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Revista latinoamericana de filosofía

On-line version ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. vol.49 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2023

http://dx.doi.org/10.36446/rlf2023388 

COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS

Cecilia Macón, Desafiar el sentir: feminismos, historia y rebelión, Buenos Aires, Omnívora, 2021, 256 pp.

VALENTINA YONA1 

1 UBA / CONICET

Desafiar el sentir: feminismos, historia y rebelión reúne y engrosa el trabajo de años dedicado al impacto del giro afectivo en los feminismos realizado por Cecilia Macón, investigadora y docente de Filosofía de la Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y coordinadora del Seminario sobre Género, Afectos y Política (SEGAP).

La autora, evitando los análisis autoindulgentes y narcisistas de la gran narrativa progresiva y heroica que parte del movimiento feminista gestó exitosamente para sí, ofrecerá aquí un archivo de intervenciones que no estará ordenado en una secuencia lineal, sino que hará del tiempo un desorden más en el que las conexiones afectivas y por momentos anacrónicas con el pasado estarán a la orden del día. El texto se estructura en una introducción, cuatro capítulos y una coda. En la introducción, “Revulsiones afectivas”, Macón expondrá la tesis fundamental del libro: el éxito de los feminismos en cuanto a su pervivencia en el tiempo y la consecución de objetivos parciales se debió a que este movimiento advirtió muy tempranamente que el camino hacia la emancipación solo sería posible mediante el desafío urgente y radical de la configuración afectiva cisheteropatriarcal. Esta configuración pretendidamente estática, natural e inalterable, legitima la opresión de las mujeres asignándoles emociones y pasiones consideradas nimias y apolíticas, mientras, a los varones, pasiones políticas y la poderosa arma productiva de la razón. Así, exhibirá diferentes estrategias emocionales desplegadas en estas intervenciones destinadas a exponer la contingencia e injusticia de la configuración afectiva patriarcal para, así, demolerla e inventarse una configuración alternativa y emancipadora. Tal accionar pone en funcionamiento una agencia afectiva feminista. El primer capítulo, “Nosotras abortamos”, tratará las performances del feminismo francés de la década de los setenta en su lucha por la legalización del aborto. Estudiará intervenciones como el homenaje en el Arco de Triunfo a la mujer aún más desconocida del “soldado desconocido”, el Manifiesto de las salopes y la circulación clandestina del documental Historias de A. Explorará el modo en que apuntaron -frecuentemente, haciendo uso de una retórica irónica- a mostrar cómo la distinción entre esfera pública y privada es el resultado de la asignación de afectos femeninos y masculinos y no al revés. Esta distinción luego establece la matriz de ocultamiento de la opresión en la que las mujeres solo están autorizadas a expresar sus afectos y a actuar en el ámbito de lo íntimo, que -a su vez- fue constituido como una esfera que roza lo incomprensible y como aquello que no merece ser parte del debate público. De esta manera se legitima la invisibilización de las mujeres como sujetos, condenando su sufrimiento al silencio y evitando la posibilidad de hacer justicia. Aquellas feministas francesas pusieron en escena un proceso de desobediencia civil radical, tomaron la palabra y denunciaron los mecanismos de humillación, reapropiándose de la ira y el coraje asociados a lo masculino, vindicando la tristeza como afecto políticamente productivo e impugnando el amor romántico. Así, constituyeron la esfera privada como objeto de discusión pública exhibiendo las dimensiones afectivas del lema “lo personal es político”.

En el capítulo dos, “Declarar sentimientos en 1848”, Macón abordará los días previos y el periodo posterior a la Declaración de los Sentimientos de Seneca Falls de 1848. Para ello, propondrá una lectura que no borra las tensiones raciales, de clase y religiosas. Más bien, dará cuenta de las alianzas y articulaciones heterodoxas de principios provenientes de distintas tradiciones (la liberal, la del movimiento abolicionista, la del socialismo utópico y las tradiciones religiosas críticas como el cuaquerismo) que dieron forma a la especificidad filosó- fica del feminismo como movimiento emancipatorio. La rebelión lanzada por el sufragismo norteamericano tomó como punto de partida la Declaración de Independencia sosteniendo que sus promesas de igualdad, libertad, derecho a la vida y a la búsqueda de la felicidad estarían falseadas siempre que se siguiera excluyendo de la participación política a grandes sectores de la humanidad, como las mujeres y las personas esclavizadas. Este reclamo implicó una revisión feminista de la idea de lo humano y de “hombre” como sujeto de derechos. Así, el naciente movimiento buscaba instaurar una idea de ciudadanía que diste de poder ser definida abstracta y universalmente, y que -en cambio- tenga en cuenta la tensión entre los distintos afectos que la conforman y las características concretas y contingentes de los sujetos. Un modo feminista de entender y ejercer la ciudadanía. Asimismo, se expone que el reclamo de la ciudadanía no se ceñía solamente a señalar la racionalidad de las mujeres, sino que, fundamentalmente, politizaban emociones asociadas a la pasividad femenina para tornarlas en sentimientos capaces de motorizar la acción política colectiva transformadora. La autora desarrolla la apelación a la desilusión en Lucy Stone, al arrepentimiento en Lucretia Mott y a la depresión en Elizabeth Cady Stanton. Por último, Macón se pregunta por la especificidad de la sororidad como lazo constitutivo de una colectiva feminista mostrando diferencias y continuidades respecto de las nociones de fraternidad y hermandad. Allí invoca al famoso discurso de Sojourner Truth donde la sororidad es, primordialmente, una demanda indignada hacia otras activistas que borran y silencian asimetrías claves de clase y raza que atraviesan necesariamente la lucha feminista.

