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Relaciones internacionales

On-line version ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.29 no.59 La Plata June 2020

 

Lecturas

¿Latinoamérica dividida? Procesos de integración y cooperación sur-sur

Jenny Cedeño Alcíva1 

1Flacso-Ecuador

Ayllón, Bruno. ¿Latinoamérica dividida? Procesos de integración y cooperación sur-sur. 2016. Instituto de Altos Estudios Nacionales, Quito, Ecuador: 238p. ISBN: 978-9942-950-61-1.

El amanecer de este nuevo siglo en América Latina trajo consigo una serie de retos para enfrentar el atraso por las crisis del pasado. El sistema internacional marcaba cambios para los actores, su política exterior y las agendas, encaminadas a pensar hacia el desarrollo. Sin lugar a dudas, en la democracia, las naciones son el fruto de lo que sus individuos y grupos sociales impulsan. Junto con los líderes políticos, actúan en el sistema internacional proyectando intereses estratégicos y solidarios. La cooperación internacional es una herramienta que mayormente condiciona las acciones y sus repercusiones en el plano internacional. Los Estados, mediante su política exterior, planifican y proyectan sus intereses de cooperación y diseñan el alcance que desean lograr. Así la cooperación sur-sur juega un rol importante en la región. Sobre todo, en estas dos décadas los países han apostado a la cooperación sur-sur como una medida alternativa para compartir sus experiencias en capacidades, pero también con fines políticos y económicos.

La obra ¿Latinoamérica dividida? Procesos de integración y cooperación sur-sur ofrece una mirada multifacética sobre la cooperación sur-sur, su alcance, logros y perspectivas de integración y desarrollo. Los temas están expuestos en tres secciones. La primera parte trata sobre la situación y perspectivas de los regionalismos e integración en América Latina. La segunda sección introduce la cooperación sur-sur en un contexto desde las experiencias latinoamericanas. Y la tercera se atribuye a las perspectivas de la sociedad organizada sobre la integración y la cooperación sur-sur. De esta manera, un grupo de expertos aportan al entendimiento del auge de la cooperación sur-sur como una ventana al conocimiento en las Relaciones Internacionales, la integración y la política exterior.

En la primera sección se abordan tres temas para explicar la situación y perspectivas de los regionalismos e integración en América Latina. Se precisa que los regionalismos en América Latina son un reflejo de la desarmonización y heterogeneidad que existe en la región. ¿La Unasur y CELAC, representantes del etiquetado regionalismo latinoamericano posliberal y postneoliberal, favorecen una fractura en Latinoamérica y alejan los objetivos de desarrollo en la región? Con perspectivas del materialismo histórico y de la descolonialidad, se identifican identidades y regionalidades que no están en el radar hegemónico de integración. El cambio social se da con la identificación de patrones ontológicos y epistemológicos acordes a la región. Para ello, la Economía Política Internacional crítica, acompañada de las teorías de modernidad y colonialidad, estudian la compatibilidad de varias fracturas identitarias para reconocer las dimensiones políticas del regionalismo. En este contexto, los lazos de la integración exigen de la cooperación un medio para la actuación y consolidación en el plano local, regional y global.

Por lo tanto, existe una interacción entre la integración y la cooperación desde el sur global. No obstante, primero desde una perspectiva de colonialidad del sur global y la integración latinoamericana, se debe comprender el significado del sur. ¿Se puede homologar el término “sur” con países en desarrollo o tercer mundo? Surasky nos dice que hay que entender el sur desde la lógica del sur, con su heterogeneidad, y romper las dimensiones que surgen del Occidente: norte-sur, desarrollados-subdesarrollados/en desarrollo, ricos-pobres. Desde la heterogeneidad, Surasky (2016, pág 53) reflexiona que "El Sur es una construcción de poder como su no-poder". Por lo tanto, la cooperación es una herramienta en la compresión de la cooperación sur-sur y su historia impregnada de un contenido político. Partiendo de que la cooperación sur-sur es la interacción entre dos o más países en desarrollo que tienen objetivos en común, se piensa que hay posibilidad de construir una identidad latinoamericana por estar en constante diálogo y recuperando discursos y saberes ocultos en el ejercicio del poder. La cooperación sur-sur y los procesos de integración multidimensional toman en consideración saberes y culturas históricas, y geográficamente presentan un nuevo discurso mediante el diálogo con una diversidad como valor.

