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La zaranda de ideas

On-line version ISSN 1853-1296

Zaranda ideas vol.14 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires July 2016

 

ARTICULO

Prácticas tecnológicas líticas entre las sociedades del este catamarqueño durante la segunda mitad del Primer milenio D.C.

Lithic technologicals practices of societies from eastern Catamarca during the second half of the first millenia A.C.

Débora Egea 1

1 CITCA (CONICET-UNCA). Débora Egea es Licenciada en Arqueología de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca. Este artículo forma parte de su tesis de Licenciatura defendida en el mes de junio de 2015. Actualmente se encuentra realizando el doctorado en Ciencias Antropológicas de la Universidad Nacional de Córdoba. Desarrolla su investigación en el campo de la tecnología lítica en la zona del este de la provincia de Catamarca. E-mail: deb.egea@gmail.com.

Recibido: abril de 2016
Aceptado: mayo de 2016.


RESUMEN

En la sierra de El Alto-Ancasti (Catamarca), se sitúan numerosas cuevas con arte rupestre. El análisis inicial del material lítico recuperado de una de estas, la Cueva 7 de Oyola, nos informa el uso de materias primas locales, la manufactura de una multiplicidad de filos líticos y la realización de las últimas etapas de la secuencia de producción. La comparación de este conjunto lítico con el recuperado en el sitio contemporáneo de El Taco 19, diferente en su emplazamiento y tipo de ocupación, nos permitió evaluar la forma en que estos conjuntos, incorporados en contextos particulares, pueden empezar a aportar datos acerca de la transformación y experimentación de estos espacios en el tiempo. El análisis está orientado a contribuir a la comprensión de las sociedades que habitaron el este catamarqueño durante la segunda mitad del primer milenio de la era. Esto implica un aporte importante al ser una temática poco tratada en la zona, donde los estudios se enfocaron mayormente en el arte rupestre.

Palabras clave: Tecnología lítica; Cuarzo; Prácticas sociales; Arte rupestre; Sierra de El Alto-Ancasti.

ABSTRACT

At the El Alto-Ancasti mountains (Catamarca) there are a large number of caves with rock art manifestations.The initial analysis of lithic technology obtained from the excavation of one of this caves (Oyola 7), informs us about the use of local raw materials, the manufacture of multiple type of instruments and the presence of the last stages of lithic production sequence. By other side, the comparison of this lithic set with the one obtained at El Taco 19, domestic compound chronologically contemporary, allows us to evaluate the way these lithicartifacts couldgive information about the human societies at each settlement.The analysis is oriented to contribute to the understanding of societies who inhabit eastern Catamarca during the second half of first millennia of the age. This implies a relevant contribution around a slightly treated thematic at the area, where the investigations were focused mainlyonrock art manifestations.

Key words: Lithic technology; Quartz; Social practices; Rock art; El Alto-Ancasti mountains.


INTRODUCCION

En la localidad de Oyola se emplazan una importante cantidad de cuevas y aleros con arte rupestre. Estas cuevas se suman a los numerosos espacios con pinturas presentes en la sierra de El Alto-Ancasti, que han sido registrados por diversas investigaciones. En una de las cuevas, Oyola 7, iniciamos una excavación estratigráfica con el objetivo de vincular las representaciones rupestres con las posiblemente efímeras ocupaciones allí emplazadas, tanto llevadas adelante por las personas que pintaron sus paredes como por los simples observadores que las visitaron.

Para el caso particular aquí propuesto nos interesa presentar la información preliminar obtenida del conjunto de material lítico recuperado en la excavación de la cueva. Se trata de un primer acercamiento a la tecnología lítica de los visitantes de Oyola 7 en pos de empezar a aportar al conocimiento de la ocupación de la cueva y de las actividades allí realizadas. Para ello realizaremos una caracterización técnico-morfológica y morfológica-funcional del conjunto. Particularmente, nos interesa observar las materias primas aprovechadas, las técnicas de talla aplicadas, los tipos de instrumentos manufacturados y las etapas del proceso de producción lítica presentes.

Este trabajo resulta un aporte significativo a la interpretación de las ocupaciones del este catamarqueño, especialmente de las cuevas con arte rupestre. La materialidad presente en estos espacios no ha sido analizada en profundidad y de allí surge la relevancia de este trabajo, ya que generalmente los estudios se centraron en las complejas representaciones pictóricas y no en las características de las ocupaciones de estos lugares.

