INTRODUCCIÓN
El escorpionismo se define como el cuadro clínico, poten-clalmente grave y letal, que se produce por la picadura e inoculación de veneno de diferentes especies de escorpiones (o alacranes) del género Tityus1. De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), en 2012-2019 hubo 53 271 casos de escorpionismo, lo que representa un problema de salud pública en Argentina. En el país se registran dos familias de escorpiones: Buthidae y Buthríuridae. Buthidae tiene siete representantes del género Tityus (T. paraguayensis, T. bahiensis, T. confluens, T. argentinus, T. uruguayensis, T. trivittatus y T. curupi2,3). La principal especie de interés sanitario es T. trivittatus, seguida por T. confluens y T. bahiensis1. En Misiones se han registrado T. bahiensis, Bothriurus jesuíta, B. moojeni4 y T. trivittatus para el sur de la provincia1, con 936 accidentes en el periodo 2012-2018. La ciudad de Puerto Iguazú se encuentra en el extremo nordeste de Misiones. Junto con Brasil y Paraguay, conforma la Triple Frontera, un gran núcleo urbano de intensas relaciones comerciales y sociales. Esta ciudad es uno de los destinos turísticos más importantes de Argentina debido a su proximidad con el Parque Nacional Iguazú, cuyas Cataratas son visitadas por 1,5 millones de turistas anualmente. Hasta 2015, los accidentes con escorpiones en Puerto Iguazú involucraban a T. bahiensis, principalmente, y a Bothriurus jesuita. Ese año se notificó el primer accidente con T. trivittatus en un caso de antropocoria (dispersión de especies biológicas por acción humana5). En marzo de 2018 se produjo un segundo accidente con T. trivittatus; aunque la antropocoria no pudo ser descartada, los servicios técnico-sanitarios se pusieron en alerta. Si bien los casos de escorpionismo son pocos, comparados con otras localidades del país, no se cuenta con información de base ni con una actualización del ensamble de escorpiones de interés sanitario de la localidad. En esta contribución se presentan los resultados del análisis temporal y espacial en materia de escorpiones y escorpionismo, los primeros registros de poblaciones naturalizadas de T. trivittatus en la ciudad de Puerto Iguazú y el primer registro de un accidente con T. serrulatus en Argentina.
MÉTODOS
El Servicio de Taxonomía del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), que funciona desde 2013, recibe consultas de la población general local sobre la identificación de animales potencialmente peligrosos para la salud: arañas, escorpiones y serpientes. Una vez recibido el espécimen en la institución, se registran los datos filiatorios de la persona que lo entrega (nombre del colector, fecha, dirección, número de teléfono) y los detalles del hallazgo del animal (fecha, lugar y comentarios). Tras la identificación se pone a disposición del colector un informe escrito con la determinación y el grado de importancia sanitaria de la especie. A finales del año mencionado se formalizó un convenio con el Hospital SAMIC (Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad) de Puerto Iguazú para extender el servicio de identificación de especies de interés sanitario a los médicos de ese hospital y, a través de ellos, a las consultas derivadas de sus colegas de la región norte de la provincia mediante la red social WhatsApp. Esta aplicación permite que el servicio funcione ininterrumpidamente y que se envíen fotografías del individuo para una identificación preliminar, si no es posible acceder al material para su estudio con instrumentos ópticos. En caso de ser un profesional del hospital local, también se proporciona un informe escrito de las mismas características que los producidos para la comunidad. Toda la información es guardada y resguardada en archivos digitales, mientras que los especímenes biológicos en buen estado son depositados en colección. El INMeT cuenta además con una colección de herpetología —anfibios y reptiles— y de arácnidos —arañas y escorpiones— con fines didácticos y de investigación. Para ser dado de alta, cada individuo es numerado y registrado en fichas de ingreso a la colección (en formato papel y en archivos digitales) con los datos filiatorios de la persona que colectó al animal y las circunstancias del hallazgo (número de colección, fecha, especie, lugar de colecta, nombre del colector, nombre del receptor y observaciones). Por su parte, el Hospital SAMIC de Puerto Iguazú cuenta con un Libro de Guardia, donde se registran los pacientes que fueron atendidos, pero no internados. En caso de haber una internación originada a partir de un envenenamiento con algún animal, que constituye un Evento de Notificación Obligatoria (SNVS 2.0), se procede al llenado de planillas específicas prediseñadas, que luego se envían al Ministerio de Salud. Estas fichas, además de los datos filiatorios, recaban información sobre el animal involucrado, localización anatómica del accidente, sintomatología y signos locales y generales, tratamiento, evolución, etc. Con el objetivo de consolidar una base de datos única, se analizaron los registros de las cuatro fuentes. Los registros fueron ordenados cronológicamente cruzando los datos filiatorios y las especies determinadas para evitar duplicaciones. Las variables buscadas fueron: especie del escorpión, fecha del registro o accidente, y lugar del accidente (la información se agrupó en las categorías: domicilio, exteriores, Cataratas y sin datos). Para las determinaciones específicas se utilizaron los caracteres diagnósticos externos para género y especie2. Los ejemplares de Bothriurus fueron asignados a la especie B. jesuita de acuerdo con la coloración de las poblaciones de la zona. Para la observación de la morfología se utilizó un microscopio binocular Carl Zeiss Primo Star con montura para cámara digital AxioCam ERc 5s, con la que se obtuvieron microfotografías, y una cámara digital Canon SX60 para las macrofotografías. Para el ordenamiento de datos y la confección de gráficos se utilizó el programa Microsoft Excel 2010, se graficaron los accidentes por especie por año, registros por especie por año y registros por especie por mes.