La política internacional de América Latina asiste para contextualizar el ejercicio de políticas exteriores más autónomas en la región y entender los procesos de integración en un marco histórico, así como el papel de Brasil en la construcción de un orden regional sudamericano. El libro argumenta que el regionalismo, a partir de los 2000, volvió más heterogénea a la región, debido a varios factores internos, como los modelos de integración, la democracia, el liderazgo y la política exterior, entre otros. Brasil y México, como las mayores economías de la región, no han tenido un liderazgo sólido ni sostenido. Ninguno de ellos articula un consenso latinoamericano y sus agendas de política exterior tienen diferentes enfoques, aunque ha habido débiles intentos de consolidar una región.

En definitiva, en esta primera parte, el aporte de la obra constituye una oportunidad para entender la relación de la integración en Latinoamérica y el rol de la cooperación. Los tres artículos ofrecen una amplia explicación del proceso de integración y los regionalismos que caracterizan la región. El entendimiento del sur desde el sur lleva a la comprensión del rol de Brasil en la construcción del orden regional sudamericano. Estos procesos de integración son fuentes del desarrollo de la cooperación sur-sur. De esta forma, la diversidad y heterogeneidad de la región son analizadas a profundidad desde los tres enfoques y, sin lugar a dudas, esta es la mayor fortaleza de esta sección.

Así se encontrará una acertada explicación sobre el tercer momento del regionalismo en Latinoamérica, y particularmente en América del Sur, también llamado posthegemónico, a partir de los años 2000. Su característica principal fue la convergencia de gobiernos de izquierda y centroizquierda en Sudamérica. Uruguay, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela fueron los países que protagonizaron esta etapa en la subregión. La orientación política e ideológica tuvo en común hacer frente al neoliberalismo y la globalización. Sin embargo, las acciones en estos países fueron diversas debido, precisamente, a su heterogeneidad. Los modelos productivos, los modelos democráticos y su política exterior conllevaron a estos Estados a unirse y mantener procesos de regionalización y de cooperación. Para un estudioso que quiera incursionar en temas latinoamericanos y sudamericanos, este material es un buen recurso para su contextualización.

La segunda sección explica las experiencias de la cooperación sur-sur en distintos países de América Latina. Precisamente, la obra examina tres países: Ecuador, Brasil y México, y se obtiene información de gran utilidad para la comprensión de la interacción cooperante, aunque queda un vacío por conocer otros casos en la región. Busca analizar casos concretos de cooperación sur-sur y la agenda política de los Estados concernidos. Sobre el panorama de la cooperación sur-sur en América Latina y Caribe en el siglo XXI, la obra nos lleva a preguntarnos si la cooperación sur-sur llegó a un fin de ciclo a consecuencia de las crisis económicas y políticas. Desde 2011 esta herramienta, utilizada bajo el liderazgo de Brasil y Venezuela, encontró dificultades para mantener su vitalidad. Se constituyó es un mecanismo para la construcción de alianzas. Como instrumento de política exterior, favorece la inserción internacional, incluye el diálogo político y la cooperación técnica, y se añade la cooperación económica, financiera y comercial. Así, se plantea que la política exterior se vincula con la cooperación sur-sur y con el fortalecimiento de las relaciones bilaterales y regionales.

Durante la primera y segunda década del siglo XXI, en Ecuador, en particular, el sumak kawsay dio un tinte significativo a la cooperación sur-sur, siendo éste su mejor momento. Ecuador buscó reinsertarse en el contexto internacional, a partir de 2007. El autor sostiene que el giro de la cooperación tuvo como principal connotación rever las asimetrías del poder político y económico internacional. En este sentido, la cooperación sur-sur fue un gran impulsor para la cohesión entre los países en desarrollo y para conformar bloques regionales y transregionales. El “buen vivir” fue el sello que, conjuntamente con el cambio de la matriz productiva, motivó una cooperación técnica. Esta cooperación se caracterizó por el intercambio de conocimientos, buenas prácticas y aprendizaje mutuo. De esta manera, Ecuador esperó circunscribirse en la economía del conocimiento para impulsar la innovación y la productividad basada en su propio talento humano. Es así que uno de los programas más visibles fue recibir a académicos de todo el mundo para que compartieran sus conocimientos y fortalecer capacidades internas.

En cuanto a Brasil, se argumenta que su política exterior tiene una doble naturaleza: política de Estado y política pública. Se sitúa, así, en las fronteras entre lo internacional y lo nacional. Su posición en el sistema internacional y una idea construida de tradición diplomática y de principios políticos como derechos humanos, no intervención, igualdad y soberanía, son las características que lo identifican. En Brasil, diversos actores estatales y no estatales defienden intereses públicos, colectivos y económicos. En esta obra, se sostiene que la política exterior de Brasil no es neutra. Tiene tensiones entre intereses económicos y políticos. Los procesos de democratización de la política y de mundialización de mercado, además de la internacionalización de la sociedad, juegan un rol en la política exterior. El poder blando cobra importancia en la construcción de alianzas y coaliciones en un orden mundial menos asimétrico, con una diplomacia universalista, con visión estratégica en procesos de decisión de la gobernanza mundial.