Además, se realizará una comparación del conjunto recuperado en dicho sitio con otro ya analizado por Moreno (2015) y Moreno y Sentinelli (2014) procedente de un sitio de habitación ubicado en la zona cumbral de la sierra de El Alto-Ancasti, El Taco 19 (ET 19), considerando la sincronía de las ocupaciones, el aprovechamiento de las mismas materias primas y ciertas características tecnológicas compartidas, frente a diferencias que tienen que ver con las etapas de la secuencia de producción lítica, las técnicas de talla utilizadas y los productos finales. Se busca, a través de la comparación de las tendencias relevadas en Oyola 7 respecto a las registradas en ET19, acercarse a los modos de hacer y/o usar los artefactos líticos entre las sociedades del este catamarqueño y de esta forma aportar información en relación a sus vinculaciones con el entorno directo y espacios mayores.

De esta manera, el objetivo de este trabajo se relaciona con la interpretación de las particulares historias de ocupación de estos sitios, de las experiencias y prácticas sociales asociadas con las ocupaciones o visitas realizadas a través del tiempo a estos lugares, corriendo el foco puesto en las representaciones rupestres. En una zona donde las investigaciones arqueológicas estuvieron esencialmente centradas en las características del arte rupestre y de su asociación con otros contextos regionales, este trabajo resulta un aporte relevante para conocer un poco más acerca de la ocupación del este catamarqueño.

Investigaciones en El Alto-Ancasti

La sierra de El Alto-Ancasti se dispone al este de la provincia de Catamarca (Argentina) y a escasos kilómetros del límite interprovincial con Santiago del Estero. Separa la llanura santiagueña de los valles y bolsones del centrooeste catamarqueño.

La zona fue representada históricamente como un área de frontera, de transición entre la región andina, hacia el oeste, y la región chaco-santiagueña, hacia el este. Debido a su variabilidad ambiental, también fue incorporada en modelos de complementariedad económica entre diferentes microambientes (Ardissone 1945). Además, estas serranías fueron pensadas como zona de pastoreo y lugar de obtención de productos exóticos que permitían alimentar las redes de interacción entre las distintas vertientes de los Andes y, a su vez, como un área importante en la realización de ceremonias chamánicas, dada la presencia de bosques de cebil y las numerosas representaciones pictóricas identificadas en el área (Segura 1970, 1988; De la Fuente y Díaz Romero 1974, 1979; De la Fuente y Arrigoni 1975; González 1977; Gramajo y Martínez Moreno 1978; De la Fuente 1979,1990; De la Fuente et al. 1982; Nazar 2003). En su mayoría, estas fueron relacionadas con alguna de las culturas arqueológicas del NOA, predominantemente con la cultura de la Aguada (Barrionuevo 1972; De la Fuente y Díaz Romero 1974, 1979; González 1977; De la Fuente 1979, 1983).

En los últimos años se empezaron a desarrollar estudios en la zona preocupados por conocer la historia desde una perspectiva local, intentando romper con la mirada de tipo regional que fue con la que se construyó el modelo clásico del área.

El relevamiento del paisaje arqueológico en las serranías de El Alto-Ancasti por nuestro equipo, al igual que los avances de otras investigaciones (Dlugosz 2005; Gordillo et al. 2011; Nazar et al. 2013; Gordillo 2014), muestran una forma de construcción del espacio social alejada de lo esperado para una periferia o para una zona de especialización pastoril según era entendido por otros investigadores (Pérez Gollan y Heredia 1987; Pérez Gollan 1991; Núñez Regueiro y Tartusi 1993; Kriscautzky 1995). Se asemeja más a comunidades campesinas autosuficientes que a enclaves productivos dependientes de centros políticos (Quesada et al. 2012).

El relevamiento de variados sitios y las excavaciones en algunos de ellos, pusieron en evidencia una construcción de paisajes con una fuerte vinculación con el ambiente local, puesta de manifiesto en el alto grado de inversión de trabajo en arquitectura permanente (Quesada et al. 2012) y en el intenso aprovechamiento de recursos locales como fauna silvestre (Moreno y Quesada 2012; Ahumada y Moreno 2016) y materias primas líticas, entre las que predomina el cuarzo, muy abundante en la zona (Moreno y Sentinelli 2014; Moreno 2015). Esto llevó a proponer una ocupación local y un compromiso a largo plazo con el territorio. Se tratarían de ocupaciones campesinas, con una fuerte inversión de trabajo tanto en la arquitectura doméstica como productiva y una forma de construcción del espacio social marcada por una gran cantidad de sitios de vivienda y espacios agrícolas elaborados (Gordillo et al. 2011; Quesada et al. 2012; Nazar et al. 2013).