RESULTADOS
En 2013-2019 se registraron 57 ejemplares de escorpiones. El 76% de ellos correspondió al género Tityus(47), la especie con más registros fue Tityus bahiensis (28) seguida por Tityus trivittatus (9) y Bothríurus jesuita (7) (ver Figura 1 A-G, Gráfico 1), 8 ejemplares fueron determinados hasta el género (Tityus sp.) y 2 ejemplares no fueron identificados. En el mismo periodo se notificaron 37 accidentes con escorpiones (ver Gráfico 2), sin casos fatales y sin la necesidad de aplicar el tratamiento antiescorpiónico. Apenas 2 casos involucraron a turistas en el Área Cataratas (Parque Nacional Iguazú), mientras que los 35 restantes ocurrieron en la ciudad de Puerto Iguazú y afectaron a residentes. En 29 casos el escorpión agresor pertenecía al género Tityus —T. bahiensis (18), T. trivittatus (3), Tityus sp. (8)—, seguido por B. jesuita (4), y 2 ejemplares no fueron identificados (Gráfico 1). Los años con mayor cantidad de accidentes fueron 2014 (7), 2018 (8) y 2019 (8) (Gráfico 2). En lo que respecta a los registros mensuales, se verificó estacionalidad en el periodo analizado con dos picos de actividad: uno en primavera-verano y uno menor en otoño (ver Gráfico 3).
El número de registros de escorpiones por año presentó una distribución similar a los casos de accidentes en el periodo (ver Gráficos 1 y 2).
La mayoría de los encuentros ocurrieron dentro del domicilio, en menor frecuencia en el exterior de la vivienda y sólo dos provinieron del Área Cataratas.
Los primeros registros de la presencia de T. trivittatus en la ciudad de Puerto Iguazú correspondieron a dos accidentes ocurridos en 2015 y 2018. El 19 de abril de 2018 se encontró un ejemplar vivo de la especie en un terreno baldío de un barrio populoso pero no turístico de la ciudad. Los días 10 y 16 de noviembre se recibieron 4 ejemplares de T. trivittatus, adultos y juveniles, provenientes de un complejo habitacional. Durante diciembre de 2018 se recibieron ejemplares de varias viviendas del mismo edificio, todos individuos de T. trivittatus. En octubre de 2019 ocurrió el primer accidente con T. trivittatus en uno de esas viviendas. Ese mismo mes, el 13 de octubre de 2019, una niña de nueve años fue picada por un escorpión, el accidente fue clasificado como leve. El escorpión involucrado fue llevado junto con la paciente y fue determinado como T. serrulatus (ver Figura 1 D). Los ejemplares colectados fueron depositados en la colección de herpetología y arácnidos del INMeT.
DISCUSIÓN
Una de las críticas al sistema de comunicación de accidentes con animales venenosos era la falta de información sobre la especie o género del agresor6. La interacción entre el INMeT y el SAMIC permitió registrar hasta el nivel genérico al animal agresor, con apenas dos individuos no identificados, y detectar tempranamente la presencia de dos especies invasoras de interés médico.
En cuanto a la presencia de T. serrulatus en Argentina, existe una única cita de un individuo en la ciudad de Corrientes7 en 2000, considerada como un caso aislado de antropocoria. Una comunicación reciente elimina la especie de la escorpiofauna del país8. Esta situación debería revisarse debido al impacto sanitario de la especie en Sudamérica9 y a que no se dispone de antisuero específico.
Estos nuevos registros de especies de escorpiones remarcan el hecho de que la composición de los ensambles locales de animales de interés sanitario varía con el tiempo, ya sea por antropocoria, cambio climático o alguna otra causa, y que la prevención sanitaria requiere que la vigilancia de la Salud Pública se constituya en una acción constante y sistemática10.