Por su parte, México, como país emergente, con una política exterior más activa en el sistema internacional, mediante una renovada agenda de políticas de cooperación internacional y específicamente de la cooperación sur-sur, despliega acciones, tanto con países en desarrollo cuanto en el contexto externo. Mediante el poder blando, la cooperación sur-sur, más allá de las acciones solidarias, ayuda a los Estados a abrirse paso al contexto internacional y posicionarse entre los países hegemónicos del norte. Les permite tener presencia en organismos internacionales y hacer contrapeso a los países del norte. Según el autor del acápite, la cooperación sur-sur como instrumento de política exterior contribuye a mejorar capacidades nacionales y a conseguir visibilidad en el exterior. De este modo, se fortalece su presencia y capacidades de negociación, ampliando su poder blando en las relaciones internacionales. Por lo tanto, los intereses nacionales y la política exterior se materializan mediante la cooperación sur-sur.

La tercera parte trata sobre las perspectivas de la sociedad latinoamericana en la integración y la cooperación sur-sur. Tres autores con el suficiente conocimiento ponen de manifiesto uno de los componentes de la integración y cooperación internacional: los actores sociales y los derechos humanos en las agendas. En este proceso, los actores sociales para el desarrollo juegan un papel importante y, en ocasiones, determinante. La sociedad civil incide y potencia la integración y la cooperación sur-sur. La recopilación de experiencias, los avances y desafíos de la sociedad civil organizada fortalecen la cooperación sur-sur como un horizonte alternativo. Asimismo, la cooperación y los grupos sociales colaboran para alcanzar la misma capacidad. Los diálogos y una mayor participación para la elaboración de políticas de integración y de cooperación son considerados como bienes públicos globales. Las capacidades estatales y sociales con estándares internacionales mejoran la construcción de sistemas nacionales de rendición de cuentas y el fortalecimiento de grupos. Se espera de la cooperación sur-sur la creación de políticas de desarrollo que apoyen la soberanía y sirvan de alternativa para el compromiso global y la integración regional. Por lo tanto, se hace necesaria la relación de la cooperación sur-sur con los grupos sociales, para favorecer la apropiación democrática en un marco alternativo de colaboración.

Con una mirada general en la cooperación internacional, la obra argumenta de forma convincente que resulta oportuno construir un espacio socioorganizativo para el entrecruzamiento de las naciones de desarrollo y la cooperación. Entre el poder del Estado y de las corporaciones, las organizaciones aparecen con igual poder, regido por las relaciones de la asociación. Los autores resaltan dos aspectos: a) la participación de la empresa mediante una ideología para diluir las contradicciones sociales y b) las organizaciones no gubernamentales constituidas como solidarias y contestatarias. En la relación Estado y sociedad, el arreglo institucional y la redefinición de sus objetivos tienen una lógica.

Finalmente, se plantea que los derechos humanos no pueden ser ajenos a la cooperación sur-sur. Constituyen una propuesta de renovación del desarrollo. Las agendas y la actuación de los actores definen y disputan un espacio en la estructura y gobernanza del sistema. En el contexto del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la comparecencia cada vez más evidente de grupos sociales y el sector privado. Este libro nos invita a repensar el desarrollo. Nos alienta a reconocer la importancia de la solidaridad y los derechos humanos como centrales para un desarrollo inclusivo. Las oportunidades y desafíos del enfoque de derechos humanos presuponen una renovación de las agendas de desarrollo y de las prácticas de cooperación solidaria en los grupos y movimientos sociales como actores centrales del proceso.

En esta obra se tiene un cúmulo de experiencias y conocimientos para abordar el tema de la cooperación sur-sur desde un enfoque de integración regional. Está dirigido a profesionales, diplomáticos y tomadores de decisiones, y principalmente a investigadores y estudiantes que desean incursionar en esta modalidad de cooperación, que cada vez se convierte en un tema central de las agendas de política exterior de nuestros países. Sus autores se preocuparon por ofrecer un diagnóstico desde el sur global, lo que contribuye a la teoría de las Relaciones Internacionales y de la cooperación. Los temas seleccionados impulsan el estudio de nuevos tópicos que, al no estar considerados en esta versión, quedan pendientes para nuevas investigaciones y publicaciones en esta agradable tarea de la investigación internacional, como, por ejemplo, el aporte de la cooperación sur-sur a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la gobernanza de políticas públicas, en países de renta media, en la educación y la salud, entre otros importantes temas para América Latina.

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