Tecnología lítica

Muy pocos estudios fueron realizados sobre tecnología lítica en la sierra de El Alto-Ancasti, quizás producto del énfasis en el estudio del arte rupestre que dominó las investigaciones. El único conjunto analizado hasta el momento en la sierra es el procedente del sitio ET19 (Moreno 2015; Moreno y Sentinelli 2014). Este sitio se encuentra ubicado en los pastizales de altura de las sierras de El Alto-Ancasti y está conformado por conjuntos habitacionales y espacios agrícolas. Se cuenta con cuatro fechados radiocarbónicos que ubican la ocupación humana de estos recintos en la segunda mitad del primer milenio de nuestra era (1390±70 AP [LATYR-2583; hueso]; 1240±50 AP [LATYR-2735; hueso]; 1340±80 AP [LATYR-2930; hueso]; 1210±80 AP [LATYR-2921; hueso] (Quesada et al. 2012).

Este conjunto lítico, recuperado de las excavaciones de dos recintos de los 27 en total que conforman el conjunto de ET19, muestra una representación casi exclusiva de cuarzo como materia prima. En inmediaciones del sitio se identificaron tres canteras de esta materia prima que se ubican a distancias que varían entre 300 y 420 m en relación a los recintos excavados. En ellas se registró material superficial asociado con las distintas etapas de la secuencia de tallado, por lo que resulta clara la utilización del cuarzo en la selección y manufactura de instrumentos líticos.

Se identificaron distintas variedades de cuarzo, desde fragmentos cristalinos hasta lechosos. Esta variabilidad en la calidad de los cuarzos no parece haber influido en la elección realizada por los talladores a la hora de manufacturar los instrumentos, ya que utilizaron los distintos tipos de cuarzo en una representación relativamente equivalente. Otras materias primas, como filita y sílices, se identificaron en muy bajos porcentajes.

En ET19, hay presencia de talla directa y talla bipolar, aunque la primera es la más utilizada (90%). También es alta la frecuencia de desechos indiferenciados, aspecto relacionado a la dificultad de identificar variables diagnósticas de los procesos tecnológicos en el cuarzo.

Fueron identificados 5 percutores y 14 núcleos, todos en cuarzo. La elección y transporte de algunos núcleos hacia ET19 para realizar allí las tareas de tallado y preparación de instrumentos sería una posibilidad dado que hay presencia de estos especímenes en los recintos excavados. Finalmente, la gran mayoría de los instrumentos presentan una manufactura simple. Se observa una importante diversidad de filos, predominando los cortantes, raspadores y muescas, aunque también se registran perforadores, raederas y un instrumento bifacial.

La materia prima utilizada, el cuarzo, se encuentra disponible a pocos metros y permitió la manufactura de las herramientas necesarias para la resolución de necesidades cotidianas de estas poblaciones. Los instrumentos manufacturados muestran también las necesidades cotidianas y localmente situadas a las que se habrían enfrentado los pobladores de ET19 La tecnología lítica mostró la importancia de estos instrumentos y su manufactura a nivel local, la puesta en marcha de conocimientos en relación al entorno directo y su participación en una multiplicidad de prácticas cotidianas que formaron parte de la producción y reproducción de la vida social en este paisaje.

El cuarzo como materia prima

La calidad del cuarzo para la talla es muy baja, ya que puede presentar una estructura interna con abundancia de fisuras y diaclasas que hacen dificultoso el control sobre la fractura al momento de realizar los golpes (Mourre 1996; Spott 2005; Baqueiro Vidal 2006; Frabegas Valcarce y Rodríguez Rellan 2008; Rivero 2009; Moreno 2014; Moreno y Sentinelli 2014; Pautassi y Sario 2014). Como resultado, sus cualidades técnicas difieren mucho de las descritas para materiales más comunes en la literatura arqueológica como el sílice. A pesar de esto, el cuarzo tendría la ventaja, al ser una roca muy dura, de ofrecer gran durabilidad (Moreno y Sentinelli 2014).

