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Relaciones internacionales

On-line version ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.25 no.51 La Plata Dec. 2016

 

REFLEXIONES

El Medio Oriente, la seguridad regional e internacional: Los cambios de paradigmas.

Zidane Zeraoui1

El mundo actual enfrenta un reto que constituye un verdadero desafío para la sociedad internacional: el combatir a un enemigo que, sin contar con un territorio o ejército, puede causar daños millonarios en infraestructura y cobrar un número de víctimas considerable. Lo anterior quedó demostrado el 11 de septiembre del 2001 con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono, así como el 11 de Marzo del 2004, cuando una serie de explosiones sacudió la estación Atocha de Madrid. El estado de 'seguridad internacional' dentro del cual vivíamos resultó frágil y vulnerable. Usando las palabras de Yuri Serbolov "el mundo vivió… la Globalización del Terror"2. Los medios de telecomunicación rápidamente diseminaron las imágenes de aquel martes 11, provocando que revaloremos nuestra seguridad nacional3 y la seguridad internacional4. Ambas han cobrado una importancia en la agenda global no vista desde que concluyó la Guerra Fría. Son interdependientes y una presión en una, provocará una reacción en otra, en mayor o menor grado. Esta serie de acciones y reacciones nos hacen reevaluar la posición de autonomía de los Estados y cómo en un mundo cada vez más globalizado las interacciones entre sí han creado un mayor grado de interdependencia entre ellas. La dinámica de la globalización, en donde todos los países están interconectados, es un detonante de esta versión actual del terrorismo mundial e impide combatirlo fácilmente. "El doble proceso de democratización y liberalización de mercados está haciendo más difícil la lucha contra el terrorismo"5. Pero, por otro lado, "otro fenómeno es esencial: todos los Estados se ven afectados por el fenómeno de la globalización"6. En este sentido, los impactos del terrorismo llegan, aunque sea en imágenes, a todos los rincones del planeta. Sin embargo, no es posible dejar de señalar que la seguridad internacional hoy es el resultado de la agenda de la potencia hegemónica estadounidense y de otros actores occidentales que han sufrido ataques. La temática principal de la administración de Bush (2001-2009) al frente de los Estados Unidos fue la llamada Guerra contra el Terror, enarbolando ante todo una seguridad nacional propia trasladada a la esfera internacional. Desde el año 2001 "resulta obvio que en adelante tendremos que hacer frente a un terrorismo global"7, pero con una agenda estadounidense. Esta visión del anterior mandatario estadounidense no se ha modificado con la administración de Barack Obama que ha retomado en sus grandes líneas las ideas de su predecesor y en algunos casos fue más allá, con el reforzamiento de la presencia militar norteamericana en Afganistán, el uso masivo de los drones, o la persecución y, finalmente, el asesinato de Osama Bin Laden. En su Estrategia de Seguridad Nacional, el presidente Bush enfatizó que "América está en guerra. Se requiere una estrategia de Seguridad Nacional de tiempos de guerra debido al grave desafío que enfrentamos –la emergencia de un terrorismo lleno de una agresiva ideología de odio y de asesinato, que se reveló plenamente al pueblo (norte)americano el 11 de septiembre de 2001–. Esta estrategia refleja nuestra más solemne obligación: proteger la seguridad del pueblo (norte)americano. América tiene también una oportunidad sin precedentes para asentar los cimientos de la paz futura. Los ideales que han inspirado nuestra historia –libertad, democracia y la dignidad humana– están inspirando gradualmente a los individuos y a las naciones en todo el mundo. Y porque las naciones libres tienden hacia la paz, el avance de la libertad volverá a (los Estados Unidos) más seguro"8. Sin embargo, detrás del discurso de la promoción de la democracia y de los valores norteamericanos, el gobierno estadounidense ha exacerbado la presuposición del vínculo entre el terrorismo actual y la amenaza musulmana. "Bajo el nombre de terrorismo internacional, el adversario elegido es el islamismo radical"9. Además, una característica sui generis de la problemática de la seguridad internacional es la falta de un actor estatal, delimitado con cara, nombre y localización física. La inseguridad global es producida por enemigos invisibles, por células que penetran en las naciones y desde allí cometen ataques. Debido a esto, los Estados Unidos le han declarado la guerra al terrorismo mundial; sin embargo "era la primera vez que un imperio declaraba la guerra no a un Estado sino a un individuo"10. Esta imagen difusa del terrorismo fue drásticamente cambiada por la emergencia del Estado Islámico en el año 2012 que plantea un espacio territorial y desde allá lanzarse contra el mundo occidental, desafiando la lógica tradicional de los actos terroristas y rompiendo con su matriz, Al Qaida. De acuerdo con las General Guidelines for Jihad, publicadas en 2013 por ésta última organización, "el propósito de golpear a (América) es agotarla y herir a muerte, para que siga el mismo camino que la desaparecida Unión Soviética y colapse bajo su propio peso como resultado de las pérdidas militares, humanas y financieras. En consecuencia, su presencia en nuestras tierras se debilitará y sus aliados irán cayendo uno tras otro"11.
El resultado pragmático de esta estrategia se ve en la situación actual del Estado Islámico que se está replegando de Mosul y de todos sus territorios12, primero en Irak y, posteriormente, de Siria. Esta estrategia de no territorialidad de Al Qaida fue validada desde el 2006 cuando Abu Musab al-Zarqawi, líder de la organización en Irak, proclamó la creación del Estado Islámico de Mesopotamia, rápidamente desaparecido. La misma suerte ocurrió con el Yemen en el 2011, en el Maghreb con el Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y la política yihadista en el norte de Mali en el 2012. Por otra parte, en los propios documentos de Al-Qaida, la organización preveía el cambio de nombre por sus efectos negativos, como lo hizo Yabhat al-Nusra al pasar a denominarse Yabhat Fath al-Cham (Frente para la Liberación del Levante), para borrar sus antecedentes ligados a Al-Qaida. De hecho, varias facciones de Al-Qaida (en Yemen, Túnez o Libia) se presentaban bajo la denominación de Ansar al-Sharia. En Nigeria, mientras Abu Bakr Shekau, siguiendo la línea del Estado Islámico, denominó a su territorio Wilayat al Sudan al Gharbi (anteriormente llamado Boko Haram), la facción de Abu Musab al-Barnawi siguió con la filosofía de Al-Qaida, evitando asentarse en un territorio determinado y enfocando sus ataques a blancos militares o a extranjeros, acciones puntuales frente a los asesinatos masivos de musulmanes no radicales de la rama de Shekau. En resumen, "la seguridad internacional hoy estaría definida por el concepto de seguridad global, el cual podría definir este temor planetario sobre el terrorismo como una seguridad transfronteriza que sobrepasa e impacta en todos los niveles de análisis, es decir, en todas las multidimensiones de la concepción de seguridad"13. Pero el conflicto regional en Medio Oriente que abarca desde Libia hasta Irak, pasando por Yemen y Siria, ha demostrado que la seguridad regional es el pilar de la seguridad internacional. No puede haber una paz global si existen conflictos o crisis en alguna región del mundo. En Medio Oriente, el enfrentamiento en Siria e Irak es parte de la rivalidad irano-saudita y, en general, de la pugna entre el shiismo y el sunnismo (quiebre milenario dentro de la comunidad islámica) y plantea visiones divergentes de la seguridad regional. En Irak, Teherán está del lado norteamericano por su respaldo al gobierno de Bagdad, apoyado por Washington, pero en el conflicto sirio, Irán respalda la permanencia de Bashar al-Assad, su aliado alawita, contra la voluntad estadounidense. Sin embargo, Arabia Saudita, tradicional aliado de Estados Unidos, busca derrocar tanto al gobierno de Damasco como al régimen iraquí, estando en un caso del lado de Washington, pero en el país mesopotámico oponiéndose a los intereses de su socio norteamericano. Incluso, tanto Riad como Qatar han financiado en algunos momentos al Al-Qaida de Irak, embrión de lo que se convertiría en el Estado Islámico, como al propio Estado Islámico en sus inicios. En la coyuntura actual, mientras Estados Unidos busca limitar su apoyo a la oposición siria no radical, Arabia Saudita ha financiado a Yebhat Fath al-Sham, la anterior Yebhat al-Nusra, ala siria de Al-Qaida. Así, la seguridad regional en Medio Oriente, hoy trastornada por el conflicto sirio e iraquí, parece evolucionar hacia la eliminación de varios actores como el Estado Islámico y la oposición al gobierno de Bashar al-Assad, pero la emergencia de un nuevo actor, los kurdos, con una amplia autonomía y respaldados por Estados Unidos, puede estar gestando el futuro conflicto en Medio Oriente: la guerra en Turquía y un auto-proclamado Estado kurdo.

