores de ese debate. La segunda, empírica y se propone explorar las revistas políticas y culturales latinoamericanas que se publicaron en esos años. Entre ellas: Controversia, Testimonio Latinoamericano, Punto de Vista, La Ciudad Futura, Unidos, Cuadernos de Marcha, Brecha, Nexos, Plural, Revista de Crítica Cultural, Chile-América, Araucaria, Nueva Sociedad. Algunos avances de esta investigación en curso pueden leerse en Garategaray (2016) y Garategaray y Reano (2017).
5. La excelente tesis de Silvina Jensen (2005; 2007) sobre la revista es un punto de referencia insoslayable para nuestro trabajo. Excede este ejercicio puntual y acotado hacer una historia conceptual de Latinoamérica ya que para ello tendríamos que reponer que decían los miembros de la revista antes, cómo se pronuncia el peronismo, y qué dicen los demás actores tanto argentinos como españoles en esos años de exilio. Sin embargo, es esta una primera aproximación que puede contribuir a un trabajo de más largo aliento sobre las reelaboraciones conceptuales del léxico político en el exilio.
6. En el mismo desarrollo la idea de que el exilio, en ese caso mexicano, se convirtió en un mito político de unidad para los miembros de las revistas Cuadernos de Marcha y Controversia que les permitió mantener cierta cohesión, más allá de las diferencias, hasta que el mismo comenzó a difuminarse ante las aperturas democráticas de sus respectivos países y el retorno (Garategaray, 2016).
7. Sobre el exilio pueden consultarse los trabajos de Roniger (2015), Rey Tristán (2000), Yankelevich y Roniger (2009) y Yankelevich y Jensen (2007).
8. Una de las actividades que más aparece referenciada en la revista son los seminarios organizados por Juan Bustos y Roberto Bergalli en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
9. Contratapa. (marzo/abril de 1980). Testimonio Latinoamericano, (1).
10. Los límites de la patria. (mayo/junio de 1980). Testimonio Latinoamericano, (2), p.2
11. Los límites de la patria. (mayo/junio de 1980). Testimonio Latinoamericano, (2), p.2.
12. Quienes, a dónde, por qué. (noviembre-diciembre de 1980). Testimonio Latinoamericano, (5).
13. Chumbita se refiere de modo crítico a las obras de  Sergio Villar, politólogo español, y su libro “Fascismo y militarismo” y a la obra de Louis Mercier Vega “Autopsia de Perón”.
14. Inicia la saga la nota de Chumbita titulada “Peronismo: un enigma europeo”, después se publica una respuesta por parte de Eduardo Goligorsky  (una de las voces más disonantes y críticas al peronismo que escribe regularmente en la revista), “Las ambigüedades de la eurofobia”.  Le sigue una nota sobre el tema pero más centrada en la interpretación imperialista de un nacionalista catalán Misser, “Eurocentrismo, una manera de ver el mundo” y, en el mismo número, una réplica a Goligorsky de Frers , “Peronismo y Democracia y otras de Goligorsky “Rescatar el pacto económico y social” y Chumbita “Sobre le enigma eurocéntrico”.
15. El número llevaba por título: Evita: mito, historia o espectáculo.
16. Para esa misma época se publicó el libro Llamadme Evita de Carmen Llorca, simpatizante del franquismo, que logra que la derecha española recupere la figura de Eva Perón.
17. En este número el 12/13 de abril de 1982, se publicita el libro Evita, no me llaméis fascista que recupera la controversia entre españoles y argentinos, recopilado por Carlos Arbelos y Alfredo Roca. Se publican las opiniones de Emilio Romero, Francisco Umbral, Carmen Rico-Godoy, Antonio de Senillosa, José Miguel Ullán, Eduardo Haro Ibarra, Mariano Aguirre, Hugo Chumbita, Alvaro Abós, Fausto Rodríguez, Daniel Moyano, Ernesto Frers y Franciso Solano López.