Otra particularidad es que los instrumentos líticos manufacturados sobre esta materia prima presentan serias dificultades de identificación de los rasgos antrópicos, vinculados con las tareas de producción. Esto tiene mucho que ver con el desconocimiento de las mecánicas de fractura de este tipo de materiales y su empleo en dinámicas de talla. La identificación de caracteres tecnológicos en el material lítico tallado siempre estuvo ligada al estudio de colecciones líticas realizadas casi exclusivamente en rocas con fractura concoideal, provocando que no se le haya prestado demasiada atención a la aplicación de las técnicas de talla a otras litologías (Frabegas Valcarce y Rodríguez Rellan 2008). Positivamente, en los últimos años empezaron a surgir trabajos que tienen en cuenta las características de estas materias primas (Prous 2004; Baqueiro Vidal 2006; Fábregas Valcarce y Rodríguez Rellán 2008; Carbonelli 2009; Sario y Pautassi 2012; Sentinelli 2012; Moreno y Sentinelli 2014; Gaál 2014). Asimismo, algunos investigadores han desarrollado avances en torno a estrategias analíticas, especialmente a través de la experimentación (Prous 2004; Baqueiro Vidal 2006; Fábregas Valcarce y Rodríguez Rellán 2008; Sario y Pautassi 2012, 2015; Pautassi y Sario 2014).

Oyola 7

La localidad de Oyola se encuentra a pocos kilómetros de la población de Vilismán, en el Departamento de El Alto (Mapa 1). Allí, a no más de unos cientos de metros del camino principal (Ruta Provincial N° 103), se localiza el sitio arqueológico de Oyola, en el sector noreste de un gran batolito o plutón de unos 2,5 km de diámetro (Aceñolaza et al. 1983). La erosión de miles de años moldeó distintas cámaras y oquedades en grandes rocas de esta intrusión granítica, algunas de las cuales fueron utilizadas desde tiempos prehispánicos para plasmar pinturas en sus paredes y techos. Hasta el momento, se localizaron en el lugar 35 cuevas y aleros rocosos con pinturas y grabados prehispánicos con varios centenares de motivos (Gheco 2012).


Mapa 1: Mapa ubicación de las localidades nombradas en el texto, en relación a la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca.

Por muchos años, estos espacios con pinturas y grabados fueron considerados como espacios rituales cuyos repertorios iconográficos se asemejan a los diseños de la cerámica Aguada (Segura 1970, 1988; De la Fuente y Díaz Romero 1974, 1979; De la Fuente y Arrigoni 1975; González 1977; Gramajo y Martínez Moreno 1978; De la Fuente 1979, 1990; De la Fuente et al. 1982; Nazar 2003). Sin embargo, las últimas investigaciones comenzaron a exponer una historia más heterogénea y extensa en donde los paneles con arte fueron transformados en el tiempo, probablemente de la mano de modificaciones en las prácticas sociales allí desarrolladas (Gheco 2012; Gheco y Quesada 2012; Gheco et al. 2013).

Enfocándonos en las características paisajísticas, los procesos y secuencias de pintado de los paneles con arte y la ocupación del espacio interno de estas cuevas, notamos que fueron visitadas y pintadas en diferentes momentos. En particular la Cueva 7 de Oyola relata una historia de sucesivas etapas de visitas, donde fueron añadiéndose nuevos dibujos, lo que pudo ser registrado a través del análisis de superposiciones entre las figuras, diferencias estilísticas y de caracterización química de las pinturas (Gheco 2012; Gheco y Quesada 2012; Gheco et al. 2013).

La Cueva 7 es una de las 35 cuevas pintadas y/o grabadas, y se dispone en la base de una gran roca granítica en la cima de una lomada adyacente al poblado actual de Oyola (Figura 1). En su interior, sobre las paredes y techos encontramos diversas manifestaciones pintadas y grabadas.


Figura 1: frente de la cueva Oyola 7.

 

La cueva presenta una forma longitudinal en sentido este-oeste y dos accesos. Al oeste, la entrada tiene un escaso tamaño y se abre hacia un gran playón pétreo desde el cual se domina la visión del paisaje circundante. Al este, el otro acceso a la cueva presenta mayores dimensiones. Sin embargo, la gran vegetación que recubre esta abertura y la proximidad de otras rocas hacen muy difícil la visión y el acceso a través de ella. El interior es relativamente grande en relación con las demás cuevas pintadas de la zona (aproximadamente 1,6 m de altura, 14 m de largo, 4 m de ancho), permitiendo la permanencia simultánea de varias personas en su interior. La luz natural que accede a la cueva es muy escasa (Figura 2).


Figura 2. Oyola 7, vista desde el interior de la cueva

.

Se detectaron en total 75 motivos en el interior de la Cueva 7. Las manifestaciones rupestres prehispánicas fueron confeccionadas con pintura en colores cremas, negros y rojos. Hay, a su vez, motivos modernos que fueron raspados o pintados con aerosol azul (Gheco 2012; Gheco et al. 2013).