Referencias:

1 Profesor-investigador del Itesm, Campus Monterrey y coordinador de la Maestría en Planeación Estratégica y Prospectiva y del Centro de Estudios Prospectivos de El Colegio de Tamaulipas, México.
2 Yuri Serbolov () "Terror Global" en Urbi et Orbi, ITAM, Año 9, No. 24.
3 Para efectos de este documento, usaremos la definición de Seguridad Nacional presentada por Rodrigo Borja, donde partiendo de la perspectiva democrática, la seguridad nacional… no puede entenderse independientemente de la fortaleza de los cuatro elementos que lo componen, que son: el pueblo, el territorio, el poder político y la soberanía. En otras palabras, asegurar la fortaleza e integridad de estos cuatro elementos es afirmar la seguridad nacional. Cfr. Rodrigo Borja. Enciclopedia de La Política, Fondo De Cultura Económica, México, 1997, p. 904.
4 Seguridad Internacional entendida como la seguridad y estabilidad colectiva de los distintos pueblos, territorios, poderes políticos y soberanía de todas las naciones del orbe.
5 Robert J. Johnston "Terror and Organized Crime: Old fears, new foes, newer threats" en José V. Ciprut (coord.) Of fears and foes. Security and insecurity in an evolving global political economy, Praeger Publishers, Connecticut, 2000, p. 188.
6 Ignacio Ramonet. Guerras del siglo XXI. Nuevos miedos, nuevas amenazas, Ed. Mondandori, Barcelona, 2002, p. 12.
7 Idem., p. 68.
8 George W. Bush. The National Security Strategy of the United States of America, s/e, Washington, marzo de 2006.
9 Ignacio Ramonet, Op. Cit., p. 55.
10 Ignacio Ramonet, Op. Cit., p. 55.
11 S/a. "Al Qaida Quietly Maintains Its Relevance", Stratfor, 3 de noviembre de 2016.
12 Este texto fue escrito en noviembre de 2016 en donde ya se veía claramente el inicio del fin del Estado Islámico en la batalla de Mosul. La misma, aunque sangrienta, terminará con la expulsión de los combatientes del Estado Islámico; y muy probablemente también los territorios sirios, después de la caída de Alepo, conocerán el mismo fin.
13 Esther Barbé, Op. Cit., p. 25

 

 

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