Seguidamente, en “Simular para emancipar”, Macón analizará una intervención clave del sufragismo argentino: los ensayos de votación del 7 de marzo de 1920. Considerará cómo estos actos conforman gestos estético-políticos performáticos que denominará pre-enactments en diálogo con la noción de re-enactment de la filosofía de la historia. Al organizarse para invadir el acto patriarcal de las elecciones masculinas, encarnaron en su presente un futuro deseado y exigido con urgencia. Tales intervenciones expresaron el agenciamiento radical de quienes ejecutaron como real aquello que el sentido de lo real patriarcal (asociado a la exclusión de las mujeres de la política) consideraba imposible e inimaginable: la intervención de las mujeres en la política como electoras y elegidas. En consecuencia, alteraron la configuración afectiva que enclaustraba a las mujeres en una sentimentalidad descorporizada, moderada, irracional e incapaz de afectar las elecciones masculinas y devastaron la naturalización de la opresión de las mujeres para imponer otra realidad: la ciudadanía femenina. De este modo, los simulacros desafiaron la temporalidad lineal enlazando afectivamente presente y futuro, pre-creando y señalando la urgencia de lo que debería estar sucediendo, traumatizando -quizás- a los propios opresores, haciéndolos dudar de los límites entre ficción y realidad. El último capítulo, “#YaEsLey El deseo inevitable”, analizará el contra-archivo de afectos/sentimientos generado por los hashtags del activismo por la legalización del aborto especialmente a partir de 2018 con el que se logró -junto a movilizaciones callejeras masivas- instalar una atmósfera de inevitabilidad histórica en base a la cual el futuro deseado logró saltar al presente en 2020.

La tesis de la autora es que este salto al futuro y la eficacia de las prácticas colectivas se sostuvo en un contacto afectivo particular con el pasado vívido/vivido que define a la cuarta ola del feminismo latinoamericana y los modos de intervención en sus propios términos, distintos a los del Norte global. Esta implosión del pasado en el presente en el caso argentino se caracteriza por su desafío a las narrativas progresivas del movimiento feminista y a las configuraciones afectivas lineales de la temporalidad: el pasado revisionado es uno que lejos de asociarse a destellos emancipatorios, está marcado por el terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura cívico-militar. Esta herida colectiva persistente no genera parálisis o resignación, sino que funciona como catalizador y acelerador de la acción política que encuentra en lo sido tanto una deuda pendiente como un futuro frustrado, un proyecto emancipatorio que continúa desde el pasado no fantasmalmente, sino encarnado en las Abuelas de Plaza de Mayo -activistas insistentes y sobrevivientes de la dictadura- enlazadas en una alianza inestable con las activistas feministas históricas, la generación intermedia y las jóvenes que ingresaron a la vida política a través de la deseo feminista del aborto legal, seguro y gratuito.

Finalmente, en la coda -“Afectos demolidos”- Macón resaltará la multiplicidad de las revulsivas estrategias hasta aquí estudiadas, analizando el cine silente norteamericano y el programa televisivo de posdictadura argentina, La cigarra. Encontrará allí ejemplos de tácticas que volvieron las armas cisheteropatriarcales contra sus inventores, apuntando no solo a cooptar nuevas activistas, sino a sensibilizar y resensibilizar lo público como manera de resistencia, de oponerse al adormecimiento ante la injusticia de un orden naturalizado y construir nuevas sensibilidades. La autora advierte que es necesario que las configuraciones afectivas alternativas, que se plantean a partir del desafío a la cisheteropatriarcal, deben poder tanto atender a la visceralidad del activismo, como a la politicidad de los llamados “sentimientos negativos”; pero, cardinalmente, deben enfrentar los fracasos y las frustraciones de los feminismos, no ocultando el racismo, la transfobia, el clasismo y el colonialismo al interior del movimiento. Eso mismo es aquello que Macon buscó señalar en el contra- archivo de intervenciones presentado en el libro, que podría ser otro y que, como explicita la autora -proponiéndonos una tarea-, seguramente lo será en la imaginación de sus lectorxs.

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