Los análisis realizados sobre los diseños en la Cueva 7 permitieron interpretar que podrían corresponder a distintos momentos de la historia del sitio. Las superposiciones, que son escasas, suelen ser muy sutiles, no intentando ocultar el motivo sobre el cual fueron pintadas, sino más bien continuándolo. Por lo tanto, se trataría de una historia de sucesivos agregados de pinturas, antes que de conjuntos elaborados en un único evento de pintado. De esta forma, se puede pensar en una historia más compleja y extensa de visitas y eventos de pintado, contrariamente a las interpretaciones que homogeneizaban todo el arte rupestre de la zona como Aguada. Para avanzar en la caracterización de la historia de uso de la Cueva 7, se inició la excavación estratigráfica de la totalidad del espacio interior de la misma, con el objetivo de vincular las representaciones rupestres con las posiblemente efímeras ocupaciones allí desarrolladas, tanto por aquellos que pintaron sus paredes como por quienes fueron simples visitantes y observadores. Mediante la excavación, siguiendo el método de Matriz de Harris (1991), se identificaron hasta el momento 70 unidades estratigráficas. Se pudieron registrar materiales líticos, óseos y cerámicos, eventos de fogones superpuestos, pequeños pozos ubicados en distintos espacios de la cueva y eventos de acumulación de sedimento. Esto, sumado a las superposiciones de algunas figuras y los resultados de los análisis químicos y estilísticos de las mismas (Gheco et al. 2013), nos permite pensar en ocupaciones cortas y recurrentes, en las cuales no solo se observaron las pinturas, sino que además se agregaron nuevos diseños a los que estaban ya presentes en la cueva. Asimismo, es posible que los visitantes utilizaran estas cuevas para la realización de otras actividades, por lo que la información provista por los materiales recuperados de la excavación es indispensable para avanzar en la comprensión de las actividades realizadas en ellas.

En el caso particular de este trabajo, nos centraremos en la información obtenida del análisis de los materiales líticos recuperados de esta excavación y su vinculación con la historia de ocupación de la cueva.

Los fechados radiocarbonicos obtenidos para esta cueva (1230±70 AP [LP-3181; carbón]; 1260±90 AP [LP-3183; carbón]) muestran la sincronía que presentan con el sitio ET19, por lo cual también es relevante la comparación de ambos conjuntos para analizar posibles similitudes.

La muestra de artefactos líticos está compuesta por un total de 161 especímenes procedentes de los estratos excavados en la primera temporada de excavación de Oyola 7 (en Enero y Febrero de 2014) para cuyo análisis recurrimos a la propuesta técnico-morfológica y morfológica-funcional de Aschero (1975, 1983) y Aschero y Hocsman (2004).

Inicialmente, el conjunto fue segmentado de acuerdo a las clases tipológicas propuestas por los dos últimos autores: desechos de talla e instrumentos (no se registraron núcleos). Luego, para lograr realizar un primer acercamiento al conjunto artefactual relevados en Oyola 7, se eligieron variables que posibilitaran una caracterización básica y general de estos. En el análisis de los desechos de talla se tuvieron en cuenta las siguientes variables: estado, tipo de lasca, tipo de talón y tamaños relativos. Con respecto a los instrumentos, se evaluó la situación, extensión y ancho de los lascados de formatización, estado, tamaño relativo, formas bases y su correspondencia a grupos y subgrupos tipológicos (sensu Aschero 1975, 1983). Finalmente, las tendencias observadas en el conjunto artefactual relevado en la Cueva 7 fueron comparadas con un contexto lítico ya analizado como es el de ET19, a fin de continuar avanzando en el conocimiento de la variabilidad regional de la tecnología lítica y aportar así a la comprensión de los modos de vida de las sociedades que habitaron el este catamarqueño durante la segunda mitad del primer milenio.

LA TECNOLOGIA LITICA EN OYOLA 7

El 81% (n=130) de la muestra artefactual lítica corresponde a desechos de talla, conformando los instrumentos el 19% (n=31). El cuarzo es prácticamente la única materia prima utilizada, concentrando el 96% del conjunto artefactual, mientras que la cuarcita representa el 3% y la filita el 1%. El cuarzo se encuentra presente localmente por lo que es de simple obtención, pero de difícil manufactura debido a su alta dureza y su baja calidad para la talla, tal como comentamos más arriba. Hemos detectado un afloramiento de esta materia prima a pocos metros de distancia de la cueva Oyola 7, en donde se observan bloques de cuarzo, posiblemente transportables, de tamaño entre 30 y 60 cm. La cantidad de cuarzo y su fácil accesibilidad habría posibilitado su aprovechamiento por las poblaciones prehispánicas de la zona. Otra característica llamativa es la identificación de diferentes calidades y colores de cuarzo dentro del mismo afloramiento, variando desde fragmentos cristalinos hasta otros lechosos, de igual manera que fuera observado en ET19.