18. Testimonio Latinoamericano, (marzo-junio de 1981), (7/8), p. 1.
19. Integran este dossier la nota de Chumbita “El Recurso al pueblo”, dos entrevistas una a  Theotonio Dos Santos titulada “Populismo y Trabalhismo”, otra entrevista a Enzo Faletto, titulada “Movimientos populares en Argentina y Chile” y una tercera nota de Jaime Farji sobre “El Desarrollo y el sujeto pueblo”.
20. El Malvinazo de la dictadura. (abril de 1982). Testimonio Latinoamericano número, (12/13), p. 3.
21. El Malvinazo de la dictadura. (abril de 1982). Testimonio Latinoamericano número, (12/13), p. 5.
22. Malvinas: final de cuentas. A los lectores. (junio de 1982). Testimonio Latinoamericano, (14), p. 2.
23. Malvinas: final de cuentas. A los lectores. (junio de 1982). Testimonio Latinoamericano, (14), p. 3.
24. Iberoamérica: crisis e integración. A los lectores. (febrero de 1983). Testimonio Latinoamericano, (17/18), p. 2.
25. El Debate Sobre Marx y la América de Bolívar. (junio de 1983). Testimonio Latinoamericano, (19/20), p. 12.
26. El Debate Sobre Marx y la América de Bolívar. (junio de 1983). Testimonio Latinoamericano, (19/20), p. 13.
27. La Utopía Bolivariana. (junio de 1983). Testimonio Latinoamericano, (19/20).
28. Editorial: El discurso Iberoamericano. (junio de 1983). Testimonio Latinoamericano, (19/20), p.3.

Referencias

1. Beigel, F. (2003). Las revistas culturales como documentos de la historia latinoamericana. Revista Utopía y Praxis latinoamericana, 8, (20), 105-115.         [ Links ]
2. Garategaray, M. y Reano, A. (2017). Apuntes para una historia intelectual de la transición democrática. A Contracorriente, 14, (2), 262-279.         [ Links ]
3. Garategaray, M. (2016). La unidad del exilio: Las revistas Cuadernos de Marcha y Controversia en México. Revista Eletrônica da Anphlac,  (19), 186-207.         [ Links ]
4. Jensen, S. (2005). Identidad, derrotero y debates del exilio peronistas en Cataluña (1976-1983). Hispania Nova, Revista de Historia Contemporánea,  (5).         [ Links ]
5. Jensen, S. (2007). Testimonio Latinoamericano de Barcelona y su lectura del peronismo. IV Jornadas de Historia de las Izquierdas, Buenos Aires, Argentina.         [ Links ]
6. Moraña, M. (2003). Las revistas culturales y la mediación letrada en América Latina. Ilha de Santa Catarina, 67-73.         [ Links ]
7. Ponza, P. (2010). La izquierda en su laberinto: intelectuales argentinos, ideas y publicaciones en el exilio (1976-1983). Boletín Americanista, (60), 247-262.         [ Links ]
8. Rey Tristán, E. (Comp.). (2000). Memorias de la violencia en Uruguay y Argentina. Golpes, dictaduras y exilios (1973-2006). España: Universidad de Santiago de Compostela.         [ Links ]
9. Roniger, L. (2015). Destierro y exilio en América Latina: un campo de estudio transnacional e histórico en expansión. Pacarina del Sur, 6, (23).         [ Links ]
10. Roniger, L. y Yankelevich, P. (2009). Exilio y política en América Latina: nuevos estudios y avances teóricos. EIAL, 20, (1).         [ Links ]
11. Sarlo, B. (1992). Intelectuales y Revistas: razones de una práctica. América, Cahiers du CRICCAL, Centre de la Sorbonne Nouvelle, Paris III, p. 9-15.         [ Links ]
12. Yankelevich, P. y Jensen, S. (Comps.). (2007). Exilios. Destinos y experiencias bajo la dictadura militar. Buenos Aires: Libros del Zorzal.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License