Los desechos de talla registrados en Oyola 7 fueron obtenidos mediante talla directa. Asumimos esto por la predominancia en el conjunto de talones lisos, que fueron relacionados con la utilización de técnicas de talla directa por percusión (Bellelli et al. 198587, Sullivan y Rozen 1985, Prous 2004; Sentinelli 2012, Pautassi y Sario 2014, Moreno 2014). No se registró hasta el momento la utilización de técnica bipolar, como sí sucede en ET19 (Moreno y Sentinelli 2014; Moreno 2015). El tamaño predominante es pequeño (70%) y mediano pequeño (26%) (Tabla 1), siendo los tipos de lasca principalmente angulares. El porcentaje de fragmentación de los desechos de talla es alto (87%). Los tipos de talones predominantes entre los desechos de talla corresponden, como ya se dijo, a los talones lisos (60%), seguidos de los talones puntiformes (20%). Los talones filiformes, indiferenciados, lisos naturales y facetados se presentan en porcentajes menores al 8% (Tabla 2).

Tabla 1: Relación entre estado de desecho y tamaños.

 

Tabla 2: Relación entre tipo de lasca y tipo de talón.

Por su parte, los instrumentos registrados presentan una manufactura simple. Fueron principalmente obtenidos por medio de microretoque marginal sobre una de las caras de las piezas (unifacial), exceptuando el caso de dos puntas de proyectil que presentan retoque y microretoque marginal bifacial (Tabla 3). Estas últimas se hallan manufacturadas en cuarzo, presentan forma triangular y tamaños pequeños y son apedunculadas, una con base escotada y la otra con base convexilínea (Figura 3). Una de ellas se encuentra entera, alcanzado un largo de 187 mm y un ancho de 124 mm. Estas piezas presentan características de diseño comparables con ejemplares asignados en otros contextos del primer milenio de la era, sobre todo considerando sus tamaños pequeños (Escola 2000; Moreno 2005; Hocsman 2006).


Figura 3. Puntas de proyectil identificadas en Oyola 7.

 

Tabla 3. Caracterización de los distintos tipos de filos registrados en Oyola 7.

Los instrumentos fueron confeccionados en su gran mayoría sobre lascas de diferentes tipos (81%) y, en menores proporciones sobre una forma base no diferenciada (16%) y sobre núcleo (3%). Los tipos de lascas utilizadas comprenden mayoritariamente lascas no diferenciadas (n=13), lascas angulares (n=11) y lascas primarias (n=1). Además, el 58% de los instrumentos se hallan fracturados. En cuanto a los tamaños relativos, el 55% del conjunto instrumental presenta tamaño pequeño, seguido de los medianos pequeños (33%).

La manufactura simple contrasta con una alta diversidad de tipos de filos (Grafico 1). Entre ellos predominan los cortantes (n=11) caracterizados por presentar microrretoques marginales sobre una de las caras que normalizan ángulos agudos. Los filos son en todos los casos normales. En la categoría de los cortantes es en la única que registramos instrumentos manufacturados en otra materia prima, particularmente filita. Se trata de un espécimen que presenta microrretoques sobre uno de los biseles y que se encuentra fracturado. El ángulo del bisel es muy agudo, menor a 20º. Instrumentos similares manufacturados en filita han sido registrados en otros conjuntos del área y del NOA (Carbonelli 2009; Salazar 2010; Sentinelli 2012; Gaal 2014; Moreno 2015).


Gráfico 1 . Distintos tipos de filos presentes en Oyola 7.

Los raspadores presentan una manufactura semejante a los cortantes, pero en biseles abruptos, observándose en algunos casos retoques marginales, además de microretoques. Registramos seis raspadores, todos manufacturados en cuarzo, presentando tres de ellos fracturas que afectan los filos.

Semejantes son las características de las raederas, que presentan filos unifaciales normales regulares, biseles asimétricos con ángulos que varían entre 50º y 65º, aristas regulares y filos largos. Identificamos seis raederas de cuarzo, de las cuales tres presentan fracturas. Todas fueron confeccionadas mediante retoque marginal. También registramos tres muescas de pequeñas dimensiones, una de ellas manufacturadas por un solo golpe (muesca de lascado simple) y las otras a través de retoques marginales.

CONSIDERACIONES FINALES

A lo largo de este trabajo hemos observado varios aspectos de la tecnología lítica de Oyola 7 con el objetivo de desentrañar las prácticas sociales en las que se involucraron las personas en relación con los materiales líticos dentro de una cueva con arte rupestre.

Las características de las técnicas de talla y la ausencia de núcleos en la cueva, nos permitieron pensar en el ingreso de formas base grandes, que luego habrían sido reducidas en el interior de la misma para la obtención de biseles aptos para la formatización de filos de manera expeditiva y con cierta variabilidad, principalmente en el ángulo del bisel. Estas, sumado al tamaño pequeño de los desechos y los instrumentos manufacturados, así como la cantidad mayoritaria de desechos de talla con algún tipo de fractura, son características esperables en un contexto en donde primaron las actividades de formatización y regularización de filos por encima de cualquiera otra actividad de extracción de formas base y reducción de núcleos, por lo que las tareas llevadas adelante se relacionarían con instancias avanzadas del proceso de producción lítica.

Por otro lado, salta a la vista la importancia de la variabilidad de artefactos que pudieron ser utilizados para llevar adelante una multiplicidad de actividades (Figura 4). Se puede plantear que estos artefactos líticos pudieron haber estado implicados en una gran diversidad de tareas. Esto se relaciona con la importante resistencia y dureza de esta materia prima que permite trabajar efectivamente una variedad de sustancias realizando diferentes tipos de trabajos.


Figura 4. Caracterización de los distintos tipos de instrumentos registrados en Oyola 7.

Los análisis desarrollados sobre el material lítico de Oyola 7 nos permitieron observar el aprovechamiento de una materia prima local, cuarzo, de acceso simple y cercano, pero que requirió ciertos conocimientos específicos por parte de los talladores, ya que su dureza y particularidades de fractura hacen compleja la obtención de formas base para la preparación de instrumentos. Por ejemplo, la selección de los nódulos a ser tallados habría implicado conocimientos de las propiedades mecánicas de esta materia prima. El uso de esta roca implicaría también conocimientos específicos por parte de los talladores acerca de diferentes características a tener en cuenta a la hora de seleccionar, manufacturar y usar materiales líticos en cuarzo.

Entendemos que la presencia de cuarzo en el interior de la cueva implicaría la presencia de pobladores provenientes de lugares cercanos o con ciertos conocimientos acerca de la manipulación del cuarzo como forma base, ya que si las distancias fueran mayores es probable la presencia de materias primas de mejor calidad para la talla. Sin embargo, a pesar de la dificultad en el tallado que habría implicado la manufactura de instrumentos en esta materia prima, la durabilidad de los filos obtenidos habría sido prolongada, siendo estos de muy buena calidad para su uso en diversas sustancias.

La comparación de la información obtenida de la tecnología lítica recuperada del sitio Oyola 7 con la del sitio ET19 (Moreno 2015; Moreno y Sentinelli 2014) nos permite comprender de qué manera se vincularon las personas con la tecnología lítica en estos contextos contemporáneos pero disímiles, tanto en el emplazamiento como en los recursos potencialmente explotables. A diferencia de Oyola 7, ET19 es una estructura habitacional ubicada en la zona cumbral de las serranías de El Alto-Ancasti vinculada a extensos sectores agrícolas aterrazados (Quesada et al. 2012; Moreno 2015; Moreno y Sentinelli 2014).

Tanto en el conjunto lítico de ET19 como en el de Oyola 7 resalta una manufactura simple, presentando principalmente retoques y microretoques aprovechando cualquier bisel apto para la regularización de un filo, pero permitiendo una relativa diversidad de instrumentos para distintos tipos de tareas. Esta variabilidad instrumental habría permitido la participación en diferentes acciones físicas en relación con materiales de distinta clase, tales como madera, carne, cuero, lana, fibras vegetales, etc., vinculados así también a una multiplicidad de prácticas sociales.

Las diferencias entre los conjuntos estarían dadas por las técnicas de talla utilizadas y las etapas de producción lítica presentes. En Oyola 7 solo se evidencia el uso de talla directa y en ET19 talla directa y también talla bipolar. En ET19 hay una escasa inversión de trabajo en la formatización de los instrumentos. Una excepción estaría dada por la presencia de productos bipolares en cuarzo. La utilización de talla bipolar para la reducción del núcleo habría estado relacionada con la búsqueda de formas base de poco espesor, con biseles aptos para la preparación de instrumentos y módulos laminares (Prous, 2004; Baqueiro Vidal, 2006; Fábregas Valcarce y Rodríguez Rellán 2008).

Otra diferencia entre Oyola 7 y ET19 está dada por la presencia de prácticamente la totalidad de las etapas de manufactura en el caso del último sitio, mientras que en el primero habrían sido trasladadas formas base grandes, realizándose las etapas anteriores en la cantera o en otro lugar fuera de la cueva. En ET19 la cantidad y tamaños medianos y pequeños de los desechos de talla, así como el hallazgo de percutores y núcleos en el interior de los recintos permiten pensar en la realización tanto de actividades de preparación de formas base como de formatización de filos en estos sectores. También se hallaron evidencias del proceso de manufactura en el área de las canteras por lo que las actividades de tallado también parecen haberse realizado en este sector.

En conclusión, Oyola 7 fue visitado y pintado en un largo discurrir histórico. En estas visitas, se ocupó la cueva, se encendieron fogones, posiblemente se cocieron alimentos y se realizaron actividades en las cuales participaron los instrumentos líticos. Por las características descriptas antes, creemos que las personas que realizaron estas actividades no habrían viajado desde distancias muy lejanas, debido al uso de la materia prima inmediata al sitio. Esto, sumado a la manufactura simple de los instrumentos, refiere también a una mínima preparación de estas visitas.

Notamos la relevancia del paisaje local en lo que se refiere a la manufactura de instrumentos líticos, ya que, a pesar de las características tecnológicas del cuarzo, los talladores de ET19 y Oyola 7 lo utilizaron casi exclusivamente considerando su sencillo acceso y posiblemente las capacidades de talla aprendidas por ello en el largo término de esta estrecha relación con su espacio cercano. Es decir, podrían haber obtenido otras materias primas de mejor calidad, como por ejemplo sílice, pero esto implicaría el traslado hacia otros paisajes alejados para su obtención teniendo que modificar la dinámica social cotidiana y aplicando otro tipo de conocimientos para su tallado y manufactura.

Como vimos, en la sierra de El Alto-Ancasti, desde las primeras investigaciones se mantuvo la idea de las cuevas con pinturas como lugares vinculados a actividades ceremoniales. Vemos a través de la tecnología lítica, que los instrumentos rescatados de Oyola 7 son muy similares a los hallados en un contexto doméstico como ET19, tanto en la materia prima como en algunas características de su manufactura. Ahora bien, ¿esto quiere decir que ET19 y Oyola 7 fueron espacios experimentados de manera similar por los pobladores locales? Actividades similares, pero desarrolladas en contextos y tiempos diferentes pueden ser vividas de distintas maneras. Las actividades domésticas pueden estar constituidas por acciones de carácter ritual y las rituales por actividades aparentemente cotidianas. En Oyola 7 vemos cómo estos aspectos se encuentran entrelazados. Estos espacios rupestres pueden ser, por tanto, espacios de acción social total que cruzan lo doméstico y lo ritual en un mismo punto.

Queda todavía mucho camino por recorrer y vías de análisis por abordar. Los aspectos tratados nos permiten comenzar a interrogarnos sobre el uso de conceptos como doméstico y ritual y sus implicancias. En cuanto al análisis del material lítico faltan desde aspectos técnicos-analíticos hasta la incorporación de muestras de otros sectores de las sierras de El Alto-Ancasti que permitan la comparación y la suma de casos para el análisis de la tecnología lítica en cuarzo. Faltan todavía estudios de carácter experimental con materias primas locales, que permitan establecer cuáles son los rasgos formales y los atributos tecnológicos de los productos resultantes de la aplicación de las diferentes técnicas de talla a este tipo de materias primas. A su vez, es importante relacionar estos resultados con los demás materiales recuperados de la excavación de la cueva. Sin embargo, estos serán temas a profundizar en futuros trabajos. El análisis realizado es sólo una primera aproximación que debe ser vinculada con toda una historia de actividades, quizás diversas, desarrolladas a lo largo del tiempo en Oyola 7y en la sierra de El Alto-Ancasti.

AGRADECIMIENTOS

El trabajo presentado resume parte de mi tesis de Licenciatura defendida en junio de 2015 (Escuela de Arqueología. UNCA). Quiero agradecer a mi director de tesis la Dr. Enrique Moreno por su apoyo y por la lectura del manuscrito. Al Lic. Lucas Gheco, co-director de la misma. Deseo agradecer también a todo el equipo que conforma el proyecto de investigación, a la Dra. Patricia Escola por sus sugerencias y correcciones. Este trabajo fue realizado gracias al financiamiento de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Catamarca, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y el Fondo Nacional de las Artes. Todas estas personas e instituciones aportaron con su trabajo y apoyo a la elaboración de este artículo, no obstante, cualquier error u omisión es de mi entera responsabilidad.

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